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Polarización emocional

La polarización es el proceso por el cual en un conjunto se establecen características que


determinan la aparición en él de dos o más zonas, los polos, que se consideran opuestos
respecto a una cierta propiedad, quedando el conjunto en un estado llamado estado
polarizado.

O también, aquel proceso a través del cual en un conjunto originalmente sin diferencias,
se establecen rasgos distintivos que determinarán la aparición de dos o más zonas
mutuamente excluyentes que se llaman polos.

La construcción emocional se hace de los objetos políticos para polarizar la política. Son
destacables también las relaciones que se establecen entre los militantes de diferentes
ideologías. De especial importancia es el cultivo de la emoción que genera la amistad
política frente a la enemistad. De aquí nace la polarización. Este componente esencial no
solo comprende la toleranci sino la propia salud del sistema democrático.

El individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo


viéndose a sí mismo o a los demás como completamente buenos o malos, sin conseguir
integrar en imágenes cohesionadas las cualidades positivas o negativas de cada uno. Al no
poder experimentar simultáneamente afectos ambivalentes, el individuo excluye de su
conciencia emocional una visión y unas expectativas equilibradas de sí mismo y de los
demás. A menudo, el individuo idealiza y devalúa alternativamente a la misma persona o a
sí mismo: otorga cualidades exclusivamente amorosas, poderosas, útiles, nutritivas y
bondadosas o exclusivamente malas, odiosas, coléricas, destructivas, repelentes o inútiles

Estructura del Discurso

El discurso no tiene por qué ser una pieza literaria, lo que sí debe primar es la claridad.Al
ser escuchado (y no leído) el público no tiene tiempo de analizar detenidamente el
lenguaje utilizado, la estructura de las frases, etc.Además, en el supuesto de no entender
una frase no va a tener la posibilidad de volver sobre ella.Todo ello lleva a que en el
discurso deba emplearse un lenguaje claro y directo, frases sencillas y cortas. Hay que
facilitarle al público su comprensión.Para terminar, señalar algunos aspectos
importantes:• Independientemente del tema que se vaya a tratar, hay que procurar que
el discurso resulte atractivo, novedoso, ágil, con gancho, bien fundamentado,
interesante.• Debe primar siempre la idea de la brevedad (el público lo agradece). La
brevedad no implica que el discurso tenga que ser necesariamente corto, sino que no
debe extenderse más allá de lo estrictamente necesario (ir "al grano", evitar rodeos que
tan sólo dificultan la comprensión y terminan aburriendo).
LA Estructura del Discurso se divide en tres:

A. Introducción o saludo (plantea el tema que se va a abordar y la idea que se quiere


transmitir).

B. Desarrollo (se presentan los distintos argumentos que sustentan la idea).

C. Conclusión (se resalta nuevamente la idea y se enumeran someramente los argumentos


utilizados).

A. INTRODUCCIÓN O SALUDO:

1) El orador o participante tomará una posición firme, decidido, con porte, mirando
fijamente a su interlocutor; procederá a saludar, pero guardando siempre el orden
jerárquico de ciertas personalidades que se encuentran en el lugar.

2) Luego tendrá como objetivo plantear el tema que se va a abordar y la idea que se
quiere transmitir, y ubicar al auditorio, en el lugar mismo donde se desarrollarán los
hechos o acontecimientos.

3) Es necesario y elegante que el orador haga pensar al auditorio, utilizando citas,


ejemplos, pensamientos o experiencias personales, pero todo ello debe tener una relación
con el tema que se va a tratar; se utilizará este método para que nuestro discurso sea
entretenido y no monótono y frío; es interesante mantener al receptor en una
constante atención, de tal forma nos evitaremos pronunciar el nombre del tema.

4) Nuestro discurso se pone más interesante cuando el auditorio procura adivinar qué
tema va a tratar; si utilizamos este método en la medida que vamos hablando, más
atención habrá de parte del receptor; lo importante de esta introducción es que debe ser
interesante; debe gustar el orador y ésta no debe pasar de 3 minutos.

5) Para un discurso el orador no debe utilizar estas frases: bueno, bien, disculpe, etc.; ni
tampoco frases de falsa modestia como éstas: trataré de hacerlo bien.

6) En estos casos el orador da una impresión muy pobre de


su personalidad. Evitemos cansar al receptor con muchas palabrerías; la sinceridad, la
verdad verdadera y no los conocimientos y soberbia causarán un fuerte impacto, y el
orador se convertirá en una persona agradable e interesante.

B. DESARROLLO O CUERPO DEL DISCURSO:


1) Quizás es la parte más importante del discurso, por la capacidad del conocimiento
intelectual que tenga el orador sobre el tema y su inmensa capacidad de memoria, que
será muy valiosa en un determinado momento.

2) CICERÓN no se equivoca cuando llama a la memoria tesoro de todas las cosa; así
mismo, como es de nuestro conocimiento todos los problemas o desarrollos sociales
tienen sus raíces históricas, sean nacionales e internacionales, políticas, culturales,
científicas, etc., lo que significa que será necesario, cuando abordemos un tema, tener en
cuenta esta recomendación, quiere decir, hacer una reseña histórica sobre el tema, y aquí
la importancia de su conocimiento y preparación intelectual, como la capacidad de
memoria.

3) Por lo que es necesario que como alumnos de oratoria estén interesados en todos los
problemas mencionados, para de allí tener argumentos válidos y sustanciosos y lograr una
exposición dinámica motivadora del emisor hacia el receptor.

C. CONCLUSIÓN:

1) El orador, luego de haber motivado al receptor, dará por finalizado su discurso


utilizando las famosas arengas, ya que ellas se utilizan en discursos combativos y
persuasivos con el fin de enardecer y estimular sus nobles sentimientos a la
motivación profunda.

2) EL ORADOR DIRÍA "¡VIVA EL PERÚ! ¡VIVA LA JUVENTUD!"

3) SIEMPRE LEVANTANDO LOS BRAZOS Y CON VEHEMENCIA.

4) NOTA. El orador, luego de haber expuesto su discurso, será necesario que no utilice
esta frase; por ejemplo "PARA TERMINAR", HE DICHO".... todo ello demuestra incapacidad
para concluir un discurso.

La voracidad

Voracidad, del latín “voracitatis” es un sustantivo abstracto que se deriva de la calidad de


voraz, adjetivo que procede en su etimología del latín “vorax” que surgió a su vez del
verbo “vorare” en el sentido de “comer” más el sufijo aumentativo “ax”.

La voracidad puede entonces definirse como la inclinación a comer, o en general, por


extensión, a consumir bienes en exceso ya sean materiales como ocurre con quien tiene
voracidad por el dinero; o inmateriales, en el caso de que la voracidad se asocie con
la dominación, el poder, el amor, el gozo, el saber, etcétera. Quien posee voracidad nunca
se conforma, siempre quiere más y jamás se siente satisfecho. La sociedad de consumo en
la que actualmente vivimos estimula esta voracidad que nos impide ser plenamente
felices, pues nos hace creer que siempre precisamos algo más, transformando a los
deseos en necesidades.

La voracidad es una característica que puede atribuirse solo a los seres vivos, pero puede
aplicarse a cosas inanimadas como recurso literario (personificación) como cuando
decimos que se desató un voraz incendio (en este caso animizamos el fuego y le
atribuimos la capacidad de devorar) o nos referimos a la voracidad del fisco, consistente
en aumentar cada vez más los tributos para recaudar más dinero en las arcas estatales.

Tomada la voracidad como actitud individual se la asocia con la gula, o sea,


ingerir alimentos en forma descontrolada y con la codicia. Psicológicamente la voracidad,
vinculada con la envidia, es una emoción oral que intenta canalizar las frustraciones.

El hombre, como grupo, ha devorado, consumiendo y explotando en exceso los recursos


que le ofrece la naturaleza hasta el punto de agotarlos, causando un daño gravísimo y en
muchos casos irreparables al planeta.

Tipos de lectura

Leer es, para muchísimas personas, una de las actividades más disfrutables. Hacerlo desde
temprana edad trae a nuestra vida y también a nuestra mente innumerables beneficios
tales como la adquisición de conocimientos, el desarrollo de la creatividad y la
imaginación y el ejercicio de la memoria, entre otros. Sin mencionar que para muchos es
también la actividad ideal por excelencia para acompañar los momentos de ocio.

Libros de estudio, libros de aventuras, novelas de amor, cuentos de terror. La lista de


géneros a la hora de hablar de libros es inmensa, como también, con el surgimiento de las
nuevas tecnologías, lo es la de los formatos en los que podemos disfrutar de ellos.
1 – Lectura oral

La lectura oral se da cuando la persona que lee lo hace en voz alta. Algunas personas
hacen esto debido a que el sonido ayuda a que las ideas queden “grabadas” en el cerebro,
aunque también pueden hacerlo en un momento que les es difícil concentrarse debido al
ruido ambiente, y que al escuchar su voz logran “encapsularse” en este sonido y de esta
manera disipan un tanto la distracción.

Además, la lectura oral tiene una función social como ninguna otra, debido a que se puede
compartir este tipo de experiencia con otras personas leyendo para alguien más. También
es una buena manera de acercar la lectura a las personas con discapacidad visual.
2 – Lectura silenciosa

En la lectura silenciosa la persona recibe directamente en el cerebro lo que ven sus ojos,
salteando la experiencia auditiva. En este tipo de lectura prima muchísimo la
concentración y con frecuencia si observamos a una persona practicar la lectura silenciosa
la veremos como “absorta” en su propio mundo.

3 - Lectura superficial

En este tipo de lectura se “barre” el texto para saber de qué se está hablando. Es una
lectura más bien superficial que pretende captar una idea general pero no los detalles.

Este tipo de lectura está recomendada cuando se lee por primera vez un texto de estudio,
ya que de primera no se recomienda entender los conceptos más complejos sino hacerse
una idea general del mismo.

4 - Lectura selectiva

Este es el tipo de lectura que realiza una persona cuando está buscando datos específicos,
por eso se la denomina una “lectura de búsqueda”. El lector no lee minuciosamente todo
sino que aquí también se realiza un paneo veloz buscando solo la información de
interés para la persona.

5 - Lectura comprensiva

En la lectura comprensiva el lector procura entender todo el contenido del mensaje. Se


practica de manera lenta, de modo que permita un abordaje del tema donde los tiempos
que se le dedican sean suficientes para comprender a fondo.

6 – Lectura reflexiva y crítica

En la lectura reflexiva o crítica el lector analizará el texto que tiene frente a sí y no lo


“digerirá” o aceptará como la verdad absoluta.

Un lector crítico evalúa la relevancia de lo que está leyendo, contrasta la información con
otra información o con su propia experiencia y hasta puede llegar a “pelearse” con el
texto por tener distintos argumentos sobre un tema. Esta lectura requiere que se realice
de forma pausada para que la información pueda ser evaluada desde un abordaje crítico.

7 - Lectura recreativa
La lectura recreativa es la que predomina cuando se lee un libro por placer. No importa a
qué velocidad se realice ni cuánto tiempo nos tome completar la lectura, ya que lo
primordial es que el lector disfrute de la experiencia. Si bien no es una regla general, la
mayoría de las veces la lectura por placer está muy ligada a la literatura.

Técnicas para una buena lectura


1- Establecer el propósito de la lectura
Es muy importante que antes de iniciar su lectura, defina y deje claro por qué o para qué
le va ha servir el leer dicho texto o libro.
Debe establecer el propósito de la lectura que va efectuar. Usted puede leer para:
1. Obtener las ideas generales de un texto o libro.
2. Distinguir las ideas principales de un texto o libro.
3. Evaluar críticamente un texto o libro.
4. Comprender el contenido de un texto o libro.
5. Localizar información especifica de un texto o libro.
6. La aplicación práctica.
7. Distraerse.
8. Dar una revisión rápida a un texto o libro.
9. Hojear un texto o libro.
10. Hacer una lectura de estudio de un texto o libro.
11. Hacer una lectura ligera de un texto o libro .
12. Leer palabra por palabra de un texto o libro
Propósito de lectura
A continuación se definen los diferentes propósitos de lectura:
1- Leer para obtener las ideas generales de un texto o libro.
Si el objeto de la lectura es obtener una idea o las ideas generales de un texto o libro, no
es necesario leer minuciosamente, se puede hacer a mayor velocidad fijando la atención
sólo en los encabezados y subtítulos, ideas generales, prólogo, introducción o los
resúmenes que aparecen al final de cada tema o unidad.
2- Leer para distinguir las ideas principales de un texto o libro.
Si el objeto de leer es seleccionar y estudiar las ideas principales de un texto o libro, debe
realizar una lectura minuciosa guiándose por las notas al margen, los enunciados y
recuadros que estén resaltados con negritas que resaltan la información más significativa
de un texto.

3- Leer para evaluar críticamente un texto o libro.


Las experiencias educativas anteriores (su preparación académica previa) deben ayudarle
a elaborar opiniones sobre los hechos. Cuando lea puntos de vista distintos, sea imparcial
y una vez que conozca la consistencia de las ideas del autor, júzguelas o valórelas
objetivamente. Debe descubrir las influencias o implicaciones ideológicas que presenta,
para ponderar la validez y fundamentos de las tesis parciales. Lo importante es leer con
una actitud abierta. Cuando sea posible consulte al menos dos puntos de vista antes de
formarse una opinión definitiva sobre el tema.
4- Leer para comprender los contenidos de los temas que integran un texto o libro.
Es el tipo de lectura que se hace con la finalidad de adquirir nuevos conocimientos, lo cual
implica la realización de una serie de actividades, tales como elaborar notas, consultar el
diccionario, repasar, etc. Estas actividades que proporcionan la comprensión de los
contenidos serán tratadas ampliamente más adelante.
5- Leer para localizar información específica de un texto o libro.
Cuando sabe que es lo que busca, puede guiarse por el índice temático y ver únicamente
lo que le interesa, evitando leer párrafos innecesarios, lo cual le facilita la localización de
la información que requiere.
6- Leer para la aplicación práctica.
En este caso la lectura se realiza con el propósito de obtener conocimientos que facilitaran
el hacer o emplear algo que el estudiante realizará posteriormente.
7- Leer para distraerse.
Es el tipo de lectura de esparcimiento, se lee únicamente por diversión. Las lecturas que
realice dependen siempre de sus preferencias, gustos y aficiones.
8- Leer para hacer una revisión rápida de un texto o libro.
Como su nombre lo indica es una búsqueda muy rápida de algún punto importante. Puede
ser el título o subtítulo de un tema en un texto. El punto esencial aquí es que usted no se
distraiga leyendo otras partes del texto, sino que se concentre en localizar lo que esta
buscando.
9- Leer para hojear un texto o libro.
Este tipo de lectura se parece mucho a la revisión rápida, la diferencia es que no se busca
nada en particular, simplemente esta viendo el contenido sin tener un objetivo o interés.
10- Leer para hacer una lectura de estudio de un texto o libro.
Este tipo de lectura es la que el estudiante aplica con mayor frecuencia para aprender. Es
una lectura lenta y repetitiva, su objetivo es la de dominar lo que se esta leyendo.
Modo de evaluar la capacidad lectora de una persona
Tanto la velocidad como la comprensión lectora adecuadas, son prerrequisitos básicos
para un buen estudio, sobre todo a medida que los cursos van avanzando y la cantidad de
materia a estudiar aumenta progresivamente.
Por lo tanto, es fundamental trabajar estos aspectos, tanto para prevenir las posibles
dificultades de aprendizaje como para optimizar el rendimiento académico en cualquier
caso.
Velocidad Lectora

En este proceso el principal órgano lector es el ojo.

El buen lector hace fijaciones amplias, se trata de conseguir, por tanto, que el ojo capte en
una solo fijación, el mayor número posibles de palabras.

Para ello se utilizan diversas técnicas:

Ampliación del campo de percepción visual.

Deslizamiento de la vista por la parte superior de las palabras.

Supresión de la percepción de espacios.

Para mejorar la capacidad lectora se debe leer a la máxima velocidad posible todos los
días durante unos minutos.
Un ejercicio recomendable es averiguar cuantas palabras lee, registrando el tiempo y el
número de palabras leídas.
En esta etapa inicial busque solo las palabras claves y las ideas más importantes.
Un mes de práctica puede permitirle doblar su velocidad de lectura.
Comprensión Lectora
Entender las idear principales como las ideas secundarias de un texto.
Para poder distinguir la idea principal de un texto hay que prestar mucha atención a la
palabra clave que más se repite y a su sinónimo.
La idea principal es imprescindible. Si se suprime le sentido global del párrafo queda
incompleto.
La función de la idea secundaria es apoyar el mensaje clave, explicarlo y acompañarlo,
para reforzar más su comprensión.

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