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Cultivar lúpulos en casa es fácil si conoces los trucos del oficio. Pero es mejor que te apures –
mientras la primavera se convierte en verano el mejor momento para establecer nuevos
comienzos está pasando rápidamente.
El lúpulo es una planta resistente, perenne, que es fácilmente cultivada en una casa, provista de
suficiente sol y con espacio disponible para treparse. El lúpulo produce parras anuales de una
permanente existencia de raíces conocida como la corona. Las parras pueden crecer 7,6 m de
alto en una sola temporada pero morirán hacia la corona cada otoño. La corona también
produce el tallo o rizoma bajo tierra. Las raíces hacen surgir numerosos brotes que son la clave
para la propagación.
Rizoma
• Requerimientos básicos
Mucho espacio. Desde que las plantas de lúpulo pueden crecer hasta 0,30 m en un día, el
espacio es definitivamente un elemento a considerar antes de cultivar un patio con lúpulo.
Selección del lugar. El patio ideal para el lúpulo debe tener luz solar directa, fácil acceso al
agua y mucho espacio para el crecimiento vertical. El espacio a lo largo de cercas, garajes o los
límites de propiedad tienen potencial como patio de cultivo para el lúpulo. Las parras de lúpulo
también necesitan un sólido sistema de soporte para crecer exitosamente, estacas altas y
fuertes cuerdas son comúnmente usadas para soportar el crecimiento de las parras. Los
productores deben evitar los lugares con cables eléctricos cercanos a causa de posibles
problemas originados por la expansión de las parras.
Suelo. El suelo debe ser limoso y bien drenado con un pH de 6,5-8,0. Dado que los lúpulos
utilizan grandes cantidades de agua y nutrientes, el suelo necesita fertilizantes ricos en potasio,
fosfatos y nitrógeno. Los productores caseros pueden usar compuesto de estiércol o fertilizantes
comerciales para esta finalidad.
Clima. Cualquiera sea el lugar en donde los lúpulos sean plantados, es necesarios un mínimo
de 120 días libres de heladas para que las parras produzcan flores. Cuando los tallos salen del
suelo, debes apuntalar las parras fuera de la tierra para prevenir enfermedades y asegurar su
correcto crecimiento. Las parras siguen creciendo hasta mediados de julio, cuando la mayoría
de los lúpulos se encuentran en plena floración o en última floración, dependiendo de la
variedad o ubicación. Las parras saludables pueden producir de 0,45 Kg. a 1,13 Kg. de flores
secas por planta.
• Siembra
Una vez que el lugar ha sido determinado y el suelo fertilizado, el cultivo puede comenzar. En
las latitudes del Norte, los lúpulos pueden verse afectados por temperaturas de congelación.
Para evitar la pérdida de los rizomas por la putrefacción, hay que plantarlos luego de que la
amenaza de las heladas haya pasado. Las parras romperán el suelo cuando las temperaturas
hayan aumentado hasta el punto en que la mayoría de las flores de primavera comiencen a
aparecer. El inicio real del crecimiento variará de productor a productor en función de las
temperaturas locales de la primavera. Los productores no necesitan preocuparse si las parras
en el centro de California rompen el suelo antes que los de Montana: la aparición varía con el
clima.
El proceso de la siembra comienza con los rizomas (ver foto, Fig. 1). Si los preparativos para la
plantación se retrasan, los rizomas deben ser refrigerados en una bolsa de plástico para evitar
que se sequen. Idealmente, se deben plantar los rizomas a comienzos de la primavera, pero no
más allá de mayo, al plantar los rizomas tardíamente se limita el potencial de crecimiento de la
planta. En climas más fríos, se puede comenzar con los rizomas en macetas y trasplantarlos en
el terreno por el mes de junio. Cuando estés listo, planta los rizomas verticalmente con los
brotes apuntando hacia arriba o de manera horizontal, aproximadamente a unos 5 cm. bajo la
superficie del suelo. El espacio entre los rizomas varía. Puedes plantar variedades mezcladas,
pero plántalas con una separación de al menos 1,5 m, las variedades idénticas pueden ser
plantadas tan cercas entre sí como a una distancia de 90 cm.
Fig. 1: los rizomas son óptimamente plantados a comienzos de la primavera, luego de las
últimas heladas y antes de fines de mayo
• Cuidado y nutrición.
Al igual que cualquier planta joven, demasiada agua puede causar más daño que beneficio.
Durante su primer año, los lúpulos jóvenes tienen un mínimo sistema de raíces y requieren
frecuentes riegos cortos. Cubrir la superficie del suelo con materia orgánica es un gran método
para la conservación de la humedad y ayuda a controlar las malezas. Después de la primera
temporada la planta está establecida, y un riego intenso menos frecuente, como el riego por
goteo, funciona bien. No esperes mucho crecimiento o muchas flores durante el primer año
porque la planta está estableciendo su sistema de raíces. Por el contrario, espera hasta el
segundo año cuando los lúpulos están plenamente crecidos y producen cultivos saludables de
flores fragantes.
Cuando las parras de lúpulo tienen aproximadamente 1 m de largo, selecciona dos o tres parras
fuertes y extiéndelas alrededor de un sistema de apoyo en el sentido de las agujas del reloj. El
sistema de apoyo puede ser un enrejado, una estaca alta, o un cordel fuerte (ver foto, Fig. 2).
Los lúpulos principalmente crecen de manera vertical, pero las prolongaciones laterales se
extienden fuera de la parra principal. La preocupación primordial es sujetar a las parras y
prevenir el enredo de las prolongaciones. Las parras enredadas se vuelven un gran problema,
especialmente cuando se han plantado variedades mezcladas en el mismo patio.
Fig. 2: aunque los productores comerciales guían sus lúpulos sobre estacas, los
productores caseros pueden usar enrejados cuadrados, los cuales serán más
ornamentales y más adaptables a los espacios disponibles en el patio
El comienzo del crecimiento de un cultivo de lúpulo es asombroso de ver; si no estás atento, sin
embargo, una jungla de parras es seguro que se desarrolle. Una poda severa, como de dos a
tres brotes por parra, es una tarea esencial que debe hacerse cada pocas semanas. Una sesión
de podas descuidadas puede ocasionar que tengas una cosecha dificultosa si estás luchando
con parras enredadas.
Enfermedades y plagas
La Peronospora del lúpulo (ver fotos, Fig. 3 y 4). necesita humedad para germinar, haciendo del
riego por rocío una mala idea cuando tus parras muestran infección de moho. La irrigación por
goteo es una mejor fuente de riego, porque el follaje permanece seco y el agua va directo a las
raíces donde es necesario. Las posibilidades de que la Peronospora del lúpulo infecte tus
plantas serán menores si quitas 90 cm. de la parte inferior de las parras, estas hojas de la parte
inferior no producen conos, de modo que tu cosecha no se verá afectada. Manteniendo las
parras limpias de malezas y hojas se evitará que la humedad quede atrapada en contra de las
plantas. Algunas variedades de lúpulo como la Willamette y la Cascade son más susceptibles a
la Peronospora que otros; la Nugget y la Perle son bastante resistentes. Básicamente, el moho
es a veces un resultado inevitable del tiempo lluvioso –algo que sólo la Madre Naturaleza puede
controlar. Los seres humanos no están sin recursos, sin embargo. La Peronospora del lúpulo
puede ser controlada mediante la pulverización de un fungicida que contenga hidróxido de
cobre. Fungicidas sistémicos tales como Ridomal (Geigy Corp, Ardsley, Nueva York; metalaxyl,
ingrediente activo) y Aliette (Chem Service SA, West Chester, Pennsylvania; aluminio tres,
ingrediente activo) proporcionan más protección, pero pueden no ser fácilmente accesible para
los productores caseros.
Fig. 6: vista general de un jardín de lúpulo infectado por marchitamiento (Gran Bretaña)
Varios bichos y gusanos habitan los cultivos de lúpulos. Algunos son beneficiosos, otros pueden
causar gran aflicción. El translúcido bicho de color verde-pálido conocido como el áfido del
lúpulo (Phorodon humuli) es la más común y peligrosa de plagas, ya que puede destruir todo un
plantío de lúpulos (ver foto, Fig. 7).
Afortunadamente, los áfidos son fáciles de ver en las superficies inferiores de las hojas; se
reproducen tan rápidamente, que podrían ser difíciles de eliminar. Aparecen en el clima frío y,
una vez que eclosionan, se extienden a todas las partes de la parra. Aunque los áfidos son
fáciles de matar, las parras altas y hojas abundantes son difíciles de rociar eficazmente. Los
insecticidas orgánicos, como insecticidas jabonosos funcionan bien contra los áfidos. Además,
sprays comerciales como Diazinon y malatión son conseguibles. El uso de Diazinon, sin
embargo, lleva 14 días de período de espera entre la pulverización y la cosecha, una limitación
que debe ser considerada antes de usarlo.
Una alternativa a la fumigación es invertir en los depredadores naturales de los áfidos –la
mariquita (vaquita de San Antón). Aunque las mariquitas son inocuas para el medio ambiente y
una solución fácil, no son la panacea. Una preocupación es la disponibilidad de un gran número
de mariquitas, sin embargo, en cantidades suficientes se puede obtener en muchos viveros y
comercios de jardinería. Otro desafío es mantener los bichos voladores anaranjados en la planta
infectada. Una simple modificación del comportamiento proporciona una solución eficaz. Si las
mariquitas se colocan en un refrigerador, se verán obligadas a utilizar su energía para
mantenerse calientes. Después de un día, libera a las hambrientas mariquitas sobre la parra y
curará felizmente cualquier problema de áfidos.
Si bien el lúpulo ama al sol, el clima cálido también puede traer arañuelas (Tetranychus urticae).
Las arañuelas son apenas visibles a simple vista, pero su llegada es fácilmente detectada (ver
foto, Fig. 8). Las bellas redes blancas bajo las hojas (ver foto, Fig. 9) y las pequeñas manchas
como pecas sobre la superficie superior de la hoja (ver foto, Fig. 10) son signos seguros de las
arañuelas, así como lo son la defoliación y los conos color rojo, como oxidados. Debido a que la
arañuela como la luz del sol, tienden a infectar la parte superior de una parra y hacen su trabajo
hacia la parte inferior. Si sospechas que las arañuelas son el problema, inspecciona las partes
de la parra más cercanas al sol. Muchos de los sprays utilizados sobre los áfidos son también
eficaces contra las arañuelas.
Fig. 10: daño provocado en la hoja por la arañuela (manchas como pecas)
El escarabajo manchado occidental del pepino es otro insecto de cuidar (ver foto, Fig. 11).
Aunque similar a las mariquitas en tamaño y forma, los escarabajos varían en color. Los
escarabajos del pepino son de color verde-amarillo puntos negros, y se mueven mucho, como
los áfidos del lúpulo a través de la parra del lúpulo. Si las puntas de la parra y los conos están
dañados, el escarabajo del pepino suele ser el culpable. El Diazinon también funciona bien
contra esta plaga.
Es importante señalar que las enfermedades y plagas con el nombre en latín de humuli son
específicos para los lúpulos y no infectan a otras plantas. Para más curas a estas enfermedades
y plagas, consultar a alguien con conocimientos en jardinería o agricultura.
Cosecha
¿Pero cómo saber cuándo es el momento de recoger los lúpulos y cosechar las recompensas?
Lo mejor para determinar la disponibilidad para la recolección es sentir y oler. Si el cono está
demasiado verde, se siente ligeramente húmedo al tacto y tiene suavidad en sus escamas (ver
foto, Fig. 12). Si aprieta el cono, se quedará comprimido en la mano. Un cono listo se sentirá
como el papel y será liviano. Se sentirá más seco que un cono verde, y algunas variedades
toman un tono más ligero a medida que maduran. Si tus manos rápidamente absorben el olor y
están ligeramente pegajosas debido al polvo amarillo de la lupulina, el cono que está listo para
la cosecha.
Una vez que los conos han sido cosechados, tu trabajo no ha terminado. Los conos deben estar
debidamente secos para optimizar sus cualidades durante el almacenamiento. Si bien los
lúpulos se pueden utilizar frescos, los resultados serán impredecibles. Los lúpulos son un 70%
de humedad cuando están maduros, pero sólo el 10% cuando se seca el equivalente a los
lúpulos comerciales. El secado de los lúpulos te permite predecir con precisión y controlar su
uso en formulaciones de recetas. Esto se puede hacer en un deshidratador de alimentos, en un
secador casero de lúpulos, o en un horno con buena salida de humos.
Es necesario sacudir-remover los conos a diario para que los conos que están en el interior de la
pila queden expuestos en la parte exterior. Si los conos no están adecuadamente secos, se
ponen mohosos, marchitos o incluso rancios y no se pueden usarse para la elaboración de
cerveza. Los conos están listos para su almacenamiento cuando se sientan elásticos al tacto y
el polvo de la lupulina caiga fácilmente. Otro indicador es cuando el tallo central se rompe en
lugar de curvarse. El tallo lleva mucho más tiempo para secarse que los pétalos, por lo que
sabrás cuando los conos están listos para su almacenamiento. Esto debería tomar
aproximadamente tres días. Los conos son almacenados de manera óptima en una bolsa
plástica con cierre zypper (ver foto, Fig. 14) u otro tipo de bolsa de plástico sellable.
Es importante asegurarse de que los conos estén lo suficientemente secos, ya que cualquier
humedad atrapada en el interior de la bolsa hará que el lúpulo se estropee. Llena la bolsa hasta
que los conos estén muy comprimidos. Una vez que las bolsas han sido selladas y debidamente
etiquetados, almacenarlos en un congelador. Es imprudente descongelar y volver a congelar los
lúpulos almacenados debido a que su calidad y frescura se pueden perder.
Los productores no deben dejar que estos peligros potenciales los detengan más que el
potencial de una mala elaboración de un batch de cerveza. Con un poco de elaboración casera
y mucho espacio vertical y sol, el cultivo de tu propio lúpulo es fácil y gratificante. Además, se
rumorea que un lúpulo casero es la mejor variedad, porque está pleno del sabor de la
autosatisfacción..
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