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Cristina era una niña de 6 años, el infante vivía con sus padres; ella tenía una conexión innata

con la naturaleza, ya que vivía en un pueblo muy pequeño lejos de la ciudad, la niña se sentía
muy a gusto, puesto que ella disfrutaba de la variedad de paisajes que había. La niña tenía un
árbol llamado fresno tenia aproximadamente 85 años, era tan grande que le hacía sombra
cuando ella leía y descansaba bajo su sombra.

Una vez el árbol se sentía mal y Cristina lo notó, pensaba que era por la edad del árbol
entonces Cristina se preocupó mucho y sus padres viajaron a la ciudad por fungicidas
protectores de plagas para el árbol; ella se quedó sola y muy triste por lo ocurrido.

Al pasar los días ella frecuentaba estar con el árbol y se ponía a conversar como si fuera un
amigo; le contaba anécdotas de la escuela, a ratos reía, cantaba, saltaba pero el árbol solo
movía sus hojas por el viento esporádico.

De pronto llegaron sus padres trayendo los fungicidas y de inmediato se pusieron a fumigar
alrededor del árbol e incluso fumigaban las hojas afectadas.

Cristina se sintió muy contenta ya que curar al fresno era como curar su corazón y solo tenía
que esperar que pase los días para que haga efecto el tratamiento; siempre se la pasaba al
lado del árbol pintando sus dibujos y cantando libremente.

Pasaron los días y el árbol mejoraba pero se secaba y así seguía todas las veces; la niña se
sintió muy triste y fue entonces por lo que decidió preguntarle al árbol:

-Señor árbol ¿Por qué estás tan mal?-pregunto la niña

Pero el árbol no podía responderle y solo movía sus hojas. La niña buscaba respuestas pero no
las encontraba.

Pasado el tiempo Cristina ya había crecido y el árbol se encontraba peor, la niña decidió
buscar por ella misma sus respuestas a sus preguntas por lo que ella investigaba mucho.
Cristina empezó; primero; viajo a la ciudad con sus padres y empezó a preguntar a los
especialistas en arboles pero no le respondieron Cristina se preocupó mucho más. Después en
las páginas web buscando encontró información sobre lo que le pasaba al fresno.

La niña se alegró mucho y lo comento con sus padres se alegraron y se abrazaron

Luego viajaron a la capital porque en la ciudad no se conocía mucho la enfermedad del árbol
y así fue.

Después de tantos días de viaje Cristina llego a la capital con su familia encontraron a un
especialista en árboles y les dijo que la enfermedad había sido una situación fuera de control
pues la enfermedad era “chalara fraxinea” eso había sido un mortífero hongo que
dañaba al fresno entonces el especialista de pronto dijo:

-Esa enfermedad no tiene cura

Cristina se puso muy triste y luego a llorar en los brazos de su madre y con la
terrible noticia se regresaron a su pueblo.

Cristina se hecho bajo el árbol apenas había llegado se puso a llorar porque no
quería perder a un amigo.

Paso el tiempo Cristina ya había crecido más y el árbol ya casi estaba muerto .

Ella abrazo al árbol con todas sus fuerzas y se puso a llorar después le dijo:

- Yo voy a estudiar mucho y encontrar la cura a tu enfermedad para que los arboles iguales a ti
no se mueran y así salvarlos –así lo dijo Cristina en su inocencia de niña pero a los pocos días
el árbol ya había muerto.

Finalmente Cristina pensó que ella podría plantar otros árboles más, entonces Cristina les
pidió a sus padres que le compre plantones para que ella tenga más árboles y así recordar a
su querido árbol.

Nombre: Abril Laleshka Condori


Ccacya

Grado Y Sección: 1° “A”

N° De Orden: 8

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