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El cuerpo suelta y segrega líquidos y fujos constantemente: llanto, saliva.

Soy un tipo asi… pocas notas al pie, pero con mucho olor a pata.

Las personas como libros. Uno distingue, las de muchos capítulos, pocas notas al pie…

La comida me atraganta.

El piquete de ojos. Historia de la biblia. Los ciegos de hoy, son los piqueteros de ojos del ayer.

Tal vez, nunca confese, de vergüenza, esuchaba todo. Los insultos detrás de la habitación
mayor, las hormigas arriba del techo, el canto de la vecina en el baño.

Historia que nunca me bajé de un tren.

Foto revelada manual con pisin de ganso y saliva de guanaco.

Puede hacer el amor y deshacerlo en 40 segundos.

Bajando hasta que revienten las puntas de tus pies.

Sacudirme todas las notas al pie.

Olor a pata.

Corregirme un moco desalineado.

Todos somos arroyos de una misma agua.

Hacer willw con un poema.

Hay paisajes que te invitan a explorar. Otros, solo a callar.

Hay un pozo dentro mío. Metáfora.

Puedo distinguir saliva.

Puedo saltar la altura de tu techo, fumarme toda tu cosecha, con una sola mecha, de una sóla
bocanada. Sin que se me mueva un milímetro la raya del ojo.

Puedo ver la lluvia y separar las gotitas, ver cada gotita, con la vista.

Puedo estrujar mi par de lentes en la parada del colectivo, y renunciar al 62.

Los espejos me espían, puedo mirar mi proyección del espejo antes que ella me mire a mí.

Soy yo el que hace reír a los chistes.


Soy yo el que enfermo enfermedades.

Hacer el amor y deshacerlo de un solo respiro.

Son los recuerdos quienes se acuerdan de mí, y me vienen a buscar bajo la forma de recuerdo.

Puedo encender y apagar las luces con un pestañeo.

Adivinar en un dígalo con mímica a oscuras.

Leer la letra chica.

Puedo una cebolla a un centímetro sin llorar, sin que se me humedezca la retina. Puedo hacer
llorar a una cebolla.

Hacer Willy.

Manos que se sumergen en una fuente con un tiburón.

Soltar palabras a correr, y que se choquen la pared.

La montaña, la noche, una flor, y el encendedor roto.

Cuando era chiquito, desde la pienza, podía escuchar todo… las peleas de mama y papa, sus
insultos, el tv del vecino, las hormigas arriba del techo, el arder del sol, los encendedores de la
plaza, lo que ocurría en China.

Los libros me leen, las fotos me miran, la música me escucha, los recuerdos me recuerdan, la
gente de las fotos me miran.

El tiempo es como fumarse un pucho.

Puntualidad: cuando la sombra del manubrio de la bici toque la punta de la planta, sabré que
es puntual. Lo mismo cuando termine este pucho, aunque haya demora

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