Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A partir de los años sesenta del siglo pasado España se desprende de los
seculares rasgos agrícolas, el tan jaleado granero de Roma, y entra a formar
parte rápidamente de un selecto grupo de países industrializados. Durante el
proceso sufre unos cambios tan profundos que, remedando la famosa frase
de un político coetáneo, el país resulta irreconocible para su hipotética madre
en escasos lustros. La población abandona masivamente las tareas agrarias
dejando los campos yermos o con una atención precaria y esporádica desde
la ciudad en fines de semana y vacaciones.
Los cultivos leñosos, sobre algo más de un cuarto de las tierras labra
das, producen casi la mitad de la renta agrícola. Se dividen en cuatro gran-
HZ GEOGRAFIA HUMANA Y ECONOMICA DE ESPAÑA
des grupos: frutales, olivar, viñedo y otros. Se extienden sobre unas superfi
cie de 4,5 millones de ha, de las que el 50% pertenecen al olivo ubicado en
régimen de monocultivo en algunas provincias andaluzas. Entre los frutales
destacan los cítricos, los de clima templado (manzano, peral, etc.), los de
clima subtropical (plátano, aguacate y kiwi) y los de fruto seco. Por último
el viñedo hispano, con más de un millón de ha, encabeza la superficie mun
dial por países, aunque es el tercero en producción y sus caldos gozan de un
elevado prestigio entre los buenos catadores.
M ERCADO
El cuadro 1 nos permite tener una visión panorámica sobre los princi
pales aprovechamientos de la tierra (número de explotaciones, regímenes de
tenencia, etc.) y de su evolución entre los censos de 1989 y 1999.
3. SECANO Y REG A D ÍO
Los 3,2 millones de ha de regadío, que sin duda ascienden a varios cien
tos de miles más si se incluyen los pastizales de montaña regados en el estío
y las fincas no declaradas, se distribuyen entre Andalucía (26,1%), Castilla-
La Mancha (14,7%), Castilla y León (12,5%), Aragón (11,8%), Comunidad
Valenciana (8,9%), Cataluña (7,2%), Extremadura (6,8%) y Murcia (5,2%).
Toda esta fertilidad se nutre de las horas de insolación anual, por enci
ma de las 2.800, y de la existencia de agua suficiente en forma de riego, que
no de lluvia porque ésta suele traer con frecuencia catástrofes por la intensi
dad y momento inoportuno de su caída y por otros fenómenos atmosféricos
que la acompañan, como fuertes vientos o granizo. Junto con el sol y el agua,
el hombre es el tercer elemento determinante que ha sabido aplicar técnicas
refinadas, conseguir en el laboratorio variedades de producción ininterrum
pida, obtener productos de calidad y tamaño nuevos y organizarse para
imponer su presencia en los mercados mundiales.
El regadío intensivo ocupa algo más del millón de ha, de las que el 82%
se extiende entre Tarragona y Cádiz, destacando la Comunidad Valenciana
con el 31% del total, seguida por Andalucía (29%) y Murcia (13%). Los pro
ductos que cubren la mayor parte de esta superficie son los cítricos, cultivos
hortícolas, frutales, uvas de mesa y flores, entre otros. Fuera del ámbito
mediterráneo aparecen los regadíos del Maresme barcelonés y de las cuen
cas del Jalón, Cinca, Segre, Tajo y Guadiana.
4. CULTIVOS HERBÁCEOS
Fuente: MAPA. Censo, 1999. Elaboración propia. (Ver Atlas Temático de España).
122 GEOGRAFÍA HUMANA Y ECONÓMICA DE ESPAÑA
El trigo ha dominado las tierras cerealistas hasta los años setenta del
siglo XX, fecha en que perdió su cetro milenario ante la cebada. Los 2,5
millones de ha se distribuyen entre el trigo blando (63,2%) y el duro
(36,8%), diferenciados por el destino que se da a sus harinas: para panifica
ción las del primero y para sémolas y pastas las del segundo. La producción
está en tomo a los 5,5 millones de toneladas anuales. La preeminencia de la
cebada (3,2 millones de ha) se debe a la demanda que sobre ella ejerce la
industria cervecera, que convierte en bebida alcohólica la mayor parte de los
once millones de toneladas anuales producidas.
4.7. Las hortalizas ocupan tan sólo el 2,3% de los cultivos herbá
ceos con 289.000 ha, pero desempeñan un papel insustituible en el consumo
humano. Según la FAO se clasifican en seis grupos: de hoja o tallo (col,
berza, espárrago, apio, lechuga, escarola, espinaca, acelga, cardo, achicoria
verde, endivia y borraja), de fruto (sandía, melón, calabaza, calabacín, pepi
no, pepinillo, berenjena, tomate, pimiento, guindilla, fresa y fresón), de flo r
(alcachofa y coliflor), raíces y bulbos (ajo, cebolla, cebolleta, puerro, remo
lacha de mesa, zanahoria, rábano y nabo), leguminosas (judías, guisantes y
habas, en verde) y hortalizas varias (champiñón, setas y otras).
5. CULTIVOS LEÑOSOS
El 39,1% restante de las mismas se distribuye entre los demás cultivos herbáce
os (31,9%) y las plantaciones de frutales. En una breve visión de conjunto:
- La mitad del espacio arbóreo y arbustivo cae bajo el dominio del oli
var, cuya presencia en varias zonas andaluzas (Jaén y Córdoba) adquiere el
rango de monocultivo.
- La platanera, que ocupa 8.400 ha, es una falsa leñosa cuyo tronco está
formado por capas herbáceas superpuestas. Exige agua y fertilizantes en
ou GEOGRAFIA HUMANA Y ECONOMICA DE ESPAÑA
6. GANADERÍA
Tras una profunda decadencia durante la segunda mitad del XIX entra
en una fase de expansión con la llegada del nuevo siglo, lo que se traduce en
una ampliación de los pastizales, en la consolidación paulatina de una gana
dería intensiva y en el fuerte incremento del consumo urbano de carne, leche
y huevos. Pero esta tendencia cambia de signo con la guerra civil: aumenta
la superficie triguera a costa de los cereales para pienso y también el cultivo
de la remolacha, tabaco y fibras vegetales en detrimento de los forrajes; se
impone una política agresiva de repoblación forestal que resta espacios a los
pastizales y se eliminan las importaciones de piensos, con el agravante de
que la producción propia es insuficiente.
Entre las 17 razas ovinas que pastan por nuestros campos, las más abun
dantes y famosas son las churras y las merinas. Para no confundirlas, todo un
delito de incultura según el dicho popular, conviene saber que las primeras,
de lana basta y larga, tienen patas y cabeza pobladas de pelo grueso, corto y
rígido. Su gran aceptación se debe a la abundancia de carne y leche que pro
ducen. Por el contrario, las merinas tienen el hocico grueso y ancho, la nariz
con arrugas transversas y la cabeza y las extremidades cubiertas, como todo
el cuerpo, de lana muy fina, corta y rizada, motivo por el que acaparó las pre
ferencias de los tejedores en siglos pasados.
ROJO PÉREZ, F. y otros (2000) "El retomo al medio rural de emigrantes jubila
dos". Lecturas Geográficas. H om enaje a José Estébanez Alvarez. Vol. II.
Madrid: Editorial Complutense, pp. 875-885.
RUIZ-MAYA, L, (1999) "Distribución geográfica de los regímenes de tenencia de
la superficie agrícola utilizada en las explotaciones agrarias con empresario
persona física". A nales de Geografía de la Universidad Complutense, 19: 191-
214.
SÁEZ POMBO, E. (2000). Montes públicos, territorio y evolución del paisaje en la Sierra
Norte de Madrid Madrid: UAM y Consejería de Medio Ambiente.
DIRECCIONES EN INTERNET