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Casos de caricatura en Ecuador

Truculento y político

Diseño de portada: Sandra González Donoso

Coordinación editorial, diseño y diagramación: Sandra González Donoso

Investigación gráfica y fotografía: Carlos Klinger Cepeda

Edición y corrección de textos: Sandra González Donoso, Erika García Díaz,


Elizabeth Corrales

Cuernavaca, México 2015


A Fellini y Olivia
ÍNDICE
Actores e imágenes de la caricatura ecuatoriana 10
Ángel Emilio Hidalgo

Montoneros emplumados 16
Sandra González Donoso

Las vicisitudes, alegrías y penas de Juan 38


Simón Bolivar Jr.

Cocoricó: la nube de humo 68


Sandra González Donoso

Sobre la caricatura por la que fue clausurado El Universo 90


en 1937 y la participación del general Alberto Enríquez
Jorge Luis Pérez Armijos

La bunga 102
Josué Monar

Maranatha! 116
X. Andrade

Exergo 140
Sandra González Donoso
Actores e imágenes de la
caricatura en el Ecuador
Ángel Emilio Hidalgo

La caricatura es un medio artístico que propone una reali-


dad alternativa ante las condiciones de existencia de una
sociedad. Cuando se trata de caricatura política, se sitúa
frente al poder para cuestionarlo, asentando una línea
poética que se vincula con la sátira. Dicho de otro modo,
se trata de una representación satírica como producto
artístico que conecta dos tradiciones que conviven –y lo
han hecho desde siempre- en la historia de la caricatura.
Ética y política son las fuentes semánticas y discursivas
que anteceden la operación caricaturesca, sin las cuales
un dibujo humorístico no alcanzaría la resonancia que
tiene en las sociedades occidentales contemporáneas.
La caricatura es propia de la modernidad occidental
como sensibilidad de época, pues se vincula al estudio y
crítica de la subjetividad, cuyo ascenso se produce a partir
del humanismo renacentista. Posteriormente, jugará un
papel clave en el proceso revolucionario francés del siglo
xviii. A partir de la Revolución Francesa (1789), la cari-

catura se abrió un espacio propio, emergiendo como una


voz subterránea en el aquelarre de los cuerpos sociales
enfrentados y permaneciendo con su eco vital, en la arena
que a la postre le resultó más propicia: la prensa política.
Así llegó al Ecuador, hacia la segunda mitad del siglo
xix, cuando todavía era un pasatiempo de ilustrados. El

primero de estos fue un liberal masón que participó en


todos los movimientos artísticos y culturales del Quito
de su tiempo: Juan Agustín Guerrero (1818-1886), quien
elaboró un puñado de imágenes humanas y animalescas
que retrataron la podredumbre del siglo. No importa de
qué color fueran los sujetos aludidos, si azules o rojos,
10
conservadores y liberales…En todos los casos, los carica-
turistas mostraban sus debilidades, las que eran oreadas
públicamente por el aroma del lápiz fino.
Junto a Guerrero, un liberal costeño llamado Francisco
Martínez Aguirre hacía su aparición. Justo cuando el
país sufría el desgobierno de un conservador terrateniente
disfrazado de “progresista”. Pero este sería un caricaturista
que traspasaría las fron-
teras ideológicas que la
sociedad ecuatoriana
le marcaba, imprimien-
do sus humores en un
periódico satírico que se
convirtió en su proyec-
to personal de artista y
signo de identificación.
Así nació El Perico (1885)
y fue Martínez Aguirre el
promotor de una nueva
prensa de agitación políti-
ca que daba sus primeros
“vuelos”.
La alusión a la fábula que hacían estos narradores de
lo cotidiano traería una línea de continuidad que aún hoy
puede rastrearse en los editoriales gráficos de la prensa
ecuatoriana. Pero él y otros como R. Chiesa, F.G. Queirolo
y Policarpio Ventorrillo Opinionitis fueron pioneros en
un medio sociocultural azotado por la confrontación y el
debate político-ideológico entre liberales y conservadores.
Anticlericales los unos, “curuchupas” los otros, exponían
sus diferencias en múltiples escenarios, desde el discurso
parlamentario hasta el campo de batalla. Y en medio de
esos “extremos”, un puñado de radicales guayaquileños se
erigían como los portadores de un nuevo lenguaje, aquel
que por primera vez exteriorizaba su acción comunicativa.
Surgió así la caricatura política en el puerto de Guayaquil,
con afán moralizante y orientada a convertirse en instru-
mento de propaganda política e ideológica de los liberales
radicales, desde la más gravitante de las plataformas: la
prensa.
11
Una caudalosa producción humorística basada en décimas
y coplas populares de origen montubio (amorfinos), junto
a litografías impresas de caricaturas fue el repertorio
de estos folios de pequeño formatotildados de “prensa
menor”. Pero, más allá de sus críticos, este tipo de produc-
ción gráfica y literaria resultó clave para difundir las ideas
de Eloy Alfaro y los liberales radicales entre un público
mayoritariamente analfabeto que a partir del contenido
humorístico simpatizó con la causa montonera.
Convertidos en los “montoneros emplumados” en este
volumen, los caricaturistas radicales del puerto abrieron
el espacio para que la “prensa seria” acoja la caricatura
en sus páginas, como ocurrió a partir de 1898, cuando El
Grito del Pueblo contrató al dibujante A. Narváez, garanti-
zando así un espacio sostenido que aprovecharon los cari-
caturistas del futuro.
La popularidad de El Perico y otros periódicos satíri-
cos de la segunda mitad del siglo XIX se debió a que
estos “montoneros de la gráfica” supieron enfren-
tar los problemas cotidianos con ironía y hasta
con sarcasmo, al tiempo que blandieron su
lenguaje para enrostrar, sin temores, los
defectos de los políticos y otros aventure-
ros públicos.
De ahí en adelante, los caricaturistas se
convirtieron en voceros del sentir popular
e intérpretes privilegiados de la opinión pública,
a lo largo de más de un siglo rubricado por nuevos
actores que empuñaron la idea del “pueblo”, un significa-
do empleado por políticos, ideólogos y demagogos de todos
los pelajes.
El dardo de la sátira envenenada también recayó en
los caudillos del siglo xx, entre los cuales destacó el “loco”
Velasco. Su estampa de faquir maravilló a decenas de
caricaturistas, que se entretuvieron con sus anécdotas y
frases célebres, convirtiéndolo en un personaje que pobló
la prensa escrita durante décadas, tantas como el número
de sus periodos presidenciales.
Cocoricó (1932-1934) fue el medio que congregó a
talentosos dibujantes que simpatizaron con la izquierda
12
marxista, entre ellos, Virgilio Jaime Salinas y Galo Galecio.
El evento que disparó la atención de estos iconoclastas fue
la declaración del presidente electo Neptalí Bonifaz, quien
en su juventud se había reconocido “peruano”.
Posteriormente vendrían publicaciones como Zumbambico,
La Calle, Mañana, La Bunga, esta última de gran recor-
dación como se reseña en las siguientes líneas. Y como
colofón, la obra de un caricaturista político extremo:
Pancho Jaime, mezcla de rockero, adventista, proletario
e insultador profesional, quien dejó tras sí una estela de
historias truculentas.
Los ejemplos que aparecen en esta publicación no
engloban toda la historia de la caricatura en el Ecuador; sin
embargo, abordan casos paradigmáticos donde el papel del
dibujante se muestra vital para entender la virulencia de
las imágenes, en relación a los modelos que las anticipan.
Todos los relatos de Truculento y Político tienen dos ejes
en común: el estremecimiento que significó para la opinión
pública ecuatoriana su participación en los hechos y
coyunturas que les precedieron, y la valentía que tuvieron
los caricaturistas para no callar frente al autoritarismo y
la injusticia.

Guayaquil, febrero de 2015

13
Montoneros
emplumados
Sandra González Donoso

Llegó Francisco Martínez a Quito con su sonrisa 1 El 10% de esta historia es producto
de mi imaginación. No sé realmente
de comercial de Colgate y derrochando suspiros
1
si era tan guapo, pero sí tenía una
de damiselas por doquier. Era el partido completo carrera envidiable.
para cualquier señorita. Un doctor graduado de la
2 Fue presidente del Ecuador de 1861
Universidad de Pensilvania en Filadelfia, donde además a 1865 y de 1869 a 1875. Recalci-
trabajó como profesor de obstetricia. Se le consideraba trante conservador y religioso. Ases-
inado por querer quitarle la mujer a
el introductor de la cirugía moderna en el Ecuador. otro señor.
En el año de 1877 regresa a su país natal, al saber
2 3 A veces creo que se exagera mu-
del asesinato del presidente García Moreno. Retorna cho la historia, incluso la Revolución
para apoyar al partido liberal, con el cual se sentía Liberal.
identificado.
El siglo XIX, en Latinoamérica y específicamente en
Ecuador, puede parecer un siglo de mucha inestabilidad
o de construcción, dependiendo del punto desde donde
se lo vea. Tal vez las distintas revoluciones no son tan
3
legendarias y míticas como la que estaba por suceder
años después de la llegada de Martínez Aguirre al
Ecuador. La Revolución Liberal fue defendida por un
ejército de campesinos y montubios que peleaba con

16
amorfinos y machetes. Tal vez por esto se consideraba
distinta a las otras revoluciones: ésta incluía al pueblo
directamente y no sólo a la gente culta que sabía usar
un arma. ¿Pero cuál fue el papel del brillante cirujano
Martínez dentro de la revolución?

“Si no había montoneras, había en cambio escritores, Francisco Martínez Aguirre, Ilus-
tración de artículo en El Perico,
como aquellos que redactaban El Perico, periódico época 3 - vuelo 2.12 de diciembre,
satírico que desde hacía tiempo rompiera los fuegos 1903. Archivo histórico del Guayas.
contra “la argolla”. Lo dirigía un reputado cirujano,
4
Francisco Martínez Aguirre”.

De pronto es mucha información y no queda claro aún 4 Alfredo Pareja Diezcanseco, La


Hoguera Bárbara I Vida de Eloy Al-
todo el asunto, a menos que ya nos sepamos la historia
faro (Lima: Biblioteca Digital Andina,
de memoria. Quédense conmigo, es una historia caótica 2003), p. 192.
y no del todo lineal. Empecemos a ponernos un poco en
5 Gobierno provisional conformado
contexto sobre lo que estaba pasando en el Ecuador y por por José María Sarasti, José M.
qué se daban todas estas revoluciones, por qué este doctor, Plácido Caamaño, Agustín Guerrero,
Luis Cordero y Pedro Carbo.
además de tener una carrera envidiable en medicina,
también decide dedicarse al periodismo satírico político,
etcétera, etcétera.
En el año de 1884 sube a la presidencia quien –según
algunos curas– era un liberal incomprendido, aunque a los
liberales no les gustaba para nada lo bien que trataba a la
Iglesia: el doctor José María Plácido Caamaño. En 1883
participó en la conspiración para acabar con la dictadura
del general Ignacio Veintimilla. Fue parte del llamado
5
pentavirato , y luego se le otorga la presidencia mediante
unas elecciones dudosas. Una vez en el poder, empieza
a perseguir a todos los que se pusieran en su contra,

17
6 Efrén Avilés Pino, “Enciclopedia del principalmente miembros del Partido Liberal, por lo que
Ecuador”, consultada 12 de sep-
tiembre, 2014, http://www.enciclo-
tuvo que enfrentar la Revolución de los Chapulos. Ésta era
pediadelecuador.com/temasOpt. una especie de fracción de la Revolución Liberal defendida
php?Ind=1927&Let=.
por campesinos y montubios, como dije anteriormente;
7 “La Montonera Radical: Eloy Alfaro tomaron ese nombre porque se reunieron cerca de un
y la revolución”, Revista Rupturas, estero llamado Chapulo, en la provincia de los Ríos, y
abril 2012, consultada 12 de sep-
tiembre, 2014, http://issuu.com/ adoptaron el nombre de Húsares de Chapulo, que luego
6
revistarupturas/docs/revista_rup- se redujo solamente a chapulos. A los militantes de esta
turas_7_final.
revolución les tocaba vivir bajo un régimen donde le debían
8 “Al mejor ecuatoriano de la historia mucho dinero a su patrón, y ésta era la oportunidad para
le sobran méritos”, El telégrafo, 5 de
junio, 2011, consultado septiembre 13, dejar de tener aquellas deudas.
2014, http://www.telegrafo.com.ec/
noticias/informacion-general/item/
al-mejor-ecuatoriano-de-la-historia-
En un primer momento los montoneros son
le-sobran-meritos.html. campesinos costeños que como pago de las deudas
contraídas con el patrón se ven obligados a ir a la
lucha, con el objeto de descargar sus deudas (Ayala
1994). La Montonera para estos campesinos era
la posibilidad de acabar con sus deudas y a la vez
convertirse en campesinos autónomos, por tanto sin
sujeción a la hacienda y al patrón. Son pueblos que
se arman para la lucha, no es un ejército que lucha
por el pueblo, sino un pueblo que decide luchar por
7
sí mismo, nadie va a poner los muertos por ellos.

Los montubios, que han participado en varias


revoluciones apoyando al partido liberal, han tomado
algunos nombres entre los que están chapulos o
montoneros. Es bueno retener este dato porque ellos son
algunos de los héroes o personajes principales de nuestra
historia (la del Ecuador y la de este ensayo).
Los chapulos se pusieron bajo el mando del guerrillero
Nicolás Infante, y no mucho después de conformarse
tomaron Palenque y Vinces. Levantaron su acta
revolucionaria y desconocieron el gobierno del Dr.
Caamaño. Nombraron jefe supremo al general Eloy Alfaro,
ese señor de corta estatura que era líder de los montoneros,
los chapulos y, esencialmente, la figura máxima de los
liberales, el viejo luchador que en el 2005 ganó el concurso
8
del “mejor ecuatoriano”.

18
Esto no le gusta para nada al presidente Caamaño, así Francisco Martínez, encabezado de
El Perico, época 3 - vuelo 2.12 de
que envía represalias y, después de algunas batallas y diciembre,1903. Archivo histórico del
algunas traiciones, sus fuerzas militares logran encontrar Guayas.
a Nicolás Infante y lo fusilan en Palenque el 1º de enero de Derecha: Francisco Martínez, Lluvia
1885. Esto fue un poco la gota que derramó el vaso para de candidatos municipales, El Perico,
época 1 - vuelo 4. 28 de noviembre,
nuestro ken de la historia, el Dr. Francisco Martínez, que 1885. Archivo histórico del Guayas.
funda el 7 de noviembre de ese mismo año el semanario
satírico El Perico. Martínez no se encontraba sólo en
esta tarea, otro rompecorazones lo acompañaba: José de
9
Lapierre, acusado por Wilfrido Loor de ser un “vicioso por
10 9 Un historiador, escritor y biógrafo.
las mujeres”. Pero esos son chismes de farándula política.
Así como tenía muchas habilidades con el bisturí, el 10 Rodolfo Pérez Pimentel, “Diccion-
ario biográfico Ecuador”, consultada
doctor Martínez tenía un notable talento para el dibujo, la septiembre 13, 2014, http://www.
ilustración y el grabado –éstas fueron sus principales y más diccionariobiograficoecuador.com/
tomos/tomo4/m4.htm.
recordadas tareas en el semanario–. Lapierre lo acompañó
haciendo coplas y décimas; bajo el hermoso encabezado
hecho por Francisco Martínez, anunciaban en forma de
lema: “Cada pájaro taje su pluma y enristre”, refiriéndose
al periodismo político que se trataba en la publicación. En
la época probablemente se escribía con plumas de pájaro,

19
20
21
22
entonces, una posible interpretación es que el pájaro se
arranca una pluma y apunta o ataca con ella, en este caso
el periodista en vez del pájaro o el perico. Pues que utilicen
su pluma como un arma.
Bajo este lema, advierte de manera graciosa lo
siguiente: “A nadie se ofenderá á lo menos á sabiendas;
de nadie bosquejaremos retratos. Si algunas caricaturas
se pareciesen á alguien, en lugar de nosotros corregir el
retrato, aconsejamos al orijinal que se corrija: en su mano
estará, pues, que deje de parecérsele” (sic.). Las ediciones
no se marcaban por números, sino como vuelos. En el
semanario se criticó fuertemente el régimen político de
11
Caamaño, la Iglesia, la existencia de “La Argolla” y los intereses
de todos ellos.

Algunos frailes abrieron campaña contra El Perico. El


inquieto humor de esa gente no les daba paz. Sección 11 Grupo de familias ecuatorianas
que, por su poder económico, podían
especial mantenía abierta para el clero: Sermones del influir en las decisiones del gobierno.
loro Predicador. Allí un viejo loro con sotana, la pata
12 Alfredo Pareja Diezcanseco, op.
derecha levantada; la izquierda sobre el apoyo del cit., p. 194.
12
púlpito. ¡Y qué sermones!
13 William Ordoñez Iturralde, Amor-
fino. Canto mayor del montubio
Lapierre hacía coplas que acompañaban las caricaturas; (Guayaquil: Shaman, 2004), p. 11.
éstas eran similares a las que escribía el amorfino
montubio, lo que de alguna forma debió pensarse no sólo
Anterior izquierda: Francisco
como registro de dicha costumbre, sino para simpatizar Martínez, La madre celestina en su
con los principales personajes de esta revolución. El propio laboratorio, El Perico, época 1- vuelo
6. 12 de diciembre,1885. Archivo
Alfaro era considerado como uno de éllos. Incluso en el histórico del Guayas.
vuelo número 12 (1886) aparece representada una pareja
Anterior derecha: Francisco Martínez,
de pericos humanizados, haciendo el baile que acompaña Galería de celebridades contem-
la tradición del amorfino. Según William Ordoñez Iturralde, poráneas, El Perico, época 1 - vuelo
7. 19 de diciembre, 1885. Archivo
el amorfino se puede definir como un verso de amor o doble histórico del Guayas.
sentido. Música para baile tradicional montubio, sirve para
Arriba: Francisco Martínez, Sermones
conquistar, ocultar algún hecho o demostrar antipatía del loro predicado, El Perico, época
con un semejante. De esta manera, el hombre o la mujer 3- vuelo 3. 19 de diciembre,1903.
Archivo histórico del Guayas.
montubios expresan angustias, justicia, reclamos, juergas,
13
patriotismo, etcétera. Derecha: Francisco Martínez, El amor
fino, El Perico, época 1- vuelo 12. 23
En su primera temporada, El Perico sólo dura 15 vuelos.
de enero,1886. Archivo histórico del
El 13 de febrero de 1886 ambos autores del semanario Guayas.

23
son obligados a salir del país por orden del presidente,
Francisco a Panamá y Lapierre a Chile. Martínez viaja de Anterior izquierda: Francisco Mar-
tínez, En el banco de la paciencia
Panamá a Lima; ahí se encuentra con el general Alfaro, que rezo, El Perico, época 1- vuelo 10. 9
también había sido desterrado¬. En Lima, junto a otros de enero,1886. Archivo histórico del
Guayas.
liberales exiliados, ayuda a planear la campaña liberal
de ese año. Pero no es sino hasta 1888, cuando asume
Anterior derecha: Francisco Martínez,
la presidencia el Dr. Antonio Flores Jijón, que pueden
La apoteosis de un ministro, El
regresar al Ecuador Alfaro, Lapierre y todos los exiliados. Perico, época 1 - vuelo 11. 16 de
enero, 1886. Archivo histórico del
Además de su práctica de medicina, el Dr. Martínez
Guayas.
no dejó de hacer periódicos, semanarios, en general
publicaciones de contenido periodístico, aprovechando Derecha: Francisco Martínez, modelo
de vestido para los consejeros de
que aparentemente en este gobierno hubo mayor libertad 1886, El Perico, época 1- vuelo 8. 26
de prensa. En febrero de 1889, Batman y Robin volvieron a de diciembre,1885. Archivo histórico
del Guayas.
las andadas: El Perico recargado regresó para su segunda
temporada de vuelos el 5 de enero de 1889. Dicen algunos
historiadores que El Perico gozaba de una popularidad
envidiable, que a veces hasta se lo arrancaban a los
14
vendedores de periódicos.
Caamaño era amigo de Flores Jijón, y eso no le ayudaba
mucho en su imagen frente a los liberales. Se dice que la 14 Rodolfo Pérez Pimentel, op. cit.
misma argolla quien lo eligió como sucesor–cual hijo de rey–
15
15 Cuando hablemos de sucesor,
a la presidencia. No hay que sentirse demasiado indignado en teoría no es porque así sea en el
y alarmado por este tipo de elección; probablemente es sentido de sucesor al trono. Proba-
blemente sí se hicieron elecciones,
como se manejan muchas elecciones presidenciales en pero hubo fraude electoral, o no eran
la actualidad. Sin embargo, este candidato representaba elecciones del pueblo, sino que era
el gobierno quien elegía.
un obstáculo para la Revolución Liberal. Dicen algunos
conservadores y curas que Jijón solamente quería 16 Efrén Aviles Pino, op. cit.
continuar la instauración de lo que en el momento se 17 Rodolfo Pérez Pimentel, op. cit.
llamó progresismo –al parecer, una veta que planteaba
dejar de pensar en conservadurismos y liberalismos, e ir
directamente a lo que interesa realmente a todo político: el
control del dinero del Estado”, o más sutilmente explicado,
16
“la estabilidad nacional”.
De hecho, Flores Jijón era muy amigo de Lapierre.
Aparentemente habían tenido algunas parrandas en
Nueva York años atrás; le ofreció algunos cargos públicos
a nuestro poeta emplumado, pero éste no traicionó sus
17
creencias ideológicas y rechazó dichas propuestas. En
esta segunda temporada, El Perico sólo salió hasta el 9 de
agosto de 1890. Martínez y Lapierre se dedicaron a publicar
27
un diario titulado La Reacción y asumieron varios cargos;
por ejemplo, Francisco fue nombrado vicepresidente de la
Sociedad Liberal Democrática y Lapierre también formó
parte de ésta como vocal.
En 1892 subió a la presidencia Luis Cordero. Algunas
personas dicen que El Perico cambió de nombre a El
Cordero para arremeter contra este presidente; otros dicen
que no fue un cambio de nombre, sino simplemente otra
publicación.

El Cordero, periódico de propaganda ovejuna.


Órgano de los intereses de “La Argolla”... El Cordero
está en venta. Hostigado por el foete del oficialismo
progresista, me he de ir allá... arriba, al Calvario,
donde, sobre el sillón presidencial se padece el dolor
de los dolores, en vista de la crucifixión de la Patria;
y entonces mi programa será: por el pueblo, para el
pueblo y con el pueblo. Es decir: por el pueblo he de
ser rico, pues él con contribuciones llenará mis arcas;
para el pueblo todos los gravámenes y con el pueblo
en el bolsillo me he de mandar a cambiar hasta...
Soy un pillo como todos mis coargollistas, y aunque
un día balé plácidamente –¡cómo rabiaría Plácido
Caamaño!–, ante el pienso de dulces esperanzas, hoy
estoy puesto en el caso de aullar, como los lobos con
18
quienes he contraído alianza.

El pequeño detalle en el mandato del presidente Cordero


fue la venta de la bandera. Se supone que Cordero realmente
no tuvo nada que ver, sino nuestro amigo Caamaño, quien
en este periodo fue nombrado gobernador de Guayaquil.
Sin embargo, al que le cayó el guante fue al jefe de Estado.
En resumen fue más o menos algo así:
18 Alfredo Pareja Diezcanseco cit-
ando a El Cordero, op. cit., p. 194.
Los sucesos se iniciaron a fines de 1894 cuando
China y Japón se encontraban envueltos en guerra,
y este último país necesitaba con urgencia adquirir
armas para su defensa. Al ser notificado del conflicto
el Ecuador no se declaró ni neutral ni beligerante,

28
no así Chile que adoptó la neutralidad y, en
consecuencia, de acuerdo con las normas de derecho
internacional estaba impedido de vender armas a
los países en conflicto; mas, como deseaba vender al
Japón el crucero de guerra “Esmeralda”, se valió para
el caso de un medio al parecer inocente y sencillo:
la falsa y doble transferencia del buque “Esmeralda”,
figurando como que el Ecuador lo compraba a Chile
y lo vendía luego al Japón. Este asunto no habría
tenido mayor importancia, si no se hubiera dado el 19 Efrén Aviles Pino, op. cit.
caso de que el buque zarpó de Valparaíso llevando
izada la bandera ecuatoriana -cuando lo correcto era
que lleve la japonesa-, y en esa forma cruzó el Pacífico
19
con destino a Yokohama.

En ese entonces no teníamos redes sociales como para


enterarnos realmente de qué bandera llevaba el barco,
no obstante, el chisme siempre ha existido con o sin
Twitter. Alguien se enteró, consiguió los contratos, hizo
las denuncias. Todo se supo, todos los ecuatorianos se Derecha: Francisco Martínez, Yo
también quiero empollar mis huevi-
ofendieron. Caamaño quiso declararse único culpable, como tos, El Perico, época 3- vuelo 4. 26
lo era, pero la oposición liberal no iba a desaprovechar el de diciembre, 1903. Archivo histórico
del Guayas.
relajo. Cordero tuvo que presentar su renuncia. El ejército
de los liberales se puso en marcha y, después de algunos
vericuetos, se marcó el triunfo de la Revolución Liberal el 5
de junio de 1895, declarando como jefe supremo al general
Eloy Alfaro. El mismo Martínez Aguirre firmó el acta de la
revolución y fue designado en distintos cargos para apoyar
este periodo presidencial, por lo que no se verán mucho
sus publicaciones.
Esta revolución siempre se describe como un cambio
radical para el Ecuador, principalmente porque se buscó la
educación laica, se decretó la libertad de culto y de prensa.
En esencia, la aportación más importante fue el trabajo
para separar al Estado de la Iglesia. Por esto el clero hizo
una fuerte campaña en contra del gobierno; llamaron ateo
a Alfaro, a pesar de que iba a misa los domingos. Con todo
y la mala propaganda, su gobierno terminó en 1901, como
lo dictaba la constitución. Sin embargo, no todo era limpio,

29
Francisco Martínez, ¡Perico, Perico,
sal del cozo!, El Perico, época
3- vuelo 1. 3 de diciembre, 1903.
Archivo histórico del Guayas.

y de nuevo se eligió a un sucesor. El viejo luchador pensaba


que no iba a perder con papelitos lo que había ganado con
20
fusiles. Llegó entonces a la presidencia el general Leónidas
Plaza. Así empezó una historia del tipo “beso de judas”.
Esta expresión tal vez le saque una sonrisa, pero debo
decirle, señor lector, que estamos a punto de entrar en
un periodo oscuro de la historia ecuatoriana, o tal vez no
entremos en esa oscuridad, ya que el cuento de El Perico 20 Una de las frases célebres de
Alfaro en este momento fue: “No
se termina mucho antes. Para mantener el suspenso, vamos a perder con papelitos lo que
volveremos a nuestro duo dinámico, que se reunió hemos ganado con fusiles”.
nuevamente para hacer El Perico por última vez, desde el 3
de diciembre de 1903 hasta el 27 de agosto de 1904, año
en el que se encuentra en el poder Leónidas Plaza (1901-
1905). Además de coplas, El Perico también tenía prosa
escrita por Martínez Aguirre, que criticaba finamente
a los regímenes políticos sin llegar a insultos. Muchas
veces la crítica se narraba en una especie de historia
donde aparecía un perico como personaje, con escenas
31
Francisco Martínez, Arroz con
carne ministerial, El Perico, época 3-
vuelo 13. 24 de abril, 1904. Archivo
histórico del Guayas.

donde se evidenciaban las intenciones de los gobernantes


sin acusarlos directamente. Se podían completar las
acusaciones mediante las caricaturas presentadas.
El problema más grave con Leónidas Plaza fue que de
pronto, al subir al poder, parecía que le había entrado un
poco de complejo de imagen. Creía en el liberalismo y llevó
a cabo muchas obras dentro de ese corte ideológico, pero
no quería ni ser sombra ni vivir bajo las órdenes de Alfaro,
así que lo fue despojando de apoyo dentro del gobierno.
Una vez terminado su periodo constitucional, Plaza
decide no consultar a Alfaro, sino colocar a un sucesor
de su preferencia: Lizardo García. Esto obviamente no le
cayó nada bien al viejo montonero, así que organizó una
revolución y se proclamó dictador. Plaza huyó del país
durante esta dictadura, que se mantuvo desde 1906 hasta
1911. A pesar de que no volvió a salir El Perico, les contaré
lo que sucedió cuando Alfaro quiso dejar el poder en 1911.
Antes de terminar su mandato, Alfaro quiere que
Emilio Estrada Carmona lo suceda, pero este último está

33
muy mal de salud y muere a los pocos meses de tomar el
poder. Plaza regresa del destierro y se asegura de que los
mandos militares estén de su lado. Alfaro se ve forzado a
exiliarse en Panamá y por un corto sube al poder tiempo
Freile Zaldumbide. Se le pide a Alfaro que regrese para
que guíe a su ejército en lo que pronto será una guerra
civil. Empieza a alargarse la historia, pero en resumen,
Alfaro que ya estaba muy viejo, sólo quería la paz, y
acordó eso con Leónidas Plaza, que guiaba al ejército de
Zaldumbide. Después de la firma del tratado, los liberales
deciden irse a su casa a descansar, y resulta que Leónidas
Plaza aprovecha esto para capturarlos con facilidad. Se los
llevan a Quito en el ferrocarril que Alfaro había construido
(Con Alfaro adentro). Ya en la capital, se les asesina; sus
cadáveres son arrastrados por la ciudad como espectáculo
público y, finalmente, son quemados. Este triste capítulo
de la historia fue llamado la Hoguera Bárbara.
Martínez Aguirre, que había ejercido algunos cargos
durante este periodo gubernamental de Alfaro (por ejemplo,
ministro de Educación), fue desterrado a Lima después
del arrastre y no regresó al país sino hasta 1915. Lapierre
protestó contra los crímenes cometidos, ganándose la
enemistad de Leónidas Plaza. Es difícil concluir algo
después de un hecho histórico así.
Aunque Martínez y Lapierre no estuvieron del todo en
el campo de batalla con los montoneros, defendieron la
Revolución Liberal con los medios que tenían, sin miedo
alguno y exitosamente, sin dejar de lado su caballerosidad,
o en el caso de Martínez Aguirre, su profesión de médico.

34
Bibliografía

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Rodolfo Pérez Pimentel. “Diccionario biográfico Ecuador”. Consultada septiembre 13,


2014. http://www.diccionariobiograficoecuador.com.

35
Las vicisitudes, alegrías
y penas de Juan
Simón Bolivar Jr.

“Los diarios quieren gente bonita


aunque la verdad se haga mentirita”.
Rey Camarón – Marginal de Guayaquil

Juan Pueblo antes de Juan Pueblo


Los inicios son difíciles de establecer, en este sentido,
nunca sabremos cuándo nació Juan Pueblo en el
Ecuador, porque Juan Pueblo es una idea; luego es un
dibujo; luego un símbolo. Es muy difícil ubicar un inicio
absoluto y fijo para alguna idea, sobre todo porque hasta
la fecha, lamentablemente, la disciplina histórica tiene
un retraso en relación con la sociedad actual. En efecto,
la historia no ha podido desarrollar un instrumento que
le permita obtener un registro absoluto de todas las
mentes, las ideas, los dibujos y los símbolos creados en
un determinado territorio. Hasta que ese día de progreso
llegue, nos tocará limitarnos a considerar únicamente
los documentos palpables, donde podamos rastrear no
la creación, pero sí al menos las formas y los espacios
de circulación de ciertas ideas.
Dicho esto, es necesario hacer una revelación penosa:
Juan Pueblo, antes de que existiera Juan Pueblo, fue un
ratero. Sí, señor: usted que pensaba que ese señor de

38
sombrero de estrella y guayabera que hondea la bandera de Jaime Salinas “Cosas de la semana”.
El Guante, domingo 24 de febrero,
la Perla del Pacífico tenía una prehistoria intachable. Pero 1918. Biblioteca Municipal de
no hay que juzgar al pobre Juan, todos cometemos errores Guayaquil.
en nuestra vida. Él fue víctima del medio en que vivía, y
Derecha 1: Jaime Salinas “Kaleido-
fue víctima también de aquella posición poco honrosa en la scopio”, El Telégrafo, 4 de dicime-
bre. 1918. Biblioteca Municipal de
que Jaime Salinas lo dibujó en el diario El Guante, un 28 de
Guayaquil.
febrero de 1918. Claro, es imposible afirmar que ese señor
dibujado con gorrito de papel estilo Pocahontas que sustrae
Derecha 2: Jaime Salinas “Ka-
una cartera es Juan Pueblo. De hecho, el mismo Juan leidoscopio”, El Telégrafo, 4 de
ha negado hasta la muerte haber sido ratero. Nosotros, enero. 1922. Biblioteca Municipal de
Guayaquil.
por pura perspicacia filosófica, debemos abstenernos de
un juicio absoluto y reconocer que si ese señor dibujado
por Jaime Salinas no era Juan Pueblo, al menos da en el
palo. No obstante, nunca nadie lo llamó de esa manera;
de hecho, quizá ese nombre nunca se había pronunciado
en Ecuador. Tal vez por esto sería posible considerar que
no se trataba de Juan Pueblo. Como sea, no estamos aquí
para juzgar a nadie; además, como dijimos, Juan era una
víctima, porque en aquellos años Ecuador era un país

39
1
tremendamente endeudado y dirigido por banqueros. Es 1 A. Rumazo González, Gobernantes
del Ecuador (Quito: Bolívar, 1932), p.
decir, ese señor de gorrito de papel no quería un celular o 211.
un DVD Blu-ray: robó por hambre, y con ello nos recuerda
2 José Joaquín Vásconez, Historia
que más penoso era el medio que el ladrón en sí. Analítica del a República del Ecuador
Posteriormente, el 4 de diciembre del mismo año, en el (Quito: Cevallos, 2012), p. 299.
diario El Telégrafo, sección “Kaleidoscopio”, encontramos a
un hombre que sólo se parece a Juan Pueblo en el apellido.
Era un momento donde la prensa gozaba de mayor libertad
en relación con los años anteriores, pero donde las críticas
2
hacia el gobierno no eran numerosas. Tampoco en este caso
40
Jaime Salinas “La actualidad en
monos”. Semana Gráfica, domingo
26 de septiembre, 1931. Biblioteca
Municipal de Guayaquil.

Jaime Salinas “La actualidad en


monos”, Semana Gráfica , 19 de se-
priembre. 1931. Biblioteca Municipal
de Guayaquil.

Derecha: Jaime Salinas “La actu-


alidad en monos”, Semana Gráfica
, 5 de septiembre. 1931. Biblioteca
Municipal de Guayaquil.
41
42
podemos afirmar que el señor dormido que aparece ahí sea 3 José Joaquín Vásconez, op. cit , p.
302.
Juan Pueblo porque no tiene su gorrito, pero reconocemos
el intento de sintetizar un grupo social en una sola figura.
Este movimiento estará presente durante décadas y, de
hecho, será una característica principal de Juan Pueblo.
Su personificación aparece de manera esporádica en los
inicios de la década de los 20, generalmente como parte de
una escena donde se abusa de él. De 1925 en adelante, las
manos de Valenzuela Pérez, caricaturista de El Telégrafo,
dibujarán a un personaje con gorrito característico para
representar al pueblo, los habitantes de un país. En
muchas de estas apariciones, el pueblo ni siquiera tendrá
zapatos, y muchas veces su sombrero aparecerá roto.
De vez en cuando lo veremos con la barba algo crecida, no
como Papá Noel o Karl Marx, sino como la de Don Ramón.
Por un lado, podríamos pensar que en esos momentos se
representaba a un pueblo recientemente empobrecido –
uno o dos días–; esto explicaría la barba tan corta. Por
otro lado, esa barba ambigua podría ser interpretada como
la pertenencia a un grupo mestizo, es decir, se trata de
alguien cuyos rasgos étnicos no son europeos, ya que sus
barbas no son de vikingo ni de burgués; al mismo tiempo,
tampoco son rasgos de indígena. Recordemos que aquí
en el Abya Yala, los habitantes no tenían barba; eso fue
importación de los europeos para difundir el negocio de las
peluquerías y las rasuradoras.
En la década de los 30, la devaluación del sucre
3
acompañaba los bolsillos de los desempleados. En estos
años se puede percibir un pueblo que todavía no tiene
nombre, pero que usa un sombrero raído como rasgo
distintivo. Lo encontramos generalmente como víctima de
atropellos o como la oposición frente al abuso capitalista.
Ocasionalmente se le representará acompañado de un
perro muy flaco, lo que evidencia el escaso dinero del que
disponía este personaje, ya que no podía alimentar bien
ni a su mascota. Los grupos de activistas en defensa de
los animales tal vez se alarmen, pero en aquella época los
animales no tenían alma y nadie pensaba piadosamente
en ellos. Por tal motivo, este señor apellidado Pueblo
pudo ser un personaje de gran presencia pública con una
43
Jaime Salinas “La actualidad en premisa oculta en su situación: la explotación por parte
monos”, Semana Gráfica, 16 de
junio, 1932. Biblioteca Municipal de de la burguesía y el Estado no se limita a las personas, se
Guayaquil. extiende hasta los animales.
Jaime Salinas “La actualidad en
monos”, Semana Gráfica, 9 de Pobre Juan
abril, 1932. Biblioteca Municipal de
Guayaquil. Ingresa la década de los 40 para saludar a un país
soberbio y de riqueza incipiente. En solidaridad con
nuestro generoso y nada explotador vecino del norte
(Estados Unidos de América), Ecuador decide declararle
4
la guerra a Japón –también un poco con la intención
4 Idem. de no quedarse atrás en el movimiento de la Segunda
44
45
46
Anterior izquierda: Don Claro Mirón
“Minuto Gráfico”, El Universo, 23 de
marzo, 1949. Biblioteca Municipal de
Guayaquil.

Anterior derecha: Don Claro Mirón


“Minuto Gráfico”, El Universo, 12 de
diciembre, 1949. Biblioteca Munici-
pal de Guayaquil.

Don Claro Mirón “Minuto Gráfico”, El


Universo, 29 de marzo, 1949. Bibli-
oteca Municipal de Guayaquil.

Guerra Mundial, que contaba con la participación de los 5 Alberto Acosta, Breve Historia
Económica del Ecuador (Quito:
países más desarrollados–. No obstante, como el ejército Corporación Editora Nacional, 2006),
ecuatoriano estaba más pendiente de propiciar golpes de p. 94.
Estado en su Estado y aumentar la parte del presupuesto
que le destinaban, nadie consideró a Ecuador partícipe
de dicha guerra. Gracias a la aparente seguridad del país,
muchos inversores extranjeros aterrizaron ahí. Además,
la exportación de materia prima como el oro o el caucho
se intensificó, pero todo ese dinero se desperdició en la
importación de cosas que ya nadie recuerda, porque
5
terminaron como chatarra antes de pensar en su valor. A
47
la lista de autores que dibujan este personaje sin nombre
se suma M. A. Gómez, quien lo hace aparecer en la sección
“Lo que se ve” del diario El Universo. Posteriormente, en la
sección “El Minuto Gráfico” del mismo diario, el primero de
marzo de 1949, encontramos a un personaje que responde
al nombre de Juan Pueblo. Sería imposible afirmar que ésta
es la primera vez que se llama a alguien que personifica
al pueblo como Juan Pueblo, pero de aquí en adelante
encontramos en dicho medio varias caricaturas donde
se usa de manera indistinta el nombre de Pueblo, Juan
Pueblo o simplemente Juan para nombrar al personaje con
gorrito de papel, ropa parchada y barba mediocre. El autor
de dichas caricaturas con problemas de personalidad es
un tal Don Claro Mirón, del cual sospechamos que es el
mismo Jaime Salinas, según un informe de la kgb.
En la década de los 50 aparece algo curioso. Nuestro
compañero de sombrero triangular y rostro sin afeitar
deja sus rasgos cotidianos para sufrir una transformación
radical a manos de Galo Galecio, en el diario El Sol de Quito.
¿A qué se debe este cambio de look? Se suele reconocer
que Juan Pueblo no tenía mucha suerte en el amor, pero
también se asume comúnmente que esto se debía más a
su condición económica que a su condición física. Juan
Pueblo no era dueño de la United Fruit o de Bananera
Noboa, que fueron de las pocas empresas cuyos dirigentes

M. A. Gómez “Lo que se ve”, El Uni-


verso, 21 demayo, 1945. Biblioteca
Municipal de Guayaquil.

48
Jaime Salinas “Kaleidoscopio”, El
Telégrafo. 17 de octubre, 1952. Bibli-
oteca Municipal de Guayaquil.

Don Claro Mirón “Minuto Gráfico”, El


Universo, 18 de noviembre, 1958.
Biblioteca Municipal de Guayaquil.

49
Galo Galecio “A punta de lápiz”, El sol
de Quito, 6 de febrero, 1951. Bibli-
oteca Municipal de Guayaquil.

Galo Galecio “A punta de lápiz”, El sol


de Quito, 25 de julio 1951. Bibli-
oteca Municipal de Guayaquil.

50
ganaron mucho dinero por la exportación de sus productos 6 Ibid., pp. 101-102.
6
en estos años. Juan Pueblo es del resto de ecuatorianos
que no era dueño de una bananera, es decir, gente que
debe trabajar, comprar, vender, pero no se puede enamorar.
Esto definitivamente no se puede cambiar con una cirugía
plástica (que sería una muy avanzada para la época por
cierto, tomando en cuenta que estas apariciones de Juan
transformado datan de 1951). Una vez más, Juan Pueblo
es víctima de los caricaturistas que hacen y deshacen con
él, siempre y cuando los medios donde trabajan estén de
acuerdo. Otro cambio significativo introducido por Galo
Galecio en el mundo de Juan es que nuestro personaje de
caricatura deja de estar separado del Estado, sus valores
e instituciones, mediante una crítica mordaz. Ahora Juan
Pueblo empieza a apoyar al poder, como debe ser.
Quizá en este punto es necesario afirmar otra penosa
verdad; una verdad tan fuerte que sería mejor que aquellos
lectores de escasa resistencia moral se abstengan de
proseguir la lectura de este texto. Si Juan Pueblo varía de
físico a diestra y siniestra, según la pluma que lo dibuja y
la empresa que lo imprime, entonces Juan Pueblo no tiene
alma. Ésta no es una aseveración de la desesperanza. Si
bien es cierto que Juan Pueblo es una abstracción que se
acomoda en diferentes espacios y formas de producción,
eso no le resta poder para evidenciar injusticias, así como
el deseo de descentrar un poder hegemónico injusto. No
obstante, será necesario estar alerta, porque saldrán a
relucir circunstancias en las cuales Juan Pueblo podría
cambiar de intenciones, de aspecto y de efectos. Por lo
pronto, aunque Juan Pueblo no tiene alma, no hay de qué
preocuparse, porque su figura siempre ha caído en buenas
manos. Es más: en la siguiente década, todo irá mejor para
Juan.

Don Juan
Entrada la década de los 60, un nuevo autor toma la posta Derecha 1: Robin “Flechazos”, El
Universo, 7de febrero, 1963. Bibli-
en las apariciones de Juan Pueblo en el diario El Universo. oteca Municipal de Guayaquil.
Existe la teoría de que el compañero entrañable de Batman
Derecha 2: Robin “Flechazos”, El
dejó Ciudad Gótica, abrumado por la frialdad de la gente Universo, 25 de febrero 1968. Bibli-
en el primer mundo, y decidió radicarse en Ecuador para oteca Municipal de Guayaquil.

51
52
53
trabajar como caricaturista. Ante el barullo que se armó en
los medios por la presencia de un personaje tan importante
en una tierra tan inmunda y abandonada por Dios,
Robin decidió pagarle a un ciudadano ecuatoriano, Luis
Peñaherrera, para que figurara como el verdadero autor de
las caricaturas. Así, el superhéroe niño pudo dedicarse a
dibujar y vivir relajado en nuestra patria; no obstante, a falta
de información, estos hechos no se han podido comprobar.
En nuestro estudio debemos limitarnos a reconocer que,
a manos de Robin, Juan Pueblo logró obtener un ascenso.
Lo que más fácilmente resalta es que ya no tiene esa barba
de mestizo tercermundista. Ahora tiene siempre un rostro
bien afeitado y reluciente, además de poseer rasgos de
caricatura gringa. Algunas de las situaciones en las que
se ve envuelto este Pueblo son parecidas a las de siempre.
Recordemos que para seguir la moda impuesta por Estados
Unidos en Latinoamérica, Ecuador decidió contraer deudas
millonarias con el fmi (Fondo Monetario Internacional,
institución dirigida por el Tío Sam). Sin embargo, todo ese
dinero –como sucede en todas las deudas estatales– no
7 Ibid., p. 109.
ayudó a Pueblo y al pueblo, sino más bien a los grandes
promotores industriales, que en aquella época empezaban
7
a llegar a Ecuador apoyados por dictaduras militares. Por
otro lado, en esta nueva etapa, Juan Pueblo se deslumbra
por concursos de belleza y saluda a Cuenca en sus fechas
conmemorativas. Incluso llega a darle una bienvenida
fraternal a los V Juegos Bolivarianos, a pesar de haber
reconocido con antelación que esos juegos se realizaban y
él ni siquiera tenía para comer. Todos podemos cambiar de
opinión, y ni usted lector ni yo podemos juzgar a alguien
porque decida hacerlo. Juan Pueblo podrá no tener alma,
pero eso no quiere decir que no sea humano, y errar es algo
esencialmente humano.
En la década de los 70, llega la bendición de la bonanza
petrolera al Ecuador, y con ello muchas inversiones que
Izquierda arriba: Robin “Flechazos”, se utilizaban para importar desarrollo al país, como más
El Universo, 20 de noviembre, 1965.
Biblioteca Municipal de Guayaquil. automóviles. El capital que el país ganaba se dirigía a
enriquecer centros urbanos como Quito, Guayaquil y
Izquierda abajo: Robin “Flechazos”,
El Universo, 20 de febrero 1968. Cuenca. Además, los atractivos del oro negro generaron
Biblioteca Municipal de Guayaquil. un desplazamiento de mano de obra, ya que muchos
54
55
Izquierda: Julián García “Peripecias
de Don Jacinto”, El Universo, 9 de
febrero, 1972. Biblioteca Municipal
de Guayaquil.

Robin “Flechazos”, El Universo, 3 de


junio 1976. Biblioteca Municipal de
Guayaquil.
56
campesinos dejaron la producción de alimentos para 8 Ibid, p. 124.
8
trabajar en empresas petroleras. Es cierto que no toda la
sociedad pudo gozar de los beneficios del petróleo, y que
como ya no producíamos comida, teníamos que importarla
a altos precios, pero para alegría nuestra, tal parece que
Juan Pueblo pasó a mejor vida. Es decir, subió unos cuantos
peldaños de golpetón en la escala social, lo cual no debe
dejar de ser un orgullo para nosotros, el pueblo, ya que él nos
representa. En primer lugar, en su sombrero raído ahora
brilla una estrella blanca, curiosamente parecida a la de la
bandera de Guayaquil. Y de cierta forma velará mucho por
los intereses de Guayaquil de ahora en adelante. Pedirá
una pronta ejecución de obras para su ciudad, además
de alegrarse sobremanera por las fiestas citadinas. Juan Robin “Flechazos”, El Universo, 7 de
febrero, 1972. Biblioteca Municipal
Pueblo también progresará, recordando a los amables de Guayaquil.

57
Robin “Flechazos”, El Universo, 25 de españoles que nos hicieron favor de matar a esos indígenas
junio, 1972. Biblioteca Municipal de
Guayaquil. que no creían en el Dios de Europa y que se llevaron
nuestro oro para administrarlo mejor y hacerse ricos.
Gracias a esos hechos, ahora Juan Pueblo tiene iglesias
para sugerirle al pueblo que sea sumiso y que no caiga en
tentación, además de contar con carros que contaminan
el medio ambiente para que sus habitantes se mueran
más rápido, evitando la sobrepoblación. Recordemos
que mucha gente en una ciudad genera más calor. Aquí
Juan Pueblo al fin se encamina para bien y un día hasta
logra saludar al Tío Sam –ese personaje que representa al
gobierno estadounidense, tan ilustre, tan inteligente para
esclavizar países y promover guerras, para alimentarse
del negocio de las armas–, quizá para agradecerle todas
las deudas que nos regaló el fmi. Uno de los más grandes
logros de Juan. Ciertos infames izquierdistas critican a este
Juan Pueblo, porque sólo tiene una mejoría hedonista; no
se preocupa de la creciente deuda externa que ahogará
posteriormente al Ecuador, ni del creciente número de

58
Robin “Flechazos”, El Universo, 4 de
julio, 1976. Biblioteca Municipal de
Guayaquil.

59
Robin “Flechazos”, El Universo, 6 de
diciembre, 1987. Biblioteca Munici-
pal de Guayaquil.

60
9 Ibid., pp. 122, 130-131.

Robin “Flechazos”, El Universo, 4 de


octubre, 1995. Biblioteca Municipal
de Guayaquil.

trabajadores informales en los centros urbanos, ni de las


matanzas de quienes se quejaban de la distribución injusta
9
de las riquezas por parte de las empresas privadas. No hay
que hacerle caso a estos rojos, Juan Pueblo tiene derecho
a ser feliz, a dejar de amargarse con tanta injusticia social
y buscar una mejor vida para él.
En la década de los noventa, Juan cambia su
guardarropa. Ahora aparecerá con guayabera, la prenda
distintiva de los trabajadores municipales de Guayaquil –
una prenda que algún desubicado dijo que era típica de
nuestra ciudad, cuando realmente es muy popular desde
hace tiempo en toda América Latina, y que es tan típica
de Guayaquil como las medias, la camisa de manga larga,
el pantalón largo, la corbata y toda esa ropa que no tiene
sentido usar en una ciudad donde el sol pega más duro que
las madres–. Y ya que parece trabajador municipal, Juan
Pueblo termina trabajando para el municipio. Es difícil
saber si fue Robin o Peñaherrera; en todo caso, uno de
ellos decidió participar en un concurso organizado por el

61
municipio para encontrar un personaje que fuera su nueva
mascota. Según familiares de Juan Pueblo, la decisión de
tomar ese cambio fue terrible para Juan, pero finalmente
optó por lo mejor. Después de este ascenso, Juan Pueblo
desaparece de los diarios, ya que la remuneración
económica que puede otorgar el municipio es mayor que
la que puede brindar un caricaturista cualquiera de un
país del tercer mundo. Aquel personaje que representa
al pueblo empezará a portar los mensajes del municipio
en publicidades impresas o comerciales televisivos. No
serán mensajes del pueblo para el pueblo, sino más
bien del Municipio, con mayúsculas, para el pueblo con
minúsculas. De ahí aparecerá a veces en muros de barrios
marginales, pintado en alguna publicidad “por una
ciudad más limpia”. Una vez lo vi en su faceta de cíborg,
promocionando un evento del Comic Club de Guayaquil.
En otra ocasión lo vi con tutú y zapatos de tacón, dibujado
con marcador en el baño de la Facultad de Ingeniería
Química de la Universidad Estatal de Guayaquil. Muchos

Invitación a fiestas octubrinas, El


Universo, 1 de octubre, 1995. Bibli-
oteca Municipal de Guayaquil.

62
“Sugerencias casilla 531-Guayaquil”,
El Universo, 30 de noviembre, 1992.
Biblioteca Municipal de Guayaquil.

Robin “Flechazos”, El Universo, 28 de


septiembre, 1995. Biblioteca Munici-
pal de Guayaquil.

63
de nosotros habremos visto al señor Juan en una u otra
forma o personalidad, sin llamar mucho la atención del
mundo. No obstante, en los últimos años nuestro querido
personaje hizo una de sus apariciones con más barullo: de
ahora en adelante, hasta que Godzilla destruya Guayaquil,
Juan Pueblo estará sentado en una banca del Malecón
2000, para que todo el mundo se pueda tomar una foto
con él; también para que los turistas tengan algo más que
hacer además de conocer los centros comerciales, que son
iguales a todos los centros comerciales del resto del mundo.
Por otra parte, ahora sí Juan Pueblo puede representar
a los burócratas y al pueblo, en tanto que ambos grupos
se integran de personas que pasan la vida sentados. Esta
aparición de Juan Pueblo es un símbolo de la proximidad de
Guayaquil y su gente, explotados y explotadores, al primer
mundo. Aquí se forjan esos pasos que nos permitirán vivir
en una sociedad donde todo el mundo pueda pasar su vida
sentado.

Estatua de Juan Pueblo, Malecón ¡Viva Guayaquil!


2000. Inaugurada 31 octubre 2013.

64
Bibliografía

Acosta, Alberto. Breve Historia Económica del Ecuador. Quito: Corporación Editora
Nacional, 2006.

Bonilla, Xavier. Historia del humor gráfico en Ecuador. Lérida: Editorial Milenio 2009

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Peñaherrera Bermeo, Luis Rodolfo (Robin). En broma y en serio. Guayaquil:


Editorial Graba, 1995.

Rumazo González, A. Gobernantes del Ecuador. Quito: Bolívar, 1932.

Vásconez, José Joaquín. Historia Analítica del a República del Ecuador. Quito:
Cevallos, 2012.

65
Cocoricó: la nube de humo
Sandra González Donoso
Cocoricó fue una revista o pasquín que salió 1 Hernan Ibarra, Trazos del tiempo -
La caricatura política en el Ecuador a
semanalmente entre 1932 y 1934, con ciertas pausas. mediados del siglo XX (Quito: Museo
Es una de las revistas que algunos autores califican de la Ciudad, 2006), p. 24.
como un hito del arte moderno en Ecuador, aunque
ha sido muy poco conocida y difundida. Su nombre
hace referencia al canto de un gallo. Este animalito
es un personaje importante dentro de la revista,
probablemente porque se le considera un animal de
pelea y, además, por cantar opiniones políticas en este
caso. Hernán Ibarra aclara algo sobre el nombre: “Es
un gallo que, según la intención de la revista, tienen
una confrontación con las gallinas, los adversarios
políticos. Cocoricó es una contracción de ¡Co-co-ri-có!
1
que traduce el sonido del canto de un gallo”.
Quién iba a pensar que Cocoricó fue un pequeño juego
de ilusiones. Yo estaba completamente embelesada con
las caricaturas y el talento de Galo Galecio, principal
caricaturista de la revista. Tenía algún tipo de fantasía
de que él era todo un héroe de prensa política y,

68
como dibujante, había 2 Rodolfo Pérez Pimentel, “Diccion-
ario biográfico del Ecuador”, consul-
luchado por obtener cada tado 13 de agosto, 2014, http://www.
centavo para publicar diccionariobiograficoecuador.com/
tomos/tomo8/g7.htm.
su revista. Recibí fotos
de prácticamente todas 3 Jose María Velasco Ibarra fue
presidente del Ecuador cinco veces.
las ediciones, y resulta
que tiene una cantidad
bastante aceptable de
publicidad. Entonces
empezó a aparecer el gato
ese que está encerrado.
Hice una pausa y empecé
a preguntarme sobre la
independencia de los
contenidos reflejados en
dicha revista; aún más
sospechoso es el hecho de
que sus principales auspiciantes fueron FORD, Columbia,
Johnnie Walker, Banco de Descuento, entre otros. Alguien
me dijo: “No ahondes en el chismerío de la vida del artista
si lo que te interesa es su obra”, y como disfruto mucho
de los chismes de la vida ajena, hice caso omiso de esta
advertencia. Así fue como encontré lo siguiente en la
biografía del señor Galo Galecio, escrita por Rodolfo Pérez
Pimentel:

Entre el 32 y el 34 dio rienda suelta a su vena


humorística dibujando y haciendo caricaturas políticas
para Cocoricó que pronto cobró justa fama por ser la
revista de sátiras políticas más importante de esos
tiempos. Cocoricó se vendía a diez centavos el ejemplar
y era editada por Avilés y Paz (Eleodoro Avilés Minuche y
Clotario Paz Paladines) que le pagaban veinte sucres por
2
sus trabajos en cada número.
Izquierda: Publicidad de Johnnie
Entonces, la calidad de independiente que imaginé era Walker. Cocoricó número 2. Mayo
8 de 1932. Biblioteca Municipal de
una simple y penosa ilusión: Galo era un asesino a sueldo. Guayaquil
Ya se me hacía raro que hubiera criticado a Velasco Ibarra
Derecha: Galo Galecio. Cocoricó
solamente en su primera presidencia, cuando sabemos número 4. Mayo 22 1932. Biblioteca
que tuvo tantas.3 En todo caso, su trabajo era excelente Municipal de Guayaquil
69
y casi se podría decir que impecable; lo vendía demasiado 4 Hernan Ibarra, op. cit, p. 22.
barato a mi parecer, pero creo que ése es un mal común 5 “Cocoricó”, Cocoricó n. 1, abril 29,
de todo dibujante. Otros asesinos a sueldo deben haber 1932, p.3
sido el señor Virgilio Jaime Salinas y Guillermo Latorre,
quienes también dibujaban para la revista.4
Cocoricó apareció en 1932 para hacer propaganda en
contra del presidente Neptalí Bonifaz. Cuando aprendemos
sobre historia del Ecuador, se dice que Bonifaz fue
descalificado porque en algún momento de su vida negó ser
ecuatoriano; como su padre era peruano y embajador en
Ecuador, fue inscrito en dicha embajada al nacer. Parece
muy heroico todo esto de no aceptar a alguien que niega
su patria, pues se supone que Bonifaz nació en Quito,
pero leyendo la historia a fondo parece que más bien se
trató de una riña típica entre los partidos conservadores y
liberales. En el caso de Cocoricó, Bonifaz era conservador,
en contraposición con Eleodoro y Clotario, los editores del
pasquín, que eran de izquierda. No sé cómo algo liberal
o de izquierda sobrevive con esos auspicios tan poco
Arriba: Encabezado de columna
comunistas. De pronto sólo estaban pasando el rato o todo editorial realizado por Galo Galecio.
era un socialismo a medias o kitsch, como muchas cosas Cocoricó número 31. Segunda
época. Julio 13 1934. Biblioteca
en Ecuador. Escribieron en el primer número de Cocoricó: Municipal de Guayaquil
“En mejores términos, queremos poner un poco de humor
5 Derecha: Galo Galecio. Cocoricó
y gracia a la vida. ¿Lo conseguiremos?” número 3. Mayo 15 1932. Biblioteca
A todo esto, el pobre Neptalí ni siquiera quería ser Municipal de Guayaquil

71
presidente; según dicen algunas fuentes, había demasiada 6 Efrén Avilés Pino, “Enciclopedia
del Ecuador”, consultada agosto
peer pressure. El Sr. Luis Napoleón Dillon, seguramente 25, 2014, http://www.enciclope-
muy allegado a Bonifaz, le escribió en una carta el 22 de diadelecuador.com/temasOpt.
php?Ind=268&Let=.
septiembre de 1931:
7 José Joaquín Flor Vásconez, Histo-
ria Analítica de la República del Ecua-
Si la patria le impone un sacrificio, por favor acéptelo,
dor (Quito: Cevallos, 2012), p. 324.
que ella lo reclama, lo que necesitamos es un hombre de
su fibra, un hombre que tenga el dinamismo suficiente 8 Ibid., p. 325.

para ejecutar reformas radicales, sin temor de un grupo 9 Avilés y Paz editores, “Candidatu-
6 ras presidenciales”, Cocoricó n. 22,
consabido que declara guerra a muerte a todo reformador.
septiembre 23, 1932, p. 5.

A pesar de haber ganado las elecciones por mayoría de


votos, muchos dicen que fue fraude, y finalmente el congreso
lo descalificó por el rumor de que él había dicho en algún
momento que era peruano. “El 22 de agosto de 1932, pese a
su triunfo electoral, el Congreso Nacional lo declaró ‘No apto
7
para ejercer la Presidencia de la República’”.
Se armó entonces una guerra civil en la ciudad de
Quito: la llamada “Guerra de los 4 días”, que culminó
con la declaración de no haber ni vencedores ni vencidos.
Nadie iba a ser apresado. Entre todo este ajetreo nacional,
Cocoricó fue una herramienta de propaganda. Después
de ese conflicto subió a la presidencia –se dice que por
fraude electoral nuevamente– quien había sido un eficiente
ministro de hacienda según Flor Vásconez: el señor Juan
de Dios Martínez Mera, como candidato por el partido
Liberal Radical. 8
Los editores de Cocoricó tampoco fueron muy fanáticos
de la candidatura de Martínez Mera. La calificaron P. anterior izquierda: “Lo que la tropa
de burguesa y afirmaron que sería una candidatura hizo ayer y lo que falta de hacer”.
9 Cocoricó número 19. Septiembre
auspiciada por un banco y por la Unión Azucarera – 4,1932. Biblioteca Municipal de
dicho esto en un artículo firmado por el gallo socialista, Guayaquil.
que paradójicamente tiene una publicidad de repuestos de P. anterior derecha: “Bueno, si la llu-
automóviles abajo. via lo permite...”. Cocoricó número 1.
Abril 29, 1932. Biblioteca Municipal
Criticaron fuertemente a Juan de Dios Martínez Mera.
de Guayaquil.
Esto los llevó a hacer una pausa debido a que el señor
Derecha: Cocoricó número 5. Mayo
Wilfrido A. Moreno, quien les imprimía el panfleto en
29, 1932. Biblioteca Municipal de
su taller, había sido auspiciante de la campaña de Don Guayaquil.

75
77
10 “Sobre el Escudo”, Cocoricó n. 30, Martínez. Sin ningún rencor y muy agradecidos, decidieron
diciembre 11, 1932, p. 3.
retirarse de este taller y dejar de imprimir la revista. Salían
11 Efrén Avilés Pino, op. cit. de circulación el 11 de diciembre de 1932, pero prometieron
10
volver a la escena.
Finalmente, Martínez Mera fue altamente combatido por
el propio parlamento; cada vez que nombraba un ministro,
éste era descalificado por el congreso. Deseaban quitarle
la presidencia, y uno de los más interesados fue el Dr.
José María Velasco Ibarra. Este último sería candidato a
la presidencia después de que el 17 de octubre de 1933
Juan de Dios fuera destituido por el congreso, declarando
vacante la presidencia.
En julio de 1934 los editores de Cocoricó cumplen su
promesa y regresan al ruedo, esta vez para despotricar
contra la primera presidencia de José María Velasco Ibarra
o, como ellos lo llamarían, Velasquillo o Velasquete. En
Cocoricó se criticó como principal defecto del presidente
su relación con la Iglesia, y cómo llegaba a parecer un
simple títere de ésta. Fue muy corto el periodo presidencial
de Velasquillo debido a que, a pesar de su intento por
desarrollar obras, se dejó llevar por la coquetería de una
dictadura. Clausuró muchas publicaciones y apresó a
miembros de la oposición.

Pero el pueblo ecuatoriano no estaba dispuesto a permitir


que se atropellen los derechos ciudadanos, y al grito de
¡Viva la Constitución... Abajo la Dictadura...! expresó su
rechazo al intento dictatorial. Las Fuerzas Armadas también
respondieron a la indignación popular, y en patriótica
actitud procedieron a la destitución del frustrado dictador,
a quien ese mismo día detuvieron para luego obligarlo a
que abandone el país. Ya desde el destierro, el Dr. Velasco
Ibarra entregó una de sus célebres frases: “Me precipité
11
sobre las Bayonetas”.

Luego de la destitución de Velasco Ibarra se publica la


última edición de Cocoricó: su número 51, de diciembre
Izquierda: Galo Galecio, Portada de 1934. Aunque contentos por el trabajo realizado, esta
Cocoricó número 37. Septiembre
vez no prometieron volver. Cocoricó parece haber sido otro
2, 1934. Biblioteca Municipal de
Guayaquil. panfleto más, como muchos publicados en esa época, pero
78
Izquierda: Galo Galecio, Cocoricó
número 44. Octubre 22, 1934.
Biblioteca Municipal de Guayaquil.

Derecha: Galo Galecio, Portada


Cocoricó número 33. Julio 31, 1934.
Biblioteca Municipal de Guayaquil.

79
81
12 María Elena Bedoya, Los espacios creo que debemos retroceder un poco en nuestro texto
perturbadores del humor - Revistas,
arte y caricatura 1918-1930 (Quito: y notar cuál es el hecho que hace que esta revista sea
Banco Central del Ecuador, 2007), considerada un hito importante en la historia de la prensa
p. 35.
política y el arte del Ecuador.
Algo que me intrigaba mucho era la calidad de las
caricaturas de Cocoricó, en especial que Galecio lograra
un estilo similar –mas no igual– al que se conoce de las
caricaturas de la época en otras partes del mundo. En su
biografía no aparecía que hubiera salido del país hasta
1942, cuando fue becado para estudiar en México. En
medio de la biografía hecha por Pérez Pimentel se lanzan
un par de nombres, sin aclarar mucho quiénes son, sólo
como sus profesores. Uno de ellos fue José María Roura
Oxandaberro, profesor de dibujo y pintura de Galecio.
Buscando un poquito más sobre este maestro Roura,
encontré lo siguiente:

José María Roura Oxandaberro fue el impulsador par


excellence de la caricatura moderna en nuestro país. Este
artista de origen catalán llegó a nuestro país en 1910.
Como señala José Gabriel Navarro, su arribo impulsó el
desarrollo del humor gráfico en Quito, “él fue el fundador
de un arte poco menos que desconocido entre nosotros: el
de la caricatura, arte que él lo poseía de maravilla, género
nada cultivado en Quito”. Su participación como profesor
en la Escuela de Bellas Artes de Quito hacia 1915 abrió
la posibilidad para el crecimiento de nuevos dibujantes
y caricaturistas. Tanto en la capital como en Guayaquil
ejerció su magisterio y pudo entablar amistad con jóvenes
artistas como Galo Galecio, Enrique Terán, Guillermo
12
Latorre, Demetrio Aguilera Malta, entre otros…

Entonces, es muy probable que el ilustrador principal


de Cocoricó haya logrado de esta manera un estilo muy
influenciado por los contenidos que el señor Roura traía
desde Europa.
De Eleodoro y Clotario, los editores de Cocoricó, aparte de
Izquierda: Jaime Salinas, Cocoricó tener nombres muy peculiares no hay mucha información.
número 43. Octubre 15, 1934.
Biblioteca Municipal de Guayaquil. Clotario Paz pasó la vida entre poeta, periodista, perseguido
político y revolucionario activo, principalmente del partido
82
13 Efrén Avilés Pino, op. cit.

liberal, del cual se desligó para fundar junto con Eleodoro


Avilés Minuche la Vanguardia Socialista Ecuatoriana –
principalmente ellos dos, pero junto con otros realizaban
13
los textos que aparecían en el semanario.
Podría tal vez pasar como una publicación más, pero
Cocoricó nos hace regresar la mirada principalmente a la Izquierda: Jaime Salinas, Portada
calidad de sus caricaturas; de pronto, sin ellas hubiera Cocoricó número 41. Septiembre
30, 1934. Biblioteca Municipal de
pasado como otro panfleto desapercibido de la historia. Me Guayaquil.
gusta mucho el hecho de que, al leer la historia, gracias a
Derecha: Galo Galecio, Portada
las caricaturas me imagino un poco las escenas como un Cocoricó número 31. Julio 13, 1934.
circo político o un juicio en el país de las maravillas, sin Biblioteca Municipal de Guayaquil.

83
mucho sentido, lleno de peleas que suceden en nubes de
humo, políticos que lloran como bebés o curas que escupen
gobernantes. Fuera de su cuestionable idiosincrasia debido
a sus auspiciantes, hizo más risible la política oficial.

Guillermo Latorre, “La disputación


de Los Ríos. Sólido Bloque de
Oposición”. Cocoricó número 47.
noviembre 13, 1934. Biblioteca
Municipal de Guayaquil.

Derecha: Portada Cocoricó número


49. noviembre 13, 1934. Biblioteca
Municipal de Guayaquil.

85
Bibliografía

Bedoya, María Elena. Los espacios perturbadores del humor - Revistas, arte y
caricatura 1918-1930. Quito: Banco Central del Ecuador, 2007.

Bonilla, Xavier. Historia del humor gráfico en Ecuador. Lérida: Editorial Milenio 2009
Ibarra, Hernan. Trazos del tiempo - La caricatura política en el Ecuador a mediados
del siglo XX. Quito: Museo de la Ciudad, 2006.

Efrén Avilés Pino. “Enciclopedia del Ecuador”. Consultada agosto 25, 2014. http://
www.enciclopediadelecuador.com/.

Rodolfo Pérez Pimentel. “Diccionario biográfico Ecuador”. Consultada agosto 13,


2014. http://www.diccionariobiograficoecuador.com.

Vásconez, José Joaquín. Historia Analítica del a República del Ecuador. Quito:
Cevallos, 2012.

87
Sobre la caricatura por
la que fue clausurado
El Universo en 1937 y la
participación del general
Alberto Enríquez
Jorge Luis Pérez Armijos

Introducción a la introducción
La caricatura por la que fue cerrado El Universo
durante 13 días, en 1937, está ya casi olvidada. Al
recopilar información para este ensayo, resultó común
verla rodeada de datos tergiversados por el paso del
tiempo, así como por un marcado desinterés hacia
un momento político con “poca sal”. Los actores que
la protagonizaron no son de los más célebres de la
época, pero sí participaron dos personajes eclipsantes:
un entrante Velasco Ibarra la precede con su primera
presidencia, y un opacador Arroyo del Río la sucede.
Hay en este ensayo tres hipótesis nuevas sobre lo
ocurrido al final de la década de los 30. Pero a sabiendas
de que este cachito de la historia ecuatoriana no está
muy fresco en la memoria, primero habrá que hacer un
pequeño recuento del cambio de paradigma social que
se vivió en aquellos años, poniendo particular atención
en un hombre que la historia ha colocado en un altar,
quizá sin prever que se trataba de un cuestionador

90
iconoclasta. Para llegar hasta ahí, es necesario dar un 1 “El Universo alerta que es víctima
de ataque mayor”, El Deber, 18 de
breve brochazo de la política ecuatoriana de la época. febrero, 2012. consultado 2 de octu-
bre, 2013. http://eju.tv/scripts/aa3.
php?pagina=http://www.eldeber.
Introducción com.bo/2012/2012-02-18/vernotain-
La distancia temporal casi ha dejado en el olvido el primer ternacional.php?id=120217215821
motivo por el que el diario El Universo, uno de los periódicos
con mayor tirada y antigüedad del país, fue clausurado.
Este cierre se suscitó por una aparentemente inocua
caricatura publicada en 1937.
75 años después, ante una nueva amenaza de cierre,
los tres directores de El Universo dirían, en un comunicado
editorial publicado en Bolivia en 2012, que la posible
clausura a la que se enfrentaban era el “ataque más grave
1
que había sufrido [el diario] en sus 90 años de historia”. Si
bien ambas amenazas han sido de peso, quizá la gravedad
que conllevó la primera clausura sirve sólo de referencia
ahora y pierde, por desgracia, el rol protagónico que debería
tener en los anales de los atentados contra la libertad de
prensa.
Para comprender la caricatura en cuestión, hay que
refrescar un poco la memoria y remontarnos hasta 1934,
cuando José María Velasco Ibarra, candidato del partido
conservador, gana contundentemente las elecciones
con el 80.2% de los votos a favor de su partido. Para el
año siguiente, con el fin de ahorrarse los problemas que
acarrea la separación del poder, Velasco Ibarra se empezó a
proclamar dictador, pero fue derrocado casi de inmediato.
De lo anterior resultaría una sucesión de tres dictadores
que tomaron partida cuando el poder quedó en manos
de un ministro de Velasco Ibarra, el Dr. Antonio Pons
Campuzano, quien dirigiría el país por un mes, hasta el 26
de septiembre de 1935.
Entra entonces en escena quien terminó por cerrar
temporalmente El Universo: el dictador de vocación,
ingeniero de profesión, Federico Páez Chiriboga, que estuvo
en el poder desde el día mencionado hasta el 22 de octubre
de 1937, momento en el que fue derrocado por el general
Alberto Enríquez Gallo.
Grosso modo, del Dr. Pons –el primer dictador– se sabe
lo que se necesita saber, es decir, poco. El poder quedó en
91
2 En su autobiografía, Páez indica sus manos, pero al mes ya le recomendaban que lo dejara.
que si hubiera tenido más tiempo
para pensarlo, no hubiera aceptado Luego de que los militares se reunieran, el poder recayó en
el cargo, signo de cualquier persona un civil: Páez.
no preparada para gobernar. “En 2
verdad, todo lo hice maquinalmente,
Páez fue un dictador torpe. Los críticos de todas las
pues de haber conservado mi sere- esquinas del espectro político se hicieron oír. En ese
nidad no lo hubiera aceptado jamás.
momento, el país era conservador y velasquista, como lo
Demasiado conocía a mi país...”, Ing.
Federico Páez, Explico (Quito: El avaló el 80.2% de los votos a los que ya se hizo referencia. Así
Comercio, 1939), p. 14. que Páez recibía fuego de la prensa, que era conservadora,
3 Efrén Avilés Pino, “Enciclopedia del y de la nueva clase política, que era de izquierda, sin saber
3
Ecuador”, consultado 25 septiembre, cómo aplacar a ningún bando.
2013, http://www.enciclopediadelec-
uador.com/temasOpt. Para el 28 de noviembre de 1936 –dos meses después
de haber sido designado dictador–, Páez ya estaba con la
4 Alfredo Pareja Diezcanseco,
Historia de la República del Ecuador metralleta en la mano, respondiendo el fuego a un batallón
de 1830 a 1972 (Quito: Casa de la insurrecto que representaba a los conservadores y que iba
Cultura Ecuatoriana, 1974), p. 234.
a derrocarlo. Empezó entonces la represión.
5 “Este medio también había Páez comenzó a tenerle miedo a todos los que estaban
publicado algunos extractos del
en su contra, que era casi todo el pueblo, y empezó a callar
libro Conciencia o barbarie, de José
María Velasco Ibarra, que, afectaban las voces de protesta: cerró universidades y periódicos;
moralmente a Páez’. Además, por literatos fueron defenestrados y expatriados. Ciertos
esos días, el periódico denunció
beneficios personales del ministro de intelectuales –los que se lo podían permitir– huyeron del
Hacienda, Alberto Whither Navarro.’’ país rumbo a Estados Unidos; los que no se lo podían
: “El Universo, referente global en
defensa de la libre expresión’’ , El permitir, terminaron en Perú o en las Galápagos. Pero
Universo, 16 de septiembre , 2012, Páez no discriminaba; no hacía falta estar en su contra
consultado 23 de septiembre, 2013.
http://rafaelcorreacontraeluniverso. para constituir una amenaza, bastaba con ser un líder
eluniverso.com/2012/09/16/el-uni- de opinión pensante. Diezcanseco lo describe mejor:
verso-referente-global-en-defensa- 4

de-la-libre-expresion/
“Páez llegó a sentir un miedo morboso a la inteligencia”.
Cualquier acto de oposición era peligroso.

Cierre de El Universo
El “mayor diario nacional” –ahora es sólo un eslogan, pero
en esa época era cierto– era de corte conservador y no
5
perdía ocasión para incomodar al dictador. La caricatura
“La cena”, de autor desconocido, fue publicada por el medio
el 9 de junio de 1937. En ella se alude a una reunión que
el presidente había celebrado días antes con los militares,
donde éstos, aparentemente, le habían mostrado su apoyo.
Poco sospecharía Páez que esos mismos comensales lo
derrocarían en sólo cuatro meses.
El hecho es que el enardecido dictador mandó a apresar
a los directores de El Universo y les impuso una multa
92
de 100 mil sucres, que era, en aquel entonces, la mitad 6 Este ensayo fue escrito en el año
6 2013. En Ecuador desde el año 1998
del valor calculado a la empresa, y que ahora debe ser se cambió la moneda de sucres a
el equivalente a 20 millones de dólares, centavos más, dólares.
centavos menos. Por ello, el diario dejaría de circular, por
7 Como quizás tampoco lo hizo el
única vez en su historia, la supersticiosa cantidad de 13 anónimo autor de la caricatura, que
días. deja como 12 los comensales re-
tratados, cuando en La Última Cena
Y antes de pasar al siguiente tema, presentamos la los comensales deben haber sido
primera de las tres hipótesis que este documento lanzará: mínimo 13.
7
quizá Páez no había leído bien su Biblia y no entendió el
pie de la caricatura, que reza que alguien lo va a besar;
así que, encabritado por los tintes homosexuales de dicha
nota, cerró El Universo. ¿Quién me puede decir que no fue
así?
Ahora, aquí es donde este ensayo debería dar un giro
hacia los ideales mayores de la libertad de prensa. Quizá
debería hablar del poder de una simple caricatura; quizá
deba alzarla y defenderla como la más importante del
comienzo del siglo pasado para Ecuador; quizá deba hacer
una referencia astuta al actual gobierno y los paralelismos
entre las situaciones… Un personaje que es bien recordado
por pocos, que ya ha sido nombrado y que ha participado
directamente en todos los hechos narrados, pero que ha
sido hábilmente omitido para darle suspense a este ensayo
hace, al fin, su aparición:

Alberto Enríquez Gallo


Ya se mencionó que el general Alberto Enríquez tomó
el poder de manos de Páez, pero Enríquez había estado
presente en la política desde tiempo atrás. Era parte de
quienes respaldaron a Velasco Ibarra en su presidencia,
y fue también parte de quienes pusieron el hombro para
derrocarlo. Es Enríquez Gallo quien, casi a dedo, entrega
el poder a Pons y, un mes después, lo convence de que lo
devuelva. Llegado el momento, en la Junta Militar que se
reunió para recibir el poder que Pons dejaba, ahí estaba
Enríquez señalando que Federico Páez Chiriboga –quien
incidentemente resultaba ser su padrino de bautizo– debía
Anónimo, “La cena”. El Universo 9 de
ser el nuevo dictador. Páez ni siquiera estaba enterado de junio, 1937. Biblioteca Municipal de
la maniobra: Guayaquil.

93
94
8 También es bastante inverosímil
8 que Páez haya estado leyendo, lo
Me encontraba acostado leyendo tranquilamente cuando que resta credibilidad al resto de su
sonó el teléfono. Era el Dr. Aurelio Bayas, quien me autobiografía.
comunicaba que había asistido a la sesión de la Junta
9 Ing. Federico Páez, Explico (Quito:
Militar ante la cual renunció el Dr. Pons; y que la Junta, El Comercio, 1939), p. 14.
habiéndome elegido para que lo sustituyera, mandaba
9
10 Gualberto Arcos, Años de Oprobio
una comisión a mi casa a comunicármelo. (Quito: Imprenta Fernández 1940) p.
134

Cuando los golpistas atacaron a Páez, ahí estuvo Enríquez 11 Esto quiere decir que no encontré
defendiéndolo; y cuando Páez trató de hacerse presidente la autobiografía de Enríquez.

por cuatro años, ahí estuvo Enríquez derrocándolo.


Los historiadores de Ecuador –que son, a mi saber, dos,
Efrén Avilés Pino y Rodolfo Pérez Pimentel– se desviven en
elogios al dictador Enríquez. “[Su gobierno] estuvo guiado
por un honrado deseo de mejoramiento nacional”, dice
10
otra persona que aparentemente también es historiadora.
“No fue ambicioso de poder o dinero”, dice Pérez Pimentel.
“Inició con su gobierno un periodo de paz y progreso que
fue muy beneficioso para el país”, dice Avilés Pino. “Dio
prueba de mayor capacidad civilista que el civil Federico
Páez”, dice Pareja Diezcanseco. “De su gobierno se ha
dicho que fue de paz, libertad, progreso social y jurídico, y
que pasó con honor a la historia”, dice nuevamente Pérez
Pimentel, sin citar la fuente, pero hombre, yo le creo.
11
Y las acciones hablan más que las palabras. Enríquez
siempre estuvo del lado de los ideales de libertad y justicia,
como atestiguan sus acciones, pues se opuso a la dictadura
de Velasco Ibarra; se opuso a que su padrino Páez se
aferrara más al poder (aun así lo defendió de golpistas), y
finalmente se opuso a él mismo, pues bien podría haberse
quedado como dictador; sin embargo, convocó a elecciones
y se retiró de la vida política.
Un pan de Dios el Enríquez. Y por cierto, es el que está
en la caricatura sosteniendo el discurso, como su uniforme
revela. Teniendo ahora más clara la espalda de Enríquez, es
hora de hacerle frente a la revelación y las especulaciones
que la siguiente fuente trae: que pase…

95
12 “El 10 de julio de 1937, El Universo Don Ismael Pérez Pazmiño
publicó una caricatura titulada ‘La
Cena’ y el Ministro de Defensa Na- Este personaje era quien llevaba el poder de El Universo (el
cional, Gral. Alberto Enríquez Gallo, diario, no la suma de toda la materia y el espacio). Cuando
sintiéndose aludido, ordenó la inme-
diata clausura del diario”. R. Pérez
la caricatura ofendió a Páez y arrestaron a los directivos
Pimentel confirma esto en su artículo del medio, quienes eran hijos de don Ismael Pérez Pazmiño,
de Alberto Ycaza Carbo, quien era
también había boleta de captura para él mismo, pero no se
gobernador del Guayas en esa
época. Rodolfo Pérez Pimentel, Dic- encontraba en la ciudad. Entre las sanciones impuestas
cionario Biográfico del Ecuador, con- al medio se incluía que Pérez Pazmiño dejara de dirigirlo,
sultado 13 septiembre, 2013, http://
www.diccionariobiograficoecuador. cosa que se hizo de jure, mas no de facto. “Era un hecho
com/tomos/tomo5/y1.htm. sobreentendido que el verdadero director siguió siendo
siempre Ismael Pérez Pazmiño y el gobierno cerró los ojos”,
13 Ismael Pérez Pazmiño, La forzada escribió Carlos Villar Borda, editor de la autobiografía de
clausura de El Universo: una tem-
pestad alrededor de una caricatura don Ismael Pérez.
(Guayaquil: Imprenta y Papelería Ya quedamos en que Pérez Pazmiño era el hombre clave
“Mercurio”, 1939), p. 44.
de El Universo. Ahora, su autobiografía señala12a Enríquez,
14 Un terrible jabalí de la mitología y no a Páez, como el responsable del forzoso cierre:
griega que vivía casualmente en la
ciudad de Erimanto y era conocido
por ser un bicho súper temible. Con todo, no faltó un tiranuelo de charreteras, solo,
iletrado, indocumentado que un día se diera a la salvaje e
15 Libro que sería la bomba para
usar en este ensayo, pero que inconsciente tarea de cerrar El Universo durante casi una
sólo se encuentra disponible en quincena.13
la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio 14
Espinsa Polit, en la ciudad de Quito, Otro jabalí de Erimanto –o acaso más bien de Cayambe–
y yo estoy en la ciudad de Guayaquil; a quien atrapó vivo y mató moralmente Pablo Hanníbal
sin embargo, se puede intuir no se
desvive en halagos hacia Enríquez. Vela en 1939 fue un tal comandante Enríquez, cuyos más
notables milagros de politicoide y los tristes aspectos de
16 Ismael Pérez Pazmiño, op. cit., p.
su personalidad de sainete cómico-político dictatorial
78.
expusiera el gran polemista en un acabado y brillante
15
17 Es de destacar que Ycaza prefirió
ensayo titulado “Radiografía moral del general Enríquez”.
dimitir antes que clausurar al diario.

Además, el editor de la biografía de Pérez Pazmiño agrega


que “es de notar que Ismael Pérez Pazmiño y todo el mundo
en general culpaba al general Enríquez más que a Páez del
16
conflicto”.
Y he aquí el meollo de asunto. ¿Qué pretendía Enríquez,
que era tan bueno y correcto, cerrando El Universo? Pérez
Pimentel, en la biografía de quien era gobernador del Guayas
17
en ese momento, Alberto Ycaza Carbo, ofrece una explicación:
“Enríquez estaba violento y sostenía que se había ofendido la

96
dignidad del Ejército”.18¿Pero tan ofendido estaba Enríquez? 18 Rodolfo Pérez Pimentel, op. cit.
¿O es que quizá tenía otros planes en mente? 19 Es de recordar que la ubicación
Lo cierto es que El Universo dio con el martillo al clavo: de El Universo en esa época era
muy céntrica, y que su edificio era
efectivamente Enríquez iba a derrocar a su padrino Páez.
bastante bonito.
Seguramente por miedo a que Páez atara cabos, Enríquez
20 Uno de los hijos de dos Ismael
reaccionó con decisión implacable. Villar Borda señala
Pérez Pazmiño, que había sido ar-
además que el gobierno tenía un plan bastante gordo restado por la caricatura
para El Universo: su edificio sería sede de un batallón del
19 21 Pero, como ya se dijo, el nom-
ejército, y su imprenta se llevaría a Quito para ser usada bramiento de Jijón no tenía peso
por el oficialismo con fines propagandísticos, en la Escuela ninguno en las actividades del diario
ni mermó a Pérez Pazmiño.
Militar.
Ejecutando la clausura a través del títere Páez, Enríquez
se lavó las manos. Además, consiguió que la opinión pública
se pusiera en contra de Páez, lo que facilitó su salida. Era
un gran plan, propio de la mente de un estratega militar. Y
lo hubiera logrado, de no ser por esos chicos entrometidos
y su perro llamado Scooby-Doo, y porque Sucre Pérez
20
Castro y el que sería nombrado director del diario como
sanción para Pérez Pazmiño,21 un doctor de apellido Jijón,
fueron a conversar sobre la clausura directamente con
Páez a Quito. De ahí sale lo de la multa de 100 mil sucres,
monto que se depositó en una cuenta conjunta y del cual,
por cierto, el gobierno nunca giró en contra.

Conclusiones
Entonces, ¿se ofendió Páez con la caricatura? ¿Se ofendió
Enríquez? Según mi particular hipótesis, el cierre de El
Universo no fue una cuestión personal entre los actores
políticos, como generalmente se recuerda, sino que más
bien eran los pinitos de una estrategia militar planificada
por Enríquez.
Por rencillas personales, Páez pudo haber clausurado el
periódico desde que a su hermano, Enrique Páez –en esa
época era intendente de Guayaquil–, le empezaron a decir
“El negado”. Ese agravio era mucho más feo que insinuar
que alguien lo traicionaría.
Por otro lado, está más en el carácter de Enríquez
haberse enojado por la caricatura, pero el hecho de que
ya tenía un plan bastante desarrollado para el futuro

97
de El Universo da a entender que sólo estaba buscando
motivos para realizarlos. “La cena” sólo transparentó sus
intenciones.
Desgraciadamente, como ya se señaló al inicio de este
documento, la relevancia de aquella época, acompañada
por una saludable dosis de desinterés por los personajes
que actúan en ella, hará que cualquier investigación más
profunda en este tema no rinda frutos, o que nadie coma
los frutos rendidos y haga de una investigación seria un
exceso de futilidad.
Yo tengo la maniobra bastante clara y creo que las
ambiciones del general Enríquez por el poder eran mayores
a las que hoy se conocen. Se sabe que su nombre surgió
para ocupar el cargo de presidente cuando éste dejó el
poder a una asamblea convocada para llamar a elecciones,
pero ciertos diputados se opusieron a la sugerencia porque
Enríquez había sido dictador.
Quizás el general esperaba que le regalasen el poder
como premio por haber sido tan buena gente, casi como su
padrino pensó en convertirse en presidente desde la curul
de dictador. Ya esta última hipótesis es más descabellada,
pero si no pensaba en tener más tiempo el poder, ¿por
qué hacer planes de un periódico militar en Quito? ¿Y por
qué sacar del poder a Páez? Páez convocó a una Asamblea
Constituyente con intenciones de hacerse presidente
democrático. Enríquez hizo lo mismo, sólo que a él no lo
nombraron presidente, y ahí ya era muy tarde para que
Enríquez reaccionara, pues él ya no era el dictador.
No le salió la jugada, pero enhorabuena, que ahora por
lo menos es recordado como un hombre muy correcto
y nada ambicioso, excepto quizá por unos pocos que
intentamos –muy posiblemente equivocados– ver más allá
de lo evidente y especular sobre la bondad de los buenos.

98
Bibliografía

Arcos, Gualberto . Años de Oprobio. Quito: Imprenta Fernández, 1940.

Efrén Avilés Pino. “Enciclopedia del Ecuador”. Consultada septiembre 25, 2013.
http://www.enciclopediadelecuador.com/.

“El Universo alerta que es víctima de ataque mayor”. El Deber. 18 de febrero, 2012.
Consultado 2 de octubre, 2013. http://eju.tv/scripts/aa3.php?pagina=http://www.
eldeber.com.bo/2012/2012-02-18/vernotainternacional.php?id=120217215821.

Páez, Federico. Explico. Quito: El Comercio, 1939.

Pareja Diezcanseco, Alfredo. Historia de la República del Ecuador de 1830 a 1972.


Quito: Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1974.

Pérez Pazmiño, Ismael. La forzada clausura de El Universo: una tempestad alrededor


de una caricatura. Guayaquil: Imprenta y Papelería “Mercurio”, 1939.

Rodolfo Pérez Pimentel. “Diccionario biográfico Ecuador”. Consultada septiembre 13,


2013. http://www.diccionariobiograficoecuador.com.

99
La Bunga
Josué Monar

“El Ecuador no se va a acabar por


los terremotos sino por los malos
gobiernos.”
Santa Mariana de Jesús

Hola lector, soy una bunga, un insecto que pica con su


gran aguijón, que tumba casas de madera y te zumbo
en las orejas si me molestas…
Yo vi nacer al Ecuador; soy vieja como la memoria de
la tierra. En un día de 1967 viajé a Quito. Recorría las
calles estrechas y empedradas de esta pequeña y fría
ciudad, cuando me metí en un bar buscando refugio y
me posé en un vasito de canelazo. ¡Por poco me beben!
Ahí fue cuando vi el rostro de Asdrúbal de la Torre,
asustado por casi haberse tragado una mosca.
Estaba con sus amigos, que se hacían llamar
“Autores, cómplices y encubridores”. Ése fue el día
de la fundación de una revista que acabaría con los
municipios, que tumbaría los partidos políticos, que
no se vendería ante nadie, pero ellos no sabían cómo
bautizarla. Entonces zumbé y zumbé alistando mis
alas y Asdrúbal, con las orejas bien zumbadas, dijo: “Se
llamará La Bunga”. Y desde ese momento los acompañé
en su psicodélica aventura editorial.
Quito era chiquito, como yo, y se podía recorrer
tranquilamente. En ese entonces lo acompañaba a

102
Asdrúbal en sus canelazos, y ahí estaban José Alfredo 1 “En patriótica marcha avanzó por la
Av. 9 de Octubre hacia la Columna
Llerena con sus versos; Soflaquito, Polvorín, Edwin de los Próceres, demostrando su re-
Rivadeneira con sus caricaturas, y Gilberto Mantilla, casi chazo a la actitud abusiva de quienes
trataban de gobernar entre cuatro.
todos periodistas del diario El Comercio. Iba con Asdrúbal Las fuerzas policiales intentaron
cuando recogía sus noticias por la mañana; a las 6 de la reprimir la manifestación utilizando
gases lacrimógenos y haciendo
tarde se hacía la edición, y la impresión se terminaba a eso
disparos al aire” -Efrén Aviles Pino,
de la 1 de la mañana. Luego bromas, canelazos y bungazos. “Enciclopedia del Ecuador”, consul-
Circulaba poco la revista, había poco tiraje; sólo “salía tado 6 de mayo, 2014, http://www.
enciclopediadelecuador.com/tema-
cuando le daba la gana”, porque hasta las impresiones que sOpt.php?Ind=1151&Let=
hacían en El Comercio, a pesar de que trabajaban ahí, se
las cobraban.
Los recuerdo a todos un día, decidiendo en un bar
que la revista se editaría desde el número tres, “porque
toda revista muere en el número uno… o dos”. Así, entre
bungazos y platillos en agosto de 1967, con el título de
Autores, cómplices y encubridores, sale a picar y a zumbar a
todo el público, a darle en las orejas en esa primera edición
a Otto, el Otto Arosemena Gómez que hacía poquito había
llegado al poder.
Pero no todo había sido bombo y fiesta; el Ecuador venía
de un periodo difícil. El 11 de julio de 1963 destituyen a
Carlos Julio Arosemena Monroy, primo hermano de Otto,
y los militares toman el poder con un golpe de esos que
descalabran el alma del país. Era una dictablanda, pero
pecaron de abusivos golpeando a mujeres como las que
1
salieron a marchar el 3 de octubre de 1964, y al final
se hicieron haraquiri con sus bayonetas al asaltar la
Universidad Central de Quito, en un triste 25 de marzo
de 1966. Se largaron el 30 de marzo. Llegó Clemente
Yerovi como presidente interino, desapasionado del poder
que quería llevarnos a la constituyente, equivocarse lo
menos posible e irse a jugar 40 a su casa, cosa que hizo a
cabalidad, como caballero guayaquileño que era. El 16 de
noviembre de 1966 sube Don Ottito, de quien les hablaba
hace un ratito.
Entenderán que la memoria me falla porque soy vieja y
ya no puedo volar como antes. La revista era una locura y
no se puede separar de la memoria política del Ecuador, así
que perdonarán si aburro con estos hechos mal contados.
Derecha: Gato (seudónimo), “Por-
Subió Otto y todos le dimos látigo y aguijonazos. Andaba tada La Bunga n.10”, La Bunga. s.f. .

103
dándose baños de popularidad, viajó en helicóptero, 2 “Gobierno echó a un emba-
jador hace 43 años”, El Universo,
cantó, bailó y comió cuy con chicha para ser amado. 11 abril, 2011, consultado 12 junio,
Creó ordenes al mérito, 1.7 escuelas por día; se hizo el 2014, http://www.eluniverso.
com/2011/04/11/1/1355/gobierno-
bravo frente a Lyndon Johnson en la reunión de Punta del
2 echo-un-embajador-hace-43-anos.
Este, y el Ecuador lo recibió casi que como héroe nacional html.
por haber hecho respetar a la patria, y de paso se dio un
3 Periodo de explotación petrolera
empujoncito de popularidad frente a la opinión pública. que ayuda económicamente al Ecua-
Todo un matador el Otto. Al final, se fue del poder el 31 de dor durante 1972 - 1982.

agosto del 68.


Luego vino Velasco, a quien le dedicamos la portada
número 13 cuando se declaró luchador contra las
oligarquías. Le puso un impuesto a la exportación de
azúcar, dizque para crear una “cultura de pago”, pero le
salió el tiro por la culata: se le fueron cuatro ministros de
Economía del 68 al 70, y al final la inflación se lo llevó al
peso. Se declaró dictador, y por ahí mismo le cortaron la
cabeza el 16 de febrero del 72, cuando lo derrocó Guillermo
Rodríguez Lara alias “Bombita”, por su redondez y estatura
chiquita. Bombita y sus planes renovadores revolucionarios
nacionalistas petroleros, pero todo lo reformista que intentó
ser de nada le sirvió: la inflación lo hizo más Bombita, y a
3
pesar del boom petrolero, otro golpe de Estado en el 76 lo
hizo rodar fuera del poder.
Mientras iban y venían gobiernos, nosotros, verdaderos
revolucionarios, habíamos creado una estructura novedosa
para aguijonear, cuasi rimbombante y nunca antes vista.
A la portada los muchachos le daban colores fuertes; el
interior iba en blanco y negro, porque las impresiones
eran caras en esos años. No había fechas, sólo el número
de publicación, y sus 23 ediciones tenían las páginas en
numeración continua, por lo que creo que en algún lugar
está perdida “La Gran Biblia Bunguesca”, donde todas las
caricaturas siguen de fiesta. Es de recordar el primer número
que salió como tercero, donde mandábamos de una patada
a la luna a yankees y rusos por igual. Les dábamos plomo
de tinta a estos malos políticos del Ecuador. Teníamos un
sesudo editorial; ahí decíamos lo que queríamos, porque
la revista no tenía director y queríamos que Carondelet
se muriera de las iras. Nos reíamos de nosotros mismos Derecha:, Publicidad Gin King
Edward y Vodka Zhivago, La Bunga
y nos pagaban poquito, por eso verán que en la primera n.10. s.f.

104
Sección “La carcel de La Bunga”, La
Bunga n.10. s.f.

105
plana nunca salgo bien peinada, con mis seis patitas y
alas flacas, cara de malcomida, pero siempre brava.
Éramos creativos, nos inventamos un montón de
publicidades locas. Hacíamos la revista porque: primero,
queríamos divertirnos como buenos alborotadores
del humor, y segundo, de eso sobrevivíamos. Con eso
podíamos pagar nuevas ediciones. Nos pedían y hacíamos
publicidades para negocios ecuatorianos. Usábamos
montajes para distorsionar el espacio y el tiempo, diálogos
superpuestos para que dijeran lo que nos daba la gana,
lenguaje coloquial, sal de los chullas quiteños, juegos de
palabras y todas las armas del saber humorístico, porque
queríamos ser capitalistas y crear una estrategia de
marketing donde, gracias al humor, en vez de banalizar
el producto, lograríamos introducirlo en el imaginario del
consumidor. De este modo, planeábamos enriquecernos
y publicar La Bunga en Washington –con nuestro
corresponsal Johnny Walker– y luego en Moscú, pero en el
balance de cuenta no quedaba ni para las colas, y eso que
el ejemplar estaba a tres sucres.
En cierto momento me convertí en guía penitenciaria.
Me inventaron un segmento en la revista que se llamaba
“La Cárcel de la Bunga”, una página donde mandaba
preso a un personaje político y le cantaba sus verdades
en verso. En otra ocasión fui diplomática de La Bunga en
el Palacio, donde visitaba Carondelet y había disparates
usando montajes, como el día bungalógico que le di la
revista personalmente al Dr. José María Velasco Ibarra y
se le destornilló su flaca mandíbula, primero de las risas y
luego de las iras.
Sé que se habrán preguntado qué hay a nuestro
alrededor mientras les cuento esta historia. Esto es lo
que hay: una bodega con paquetes de revistas que han
resistido el tiempo y el polvo. En mi vejez infinita les puedo
decir que son una gran compañía, pues créanlo o no, las
caricaturas tienen vida y me acompañan aquí entre el polvo
y la luz, como estos tres personajes peleándose frente a mí
por saber quién fue el mejor presidente del Ecuador.

106
Velasco: ¡Cállese, bicho! Friega y friega, yo fui el mejor
presidente de esta patria amazónica: me daban un
balcón y resultaba electo.
Rodríguez Lara: Pero yo lo derroqué y mi gobierno fue
el mejor: compramos submarinos…
Otto: ¡Ja! Hundidos por la inflación…
Rodríguez: ¿Y usted qué rebuzna, Otto? Si todo voló en
su gobierno, como usted en helicóptero.
Otto: Mejor así, popularidad en mano que inflación
volando...
Rodríguez: Y hablando de vuelos y volados, ¿gozaron
ustedes del petróleo que sí estrenó mi gobierno de peso?
Velasco: ¡Cállese, Bombita! Gobierno de pesados… que
usted solo se infló e infló tanto que en el 76 explotó, y a
la casa lo mandaron.
4
Otto: ¡Dejen el sainete y lean Infamia y Verdad! Ahí
comprenderán el verdadero manejo del recurso nacional. 4 Libro escrito por Otto Arosemena
Gómez en marzo de 1973.
Velasco: ¡Caballeros! Lleguemos al consenso o a un
referéndum: que sea el lector bungués el que decida
quién de nosotros fue el mejor gobernante.

Un salvaje imparcial, un flaco orador brillante y un


gordo dictador inflado: usted, lector, decida quién de estas
caricaturas es el mejor mandante del periodo de esta
psicodélica locura editorial.
Pasa el tiempo, pasan los gobiernos, y en el número 26 se
murió La Bunga… un ratito, pues sigo volando para fregar
a los partidos políticos o al burrócrata en turno. Éramos
irregulares; incluso una edición –la octava, me parece–
tomó varios meses en publicarse. Ante este atraso, Roque
Maldonado, envalentonado, se mandó una declaración en
el editorial y dijo que pasamos celebrando las fiestas de
Quito desde el 6 de diciembre al 6 de enero; que él había
cambiado aros matrimoniales y todos habíamos discutido
durante seis semanas la línea editorial, sólo para decidir
en un final democrático que cada quien escribiría lo que le
“El otro yo de los candidatos”, La
diera la gana, y así declararon textualmente los muchachos: Bunga n.10. s.f.
107
Arriba: “Esto es un anuncio”, La
Bunga n.10. s.f.

Abajo: frase en la contraportada de


La Bunga, La Bunga n.10. s.f.

109
“El chisme de La Bunga”, La Bunga
n.10. s.f. Propiedad de Sandra
González.

110
Publicidad copiadora de planos, La
Bunga n.10. s.f.

111
5 Roque Maldonado, “Editorial”, La “Aquí estamos: tan envenenados y destructivos como
Bunga n. 8, s. f.
siempre y justo para gozar de las elecciones”.5
La irregularidad se nos fue de las manos. No publicamos
entre el 70 y el 72, esos años feos en los que Velasco se
declaró dictador, en un intento por poner orden en el caos
del Ecuador. Fuimos guapos mientras fuimos erráticos,
pero al final la falta de una línea editorial clara nos jugó
en contra. El dinero de las publicidades se hizo agua,
porque intentamos contratar un gerente que se llevó todo
en un pequeño sueldo ad honorem. Nos fuimos separando,
regresamos en el número 26 para ya no volver. Si se dieron
cuenta, mi aguijón sabe a humor irrespetuoso, a esa
espinita molesta, polvorienta y llena de tinta. 51 años han
pasado desde que la revista se volvió testimonio gráfico
de periodos caóticos, de elecciones, de egos y poder. No le
pegamos al mundo, no pudimos, pero deconstruimos el
Ecuador a punta de bungazos punzantes; desantificamos
el poder y nos reímos de un Otto en helicóptero, de un
flaco Velasco furibundo y de un Bombita mandón, todos
dibujables y fácilmente borrables del papel y de la memoria
cuando se nos dé la gana.

“El Ecuador es a prueba de malos gobiernos”


Editorial de La Bunga #24
en respuesta a Santa Mariana de Jesús

112
Bibliografía

Bonilla, Xavier. Historia del humor gráfico en Ecuador. Lérida: Editorial Milenio 2009

Efrén Avilés Pino. “Enciclopedia del Ecuador”. Consultada 6 de mayo, 2014. http://
www.enciclopediadelecuador.com/.

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EC”. Consultada junio 18, 2014. http://elimperdible.ec/web/arteycultura/
lapizurdo-se-destaca-en-un-mundo-para-diestros.html

Larrea Punín, María Isabel. Martínez Haro, Alison. La profesionalización


periodística en Ecuador: ¿la experiencia en las calles o el conocimiento de las aulas?.
Consultado 17 junio, 2014.http://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/
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Monar, Josué. Junio 17 2014. Asdrúbal de la Torre y La Bunga. http://www.


youtube.com/watch?v=ijJ_sYjxazQ Min

Revista La Bunga

113
Maranatha!
X Andrade

La memoria es como los pájaros, asegura el filósofo


francés Michel de Certeau: siempre chequeando a
su progenie una vez que se hallan a la distancia. La
memoria es, por tanto, el resultado de múltiples e
incansables idas y venidas.
Este ensayo es un vuelo de doble vía al nido de los
orígenes del rock en Ecuador; un cúmulo de relaciones
directamente olvidadas o, en el mejor de los casos,
mitificadas al echar mano de los estereotipos consabidos
y las ecuaciones fáciles: rock, amor, juventud, libertad,
rebelión, bla, bla, bla.
El punto de origen es la historia individual de Pancho
Jaime, el violento final de sus días y el silencio sobre
su muerte. Es una historia tan reciente que, de hecho,
la hace más significativa el que pocos la recuerden,
y la misión de este artículo es contribuir a que los
rockeros reconozcan también las raíces complejas,
contradictorias y hasta autoritarias que ha tenido este
género musical en el país. Confío en que mi argumento
sea claramente entendido: lo que menos me interesa
116
del rock es el rock; lo que me apasiona es cómo éste se
halla articulado a conexiones históricas e ideológicas que
explican un determinado devenir, aquel que, finalmente,
llegó a popularizarlo en lugares distantes a sus matrices
originales.
En estos días, el rock no es necesariamente ejemplo
de actitudes contestatarias, como alguna vez lo fue
(por lo menos como parte de las leyendas que buscan
convencer a los jóvenes de que están haciendo algo en los
márgenes, cuando en realidad lo que hacen es acompañar
de marihuana a la droga nacional –el alcohol– y corear
las mismas pendejadas de hace treinta o cuarenta años).
Fuera de nostalgias, el rock está para portadas de revista
familiar de periódico dominical.
Pero escarbar en la historia de Pancho Jaime y en la
telaraña de conexiones aparentemente arbitrarias que
llegara a establecer bajo la etiqueta rockera sirve para
brindar claves a una amalgama de sentidos ideológicos
y elementos simbólicos dispares que, de otra manera,
aparecerían desconectados y hasta opuestos.
Nunca el rock ha existido en el vacío, y en el caso
guayaquileño en particular, originalmente estuvo
encapsulado en un terreno de relaciones políticas. Más
allá de las juras a la bandera de la libertad, lo que queda
es la descarnada constatación de que aquí el rock no
ha cambiado nada, ni tendría por qué hacerlo mientras
imperen el silencio, el miedo y los sentidos restringidos de
la democracia.
Para expresarlo directamente: el rock existe en un campo
de poder más amplio en el cual callas o te callan y, en
ese sentido, no se diferencia en nada del resto de géneros
musicales, todos inocuos por igual, “mi comandante Che
Guevara”.
La historia del rock en Ecuador es el resultado de
un refrito particular. Es un recalentado de amor y de
paz, pero también de pornografía política, populismo,
adventismo religioso, violencia verbal y sangre. Y todo ello
bien empaquetado con maquillaje que haya su inspiración Derecha: Portada de Comentarios de
en Alice Cooper, aderezado con elementos de la industria Pancho Jaime, número 20, Agosto
1989. Colección pública de Carlos
porno de Los Ángeles, California. Klinger.
117
118
Todo empieza con el retorno de un inmigrante a su ciudad
natal, Guayaquil, en los años 60. Si bien ésta es una historia
individual, lo que la hace fascinante y definitivamente
anti exótica no son las declaratorias de pleitesía a Led
Zeppelin ni las loas a los Rolling Stones y The Who, todos
ellos dispositivos estandarizados de la “cultura” global
del rock. Por supuesto, esto último –la “cultura” del rock–
no es nada más que un cliché. Por ello, lo que realmente
importa en esta historia es que, después de alucinantes
vericuetos, la ideología rockera de Pancho Jaime termina
nutriéndose ávidamente de elementos normalmente
estigmatizados, tales como la vulgaridad del lenguaje, el
sexismo y la violencia machista; aunado a esto, lo que es
una infamia para todo serrano: una orientación política
devota de Abdalá Bucaram, líder populista guayaquileño
que representa, de acuerdo con el sociólogo Carlos de la
Torre, el grado sumo de repugnancia entre la conciencia
ilustrada del callejón interandino y entre el fragmento más
rancio de las elites costeñas –por supuesto, salvo cuando
de alianzas estratégicas se trata.

L.A. Touch
Víctor Francisco Jaime Orellana (alias Pancho Jaime o PJ),
nacido en 1946 y asesinado en 1989, está al principio y al
final de una historia que ocurrió entre los años 70 y 80;
o sea, no por coincidencia, los del establecimiento de una
base rockera en el país.
PJ creció en Los Ángeles, adonde sus padres se habían
trasladado en los años 50 como parte de la primera ola
de migrantes ecuatorianos que partió a Estados Unidos.
Jaime ponderaría su estancia en dicho país como un
privilegio que le brindaría algunas ventajas comparativas
en el medio, una vez que regresara a Guayaquil en los 70.
Vivió su adolescencia en la sección latina de Hollywood,
por lo que dijo estar familiarizado con el mundo pandillero
de la época, y que incluso estuvo encarcelado brevemente
por actividades violentas. En sus escritos posteriores, PJ
idealizaría dos aspectos de su experiencia norteamericana:
su pasado como veterano de Vietnam y, principalmente, su
119
participación en el movimiento hippie. Sobre lo primero,
se especula que nunca fue enviado al frente de batalla,
a pesar de que él lo haya dicho explícitamente. Sobre lo
segundo, en cambio, la mejor evidencia fue su propia
carrera como músico, reportero y empresario de rock en el
Guayaquil de los 70. De hecho, después de su asesinato
en los 80, debido al activismo político realizado a través
de sus propias publicaciones independientes, su nombre
recibe todavía ocasionales homenajes con menciones en
conciertos de rock o en las solapas de los discos de bandas
locales (Blaze, por ejemplo).
Su vida como “rockero”, la única etiqueta con la cual
decía sentirse identificado, fue paralela a sus inicios como
periodista, primero de espectáculos musicales y luego, ya
a mediados de los 80, de panfletos políticos –esta actividad
fue la que gradualmente desplazó a la primera por razones
que se volverán evidentes más adelante–. Públicamente,
sin embargo, se presentaría como una mezcla entre un
hippie y un intelectual de la clase obrera, representándose
a sí mismo en caricaturas y fotografías vistiendo jeans,
camiseta blanca, zapatillas, playeras y gorra de béisbol.
Lentes redondos, grueso mostacho y cola de caballo
completaban el cuadro que se había construido con la
idea de proyectar una imagen contestataria, que debía
ser percibida –ésa era su idea– como “importada”, pues el
orgullo que sentía por su trayectoria en Estados Unidos no
debía olvidarse, especialmente en los inicios de su carrera
como periodista, después de haber trabajado como lavador
de platos, vendedor de periódicos y empleado de limpieza.
De hecho, esta herencia trabajadora le sirvió en el futuro
para reivindicar su vinculación a causas populares.
Tras obtener un diploma como técnico en ingeniería
mecánica en Los Ángeles, Jaime conoció al dueño de una
publicación a pequeña escala: L.A. Touch. Se trataba de
una revista cultural, una suerte de periódico de libre
distribución para un público iniciado en el espíritu
sexual libertario vinculado a la generación del hippismo.
L.A. Touch incluía artículos sobre el estilo de vida y la
filosofía hippies, así como secciones dedicadas al cine y
a la música. Su sección de avisos clasificados tenía como
120
objetivo facilitar conexiones sexuales no convencionales,
fiestas orgiásticas, intercambios de pareja y todas aquellas
opciones de prácticas sexuales que, a la larga, volverían a ser
masivamente condenadas por la sociedad estadounidense,
pero que en su momento sirvieron para alentar sentidos de
apertura sobre los derechos sexuales de los ciudadanos.
Fotografías de modelos desnudas acompañaban algunas
de las páginas de la revista. Aun cuando el sexo es uno de
los elementos principales de la ideología de la liberación
promulgada por el hippismo, ni su alusión ni los desnudos
permiten clasificar esta publicación como pornográfica, en
el sentido de que estamos habituados a pensar sobre el
tema, no obstante que fue precisamente una lectura objetiva
y un lenguaje morboso sobre el cuerpo lo que terminaría
como la impronta de las publicaciones independientes de
Pancho Jaime en el Ecuador de los 80. Y puesto que él
aludió a sus inicios en L.A. Touch como la piedra de toque
para su inclinación profesional hacia el periodismo musical
y, más tarde, político, hay que pensar siempre en los
contenidos políticos de su pensamiento sobre los cuerpos,
y como éstos (su desnudez y las perversiones atribuidas
a su desnudez) fueron finalmente inscritos dentro de un
lenguaje de corte populista.
El hecho es que PJ se convirtió brevemente en editor de
la sección musical de L.A. Touch, lo que significó explotar
su pasión por el rock, investigar sobre el mundo de las
bandas locales y, sobre todo, estar en la escena de los
bares y la música emergente. Artículos de su autoría,
generalmente coberturas de conciertos chicos, fueron
publicados hasta que un buen día el “sueño americano”,
al decir de PJ, se manifestó de la manera más imprevista:
Pancho encontró una enorme suma de dinero en el tacho
de basura de un restaurante donde trabajaba haciendo la
limpieza. Dudó entre regresarlo o invertirlo en un futuro
mejor, optó por lo segundo y decidió volver a Guayaquil
para siempre y emprender una nueva carrera con su propio
taller mecánico, como músico y como empresario de rock,
no sin antes comprar a su padre una gasolinera situada en
Pico Boulevard.

121
L.A. Touch, s.f Colección pública de
Carlos Klinger.

122
Texaco Gulf
El sueño de PJ de convertirse en estrella de rock parecía
más cercano a lograrse en la tierra de nadie. Guayaquil
no había conocido bares ni discotecas de rock hasta
que él abrió las primeras; tampoco había visto una head
shop hasta que los papelillos, las pipas y los pósteres
psicodélicos fueron comercializados en su tienda: “Rock
On”. La ciudad tampoco se había imaginado ver en vivo y
en directo a una banda de rock cuyo cantante y guitarrista
principal lograba cautivar y obviar sus deficiencias gracias
a su dominio del idioma inglés, el dechado en el escenario,
el pelo largo y lo chocante del maquillaje. Ya célebre es una
foto de Texaco Gulf –la primera y única vez que PJ estuvo
cerca del estrellato sobre una tarima liderando a su propia
banda– con los rostros pintados, siguiendo el estricto código
de Alice Cooper: Pancho ataviado en botas de tacones
enormes y mallas, con un gran sombrero al estilo del Tío
Sam, con la bandera de Estados Unidos incluida. Pésimos
como músicos, pero con un innovador espectáculo, Texaco
Gulf llegó a hacer tours a nivel nacional en conciertos que
fueran promovidos, por supuesto, por el propio PJ y otros
improvisados empresarios que, lenta pero gradualmente,
empezaban a emerger como los hongos alucinógenos en
ciudades como Cuenca, Ambato, Quito y hasta Santo
Domingo de los Colorados.
Convencido de su misión como propagador del lenguaje
del rock en el medio, su incansable actividad le garantizó
el estatus de celebridad local bajo el seudónimo de “La
Mamá del Rock”, sin duda un reconocimiento al mérito de
su trabajo y al lugar que ocuparía en una historia ahora ya
mayormente olvidada; una fama que fue afianzada a través
de los micrófonos de su propio programa radial.
El tema principal del mismo era “Born To Be Wild”, un
verdadero himno a los valores que constituían el ethos del
espíritu rockero adoptado parcialmente por PJ: la libertad
y el pacifismo como una actitud frente a una sociedad
convencional y retardatoria; un tipo de actitud que, sin
embargo, distaba de parecerse a alguna forma de activismo
político.

123
“El rock calma a la gente”, proclamaba al oponerse, por
ejemplo, a las manifestaciones estudiantiles de la época. Lo
que en realidad hacía Jaime era traducir ciertos ideales del
vocabulario psicodélico y adaptarlos a una retórica de corte
localista. La principal frontera que se trazó en su programa
radial, por ejemplo, fue entre “rockeros” y “gogoteros”,
estos últimos identificados como una suerte de impostores
de los ideales verdaderos de la juventud guayaquileña. El
programa intercalaba comentarios sobre la escena de las
bandas locales y los conciertos en los que participaban,
generalmente en escenarios colegiales, con canciones
del repertorio del rock clásico. Todo ello aderezado con
alusiones sexistas que conjugaban bien tanto con el
aplomo masculinista local como con la ideología dominante
de la psicodelia. Gradualmente, comentarios críticos sobre
la falta de apoyo estatal y privado a músicos de calidad –
que también fueron frecuentes en las páginas de sus dos
publicaciones: primero Hot News y luego Rock On, ambas
dedicadas enteramente al rock— se convertirían en la
puerta de entrada a un ejercicio más abiertamente político,
cuando el rock adquirió una agencia definitivamente
particular para el caso de Pancho Jaime.

Maranatha!
Paralelamente a su conversión en pequeño empresario
del rock en Guayaquil, eterno residente del vecindario de
Gómez Rendón y Antepara –al sur de la ciudad–, PJ extendió
sus actividades e instaló un restaurante vegetariano
cuya naturaleza no tenía mucho que ver con los ideales
hippies, pero cuyo nombre, en cambio, es muy revelador:
Maranatha!, una expresión en arameo atribuida en la
Biblia a Jesucristo. Maranatha significa “Ven, Señor” o,
en otras palabras, el advenimiento. Machismo, juventud e
identidad rockera formaban el mantra ideológico principal
de Pancho; sin embargo, para completar un cuadro que
explique sus alusiones escritas a la Biblia, sus descargas
antipapistas y su retórica antidrogas alineada contra
prácticas malignas, es necesario introducir un concepto
clave dentro de este vocabulario: religiosidad.

124
125
126
127
La misión de PJ en Ecuador por convertirse en punta de
lanza del rock internacional, su autoconcepto de empresario
sacrificado y su devoción por difundir el fenómeno y su
música, se veía influido por su convencimiento de que
había una fuerza superior. Él creía que para que la música
rockera actuara sobre los hombres (y también en las
mujeres, aunque siempre en una posición subordinada)
se requería de la actuación de la palabra divina.
Éste fue el aspecto menos conocido y también menos
heroico –sin embargo, crucial– en la definición de PJ sobre
sí mismo y la posición que le tocó tomar en el entorno
guayaquileño. Clarificar el nexo entre religión, rock y
persona pública demanda a la postre poner en blanco
y negro la agenda política que teñiría este conjunto de
articulaciones simbólicas. “La Mamá del Rock”, conocido
por sus bravatas machistas en sus locuciones y escritos
y por sus despliegues espectaculares en el escenario, fue
paralelamente un devoto adventista. Y no de cualquier
forma de adventismo, sino de una minoría –contaba hacia
fines de los 90 con apenas algo más 10 mil miembros a
nivel mundial– cuya existencia grupal en el país estaba
íntimamente ligada a la propia familia de Jaime. De hecho,
su abuela, de quien PJ hereda directamente esta veta
religiosa, donó el terreno en donde se construiría el único
templo para las reuniones del Movimiento de la Reforma
de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Al interior de este
grupo, PJ no sólo era reconocido, sino altamente apreciado
y recordado como un miembro ejemplar: observaba
Página anterior izquierda: Portada
de Comentarios de Pancho Jaime, irrestrictamente el sabbath, participaba en las reuniones
número18, Abril1989. Colección y actividades grupales, leía pasajes bíblicos regularmente
pública de Carlos Klinger.
en sus festejos y enseñaba a los niños sobre la Biblia
Página anterior derecha: Contra- Así contextualizado, los elementos fundamentalistas
portada de Comentarios de Pancho
Jaime, número13, Agosto1988. que constituían o que se amalgamaban con la ideología
Colección pública de Carlos Klinger. rockera de Pancho formaban un todo coherente: PJ era un
Izquierda superior: Comentarios de creyente de lo que la Biblia decía y un devoto de formas
Pancho Jaime, número18, Abril1989. de libertad inspiradas en el hippismo (especialmente
Colección pública de Carlos Klinger.
la de expresión de ideas, tan cultivada en la sociedad
Izquierda inferior: Comentarios de norteamericana y tan ausente en el caso ecuatoriano). La
Pancho Jaime, número15, Noviembre
1988. Colección pública de Carlos frontalidad, poner tales convicciones como justificativo
Klinger. de sus ataques a quienes obstaculizaron –exitosamente a
128
129
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la larga, como lo muestra la profusión del pop en estos
días– el desarrollo de una verdadera escena rockera, pero
sobre todo la devoción a la causa, lo hacían ver a sí mismo
como una suerte de profeta cuya misión era ilustrar a su
rebaño en la historia del rock y sus ideas. Para él, ésta
era una misión evangelizadora. De hecho, su gran proyecto
editorial, que quedaría truncado por su subsiguiente
encarnación como periodista político, fue la de escribir el
equivalente a una Biblia rockera: una gran enciclopedia de
la que llegó a publicar solamente fragmentos.

Muerte
Aunque el tono de los alegatos de Jaime contra la
industria musical se tornó más virulento en las entregas
finales de sus revistas musicales, su salto a una forma
política de periodismo fue producto directo de un
incidente violento con la policía local. En noviembre de
1984, PJ fue torturado y encarcelado; denunció que las
autoridades socialcristianas fueron autoras de los hechos.
Sus torturadores, funcionarios vinculados al gobierno, le
hicieron literalmente comer su publicación y su pelo. La
foto del incidente fue publicada por el propio Jaime como
testimonio de lo acontecido, aunque ya sus enemigos en
canales de televisión se habían encargado de difundir su
desfigurado y sangriento rostro.
Este episodio ocurrió durante la presidencia de
León Febres Cordero y de autoridades provinciales
socialcristianas. En ese mismo año, PJ había empezado Página anterior izquierda: Contrapor-
tada Comentarios de Pancho Jaime,
a publicar un tabloide llamado Censura, dedicado número17, Febrero1989. Colección
mayormente a criticar la realidad política haciendo uso pública de Carlos Klinger.

de una retórica personalista muy cercana al populismo Página anterior derecha: Portada
de Abdalá Bucaram. Las alusiones a la historia del rock de Comentarios de Pancho Jaime,
número15, Noviembre1988. Colec-
fueron cediendo paso a enfrentamientos, denuncias e ción pública de Carlos Klinger.
insultos aireados en un tono descarnado y agresivo, y las
Derecha superior: Comentarios de
ilustraciones se inclinaron hacia cómics pornográficos que Pancho Jaime, número15, Noviem-
servían para ilustrar a los personajes más importantes bre1988. Colección pública de
Carlos Klinger.
de la vida pública envueltos en prácticas sexuales que
indicaban, de acuerdo con la ideología machista imperante Derecha inferior: Comentarios de
Pancho Jaime, número17, Febrero
en el medio, las peores perversiones imaginables. 1989. Colección pública de Carlos
PJ fue torturado, amenazado, perseguido y hasta Klinger.
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encarcelado por varios meses bajo acusaciones falsas de
tráfico de drogas, pero eso no logró disuadirlo de que dejara
su labor. Durante la presidencia socialcristiana (1984-
1988), caracterizada por diversas formas de terrorismo de
Estado contra opositores políticos, y el primer año de la
presidencia del socialdemócrata Rodrigo Borja (1988-1992),
PJ publicó aproximadamente 13 entregas de Censura y
20 números de su última publicación y la más radical:
Comentarios de Pancho Jaime. Esta última fue una revista
de pornografía política, que combinaba de forma magistral
imágenes obscenas con chismes sobre la sexualidad de los
funcionarios estatales e insultos directos.
Convertida en un fenómeno de consumo (sus productores
sostienen que llegaron a publicarse miles de ejemplares en
su momento de auge), detrás de la revista se aglutinaron
sectores muy dispares: desde el populismo bucaramista
y del Partido Roldosista Ecuatoriano, hasta defensores de
los derechos humanos y activistas de izquierda. Asimismo,
aunque nunca lo reconocerán públicamente, muchos
periodistas profesionales facilitaron documentación que,
sabían, podía ser publicada solamente por Pancho Jaime.
En 1999 fui a visitar el templo del Movimiento de la
Reforma en Guayaquil. Había contactado a la iglesia
a través de amigos comunes de PJ y sus principales
pastores, una hospitalaria familia que me abrió las puertas
de la congregación. En más de una ocasión asistí a sus
ceremonias rutinarias un sábado cualquiera, y luego
fui invitado a un banquete vegetariano justo al lado del
templo que el propio PJ había ayudado a construir. “El
hermanito ideal” lo llamaban sus congéneres, quienes no
se explicaban cómo PJ, saliendo de la iglesia, podía escribir
lo que escribía y publicar lo que publicaba. Sin embargo,
las puertas del recinto siempre estaban abiertas para él.
El 6 de septiembre de 1989, quien a la fecha había
acumulado decenas de enemigos acérrimos –pues se había
situado como depositario de documentos y denuncias de
varios bandos políticos en conflicto– fue asesinado por
un sicario a las puertas de su destartalada oficina. Días Derecha: Portada deComentarios de
Pancho Jaime, número17, Febrero
después, en un operativo de proporciones inusitadas, y 1989. Colección pública de Carlos
Klinger.
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pese a los intentos de entrega por parte del autor de los
disparos, la Policía Nacional se encargó de evitar que se
llegara a conocer a los autores intelectuales del crimen. Ni
siquiera los “bien intencionados” intentos del presidente
Borja por esclarecer los hechos fueron fructíferos, quizás
porque el resultado habría señalado a su propia tienda
política.
Por supuesto que las hipótesis sobre lo ocurrido abundan
y encierran una historia que empezó con amor y paz y que
terminó exactamente en lo contrario. Del masivo sepelio
a lo que ahora es una tumba ocasionalmente visitada
por la familia, se ha visto el paso de pocos años. Eso no
quiere decir, sin embargo, que el nombre de PJ haya caído
enteramente en el silencio. De hecho, salvo las alusiones
puntuales que ocasionalmente rockeros de la vieja guardia Arriba: Comentarios de Pancho
hacen, hoy se imprimen dos versiones de Comentarios…: Jaime, número18, Abril1989. Colec-
ción pública de Carlos Klinger.
una financiada por gente vinculada al Partido Roldosista
Ecuatoriano (pre) y que se publica regularmente, y otra, Derecha: Comentarios de Pancho
Jaime, número13, Abril1988. Colec-
de edición eventual, por quienes le fueron muy cercanos. ción pública de Carlos Klinger.

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Los segundos recuerdan reiteradamente sus contribuciones en los inicios de lo que
ahora entendemos bajo la etiqueta del “rock” en el caso ecuatoriano. Hay una historia
entera por escribirse al respecto. Esa historia no puede obviar el nombre de “La
Mamá del Rock”, con todas sus complejidades y contradicciones. Después de todo,
no se trata de reproducir lugares comunes, sino de entender las múltiples almas a
través de las cuales el rock ha hablado, a la par del poder de las flores y de las balas.

Comentarios de Pancho Jaime,


número18, Abril1989. Colección
pública de Carlos Klinger.

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Exergo
Truculento y político tuvo varias razones para nacer, pero
entre las más importantes estuvo una especie de encontrar
raíces. Cuando estás interesado en la creación gráfica creo
que es importante saber qué se hizo dentro de la tierra
donde te tocó nacer. Considero que sobre el tema de la
caricatura política del Ecuador se ha hecho muy poca
documentación que la pueda preservar y además que
pueda ser difundida con facilidad al público en general.
Decidí hacer este libro no para documentar toda la
caricatura política que se ha hecho en Ecuador, sino sólo
mostrar 6 casos de muchísimos que han existido para que
se tenga conciencia de este tema y además crear interés por
investigar más fondo el mismo. Pienso que es importante
porque puede servir como una gran influencia en la gráfica
actual, además de poder dejar de lado modelos extranjeros
de caricatura.
También me parece importante conocer el contexto
histórico de dichas caricaturas y la valentía que tuvieron
los dibujantes, revistas y diarios para publicarlas en
tiempos difíciles.
Yo pude conocer sobre este tema gracias a las clases
de Ángel Emilio Hidalgo, a quien no sólo agradezco haya
aceptado escribir el prólogo de este libro, sino además
haber compartido esta información con sus alumnos.
Quisiera agradecer a todos los autores que participaron
haciendo investigaciones y escribiendo los ensayos.
En especial agradezco a Carlos Klinger que realizó una
extensa, minuciosa y complicada investigación para
encontrar todas las caricaturas que se pueden ver aquí
y muchas más que espero poder publicar en un futuro
para que sea de fácil acceso para todos. Excepto las de La
Bunga que las consiguió el mismo Josué Monar también
con técnicas ninja.
Espero les haya sido útil o entretenido el libro.

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Truculento y político se
terminará de imprimir
cuando llegue a Ecuador
a finales del 2015.

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