Sistema Educacional Chileno

La transformación que ha sufrido la educación en Chile desde comienzos de los años 80, en
pleno régimen militar, deja evidencia de un sistema de aplicación de principios
neoliberales, en donde la aparición de subsidios portables para alumnos constituyen uno de
los principales cambios, y que a su vez, asumen un mecanismo de competencia de tipo
mercado, el traspaso de recursos desde el estado a organismos privados de educación y el
desmantelamiento de los sistemas de supervisión estatales.

Hasta la actualidad, los dos pilares de la Reforma Educacional de los años 80 que
permanecen vigentes se caracterizan por la Municipalización y el sistema de Subsidios
portables a los alumnos, más conocido como : el sistema particular subvencionado. En esta
última arista, dicho sistema busca subsidiar a colegios privados de la misma forma en que
se hace con los colegios municipalizados, pero a su vez introduce mecanismos de
competencia de libre mercado , en donde los establecimientos compiten por captar alumnos
y esto conllevaría a una mejora en los resultados académicos.

Desde la perspectiva del modelo de gestión del sistema en Chile incertado en el marco de la
municipalización , comprende básicamente la participación de tres entes

a) Nivel Central (Ministerio de educación)

b) Nivel intermedio (sostenedores)
c) Equipos de gestión en cada establecimiento educativo.

Sin embargo, esta municipalización deja a la vista la importancia del nivel central, es decir
de los sostenedores, quienes finalmente deciden frente a aspectos, tales como
administración de subsidios estatales, planes anuales de cada escuela, designación de
directores y reubicación de la planta docente.

Frente a los principales ejes que involucran nuevamente la transformación del sistema
educacional en Chile a partir de los años 90 incluyen aspectos como: el aumento del gasto
público, la reforma curricular, el mejoramiento de la profesión docente (a través de la
promulgación del estatuto docente) , la jornada escolar completa diurna y la
implementación de programas en busca de la equidad y la calidad de la educación, pero
todos aspectos solo evidencian un sistema educativo mercantilizado y desigual.

Es evidente que el mayor avance en materias de educación se concentran en la

infraestructura y equipamientos escolares, ya que en cuanto a los aspectos relacionados a
los procesos de enseñanza se hace evidente el estancamiento de resultados en pruebas
estandarizadas como es el caso de puntajes SIMCE, en donde los establecimientos con
mayores índices de logros lo presentan aquellos de procedencia particulares – pagados.
Junto con la gran diferencia que presentan las escuelas y colegios particulares
subvencionados, pagados y municipalizados se hace más ineludible la realidad de la
segmentación social de los establecimientos educativos chilenos; es aquí donde la escuelas
empobrecidas asumen un rol importante para niños y jóvenes de sectores marginados y con
escaso capital cultural, además de evidenciar la dificultad existente en el proceso de
enseñanza- aprendizaje, paradójicamente presentan peores condiciones de trabajo para los
docentes. Aunque la evidencia internacional indique que la escuela como institución de
cohesión e integración social genera un mayor aprendizaje entre compañeros pares que sin
esta realidad, esta heterogeneidad social se ha perdido en las escuelas por su alto nivel de
segmentación.