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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

(Universidad del Perú, DECANA DE AMERICA)

ESCUELA DE POST GRADO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA

UNIDAD DE POST GRADO

TESIS

EL PROCESO DE AMPARO COMO MECANISMO DE TUTELA


DE LOS DERECHOS PROCESALES

PARA OPTAR EL GRADO ACADÉMICO DE MAGISTER EN


DERECHO CONSTITUCIONAL Y DERECHOS HUMANOS

PRESENTADA POR EL DOCTOR:

JOSÉ ALBERTO ESTELA HUAMÁN

LIMA - PERU

2011
DEDICATORIA

Con todo el cariño de


siempre a mi familia en
general
INDICE

Introducción

I. Tema de investigación ……………………………………………………………1

II. Planteamiento del problema………………………………….…………….…...1

II.1. Diagnóstico situacional…………………………………………………...........1


a. Código Procesal Constitucional………………………………………………...….1
b. El amparo como proceso constitucional……………………………………….......2
c. La “amparización” como problema para la administración de justicia
constitucional…………………………………………………………………………3
II.2. Preguntas de investigación ………………...…………………………….........8
II.3. Objetivos de la investigación………………………………………………......8
II.4. Justificación de la investigación……………………...…………………….....8
II.5. Delimitación de la investigación………………………...…………………...10

III. Marco teórico…………………………………………………………………..10

III.1. Referencias históricas…………………………………...………………..…10


a. Constitución de 1823…………………………….…………………...……..11
b. Constitución de 1826…………………………………….…………...…….12
c. Constitución de 1828………………………………………….……...…….13
d. Constitución de 1834………………………………………….……...…….13
e. Constitución de 1839…………………………………………………….....13
f. Constitución de 1856…………………………………….…………...…….14
g. Constitución de 1860………………………………………………....…….15
h. Constitución de 1920………………………………………………...……..16
i. Constitución de 1933………………………………………………...……..16
j. Constitución de 1979……………………………………………………..…17
k. Ley de Hábeas Corpus y Amparo (Ley 23506) ……………………….....…20
l. Constitución de 1993………………………..………………………...……21
m. Código Procesal Constitucional (Ley 28237) ………………………….......25
III.2. Marco doctrinario……………………...…………………………………....27

III.2.1. Proceso de amparo…………………………………..………….…………27


a. Concepto sobre el proceso de amparo…………………………………………….27
b. Protección del contenido esencial de los derechos fundamentales…………….…28
c. Estructura de los derechos fundamentales …………………………………...…..31
d. Condiciones para la estimación de la demanda de amparo……………………….32
- Validez de la pretensión…………………..……………………………………….32
- Las pretensiones del proceso de amparo deriven del contenido esencial del derecho
reclamado…………………........................................................................................33

II.2.2. Derechos fundamentales tutelados por el proceso de amparo…………..34

a. Derechos fundamentales sustantivos…………………………………………...34


- Igualdad y no discriminación……………………………………………..……….34
- Libertad religiosa………………………………………………………..……...….35
- Libertades de información, opinión y expresión……………………………….....35
- Libertad de contratación…………………………...………………………………36
- Derecho a la creación artística, intelectual y científica………………………...….36
- Derecho a la inviolabilidad y secreto de los documentos privados y de las
comunicaciones…………………………………………………………………...…37
- Derecho de reunión………………………………………………………………...37
-Derecho al honor, intimidad, voz, imagen y rectificación de informaciones inexactas
o agraviantes…………………………………………………………...38
- Derecho de asociación………………………………...…………………………...38
- Derecho al trabajo………………………………………………………………….39
- Derecho de sindicación, negociación colectiva y huelga……………………….....39
- Derecho de propiedad y herencia……………………...…………………………..39
- Derecho de petición………………………..……………………………………...40
- Derecho de participación individual o colectiva en la vida política del país…..…40
- Derecho a la nacionalidad………………………………………………………….41
- Derecho a impartir y a acceder a la educación……………………………...……..41
- Derecho a la seguridad social……………………………………………..………42
- Derecho a la remuneración y a la pensión…………………………………...…….42
- Derecho a la libertad de cátedra…………………………………….……………..43
- Derecho al acceso a los medios de comunicación social…………………………..43
- Derecho a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida...44
- Derecho a la salud……..………………………………………………………….45
- Derechos innominados……………………………………...……………………..45

b. Derechos fundamentales procesales…………………………...……………….46


- Independencia jurisdiccional……………………………………..……………….47
- Debido proceso……………………………………………..……………………..48
- Tutela jurisdiccional efectiva………………………………………………………51
- Motivación de resoluciones judiciales……………………………………………..53
- Pluralidad de instancias………………………………………...……………….…56
- Cosa juzgada…………………………………………………………………….…57
- Derecho de defensa………………………………………………………………...61

II.2.3. Proceso de amparo contra resoluciones judiciales……………………..64


a. Amparo contra resolución judicial…………………………………..…………...64
b. Amparo contra medidas cautelares……………...………………………………..67
c. Amparo contra resoluciones judiciales por vulneración de derechos sustantivo...69
d. Amparo contra amparo…………………...………………………………………73

III.3. Tratados internacionales………………………...……………………….…76


a. Declaración Universal de Derechos Humanos.……………………………….......76
b. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos………………………..…....76
c. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales….………..77
d. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre……….……..…78
e. Convención Americana sobre Derechos Humanos……………………………….78
f. Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
materia de derechos económicos, sociales y culturales. “Protocolo de San
Salvador”………………………………...……………………………………….80

III.4. Marco legislativo comparado…………………………………………...…..80


a. Constitución de Argentina……………………………………………………...80
b. Código Procesal Constitucional de Tucumán (Argentina)………………………82
c. Constitución de Colombia.………………………………………………………88
d. Constitución de Costa Rica………………………………………………………89
e. Constitución de Ecuador …………………………………………………………91
f. Constitución de El Salvador……………………………………………………....94
g. Constitución de Guatemala……………………………………………………….95
h. Constitución de Honduras………………………………………………………..97
i. Constitución de México…………………………………………………………..97

III.5. Marco conceptual…………………………………………………………..104


a. Debido proceso…………………………………………………………….104
b. Motivación de resoluciones judiciales……………………………………..105
c. Derecho de defensa………………………………………………………...105
d. Cosa juzgada…………………...……………………….………………….105
e. Proceso de amparo…………...…………………………………………….105

IV. Hipótesis…………………………………………………………...……….....106

V. Tipo de investigación……………………………………………………...…..110

VI. Diseño de investigación. ………………………………………...…………...110

VII. Universo. Selección de muestra. Unidad de análisis…………………...….110

VIII. Técnicas e instrumentos de recolección de datos. Contrastación de


hipótesis………………………………………………………………….…110

IX. Contrastación de hipótesis………………………………………...…………111

X. Ordenamiento y análisis de datos…………………………………………….171


X.1. Ordenamiento de datos…………………………………………...…………..171
X.2. Análisis de datos…………………………………………...…………………171

XI. Elaboración del informe final……………………………………………..…187


XI.1. Aportes de la investigación a la doctrina…………………………………….187
XI.2. Aportes de la investigación a la teoría……………………………………….188
XI.3. Aportes de la investigación a la legislación…………………………………189
XI.4. Anteproyecto de ley………………………………………………………….189

XII. Conclusiones y recomendaciones…………………………………………...192

XIII. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………...195

XIV. ANEXOS…………………………………………………………...……….202
INTRODUCCIÓN

La presente investigación titulada: “el proceso de amparo como mecanismo de tutela


de derechos procesales”, desarrolla el amparo contra las resoluciones judiciales que
afectan la tutela procesal efectiva, que se encuentra regulada en el artículo 4 del
Código Procesal Constitucional que permite que cualquier persona que considere
vulnerado sus derechos procesales, consagrados en el artículo 139 de la Constitución
Política del Perú, recurra al proceso de amparo, con el propósito de que declare su
nulidad.

Es así como tratamos la pertinencia del Código Procesal Constitucional, al amparo


como proceso constitucional y a la amparización como situación que genera el
problema de la excesiva improcedencia de demandas de amparo que en su mayoría
son desestimadas.

Por ello, consideramos las referencias históricas de los derechos procesales que la
encontramos a partir de las Constituciones del Siglo XIX. Así tenemos las
Constituciones de: 1823, 1826, 1828, 1834, 1839, 1856, 1860, 1920, 1933, 1979 y
1993. Debe indicarse que el artículo 5 de la Ley de Hábeas Corpus y Amparo, Ley Nº
23506 daba la posibilidad de interponer demandas de amparo contra resoluciones
judiciales, cuando éstas contenían alguna vulneración a los derechos fundamentales,
situación que se encuentra prescrito en el artículo 4 del Código Procesal
Constitucional vigente.

En la tesis de investigación, encontramos el concepto de proceso de amparo, la


protección del contenido esencial de los derechos fundamentales, la estructura de los
derechos fundamentales, las condiciones para la estimación de la demanda de
amparo, los derechos fundamentales tutelados por el proceso de amparo: los
derechos fundamentales sustantivos como los derechos fundamentales adjetivos.

Se analiza el proceso de amparo a partir de las sentencias del Tribunal Constitucional


y en especial los criterios asumidos por dicho Tribunal en los procesos de amparo
contra las resoluciones judiciales, amparo contra medidas cautelares, amparo contra
las resoluciones judiciales por vulneración de derechos sustantivos y amparo contra
amparo.

El trabajo de investigación considera los temas vinculados con los tratados


internacionales que recogen los derechos que se protegen con el proceso de amparo,
mencionando entre estos instrumentos internacionales, a la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el
Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, entre otros
documentos. Además, se ha considerado como un ítem de la investigación referida a
la legislación comparada, haciendo una revisión de la Constitución Argentina, del
Código Procesal Constitucional de Tucumán, continuando con el análisis de la
Constitución de Colombia, luego la Constitución de Costa Rica, México, Guatemala,
entre otras Constituciones.

Se contrastó las proposiciones, luego del estudio del marco teórico que permitió
elaborar una hipótesis general y dos hipótesis particulares como respuestas
preliminares a la actual situación del proceso de amparo contra las resoluciones
judiciales, toda vez que resultaba imprescindible sobre su eficacia fuese constatada
en un trabajo de campo. Por tal motivo, se consideró pertinente medir la eficacia de
este proceso constitucional en las cincuenta y nueve (59) resoluciones emitidas sobre
procesos de amparo contra resoluciones judiciales por el Tribunal Constitucional
peruano durante el mes de enero de 2009.

Esta investigación nos permitió elaborar conclusiones que respondían a lo que sucede
en el trámite de estos procesos a efectos de verificar si la presunta afectación de
derecho realmente se producía; o, en todo caso, si el contenido de la demanda
respondía a una actuación maliciosa de parte del recurrente o a una mala
comprensión sobre el contenido esencial de los derechos fundamentales y al objeto
de protección de los procesos constitucionales.

Finalmente, las conclusiones nos permiten elaborar propuestas dirigidas a superar los
problemas advertidos en el trabajo de campo en relación al tema de nuestra
investigación, las cuales han sido traducidas no sólo en enunciados, sino también en
una propuesta legislativa que esperamos sea incorporada en nuestra legislación, a
efectos de superar las irregularidades advertidas en torno al proceso de amparo como
mecanismo de tutela de los derechos procesales.
I. Tema de investigación

La presente tesis abarca el estudio del proceso de amparo como mecanismo de


tutela de los derechos procesales. Dicho tema ha sido elegido en atención a las
numerosas demandas de amparo interpuestas contra resoluciones judiciales firmes
expedidas en procesos ordinarios y constitucionales que han sido emitidas atentando
contra una serie de derechos procesales reconocidas en la Constitución Política del
Estado, tales como el debido proceso (artículo 139.3), motivación escrita de las
resoluciones judiciales (artículo 139.5), cosa juzgada (artículo 139.13) y defensa
(artículo 139.14), entre otros que han sido subsumidos en la categoría de tutela
procesal efectiva, conforme reconoce el artículo 4 del Código Procesal
Constitucional.

II. Planteamiento del problema

De acuerdo al esquema de tesis, el planteamiento del problema se divide en el


estudio del diagnóstico situacional, las preguntas de investigación, los objetivos de
investigación, la justificación y la delimitación del problema.

II.1. Diagnóstico situacional

El diagnóstico situacional está compuesto por la explicación relativa a la pertinencia


del Código Procesal Constitucional, al amparo como proceso constitucional y a la
“amparización” como situación que genera el problema relativo a la excesiva
interposición de demandas de amparo que, en su mayoría, son desestimadas.

a. Código Procesal Constitucional

El 31 de mayo de 2004 fue publicada en el diario oficial “El Peruano” la Ley 28237,
la cual contenía un novedoso cuerpo normativo que fue denominado Código Procesal
Constitucional, el primero de alcance nacional en nuestro continente. Dicho Código
contempló en su artículo 4 la procedencia de demandas de amparo y de hábeas
corpus contra resoluciones judiciales por vulneración de la tutela procesal efectiva,
derecho en el que se encuentran subsumidos los derechos procesales consagrados en

1
el artículo 139 de la Constitución, los cuales son, de acuerdo al mencionado artículo
del Código Procesal Constitucional, el “libre acceso al órgano jurisdiccional, a
probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso, a no ser
desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimientos distintos de
los previstos por la ley, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a
acceder a los medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad de revivir procesos
fenecidos, a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las resoluciones
judiciales”.

Este marco normativo permitía que cualquier persona que considerara vulnerado una
o más de los derechos procesales consagrados en el artículo 139 de la Constitución,
pudiera recurrir al proceso de amparo con el propósito de que se declarara su nulidad.
Sin embargo, el propio texto del artículo 4 del Código Procesal Constitucional
establecía que “el amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas
con manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva”; ello quiere decir, que el
mencionado artículo coloca un parámetro que limita la interposición de estas
demandas y que, conforme señala Castillo Córdova, significa que “sólo podrá
acudirse al respectivo proceso constitucional una vez que se hayan agotado los
recursos impugnativos que ofrece el proceso cuya irregularidad se invoca. No puede
acudirse al proceso constitucional inmediatamente después de configurada la lesión
al derecho constitucional de naturaleza procesal (alguno de los contenidos de la
tutela procesal efectiva), sino que previamente se ha de recurrir esa resolución en
todas las instancias que prevea el proceso judicial mismo, y sólo si la irregularidad
(violación de la tutela procesal efectiva) persiste, se podrá acudir al proceso
constitucional respectivo”1.

b. El amparo como proceso constitucional

La importancia del proceso de amparo es referida por Tenorio al señalar que “es
importante mencionar que a estas alturas el amparo original como tutela judicial
efectiva de los actos posiblemente inconstitucionales de la autoridad pública,
generalmente actos administrativos, concretos y singulares, se han expandido a

1
CASTILLO CÓRDOVA, Luis. “Comentarios al Código Procesal Constitucional”. Palestra
editores. Tomo I. Lima, 2006. Página 209.

2
cubrir campos como el amparo contra ley, el amparo contra actos de particulares, el
amparo preventivo y otras figuras que tienden a proteger a la persona natural, e
incluso jurídica, contra los abusos o excesos del poder que perjudican intereses
concretos y, con limitaciones, difusos. Asistimos entonces a un crecimiento saludable
del juicio de amparo, crecimiento que significa una auténtica confirmación del
Estado de derecho”2.

Esta situación destaca la importancia del amparo como parte del Derecho Procesal
Constitucional (entendido como la confluencia del Derecho Procesal y del
Constitucional) pues como afirma Almagro Nosete, “el derecho procesal, recibe del
Derecho Constitucional la positivización de los principios y reglas que inspiran o
limitan el desarrollo legislativo en materia procesal. Pero, a su vez, el Derecho
Constitucional, en cuanto a objeto de tutela jurisdiccional, recoge del Derecho
Procesal las técnicas que permiten la primacía efectiva de la Constitución en
supuestos de controversia. Al primer conjunto de normas le he denominado Derecho
Constitucional Procesal. Al segundo, Derecho Procesal Constitucional. El “bloque”
normativo integrante del Derecho Constitucional Procesal está formado,
exclusivamente, por preceptos constitucionales y su fin es la fijación, con rango
constitucional, de determinados principios y reglas reguladoras del Poder Judicial y
de las garantías procesales básicas. En cambio, no todos, ni la mayoría de los
preceptos que forman el Derecho Procesal Constitucional tienen rango
constitucional, por lo que a este conjunto normativo no es el rango de las normas
sino la peculiaridad del objeto sobre el que versa el proceso”3.

No obstante, debe precisarse que la existencia del Derecho Procesal Constitucional y,


en consecuencia, del proceso de amparo, es el resultado de un proceso histórico que
es referido por García Belaúnde al expresar que “la jurisdicción constitucional, tal
como la conocemos hoy en día, se remonta en realidad, a principios del Siglo XVII,
cuando el célebre Juez Edward Coke, en el caso del Dr. Thomas Bonham (1610)
afirmó que el Derecho Natural estaba por encima de las prerrogativas del Rey,
sentando así las bases de lo que posteriormente sería el control constitucional de las
2
TENORIO, Jorge Eduardo. “Eficacia de la sentencia de amparo en la jurisdicción ordinaria.
Reflexiones”. En: Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano. Año 12, Volumen I.
UNAM. México, 2006. Páginas 444-445.
3
ALMAGRO NOSETE, José. “Breves notas sobre el derecho procesal constitucional”. En:
Revista de Derecho Procesal Iberoamericana. Madrid. Edersa, 1979. Página 684.

3
leyes por parte de los jueces. Por cierto, esta postura del Coke fuertemente anclada
en el pensamiento jusnaturalista, fue ampliamente conocida por los abogados de las
Colonias inglesas de ultramar, que la desarrollaron y utilizaron en toda su amplitud, a
tal extremo que, si bien es discutible que Coke haya creado el control de
constitucionalidad de las leyes, le dio sus elementos básicos y suministró a las
Colonias un sólido sustento jurídico que (…) contribuyó a crear las bases del
Derecho Constitucional”4.

c. La “amparización” como problema para la administración de justicia


constitucional

La Ley de Hábeas Corpus y Amparo (Ley 23506) establecía que el proceso de


amparo era un proceso alternativo; es decir, que se podía recurrir a un proceso
ordinario o al proceso constitucional, quedando dicha elección a disposición del
litigante. Sin embargo, esto generó un grave problema que fue advertido por los
propulsores del Proyecto del Código Procesal Constitucional, conforme se aprecia en
las palabras de García Belaúnde, Abad Yupanqui, Eguiguren Praeli, Monroy Gálvez,
Danós Ordoñez y Oré Guardia al señalar lo siguiente:

“La intención de los autores del proyecto que dio lugar a dicha ley, era facilitar la
procedencia del amparo y del hábeas corpus, evitando que estas acciones fueran
declaradas improcedentes por el órgano judicial, como sucedió muchas veces en el
pasado, arguyendo (sin verdadero fundamento jurídico o por sometimiento al poder
político de turno) que existían “otras vías” judiciales disponibles y más apropiadas.
Si bien esta intención era loable y se basaba en la experiencia, su aplicación trajo
inconvenientes y nuevos problemas. De un lado, porque cada proceso tiene una
naturaleza y una racionalidad propia, que los hace idóneos o no para la tutela de un
derecho, aspecto que no puede quedar librado a la mera voluntad del demandante.
De otro lado, porque la norma facilitó la indebida utilización del amparo por
muchos litigantes, aprovechando su carácter de proceso para la tutela de urgencia,
para la discusión de asuntos que, en estricto, no suponían la protección del
4

GARCÍA BELAÚNDE, Domingo. “De la jurisdicción constitucional al derecho procesal


constitucional”. Lima. Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional. Sección peruana.
Biblioteca Peruana de Derecho Constitucional. Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 2° edición. Lima, 2000. Página 93.

4
contenido constitucionalmente protegido de un derecho o, incluso, ni siquiera de un
derecho directamente constitucional. Hubo, sin lugar a dudas, un exceso de amparos
que abarrotaron los estrados judiciales”5.

Esta situación propulsó a los ideólogos del Código a establecer el carácter residual
del proceso de amparo, es decir, que sólo se debería interponer una demanda de
amparo cuando no existiera otra vía idónea para ello.

Por su parte, el magistrado del Tribunal Constitucional Mesía Ramírez apoyó esta
propuesta al señalar que “la jurisprudencia entendió que el verbo “optar” dejaba a la
libre elección del agraviado interponer el proceso constitucional u otro para la tutela
de su derecho. Pero esa interpretación de los procesos constitucionales como
alternativos y no excepcionales trajo una serie de anomalías que pusieron en
cuestionamiento las bondades de los procesos constitucionales, especialmente del
amparo: a) en primer lugar que la naturaleza y racionalidad propia de los procesos
constitucionales quedaba librada a la discrecionalidad del demandante; b) esa
interpretación facilitó el uso a veces desproporcionado de los procesos
constitucionales para la discusión de procesos que no guardaban relación con un
derecho constitucional directamente protegido, sino de aspectos secundarios o de
alcance legal” 6.

Sin embargo, diversos doctrinarios se han preguntado sobre la pertinencia y la


eficacia de tal modificación, más que todo en términos numéricos y porcentuales,
concretamente a lo que se refiere al descenso de la interposición de demandas de
amparo que finalmente serán declaradas infundadas o improcedentes. Por tal motivo,
Joseph Campos señala que “admitimos que la residualidad hará extraordinario el
proceso constitucional por su dificultoso acceso, pero ¿es esa extraordinariedad la
que necesita el proceso constitucional como garantía de los derechos humanos y
constitucionales? ¿el proceso constitucional es más tutelar con la residualidad?”7.
5
GARCÍA BELAÚNDE, Domingo. ABAD YUPANQUI, Samuel. DANÓS ORDOÑEZ, Jorge.
EGUIGUREN PRAELI, Francisco. MONROY GÁLVEZ, Juan. ORÉ GUARDIA, Arsenio.
“Código Procesal Constitucional. Comentarios, exposición de motivos, dictámenes e índice
analítico”. Palestra editores. Lima, 2004. Página 68.
6
MESÍA RAMÍREZ, Carlos. “Exégesis Del Código Procesal Constitucional”. Gaceta Jurídica.
Lima, 2004. Página 119.
7
CAMPOS, Joseph. “La residualidad del proceso constitucional en El Nuevo Código
Procesal Constitucional Peruano. Una reflexión a la luz del Derecho Internacional de los

5
Frente a esta pregunta, decidimos investigar dicho asunto a través de la revisión de
las sentencias expedidas por el Tribunal Constitucional Peruano durante enero de
2009. Por tal motivo, el diagnóstico situacional de la recurrencia a esta figura ha sido
analizado en el siguiente marco:

- Marco espacial: Resoluciones expedidas por el Tribunal Constitucional


peruano sobre demandas de amparo interpuestas por la presunta vulneración
de los derechos procesales.

- Marco temporal: Comprende resoluciones expedidas por dicho órgano


durante el mes de enero de 20098.

De dicho estudio de campo reveló los siguientes datos:

RESOLUCIONES EXPEDIDAS POR EL TC


EN PROCESOS DE AMPARO

Por presunta Por presunta Total


Fecha vulneración de derechos vulneración de
procesales otros derechos
fundamentales
05/01/09 0 3 3
07/01/09 0 71 71
08/01/09 7 13 20
09/01/09 0 24 24
12/01/09 10 13 23
13/01/09 0 3 3
14/01/09 0 14 14
15/01/09 1 20 21
16/01/09 0 28 28
19/01/09 0 9 9
20/01/09 1 45 46
21/01/09 1 30 31
22/01/09 3 3 6
26/01/09 4 31 35
27/01/09 8 64 72
Derechos Humanos”. En: International Law. Revista Colombiana de Derecho Internacional.
N° 4. Universidad Javeriana. Bogotá, 2004. Página 407.
8
http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/enero_2009.html

6
28/01/09 8 112 120
29/01/09 12 51 63
30/01/09 3 39 42
TOTAL 59 573 632

El resultado del estudio realizado sobre las resoluciones expedidas por el Tribunal
Constitucional en procesos de amparo durante el mes de enero se obtiene los
siguientes resultados:

- De las 632 resoluciones expedidas por el TC en procesos de amparo, 59


correspondieron a pronunciamientos efectuados por presunta vulneración de
los derechos procesales, es decir, representaron el 9.34%.

- De las 632 resoluciones expedidas por el TC en procesos de amparo, 573


correspondieron a pronunciamientos efectuados por presunta vulneración de
derechos fundamentales distintos a los procesales, es decir, representaron
el 90.66%.

Sin embargo, estos datos solo nos sirven para identificar el porcentaje de demandas
de amparo interpuestas por vulneración de derechos fundamentales procesales y de
derechos fundamentales sustantivos, pero no a determinar si es que las demandas
interpuestas son o no efectivas. Es más, ni siquiera el propio Tribunal Constitucional
posee tal información, pues a junio de 2009 su portal electrónico
(http://www.tc.gob.pe/procesos/estadisticas.html) aparece el link de estadísticas “en
construcción”.

No obstante, y sin perjuicio de lo que se expresará en la absolución de las hipótesis,


podemos adelantar que, en lo que al objeto de esta tesis concierne, la gran mayoría de
sentencias expedidas sobre procesos de amparo instaurados por la vulneración de
derechos procesales es declarada improcedente.

II.2. Preguntas de investigación

Son preguntas de investigación las siguientes:

7
a. ¿Las sentencias expedidas en los procesos de amparo contra resoluciones
judiciales estiman las pretensiones planteadas por los recurrentes?
b. ¿Las demandas de amparo contra resoluciones judiciales son interpuestas por una
real vulneración de derechos procesales o por actuaciones maliciosas de los
abogados litigantes que desean dilatar el trámite de los procesos judiciales?

II.3. Objetivos de la investigación

Son objetivos de investigación los siguientes:

a. Establecer si las sentencias expedidas en los procesos de amparo contra


resoluciones judiciales estiman las pretensiones planteadas por los recurrentes.

b. Establecer si las demandas de amparo contra resoluciones judiciales son


interpuestas por una real vulneración de derechos procesales o por actuaciones
maliciosas de los abogados litigantes que desean dilatar el trámite de los
procesos judiciales.

II.4. Justificación de la investigación

La Constitución Política de 1993 establece en su artículo 139 una serie de derechos


que deben ser protegidos durante el trámite de los procesos judiciales. Sin embargo,
mi experiencia profesional me ha permitido apreciar diversos casos en los cuales los
abogados identifican que las resoluciones judiciales expedidas por los magistrados
no contienen una debida motivación, o que determinados actos realizados durante el
proceso no se adecuan a los procedimientos establecidos en los diferentes Códigos de
nuestro ordenamiento jurídico.

De igual manera, he podido apreciar irregularidades en cuanto a las notificaciones de


las resoluciones judiciales que no han permitido a las partes tomar conocimiento de
las mismas y apelarlas dentro del trámite de ley, siendo lo peor que al momento de
poner tal situación en conocimiento del magistrado o del secretario a cargo de la
tramitación del proceso, señalan que las irregularidades suscitadas respecto a la
notificación serían ocasionadas por las empresas de mensajería, más no por el del

8
Poder Judicial, sin que se tomen acciones concretas entre tal Poder y las empresas,
más aún si tales casos son recurrentes.

Aunque el Código Procesal Constitucional establece la procedencia de las demandas


de amparo contra resoluciones judiciales en su artículo 4, la sola producción de
dichas irregularidades genera un detrimento en los litigantes, ya sea desde el plano
económico o del emocional, que los obliga a recurrir al proceso de amparo como una
vía para denunciar tales irregularidades a efectos de que se declare la nulidad de los
actos que les han generado perjuicio.

Precisamente en ese punto radica la justificación de la investigación, pues deseo


conocer si el proceso de amparo contra resoluciones judiciales es efectivo o no, ya
que a través de la verificación de la parte resolutiva de las sentencias expedidas por
el Tribunal Constitucional se sabrá si han sido o no estimadas. Sin embargo, deseo ir
más allá de ese aspecto y determinar cuáles son las causas que originarían la
estimación o desestimación de las mismas, las cuales serán verificadas en los
fundamentos jurídicos de las referidas sentencias.

A través de los datos obtenidos en dicha constatación podremos saber si el proceso


de amparo contra resoluciones judiciales cumple el fin previsto en el artículo 4 del
Código Procesal Constitucional o si es un mecanismo que dilata en exceso la
resolución definitiva de un asunto puesto a conocimiento del Poder Judicial debido a
su mal uso por parte de los abogados litigantes que lo emplean a pesar de saber que
el resultado del mismo será negativo, perjudicando a sus patrocinados, debido a las
expectativas generadas en ellos.

II.5. Delimitación de la investigación

Como señaláramos, esta investigación está delimitada por el siguiente marco:

a. Marco espacial:
- Clase de resoluciones judiciales: Derivadas de procesos de amparo
- Ente emisor: Tribunal Constitucional
- País: Perú

9
- Alcance: Nacional

b. Marco temporal:
- Año: 2009
- Mes: Enero

III. Marco teórico

De acuerdo al esquema de tesis establecido por la Unidad de Postgrado, el marco


teórico comprende las referencias históricas, el marco teórico propiamente dicho y el
marco conceptual.

III.1. Referencias históricas

Las referencias históricas de la tutela de los derechos procesales la encontramos en


las siguientes Constituciones Políticas que ha tenido el Estado Peruano.

a. Constitución de 1823:

La Constitución de 1823 desarrolla la siguiente referencia sobre los derechos que


asisten a las personas a efectos de recurrir a las autoridades públicas:

“Artículo 194.- Todos los peruanos pueden reclamar el uso y ejercicio de estos
derechos, y es un deber de las autoridades respetarlos y hacerlos guardar
religiosamente por todos los medios que estén en la esfera de las atribuciones de
cada una de ellas”.

Este artículo es un antecedente del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva,


consagrado en el artículo 139.3 de la Constitución de 1993, el cual establece que
“ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni
sometida a procedimiento distinto de los previamente establecidos”, como tampoco
prohibida de acceder a la justicia cuando considere que un derecho ha sido
vulnerado.

10
b. Constitución de 1826

Por su parte, la Constitución de 1826 determina las siguientes obligaciones de los


magistrados:

“Artículo 100.- Toda falta grave de los magistrados y jueces en el desempeño de sus
respectivos cargos produce acción popular, la cual puede intentarse en todo el
término de un año por el órgano del cuerpo electoral”.

A través de este artículo, el legislador de 1826 reconoce la posibilidad de que los


magistrados vulneren el derecho al debido proceso, consagrado en el artículo 139.3
de la Constitución de 1993, para lo cual habilitan la posibilidad de denunciar su
afectación mediante la acción popular a través del órgano del cuerpo electoral. A la
luz de la normatividad vigente, esta situación se da en términos distintos: la
afectación del debido proceso será demandada a través del proceso de amparo dentro
de los treinta días hábiles de notificada la resolución judicial firme que vulnera dicho
derecho (artículo 44 del Código Procesal Constitucional) por el directamente
afectado.

c. Constitución de 1828

La Carta Política de 1828 realiza las siguientes precisiones sobre el Poder Judicial:
“Artículo 103.- El Poder Judicial es independiente y se ejercerá por los tribunales y
Jueces”.

“Artículo 161.- Es un derecho de todos los ciudadanos el que se conserve la


independencia del poder judicial (…)”

Estos artículos son el primer antecedente constitucional del derecho a la


independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional, contemplado en el
artículo 139.2 de la Constitución de 1993, el cual es susceptible de ser demandado a
través de un proceso de amparo cuando se considere que al expedirse una resolución

11
judicial inimpugnable, esta ha sido emitida vulnerándose flagrantemente la
imparcialidad del juez.

“Artículo 161.- (…) Ninguna autoridad puede avocarse causas pendientes,


substanciarlas, ni hacer revivir procesos concluidos”.

Asimismo, el artículo 161 de la Constitución de 1828 reconoce otro derecho procesal


susceptible de ser tutelado a través del proceso de amparo, el cual está regulado en el
artículo 139.13 de la Constitución de 1993: el derecho a la cosa juzgada, sobre el
cual señala la vigente Carta al señalar “la prohibición de revivir procesos fenecidos
con resolución ejecutoriada. La amnistía, el indulto, el sobreseimiento definitivo y la
prescripción producen los efectos de cosa juzgada”.

“Artículo 162.- Ningún peruano puede ser privado del derecho de determinar sus
diferencias por medio de jueces árbitros”.

Este artículo recuerda el mandato del artículo 194 de la Constitución de 1823, al


desarrollar el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, a través de su
manifestación del acceso a la justicia, conforme establece el artículo 139.3 de la
Constitución de 1993.

d. Constitución de 1834

De igual manera, la Constitución de 1834 establece lo siguiente sobre la


independencia del Poder Judicial:

“Artículo 107.- El Poder Judicial es independiente y se ejerce por los tribunales y


Jueces”.

Este artículo es un antecedente del derecho a la independencia jurisdiccional,


establecido en el artículo 139.2 de la Constitución vigente.

“Artículo 108.- La duración de los Jueces es en razón de su buen comportamiento y


no podrán ser destituidos sino por juicio y sentencia legal”.

12
El artículo 108 de la Constitución de 1834 contiene el derecho al debido proceso,
regulado en el artículo 139.3 de la Constitución de 1993, pues permite la destitución
de los jueces siempre y cuando medie un proceso judicial en el que se establezca su
responsabilidad por la comisión de un ilícito y, en consecuencia, se le imponga la
sanción de destitución vía una sentencia.

“Artículo 150.- Ninguno puede ser condenado si no es juzgado legalmente”.

Este artículo contiene un antecedente del derecho al debido proceso y al derecho a


no ser condenado en ausencia, conforme establece el artículo 139.12 de la
Constitución de 1993.

e. Constitución de 1839

El Texto de 1839 precisa lo siguiente sobre la proscripción de la arbitrariedad


judicial:

“Artículo 164.- Ningún peruano puede ser privado del derecho de terminar sus
diferencias por medio de Jueces árbitros”.

Este artículo contiene una referencia directa al derecho a la tutela jurisdiccional,


reconocido por el artículo 139.3 de la Constitución y cuya violación es susceptible de
ser tutelada a través del proceso de amparo, debido a la interposición de una
demanda de tal naturaleza en contra de una resolución judicial firme.

f. Constitución de 1856

La Carta de 1856 refiere lo siguiente en torno a los magistrados del Poder Judicial:

“Artículo 125.- Son amovibles los miembros del Poder Judicial”.

Este artículo contiene un antecedente del derecho al juez natural, consagrado en el


artículo 139.2 de la Constitución Política, ya que aunque se establezca una

13
inamovilidad férrea, tal disposición es formulada con el propósito de garantizar
seguridad jurídica.

“Artículo 128.- La publicidad es esencial en los juicios; los tribunales pueden


discutir en secreto; pero las votaciones se harán en alta voz y á puerta abierta (…)”.

Encontramos en este artículo al antecedente del derecho a la publicidad en los


procesos judiciales, establecido en el artículo 139.4 de la Constitución de 1993.

“Artículo 128.- (…) Las sentencias serán motivadas, expresándose la ley o


fundamentos en que se apoyan”.

De igual manera, este artículo constituye un antecedente del derecho a la


motivación de las resoluciones judiciales, sobre el cual el artículo 139.5 de la
Constitución de 1993 establece que está garantizado en todas las instancias, “excepto
los decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los
fundamentos de hecho en que se sustentan”.

“Artículo 129.- Se prohíbe todo juicio por comisión”.

A través de este artículo se prohíbe la delegación de funciones, propia del derecho a


la unidad y exclusividad de la función jurisdiccional, conforme dispone el artículo
139.1 de la Constitución Política vigente.

“Artículo 130.- Ningún poder ni autoridad puede avocarse causas pendientes en


otro Juzgado ni sustanciarlas ni hacer revivir procesos fenecidos”.

Asimismo, este artículo refiere al derecho a la independencia en el ejercicio de la


función jurisdiccional, ya que conforme expresa el artículo 139.2 de la Constitución
de 1993, “ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el órgano
jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones”.

g. Constitución de 1860

14
A su vez, la Constitución de 1860 se refiere a la publicidad, sobre la unidad y el
ejercicio de la función jurisdiccional en los siguientes términos:

“Artículo 127.- La publicidad es esencial en los juicios; los Tribunales pueden


discutir en secreto pero las votaciones se harán en alta voz y públicamente. Las
sentencias serán motivadas expresándose en ellos la ley o los fundamentos en que se
apoyen”.

Tal como sucedía con el artículo 128 de la Constitución de 1856, la de 1860 contiene
un antecedente del derecho a la publicidad en los procesos judiciales, establecido
en el artículo 139.4 de la Constitución de 1993.

“Artículo 128.- Se prohíbe todo juicio por comisión”.


De igual manera, el artículo 129 de su antecesora es reproducido en el texto de la de
1860, con lo cual proporciona tutela al derecho a la unidad y exclusividad de la
función jurisdiccional, establecido en el artículo 139.1 de la Constitución Política
vigente.

“Artículo 129.- Ningún Poder ni autoridad puede avocarse causas pendientes ante
otro Poder ú otra autoridad ni sustanciarlas, ni hacer revivir procesos fenecidos”.

El artículo 130 de la Carta de 1856 encuentra su correlato en el 129 de la


Constitución de 1860, garantizando así el derecho a la independencia en el
ejercicio de la función jurisdiccional, consagrado en el artículo 139.2 de la
Constitución de 1993.

h. Constitución de 1920

El Texto Fundamental de 1920 precisa lo siguiente sobre la publicidad y la


independencia jurisdiccional:

“Artículo 154.- La publicidad es esencial en los juicios. Los Tribunales pueden


discutir en secreto, pero las votaciones se harán en alta voz y públicamente.

15
Las sentencias serán motivadas expresándose en ellas la ley o los fundamentos en
que se apoyan”.

Tal como formulaban los artículos 129 y 128 de las Constituciones de 1856 y de
1860, respectivamente, la Carta de 1920 reconoce el derecho a la publicidad en los
procesos judiciales, tal como dispone en el artículo 139.4 de la Constitución de
1993.

“Artículo 155.- Se prohíbe todo juicio por comisión. Ningún poder ni ninguna
autoridad puede avocarse causas pendientes ante otro Poder u otra autoridad, ni
sustanciarlas, ni hacer revivir procesos fenecidos”.

De igual manera, se toma el texto del artículo 129 de la Constitución anterior para
tutelar el derecho a la independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional,
establecido en el artículo 139.2 de la Constitución vigente.

i. Constitución de 1933

La Carta Magna de 1933 desarrolla lo siguiente sobre las garantías procesales:

“Artículo 227.- La publicidad es esencial en los juicios. Los tribunales pueden


discutir en secreto, pero las votaciones se harán en alta voz y públicamente. Las
sentencias serán motivadas, expresándose en ellas la ley o los fundamentos en que
se apoyen”.

“Artículo 228.- Se prohíbe todo juicio por comisión. Ningún Poder ni autoridad
puede avocarse causas pendientes ante el Poder Judicial. Tampoco pueden revivirse
procesos fenecidos”.

“Artículo 230.- El Estado indemnizará a las víctimas de los errores judiciales en


materia criminal, previo el juicio de revisión en la forma que determine la ley”.

Si bien la Carta de 1933 tuteló los derechos a la publicidad en los procesos judiciales
y a la indelegabilidad de funciones en el ejercicio de la función jurisdiccional, el

16
aporte de esta Constitución se encuentra al haber consagrado el derecho a la
indemnización por errores judiciales, establecido en el artículo 139.7 de la
Constitución de 1993, al consagrar “la indemnización, en la forma que determine la
ley, por los errores judiciales”.

j. Constitución de 1979

El Texto Político de 1979 desarrolla ampliamente las garantías de la administración


de justicia en los siguientes términos:

“Artículo 233.- Son garantías de la administración de justicia:

1. La unidad y la exclusividad de la función jurisdiccional. No existe ni puede


establecer jurisdicción alguna independiente, con excepción de la arbitral y la
militar. Quedan prohibidos los juicios por comisión o delegación;

2. La independencia en su ejercicio. Ninguna autoridad puede avocarse causas


pendientes ante el órgano jurisdiccional ni interferir el ejercicio de sus funciones.
Tampoco puede dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa
juzgada ni cortar procedimientos en trámites ni modificar sentencias ni retardar su
ejecución. Esta disposición no afecta el derecho de gracia;

3. La publicidad en los juicios penales. Los tribunales pueden deliberar en reserva


con la presencia de todos sus miembros, pero las votaciones son públicas. Sólo por
razones de moralidad, orden público o seguridad nacional, o cuando están de por
medio intereses de menores, o la vida privada de las partes, o cuando la publicidad
menoscaba la recta administración de justicia, pueden los tribunales, por decisión
unánime de sus miembros, disponer que el juicio o parte de él se sustancie en
privado. Los juicios por responsabilidad de funcionarios públicos, delitos de prensa
y los que se refieren a derechos fundamentales garantizados por la Constitución
siempre son públicos;

4. La motivación escrita de las resoluciones, en todas las instancias, con mención


expresa de la ley aplicable y de los fundamentos en que se sustentan;

17
5. La indemnización por los errores judiciales cometidos en los procesos penales, en
la forma que determina la ley;

6. La de no dejar de administrar justicia por defecto o deficiencia de la ley. En tal


caso, deben aplicarse los principios generales del derecho y, preferentemente, los
que inspiran el derecho peruano;
7. La aplicación de lo más favorable al reo en caso de duda o de conflicto en el
tiempo de leyes penales;
8. La inaplicabilidad por analogía de la ley penal;

9. La de no ser penado sin juicio ni privado del derecho de defensa en cualquier


estado del proceso. El Estado provee la defensa gratuita a las personas de escasos
recursos;

10. La de no poder ser condenado en ausencia;

11. La prohibición de revivir procesos fenecidos. Nadie puede ser juzgado


nuevamente por hechos por los cuales haya sido absuelto o condenado por sentencia
firme;

12. La invalidez de las pruebas obtenidas por coacción ilícita, amenaza o violencia
en cualesquiera de sus formas;

13. La obligación del Poder Ejecutivo de prestar la colaboración que se le requiere


en los Procesos;

14. La prohibición de ejercer función judicial por quien no ha sido nombrado en la


forma prescrita por la Constitución o la Ley. Los Tribunales, bajo responsabilidad
de sus miembros, no les dan posesión del cargo;

15. El derecho de toda persona para hacer uso de su propio idioma. Si es necesario
el Juez o Tribunal asegura la presencia de intérprete;

18
16. La indemnización por el Estado de las detenciones arbitrarias, sin perjuicio de
la responsabilidad de quien las ordena;

17. El derecho de toda persona de formular análisis y críticas de las resoluciones y


sentencias judiciales, con las limitaciones de la ley;
18. La instancia plural”.

Como vemos, la Constitución de 1979 constituyó un hito en el reconocimiento de los


derechos procesales que serían tutelados a través del proceso de amparo, debido a
que unificó en un solo cuerpo de normas los diferentes derechos procesales
reconocidos a lo largo de la historia constitucional peruana.

“Artículo 295.- La acción y omisión por parte de cualquier autoridad, funcionario o


persona que vulnera o amenaza la libertad individual, da lugar a la acción de
habeas corpus. La acción de amparo cautela los demás derechos reconocidos por la
Constitución que sean vulnerados o amenazados por cualquier autoridad,
funcionario o persona. La acción de amparo tiene el mismo trámite que la acción de
habeas corpus en los que es aplicable”.

Por su parte, el artículo 295 de la Constitución de 1979 contiene el primer


reconocimiento del proceso de amparo como garantía constitucional destinada a la
protección de los derechos fundamentales, tal como hace el artículo 200.2 de la
Constitución Política de 1993.

“Artículo 298.- El Tribunal de Garantía tiene jurisdicción en todo el territorio de la


República. Es competente para:
(…)
2. Conocer en casación las resoluciones denegatorias de la acción de habeas corpus
y la acción de amparo, agotada la vía judicial”.

Por su parte, el artículo 298 reconoce la posibilidad de que el Tribunal de Garantías


Constitucionales, instaurado en virtud del artículo 296 de la Constitución de 1979,
constituya instancia en la que se evalúe la presunta afectación de derechos
fundamentales, siempre y cuando se haya agotado la instancia judicial.

19
k. Ley de Hábeas Corpus y Amparo (Ley 23506)

El anterior cuerpo normativo que reguló el proceso de amparo se refiere sobre la


procedencia de dicho proceso contra resoluciones judiciales en los términos
siguientes:

“Artículo 5º.- Procedencia de la acción contra resoluciones judiciales

Las acciones de garantía también son pertinentes si una autoridad judicial, fuera de
un procedimiento que es de su competencia, emite una resolución o cualquier
disposición que lesione un derecho constitucional”.

Tal como sucede con la actual regulación del artículo 4 del Código Procesal
Constitucional, el artículo 5 de la Ley 23506 prevé la posibilidad de interponer
demandas de amparo contra resoluciones judiciales cuando estas contengan alguna
vulneración a los derechos fundamentales.

“Artículo 6º.- Casos de improcedencia de las acciones de garantía

No proceden las acciones de garantía:


(…)
2) Contra resolución judicial emanada de un procedimiento regular”.

La previsión realizada por este artículo es idéntica a la que realiza el artículo 200.2
de la Constitución de 1993, al señalar que la acción de amparo “no procede contra
(…) resoluciones judiciales emanadas de un procedimiento regular”, es decir, de uno
que haya resguardado la tutela procesal efectiva.

“Artículo 24º.- Derechos protegidos y procedencia de la acción

La acción de amparo procede en defensa de los siguientes derechos:

20
16) De jurisdicción y proceso en los términos señalados en la letra l, inciso 20,
artículo 2º de la Constitución”.

Es decir, la acción de amparo procedía cuando una persona fuera desviada de la


jurisdicción predeterminada por la ley o sometida a procedimientos distintos de los
previamente establecidos, juzgada por tribunales de excepción o comisiones
especiales creadas al efecto, ya que ello originaba la vulneración de los derechos
procesales, siempre y cuando no se encontraran vinculados tales derechos con la
libertad individual, ya que en tal caso serían resguardados por medio del hábeas
corpus.

l. Constitución de 1993

Aníbal Quiroga señala que “una primera y rápida revisión de la Constitución peruana
de 1993 podría llevar erróneamente a apreciar que solamente se han determinado
como instrumentos procesales de protección constitucional, o procesos
constitucionales, aquellos enumerados en el artículo 200 de la Carta; puesto que, si
revisamos con mayor minuciosidad la Constitución de 1993, encontraremos que, en
adición a los procesos constitucionales contenidos en el ya mencionado artículo 200,
tenemos que el artículo 138 en su segunda parte, el artículo 148 y el artículo 200,
inciso 3, forman parte también del derecho procesal constitucional peruano”9.

Por otra parte, Quiroga señala que en relación a los procesos constitucionales, estos
pueden clasificarse en dos categorías: “las acciones de Control Constitucional de
defensa orgánica, por un lado, y b) las acciones propiamente de garantía o de defensa
de las libertades, por el otro. La diferencia entre ambos tipos de procesos
constitucionales radicará en su objeto, finalidad, naturaleza y en el foro de ubicación
de su debate y desarrollo; manifestando además el tipo de proceso, a través de la
pretensión específica y sus efectos, que se vaya a solicitar al juzgador
constitucional”10.

9
QUIROGA LEÓN, Aníbal. “El derecho procesal constitucional en el Perú y el Código
Procesal Constitucional”. En: Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano. Año 12,
Volumen I. UNAM. México, 2006. Página 387.
10

Ibídem. Página 388.

21
Cabe decir que de la revisión de la Constitución de 1993 se aprecia que su artículo
139 desarrolla los derechos procesales que serán objeto de tutela a través del proceso
de amparo. Para tales efectos nos permitimos señalar los derechos contenidos en
dicho artículo:

“Artículo 139.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional:

1. La unidad y exclusividad de la función jurisdiccional.

No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente, con excepción de


la militar y la arbitral. No hay proceso judicial por comisión o delegación.

2. La independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional.

Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el órgano


jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones. Tampoco puede dejar sin
efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada, ni cortar
procedimientos en trámite, ni modificar sentencias ni retardar su ejecución. Estas
disposiciones no afectan el derecho de gracia ni la facultad de investigación del
Congreso, cuyo ejercicio no debe, sin embargo, interferir en el procedimiento
jurisdiccional ni surte efecto jurisdiccional alguno.

3. La observación del debido proceso y la tutela jurisdiccional.

Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni


sometida a procedimiento distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por
órganos jurisdiccionales de excepción ni por comisiones especiales creadas al
efecto, cualquiera sea su denominación.

4. La publicidad en los procesos, salvo disposición contraria de la ley.

Los procesos judiciales por responsabilidad de funcionarios públicos, y por los


delitos cometidos por medio de la prensa y los que se refieren a derechos
fundamentales garantizados por la Constitución, son siempre públicos.

22
5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias,
excepto los decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de
los fundamentos de hecho en que se sustentan.

6. La pluralidad de la instancia.

7. La indemnización, en la forma que determine la ley, por los errores judiciales en


los procesos penales y por las detenciones arbitrarias, sin perjuicio de la
responsabilidad a que hubiere lugar.

8. El principio de no dejar de administrar justicia por vacío o deficiencia de la ley.

En tal caso, deben aplicarse los principios generales del derecho y el derecho
consuetudinario.

9. El principio de inaplicabilidad por analogía de la ley penal y de las normas que


restrinjan derechos.

10. El principio de no ser penado sin proceso judicial.

11. La aplicación de la ley más favorable al procesado en caso de duda o de


conflicto entre leyes penales.
12. El principio de no ser condenado en ausencia.

13. La prohibición de revivir procesos fenecidos con resolución ejecutoriada. La


amnistía, el indulto, el sobreseimiento definitivo y la prescripción producen los
efectos de cosa juzgada.

14. El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del
proceso. Toda persona será informada inmediatamente y por escrito de la causa o
las razones de su detención. Tiene derecho a comunicarse personalmente con un
defensor de su elección y a ser asesorada por éste desde que es citada o detenida
por cualquier autoridad.

23
15. El principio de que toda persona debe ser informada, inmediatamente y por
escrito, de las causas y razones de su detención.

16. El principio de la gratuidad de la administración de justicia y de la defensa


gratuita para las personas de escasos recursos; y, para todos, en los casos que la ley
señala.

17. La participación popular en el nombramiento y en la revocación de magistrados,


conforme a ley.

18. La obligación del Poder Ejecutivo de prestar la colaboración que en los


procesos le sea requerida.
19. La prohibición de ejercer función judicial por quien no ha sido nombrado en la
forma prevista por la Constitución o la ley. Los órganos jurisdiccionales no pueden
darle posesión del cargo, bajo responsabilidad”.

Se aprecia que la Constitución de 1993 incorpora el catálogo más amplio de derechos


procesales, no sólo por el número de ellos, sino por la descripción minuciosa que
realiza el artículo 139 en relación a los derechos que deberán ser protegidos durante
la tramitación de un proceso judicial; en caso contrario, quien se considere agraviado
podrá recurrir al proceso de amparo con el objetivo de que se declare la nulidad de la
resolución que ha menoscabado su derecho.

“Artículo 200.- Son garantías constitucionales:

(…)
2. La Acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás
derechos reconocidos por la Constitución, (…).
No procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales, emanadas de
procedimiento regular”.

24
Como consecuencia del artículo 6.2 de la Ley de Hábeas Corpus y Amparo, la
Constitución de 1993 precisó que las demandas de amparo contra resoluciones
judiciales debían formularse sólo en los casos que existiera una irregularidad en un
proceso judicial, con el objeto de impedir la interposición maliciosa de demandas de
amparo que pretendieran cuestionar la legalidad de las resoluciones judiciales
expedidas.

m. Código Procesal Constitucional (Ley 28237)

Vigente desde el 2004, el Código establece lo siguiente sobre el proceso de amparo


contra resoluciones judiciales:

“Artículo 4.- Procedencia respecto de resoluciones judiciales

El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con


manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la
justicia y el debido proceso. Es improcedente cuando el agraviado dejó consentir la
resolución que dice afectarlo.
El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma
manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva.

Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en
la que se respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano
jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el
proceso, a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a
procedimientos distintos de los previstos por la ley, a la obtención de una resolución
fundada en derecho, a acceder a los medios impugnatorios regulados, a la
imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la actuación adecuada y
temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la observancia del
principio de legalidad procesal penal”.

Tal como se ha señalado, el Código Procesal Constitucional prevé un mecanismo a


través del cual pueden cuestionarse las resoluciones judiciales firmes que han sido
emitidas vulnerando los derechos contenidos en la tutela procesal efectiva: nos

25
referimos al proceso de amparo. Sin embargo, el artículo 4 del Código realiza una
precisión de suma importancia, ya que no toda afectación de derechos procesales
derivada de una resolución judicial será susceptible de ser tutelada por el proceso de
amparo, pues cuando se constate que una afectación a tales derechos esté vinculada
con la libertad individual, esta será tutelada a través del proceso de hábeas corpus.

“Artículo 37.- Derechos protegidos

El amparo procede en defensa de los siguientes derechos:


(…)
16) De tutela procesal efectiva”.

De igual manera, el artículo 37.16 del Código Procesal Constitucional refuerza el


mandato del artículo 4, ya que establece la procedencia del amparo por vulneración
de la tutela procesal efectiva.
“Artículo 44.- Plazo de interposición de la demanda
(…)
Tratándose del proceso de amparo iniciado contra resolución judicial, el plazo para
interponer la demanda se inicia cuando la resolución queda firme. Dicho plazo
concluye treinta días hábiles después de la notificación de la resolución que ordena
se cumpla lo decidido”.

En cuanto al plazo para la interposición de la demanda de amparo contra resolución


judicial, el artículo 44 del Código antes mencionado, establece que está será
interpuesta dentro de los treinta días de notificada la resolución firme que causa
agravio a un derecho procesal, siempre y cuando este no esté vinculado con la
libertad individual.

III.2. Marco doctrinario

El marco doctrinario de la tesis ha sido elaborado tomando en consideración el


proceso de amparo, como a los derechos fundamentales sustantivos y a los derechos
fundamentales procesales como tutelables por dicho proceso. De igual manera,

26
contiene los supuestos frente a los cuales procede la interposición de la demanda de
amparo contra resoluciones judiciales.

El desarrollo de este punto de la tesis está sustentado, primordialmente, sobre la base


de la jurisprudencia emitida por el Tribunal Constitucional debido a que dicho órgano
ha adquirido un rol primordial en la identificación de conceptos y de procedimientos
judiciales, con lo cual se han podido llenar vacíos legales que complicaban el trámite
de los mismos y la tutela de los derechos fundamentales.

III.2.1. Proceso de amparo

a. Concepto sobre el proceso de amparo


El proceso de amparo está reconocido en el artículo 200.2 de la Constitución de
1993, al establecerse que “procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier
autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos
reconocidos por la Constitución [distintos al hábeas corpus y hábeas data] (…). No
procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales emanadas de
procedimiento regular”.

De acuerdo a Abad Yupanqui, el amparo es “un proceso declarativo o de


conocimiento, pues tiene como presupuesto la inseguridad o incertidumbre respecto a
la violación de un derecho constitucional por parte de una autoridad, funcionario o
persona, que debe ser aclarada por la respectiva sentencia. (…) Consideramos, más
bien, que el proceso de amparo constituye una tutela privilegiada (…) cuya finalidad
esencial es proteger eficazmente los derechos fundamentales. Se trata, en definitiva
de un proceso especial que cuenta con un trámite procesal más acelerado” 11,
justificado por Monroy Palacios, “por la naturaleza prevalente del derecho en litigio
(vg. los derechos fundamentales)”12.

La existencia del proceso de amparo se justifica en que, como señala Almagro


Nosete, “todo derecho fundamental requiere una garantía jurisdiccional para que
11

ABAD YUPANQUI, Samuel. “El proceso constitucional de amparo”. Gaceta Jurídica S.A.
Lima, 2004. Páginas 95 y 96.
12
MONROY PALACIOS, Juan. “La tutela procesal de los derechos”. Palestra Editores. Lima,
2004. Página 43.

27
pueda ser considerado un verdadero derecho, por lo que no es suficiente la existencia
de un derecho, si no cuenta con una protección o garantías jurisdiccional o procesal.
De esta suerte nos encontramos con las garantías del derecho, o lo que es lo mismo,
con la institución como proceso que tutela a la institución”13.

b. Protección del contenido esencial de los derechos fundamentales

Sobre el campo de acción del proceso de amparo, Eguiguren señala que “debe
tenerse presente que, en el Perú, el proceso de amparo protege determinados
derechos reconocidos por la Constitución, mas no así derechos emanados de la ley.
Obviamente, en este elenco de derechos protegidos por el amparo deben agregarse
los que emanan de tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por el
Perú, así como tener presente la estipulación establecida en el artículo 3 de la
Constitución. (…) Sin embargo, no considero que la regulación del amparo en el
Perú incurra en una violación (…) cuando se restringe exclusivamente a la
protección de derechos fundamentales de rango constitucional, excluyendo a los
derechos emanados de la ley. Y es que el amparo peruano, a diferencia del amparo
argentino, desde su incorporación en las constituciones de 1979 y 1993, siempre fue
concebido como una “garantía constitucional” o proceso destinado exclusivamente a
la protección de derechos constitucionales, lo cual es legítimo y razonable dentro de
la configuración de la estructura de procesos judiciales establecidos en cada
ordenamiento nacional”14.

Por tal motivo, “siendo el amparo un proceso de carácter constitucional, destinado a


la tutela de urgencia de un derecho constitucional, se quiere evitar que se lleven a
esta vía extraordinaria asuntos ajenos al contenido relevante y esencial
constitucionalmente protegido del derecho invocado, los que pueden resolverse por
las vías judiciales ordinarias o específicas. Dada la habitual “generalidad” con que la
Constitución suele recoger estos derechos, corresponderá a la jurisprudencia,
fundamentalmente del Tribunal Constitucional, determinar y delimitar dicho

13
ALMAGRO NOSETE, José. “Constitución y proceso”. Bosch Editores. Barcelona, 1984.
Página 11.
14

EGUIGUREN PRAELI, Francisco. “El amparo como proceso residual en el Código Procesal
Constitucional peruano. Una opción riesgosa pero indispensable”. En: Anuario de Derecho
Constitucional Latinoamericano. N° 71. UNAM. México, 2007. Páginas 374-375.

28
“contenido constitucionalmente protegido”, así como a los órganos jurisdiccionales
verificar su presencia en la demanda y cuestión controvertida, lo que será decisivo
para la procedencia o improcedencia del amparo promovido”15.

Al respecto, Medina Guerrero señala que “en cuanto integrantes del contenido
constitucionalmente protegido, cabría distinguir, de un lado, un contenido no
esencial, esto es, claudicante ante los límites proporcionados que el legislador
establezca a fin de proteger otros derechos o bienes constitucionalmente
garantizados, y, de otra parte, el contenido esencial, absolutamente intangible para el
legislador; y, extramuros del contenido constitucionalmente protegido, un contenido
adicional formado por aquellas facultades y derechos concretos que el legislador
quiera crear impulsado por el mandato genérico de asegurar la plena eficacia de los
derechos fundamentales”16.

Para mayor detalle recurrimos a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional que ha


establecido cánones para determinar el contenido esencial de los derechos
susceptibles de ser tramitados a través del proceso de amparo:

“ (…)
21. (…), todo ámbito constitucionalmente protegido de un derecho fundamental se
reconduce en mayor o menor grado a su contenido esencial, pues todo límite al
derecho fundamental sólo resulta válido en la medida de que el contenido esencial se
mantenga incólume.

Este Tribunal Constitucional considera que la determinación del contenido esencial


de los derechos fundamentales no puede efectuarse a priori, es decir, al margen de los
principios, los valores y los demás derechos fundamentales que la Constitución
reconoce. En efecto, en tanto el contenido esencial de un derecho fundamental es la
concreción de las esenciales manifestaciones de los principios y valores que lo
informan, su determinación requiere un análisis sistemático de este conjunto de
bienes constitucionales, en el que adquiere participación medular el principio-

15
Ibídem. Páginas 376-377.
16
MEDINA GUERRERO, Manuel. “La vinculación negativa del legislador a los derechos
fundamentales”. McGraw-Hill. Madrid, 1996. Página 41.

29
derecho de dignidad humana, al que se reconducen, en última instancia, todos los
derechos fundamentales de la persona.

En tal sentido, el contenido esencial de un derecho fundamental y los límites que


sobre la base de éste resultan admisibles, forman una unidad (Häberle, Peter. La
libertad fundamental en el Estado Constitucional. Lima: Fondo Editorial de la PUCP,
1997, p. 117); por lo que, en la ponderación que resulte necesaria a efectos de
determinar la validez de tales límites, cumplen una función vital los principios de
interpretación constitucional de “unidad de la Constitución” y de “concordancia
práctica”, cuyo principal cometido es opmitimizar la fuerza normativo-axiológica de
la Constitución en su conjunto.

22. Si bien es cierto que la exactitud de aquello que constituye o no el contenido


protegido por parte de un derecho fundamental, y, más específicamente, el contenido
esencial de dicho derecho, sólo puede ser determinado a la luz de cada caso concreto,
no menos cierto es que existen determinadas premisas generales que pueden
coadyuvar en su ubicación. Para ello, es preciso tener presente la estructura de todo
derecho fundamental”17.

c. Estructura de los derechos fundamentales

Por tal motivo, el Tribunal Constitucional ahonda en el contenido esencial de los


derechos fundamentales como contenido reclamable a través del amparo, valiéndose
del estudio de la estructura de los derechos fundamentales:

“Las disposiciones de derecho fundamental son los enunciados lingüísticos de la


Constitución que reconocen los derechos fundamentales de la persona. Las normas
de derecho fundamental son los sentidos interpretativos atribuibles a esas
disposiciones. Mientras que las posiciones de derecho fundamental, son las
exigencias concretas que al amparo de un determinado sentido interpretativo
válidamente atribuible a una disposición de derecho fundamental, se buscan hacer
valer frente a una determinada persona o entidad”18.
17

STC 1417-2005-AA, F.J. 21-22.


18
Ibídem. FJ. 24.

30
Tal razonamiento se ampara en Bernal Pulido, quien afirma que “todo derecho
fundamental se estructura como un haz de posiciones y normas, vinculadas
interpretativamente a una disposición de derecho fundamental” 19, que complementa
su idea al señalar que “las posiciones de derecho fundamental son relaciones
jurídicas que (...) presentan una estructura tríadica, compuesta por un sujeto activo,
un sujeto pasivo y un objeto. El objeto de las posiciones de derecho fundamental es
siempre una conducta de acción o de omisión, prescrita por una norma que el sujeto
pasivo debe desarrollar en favor del sujeto activo, y sobre cuya ejecución el sujeto
activo tiene un derecho, susceptible de ser ejercido sobre el sujeto pasivo”20.

d. Condiciones para la estimación de la demanda de amparo

Sobre la base de la definición de la estructura de los derechos fundamentales y de su


contenido como presupuestos para la interposición de la demanda de amparo, el
Tribunal Constitucional ha establecido las condiciones para que la demanda de
amparo sea estimada:

- Validez de la pretensión

Conforme ha señalado el Tribunal Constitucional, la estimación de la demanda está


condicionada a “que dicha pretensión sea válida, o, dicho de otro modo, a que sea
consecuencia de un sentido interpretativo (norma) que sea válidamente atribuible a la
disposición constitucional que reconoce un derecho.

Por ejemplo, no sería válida la pretensión que amparándose en el derecho


constitucional a la libertad de expresión, reconocido en el inciso 4) del artículo 2º de
la Constitución, pretenda que se reconozca como legítimo el insulto proferido contra
una persona, pues se estaría vulnerando el contenido protegido por el derecho
constitucional a la buena reputación, reconocido en el inciso 7º del mismo artículo de
la Constitución.

19
BERNAL PULIDO, Carlos. “El principio de proporcionalidad y los derechos
fundamentales”. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Madrid, 2003. Página 76.
20
Ibídem. Página 80.

31
En consecuencia, la demanda de amparo que so pretexto de ejercer el derecho a la
libertad de expresión pretenda el reconocimiento de la validez de dicha pretensión,
será declarada infundada, pues ella no forma parte del contenido constitucionalmente
protegido por tal derecho; o, dicho de otro modo, se fundamenta en una norma
inválida atribuida a la disposición contenida en el inciso 4) del artículo 2º
constitucional.

Por tal motivo, el Código Procesal Constitucional desarrolla los lineamientos del
proceso de amparo a partir de su artículo 37, enfocando en primer lugar, la mención
de los derechos susceptibles de ser tutelados a través de este derecho”21.

- Las pretensiones del proceso de amparo deriven del contenido esencial del
derecho reclamado

De igual manera, el Tribunal Constitucional ha señalado que “(…) en los casos de


pretensiones válidas, éstas deriven directamente del contenido esencial de un derecho
protegido por una disposición constitucional. En otras palabras, una demanda
planteada en un proceso constitucional de la libertad, resultará procedente toda vez
que la protección de la esfera subjetiva que se aduzca violada pertenezca al contenido
esencial del derecho fundamental o tenga una relación directa con él. Y, contrario
sensu, resultará improcedente cuando la titularidad subjetiva afectada tenga su origen
en la ley o, en general, en disposiciones infraconstitucionales.

En efecto, dado que los procesos constitucionales de la libertad son la garantía


jurisdiccional de protección de los derechos fundamentales, no pueden encontrarse
orientados a la defensa de los derechos creados por el legislador, sino sólo aquellos
reconocidos por el Poder Constituyente en su creación; a saber, la Constitución.
En consecuencia, si bien el legislador es competente para crear derechos subjetivos a
través de la ley, empero, la protección jurisdiccional de éstos debe verificarse en los
procesos ordinarios. Mientras que, por imperio del artículo 200º de la Constitución y
del artículo 38º del CPConst., a los procesos constitucionales de la libertad es
privativa la protección de los derechos de sustento constitucional directo.

21
STC 1417-2005-AA, FJ. 27.

32
Lo expuesto no podría ser interpretado en el sentido de que los derechos
fundamentales de configuración legal, carezcan de protección a través del amparo
constitucional, pues resulta claro (…) que las posiciones subjetivas previstas en la ley
que concretizan el contenido esencial de los derechos fundamentales, o los ámbitos a
él directamente vinculados, no tienen sustento directo en la fuente legal, sino,
justamente, en la disposición constitucional que reconoce el respectivo derecho
fundamental.

Sin embargo, es preciso tener presente que prima facie las posiciones jurídicas que se
deriven válidamente de la ley y no directamente del contenido esencial de un derecho
fundamental, no son susceptibles de ser estimadas en el proceso de amparo
constitucional, pues ello implicaría pretender otorgar protección mediante los
procesos constitucionales a derechos que carecen de un sustento constitucional
directo, lo que conllevaría su desnaturalización”22.

II.2.2. Derechos fundamentales tutelados por el proceso de amparo

Son dos clases de derechos fundamentales los protegidos a través del proceso de
amparo:

a. Derechos fundamentales sustantivos

Conforme establece el artículo 37 del Código Procesal Constitucional, identificamos


que el proceso de amparo tiene por propósito la defensa de los siguientes derechos
fundamentales sustantivos:

- Igualdad y no discriminación

El artículo 37.1 del Código establece la tutela del derecho “de igualdad y de no ser
discriminado por razón de origen, sexo, raza, orientación sexual, religión, opinión,
condición económica, social, idioma, o de cualquier otra índole”.

22
Ibídem.

33
Al respecto, el Tribunal Constitucional ha señalado que la igualdad, “(…) en cuanto
principio, constituye el enunciado de un contenido material objetivo que, en tanto
componente axiológico del fundamento del ordenamiento constitucional, vincula de
modo general y se proyecta sobre todo el ordenamiento jurídico. En cuanto derecho
fundamental, constituye el reconocimiento de un auténtico derecho subjetivo, esto
es, la titularidad de la persona sobre un bien constitucional, la igualdad, oponible a
un destinatario. Se trata del reconocimiento de un derecho a no ser discriminado por
razones proscritas por la propia Constitución (origen, raza, sexo, idioma, religión,
opinión, condición económica) o por otras (“motivo” “de cualquier otra índole”) que,
jurídicamente, resulten relevantes.

En cuanto constituye un derecho fundamental, el mandato correlativo derivado de


aquél, respecto a los sujetos destinatarios de este derecho (Estado y particulares),
será la prohibición de discriminación. Se trata, entonces, de la configuración de una
prohibición de intervención en el mandato de igualdad”23.

- Libertad religiosa

El inciso 2 del mencionado artículo establece que el amparo protege el “ejercicio


público de cualquier confesión religiosa”.

Al respecto, el Tribunal ha señalado que “(…) la libertad de religión comporta el


derecho fundamental de todo individuo de formar parte de una determinada
confesión religiosa, de creer en el dogma y la doctrina propuesta por dicha confesión,
de manifestar pública y privadamente las consecuentes convicciones religiosas y de
practicar el culto. Como todo derecho de libertad, el derecho a la libertad religiosa
tiene una vertiente negativa, que garantiza la libertad de cada persona para decidir en
conciencia que no desea tomar parte en actos de la naturaleza antes descrita”24.

- Libertades de información, opinión y expresión

23
STC 0045-2004-AI, FJ. 20.
24
STC 0895-2001-AA, FJ. 3.

34
El artículo 37.3 reconoce que el amparo protege las libertades de información,
opinión y expresión, reconocidas por el artículo 2.4 de la Constitución y que han sido
desarrolladas por el Tribunal Constitucional al establecer que “son consustanciales al
régimen democrático-constitucional, pues contribuyen con la formación de una
opinión pública libre. En consecuencia, al mismo tiempo de garantizarlas, el Estado
está legitimado a reprimir a aquellas conductas que, con su ejercicio, busquen
destruir el propio sistema democrático, ámbito natural donde es posible el goce y el
ejercicio de todos los derechos fundamentales del ser humano” 25.

- Libertad de contratación

Desarrollada en el inciso 4, la libertad de contratación es susceptible de ser tutelada a


través del proceso de amparo, pues es una manifestación de la autonomía de la
voluntad, tal como reconocen el artículo 2.14 de la Carta Política y el Tribunal
Constitucional, al establecer que dicho derecho garantiza la “ autodeterminación para
decidir la celebración de un contrato, así como la potestad de elegir al co-celebrante
y la autodeterminación para decidir, de común acuerdo, la materia objeto de
regulación contractual”26.

Ello porque de acuerdo a lo “ (…) consagrado en el inciso 14) del artículo 2º de la


Constitución, el derecho a la libre contratación se concibe como el acuerdo o
convención de voluntades entre dos o más personas naturales y/o jurídicas para crear,
regular, modificar o extinguir una relación jurídica de carácter patrimonial. Dicho
vínculo –fruto de la concertación de voluntades– debe versar sobre bienes o intereses
que posean apreciación económica, tengan fines lícitos y no contravengan las leyes
de orden público”27.

- Derecho a la creación artística, intelectual y científica

El inciso 5 establece que la creación artística, intelectual y científica serán tuteladas


por el proceso de amparo, debido a que tales derechos están sustentados en la cultura,
a cuyo acceso “(…) se relaciona con varios aspectos, siendo uno de ellos la
25
STC 0010-2002-AI, FJ. 87.
26
STC 7320-2005-AA, FJ. 47.
27
Ibídem.

35
obligación de los poderes públicos de promoverla y tutelarla. Sin embargo, dicho
derecho es limitado y se relaciona con otros, como el derecho de propiedad sobre las
creaciones intelectual, artística, técnica y científica. En consecuencia, la afectación, o
no, al ejercicio de este derecho debe ser analizada tomando en cuenta el derecho de
propiedad de las creaciones intelectual y artística, en el que se incluye la música”28.

- Derecho a la inviolabilidad y secreto de los documentos privados y de las


comunicaciones

De acuerdo al inciso 6, el amparo protege la inviolabilidad y secreto de los


documentos privados y de las comunicaciones, sobre la cual el Tribunal
Constitucional ha calificado en la categoría de autodeterminación informativa,
señalando que “el derecho reconocido en el inciso 6) del artículo 2° de la
Constitución es denominado por la doctrina derecho a la autodeterminación
informativa y tiene por objeto proteger la intimidad, personal o familiar, la imagen y
la identidad frente al peligro que representa el uso y la eventual manipulación de los
datos a través de los ordenadores electrónicos. Por otro lado, aunque su objeto sea la
protección de la intimidad, el derecho a la autodeterminación informativa no puede
identificarse con el derecho a la intimidad, personal o familiar, reconocido, a su vez,
por el inciso 7) del mismo artículo 2° de la Constitución. Ello se debe a que mientras
que este protege el derecho a la vida privada, esto es, el poder jurídico de rechazar
intromisiones ilegítimas en la vida íntima o familiar de las personas, aquel garantiza
la facultad de todo individuo de poder preservarla controlando el registro, uso y
revelación de los datos que les conciernen”29.

- Derecho de reunión

De acuerdo al inciso 7, el amparo protege el derecho de reunión, el cual es “(…) un


derecho individualmente titularizado, pero sólo susceptible de ejercitarse de manera
colectiva. Lo ejercita una agrupación de personas con fines o propósitos, en esencia,
comunes. La identidad básica de la intención de quienes se congregan, es decir, el
factor volitivo común de los agrupados, es el que permite distinguir la reunión

28
STC 1492-2005-AA, FJ. 3.
29
STC 1797-2002-HD, FJ. 3.

36
constitucionalmente protegida por el artículo 2º 12 de la Constitución, de aquellas
meras aglomeraciones casuales de individuos a quienes no asiste tal identidad. Por
ello, buenos ejemplos del ejercicio del derecho de reunión son el encuentro de los
miembros sindicalizados para protestar por un hacer o no hacer de su empleador o
empleadores, las marchas de los colectivos a quienes une el sentimiento de repudio
frente a una medida adoptada por un poder público, las procesiones organizadas por
los miembros de un determinado credo, los mítines coordinados por las agrupaciones
políticas, etc.”30.

- Derecho al honor, intimidad, voz, imagen y rectificación de informaciones


inexactas o agraviantes

El inciso 8 protege el honor, intimidad, voz, imagen y rectificación de informaciones


inexactas o agraviantes a través del amparo, ya que “el derecho al honor y a la buena
reputación forma parte del elenco de derechos fundamentales protegidos por el inciso
7) del artículo 2º de la Constitución, y está estrechamente vinculado con la dignidad
de la persona, derecho consagrado en el artículo 1º de la Carta Magna; su objeto es
proteger a su titular contra el escarnecimiento o la humillación, ante si o ante los
demás, e incluso frente al ejercicio arbitrario de las libertades de expresión o
información, puesto que la información que se comunique, en ningún caso puede
resultar injuriosa o despectiva”31.

- Derecho de asociación

El inciso 9 del artículo 37 establece que el amparo resguarda el derecho de


asociación, sobre el cual “el inciso 13º del artículo 2º de la Constitución reconoce,
concretamente, por un lado, el derecho de asociación, como atributo de todas las
personas, naturales o jurídicas, a asociarse libremente, sin autorización previa y con
arreglo a la ley, con el objeto de participar en la vida política, económica, social y
cultural de la Nación, conforme se especifica en el inciso 17º del mismo artículo de
la Carta. Y, de otro lado, configura la garantía institucional de la Asociación, como
forma de organización jurídica, constituida como consecuencia del ejercicio del

30
STC 4677-2004-AA, FJ. 15.
31
STC 2790-2002-AA, FJ. 3.

37
derecho de asociación, limitado en los fines que se propone, los que no serán de
lucro. Se trata pues, de una organización protegida por la Constitución, que, a
diferencia de los órganos constitucionales, cuya regulación se hace en el propio texto
constitucional, y su desarrollo se deja al ámbito de la ley orgánica, en ésta la
configuración constitucional concreta de ella se ha dejado al legislador ordinario, al
que no se fija más límite que el respeto del núcleo esencial de la institución que la
Constitución garantiza”32.

- Derecho al trabajo

Resguardado por el inciso 10, el trabajo es aquel derecho por el cual “el Estado no
solo debe garantizar el derecho de acceder a un puesto de trabajo o a proteger al
trabajador frente al despido arbitrario, sino que, además, debe garantizar la libertad
de las personas de elegir la actividad mediante la cual se procuran los medios
necesarios para su subsistencia. En tal sentido, el Estado debe proteger tanto al
trabajador dependiente como a la persona que realiza actividades económicas por
cuenta propia”33.

- Derecho de sindicación, negociación colectiva y huelga

Este derecho, protegido por el inciso 11, se refiere a los derechos colectivos del
trabajador, siendo que el contenido del mismo está sustentado en “(…) implica un
haz de facultades y el ejercicio autónomo de homus faver –homus politicus, referido
a aspectos tales como: El derecho a fundar organizaciones sindicales. El derecho de
libre afiliación, desafiliación y reafiliación en las organizaciones sindicales
existentes. El derecho a la actividad sindical. El derecho de las organizaciones
sindicales a ejercer libremente las funciones que la Constitución y las leyes le
asignen, en defensa de los intereses de sus afiliados. Ello comprende la
reglamentación interna, la representación institucional, la autonomía en la gestión,
etc. El derecho a que el Estado no interfiera –salvo el caso de violación de la
Constitución o la ley- en las actividades de las organizaciones sindicales”34.

32
STC 0004-1996-I, FJ. 3.
33
STC 3330-2004-AA, FJ. 31.
34
STC 0008-2005-AI, FJ. 26.

38
- Derecho de propiedad y herencia

El artículo 37.12 establece que la propiedad y la herencia son susceptibles de


protección por el amparo, ya que “(…) es concebido como el poder jurídico que
permite a una persona usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Así, la persona
propietaria podrá servirse directamente de su bien, percibir sus frutos y productos, y
darle destino o condición conveniente a sus intereses, siempre que ejerza tales
actividades en armonía con el bien común y dentro de los límites establecidos por la
ley; e incluso podrá recuperarlo si alguien se ha apoderado de él sin derecho alguno.
Dicho derecho corresponde, por naturaleza, a todos los seres humanos; quedando
éstos habilitados para usar y disponer autodeterminativamente de sus bienes y de los
frutos de los mismos, así como también transmitirlos por donación o herencia. Como
tal, deviene en el atributo más completo que se puede tener sobre una cosa”35.

- Derecho de petición

El inciso 13 establece la procedencia del amparo por la vulneración del derecho de


petición ante la autoridad competente, el cual “ha sido configurado como una
facultad constitucional que se ejerce individual o colectivamente y que no se
encuentra vinculada con la existencia en sí de un derecho subjetivo o de un interés
legítimo que necesariamente origina la petición. (...) El derecho de petición se
constituye así en un instrumento o mecanismo que permite a los ciudadanos
relacionarse con los poderes públicos y, como tal, deviene en un instituto
característico y esencial del Estado democrático de derecho. Así, todo cuerpo político
que se precie de ser democrático, deberá establecer la posibilidad de la participación
y decisión de los ciudadanos en la cosa pública, así como la defensa de sus intereses
o la sustentación de sus expectativas, ya sean estos particulares o colectivos en su
relación con la Administración Pública”36.

- Derecho de participación individual o colectiva en la vida política del país

35
STC 0008-2003-AI, FJ. 26.
36
STC 1042-2002-AA, FJ. 2.2.

39
Recogido en el inciso 14, este derecho, susceptible de tutela por el amparo, nos
remite a la idea que “además de constituir un derecho fundamental por sí mismo, es,
a su vez, una garantía institucional, en la medida en que promueve el ejercicio de
otros derechos fundamentales, ya en forma individual, ya en forma asociada”37.

- Derecho a la nacionalidad

El inciso 15 reconoce que el derecho a la nacionalidad es protegido a través del


proceso de amparo, debido a que “es el derecho que posee toda persona por el hecho
de haber nacido dentro del territorio de la República del Perú, denominándose
peruanos de nacimiento. También son peruanos de nacimiento los nacidos en el
exterior de padre o madre peruanos, inscritos en el registro correspondiente durante
su minoría de edad. Son también peruanos los que adquieren la nacionalidad por
naturalización o por opción, siempre que tengan residencia en el Perú. Este derecho
está reconocido por el artículo 2º, inciso 21), de la Constitución Política, según el
cual toda persona tiene derecho a la nacionalidad y nadie puede ser despojado de
ella. El párrafo segundo del artículo 53º de la propia Constitución señala que la
nacionalidad peruana no se pierde, salvo por renuncia expresa ante autoridad
peruana”38.

- Derecho a impartir y a acceder a la educación

Los incisos 17 y 18 establecen la procedencia del amparo para resguardar “la


educación, así como el derecho de los padres de escoger el centro de educación y
participar en el proceso educativo de sus hijos” y el derecho “de impartir educación
dentro de los principios constitucionales”.

Al respecto, el Tribunal Constitucional ha señalado que “La función social de la


educación se encuentra cifrada en los artículos 13° y 14° de la Constitución, al
integrar en ella la finalidad que le es consubstancial en un Estado democrático y
social de derecho; a saber, el desarrollo integral de la persona humana, promoviendo
el conocimiento, el aprendizaje, la práctica de las humanidades, la ciencia, la técnica,

37
STC 0905-2001-AA, FJ. 5.
38
STC 0010-2002-AI, FJ. 213.

40
las artes, la educación física y el deporte; todo ello encauzado en el fomento de la
solidaridad, la ética y el civismo, y bajo los principios y valores que emanan de la
propia Constitución y se proyectan hacia la sociedad en su conjunto. Toda entidad
educativa debe orientarse hacia la consolidación de dichos fines, los que determinan,
por un lado, las libertades en las que debe desarrollarse la difusión del conocimiento
y, por otro, los límites en el obrar de los centros educativos”39.

- Derecho a la seguridad social

El inciso 19 establece la procedencia del amparo para resguardar la seguridad social,


pues como ha señalado el Tribunal Constitucional, “el derecho a la seguridad social
se encuentra previsto en forma expresa en el artículo 10º de la Constitución vigente.
Se trata de un derecho de configuración legal, esto es, que a través de la ley se
precisan los requisitos y condiciones que se deben cumplir a efectos de gozar de los
beneficios que cada uno de los regímenes previsionales establece en cada caso en
particular (…). Por ello, corresponde inicialmente a las autoridades administrativas y,
en su defecto, a las jurisdiccionales, que en su momento determinen si determinada
persona ha cumplido los requisitos necesarios para acceder a los beneficios
previsionales que el régimen establece, tales como ingreso, tiempo de permanencia,
años y porcentaje de aportaciones, etc.”40.

- Derecho a la remuneración y a la pensión

Conforme establece el inciso 20, la remuneración y la pensión pueden ser


resguardadas a través del proceso de amparo, puesto que en el caso de la pensión,
esta “tiene el rango de derecho fundamental, lo que le otorga una posición preferente
dentro de nuestro ordenamiento jurídico, razón por la cual el operador constitucional
estará en la obligación de preferir aquella interpretación más favorable al ejercicio de
los derechos fundamentales, rechazando aquellas que restrinjan sus alcances o no
garanticen su eficacia”41. Por su parte, sobre la remuneración, el Tribunal
Constitucional ha señalado que “(…) la Constitución Política vigente, en sus
artículos 23 y 24, respectivamente, prescribe que nadie está obligado a prestar
39
STC 0005-2004-AI, FJ. 7.
40
STC 1396-2004-AA, FJ. 6.
41
STC 1201-2005-AA, FJ. 10.

41
servicios sin retribución remunerativa, y que el trabajador tiene derecho a una
remuneración equitativa y suficiente como contraprestación por el servicio
brindado”42.

- Derecho a la libertad de cátedra

De acuerdo al artículo 37.21, la libertad de cátedra es protegida por el proceso de


amparo debido a que “(…) la libertad de cátedra, como principio organizativo dentro
de la enseñanza –pública o privada– supone la libre transmisión del saber en el
proceso educativo. La autonomía e independencia como parte de la libertad de
cátedra, se desarrolla dentro de la investigación y la enseñanza, como libertades para
elegir y aplicar los métodos, procedimientos y tratamientos conducentes a la
adquisición, exposición y transmisión de los conocimientos a los posibles receptores
o educandos –siempre dentro de los límites que supone el respeto de los derechos y
libertades de la persona–. Así, son sujetos de éste derecho cada uno de los docentes
que imparten conocimientos en organizaciones educativas”43.

- Derecho al acceso a los medios de comunicación social

El inciso 22 establece que el amparo protege el “acceso a los medios de


comunicación social en los términos del artículo 35 de la Constitución”. Sobre el
particular, debe señalarse que ello es en relación a los partidos políticos, pues como
ha establecido el Tribunal Constitucional, “el artículo 41 de la Ley Nº 28094,
empero, permite a los partidos políticos el uso de los medios de comunicación de
propiedad del Estado, en período no electoral, “(...) para la difusión de sus propuestas
y planteamientos (...)”, de manera que cualquier contenido distinto debe ser diferido
por los órganos competentes para su difusión en el período señalado por el artículo
37 de la ley referida. En ese sentido, en ningún caso, los partidos políticos, ni sus
integrantes, pueden usar los medios de comunicación social para realizar la apología
de algún delito, sin incurrir los autores en el ilícito previsto en el artículo 316 del
Código Penal. El Ministerio Público, bajo la responsabilidad que la ley establece,

42
STC 1806-2003-AA, FJ. 5.
43
STC 2724-2005-AA, FJ. 4.

42
debe, en tal supuesto, ejercer las atribuciones previstas en el artículo 159 de la
Constitución Política del Perú y en su Ley Orgánica”44.

- Derecho a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la


vida.

El inciso 23 establece que el amparo protege el derecho a gozar de un ambiente


equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida. Al respecto, el Tribunal
Constitucional ha señalado que “la Constitución vigente proporciona algunas
orientaciones a partir de las cuales es posible concretizarlo. En efecto, el citado
derecho no se limita a señalar que es un atributo subjetivo del ser humano el vivir en
un medio ambiente (lo que desde luego no significaría gran cosa, pues todos vivimos
en uno), sino que ese ambiente debe ser “equilibrado y adecuado para el desarrollo
de la vida”. Lo que supone que, desde una perspectiva constitucional, se tenga que
considerar el medio ambiente, bajo las características anotadas, como un componente
esencial para el pleno disfrute de otros derechos igualmente fundamentales
reconocidos por la Norma Suprema y los tratados internacionales en materia de
derechos humanos.

A partir de la referencia a un medio ambiente “equilibrado”, el Tribunal


Constitucional considera que es posible inferir que dentro de su contenido protegido
se encuentra el conjunto de bases naturales de la vida y su calidad, lo que comprende,
a su vez, sus componentes bióticos, como la flora y la fauna; los componentes
abióticos, como el agua, el aire o el subsuelo; los ecosistemas e, incluso, la ecósfera,
esto es, la suma de todos los ecosistemas, que son las comunidades de especies que
forman una red de interacciones de orden biológico, físico y químico. A todo ello,
habría que sumar los elementos sociales y culturales aportantes del grupo humano
que lo habite. Tales elementos no deben entenderse desde una perspectiva
fragmentaria o atomizada, vale decir, en referencia a cada uno de ellos considerados
individualmente, sino en armonía sistemática y preservada de grandes cambios. Por
consiguiente, el inciso 22) del artículo 2° de la Constitución, implica que la
protección comprende el sistema complejo y dinámico de todos sus componentes, en

44
STC 2791-2005-AA, FJ. 7.

43
un estado de estabilidad y simetría de sus ecosistemas, que haga posible
precisamente el adecuado desarrollo de la vida de los seres humanos” 45.

- Derecho a la salud

De acuerdo al inciso 24, el proceso de amparo resguarda el derecho a la salud, el cual


“(…) debe entenderse como la facultad que tiene toda persona para el disfrute de
toda una gama de facilidades, bienes, servicios y condiciones necesarios para
alcanzar el más alto nivel posible de salud. A veces las condiciones de salud de una
persona varían según el grado de libertad que vivan, o de la vivienda que habiten, del
acceso a alimentación adecuada, a vestido y –claro está– a trabajo.
Según lo dispone la Observación General 14 del Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, del
2000, abarca los siguientes elementos esenciales: disponibilidad (número suficiente
de establecimientos, bienes y servicios públicos de salud), accesibilidad (en cuatro
dimensiones: no discriminación, accesibilidad física, accesibilidad económica –o
asequibilidad– y acceso a la información), aceptabilidad (establecimientos deben ser
respetuosos de la cultura de las minorías, comunidades y pueblos) y calidad
(capacitación del personal, equipamiento hospitalario, medicamentos y suministro de
agua potable). Entonces, como parte de la accesibilidad, encontramos que existe una
proscripción de la discriminación, por lo que el derecho a la salud se termina
integrando con el derecho a la igualdad”46.

- Derechos innominados

El inciso 25 señala que el amparo procede para la tutela de “los demás que la
Constitución reconoce, de acuerdo a la cláusula abierta contenida en el artículo 3 de
la Constitución Política y que expresa que “la enumeración de los derechos (…) no
excluye los demás que la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que
se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del
Estado democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno”.

45
STC 0018-2001-AI, FJ. 7.
46
STC 1711-2004-AA, FJ. 2.

44
Al respecto, el Tribunal Constitucional ha señalado que “la enumeración de los
derechos fundamentales previstos en la Constitución, y la cláusula de los derechos
implícitos o no enumerados, da lugar a que en nuestro ordenamiento todos los
derechos fundamentales sean a su vez derechos constitucionales, en tanto es la propia
Constitución la que incorpora en el orden constitucional no sólo a los derechos
expresamente contemplados en su texto, sino a todos aquellos que, de manera
implícita, se deriven de los mismos principios y valores que sirvieron de base
histórica y dogmática para el reconocimiento de los derechos fundamentales”47.

b. Derechos fundamentales procesales

Los derechos fundamentales procesales que son garantizados por el proceso de


amparo son aquellos referidos en el artículo 139 de la Constitución y que se
encuentran contenidos en el artículo 4 del Código Procesal Constitucional dentro de
la categoría de “tutela procesal efectiva”:

- Libre acceso al órgano jurisdiccional,

- Derecho a probar,

- Derecho de defensa,

- Derecho al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso,

- Derecho a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a


procedimientos distintos de los previstos por la ley,

- Derecho a la obtención de una resolución fundada en derecho,

- Derecho a acceder a los medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad


de revivir procesos fenecidos,

47
STC 1417-2005-AA, FJ. 4.

45
- Derecho a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las
resoluciones judiciales.

Sin embargo, consideramos que esta lista de derechos debe ser estudiada a partir de
la establecida en el artículo 139 de la Constitución pues es más amplia y nos ayudará
a comprender cada derecho que conforma la tutela procesal efectiva de manera
específica.

- Independencia jurisdiccional

El artículo 139.2 de la Constitución consagra “la independencia en el ejercicio de la


función jurisdiccional. Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el
órgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones. Tampoco puede
dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada, ni cortar
procedimientos en trámite, ni modificar sentencias ni retardar su ejecución. Estas
disposiciones no afectan el derecho de gracia ni la facultad de investigación del
Congreso, cuyo ejercicio no debe, sin embargo, interferir en el procedimiento
jurisdiccional ni surte efecto jurisdiccional alguno”.

Al respecto, el Tribunal Constitucional ha señalado que la independencia


jurisdiccional debe comprenderse desde una triple perspectiva:

“a) Como garantía del órgano que administra justicia (independencia orgánica), por
sujeción al respeto al principio de separación de poderes.
b) Como garantía operativa para la actuación del juez (independencia funcional),
por conexión con los principios de reserva y exclusividad de la jurisdicción.

c) Como capacidad subjetiva, con sujeción a la propia voluntad de ejercer y


defender dicha independencia. Cabe precisar que en este ámbito radica uno de
los mayores males de la justicia ordinaria nacional, en gran medida por la falta
de convicción y energía para hacer cumplir la garantía de independencia que
desde la primera Constitución republicana se consagra y reconoce”48.

48
STC 0023-2003-AI, FJ. 31.

46
- Debido proceso

El artículo 139.3 de la Constitución consagra “la observancia del debido proceso y la


tutela jurisdiccional. Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción
predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de los previamente
establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de excepción ni por comisiones
especiales creadas al efecto, cualquiera sea su denominación”.

Sobre este derecho, Monroy Gálvez considera que “[c]uando se hace referencia al
derecho a un debido proceso, se afirma la existencia de un derecho continente al
interior del cual existen cierto número de derechos fundamentales que aseguran el
reconocimiento y plenitud de un sujeto de derecho dentro de un procedimiento o
proceso”49.

Históricamente, revela Almagro Nosete, “el debido proceso fue una garantía procesal
del bien de la libertad, de manera que nadie pudiera ser privado de esta, sino en
virtud de un proceso con las formalidades legales necesarias; esta garantía se hizo
extensiva a otros bienes, como la propiedad hasta llegar a transformarse en una
protección más jurídico-material que procesal, en sentido estricto, cuando por medio
de la misma se ha llegado a enjuiciar la razonabilidad de las leyes sustantivas que al
establecer un juicio del legislador sobre determinados bienes, escamotean al
ciudadano la resolución de tal problema mediante un proceso garantizado. Esta
evolución es, por otra parte, explicable en sistemas donde los jueves ordinarios
resuelven también sobre la inconstitucionalidad de las leyes (control difuso. Mas, no
obstante, la denominación es expresiva en cuanto que conecta las meras formalidades
de un proceso con las condiciones de justicia del mismo para garantizar que el
ciudadano sea razonablemente enjuiciado sin atentar a sus derechos
fundamentales”50.

Cabe precisar que el debido proceso forma parte de los derechos que son
resguardados por el Derecho Procesal, ya que como afirma Lorca Navarrete, esta

49
MONROY GÁLVEZ, Juan. "Debido proceso y tutela jurisdiccional." En: “La Constitución
comentada”. Gaceta Jurídica S.A. Tomo II. Lima, 2005. Página 497.
50
ALMAGRO NOSETE, José. “Constitución y proceso”. Bosch Editores. Barcelona, 1984.
Páginas 105 y 106.

47
disciplina “surge regulando jurídicamente el ejercicio de la función jurisdiccional y,
desde esa perspectiva, se sitúa, no como un mero instrumento jurisdiccional
atemporal, acrítico y mecanicista sino, ante todo, como un sistema de garantías, (…)
en orden a lograr la tutela judicial efectiva, y básicamente ordenando a alcanzar un
enjuiciamiento en justicia”51.

Tal objetivo permite que “cuando el derecho procesal regula el derecho (…) [al
debido proceso], (…) se está primando el sistema de garantías que contiene, no
siendo afortunado señalar que el derecho procesal contempla, fundamentalmente la
aplicación –vertiente instrumental- a través de su normativa específica, del
ordenamiento jurídico ya sea civil, laboral, penal, o en fin, contencioso-
administrativo”52. Esto se justifica en que “el debido proceso (…) es una realidad
sustantiva que, al hallarse vinculada y comprometida con la realidad constitucional
de ‘aquí y ahora’ y con el sistema de garantías que esa realidad implica, afecta al
cómo institucional del servicio público de la justicia”53.

Este derecho ha sido definido por el Tribunal Constitucional señalando que “el
debido proceso está concebido como el cumplimiento de todas las garantías,
requisitos y normas de orden público que deben observarse en las instancias
procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos, a fin de que las
personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante
cualquier acto del Estado que pueda afectarlos. Vale decir que cualquier actuación u
omisión de los órganos estatales, dentro de un proceso, sea este administrativo (…) o
jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal” 54. Por tal motivo, “el debido
proceso implica el respeto, dentro de todo proceso, de los derechos y garantías
mínimas con que debe contar todo justiciable, para que una causa pueda tramitarse y
55
resolverse en justicia” , lo que “significa la observancia de los derechos
fundamentales esenciales de [las partes], principios y reglas esenciales exigibles
dentro del proceso como instrumento de tutela de los derechos subjetivos”56.
51
LORCA NAVARRETE, Antonio María. “El derecho procesal como sistema de garantías”.
En: “Boletín Mexicano de Derecho Comparado”. Universidad Nacional Autónoma de México.
N. 107. Distrito Federal de México, 2003. Página 532.
52
Ibídem. Páginas 532 y 533.
53
Ibídem. Página 556.
54
STC 8125-2005-HC, FJ. 6.
55
STC 0200-2002-AA, FJ. 3.
56
STC 8125-2005-HC, FJ. 6.

48
A su vez, el debido proceso forma parte del modelo constitucional del proceso,
pues “en lo que respecta al derecho al debido proceso, reconocido en el inciso 3) del
artículo 139° de la Constitución, cabe señalar que dicho atributo fundamental forma
parte del "modelo constitucional del proceso", cuyas garantías mínimas deben ser
respetadas para que el proceso pueda considerarse debido. En ese sentido, la
exigencia de su efectivo respeto no solo tiene que ver con la necesidad de garantizar
a todo justiciable determinadas garantías mínimas cuando este participa en un
proceso judicial, sino también con la propia validez de la configuración del proceso,
cualquiera que sea la materia que en su seno se pueda dirimir, como puede ser la
actividad investigatoria que desarrolla el fiscal penal en sede prejurisdiccional. De
esta forma, el debido proceso no solo es un derecho de connotación procesal que se
traduce, como antes se ha dicho, en el respeto de determinados atributos, sino
también una institución compleja que desborda el ámbito meramente
jurisdiccional”57.

Por tal motivo, el derecho al debido proceso debe ser tutelado dentro de los procesos
ordinarios; sin embargo, si es que una de las partes considera que dicho derecho ha
sido vulnerado a través de una resolución judicial que posee firmeza, el presunto
afectado podrá recurrir al proceso de amparo para solicitar la nulidad de dicha
resolución y la nueva expedición del acto procesal viciado, pues, como afirma
Montero Aroca, “atendiendo en primer lugar a la naturaleza o a qué es el proceso, la
respuesta es simple: el proceso es un instrumento necesario. Si los órganos dotados
de jurisdicción han de cumplir la función de actuar el derecho objetivo en el caso
concreto, que es la señalada constitucionalmente, y si no pueden hacerlo de modo
instantáneo, necesitan realizar una serie de actividades sucesivas en el tiempo, cada
una de las cuales es consecuencia de la anterior y presupuesto de la siguiente, a cuyo
conjunto llamamos proceso. Este, por tanto, es el medio jurídico, el instrumento con
el que los órganos jurisdiccionales cumplen la función asignada por la
Constitución”58.

57
STC 2521-2005-HC, FJ. 5.
58

MONTERO AROCA, Juan. “Introducción al proceso laboral”. José María Bosch Editor.
Barcelona, 1994. Página 49.

49
- Tutela jurisdiccional efectiva

Consagrada en el artículo 139.3 de la Constitución Política, Colmenero Guerra señala


que “se reconoce a todas las personas el derecho a obtener la tutela judicial efectiva
en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos”59. A decir de Monroy Galvez, la
tutela jurisdiccional efectiva se refiere “a una situación jurídica de protección que el
Estado asegura a todo sujeto de derecho con prescindencia de si participa o no en un
proceso”60, ya que “la apreciación contextual del fenómeno procesal, desde la
perspectiva unitaria de la jurisdicción o desde el ámbito genérico de la solución de
controversias […] es lo que denominados tutela jurisdiccional”61.

De igual manera, Martel Chang expresa que la tutela judicial efectiva es “aquel
[derecho] por el cual toda persona como integrante de una sociedad, puede acceder a
los órganos jurisdiccionales para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses,
con sujeción a que sea atendida a través de un proceso que le ofrezca las garantías
mínimas para su efectiva realización”62.

Asimismo, De Bernardis considera que la tutela jurisdiccional efectiva se refiere a


“la manifestación constitucional de un conjunto de instituciones de origen
eminentemente procesal, cuyo propósito consiste en cautelar el libre, real e irrestricto
acceso de todos los justiciables a la prestación jurisdiccional a cargo del Estado, a
través de un debido proceso que revista los elementos necesarios para hacer posible
la eficacia del derecho contenido en las normas jurídicas vigentes o la creación de
nuevas situaciones jurídicas, que culmine con una resolución final ajustada a derecho
y con un contenido mínimo de justicia, susceptible de ser ejecutada coercitivamente
y que permita la consecución de los valores fundamentales sobre los que se cimenta
el orden jurídico en su integridad”63.
59
COLMENERO GUERRA, José Antonio. “Algunas notas sobre la tutela jurisdiccional de los
derechos sociales”. En: Nuevas Políticas Públicas: Anuario multidisciplinar para la
modernización de las administraciones públicas. Nº 2. Instituto Andaluz de Administración
Pública. Sevilla, 2006. Página 296
60
GUTIERREZ, Walter (Coordinador). “Debido proceso y tutela jurisdiccional”. En: La
Constitución comentada. Gaceta Jurídica. Lima, 2006. T. II. Página 497.
61
Ibídem. Página 498.
62
MARTEL CHANG, Rolando Alfonso. “Acerca de la necesidad de legislar sobre las medidas
autosatisfactivas en el proceso civil”. Tesis para optar el grado de magíster en Derecho con
mención en Derecho Civil y Comercial. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima,
2002. Página 18.
63

50
Por su parte, el Tribunal Constitucional ha considerado que la tutela jurisdiccional
efectiva que “implica que cuando una persona pretenda la defensa de sus derechos o
intereses legítimos, ella deba ser atendida por un órgano jurisdiccional mediante un
proceso dotado de un conjunto de garantías mínimas” 64, es decir, nos referimos a “un
derecho a favor de toda persona de acceder de manera directa o a través de
representante ante los órganos judiciales; de ejercer sin ninguna interferencia los
recursos y medios de defensa que franquea la ley; de obtener una decisión
razonablemente fundada en derecho; y, finalmente, de exigir la plena ejecución de la
resolución de fondo obtenida”65, ya que se trata de “un derecho, por decirlo de algún
modo, ‘genérico’ que se descompone en un conjunto de derechos específicos
enumerados, principalmente, en el mencionado artículo [139 de la Constitución], o
deducidos implícitamente de él”66.

No obstante, el colegiado diferencia a este derecho del debido proceso, expresando


que “mientras que la tutela efectiva supone tanto el derecho de acceso a los órganos
de justicia como la eficacia de lo decidido en la sentencia, es decir, una concepción
garantista y tutelar que encierra todo lo concerniente al derecho de acción frente al
poder-deber de la jurisdicción, el derecho al debido proceso, en cambio, significa la
observancia de los derechos fundamentales esenciales de [las partes], principios y
reglas esenciales exigibles dentro del proceso como instrumento de tutela de los
derechos subjetivos”67.

Ello porque “su contenido protegido no se agota en garantizar el ‘derecho al


proceso’, entendido como facultad de excitar la actividad jurisdiccional del Estado y
de gozar de determinadas garantías procesales en el transcurso de él, sino también
garantiza que el proceso iniciado se desarrolle como un procedimiento de tutela
idóneo para asegurar la plena satisfacción de los intereses accionados” 68. En tal
sentido, debe destacarse que este derecho garantiza el acceso a la justicia siempre

DE BERNARDIS, Luis Marcelo. “La garantía procesal del debido proceso”. Cultural Cuzco.
Lima, 1995. Página 137.
64
STC Nº 0004-2006-AI/TC, FJ 22.
65
STC Nº 4080-2004-AC/TC, FJ 14.
66
STC Nº 0015-2005-AI/TC, FJ 16.
67
STC Nº 8125-2005-HC/TC, FJ 6.
68
STC Nº 0010-2002-AI/TC, FJ 10.

51
que el justiciable cumpla con “los requisitos procesales o las condiciones legales que
se puedan establecer a fin de ejercerse el derecho de acción” 69. De igual manera, este
derecho salvaguarda la eficacia de las resoluciones judiciales, pues “el derecho a la
ejecución de las resoluciones judiciales que han pasado en autoridad de cosa juzgada,
es una manifestación del derecho a la tutela jurisdiccional, reconocido en el inciso 3
del artículo 139 de la Constitución. Si bien la citada norma no hace referencia
expresa a la ‘efectividad’ de las resoluciones judiciales, dicha cualidad se desprende
de su interpretación, de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos
humanos”70, debido a que “el derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales
garantiza que lo decidido en una sentencia se cumpla, y que la parte que obtuvo un
pronunciamiento de tutela, a través de la sentencia favorable, sea repuesta en su
derecho y compensada, si hubiere lugar a ello, por el daño sufrido”71.

- Motivación de resoluciones judiciales

El artículo 139.5 de la Constitución establece el derecho a “la motivación escrita de


las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los decretos de mero
trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en
que se sustentan”, el cual es susceptible de ser tutelado a través del proceso de
amparo.

El derecho a la motivación de las resoluciones judiciales está contenido en el artículo


139.5 de la Constitución Política de 1993. Este derecho “permite conocer las razones
que han conducido al juzgador a la decisión adoptada y se puede comprobar que la
solución dada al caso es consecuencia de una exégesis racional y no el fruto de la
arbitrariedad”72.

Como señala Lorca Navarrete, “la interpretación y aplicación de las normas


procesales tiene trascendencia constitucional, por cuanto [este derecho] (…) obliga a

69
Ibídem. FJ. 12.
70
STC Nº 0015-2005-AI/TC, FJ. 16.
71
Ibídem. FJ. 11.
72
GÓMEZ MONTORO, Ángel José, “El derecho a una resolución motivada y congruente en
la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”. En: “La Constitución y la práctica del
Derecho”. MARTÍNEZ-SIMACAS SÁNCHEZ, Julián y ARAGÓN REYES, Manuel
(Coordinadores). Sopec Editores. Pamplona, 1998. Página 496.

52
elegir la interpretación de aquella que sea más conforme con el principio pro actione
y con la efectividad de las garantías que se integran en esa tutela, de suerte que si la
interpretación de la forma procesal no se acomoda a la finalidad de garantía, hasta el
punto que desaparezca la proporcionalidad –principio de proporcionalidad- entre lo
que la forma demanda y el fin que pretende, olvidando su lógica y razonable
concatenación sustantiva, es claro que el derecho [a la motivación de las resoluciones
judiciales] (…) resulta vulnerado”73.

Para que una resolución judicial cuente con una adecuada motivación, deberá
constatarse la concurrencia de “argumentos cuya identidad, conmensurabilidad y
oportunidad ha sido satisfecha [ya que] la argumentación requiere (…) no solo
enunciados falsifiables, sino conmensurables de manera que puedan oponerse a los
argumentos del interlocutor. De esta manera, en la argumentación no es la suma de
argumentos la que importa; importa el argumento ‘que no es refutado’”74.

Esto determina que “las premisas de la argumentación no se establecen de antemano


sino que son el producto de la interpretación y esta es el proceso de argumentación.
La conclusión, por [lo] tanto, es [que] el discurso del intérprete [es] donde (…) se
construye el sentido de la proposición legal” 75. Por lo tanto, para que se resguarde el
derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, tanto jueces como abogados
litigantes tendrán en consideración que “toda argumentación jurídica tiene como
parámetro, por una parte, la proposición legal tal cual como vocablo o frase dentro de
un corpus legal y, por otra parte, la relación necesaria entre proposición legal y
conducta”76.

En caso que una de las partes considere que una resolución judicial firme ha sido
expedida vulnerando este derecho procesal, se encontrará legitimado para interponer
demanda de amparo por vulneración del derecho a la motivación de las resoluciones

73
LORCA NAVARRETE, Antonio María. “El derecho procesal como sistema de garantías”.
En: “Boletín Mexicano de Derecho Comparado”. Universidad Nacional Autónoma de México.
N. 107. Distrito Federal de México, 2003. Páginas 536 y 537.
74
TAMAYO Y SALMORÁN, Rolando. “Razonamiento y argumentación jurídica. El paradigma
de la racionalidad y la ciencia del Derecho”. Universidad Nacional Autónoma de México.
Distrito Federal de México, 2003. Páginas 197 y 198.
75
RIBEIRO TORAL, Gerardo. “Teoría de la argumentación jurídica”. Plaza y Valdés Editores.
Distrito Federal de México, 2006. Página 24.
76
Loc. cit.

53
judiciales, pues como expresa Atienza, “el Estado constitucional supone (…) un
incremento en cuanto a la tarea justificativa de los órganos públicos y, por tanto, una
mayor demanda de argumentación jurídica (que la requerida por el Estado liberal de
Derecho). En realidad, el ideal del Estado constitucional supone el sometimiento
completo del poder al Derecho, a la razón: el imperio de la fuerza de la razón, frente
a la razón de la fuerza. Parece por ello bastante lógico que el avance del Estado
constitucional haya ido acompañado de un incremento cuantitativo y cualitativo de la
exigencia de justificación de las decisiones de los órganos públicos; y que el
desarrollo de la teoría de la argumentación jurídica haya corrido también paralela a la
progresiva implantación del modelo del Estado constitucional”77.

Sobre el particular, el Tribunal Constitucional ha definido al derecho a la motivación


de las resoluciones judiciales bajo el entendido de que “según el artículo 139°, inciso
5, de la Constitución, toda resolución que emita una instancia jurisdiccional
(mandato que no se restringe a los órganos del Poder Judicial, sino también a toda
entidad que resuelva conflictos, incluido el Tribunal Constitucional) debe estar
debidamente motivada. Ello significa que debe quedar plenamente establecida a
través de sus considerandos, la ratio decidendi por la que se llega a tal o cual
conclusión”78.

Sobre sus características, ha señalado que “la debida motivación debe estar presente
en toda resolución que se emita en un proceso. Este derecho implica que cualquier
decisión cuente con un razonamiento que no sea aparente o defectuoso, sino que
exponga de manera clara, lógica y jurídica los fundamentos de hecho y de derecho
que la justifican, de manera tal que los destinatarios, a partir de conocer las razones
por las cuales se decidió en un sentido o en otro, estén en la aptitud de realizar los
actos necesarios para la defensa de su derecho. El derecho a la motivación es un
presupuesto fundamental para el adecuado y constitucional ejercicio del derecho a la
tutela procesal efectiva” 79.

77
ATIENZA, Manuel. “Argumentación jurídica y Estado constitucional”. En: “Derecho, justicia
y Estado”. AÑÓN, María José y MIRAVET BERGÓN, Pablo (Coordinadores). Editorial Tirant
lo Blanch. Valencia, 2005. Página 26.
78
STC 6712-2005-HC, FJ. 10.
79
STC 6712-2005-HC, FJ. 10.

54
Asimismo, el Tribunal Constitucional ha señalado que el contenido del derecho a la
motivación de resoluciones judiciales estará conformado por los siguientes
elementos:

“a) fundamentación jurídica, que no implica la sola mención de las normas a aplicar
al caso, sino la explicación y justificación de por qué tal caso se encuentra o no
dentro de los supuestos que contemplan tales normas;
b) congruencia entre lo pedido y lo resuelto, que implica la manifestación de los
argumentos que expresarán la conformidad entre los pronunciamientos del fallo
y las pretensiones formuladas por las partes; y
c) que por sí misma exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada,
aun si esta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de motivación por
remisión”80.

Ello lleva a la conclusión que la vulneración del derecho a la motivación de


resoluciones judiciales se dará cuando “una resolución (…) en que no se precisan
los hechos, el derecho y la conducta responsable, ni tampoco se encuentra razón o
explicación alguna del por qué se ha resuelto de tal o cual manera no respeta las
garantías de la tutela procesal efectiva” 81.

- Pluralidad de instancias

El artículo 139.6 de la Constitución establece el derecho a la pluralidad de instancias,


el cual es susceptible de ser resguardado a través del proceso de amparo.

Este derecho ha sido definido por el Tribunal Constitucional como aquel sobre el
cual “puede aseverarse la necesidad de reconocer una instancia plural. Este derecho
es el fundamento a recurrir razonablemente las resoluciones ante las instancias
superiores de revisión final, más aún si se ha reconocido este derecho en la
Constitución, en su artículo 139, inciso 6, cuando señala que debe existir la
pluralidad de instancias. El recurso no debe tener una nomenclatura determinada,
pero debe suponer una revisión integral de la recurrida, fundada en el derecho”82.
80
STC 4348-2005-AA, FJ. 2.
81
STC 6712-2005-HC, FJ. 10.
82
STC 3361-2004-AA, FJ. 44.

55
La finalidad de este derecho es constituirse en “una garantía consustancial del
derecho al debido proceso, mediante el cual se persigue que lo resuelto por un juez
de primera instancia pueda ser revisado por un órgano funcionalmente superior, y de
esa manera se permita que lo resuelto por aquél, cuando menos, sea objeto de un
doble pronunciamiento jurisdiccional”83.

Por tal motivo, la independencia de cada instancia judicial queda garantizada en la


medida que “se han establecido distintos niveles jerárquicos en la Administración de
Justicia, mediante los cuales se procura dar mayores garantías al procesado para
ejercer su defensa. Este diseño del órgano jurisdiccional, desde luego, no supone
ningún nivel de “subordinación” o “dependencia" de la instancia inferior respecto a
las superiores, pues todos los jueces y tribunales son independientes en el ejercicio
de la función jurisdiccional, encontrándose sometidos únicamente al derecho,
mediante la Constitución y la ley”84.

- Cosa juzgada

El artículo 139.13 de la Constitución establece “la prohibición de revivir procesos


fenecidos con resolución ejecutoriada. La amnistía, el indulto, el sobreseimiento
definitivo y la prescripción producen los efectos de cosa juzgada”.

Dicho precepto tutela el derecho a la cosa juzgada, el cual puede ser analizado a
través de una doble dimensión; nos referimos a la cosa juzgada formal y a la cosa
juzgada material.

La cosa juzgada formal es, de acuerdo a lo expresado por Blasco Soto, aquello
definido a partir de “la inatacabilidad de la sentencia con referencia al mismo
proceso. Así, cosa juzgada, inimpugnabiliad y firmeza son sinónimos. Se aprecia el
valor formal de la cosa juzgada cuando contra una sentencia no cabe interponer
recurso alguno; precluye toda posibilidad de que la misma pueda ser modificada, lo
que se traduce en la imposibilidad procesal de que el resultado plasmado en la

83
STC 0023-2003-AI, FJ. 49.
84
STC 0023-2003-AI, FJ. 50.

56
resolución del litigio sea directamente atacado. Es, por tanto, un efecto interno de la
sentencia que indica la terminación del proceso. Desde este punto de vista, la
sentencia constitucional sí produce efecto de cosa juzgada. Es firme desde el
momento en que es dictada sin que pueda ser recurrida”85.

Por otro lado, la cosa juzgada material se define “como el efecto propio de algunas
resoluciones firmes consistente en una precisa y determinada fuerza de vincular, en
otros procesos, a cualesquiera órganos jurisdiccionales (el mismo que juzgó u otros
distintos) respecto del contenido de esas resoluciones (de ordinario sentencias); es,
por tanto, la autoridad que produce la decisión fuera del concreto proceso en que se
desarrolla. Esta función es la que en rigor es denominada por la doctrina mayoritaria
‘cosa juzgada’. Se; define como la exclusión de la posibilidad de tratar en otro
proceso la cuestión ya resuelta y devenida firme. La cosa juzgada material no se
traduce únicamente en una mera repercusión negativa del fallo (es decir, no otro
proceso sobre la misma materia), sino también positiva, de ahí que se hable del doble
efecto o función de la cosa juzgada material”86.

Esta doble dimensión trae como consecuencia dos efectos que son importantes en la
determinación de esta figura que permite configurar a un derecho fundamental
procesal que impide el cuestionamiento de un asunto que ha sido resuelto a través de
una resolución judicial firme e inimpugnable. El primer efecto que se identifica es el
negativo o preclusivo, es decir, “la imposibilidad de un nuevo proceso sobre la
misma cuestión, expresada con el aforismo latino de ne bis in idem, y se traduce en
la exclusión de un nuevo proceso entre las mismas partes y con el mismo objeto.
Pretende evitar que se produzca un nuevo fallo sobre el fondo, resolviendo —a lo
sumo— con la absolución en a instancia”87. El otro efecto es su carácter de función
positiva o prejudicial, la cual “consiste en la imposibilidad de que en un nuevo
proceso se decida de modo contrario. Se delimita en la prohibición de dictar dos
resoluciones distintas o contradictorias sobra un mismo objeto procesal (…). El
verdadero valor de la función positiva de la cosa juzgada se manifiesta cuando se ha

85
BLASCO SOTO, María del Carmen. “Reflexiones en torno a la fuerza de cosa juzgada en
la sentencia dictada en cuestión de inconstitucionalidad”. En: “Revista española de derecho
constitucional”. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Año 14. N. 41. Madrid,
1994. Página 41.
86
Ibídem. Páginas 41 y 42.
87
Ibídem. Página 42.

57
obtenido una declaración que luego servirá como medio de ataque o de defensa en
otro proceso, en el que la primera resolución, deberá ser tenida como prejudicial.
Esto pone de relieve la interna relación entre prejudicialidad y función positiva de la
cosa juzgada”88.

Si es que durante el trámite de un proceso judicial, alguna de las partes advierte que
determinada cuestión (sobre la que pesa un pronunciamiento judicial firme) está
originando el accionar de la justicia en cuanto a un pronunciamiento, el afectado
deberá de detener tal acto a través de la manifestación de que sobre ello existe un
pronunciamiento judicial previo que ostenta la calidad de cosa juzgada. En caso que
dicha pretensión no sea amparada, el afectado estará legitimado para interponer
demanda de amparo por vulneración de su derecho a la cosa juzgada.

Al respecto, debe señalarse que el Tribunal Constitucional ha definido a la cosa


juzgada partiendo de la consideración que “mediante el derecho a que se respete una
resolución que ha adquirido la autoridad de cosa juzgada se garantiza el derecho de
todo justiciable, en primer lugar, a que las resoluciones que hayan puesto fin al
proceso judicial no puedan ser recurridas mediante medios impugnatorios, ya sea
porque éstos han sido agotados o porque ha transcurrido el plazo para impugnarla; y,
en segundo lugar, a que el contenido de las resoluciones que hayan adquirido tal
condición, no pueda ser dejado sin efecto ni modificado, sea por actos de otros
poderes públicos, de terceros o, incluso, de los mismos órganos jurisdiccionales que
resolvieron el caso en el que se dictó”89.

Asimismo, ha señalado que los efectos de la cosa juzgada “no sólo impide que su
fallo sea contradicho en sede administrativa o judicial, sino que prohíbe, además, que
sus términos sean tergiversados o interpretados maliciosamente, bajo sanción de los
funcionarios encargados de cumplir o ejecutar la sentencia en sus propios
términos”90.

88
Loc. cit.
89

STC 4587-2004-AA, FJ. 38.


90
STC 0012-2005-AI, FJ. 32.

58
Por tal motivo, se establece la prohibición de revivir procesos fenecidos
comprendida como “el derecho que corresponde a todo ciudadano de que las
resoluciones judiciales sean ejecutadas o alcancen su plena eficacia en los propios
términos en que fueron dictadas; esto es, respetando la firmeza e intangibilidad de las
situaciones jurídicas allí declaradas. Ello, obviamente, sin perjuicio de que sea
posible su modificación o revisión, a través de los cauces extraordinarios legalmente
previstos. Lo contrario, desconocer la cosa juzgada material, priva de eficacia al
proceso y lesiona la paz y seguridad jurídica”91.

Sobre la actuación de los jueces frente a procesos fenecidos, el Tribunal ha


precisado que “lo que corresponde a los órganos jurisdiccionales es ajustarse a lo
juzgado en un proceso anterior cuando tengan que decidir sobre una relación o
situación jurídica respecto de la cual existe una sentencia firme, derivada de un
proceso seguido entre las mismas partes (perfecta identidad), respecto de los mismos
hechos y tramitado ante la misma autoridad jurisdiccional. Dicho pronunciamiento
constituye, en consecuencia, un antecedente lógico respecto a aquello que
nuevamente se pretende someter a juzgamiento”92.

Esto se encausa a la tutela de los derechos fundamentales, pues “si bien es cierto
que los incisos 2) y 13) del artículo 139º establecen que ‘(...) Ninguna autoridad (...)
puede dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada
(...)’, y que se encuentra prohibido ‘revivir procesos fenecidos con resolución
ejecutoriada’, respectivamente, también lo es que la propia Constitución ha
establecido un mecanismo como el amparo (artículo 200.2°) para la protección de los
derechos fundamentales, incluso cuando el presunto agente vulnerador pudiera ser
una autoridad judicial.

De este modo, si tenemos en cuenta que el principio de unidad de la Constitución


exige que la interpretación de la Constitución debe estar orientada a considerarla
como un “todo” armónico y sistemático, a partir del cual se organiza el sistema
jurídico en su conjunto, y que el principio de concordancia práctica exige que toda
aparente tensión entre las propias disposiciones constitucionales debe ser resuelta

91
STC 3789-2005-HC, FJ. 8.
92
STC 3789-2005-HC, FJ. 9.

59
‘optimizando’ su interpretación, es decir, sin ‘sacrificar’ ninguno de los valores,
derechos o principios concernidos (Expediente N.º 5854-2005-AA/TC, FJ 12),
entonces podemos concluir, interpretando conjuntamente los artículos 139.2, 139.13
y 200.2 de la Constitución, que las resoluciones judiciales que constituyen cosa
juzgada podrán ser «controladas» mediante el proceso constitucional de amparo,
cuando hayan sido expedidas con vulneración de los derechos fundamentales.

“Interpretar aisladamente los mencionados incisos 2) y 13) del artículo 139º de la


Constitución en el sentido de que mediante el proceso de amparo no se pueden
controlar resoluciones judiciales que han adquirido la calidad de cosa juzgada,
resulta inconstitucional. Una interpretación aislada como la expuesta conllevaría a
eximir de control a determinados actos que vulneren derechos fundamentales,
transgrediéndose, de este modo, el derecho a la protección jurisdiccional de los
derechos y libertades”93.

- Derecho de defensa

El artículo 139.14 de la Constitución establece “el principio de no ser privado del


derecho de defensa en ningún estado del proceso. Toda persona será informada
inmediatamente y por escrito de la causa o las razones de su detención. Tiene
derecho a comunicarse personalmente con un defensor de su elección y a ser
asesorada por éste desde que es citada o detenida por cualquier autoridad”.

Como señala Barreto Ardila, “el derecho fundamental de defensa no supone


únicamente la asistencia letrada en el juicio, sino a lo largo de toda la actuación, y
además requiere para su ejercicio por parte del procesado y de su defensor, del
conocimiento de las pruebas obrantes en el trámite para poder controvertirlas, ya
criticándolas, ora acreditando su ilegalidad, bien ahondando en ellas
(contrainterrogatorio), o aduciendo otros medios de prueba que desvirtúen su valor
demostrativo” 94. En otras palabras, el autor considera que “el derecho de defensa no
se circunscribe a la llamada defensa técnica, es decir, la ejercida por un profesional

93
STC 5374-2005-AA, FJ. 7.
94
BARRETO ARDILA, Hernando. “Observaciones sobre el tratamiento del derecho de
defensa en la implementación del sistema acusatorio”. En: “Díkaion: Revista de actualidad
jurídica”. Universidad de la Sabana. N. 13. Bogotá, 2004. Página 112.

60
del derecho, pues como segundo elemento no menos importante se encuentra la
defensa material, en virtud de la cual el [procesado] (…) está facultado para solicitar
pruebas, impugnar decisiones, presentar memoriales, intervenir de viva voz en la
audiencia pública, examinar el expediente, etc”95.

Es de mencionar el contenido del derecho de defensa alberga la potestad “de


contradicción probatoria, como desarrollo del derecho de defensa, puede el sindicado
o su defensor no solo contrainterrogar a los testigos, sino aducir otras pruebas que
mengüen el valor de las obrantes y cuestionar la veracidad y legalidad de los medios
probatorios o señalar su real aporte en punto del objeto de investigación”96.

En caso que durante la tramitación del proceso, una o ambas partes consideren que el
juzgador ha limitado el ejercicio pleno de su derecho de defensa, estos deberán de
impugnar tal acto, con el propósito de que la instancia superior analice los hechos y
se pronuncie sobre tal irregularidad. Sin embargo, cabe la posibilidad que la instancia
superior confirme lo resuelto por el inferior debido a que, como reconoce Álvarez
Landete, “el derecho de defensa nace devaluado (…) al disociarse en dos
manifestaciones distintas: la de defensa propiamente dicha y la de asistencia letrada.
Podría incluso pensarse que estamos en presencia de dos derechos distintos: el de
asistencia que se ejercitaría en los supuestos de detención y el de defensa, más
general, y que propiamente se desarrollaría en el seno de la actividad (…) judicial”97.

Frente a esta situación, dicha resolución judicial será firme, es decir, inimpugnable,
lo cual le brindará la oportunidad a una o a ambas partes para interponer la demanda
de amparo por vulneración de su derecho de defensa dentro de los treinta días hábiles
siguientes a la notificación de la resolución írrita. Para acreditar la vulneración de su
derecho, los afectados incorporarán como elementos probatorios la resolución que
afectó su derecho, el escrito de apelación del mismo y la resolución del superior
jerárquico que confirmó la resolución afectada de ilegalidad.

95
Loc.cit.
96
Loc. cit.
97
ÁLVAREZ LANDETA, Joaquín. “El derecho de defensa como derecho devaluado”. En:
“Jueces para la democracia”. Asociación Jueces para la democracia. N. 15. Madrid, 1992.
Página XXXVII

61
El derecho de defensa ha sido definido por el Tribunal Constitucional señalando que
“protege el derecho a no quedar en estado de indefensión en cualquier etapa del
proceso judicial o del procedimiento administrativo sancionatorio. Este estado de
indefensión no sólo es evidente cuando, pese a atribuírsele la comisión de un acto u
omisión antijurídico, se le sanciona a un justiciable o a un particular sin permitirle ser
oído o formular sus descargos, con las debidas garantías, sino también a lo largo de
todas las etapas del proceso y frente a cualquier tipo de articulaciones que se puedan
promover”98.

El contenido de este derecho ha sido asumido desde la perspectiva que “forma parte
del contenido constitucionalmente protegido del derecho de defensa el poder
disponer de un tiempo razonable y de contar con los medios adecuados para su
preparación. (…) La celeridad de la decisión judicial no está en relación directa con
la existencia de un estado de indefensión al que se haya visto sometido el recurrente,
sino con la capacidad del juzgador de resolver prontamente”99.

Sobre sus dimensiones, el Tribunal Constitucional ha señalado que “el ejercicio del
derecho de defensa, de especial relevancia en el proceso penal, tiene una doble
dimensión: una material (…) y otra formal (…) En ambos casos, se garantiza el
derecho a no ser postrado a un estado de indefensión” 100. En cuanto a su dimensión
material, esta se encuentra “referida al derecho del [procesado] de ejercer su propia
defensa desde el mismo instante en que toma conocimiento de que se le atribuye la
101
comisión de [un acto antjurídico]” . Sobre su dimensión formal, esta “supone el
derecho a una defensa técnica; esto es, al asesoramiento y patrocinio de un abogado
defensor durante todo el tiempo que dure el proceso”102.

II.2.3. Proceso de amparo contra resoluciones judiciales

A partir de los últimos años, el Tribunal Constitucional ha definido el ámbito de


aplicación del proceso de amparo contra resoluciones judiciales, las cuales son
recogidas a partir de la siguiente clasificación:
98
STC 0090-2004-AA, FJ. 27.
99
STC 1330-2002-HC, FJ. 3.
100
STC 6260-2005-HC, FJ. 3.
101
STC 6260-2005-HC, FJ. 3.
102
STC 6260-2005-HC, FJ. 3.

62
a. Amparo contra resolución judicial

En la STC N° 5374-2005-AA, el Tribunal Constitucional desarrolló el artículo 4 del


Código Procesal Constitucional y el artículo 200.2 de la Carta Política al explicar la
procedencia del amparo contra resoluciones judiciales.

Por ello, señaló que el artículo 200.2 de la Constitución “prevé el supuesto de que los
derechos fundamentales puedan ser vulnerados por cualquier persona, ya sea
ésta funcionario público o un particular, no excluyendo del concepto de “autoridad” a
los jueces. De este modo, es plenamente admisible que un proceso de amparo pueda
controlar las resoluciones judiciales, sin que ello implique desconocer que la
disposición mencionada establece una limitación a la procedencia del amparo, al
establecer que éste no procede cuando se trate de resoluciones judiciales emanadas
de “procedimiento regular””103.

Sobre el proceso regular señaló que este “se encuentra relacionada con la existencia
de un proceso en el que se hayan respetado garantías mínimas tales como los
derechos al libre acceso a la jurisdicción, de defensa, a la prueba, motivación, a la
obtención de una resolución fundada en Derecho, la pluralidad de instancias, al plazo
razonable del proceso, a un juez competente, independiente e imparcialidad, entre
otros derechos fundamentales, por lo que un proceso judicial que se haya tramitado
sin observar tales garantías se convierte en un “proceso irregular” que no sólo puede,
sino que debe ser corregido por el juez constitucional mediante el proceso de
amparo”104. Esta nota es importante puesto que la demanda de amparo contra
resoluciones judiciales procede cuando el proceso es irregular.

Sin embargo, precisa que el proceso de amparo no debe ser considerado como
una instancia adicional para revisar los procesos ordinarios, “pues el amparo no
puede «controlar» todo lo resuelto en un proceso ordinario, sino que se encuentra
limitado únicamente a verificar si la autoridad judicial ha actuado con un escrupuloso
respeto de los derechos fundamentales de las partes procesales, por lo que, de

103
STC 5374-2005-AA, FJ. 5.
104
STC 5374-2005-AA, FJ. 6.

63
constatarse una afectación de esta naturaleza, deben reponerse las cosas al estado
anterior al acto en que se produjo la afectación”105.

Esto, porque en el proceso de amparo no se dilucidan derechos, pues como ha


señalado el Tribunal Constitucional, “que se encuentre fehacientemente acreditada
dicha titularidad, es presupuesto procesal ineludible a efectos de poder ingresar a
evaluar el fondo del asunto, con el propósito de determinar si el acto reclamado
incide, o no, sobre el contenido constitucionalmente protegido del derecho
invocado”106.

De igual manera, lo dicho se justifica en la inexistencia de estación probatoria en


el proceso de amparo, “porque en él no se declaran ni constituyen a favor de
ninguna de las partes derechos constitucionales, lo que sí sucede en otra clase de
procesos ordinarios, para cuyo caso, precisamente, se ha previsto la estación
probatoria. El amparo, y con él todos los procesos constitucionales de la libertad,
como expresa el artículo 1° de la Ley N.° 23506, sólo tiene por finalidad restablecer
el ejercicio de un derecho constitucional, esto es, tiene una finalidad eminentemente
restitutoria”107, ya que sobre el objeto del proceso de amparo debe quedar claro que
en él “no se controla si una determinada persona ha cometido un delito o si es válido
un contrato de compraventa, entre otros, sino más bien si un procesado ha sido
sancionado con las debidas garantías o si una prueba relevante para la solución del
caso ha sido admitida, entre otros”108.

Sobre el control realizado sobre la actividad del juez, el Tribunal Constitucional


precisó que “no implica el desconocimiento de la calidad de cosa juzgada de la que
pueda gozar la resolución judicial cuestionada. En efecto, si bien es cierto que los
incisos 2) y 13) del artículo 139º establecen que “(...) Ninguna autoridad (...) puede
dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada (...)”, y
que se encuentra prohibido “revivir procesos fenecidos con resolución ejecutoriada”,
respectivamente, también lo es que la propia Constitución ha establecido un
mecanismo como el amparo (artículo 200.2°) para la protección de los derechos
105
STC 5374-2005-AA, FJ. 6.
106
STC 3450-2004-AA, FJ. 2.
107

STC 0410-2002-AA, FJ. 5.


108
STC 5374-2005-AA, FJ. 6.

64
fundamentales, incluso cuando el presunto agente vulnerador pudiera ser una
autoridad judicial”109.

Tal razonamiento se soporta en el principio de unidad de la Constitución, el cual


“exige que la interpretación de la Constitución debe estar orientada a considerarla
como un “todo” armónico y sistemático, a partir del cual se organiza el sistema
jurídico en su conjunto, y que el principio de concordancia práctica exige que toda
aparente tensión entre las propias disposiciones constitucionales debe ser resuelta
“optimizando” su interpretación, es decir, sin “sacrificar” ninguno de los valores,
derechos o principios concernidos (Expediente N.º 5854-2005-AA/TC, FJ 12),
entonces podemos concluir, interpretando conjuntamente los artículos 139.2, 139.13
y 200.2 de la Constitución, que las resoluciones judiciales que constituyen cosa
juzgada podrán ser «controladas» mediante el proceso constitucional de amparo,
cuando hayan sido expedidas con vulneración de los derechos fundamentales”110.

En consecuencia, “interpretar aisladamente los mencionados incisos 2) y 13) del


artículo 139º de la Constitución en el sentido de que mediante el proceso de amparo
no se pueden controlar resoluciones judiciales que han adquirido la calidad de cosa
juzgada, resulta inconstitucional. Una interpretación aislada como la expuesta
conllevaría a eximir de control a determinados actos que vulneren derechos
fundamentales, transgrediéndose, de este modo, el derecho a la protección
jurisdiccional de los derechos y libertades”111.

Cabe precisar que “el amparo contra resoluciones judiciales no es un instrumento


procesal mediante el cual, el Juez del Amparo, pueda evaluar la interpretación y
aplicación correcta (o no) de una norma legal, al resolver el Juez una controversia
suscitada en el ámbito de la jurisdicción ordinaria o, (…) al resolver sobre la
admisión o no del recurso de casación”112.

b. Amparo contra medidas cautelares

109
STC 5374-2005-AA, FJ. 7.
110
STC 5374-2005-AA, FJ. 7.
111
STC 5374-2005-AA, FJ. 7.
112
STC 5194-2005-AA, FJ. 8.

65
En noviembre de 2006, el Tribunal Constitucional expidió la STC N° 1209-2006, en
la que se pronunció sobre una demanda de amparo interpuesta por Ambev Perú
S.A.C. contra la Quinta Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia de la República
solicitando la nulidad de una resolución cautelar, la cual fue desestimada por la Sala
de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de la República porque
“sólo procede la demanda de amparo contra resoluciones judiciales firmes y
definitivas, no contra una medida cautelar que tiene por característica la
provisionalidad y variabilidad a través del uso de medios impugnatorios, además de
considerar que resultaría inconstitucional que el juez constitucional se inmiscuya en
un proceso en trámite”.

Al respecto, el Tribunal Constitucional no compartió de tal opinión, pues “una cosa


es que una decisión tenga el carácter de firme por que es inatacable mediante los
recursos procesales previstos, y otra que la misma sea inmutable o “inalterable”
porque sea una decisión jurisdiccional definitiva. La confusión de conceptos lleva
a las instancias judiciales a la errónea interpretación de que cuando estamos frente a
decisiones producidas en el trámite de medidas cautelares, como éstas no son
“inmutables” (pues siempre existe la posibilidad de su variabilidad por tratarse de
medidas provisionales), ergo no cabe su control a través del proceso de amparo, ya
que conforme al artículo 4° del Código Procesal Constitucional, para que ello suceda
debe tratarse de “resoluciones judiciales firmes””113.

Efectivamente, la categoría de resolución firme “debe ser comprendida al margen


del trámite integral del proceso, pues ello permite que incluso un auto, y no sólo la
sentencia que pone fin al proceso, puedan merecer control por parte del Juez
Constitucional. La condición es, en todo caso, que su trámite autónomo (y la medida
cautelar tiene una tramitación autónoma) haya generado una decisión firme, esto es,
una situación procesal en la que ya no es posible hacer prosperar ningún otro recurso
o remedio procesal que logre revertir la situación denunciada”114.

En consecuencia, “no es pues la naturaleza provisional o transitoria del acto o


resolución judicial lo que determina que prospere o no una garantía

113
STC 1209-2006-AA, FJ. 10.
114
STC 1209-2006-AA, FJ. 10.

66
constitucional como es el Amparo, sino en todo caso, la constatación de que se ha
afectado de modo manifiesto alguno de los contenidos constitucionales protegidos a
través de los procesos constitucionales, y que, el afectado con tales actos o
resoluciones, haya agotado los medios procesales de defensa o impugnación, de
modo que la decisión que viene al Juez Constitucional sea una que ha adquirido
firmeza en su trámite procesal”115.

Por ello, “en el caso de las medidas cautelares, dicha firmeza se alcanza con la
apelación y su confirmatoria por la Sala, con lo cual, una vez emitida la resolución
de segunda instancia queda habilitada la vía del amparo si es que la violación o
amenaza continúa vigente. De lo contrario, se estaría creando zonas de
intangibilidad, que no pueden ser controladas hasta que concluya el proceso judicial
principal. Se dejaría de este modo al arbitrio judicial sin ningún mecanismo de
control a través de los procesos constitucionales. En este sentido, debe recordarse
que la tutela cautelar si bien constituye un derecho para garantizar el cumplimiento
de la sentencia que se dicte sobre el fondo, supone al mismo tiempo, un juzgamiento
en base a probabilidades, por tanto, su potencial de constituirse en acto arbitrario es
incluso mayor al de una sentencia que ha merecido una mayor cautela y
conocimiento por parte del Juez. En consecuencia, el pretender cerrar la posibilidad
de su control jurisdiccional a través de los procesos constitucionales, resulta en este
sentido manifiestamente incongruente con los postulados básicos del Estado
Democrático de Derecho, entre éstos, con el principio de interdicción de la
arbitrariedad reconocido por nuestra propia jurisprudencia”116.

c. Amparo contra resoluciones judiciales por vulneración de derechos


sustantivos

A través de la sentencia 3179-2004-AA, caso Apolonia Ccollcca Ponce, el Tribunal


Constitucional interpretó el artículo 4 del Código Procesal Constitucional, señalando
que el amparo contra resoluciones judiciales no solo tutelaba la vulneración de
derechos fundamentales procesales, sino también la de derechos fundamentales
sustantivos en un proceso judicial.

115
STC 1209-2006-AA, FJ. 11.
116
STC 1209-2006-AA, FJ. 12.

67
Por ello, el Tribunal Constitucional se plantea la siguiente pregunta en el fundamento
7 de la referida sentencia:

“¿Hay razones jurídico-constitucionales para que el ámbito de derechos protegidos


mediante esta variante del amparo tenga que ser replanteado? El Tribunal
Constitucional considera que la respuesta es afirmativa, desde un doble punto de
vista. Por un lado, a partir del diseño constitucional del ámbito de protección de
este proceso; y, por otro, a partir de la eficacia vertical de los derechos
fundamentales en el Estado constitucional de derecho”.

El Tribunal Constitucional inicia su análisis desde la perspectiva vigente en el


Código Procesal Constitucional, el cual establece que “la viabilidad del amparo
contra resoluciones judiciales quedaba librada a lo que se pudiera entender por el
término “regular”. Lo que, a su vez, se resolvió en el sentido de entender que un
proceso judicial era regular siempre que se haya expedido con respeto del derecho a
la tutela procesal. En tanto que devenía irregular si la resolución judicial se había
expedido en un proceso judicial donde se hubiera lesionado el mismo derecho, o
cualquiera de los derechos procesales que forman parte de él”, conforme señala el
fundamento 13 de dicha sentencia.

Sin embargo, en el fundamento siguiente precisa que “es inadmisible desde un punto
de vista constitucional que se pueda sostener que una resolución judicial devenga de
un proceso "irregular" sólo cuando afecte el derecho a la tutela procesal, y que tal
"irregularidad" no acontezca cuando ésta afecta otros derechos fundamentales. A
juicio del Tribunal, la irregularidad de una resolución judicial, con relevancia
constitucional, se produce cada vez que ésta se expida con violación de cualquier
derecho fundamental, y no sólo en relación con los contemplados en el artículo 4 del
Código Procesal Constitucional.

En definitiva, a partir del diseño constitucional del ámbito de derechos protegidos


por el amparo, el Tribunal considera que es constitucionalmente inadmisible sostener
que del referido segundo párrafo del inciso 2) del artículo 200 de la Constitución se
pueda inferir una limitación de la competencia ratione materiae del amparo contra

68
resoluciones judiciales, más allá de los derechos garantizados por el hábeas corpus y
el hábeas data”.

Por tal motivo, el Tribunal Constitucional aborda el estudio de la Constitución y


eficacia vertical de los derechos fundamentales y de sus consecuencias en el
ámbito de los derechos protegidos por el amparo contra resoluciones judiciales,
el cual lo lleva a concluir en el fundamento 18 de la sentencia que “la tesis según la
cual el amparo contra resoluciones judiciales procede únicamente por violación del
derecho al debido proceso o a la tutela jurisdiccional, confirma la vinculatoriedad de
dichos derechos en relación con los órganos que forman parte del Poder Judicial.
Pero constituye una negación inaceptable en el marco de un Estado constitucional de
derecho, sobre la vinculariedad de los "otros" derechos fundamentales que no tengan
la naturaleza de derechos fundamentales procesales, así como la exigencia de
respeto, tutela y promoción ínsitos en cada uno de ellos”.

En efecto, sostiene en el mismo fundamento, “en el ejercicio de la función


jurisdiccional, los jueces del Poder Judicial no sólo tienen la obligación de cuidar
porque se hayan respetado los derechos fundamentales en las relaciones jurídicas
cuya controversia se haya sometido a su conocimiento, sino también la obligación –
ellos mismos– de respetar y proteger todos los derechos fundamentales al dirimir
tales conflictos y controversias”.

Por tal motivo, el Tribunal Constitucional consideró pertinente variar la línea


jurisprudencial en torno a la procedencia del amparo contra resoluciones, afirmando
en el fundamento 21 de la sentencia lo siguiente:

“a) Que el objeto de este proceso constitucional es la protección de derechos


constitucionales y no el de constituir un remedio procesal que se superponga o
sustituya al recurso de casación. En efecto, los procesos constitucionales de tutela de
derechos no tienen por propósito, prima facie, verificar si los jueces, en el ejercicio
de la potestad jurisdiccional, infringieron normas procedimentales que no incidan en
el contenido constitucionalmente protegido del derecho a la tutela procesal (error in
procedendo), o, acaso, que no hayan interpretado adecuadamente el derecho material
(error in iudicando). Pero el juez constitucional sí tiene competencia para examinar

69
dichos errores cuando los mismos son constitutivos de la violación de un derecho
fundamental.

b) Que se utilice como un mecanismo donde pueda volverse a reproducir una


controversia resuelta por las instancias de la jurisdicción ordinaria. El amparo contra
resoluciones judiciales no tiene el efecto de convertir al juez constitucional en una
instancia más de la jurisdicción ordinaria, pues la resolución de controversias
surgidas de la interpretación y aplicación de la ley es de competencia del Poder
Judicial; siempre, claro está, que esa interpretación y aplicación de la ley se realice
conforme a la Constitución y no vulnere derechos fundamentales. En efecto, en el
seno del amparo contra resoluciones judiciales sólo puede plantearse como
pretensión que una determinada actuación judicial haya violado (o no) un derecho
constitucional, descartándose todos aquellos pronunciamientos que no incidan sobre
el contenido protegido de estos”.

Ello legitimó al Tribunal Constitucional para establecer un nuevo canon para el


control constitucional de las resoluciones judiciales, el cual es desarrollado en el
fundamento 22 al considerar que “la intensidad del control constitucional de las
resoluciones judiciales a través del proceso de amparo depende de la interpretación
que se haga de la configuración constitucional del mencionado proceso. Así, desde
una interpretación estricta del amparo, los jueces constitucionales examinan la
constitucionalidad de la resolución judicial en base al expediente judicial ordinario,
otorgando mérito constitucional suficiente a los actuados judiciales. En esta
perspectiva, el juez constitucional asume lo resuelto por el juez ordinario iure et de
iure. Luego de ello y con estos actuados indiscutibles se pasa a realizar un examen de
la motivación y relevancia constitucional de la resolución judicial en función del
derecho fundamental invocado”.

De otro lado, justifica dicho canon en que, conforme se aprecia en el fundamento 22,
“se parte de una interpretación flexible del amparo cuando el Juez constitucional
adquiere plena jurisdicción sobre el fondo y la forma del proceso ordinario,
realizando un examen constitucional de la motivación del fallo y de la relevancia de
lo actuado judicialmente. Desde esta posición, el Juez constitucional asume
competencia para examinar el juicio ordinario bajo un canon constitucional propio

70
del supremo intérprete de la Constitución. Lo que significa la posibilidad de revisar
todo el proceso que va desde el examen del acto lesivo, la validez o no de una norma
legal, hasta el valor probatorio de las pruebas; es decir, revisando y reformando
constitucionalmente la actuación judicial concreta que sea necesaria para determinar
la constitucionalidad de la resolución judicial cuestionada”.

Sin embargo, el canon interpretativo a ser utilizado por los magistrados para
determinar la viabilidad del amparo contra resoluciones judiciales que hayan
vulnerado derechos fundamentales sustantivos es desarrollado en el fundamento
23, conforme a los siguientes parámetros:

“(a) Examen de razonabilidad.– Por el examen de razonabilidad, el Tribunal


Constitucional debe evaluar si la revisión de todo el proceso judicial ordinario es
relevante para determinar si la resolución judicial que se cuestiona vulnera el derecho
fundamental que está siendo demandado.

(b) Examen de coherencia.– El examen de coherencia exige que el Tribunal


Constitucional precise si el acto lesivo del caso concreto se vincula directamente con
el proceso o la decisión judicial que se impugna; de lo contrario no estaría
plenamente justificado el hecho de que el Tribunal efectúe una revisión total del
proceso ordinario, si tal revisión no guarda relación alguna con el acto vulneratorio.

(c) Examen de suficiencia.– Mediante el examen de suficiencia, el Tribunal


Constitucional debe determinar la intensidad del control constitucional que sea
necesaria para llegar a precisar el límite de la revisión del proceso judicial ordinario,
a fin de cautelar el derecho fundamental demandado”.

d. Amparo contra amparo

En abril de 2007, el Tribunal Constitucional resolvió una demanda de amparo


interpuesta por la Dirección Regional de Pesquería de La Libertad a fin de que se
deje sin efecto la Resolución N.° 25, de fecha 30 de junio de 2003, expedida por la
Sala emplazada en el trámite de un anterior proceso de amparo.

71
El Tribunal Constitucional aprovechó este caso para establecer las nuevas reglas del
amparo contra amparo, ya que “resulta necesario establecer las reglas procesales y
sustantivas del precedente vinculante para la procedencia, tanto del “amparo contra
amparo” como también respecto del recurso de agravio constitucional a favor del
precedente. Estas reglas deben ser interpretadas siempre atendiendo a los principios
constitucionales pro homine y pro actione, a fin de que el proceso constitucional
cumpla su finalidad de tutelar la supremacía jurídica de la Constitución y los
derechos fundamentales”117.

Para ello, estableció como regla procesal del amparo contra amparo la siguiente,
teniendo en consideración que “el Tribunal Constitucional de conformidad con el
artículo 201 y 202.2 de la Constitución así como de acuerdo con el artículo VII del
Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, tiene la facultad jurídica para
establecer, a través de sus sentencias que adquieren el carácter de cosa juzgada, un
precedente vinculante. En virtud de ello la presente sentencia, en tanto constituye
cosa juzgada, se establece como precedente vinculante y sus efectos normativos se
precisan en la siguiente regla sustancial”118.

De igual manera, estableció como regla sustancial, para la procedencia, por única
vez, de una demanda de amparo contra amparo, donde el juez constitucional
observará los siguientes presupuestos:

“(1) Objeto.- Constituirá objeto del amparo contra amparo:

a) La resolución estimatoria ilegítima de segundo grado, emitida por el Poder


Judicial en el trámite de un proceso de amparo donde se haya producido la violación
manifiesta del contenido constitucionalmente protegido de los derechos
fundamentales, o que haya sido dictada sin tomar en cuenta o al margen de la mejor
protección de los derechos establecida en la doctrina jurisprudencial de este
Colegiado, desnaturalizando la decisión sobre el fondo, convirtiéndola en
inconstitucional

117
STC 4853-2004-AA, FJ. 39.
118
STC 4853-2004-AA, FJ. 39.a.

72
b) La resolución desestimatoria de la demanda, emitida en segundo grado por el
Poder Judicial en el trámite de un proceso de amparo, cuando ésta haya quedado
firme en el ámbito del Poder Judicial y cuando en su trámite se haya violado, de
modo manifiesto, el contenido constitucionalmente protegido de los derechos
fundamentales de un tercero legitimado, cuya intervención en el proceso haya sido
rechazada o en el que no haya solicitado intervenir por desconocer de dicho trámite;
o tratándose del propio interesado, cuando éste, por razones que no le sean
imputables, no haya podido interponer oportunamente el respectivo recurso de
agravio constitucional.

c) En ningún caso puede ser objeto de una demanda de “amparo contra amparo” las
resoluciones del Tribunal Constitucional, en tanto instancia de fallo última y
definitiva en los procesos constitucionales”119.

(2) Pretensión.- “El nuevo amparo podrá incluir como pretensión lo que ha sido
objeto del primer amparo sólo si la violación del contenido constitucionalmente
protegido del derecho fundamental es de tal intensidad que desnaturaliza la decisión
misma y la convierte en inconstitucional; caso contrario, no procederá el “amparo
contra amparo” por haberse configurado la cosa juzgada constitucional. También
puede invocarse como pretensión en el nuevo amparo el desacato manifiesto de la
doctrina jurisprudencial de este Tribunal”120.

(3) Sujetos legitimados.- “Las personas legitimadas para interponer una demanda de
amparo contra amparo son las siguientes:

a) Frente a la resolución estimatoria ilegítima de segundo grado, emitida por el Poder


Judicial en el trámite de un proceso de amparo, donde se haya producido la violación
del contenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales, o se
haya desconocido la doctrina jurisprudencial de este Colegiado, desnaturalizando la
decisión sobre el fondo, convirtiéndola en inconstitucional; podrán interponer una
demanda de “amparo contra amparo” los directamente afectados, siempre que tal
afectación haya sido debidamente denunciada al interior del primer proceso de

119
STC 4853-2004-AA, FJ. 39.b.
120
STC 4853-2004-AA, FJ. 39.b.

73
amparo y no haya sido respondida por el órgano judicial o lo haya sido de forma
insuficiente. También están legitimados los terceros afectados por lo resuelto en el
primer amparo que no hayan sido emplazados o no se les haya permitido ejercer su
derecho de defensa al interior del primer amparo.

b) Frente a la resolución denegatoria de segundo grado, emitida por el Poder Judicial


en el trámite de un proceso de amparo, cuando ésta haya quedado firme en el ámbito
del Poder Judicial, y cuando en su trámite se haya violado, de modo manifiesto, el
contenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales, podrá
interponer una demanda de “amparo contra amparo” el tercero legitimado que, pese a
haber solicitado su intervención en el primer amparo, no haya sido admitido o,
teniendo la calidad de litisconsorte necesario, no haya sido notificado con la
demanda. Asimismo lo podrá interponer el interesado que, por razones probadas, se
hubiera encontrado imposibilitado de presentar el recurso de agravio constitucional
oportunamente. En estos supuestos, será indispensable que, en el primer proceso de
amparo, no exista pronunciamiento del Tribunal Constitucional a través del recurso
de agravio constitucional, sin importar quién lo haya interpuesto. Finalmente,
conforme a lo señalado supra, sólo se ha de admitir por una única vez, sea que lo
plantee el agraviado directamente o terceros.

(4) Juez competente.- A efectos de obtener un pronunciamiento de conformidad con


el valor superior de justicia y con del derecho fundamental a un juez imparcial, el
juez de primer de primer y segundo grado no deberá haber conocido la primera
demanda de amparo”121.

III.3. Tratados internacionales

a. Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH)

Aprobado por el Perú: 15 de diciembre de 1959 (Resolución Legislativa 13282).

121
STC 4853-2004-AA, FJ. 39.b.

74
“Artículo 8.- Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales
nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución o por la ley”.

b. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCyP)

Entrada en vigor para el Perú: 28 de julio de 1978 (16º Sexta Disposición Transitoria
de la Constitución de 1979).

“Artículo 2.-
(...)
2. Cada Estado Parte se compromete a adoptar, con arreglo a sus procedimientos
constitucionales y a las disposiciones del presente Pacto, las medidas oportunas
para dictar las disposiciones legislativas o de otro carácter que fueren necesarias
para hacer efectivos los derechos reconocidos en el presente Pacto y que no
estuviesen ya garantizados por disposiciones legislativas o de otro carácter.

3. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar


que:
a) Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan
sido violada podrá interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera
sido cometida por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales;
(...)

Artículo 5
1) Ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el sentido de
conceder derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender
actividades o realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los
derechos y libertades reconocidos en el Pacto o a su limitación en mayor medida
que la prevista en él.
2) No podrá admitirse restricción o menoscabo de ninguno de los derechos humanos
fundamentales reconocidos o vigentes en un Estado Parte en virtud de leyes,

75
convenciones, reglamentos o costumbres, so pretexto de que el presente Pacto no lo
reconoce o los reconoce en menor grado”.

c. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

Entrada en vigor para el Perú: 28 de julio de 1978 (16º Sexta Disposición Trans. de
la Constitución de 1979).

“Artículo 4.- Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que, en el ejercicio
de los derechos garantizados conforme al presente Pacto por el Estado, éste podrá
someter tales derechos únicamente a limitaciones determinadas por ley, sólo en la
medida compatible con la naturaleza de esos derechos y con el exclusivo objeto de
promover el bienestar general en una sociedad democrática.

Artículo 5.-
1) Ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el sentido de
reconocer derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender
actividades o realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los
derechos o libertades reconocidos en el Pacto, o a su limitación en medida mayor
que la prevista en él.
2) No podrá admitirse restricción o menoscabo de ninguno de los derechos humanos
fundamentales reconocidos o vigentes en un país en virtud de leyes, convenciones,
reglamentos o costumbres, a pretexto de que el presente Pacto no los reconoce o los
reconoce a menor grado”.

d. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre

Entrada en vigor del tratado: 2 de mayo de 1948 (16º Sexta Disposición Transitoria
de la Constitución de 1979).

“Artículo XVIII.- Derecho de justicia


Toda persona puede recurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos.
Asimismo debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia

76
lo ampare contra actos de la autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los
derechos fundamentales consagrados constitucionalmente”.

e. Convención Americana sobre Derechos Humanos

Entrada en vigor del tratado para el Perú: 28 de julio de 1978 (16º Sexta Disposición
Transitoria de la Constitución de 1979).

“Artículo 2.- Deber de adoptar disposiciones de derecho interno


Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionadas en el Artículo 1 no estuviere
ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados Partes
se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las
disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que
fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades.

(...)
Artículo 25.-Protección judicial
1) Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro
recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley
o la presente Convención; aun cuando tal violación sea cometida por personas que
actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
2) Los Estados partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado
decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión
en que se haya estimado procedente el recurso.
(...)

Artículo 29.- Normas de interpretación


Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido
de:

77
a) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y
ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en
mayor medida que la prevista en ella;
b) limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar
reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de
acuerdo con otra Convención en que sea parte uno de dichos Estados;

Artículo 30 .- Alcance de las restricciones


Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convención, al goce y ejercicio de
los derechos y libertades reconocidas en las mismas, no pueden ser aplicadas sino
conforme a leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propósito
para el cual han sido establecidas”.

f. Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en


materia de derechos económicos, sociales y culturales. “Protocolo de San
Salvador”

Entrada en vigor para el Perú: 04 de junio de 1995 (Depósito de instrumento de


ratificación en la fecha).

“Artículo 4.- No admisión de restricciones


No podrá restringirse o menoscabarse ninguno de los derechos reconocidos o
vigentes en un Estado en virtud de su legislación interna o de convenciones
internacionales, a pretexto de que el presente Protocolo no los reconoce o los
reconoce en menor grado.

Artículo 5.- Alcance de las restricciones y limitaciones


Los Estados Partes sólo podrán establecer restricciones y limitaciones al goce y
ejercicio de los derechos establecidos en el presente Protocolo mediante leyes
promulgadas con el objeto de preservar el bienestar general dentro de una sociedad
democrática, en la medida que no contradigan el propósito y razón de los mismos”.

III.4. Marco de legislación comparada

78
a. Constitución de Argentina (1994)

“Artículo 8.- Los ciudadanos de cada provincia gozan de todos los derechos,
privilegios e inmunidades inherentes al título de ciudadano en las demás”.

“Artículo 18.- Ningún habitante de la Nación puede ser (…) sacado de los jueces
designados por la ley antes del hecho de la causa. (…) Es inviolable la defensa en
juicio de la persona y de los derechos”.

“Artículo 28.- Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores


artículos, no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio”.

“Artículo 43.- Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de


amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u
omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente
lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta,
derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el
caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el
acto u omisión lesiva.

Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo


relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al
consumidor,
así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor
del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines, registradas conforme a la
ley, la que determinará los requisitos y formas de su organización.

Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a
ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o
los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación,
para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos.
No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información periodística”.

79
Cabe precisar que Sagües señala que en Argentina el amparo es residual, puesto que
“únicamente es admisible el amparo (…) ante la inoperancia de todos los demás
trámites procesales ya legislados, para atender idóneamente el problema planteado: el
amparo, se ha dicho, presupone el desamparo. De allí que el empleo de esta
especialísima acción requiere de una madurez particular de jueces y letrados: se
desnaturaliza tanto al amparo utilizándolo para el planteo de cualquier litis, como
rechazándolo siempre, arguyendo que hay vías judiciales o administrativas para el
caso litigioso”122. Sin embargo, “de todos modos, situaciones especiales de cada caso,
objetivas y subjetivas, generalmente de especial urgencia, explican (y no sin alguna
frecuencia) que los trámites ordinarios y sus medidas cautelares puedan provocar a
quien los deba transitar un agravio irreparable, y que entonces sea perfectamente
viable la acción de amparo. Al respecto, basta que el interesado acredite
razonablemente y prima facie la falta de idoneidad para atacar eficazmente el acto
lesivo de los trámites comunes, administrativos y judiciales, para que deba operar el
amparo”123.

b. Código Procesal Constitucional de Tucumán (Argentina)

Cabe precisar que el primer Código Procesal Constitucional del continente fue el de
Tucumán, Argentina. Sin embargo, este Código, a diferencia del peruano, no tiene
alcance nacional, restringiendo su ámbito de actuación al de la jurisdicción de
Tucumán.

El artículo 2 de este Código establece el acceso al proceso de amparo, señalando


que “toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro
medio efectivo ante los jueces o Tribunales competentes que la ampare contra actos
que violen o amenacen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución
Provincial y Nacional, la ley o los tratados, aún cuando tal lesión sea cometida por
personas que actúen en ejercicio de sus funciones públicas”.

Sobre la competencia para conocer de este proceso, el artículo 4 precisa que “las
122
SAGÜÉS, Pedro Néstor. “Acción de amparo”. En: Derecho procesal constitucional. Tomo
III. 3° edición. Astrea. Buenos Aires, 1991. Página 176.
123
SAGÜÉS, Néstor Pedro. “El derecho de amparo en Argentina”. En: FIX ZAMUDIO, Héctor
y FERRER MAC GREGOR, Eduardo (Coordinadores). El derecho de amparo en el mundo.
Porrúa. México, 2006. Página 63.

80
acciones de hábeas corpus, amparo y de protección de los derechos comunes o
difusos, y de inconstitucionalidad se interponen y sustancian ante los Tribunales de
primera instancia”. A su vez, el artículo 7 determina que legitimidad activa la tiene
“cualquier persona particularmente interesada, por sí o por apoderado y el Ministerio
Público puede interponer el hábeas corpus y el amparo”. Por su parte, el artículo 20
define las obligaciones de los sujetos requeridos al señalar que “los mandamientos
judiciales expedidos en los procedimientos de hábeas corpus y amparo deben ser
cumplidos de inmediato por los particulares y los funcionarios y empleados públicos
requeridos al efecto del modo y en el plazo que aquellos establezcan”.

Asimismo, el artículo 50 refiere las condiciones para la procedencia de la


demanda de amparo, precisando que “la acción de amparo se deduce contra todo
acto, omisión o hecho de órganos o agentes del Estado provincial o entes
autárquicos provinciales, o de particulares, que, en forma actual o inminente, viola,
lesiona, restrinja, altera o amenaza violar con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta,
los derechos, libertades o garantías explícita o implícitamente reconocidos por la
Constitución Provincial o Nacional y los tratados internacionales con jerarquía
constitucional, con excepción de los protegidos por el hábeas corpus”.

No obstante, el artículo 51 desarrolla las causales por las cuales se declara la


inadmisibilidad de la demanda de amparo, refiriendo que esta se dará cuando se
presente cualquiera de las siguientes condiciones: “1. Cuando se trate de un acto
jurisdiccional emanado de Tribunal del Poder Judicial de la Provincia o de la Nación;
o del Tribunal de la Legislatura en el Juicio Político. 2. Contra las leyes u otras
disposiciones normativas con fuerza de ley, salvo cuando se impugnen
conjuntamente con actos de aplicación individual de aquellas o cuando se trate de
normas de acción automática, de manera que sus preceptos resulten obligatorios
inmediatamente por su sola promulgación sin necesidad de otras normas o actos que
los desarrollen o los hagan aplicables al perjudicado y configure un supuesto del
artículo anterior. La falta de impugnación directa de los decretos o disposiciones
generales a que se refiere este inciso o el transcurso del plazo para formularla no
impide que los actos de aplicación individual puedan discutirse en la vía de amparo,
siempre que se infrinja algún derecho fundamental del reclamante, protegido por el

81
artículo 50. 3. Cuando la acción u omisión ha sido consentida por la persona
agraviada”.

A su vez, el artículo 52 establece respecto al plazo de caducidad que “el amparo se


interpone en cualquier tiempo mientras subsista la acción u omisión que motiva el
mismo, y hasta noventa (90) días hábiles después de que hayan cesado totalmente sus
efectos directos respecto del perjudicado”.

Ahora bien, el Código Procesal Constitucional de Tucumán realiza una interesante


precisión en torno al reclamo administrativo previo en su artículo 53 al señalar que
“no será necesaria la reposición o ningún otro recurso administrativo para interponer
la acción de amparo. Cuando el afectado opte por ejercitar los recursos
administrativos que concede el ordenamiento, se suspende el plazo de caducidad
mientras la administración no resuelva expresamente, sin perjuicio de que se ejerza
directamente en cualquier momento”.

Sobre la identificación del sujeto pasivo, el artículo 54 señala que “la acción de
amparo puede dirigirse contra el funcionario o titular del órgano que aparezca como
presunto autor del agravio. Si uno u otro han actuado en cumplimiento de órdenes o
instrucciones impartidas por un superior, o con su autorización o aprobación, se tiene
por entablado el amparo contra ambos, sin perjuicio de lo que se decida en la
sentencia. De ignorarse la identidad del agente público, la acción se tendrá
establecida contra el superior jerárquico. También, puede dirigirse contra particulares
presuntos autores del agravio. Si se trata de una persona jurídica, contra su
representante legal; y si lo es una empresa, grupo o colectividad organizados, contra
su representante aparente o el responsable individual. Puede darse intervención al
tercero que tenga derechos subjetivos en relación a la norma o acto que motive la
acción de amparo. Además, quien tenga un interés legítimo en el resultado de la
acción puede apersonarse e intervenir en procedimiento como tercero coadyuvante
del actor o del demandado”.

En relación al contenido de la demanda, el artículo 55 precisa que “la acción de


amparo se interpone por cualquier medio de comunicación escrito, por telegrama o
carta documento y debe contener: 1. El nombre, apellido, nacionalidad y domicilio

82
real y constituido y, en su caso, del accionante o personería invocada suficientemente
justificada; 2. La individualización, en lo posible, del autor del acto u omisión
impugnados o de quien hubiere ordenado la restricción; 3. La relación
circunstanciada, con la mayor claridad posible, de los hechos, actos u omisiones que
han producido o que estén en vías de producir la lesión que motiva el amparo; 4. La
petición formulada en términos claros y precisos”.

Respecto a los medios probatorios, el artículo 56 considera que “con el escrito de la


demanda, debe ofrecerse toda la prueba y acompañarse la documental que se
disponga. En caso contrario, se la individualiza expresando su contenido y el lugar
donde se encuentre. El número de testigos no puede exceder de cinco (5) por cada
parte, siendo carga de ésta hacerlos comparecer a su costa a declarar, sin perjuicio de
requerir el uso de la fuerza pública en caso de necesidad. Sólo se admite la prueba de
absolución de posiciones cuando la acción se promueva contra particulares, en cuyo
caso debe acompañarse el pliego con el escrito de demanda”.

Sin perjuicio de lo señalado previamente sobre la competencia, debe añadirse que el


artículo 57° prevé que “es competente el Juez de Primera Instancia en lo Civil y
Comercial Común con jurisdicción en el lugar en que el acto lesivo tenga, puede o
debe tener efecto a opción del actor. Se observan en lo pertinente las normas de
competencia por razón de turno, salvo imposibilidad material o urgencia o que
hubiera duda razonable, en cuyo caso el Juez requerido conoce la demanda. Cuando
un mismo acto lesivo afecte a varias personas, entiende en todos los casos el juzgado
que hubiese prevenido, disponiéndose en su caso la acumulación de autos”.

Asimismo, el Código Procesal de Tucumán refiere en su artículo 58 sobre las


medidas de no innovar que “en cualquier estado de la instancia el Juez puede
ordenar, a pedido de parte o de oficio, medidas de no innovar, las que se
cumplimentan en forma inmediata, sin perjuicio de su ulterior notificación. El Juez
puede pedir la contracautela pertinente para responder por los daños que tales
medidas pudieren ocasionar. La solicitud debe resolverse el mismo día de su
presentación. Cuando la suspensión acordada por la medida de no innovar afecte un
servicio público o a la administración, el Juez puede dejarla sin efecto, declarando a
cargo de la autoridad demandada o personalmente por los que la desempeñan, la

83
responsabilidad por los perjuicios que se deriven de su ejecución. De igual modo, el
Juez interviniente puede dictar cualquier medida de conservación o seguridad que la
prudencia aconseje, para prevenir riesgos materiales o evitar que se produzcan otros
daños como consecuencia de los hechos realizados, todo conforme con las
circunstancias del caso. El Juez, por resolución fundada, puede hacer cesar en
cualquier momento la autorización de ejecución o las otras medidas cautelares que se
hubieren dictado”.

Cabe señalar que se prevé en el artículo 59 la remisión del pedido de informe por
parte del magistrado a cargo del caso, ya que “cuando el Juez considere que la acción
es formalmente procedente o no fuere del caso resolver interlocutoriamente el
amparo, da inmediato traslado de la demanda al accionado y debe ordenar el informe
del artículo 21. La omisión del pedido de informe es causa de nulidad del proceso. La
contestación debe hacerse en el plazo que se le fije, en razón de las particularidades
del caso, que no podrá exceder de las setenta y dos (72) horas corridas. Si la acción
es contra un órgano colegiado, la orden se dirige a su presidente. El requerido debe
cumplir la carga de ofrecer la prueba al contestar la demanda en la forma establecida
para el accionante. Al ordenarse el informe, el Juez puede pedir el expediente
administrativo o la documentación en que consten los antecedentes del asunto. La
omisión injustificada de enviar estas piezas acarrea responsabilidad por
desobediencia”.

Por otra parte, el artículo 60 desarrolla el trámite de los hechos controvertidos, de


las pruebas y de la audiencia, partiendo del supuesto de que “si el informe niega los
hechos o hay prueba a producir el Juez ordena de inmediato su producción que debe
concluirse dentro de los tres (3) días con recepción de las pruebas indispensables.
Sólo si el Juez lo considera absolutamente necesario, dentro de ese mismo plazo, por
auto fundado, puede convocar a una Audiencia donde deben concurrir las partes
intervinientes, por sí o por apoderado, para ser oídas, de todo lo cual se levanta acta,
siempre que ésta no cause gravamen irreparable a la situación del afectado. Si no
comparece el accionante se lo tiene por desistido, ordenándose el archivo de las
actuaciones con imposición de costas. Si no lo hiciera el accionado pasan los autos
para sentencia. Si quedase prueba pendiente de producción por causas ajenas a la
diligencia de las partes, o el Juez considera necesario ordenar medidas para mejor

84
proveer puede ampliar dicho término por igual plazo. Cumplidas estas actuaciones el
Juez de inmediato dicta sentencia dentro de las cuarenta y ocho (48) horas”.

En relación al contenido de la sentencia, el artículo 61 establece que debe


incorporarse “1. Lugar, día y hora de su emisión; 2. Identidad del agraviado y
mención concreta de la autoridad o el particular del cual emana la acción u omisión
denunciados como lesivos; 3. Fundamentos de la decisión; 4. Parte resolutiva
expresando claramente el acogimiento o rechazo del amparo, y determinación precisa
de los actos a cumplir, con las especificaciones necesarias para su debida ejecución,
y, en su caso, el plazo fijado para su cumplimiento; 5. Las costas y sanciones que
pudieren corresponder; 6. La firma del Juez”.

Sobre los efectos de la sentencia, el artículo 62° considera que “la sentencia que
concede el amparo declara ilegítima la acción u omisión que dio lugar a la acción, y
ordena que se cumpla lo dispuesto por el Tribunal dentro del término que el propio
fallo señale, según corresponda en cada caso. Cuando el acto impugnado sea de
carácter positivo, la sentencia que conceda el amparo tiene por objeto restituir o
garantizar al agraviado el pleno goce de su derecho, y restablecer las cosas al estado
que guardaban antes de la violación, cuando fuere posible. Si el amparo ha sido
establecido para que una autoridad reglamente, cumpla o ejecute lo que una ley y
otra disposición normativa ordena, dicha autoridad tiene el plazo que fija la sentencia
para cumplir con la prevención. Cuando lo impugnado ha sido la denegación de un
acto o una omisión, la sentencia ordena realizarlo u obliga al responsable a que actúe
en el sentido de respetar el derecho de que se trate, para lo cual otorga un plazo
prudencial perentorio. Si se hubiere tratado de una mera conducta o actuación
material, o de una amenaza, ordena su inmediata cesación, así como evitar toda
nueva violación o amenaza, perturbación o restricción semejante. En todo caso, el
Juez establece los demás efectos de la sentencia para el caso concreto”.

Cabe precisar que el artículo 63 del Código refiere sobre la cesación de los efectos
que “si al tiempo de hacerse lugar el amparo han cesado los efectos del acto
reclamado, o éste se ha consumado en forma que no sea posible restablecer al
perjudicado en el goce de su derecho o libertad conculcados, la sentencia previene al
agraviante que no debe incurrir en actos u omisiones iguales o semejantes a los que

85
dieron mérito para acoger la acción, y que si procede de modo contrario, desobedece
la orden judicial con las consecuencias que de ello deriva. Si estando en curso la
tramitación de un amparo, se dicta resolución administrativa o judicial, que revoque,
detenga o suspenda la actuación impugnada, se acoge la acción únicamente a efectos
de imponer las costas, si proceden”.

A su vez, el artículo 64 establece que el rechazo del amparo “no prejuzga sobre la
responsabilidad administrativa, civil o penal en que haya podido incurrir el autor del
agravio, y el ofendido puede ejercitar o promover las acciones pertinentes”.
Finalmente, el artículo 65 considera que “la sentencia de amparo hace cosa juzgada
sobre su objeto, pero deja subsistentes las acciones ordinarias que pudieren
corresponder a cualquiera de las partes para la defensa de sus derechos”.

c. Constitución de Colombia (1991)

La Constitución de Colombia contiene referencias sobre los derechos procesales. Así,


sobre el debido proceso el artículo 29 señala que “se aplicará a toda clase de
actuaciones judiciales y administrativas. (…) Es nula, de pleno derecho, la prueba
obtenida con violación del debido proceso”. A su vez, el artículo 31 refiere el
derecho a la pluralidad de instancias al señalar que “toda sentencia judicial podrá
ser apelada o consultada, salvo las excepciones que consagre la ley. (…)”

Por su parte, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva es abordado en el artículo


86 al referir que “toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces,
en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí
misma o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos
constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o
amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública.

La protección consistirá en una orden para que aquél respecto de quien se solicita la
tutela, actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será de inmediato cumplimiento,
podrá impugnarse ante el juez competente y, en todo caso, éste lo remitirá a la Corte
Constitucional para su eventual revisión. Esta acción sólo procederá cuando el
afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice

86
como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. En ningún caso
podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de tutela y su resolución. La ley
establecerá los casos en los que la acción de tutela procede Contra particulares
encargados de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y
directamente el interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante se halle en
estado de subordinación o indefensión”.

A su vez, el artículo 228 establece que la Administración de Justicia es función


pública, ya que “sus decisiones son independientes. Las actuaciones serán públicas y
permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas prevalecerá el
derecho sustancial. Los términos procesales se observarán con diligencia y su
incumplimiento será sancionado. Su funcionamiento será desconcentrado y
autónomo”.

Al respecto, el artículo 230 aborda este asunto al señalar que “los jueces, en sus
providencias, sólo están sometidos al imperio de la ley. La equidad, la jurisprudencia,
los principios generales del derecho y la doctrina son criterios auxiliares de la
actividad judicial”.

De igual manera, el artículo 229 nuevamente hace mención a la tutela jurisdiccional


efectiva al señalar que “se garantiza el derecho de toda persona para acceder a la
administración de justicia. La ley indicará en qué casos podrá hacerlo sin la
representación de abogado”.

Cabe señalar que en Colombia el amparo es residual, pues como señala Julio César
Ortiz, “se trata de un proceso judicial específico, autónomo, directo y sumario, que
en ningún caso puede sustituir los procesos judiciales que establece la ley; en este
sentido, la acción de tutela no es una institución procesal alternativa, y cuando
procede, se activan mecanismos inmediatos, se surten actuaciones perentorias, se
adelanta una substanciación preferente y los términos se hacen improrrogables. El
propósito del constituyente al incorporar la acción de tutela, como lo establece el
artículo 86 de la Carta Política, es que el juez constitucional administre justicia de
manera expedita en el caso concreto, dictando las órdenes que considere pertinentes

87
para salvaguardar y proteger los derechos fundamentales de las personas que acudan
a esta vía excepcional, residual, supletoria y sumaria”124.

d. Constitución de Costa Rica (1949)

La Carta Política de Costa Rica ha realizado las siguientes menciones sobre el


proceso de amparo y los derechos que son tutelados a través del mencionado
proceso:
Sobre el acceso al proceso de amparo, el artículo 48 señala que “toda persona tiene
derecho (…) al recurso de amparo para mantener o restablecer el goce de los otros
derechos consagrados en esta Constitución, así como de los de carácter fundamental
establecidos en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos, aplicables
en la República. Ambos recursos serán de competencia de la Sala indicada en el
Artículo 10”.

En relación a la administración de justicia, el artículo 153 considera que


“corresponde al Poder Judicial, además de las funciones que esta Constitución le
señala, conocer de las causas civiles, penales, comerciales, de trabajo, y contencioso-
administrativas así como de las otras que establezca la ley, cualquiera que sea su
naturaleza y la calidad de las personas que intervengan; resolver definitivamente
sobre ellas y ejecutar las resoluciones que pronuncie, con la ayuda de la fuerza
pública si fuere necesario”.

Por ello, su artículo 154 refiere que la administración de justicia se realiza bajo la
vigilancia del principio de supremacía constitucional, ya que “el Poder Judicial
sólo está sometido a la Constitución y a la ley, y las resoluciones que dicte en los
asuntos de su competencia no le imponen otras responsabilidades que las
expresamente señaladas por los preceptos legislativos”.

124

ORTIZ GUTIÉRREZ, Julio César. “La acción de tutela en la Carta Política de 1991. El
derecho de amparo y su influencia en el ordenamiento constitucional de Colombia”. En: FIX
ZAMUDO, Héctor y FERRER MAC GREGOR, Eduardo (Coordinador). El derecho de
amparo en el mundo. Porrúa. México, 2006. Página 221.

88
En relación al ejercicio de derechos procesales, el artículo 42, señala que “un
mismo juez no puede serlo en diversas instancias para la decisión de un mismo
punto. Nadie podrá ser juzgado más de una vez por el mismo hecho punible”.

Asimismo, el artículo 155 considera que en aras de la independencia jurisdiccional,


“ningún tribunal puede avocar el conocimiento de causas pendientes ante otro.
Únicamente los tribunales del Poder Judicial podrán solicitar los expedientes ad
effectum videndi”.

e. Constitución de Ecuador (1998)

Por su parte, el Texto Fundamental de Ecuador resalta el carácter de los tratados


suscritos por el país en cuanto a protección de derechos fundamentales se refiere, lo
que es enlazado con la protección de los derechos procesales y la legitimación de los
presuntos afectados de interponer demanda de amparo, conforme se constata a
continuación:

Se reconoce a través del artículo 23° los derechos procesales al señalarse que “sin
perjuicio de los derechos establecidos en esta Constitución y en los instrumentos
internacionales vigentes, el Estado reconocerá y garantizará a las personas los
siguientes: (...) 27. El derecho al debido proceso y a una justicia sin dilaciones”.

Sobre el debido proceso, el artículo 24 establece que “para asegurar el debido


proceso deberán observarse las siguientes garantías básicas, sin menoscabo de otras
que establezcan la Constitución, los instrumentos internacionales, las leyes o la
jurisprudencia: (…) 10. Nadie podrá ser privado del derecho de defensa en ningún
estado o grado del respectivo procedimiento. El Estado establecerá defensores
públicos para el patrocinio de las comunidades indígenas, de los trabajadores, de las
mujeres y de los menores de edad abandonados o víctimas de violencia intrafamiliar
o sexual, y de toda persona que no disponga de medios económicos”.

De igual manera, el artículo 24.11 refiere el principio del juez natural al señalar que

89
“ninguna persona podrá ser distraída de su juez competente ni juzgada por tribunales
de excepción o por comisiones especiales que se creen para el efecto”.

Asimismo, los siguientes incisos del artículo 24 desarrollan derechos como el acceso
a la justicia, la motivación de resoluciones judiciales, el derecho a probar, el ne
bis in ídem, entre otros, al considerar que:

“12. Toda persona tendrá el derecho a ser oportuna y debidamente informada, en su


lengua materna, de las acciones iniciadas en su contra.

13. Las resoluciones de los poderes públicos que afecten a las personas, deberán ser
motivadas. No habrá tal motivación si en la resolución no se enunciaren normas o
principios jurídicos en que se haya fundado, y si no se explicare la pertinencia de su
aplicación a los antecedentes de hecho. Al resolver la impugnación de una sanción,
no se podrá empeorar la situación del recurrente.
14. Las pruebas obtenidas o actuadas con violación de la Constitución o la ley, no
tendrán validez alguna.

15. En cualquier clase de procedimiento, los testigos y peritos estarán obligados a


comparecer ante el juez y a responder al interrogatorio respectivo, y las partes
tendrán derecho de acceso a los documentos relacionados con tal procedimiento.

16. Nadie podrá ser juzgado más de una vez por la misma causa.

17. Toda persona tendrá derecho a acceder a los órganos judiciales y a obtener de
ellos la tutela efectiva, imparcial y expedita de sus derechos e intereses, sin que en
caso alguno quede en indefensión. El incumplimiento de las resoluciones judiciales
ser á sancionado por la ley”.

Por otra parte, el artículo 95 establece que en relación a la legitimidad para


interponer demanda de amparo, “cualquier persona, por sus propios derechos o
como representante legitimado de una colectividad, podrá proponer una acción de
amparo ante el órgano de la Función Judicial designado por la ley. Mediante esta
acción, que se tramitará en forma preferente y sumaria, se requerirá la adopción de

90
medidas urgentes destinadas a cesar, evitar la comisión o remediar inmediatamente
las consecuencias de un acto u omisión ilegítimos de una autoridad pública, que viole
o pueda violar cualquier derecho consagrado en la Constitución o en un tratado o
convenio internacional vigente, y que, de modo inminente, amenace con causar un
daño grave. También podrá interponerse la acción si el acto o la omisión hubieren
sido realizados por personas que presten servicios públicos o actúen por delegación o
concesión de una autoridad pública”.

Sin embargo, precisa que no serán susceptibles de acción de amparo “las


decisiones judiciales adoptadas en un proceso”. También se considera que se podrá
presentar demanda de amparo contra los particulares “cuando su conducta afecte
grave y directamente un interés comunitario, colectivo o un derecho difuso”.

Sobre el conocimiento de los jueces de la demanda de amparo, señala que “para la


acción de amparo no habrá inhibición del juez que deba conocerla y todos los días
serán hábiles”.

Por tal motivo, el procedimiento seguido por el magistrado debe regirse por uno en
que “el juez convocará de inmediato a las partes, para oírlas en audiencia pública
dentro de las veinticuatro horas subsiguientes y, en la misma providencia, de existir
fundamento, ordenará la suspensión de cualquier acto que pueda traducirse en
violación de un derecho.

Dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes, el juez dictará la resolución, la cual
se cumplirá de inmediato, sin perjuicio de que tal resolución pueda ser apelada para
su confirmación o revocatoria, para ante el Tribunal Constitucional.

La ley determinará las sanciones aplicables a las autoridades o personas que


incumplan las resoluciones dictadas por el juez; y a los jueces y magistrados que
violen el procedimiento de amparo, independientemente de las acciones legales a que
hubiere lugar. Para asegurar el cumplimiento del amparo, el juez podrá adoptar las
medidas que considere pertinentes, e incluso acudir a la ayuda de la fuerza pública.

91
No serán aplicables las normas procesales que se opongan a la acción de amparo, ni
las disposiciones que tiendan a retardar su ágil despacho”.

Retornado a lo que es el ejercicio de la potestad judicial, el artículo 191 establece


que “corresponderá a los órganos de la Función Judicial. Se establecerá la unidad
jurisdiccional.

De acuerdo con la ley habrá jueces de paz, encargados de resolver en equidad


conflictos individuales, comunitarios o vecinales.

Se reconocerán el arbitraje, la mediación y otros procedimientos alternativos para la


resolución de conflictos, con sujeción a la ley. Las autoridades de los pueblos
indígenas ejercerán funciones de justicia, aplicando normas y procedimientos propios
para la solución de conflictos internos de conformidad con sus costumbres o derecho
consuetudinario, siempre que no sean contrarios a la Constitución y las leyes. La ley
hará compatibles aquellas funciones con las del sistema judicial nacional”.

Sobre el sistema procesal, el artículo 192 establece que este “será un medio para la
realización de la justicia. Hará efectivas las garantías del debido proceso y velará por
el cumplimiento de los principios de inmediación, celeridad y eficiencia en la
administración de justicia. No se sacrificará la justicia por la sola omisión de
formalidades”. Por tal motivo, el artículo 193 establece que las leyes procesales
tendrán como finalidad “la simplificación, uniformidad, eficacia y agilidad de los
trámites. El retardo en la administración de justicia, imputable al juez o magistrado,
será sancionado por la ley”.

Concluye dicho texto constitucional precisando en su artículo 276 que competerá al


Tribunal Constitucional: “3. Conocer las resoluciones que denieguen el hábeas
corpus, el hábeas data y el amparo, y los casos de apelación previstos en la acción de
amparo”.

f. Constitución de El Salvador

92
La Constitución Política de El Salvador refiere lo siguiente en relación al amparo y a
los derechos que son tutelados por el mismo:

En primer lugar, sobre el ejercicio de la función jurisdiccional, el artículo 172


refiere que “los Magistrados y Jueces, en lo referente al ejercicio de la función
jurisdiccional, son independientes y están sometidos exclusivamente a la
Constitución y a las leyes”.

A su vez, el conocimiento de los procesos de amparo está regulado en el artículo


182 de la Constitución al establecer que “son atribuciones de la Corte Suprema de
Justicia: 1. Conocer de los procesos de amparo”.

“Artículo 174.- La Corte Suprema de Justicia tendrá una Sala de lo Constitucional, a


la cual corresponderá conocer y resolver las demandas de inconstitucionalidad de las
leyes, decretos y reglamentos, los procesos de amparo”.

“Artículo 15.- Nadie puede ser juzgado sino conforme a leyes promulgadas con
anterioridad al hecho de que se trate, y por los tribunales que previamente haya
establecido la ley”.

“Artículo 16.- Un mismo juez no puede serlo en diversas instancias en una misma
causa”.

“Artículo 17.- Ningún Órgano, funcionario o autoridad, podrá avocarse causas


pendientes, ni abrir juicios o procedimientos fenecidos. En caso de revisión en
materia penal el Estado indemnizará conforme a la Ley a las víctimas de los errores
judiciales debidamente comprobados.

Habrá lugar a la indemnización por retardación de justicia. La Ley establecerá la


responsabilidad directa del funcionario y subsidiariamente la del Estado”.

g. Constitución de Guatemala

93
La Carta Magna de Guatemala desarrolla lo siguiente sobre el amparo y los derechos
fundamentales protegidos por dicho proceso:

“Artículo 12.- Derecho de defensa. La defensa de la persona y sus derechos son


inviolables. Nadie podrá ser condenado, ni privado de sus derechos, sin haber sido
citado, oído y vencido en proceso legal ante juez o tribunal competente y
preestablecido.

Ninguna persona puede ser juzgada por Tribunales Especiales o secretos, ni por
procedimientos que no estén preestablecidos legalmente”.

“Artículo 205.- Garantías del Organismo Judicial. Se instituyen como garantías del
Organismo Judicial, las siguientes: a) La independencia funcional”

“Artículo 265.- Procedencia del amparo. Se instituye el amparo con el fin de


proteger a las personas contra las amenazas de violaciones a sus derechos o para
restaurar el imperio de los mismos cuando la violación hubiere ocurrido. No hay
ámbito que no sea susceptible de amparo, y procederá siempre que los actos,
resoluciones, disposiciones o leyes de autoridad lleven implícitos una amenaza,
restricción o violación a los derechos que la Constitución y las leyes garantizan”.

“Artículo 268.- Función esencial de la Corte de Constitucionalidad. La Corte de


Constitucionalidad es un tribunal permanente de jurisdicción privativa, cuya función
esencial es la defensa del orden constitucional; actúa como tribunal colegiado con
independencia de los demás organismos del Estado y ejerce funciones específicas
que le asigna la Constitución y la ley de la materia.

La independencia económica de la Corte de Constitucionalidad, será garantizada con


un porcentaje de los ingresos que correspondan al Organismo Judicial”.

“Artículo 272.- Funciones de la Corte de Constitucionalidad. La Corte de


Constitucionalidad tiene las siguientes funciones:

94
a) Conocer en única instancia de las impugnaciones interpuestas contra leyes o
disposiciones de carácter general, objetadas parcial o totalmente de
inconstitucionalidad;

b) Conocer en única instancia en calidad de Tribunal Extraordinario de Amparo en


las acciones de amparo interpuestas en contra del Congreso de la República, la Corte
Suprema de Justicia, el Presidente y el Vicepresidente de la República;

c) Conocer en apelación de todos los amparos interpuestos ante cualquiera de los


tribunales de justicia. Si la apelación fuere en contra de una resolución de amparo de
la Corte Suprema de Justicia, la Corte de Constitucionalidad se ampliará con dos
vocales”.

h. Constitución de Honduras

“Artículo 82.- Los habitantes de la República tienen libre acceso a los tribunales
para ejercitar sus acciones en la forma que señalan las leyes”.

“Artículo 90.- Nadie puede ser juzgado sino por juez o tribunal competente con las
formalidades, derechos y garantías que la Ley establece”.

“Artículo 96.- La Ley no tiene efecto retroactivo, excepto en materia penal cuando la
nueva ley favorezca al delincuente o procesado”.

“Artículo 183.- El Estado reconoce la garantía de Amparo.

En consecuencia toda persona agraviada o cualquiera otra en nombre de ésta, tiene


derecho a interponer recurso de amparo:

1. Para que se le mantenga o restituya en el goce o disfrute de los derechos o


garantías que la constitución establece; y,

95
2. Para que se declare en casos concretos que una ley, resolución, acto o hecho de
autoridad, no obliga al recurrente ni es aplicable por contravenir, disminuir o
tergiversar cualesquiera de los derechos reconocidos por esta Constitución.

El Recurso de Amparo se interpondrá de conformidad con la Ley”.

“Artículo 319.- La Corte Suprema de Justicia, tendrá las atribuciones siguientes:


(…) 8. Conocer de los recursos de amparo y revisión conforme a la ley”.

i. Constitución de México

La Constitución mexicana es la que más ahonda sobre el proceso de amparo,


dedicándole un amplio desarrollo a la mención de los supuestos de procedencia,
como también al trámite:

“Artículo 103.- Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se


suscite:

I. Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías individuales;

II. Por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de
los Estados o la esfera de competencia del Distrito Federal; y,

III. Por leyes o actos de las autoridades de los Estados o del Distrito Federal que
invadan la esfera de competencia de la autoridad federal”.

“Artículo 107.- Todas las controversias de que habla el Artículo 103 se sujetarán a
los procedimientos y formas del orden jurídico que determine la Ley, de acuerdo a
las bases siguientes:

I. El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada;

96
II. La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupe de individuos particulares,
limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el que verse la
queja, sin hacer una declaración general respecto de la Ley o acto que la motivare.

En el juicio de amparo deberá suplirse la deficiencia de la queja de acuerdo con lo


que disponga la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de esta Constitución.

Cuando se reclamen actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar de la
propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los
ejidos o a los núcleos de población que de hecho o por derecho guarden el estado
comunal, o a los ejidatarios o comuneros, deberán recabarse de oficio todas aquellas
pruebas que puedan beneficiara las entidades o individuos mencionados y acordarse
las diligencias que se estimen necesarias para precisar sus derechos agrarios, así
como la naturaleza y efectos de los actos reclamados.

En los juicios a que se refiere el párrafo anterior no procederán, en perjuicio de los


núcleos ejidales o comunales, o de los ejidatarios o comuneros, el sobreseimiento por
inactividad procesal ni la caducidad de la instancia, pero uno y otra sí podrán
decretarse en su beneficio. Cuando se reclamen actos que afecten los derechos
colectivos del núcleo tampoco procederán el desistimiento ni el consentimiento
expreso de los propios actos, salvo que el primero sea acordado por la Asamblea
General o el segundo emane de ésta;
III. Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo,
el amparo sólo procederá en los casos siguientes:

a) Contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio,


respecto de las cuales no proceda ningún recurso ordinario por el que puedan ser
modificados o reformados, ya sea que la violación se cometa en ellos o que,
cometida durante el procedimiento, afecte a las defensas del quejoso, trascendiendo
al resultado del fallo; siempre que en materia civil haya sido impugnada la violación
en el curso del procedimiento mediante el recurso ordinario establecido por la Ley e
invocada como agravio en la segunda instancia, si se cometió en la primera. Estos
requisitos no serán exigibles en el amparo contra sentencias dictadas en controversias
sobre acciones del estado civil o que afecten al orden y a la estabilidad de la familia;

97
b) Contra actos en juicio cuya ejecución sea de imposible reparación, fuera de juicio
o después de concluido, una vez agotados los recursos que en su caso procedan; y,
c) Contra actos que afecten a personas extrañas al juicio;

IV. En materia administrativa el amparo procede, además, contra resoluciones que


causen agravio no reparable mediante algún recurso, juicio o medio de defensa legal.
No será necesario agotar éstos cuando la Ley que los establezca exija, para otorgar la
suspensión del acto reclamado, mayores requisitos que los que la Ley Reglamentaria
del Juicio de Amparo requiera como condición para decretar esa suspensión;

V. El amparo contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al


juicio, sea que la violación se cometa durante el procedimiento o en la sentencia
misma, se promoverá ante el Tribunal Colegiado de Circuito que corresponda,
conforme a la distribución de competencias que establezca la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, en los casos siguientes:

a) En materia penal, contra resoluciones definitivas dictadas por tribunales judiciales,


sean éstos federales, del orden común o militares;
b) En materia administrativa, cuando se reclamen por particulares sentencias
definitivas y resoluciones que ponen fin al juicio dictadas por tribunales
administrativos o judiciales, no reparables por algún recurso, juicio o medio
ordinario de defensa legal;
c) En materia civil, cuando se reclamen sentencias definitivas dictadas en juicios del
orden federal o en juicios mercantiles, sea federal o local la autoridad que dicte el
fallo, o en juicios del orden común.
En los juicios civiles del orden federal las sentencias podrán ser reclamadas en
amparo por cualquiera de las partes, incluso por la Federación, en defensa de sus
intereses patrimoniales; y,
d) En materia laboral, cuando se reclamen laudos dictados por las Juntas Locales o la
Federal de Conciliación y Arbitraje, o por el Tribunal Federal de Conciliación y
Arbitraje de los Trabajadores al Servicio del Estado.

98
La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente
Tribunal Colegiado de Circuito, o del Procurador General de la República, podrá
conocer de los amparos directos que por su interés y trascendencia así lo ameriten;

VI. En los casos a que se refiere la fracción anterior, la Ley Reglamentaria de los
Artículos 103 y 107 de esta Constitución señalará el trámite y los términos a que
deberán someterse los Tribunales Colegiados de Circuito y, en su caso, la Suprema
Corte de Justicia, para dictar sus respectivas resoluciones;

VII. El amparo contra actos en juicio, fuera de juicio o después de concluido, o que
afecten a personas extrañas al juicio, contra leyes o contra actos de autoridad
administrativa, se interpondrá ante el juez de Distrito bajo cuya jurisdicción se
encuentre el lugar en que el acto reclamado se ejecute o trate de ejecutarse, y su
tramitación se limitará al informe de la autoridad, a una audiencia para la que se
citará en el mismo auto en el que se mande pedir el informe y se recibirán las pruebas
que las partes interesadas ofrezcan y oirán los alegatos, pronunciándose en la misma
audiencia la sentencia;

VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o los
Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la Suprema
Corte de Justicia:

a) Cuando habiéndose impugnado en la demanda de amparo, por estimarlos


directamente violatorios de esta Constitución, leyes federales o locales, tratados
internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente de la República de acuerdo
con la fracción I del Artículo 89 de esta Constitución y reglamentos de leyes locales
expedidos por los gobernadores de los Estados o por el Jefe del Distrito Federal,
subsista en el recurso el problema de constitucionalidad;
b) Cuando se trate de los casos comprendidos en las fracciones II y III del Artículo
103 de esta Constitución.

La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente


Tribunal Colegiado de Circuito, o del Procurador General de la República, podrá

99
conocer de los amparos en revisión, que por su interés y trascendencia así lo
ameriten.

En los casos no previstos en los párrafos anteriores, conocerán de la revisión los


Tribunales Colegiados de Circuito y sus sentencias no admitirán recurso alguno;

IX. Las resoluciones que en materia de amparo directo pronuncien los Tribunales
Colegiados de Circuito no admiten recurso alguno, a menos de que decidan sobré la
inconstitucionalidad de una Ley o establezcan la interpretación directa de un
precepto de la Constitución cuya resolución, a juicio de la Suprema Corte de Justicia
y conforme a acuerdos generales, entrañe la fijación de un criterio de importancia y
trascendencia. Sólo en esta hipótesis procederá la revisión ante la Suprema Corte de
Justicia, limitándose la materia del recurso exclusivamente a la decisión de las
cuestiones propiamente constitucionales;

X. Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante las
condiciones y garantías que determine la Ley, para lo cual se tomará en cuenta la
naturaleza de la violación alegada, la dificultad de reparación de los daños y
perjuicios que pueda sufrir el agraviado con su ejecución, los que la suspensión
origine a terceros perjudicados y el interés público.

Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en materia


penal al comunicarse la interposición del amparo y en materia civil, mediante fianza
que dé el quejoso para responder de los daños y perjuicios que tal suspensión
ocasionare, la cual quedará sin efecto si la otra parte da contrafianza para asegurar la
reposición de las cosa al estado que guardaban si se concediese el amparo, y a pagar
los daños y perjuicios consiguientes;

XI. La suspensión se pedirá ante la autoridad responsable cuando se trate de amparos


directos promovidos ante los Tribunales Colegiados, de Circuito y la propia
autoridad responsable decidirá al respecto. En todo caso, el agraviado deberá
presentar la demanda de amparo ante la propia autoridad responsable, acompañando
copias de la demanda para las demás partes en el juicio, incluyendo al Ministerio

100
Público y una para el expediente. En los demás casos, conocerán y resolverán sobre
la suspensión los Juzgados de Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito;

XII. La violación de las garantías de los Artículos 16, en materia penal, 19 y 20 se


reclamará ante el superior del tribunal que la cometa, o ante el Juez de Distrito o
Tribunal Unitario de Circuito que corresponda, pudiéndose recurrir, en uno y otro
caso, las resoluciones que se pronuncien, en los términos prescritos por la fracción
VIII.

Si el Juez de Distrito o el Tribunal Unitario de Circuito no residieren en el mismo


lugar en que reside la autoridad responsable, la Ley determinará el juez o tribunal
ante el que se ha de presentar el escrito de amparo, el que podrá suspender
provisionalmente el acto reclamado, en los casos y términos que la misma Ley
establezca;

XIII. Cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis contradictorias en


los juicios de amparo de su competencia, los Ministros de la Suprema Corte de
Justicia, el Procurador General de la República, los mencionados Tribunales olas
partes que intervinieron en los juicios en que dichas tesis fueron sustentadas, podrán
denunciar la contradicción ante la Suprema Corte de Justicia, a fin de que el Pleno o
la Sala respectiva, según corresponda, decidan la tesis que debe prevalecer como
jurisprudencia.

Cuando las Salas de la Suprema Corte de Justicia sustenten tesis contradictorias en


los juicios de amparo materia de su competencia, cualquiera de esas Salas, el
Procurador General de la República o las partes que intervinieron en los juicios en
que tales tesis hubieran sido sustentadas, podrán denunciar la contradicción ante la
Suprema Corte de Justicia, que funcionando en Pleno decidirá cuál tesis debe
prevalecer.

La resolución que pronuncien las Salas o el Pleno de la Suprema Corte en los casos a
que se refieren los dos párrafos anteriores, sólo tendrá el efecto de fijar la
jurisprudencia y no afectará las situaciones jurídicas concretas derivadas de las
sentencias dictadas en los juicios en que hubiese ocurrido la contradicción;

101
XIV. Salvo lo dispuesto en el párrafo, final de la fracción II de este Artículo, se
decretará el sobreseimiento del amparo o la caducidad de la instancia por inactividad
de quejoso o de recurrente, respectivamente, cuando el acto reclamado sea del orden
civil o administrativo, en los casos y términos que señale la Ley reglamentaria. La
caducidad de la instancia dejará firme la sentencia recurrida;

XV. El Procurador General de la República o el agente del Ministerio Público


Federal que al efecto designare, será parte en todos los juicios de amparo; pero
podrán abstenerse de intervenir en dichos juicios, cuando el caso de que se trate
carezca, a su juicio, de interés público;

XVI. Si concedido el amparo la autoridad responsable insistiere en la repetición del


acto reclamado o tratare de eludir la sentencia de la autoridad federal, y la Suprema
Corte de Justicia estima que es inexcusable el incumplimiento, dicha autoridad será
inmediatamente separada de su cargo y consignada al Juez de Distrito que
corresponda. Si fuere excusable, previa declaración de incumplimiento o repetición,
la Suprema Corte requerirá a la responsable y le otorgará un plazo prudente para que
ejecute la sentencia. Si la autoridad no ejecuta la sentencia en el término concedido,
la Suprema Corte de Justicia procederá en los términos primeramente señalados.

Cuando la naturaleza del acto lo permita, la Suprema Corte de Justicia, una vez, que
hubiera determinado el incumplimiento o repetición del acto reclamado, podrá
disponer de oficio el cumplimiento substituto de las sentencias de amparo, cuando su
ejecución afecte gravemente a la sociedad o a terceros en mayor proporción que los
beneficios económicos que pudiera obtener el quejoso. Igualmente, el quejoso podrá
solicitar ante el órgano que corresponda, el cumplimiento substituto de la sentencia
de amparo, siempre que la naturaleza del acto lo permita.

La inactividad procesal o la falta de promoción de parte interesada, en los


procedimientos tendentes al cumplimiento de las sentencias de amparo, producirá su
caducidad en los términos de la Ley reglamentaria;

102
XVII. La autoridad responsable será consignada a la autoridad correspondiente,
cuando no suspenda el acto reclamado debiendo hacerlo, y cuando admita fianza que
resulte ilusoria o insuficiente, siendo, en estos dos últimos casos, solidaria la
responsabilidad civil de la autoridad con el que ofreciere la fianza y el que la
prestare”.

III.5. Marco conceptual

En el marco conceptual se brindará el concepto de cada uno de los temas hasta ahora
estudiados, conceptos que serán el resultado de la información explicada hasta este
punto del proyecto de tesis.

a. Debido proceso

El debido proceso es un derecho procesal establecido en el artículo 139.3 de la


Constitución y que forma parte de la tutela procesal efectiva. Este derecho
fundamental de naturaleza procesal garantiza el resguardo del íter procesal y de las
diferentes garantías que la Constitución Política y que el Código Procesal ponen a
disposición de los justiciables, a efectos de que todo proceso judicial sea tramitado
de acuerdo a las prerrogativas establecidas por nuestro ordenamiento.

b. Motivación de resoluciones judiciales

Este derecho está contemplado en el artículo 139.5 de la Constitución Política de


1993. El objeto de este derecho fundamental procesal es garantizar que toda
resolución judicial contenga argumentos lógicos y jurídicos de los cuales se
desprendan enunciados que se encuentren integrados y que sean coherentes con el
petitorio de la demanda, con los argumentos expuestos por la contraparte y con el
razonamiento elaborado por el juzgador al estudiar el caso sobre la base de las
pruebas incorporadas al proceso.

c. Derecho de defensa

103
Este derecho fundamental de naturaleza procesal se encuentra consagrado en el
artículo 139.14 de la Constitución de 1993 y garantiza que todas las partes que
integran un proceso judicial puedan incorporar los elementos probatorios de los que
se desprendan datos objetivos verificables por el juez y que sustenten sus
pretensiones.

d. Cosa juzgada

La cosa juzgada es un derecho establecido en el artículo 139.13 de la Constitución


Política del Estado, el cual garantiza que frente a una resolución judicial firme, es
decir, inimpugnable, cualquier operador judicial se abstenga de instaurar un nuevo
proceso, en la medida que se protege la eficacia de las resoluciones judiciales que
han adquirido el carácter de firmeza y, en segundo lugar, la seguridad jurídica
emanada de estas.

e. Proceso de amparo

Uno de los procesos constitucionales consagrados por nuestra Carta Política es el


proceso de amparo, el cual permite la tutela de todo derecho fundamental que se
encuentre fuera del campo de acción de los procesos de hábeas corpus y hábeas data.
Cabe señalar que el proceso de amparo puede ser instaurado cuando se considere que
una resolución judicial firme atenta contra uno de los derechos procesales
establecidos en el artículo 139 de la Constitución y en el artículo 4 del Código
Procesal Constitucional.

IV. Hipótesis

Esta tesis se dirige a comprobar tres hipótesis que han sido clasificadas en general y
específicas.

IV.1. Hipótesis general

Proponemos una hipótesis general, que es la siguiente:

104
“El proceso de amparo contra resoluciones judiciales es un mecanismo efectivo
para la tutela de los derechos procesales”.

La información incorporada en el marco teórico de esta tesis nos ha llevado a la


conclusión relativa a la eficacia del proceso de amparo para resguardar derechos
procesales. Ello se sustenta en la doctrina revisada y en la legislación nacional que
permite la recurrencia a este proceso, es decir, de los artículos 200.1 de la
Constitución y 4 del Código Procesal Constitucional. De igual manera, los criterios
expedidos por el Tribunal Constitucional sobre la materia han precisado los
supuestos en los cuales procede este mecanismo, lo cual hace viable su aplicación
con el objeto de proteger esta clase de derechos.

A continuación, se expondrán las variables que conforman la hipótesis, como


también los indicadores, sistemas de medición, categorías y datos que serán útiles
para la corroboración de la misma.

Variable Indicador Sistema de Categorías Dato


independiente medición

Proceso Clase Nominal - Amparo -1


- Otro -2

Variable Indicador Sistema de Categorías Dato


dependiente medición

Tutela Fallo Nominal - Estimatorio -1


- Desestimatorio -2

Variable Indicador Sistema de Categorías Dato


interfiriente medición

Derecho Clase Nominal - Procesal -1

105
- Sustantivo -2

IV.2. Hipótesis particulares

A continuación, proponemos dos hipótesis particulares que coadyuvarán a la


principal:

IV.2.1. “La indebida motivación de las resoluciones judiciales es la principal causa


de vulneración de los derechos procesales y que revela la pertinencia de acudir al
proceso de amparo contra resoluciones judiciales, a efectos que sea tutelado”.

Como se pudo apreciar en el marco teórico, el derecho a la motivación de las


resoluciones judiciales está consagrado en el artículo 139.5 de la Constitución
Política. Este derecho se encuentra compuesto por un contenido constitucionalmente
protegido que en muchas oportunidades es vulnerado por los administradores de
justicia, deviniendo esta en la principal causa de vulneración de los derechos
procesales de los recurrentes.

No obstante, el Código Procesal Constitucional provee a las partes del proceso de


amparo contra resoluciones judiciales, a efectos de acudir a este con el propósito de
que se declare la nulidad de la resolución vulneratoria y que sea nuevamente
expedida tutelando dicho derecho procesal.

Cabe precisar que la corroboración de esta hipótesis se realizará sobre la base de la


parte resolutiva de las sentencias del Tribunal Constitucional, la cual servirá de
parámetro para verificar si esta hipótesis es correcta.

Sin perjuicio de lo señalado, y con fines didácticos, se expondrán las variables que
conforman la hipótesis, como también los indicadores, sistemas de medición,
categorías y datos que serán útiles para la corroboración de la misma.

Variable Indicador Sistema de Categorías Dato


independiente medición

106
Motivación Clase Nominal - Debida -1
- Indebida -2

Variable Indicador Sistema de Categorías Dato


dependiente medición

Derechos Tutela Nominal - Efectiva -1


- No efectiva -2

IV.2.2. “La tutela de derechos fundamentales sustantivos aún no es tan recurrida


como la de derechos fundamentales procesales a través del amparo contra
resoluciones judiciales”.

Lo afirmado en esta hipótesis se sustenta en que si bien a través de la sentencia N°


3179-2004-AA, caso Apolonia Ccollcca, se permite la interposición de demandas de
amparo contra resoluciones judiciales que hayan vulnerado derechos fundamentales
sustantivos, esta modalidad del amparo contra resoluciones judiciales aún no es
utilizada frecuentemente debido a que la ausencia de especialización de gran parte de
los abogados litigantes en Derecho Procesal Constitucional ha hecho que
desconozcan de esta figura que se encuentra vigente desde noviembre de 2006.

Cabe precisar que la corroboración de esta hipótesis se realizará sobre la base de la


parte de los fundamentos de derecho de las sentencias del Tribunal Constitucional, la
cual servirá de parámetro para verificar si esta hipótesis es correcta, debido a que
expresará si es que la actuación de los magistrados recurridos ha originado la
vulneración de derechos fundamentales sustantivos.

Sin perjuicio de lo señalado, y con fines didácticos, se expondrán las variables que
conforman la hipótesis, como también los indicadores, sistemas de medición,
categorías y datos que serán útiles para la corroboración de la misma.

Variable Indicador Sistema de Categorías Dato


independiente medición

107
Derecho Clase Nominal - Procesal -1
- Sustantivo -2

Variable Indicador Sistema de Categorías Dato


dependiente medición

Tutela Fundamentos de Nominal - Afectado -1


derecho de la - No afectado -2
sentencia

V. Tipo de investigación

La presente es una investigación explicativa, pues del resultado de la misma se


obtendrán resultados relativos a la eficacia del amparo contra resoluciones judiciales
en cuanto a la tutela de los derechos procesales.

VI. Diseño de investigación

Esta es una investigación no experimental longitudinal debido a que no se


manipulan las variables y el estudio ha sido desarrollado durante once días del mes
de enero de 2009.

VII. Universo. Selección de muestra. Unidad de análisis

El universo de investigación son las resoluciones expedidas por el Tribunal


Constitucional durante enero de 2009 sobre procesos de amparo.

La unidad de análisis está integrada por el total de 632 resoluciones expedidas por
el Tribunal Constitucional en enero de 2009 sobre procesos de amparo.

La selección de la muestra será al azar, es decir, comprenderá la elección alternada


de las 59 resoluciones expedidas por el Tribunal Constitucional en relación a

108
demandas de amparo interpuestas por presunta vulneración de derechos procesales
durante enero de 2009.

VIII. Técnicas e instrumentos de recolección de datos. Contrastación de


hipótesis

La técnica de recolección de datos es la revisión y el análisis de contenido debido a


que se analizan las resoluciones judiciales expedidas por el Tribunal Constitucional
sobre causas iniciadas con motivo de demandas de amparo y que han sido resueltas
por dicho colegiado durante enero de 2009.

El instrumento de recolección de datos es la matriz de datos, donde se consignará


la información obtenida de la revisión de las sentencias de amparo expedidas durante
enero de 2009.

IX. Contrastación de hipótesis

La contrastación de las tres hipótesis propuestas se realizará sobre la base del estudio
de las 59 resoluciones expedidas por el Tribunal Constitucional durante el mes de
enero en relación a demandas de amparo interpuestas por la presunta vulneración de
derechos en procesos judiciales.

Para tales efectos, nos valdremos del análisis de cada resolución expedida por el
Tribunal Constitucional durante dicho período, el cual será llevado a cabo a través de
tablas que han sido diseñadas especialmente para dichos fines y en las que se expone
en detalle la clase de fallo, el fundamento legal y el pronunciamiento del Tribunal
Constitucional en cada resolución judicial.

1. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 08 de enero de 2009

Muestra 1
Sentencia 02126-2008-AA/TC
Demandante César Francisco Cortez Vega
Demandado Tercera Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior
de Justicia de la Libertad

109
Petitorio Se deje sin efecto la resolución N.º 17, de fecha 2 de abril de
2007, mediante la cual se declara nula la sentencia
consultada, y la resolución N.º 14, de fecha 10 de enero de
2007, que declara fundada la demanda de divorcio por
causal seguida por el recurrente
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 4° del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “6. Que en el presente caso este Colegiado aprecia que al
interponerse la demanda el recurrente no agotó todos
medios impugnatorios que la normatividad prevé para
impugnar la resolución cuestionada en el ámbito de la
jurisdicción ordinaria. Por tanto, no tratándose de una
resolución judicial “firme”, es de aplicación, a contrario
sensu, el artículo 4° del Código Procesal Constitucional,
por lo que la demanda debe desestimarse”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/02126-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 2
Sentencia 03100-2006-AA/TC
Demandante Sixto Ascencios Trujillo
Demandado Jueza del Cuadragésimo Sétimo Juzgado Penal de Lima
Petitorio Se tramitó la causa penal N.º 034-2002 por el delito contra
el patrimonio -usurpación agravada- en agravio de Antonio
Salinas Urfano, proceso que terminó por sobreseimiento.
Fallo Infundada
Fundamento legal Artículo 5º, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “4. Que el Tribunal Constitucional estima que la demanda
debe desestimarse. En primer lugar porque “[…] el amparo
contra resoluciones judiciales no supone como tantas veces
lo hemos afirmado, un mecanismo de revisión de la cuestión
de fondo discutida en el proceso que lo origina (…).
6. Que por consiguiente y atendiendo a que lo que se
reclama no forma parte del contenido constitucional
protegido por el derecho invocado, resulta de aplicación el
artículo 5º, inciso 1), del Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/03100-2006-AA

110
%20Resolucion.html

Muestra 3
Sentencia 05014-2007-AA/TC
Demandante Caja de Beneficios y Seguridad Social del Pescador
Demandado Quinto Juzgado Laboral del Callao
Petitorio Nulidad de la Resolución N.° 4, de fecha 20 de diciembre de
2005, por considerar que afecta sus derechos al debido
proceso y a la tutela judicial efectiva.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 4° del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “2. Que el Código Procesal Constitucional establece en su
artículo 4º que el proceso de amparo procede respecto a
resoluciones judiciales que detenten la condición de firmes.
En el caso al momento de interponerse la demanda de
amparo –16 de enero de 2006- la cuestionada resolución –
de 20 de diciembre de 2005- carecía del requisito de firmeza
debido a que se circunscribe a revocar una resolución por
la que se declaró improcedente la demanda de don Antonio
Esteban Damián Fidel en contra de la recurrente y ordena
que la Juez de la causa admita a trámite la demanda, por lo
que el proceso aún se encuentra pendiente de resolución”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05014-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 4
Sentencia 05172-2007-AA/TC
Demandante Transportes Gaia S.A.C.
Demandado Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República
Petitorio Se declare la nulidad de la resolución derivada de la
Casación N.º 456-2006, del 13 de setiembre de 2006, que
declara infundado dicho recurso, y por consiguiente que se
ordene a la referida Sala emita nuevo pronunciamiento.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5.1° del Código Procesal Constitucional

111
Pronunciamiento “8. (…) este Tribunal estima que la pretensión de la
empresa recurrente debe ser desestimada toda vez que
pretende que el juez constitucional se pronuncie sobre la
valoración realizada por la Sala emplazada respecto del
título valor puesto a cobro, pretensión que, por su propia
naturaleza, ya fue discutida en la respectiva instancia
judicial ordinaria, y que no puede ser examinada en este
proceso constitucional.
9. Que por tanto se advierte que los hechos y el petitorio de
la demanda no se encuentran relacionados de manera
directa con el contenido constitucional del derecho
invocado, resultando de aplicación el artículo 5.1° del
Código Procesal Constitucional”.

URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05172-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 5
Sentencia 06250-2007-AA/TC
Demandante Violeta Úrsula Arriola Morales
Demandado Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
Petitorio Se deje sin efecto la Resolución de fecha 20 de junio de
2006, que confirma la Resolución de primera instancia, de
fecha 6 de abril de 2005, por medio de la cual se declara
improcedente su demanda sobre nulidad de cosa juzgada
fraudulenta
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículos 4, 5.10 y 44 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “2. Que según lo establecido en el inciso 2) del artículo 385
del Código Procesal Civil, procede el recurso de casación
contra (…) “los autos expedidos por las Cortes Superiores
que, en revisión ponen fin al proceso”. En consecuencia
dado que la resolución cuestionada es una resolución
emitida en segunda instancia, en el proceso de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta, contra ella procedía recurso de

112
casación, tal como se dispone en el citado artículo.

No obstante de autos no se advierte que el recurrente haya


presentado medio impugnatorio alguno en contra de la
resolución que dice afectarlo. Por lo tanto al momento de
interponer la demanda de amparo, 2 de octubre de 2006, la
citada resolución de fecha 20 de junio de 2006 carecía del
requisito de firmeza debido a que el recurrente no cumplió
con agotar los medios impugnatorios a su alcance a fin de
hacer valer su derecho conforme correspondía, siendo
aplicable el artículo 4 del Código Procesal Constitucional.

3. Que independientemente a lo señalado en el párrafo


precedente, y según lo manifestado por el recurrente en su
demanda de amparo, la cuestionada resolución, de fecha 20
de junio de 2006, le fue notificada con fecha 1 de agosto de
2006, habiendo interpuesto demanda de amparo con fecha 2
de octubre de 2006, es decir fuera del plazo de 30 días
establecido por el artículo 44º el Código Procesal
Constitucional. Desde la perspectiva descrita la demanda
también resulta improcedente, en atención a lo dispuesto
por el artículo 5, inciso 10, del citado Código”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/06250-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 6
Sentencia STC 01563-2008-AA/TC
Demandante José Helmer Aguilar Lázaro
Demandado Vocales de la Primera Sala Laboral de la Libertad
Petitorio Nulidad de la resolución de vista Nº 10 de fecha 3 de
octubre de 2006 que confirmando la resolución de primera
instancia declaró improcedente la acción de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta
Fallo Improcedente

113
Fundamento legal Artículo 5 inciso 10 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “6. Que a fojas 18 de autos corre la resolución Nº 11
mediante la cual se ordena cúmplase lo ejecutoriado en el
Exp Nº 1152-04 (sobre nulidad de cosa juzgada
fraudulenta) que fue notificada al recurrente el 10 de
noviembre de 2006. En consecuencia se advierte que la
demanda ha sido interpuesta fuera del plazo previsto por el
CPConst., por lo que solo cabe confirmar el auto
cuestionado de rechazo liminar”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/01563-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 7
Sentencia 04193-2007-AA/TC
Demandante Leandra Basilia Tamayo Ramos
Demandado Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República
Petitorio Nulidad de la resolución s/n derivada de la Casación N.º
3159-2005, del 10 de enero de 2006, que declara
improcedente dicho recurso
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5.1° del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “7. Que en tal línea este Tribunal estima que la
fundamentación del RAC debe ser desestimada toda vez que
pretende que el juez constitucional se pronuncie sobre la
valoración realizada por la Sala emplazada respecto a los
hechos ocurridos y las pruebas presentadas, pretensión que,
por su propia naturaleza, ya fue discutida en la respectiva
instancia judicial ordinaria, y que no puede ser examinada
en este proceso constitucional, salvo que exista una
conducta manifiestamente irrazonable que no es el caso.

8. Que por tanto al no encontrarse los hechos y el petitorio


de la demanda relacionados de manera directa con el
contenido constitucional del derecho invocado, debe
confirmarse el auto de rechazo líminar y en consecuencia

114
declarar la improcedencia de la demanda en atención al
artículo 5.1° del Código Procesal Constitucional”.

URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/04193-2007-AA
%20Resolucion.html

2. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 12 de enero de 2009

Muestra 8
Sentencia 05030-2007-AA/TC
Demandante Giovanna Amparo Gotuzzo Cerpa
Demandado Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la
Corte Suprema de Justicia de la República
Petitorio Se deje sin efecto la ejecutoria suprema de fecha de 19 de
enero de 2006, que declaró improcedente el recurso de
casación interpuesto por la recurrente
Fallo Improcedente
Fundamento legal Inciso 1) del artículo 5° del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “4. Que de la revisión de autos este Colegiado considera que
la pretensión del demandante debe ser desestimada toda vez
que no le corresponde a esta sede constitucional
pronunciarse sobre lo siguiente: i) verificar si la recurrente
reúne o no los requisitos necesarios para percibir los
intereses de su compensación por tiempo de servicios,
conforme a la Ley de Compensación por Tiempo de
Servicios, ii) si la inclusión del Instituto Nacional de
Concesiones y Catastro Minero (INACC) a la
Superintendencia Nacional de los Registros Públicos
(SUNARP), ha conllevado la conclusión de la relación
laboral con la primera de las instituciones antes
mencionadas, y iii) verificar el cumplimiento de requisitos
de procedencia del recurso de casación tales como aquel
sobre la existencia o no de una sentencia sobre el fondo
como objeto de la casación. Siendo así es de aplicación al
caso el inciso 1) del artículo 5° del Código Procesal

115
Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05030-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 9
Sentencia STC 05541-2007-AA/TC
Demandante Juan Carlos Valdez Risco
Demandado Cuarto Juzgado de Familia de Lima
Petitorio Se declare la ineficacia y nulidad de las Resoluciones N.os 13
y 15, su fecha 7 y 28 de octubre de 2004, respectivamente,
expedidas en el proceso de reducción de alimentos
Fallo Improcedente
Fundamento legal Inciso 1) del artículo 5° del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “6. Que si bien el recurrente, además de la falta de
motivación de la Resolución N.° 13, ha alegado como
sustento de la violación de los derechos que invoca, el que
el órgano judicial denegara su recurso de nulidad
aplicando una norma que resulta impertinente (…).

7. Que en consecuencia, no apreciándose que los hechos ni


la pretensión de la demanda incidan en el contenido
constitucionalmente protegido de los derechos invocados
resulta de aplicación el inciso 1) del artículo 5° del Código
Procesal Constitucional”.

URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05541-2007-
AA.html

Muestra 10
Sentencia 05475-2007-AA/TC
Demandante Josefina Vega Zevallos
Demandado Primer Juzgado Mixto de Huánuco y la Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Huanuco
Petitorio Se declare nula la resolución N.° 19, de fecha 28 de
diciembre de 2005, la cual declara infundada su demanda
sobre indemnización por retención indebida de CTS en

116
contra de Maderera San Juan E.I.R.Ltda.; la resolución N.°
24, de fecha 27 de abril de 2006, que declara improcedente
su demanda; y la resolución N.° 25, de fecha 19 de mayo de
2006, que deniega su recurso de casación en contra de la
resolución de segunda instancia.
Fallo Declara la nulidad de las resoluciones cuestionadas
Fundamento legal Artículo 20º del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “3. Que de autos se aprecia que la parte demandada en
el proceso ordinario, esto es, la Empresa Maderera San
Juan E.I.R.Ltda., a quien se le solicita el pago de la
indemnización por retención indebida de la
Compensación por Tiempos de Servicios, no ha sido
integrada en el presente proceso constitucional como
corresponde, pues de la de la revisión de todo lo
actuado en el proceso y de los cargos de notificación
que obran en autos se constata que la mencionada
empresa no ha sido debidamente emplazada en ninguna
etapa del proceso.
4. Que la Empresa Maderera San Juan E.I.R.Ltda. tiene
legítimo interés para obrar en el proceso, puesto que el
fallo de la presente demanda de amparo incidirá
directamente sobre los intereses de dicha entidad. En tal
sentido el hecho de que el juez haya omitido su
integración a este proceso ha ocasionado una
manifiesta afectación del derecho de defensa de la
empresa demandada en el proceso ordinario, afectación
que importa un vicio procesal insubsanable en el
sentido de lo establecido en el segundo párrafo del
artículo 20º del Código Procesal Constitucional,
debiendo procederse conforme lo establece dicha
norma”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05475-2007-AA
%20Resolucion.html

117
Muestra 11
Sentencia 06222-2007-AA/TC
Demandante Emilio Jurado Alarcón
Demandado Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho
Petitorio Se declare inaplicable la Resolución N. º 18, de fecha 1 de
septiembre de 2006, por considerar que lesiona su derecho a
la tutela procesal efectiva
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 1º, segundo párrafo del Código Procesal
Constitucional
Pronunciamiento “5. Que del análisis de autos se advierte que la cuestionada
resolución no constituye un pronunciamiento ultra petita,
pues ésta sólo se limita a proyectar los efectos prohibitivos
de las resoluciones de primera y segunda instancia. En
efecto, en la parte resolutiva de aquellas, en particular de la
de segunda instancia (Cfr. Fojas 16 del cuaderno principal),
en base a lo establecido en el artículo 1º, segundo párrafo
del Código Procesal Constitucional, se ordena que la
demandada –ahora recurrente– no vuelva a incurrir en los
actos que motivaron la interposición de tal demanda de
amparo; es decir que no vuelva a despedir al trabajador. En
consecuencia, cuando la Sala advierte que el empleador
volvió a incurrir en los actos que ocasionaron la lesión del
derecho al trabajo del demandante y ordena la reposición del
trabajador, solo se limita a dar cumplimiento a lo ya
dispuesto en la resolución de segunda instancia”
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/06222-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 12
Sentencia 05878-2007-AA/TC
Demandante Patricia Jaramillo Vargas
Demandado Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna
Petitorio Solicita se deje sin efecto la Resolución N.° 19, de fecha 24
de marzo de 2006, que declaró improcedente la nulidad
deducida por la demandante contra la aludida Resolución
N.°16 (Exp. N.º 2005-00049).

118
Fallo Nulo todo lo actuado a efectos que la demanda sea admitida
a trámite
Fundamento legal Artículo 20° del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “7. Que advirtiéndose de autos que la decisión a adoptarse
en el presente caso podría, eventualmente, afectar el
derecho de defensa de la Caja Municipal y Crédito de
Tacna S.A. en su calidad de entidad favorecida con la
resolución cuya ineficacia se reclama, y que la misma no ha
sido emplazada por las instancias inferiores, este Tribunal
considera que se ha incurrido en causal de nulidad
insubsanable conforme a lo establecido en el segundo
párrafo del artículo 20° del Código Procesal
Constitucional, debiéndose anular todo lo actuado a efectos
de que la instancia judicial correspondiente, atendiendo a
los fundamentos de la presente resolución, admita a trámite
la demanda y corra traslado de la misma a las partes,
incluida la Caja Municipal y Crédito de Tacna S.A”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05878-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 13
Sentencia 02487-2008-AA/TC
Demandante Leovigildo Guzmán Chávez
Demandado Sala Civil Transitoria de la Corte Superior de Justicia de
Lima
Petitorio Nulidad de la Ejecutoria Suprema – Cas. N.º426-2006, que
declara infundado su recurso de casación y de la Resolución
de Vista expedida por la Sala Mixta de la Corte Superior de
Justicia de Ucayali, que confirmando la apelada, desestima
su demanda de indemnización por daños y perjuicios.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 4° e inciso 1) del artículo 5.º del Código Procesal
constitucional
Pronunciamiento “4. Que consideramos oportuno subrayar que el proceso de
amparo en general y el amparo contra resoluciones
judiciales en particular no pueden constituirse en

119
mecanismos de articulación procesal de las partes,
mediante los cuales se pretenda extender el debate de las
cuestiones procesales ocurridas en un proceso anterior, sea
este de la naturaleza que fuere. El amparo contra
resoluciones judiciales requiere, pues, como presupuestos
procesales indispensables, la constatación de un agravio
manifiesto a la tutela judicial o al debido proceso (artículo
4° del Código Procesal Constitucional) que comprometa
seriamente el contenido protegido de algún derecho de
naturaleza constitucional (artículo 5° inciso 1 del Código
Procesal Constitucional). Sin estos presupuestos básicos, la
demanda resultará improcedente.
En el presente caso, este Tribunal observa que las
resoluciones judiciales cuestionadas se encuentran
debidamente motivadas y, al margen de que sus
fundamentos resulten o no compartidos en su integridad por
el demandante, constituyen justificación que respalda la
decisión en cada caso, por lo que no procede su revisión a
través del proceso de amparo.

5. Que en consecuencia, no apreciándose que la pretensión


del recurrente incida en el contenido constitucionalmente
protegido de los derechos que invoca, resulta de aplicación
el inciso 1) del artículo 5.º del Código Procesal
constitucional por lo que el cuestionado auto de rechazo
liminar debe ser confirmado”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/02487-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 14
Sentencia 00367-2008-AA/TC
Demandante Sandro Aurelio Balbín Sáenz
Demandado Tercer Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia Lima
Norte

120
Petitorio Se declare nula la Resolución N.º 2, del 10 de julio de 2006,
mediante la cual el emplazado ordena la anotación de la
demanda sobre nulidad de compraventa
Fallo Improcedente
Fundamento legal Inciso 1) del artículo 5.º del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “5. Que el demandante considera que la resolución que
ordena la anotación de demanda cuestionada es atentatoria
a su derecho de propiedad al no poder disponer del bien
registrado en la Partida N.º 43335391 ya que cuenta con un
gravamen. De lo descrito y de autos este Colegiado
entiende que la Resolución que ha ordenado la anotación de
demanda no lesiona ni restringe per se el derecho
reclamado, ya que el recurrente puede disponer de su bien
inmueble. En todo caso, lo que se discute en el proceso
cuestionado en torno de la nulidad de compraventa no
puede considerarse arbitrario mientras no se aprecie su
resultado. A tales efectos incluso el propio demandante, a
fin de resguardar sus derechos podrá solicitar su
incorporación a dicho proceso.

6. Que por consiguiente los hechos cuestionados no se


encuentran dentro del contenido constitucionalmente
relevante del derecho invocado, resultando aplicable el
mencionado artículo 5 inciso 1)”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00367-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 15
Sentencia 06408-2007-AA/TC
Demandante Procurador Público de los Asuntos Judiciales del Ministerio
de Educación
Demandado Quinto Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia de
Trujillo
Petitorio Se suspenda la ejecución de la medida de lanzamiento y se
declare nula la Resolución N.º 48 del 20 de mayo de 2003
recaída en el proceso sobre desalojo por ocupación precaria

121
(Exp. N.º 1511-98)
Fallo Improcedente
Fundamento legal Inciso 1) del artículo 5.º del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “6. Que del escrito de la demanda que corre de fojas 95 a
107 de autos se infiere que la propiedad del bien materia de
litis en el proceso de desalojo que viene cuestionando la
entidad demandante no está definida en su favor. En tales
circunstancias no puede pretenderse utilizar el amparo
como un mecanismo de reconocimiento de un derecho no
acreditado a plenitud.

7. Que por otra parte y en complemento de lo señalado


resulta oportuno recordar que el proceso de desalojo por
ocupación precaria de acuerdo a lo dispuesto por el Código
Procesal Civil en su artículo 586º puede ser entablado por:
“(...) el propietario, el arrendador, el administrador y todo
aquel que, salvo lo dispuesto en el Artículo 598, considere
tener derecho a la restitución de un predio (...)”. Se infiere
de dicho dispositivo que el proceso de desalojo no
comprende el reconocimiento del derecho de propiedad por
su carácter sumario sino uno de índole legal como es el de
posesión. En dicho contexto este Tribunal considera que la
demandante invoca la lesión a un derecho de índole infra-
constitucional que no puede ser tutelado por medio del
proceso de amparo, resultando de aplicación el artículo 5,
inciso 1), del CPConst.”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/06408-2007-AA
%20Resolucion.html

122
Muestra 16
Sentencia 00163-2007-AA/TC
Demandante Domitila Callupe Vda. de Arzapalo
Demandado Juzgado Mixto de Junín
Petitorio Se declare ineficaz la Resolución N.° 38, de fecha 28 de
abril de 2004 y se ordene se vuelva a emitir nueva
resolución y se declare ineficaces e insubsistentes todos los
actos procesales que se suscitaron en materia de ejecución
de vehículo
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 37º de la Ley N.º 23506
Pronunciamiento “3. Que lo señalado precedentemente permite establecer
que en realidad el acto presuntamente lesivo no se
encuentra en la Resolución N.º 38 –cuestionada por la
recurrente en su petitorio-, sino en la resolución de 21 de
enero de 2002, por la cual, confirmando la apelada, la Sala
desestima la petición de desafectación en su momento
deducida. Ahora bien, dado que la resolución de la que
proviene el presunto acto lesivo, fue de conocimiento de la
recurrente, al menos, ya el 23 de enero de 2003, y que la
demanda de amparo fue presentada recién el 13 de julio de
2004, puede concluirse que ésta ha sido interpuesta de
manera ostensiblemente extemporánea al plazo de 60 días
establecido por el artículo 37º de la Ley N.º 23506,
aplicable al caso en atención al principio de temporalidad
de las normas, de modo que, respecto a este extremo, la
demanda resulta improcedente.

4. Que adicionalmente y sin perjuicio de lo señalado


precedentemente cabe precisar que si la demanda de
tercería interpuesta por la recurrente fue promovida con la
finalidad de cuestionar las medidas cautelares dictadas en
el Expediente N.º 374-99, a donde precisamente fue dictada
la Resolución N.º 38 materia del presente proceso
constitucional, quiere ello decir que la demanda también
resulta improcedente en atención al inciso 3 del artículo 6º

123
de la antes citada Ley N.º 23506”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00163-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 17
Sentencia 05514-2007-AA/TC
Demandante Florián Jurgen Therman
Demandado Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del
Cusco
Petitorio El recurrente afirma haber solicitado la nulidad de la
referida Resolución N° 35, la que a su vez fue apelada y
confirmada mediante la resolución de fecha 29 de diciembre
de 2006.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Inciso 1) del artículo 5º del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “4. Que sin ingresar al fondo de las cuestiones propuestas
en el presente caso este Colegiado observa que las
resoluciones que se cuestionan no inciden en el ámbito
constitucionalmente protegido del derecho a la cosa
juzgada que invoca como derecho vulnerado el recurrente.
Esto porque al tratarse de resoluciones de variación de una
medida cautelar, esta variación no supone en ningún caso
la afectación a la cosa juzgada, pues conforme lo han
puesto de manifiesto las propias instancias judiciales al
motivar las resoluciones que se cuestionan (fundamento
cuarto de la Resolución N.º 38), las medidas cautelares que
en su momento fueron suspendidas correspondían a montos
y personas diferentes y fueron levantadas sobre la base de
argumentos distintos a los que sirvieron de justificación
para ejecutar la medida contra el recurrente.

5. Que siendo esto así y toda vez que los hechos contenidos
en la demanda no guardan relación directa con el contenido
constitucionalmente protegido del derecho que se invoca,
ésta resulta improcedente en aplicación el inciso 1) del

124
artículo 5º del Código Procesal Constitucional”.

URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05514-2007-AA
%20Resolucion.html

3. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 15 de enero de 2009

Muestra 18
Sentencia 01537-2008-AA /TC
Demandante Fernando Rodríguez Canepa
Demandado Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República
Petitorio Se declare la nulidad de lo resuelto por la Sala Civil
Transitoria mediante resolución de fecha 6 de setiembre de
2006, que aprueba el desistimiento del recurso de casación
formulado por Red Global Sociedad Anónima, y da por
concluido el proceso. Asimismo solicita que se ordene al
citado órgano jurisdiccional que se pronuncie sobre el fondo
del recurso de casación.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5°, inciso 1) del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “4. Que sobre el particular el Tribunal Constitucional en
reiterada jurisprudencia ha sostenido que el artículo 5°,
inciso 1) del Código Procesal Constitucional constituye un
presupuesto procesal de observancia obligatoria cuando se
trata de identificar la materia que puede ser de
conocimiento en procesos constitucionales como el amparo.
En efecto, procesos como el amparo, por la propia
naturaleza del objeto a proteger, sólo tutelan pretensiones
que están relacionadas con el ámbito constitucional de un
derecho fundamental susceptible de protección en un
proceso constitucional. Así, no pueden ser conocidas en un
proceso como el amparo: i) Pretensiones relacionadas con
otro tipo de derechos (de origen legal, administrativo, etc.),
lo que requiere ciertamente de una precisión: el hecho de

125
que un derecho se encuentre regulado en una ley,
reglamento o acto de particulares no implica per se que
carezca de fundamentalidad o relevancia constitucional y
consecuentemente no sea susceptible de protección en la
jurisdicción constitucional, pues existe un considerable
número de casos en los que la ley, el reglamento o el acto
entre particulares tan sólo desarrollan el contenido de un
derecho fundamental de manera que este contenido, por
tener relevancia constitucional, sí es susceptible de
protección en la jurisdicción constitucional. Lo que no es
protegible en un proceso constitucional es aquel contenido
de una ley, reglamento o acto de particulares que carezca
de fundamentalidad o relevancia constitucional. Por
ejemplo, un derecho sin relevancia constitucional, es el
derecho se posesión regulado por el artículo 896° del
Código Civil o los beneficios de combustible o chofer para
militares regulados en el Decreto Ley N.° 19846. ii)
Pretensiones que, aunque relacionadas o no con el
contenido constitucional de un derecho fundamental, no son
susceptibles de protección en un proceso constitucional sino
en un proceso ordinario. Así, por ejemplo, no se protegen en
el amparo contra resoluciones judiciales aquellas
pretensiones mediante las cuales se persigue una nueva
valoración de la prueba o la determinación de la validez de
un contrato, entre otras.

Que de la revisión de autos este Colegiado estima que la


pretensión del recurrente debe ser desestimada toda vez
que, como se ha expuesto en el fundamento 4 de la presente,
en sede constitucional resulta vedado pronunciarse respecto
de competencias exclusivas de la jurisdicción ordinaria, a
menos que con tal proceder se denote comportamiento
arbitrario o irrazonable, que no es el caso. Por lo que es de
aplicación al caso el artículo 5°, inciso 1) del Código

126
Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00813-2008-
AA.html

4. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 20 de enero de 2009

Muestra 19
Sentencia 03275-2007-AA/TC
Demandante Organización de Sistemas Colectivos S.A.C. (ORSICOL
S.A.C)
Demandado Juez del Cuadragésimo Octavo Juzgado Especializado en lo
Civil de Lima
Petitorio Se declare nula y sin efecto la Resolución N.° 157, de fecha
19 de julio de 2006, que ordena convoque a tercer remate el
inmueble de su propiedad.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículos 5, inciso 10 y 44 del Código Procesal
Constitucional
Pronunciamiento “6. Que, sin perjuicio de lo anteriormente expuesto, cabe
afirmar que del análisis del escrito de demanda se advierte
que, aun cuando la dirige contra la Resolución N.º 157, lo
que el recurrente cuestiona es el fondo de lo resuelto en el
proceso ordinario, alegando que se pretende ejecutar un
bien inmueble que es de propiedad del recurrente y no de la
ejecutada en el proceso ordinario. Sin embargo, si tal fuera
la pretensión de la recurrente, cabe observar que tal
cuestión no puede ser sometida a análisis en el presente
proceso debido a que la resolución que resolvió el fondo de
la controversia constituye una resolución consentida, al no
haber sido oportunamente impugnada a través del proceso
de amparo. En efecto, de la lectura de la resolución de
fecha 11 de julio de 2005, que resuelve el recurso de
casación, se advierte que ésta declaró infundado el recurso
interpuesto contra la resolución expedida por la Sexta Sala

127
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima la cual, a su
vez, confirmó la resolución apelada que declaró infundadas
“las contradicciones planteadas por la ejecutada y los
litisconsortes” (Cfr. fojas 45 del cuaderno principal).
7. Que, en tal sentido, si el objeto de presente proceso
habría de centrarse en la resolución que resuelve el fondo
de la controversia, ello no sería posible debido a que la
resolución que resuelve el recurso de casación fue expedida
el 11 de julio de 2005, mientras que la demanda de amparo
analizada fue interpuesta recién el 10 de agosto de 2006,
esto es, de manera evidentemente extemporánea al plazo de
30 días que establece el artículo 44º del Código Procesal
Constitucional y, por tanto, también respecto a este
extremo, la demanda resulta improcedente, en atención a lo
dispuesto por el artículo 5, inciso 10, del citado Código”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/03275-2007-AA
%20Resolucion.html

5. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 21 de enero de 2009

Muestra 20
Sentencia 00450-2008-AA/TC
Demandante Rafael Juan Zárate Flores
Demandado Juez del Décimosétimo Juzgado Civil de Lima
Petitorio Se declare la nulidad de la Resolución de Vista N.° 02, de
fecha 11 de julio de 2006, expedida en el proceso de
obligación de dar suma de dinero seguido por Cooperativa
de Vivienda de la Policía de Investigaciones del Perú en su
contra.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 44 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “6. Que conforme se observa de autos (fojas 17 y 32), las
resoluciones dictadas en etapa de ejecución y que pretenden

128
ser dejadas sin efecto mediante el presente proceso datan
del año 2004; sin embargo, el demandante dedujo nulidad
insubsanable de los actuados procesales recién con fecha
21 de marzo de 2006, es decir, después de haber
transcurrido aproximadamente dos años; habiendo las
instancias judiciales rechazado tal pedido de nulidad,
precisamente por haber sido presentado
extemporáneamente (fojas 35 y 50). Ello pone en evidencia
que la presentación de dicho pedido de nulidad, tenía como
única finalidad el habilitar un plazo para interponer el
presente proceso de amparo, dado que el plazo ya había
vencido en exceso.

7. Que siendo así la presente demanda debe ser declarada


improcedente en aplicación del artículo 4° del Código
Procesal Civil, toda vez que el recurrente dejó consentir las
resoluciones que supuestamente habrían afectado los
derechos que invoca, al no haberlas cuestionado
oportunamente en el trámite del mismo proceso ordinario
que ahora cuestiona”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00450-2008-AA
%20Resolucion.html

6. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 22 de enero de 2009

Muestra 21
Sentencia 03306-2006-AA/TC
Demandante José Gregorio Perea Cáceres
Demandado Sala de Derecho Social y Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia de la República
Petitorio Se dejen sin efecto las sentencias expedidas por los
emplazados en el proceso de nulidad del acto de
incorporación del actor al régimen de pensiones del Decreto
Ley N.º 20530; y que, en consecuencia, se restituyan su

129
incorporación al régimen pensionario del Decreto Ley N.º
20530, así como la aplicación del artículo 11.º de la Ley N.º
23506.
Fallo Fundada
Fundamento legal Artículo 139.º, inciso 3), de la Constitución
Pronunciamiento “7. En el caso de autos la ONP interpone demanda de
conformidad con lo señalado en la Ley N.º 26835; sin
embargo el propio Tribunal ya se había pronunciado sobre
el particular, como se ha expuesto anteriormente, por lo que
dicho proceso de nulidad de incorporación al régimen
pensionario del Decreto Ley N.º 20530 fue indebidamente
iniciado por la ONP (que carecía de legitimidad), violando
el principio de la inmutabilidad de la cosa juzgada previsto
en el artículo 139º, inciso 13), de la Constitución Política
del Perú, impidiendo que el demandante, en calidad de
beneficiado de la sentencia de amparo de fecha 7 de junio
de 1995, la pueda ejecutar, vulnerándose así la tutela
judicial efectiva consagrada en el artículo 139.º, inciso 3),
de la Constitución, por lo que la demanda merece ser
acogida en sede constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/03303-2006-
AA.html

Muestra 22
Sentencia 00368-2008-AA/TC
Demandante Ricardo Reyes Arica
Demandado Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima,
Petitorio Se declare la nulidad de la resolución de vista de fecha 18 de
agosto de 2005
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 200.1 de la Constitución
Pronunciamiento “3. Que de autos se aprecia que el demandante pretende
cuestionar lo resuelto en un proceso constitucional en el
que, conforme a la sentencia recaída en el Exp. N.º 4853-
2004-AA, Caso Dirección General de Pesquería y bajo el
marco de lo establecido por el Código Procesal

130
Constitucional, este Tribunal ha establecido una serie de
reglas constitutivas de precedente vinculante así como
criterios doctrínales de observancia obligatoria. Así se tiene
que la procedencia de dicho régimen se encuentra sujeta a
las siguientes líneas de razonamiento: a) Su procedencia se
condiciona a los casos en que la vulneración constitucional
resulte evidente o manifiesta, b) Su habilitación sólo opera
por una sola y única oportunidad, c) Resulta pertinente
tanto contra resoluciones judiciales estimatorias como
contra las desestimatorias, d) Su habilitación se condiciona
a la vulneración de uno o más derechos constitucionales,
independientemente de la naturaleza de ellos, e) Procede en
defensa de la doctrina vinculante establecida por el
Tribunal Constitucional, f) Se habilita en defensa de los
terceros que no han participado en el proceso constitucional
cuestionado y cuyos derechos han sido vulnerados, así
como respecto del recurrente que por razones
extraordinarias no pudo acceder el agravio constitucional,
g) No es pertinente como mecanismo de defensa de los
precedentes vinculantes establecidos por el Tribunal
Constitucional, y h) No procede en contra de las decisiones
emanadas del Tribunal Constitucional.

4. Que en el presente caso el demandante cuestiona lo


resuelto en un primer proceso constitucional de amparo que
ha sido materia de conocimiento y pronunciamiento por el
Tribunal Constitucional mediante la sentencia recaída en
Exp. N.º 1362-2006-PA/TC, que corre a fojas 15 de autos,
resultando, por consiguiente, manifiestamente
improcedente”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00368-2008-AA
%20Resolucion.html

131
Muestra 23
Sentencia 01868-2008-AA/TC
Demandante Rosa Jesús Arnao Ramírez
Demandado Quinto Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima Norte
Petitorio Se dejen sin efecto, entre otras resoluciones señaladas en el
petitorio de la demanda (folio 34), la resolución judicial de
14 de septiembre de 2001 (folio 3). Aduce que tales
resoluciones judiciales vulneran su derecho fundamental al
debido proceso. Argumenta que en el proceso judicial
ordinario por pago de mejoras.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5º.3 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “2. Que de acuerdo con el artículo 5º.3 del Código
Procesal Constitucional, “[n]o proceden los procesos
constitucionales cuando: (…) [e]l agraviado haya
recurrido previamente a otro proceso judicial para pedir
tutela respecto de su derecho constitucional”. De autos
se aprecia que la recurrente interpuso demanda de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, proceso en el cual
cuestiona, bajo los mismos argumentos, los actos
judiciales supuestamente lesivos de su derecho al debido
proceso y que ahora cuestiona a través del presente
proceso de amparo (folios 23-30). En ese sentido, al
haber recurrido la demandante al proceso judicial de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, la presente
demanda debe ser desestimada”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/01868-2008-AA
%20Resolucion.html

7. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 26 de enero de 2009

Muestra 24
Sentencia 01287-2008-PA/TC
Demandante Manuel Rosvel Gómez Tesheyra
Demandado Juzgado Especializado en lo Civil de San Martín
Petitorio Se declaren nulas la resolución N.º 2, de fecha 2 de

132
noviembre de 2005, que admite a trámite la demanda de
ejecución de garantía interpuesta por la Caja Municipal de
Ahorro y Crédito de Paita Agencia Tarapoto contra la
Constructora y Comercializadora Alegría S.A.C., y todas las
demás resoluciones emitidas en el expediente N.º 2005-768.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5°, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “3. Que por su parte la Sala Superior competente
confirmó la apelada argumentando que de autos no se
evidencia la violación de los derechos invocados por el
accionante; en tanto este ha gozado de tutela jurisdiccional
efectiva y ejercido los derechos de defensa, de impugnación
y de instancia plural al interponer recurso de apelación
contra la resolución de primera instancia que consideró
agraviante; que de lo expuesto se advierte que lo que viene
cuestionando el actor es la apreciación de hechos y el
criterio jurisdiccional adoptado por los magistrados
emplazados al interior de un proceso civil de su
competencia, con la evidente finalidad de obtener un nuevo
pronunciamiento que satisfaga sus pretensiones, lo que no
es viable a través del presente proceso constitucional.
5. Que de la revisión de autos concluimos que la
pretensión del recurrente debe ser desestimada, toda vez
que, como se ha expuesto en el fundamento 3 de la presente,
en sede constitucional resulta vedado pronunciarse respecto
de competencias exclusivas de la jurisdicción ordinaria,
como son en este caso: i) la idoneidad o no de los medios
probatorios ofrecidos para promover proceso de ejecución
de garantías; y ii) la aplicación o no de los artículos 720º y
722º del Código Procesal Civil por parte del juez, por lo
que es de aplicación el artículo 5°, inciso 1), del Código
Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/01287-2008-AA
%20Resolucion.html

133
Muestra 25
Sentencia 01755-2007-AA/TC
Demandante Sociedad Minera de Responsabilidad Limitada “El Molino
de Cajamarca”
Demandado Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
Petitorio Se deje sin efecto la resolución de fecha 18 de agosto de
2005, que declara improcedente el recurso de apelación de
la recurrente en el proceso que siguió sobre anulación de
laudo arbitral.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5°, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “5. Que en el presente caso, a juicio del Tribunal, la
pretensión del recurrente no incide en el contenido
constitucionalmente protegido del derecho a la pluralidad
de instancia, habida cuenta que: i) la decisión de una
persona para someter una controversia determinada al
conocimiento de un tribunal arbitral (uni o pluripersonal)
conlleva una renuncia expresa a que dicha litis sea resuelta
a través del órgano constitucional investido por la
Constitución para ejercer la potestad jurisdiccional y, por
tanto, que su desarrollo se realice con determinadas
garantías formales que integran el derecho al debido
proceso; y ii) además del derecho a ser juzgado por un juez
predeterminado por la ley, cuya renuncia es ínsita a la
decisión de someterse a un tribunal arbitral, otra de las
garantías formales del debido proceso a las que se renuncia
con dicha decisión lo constituye el derecho a la pluralidad
de instancias, cuya titularidad y ejercicio está previsto sólo
para el caso de las personas que deciden someter sus
diferencias ante el Poder Judicial. En sede arbitral, en
efecto, no está constitucionalmente garantizado que una
determinada controversia necesariamente tenga que ser
resuelta por una instancia plural; consecuentemente, no
encontrándose la pretensión dentro del contenido
constitucionalmente garantizado del derecho a la
pluralidad de instancias, el Tribunal Constitucional

134
considera que es de aplicación el inciso 1) del artículo 5º
del Código Procesal Constitucional, por lo que la demanda
debe desestimarse”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/01755-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 26
Sentencia 02986-2007-AA/TC
Demandante Luis Alberto Flores Vivanco
Demandado Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República
Petitorio Se declare la nulidad de la resolución s/n derivada de la
Casación N.º 2690-2004- Lima, del 21 de noviembre de
2005, que declara infundado dicho recurso.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5.1 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “6. (…) se aprecia que el recurrente pretende cuestionar
una decisión judicial en la que luego de efectuarse una
valoración de los hechos, se ha determinado la legitimidad
de los mismos.

7. Que sobre el particular el Tribunal Constitucional


debe recordar que el proceso de amparo contra
resoluciones judiciales tiene circunscrito su ámbito de
competencia a la protección de aquellos derechos
fundamentales que se encuentren directamente afectados
por una decisión judicial, no resultando procedente cuando
se pretenda cuestionar decisiones de exclusiva competencia
de los jueces ordinarios, salvo que se observe un
comportamiento manifiestamente irrazonable, que no es el
caso.

8. Que por tanto se advierte que los hechos y el petitorio


de la demanda no se encuentran relacionados de manera
directa con el contenido constitucionalmente protegido de

135
los derechos invocados, resultando de aplicación el artículo
5.1 del Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/02986-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 27
Sentencia 06322-2007-AA/TC
Demandante Energy Services S.A.
Demandado Juez del Vigésimo Sexto Juzgado Laboral de Lima
Petitorio Se declare la nulidad de la sentencia expedida en el proceso
de pago de beneficios sociales que sigue don Christian
Franklin Gonzales Corrales contra Energy Services del Perú
SAC (Exp. N°358-2004), y que en consecuencia se declare
insubsistente e ineficaz el cobro de la suma de dinero
dispuesta en la referida sentencia.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 4° del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “5. Que en efecto, tal como se desprende de autos, en el
proceso materia de análisis, la recurrente no interpuso
ningún medio impugnatorio contra la sentencia que ahora
pretende dejar sin efecto a través del presente proceso de
amparo, pretendiendo justificar dicha omisión, conforme se
observa en su recurso de apelación y de agravio, alegando
que no se apersonó al cuestionado proceso laboral ni
formuló recurso alguno contra la sentencia en razón a que
no era parte en tal proceso.

6. Que no obstante, dicho argumento no resulta atendible,


pues conforme se aprecia de la propia sentencia que es
materia del presente proceso, la instancia judicial
determinó con toda claridad que la empresa demandada y
la recurrente forman parte del mismo grupo empresarial en
el que concurren, no solo los mismos accionistas y
directivos, sino que también comparten el mismo domicilio
en el que se ha venido notificando las resoluciones del

136
proceso laboral en cuestión, por lo que tampoco puede
alegar desconocimiento de la referida sentencia que no
impugnó oportunamente.

En consecuencia, la demanda resulta improcedente, en


aplicación del artículo 4° in fine del Código Procesal
Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/06322-2007-AA
%20Resolucion.html

8. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 27 de enero de 2009

Muestra 28
Sentencia 01434-2008-AA/TC
Demandante Estudio Irigoyen Asociados SCRL
Demandado Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República
Petitorio Solicita la nulidad de la Resolución Judicial Cas. N.º 3146-
2005, que declara fundado el recurso de casación
Fallo Improcedente
Fundamento legal Inciso 1) del artículo 5.º del Código Procesal constitucional
Pronunciamiento “3. Que del análisis de la demanda, así como de sus
recaudos, este Colegiado considera que en el presente caso
la pretensión del recurrente no esta referida al ámbito
constitucionalmente protegido de los derechos que invoca,
puesto que son atribuciones del Juez ordinario modular los
efectos de sus sentencias, siendo que forma parte de su
discrecionalidad inclinarse o optar por cualesquiera de las
alternativas propuestas por la norma procesal para
completar sus decisiones, debiendo orientarse no solo por
las reglas procesales establecidas para tal propósito, sino
también, por los principios de celeridad y economía
procesal en la solución de controversias, no siendo de
competencia ratione materiae de los procesos
constitucionales evaluarlas, salvo que éstas y sus efectos

137
superen el nivel de razonabilidad y proporcionalidad que
toda decisión debe suponer, afectando -con ello- de modo
manifiesto y grave cualquier derecho fundamental, lo que
no ha ocurrido en el presente caso”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/01434-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 29
Sentencia 01521-2007-AA/TC
Demandante Wenceslao Francisco Zegarra Oviedo
Demandado Juez Laboral de la Corte Superior de Justicia de Tacna
Petitorio Se declare la nulidad e insubsistencia de las sentencias de
primera y segunda instancia expedidas en el proceso laboral
signado con el Expediente N.º 126-2002
Fallo Nulo todo lo actuado en esta sede y disponer que la Sala
Civil de la Corte Superior de Tacna, eleve los actuados a la
Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de la República
Fundamento legal Artículo 202.º, inciso 2), de la Constitución
Pronunciamiento “4. Que en el presente caso, como se aprecia, la Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna, en primer
grado declaró improcedente la demanda y la Sala Mixta
Transitoria de la Corte Superior de Justicia de Tacna,
órgano jurisdiccional de emergencia que en mérito de la
Resolución Administrativa N.º 012-2007-P-CSJT-PJ se
avocó al conocimiento de la causa durante el periodo
vacacional, ordenó se eleve los actuados a la Sala de
Derecho Constitucional y Social; sin embargo, conforme se
advierte de los actuados y al haber ocurrido una incorrecta
alzada al Tribunal Constitucional, se ha producido un vicio
insubsanable, correspondiendo devolver los autos a la Sala
Civil correspondiente, a fin de que ésta eleve los actuados a
su superior jerárquico para que conozca el recurso de
apelación concedido”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/01521-2007-AA
%20Resolucion.html

138
Muestra 30
Sentencia 01775-2008-AA/TC
Demandante Carlos Jaime Florián Nava
Demandado Sala de Familia de Lima
Petitorio Solicita la nulidad de la Resolución de fecha 13 de
diciembre de 2006 que declaró improcedente el recurso de
casación
Fallo Improcedente
Fundamento legal Inciso 1 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “3. Que desde fojas 3 a 9 de autos corren las resoluciones
cuestionadas por el recurrente, de las cuales se puede
desprender que dentro del proceso ordinario de violencia
familiar los jueces demandados, a efecto de estimar la
pretensión, evaluaron las instrumentales aportadas por las
partes, tales como fotografías, testimonios e informes
médicos de embarazo. A esto debe, añadirse que el
demandante refiere que con doña Juana Paulina Orihuela
Gutiérrez ha mantenido relaciones contractuales y que en
razón de ello debería aplicarse el artículo 2, inciso f); de la
Ley N.º 26763, sin embargo no obra en el expediente ningún
documento que acredite lo afirmado por el demandante.
4. Que este Tribunal no advierte que los hechos alegados
se refieran al contenido constitucionalmente protegido de
los derechos invocados, por lo que a la demanda le resulta
aplicable lo dispuesto por el inciso 1 del artículo 5 del
Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/01775-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 31
Sentencia 03952-2008-AA/TC
Demandante Nicolás Segundo Chorres Namuche
Demandado Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia
Petitorio Solicita la nulidad del auto clasificatorio del recurso de
casación N.° 2377-07

139
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “5. Que de la revisión de los autos se advierte que no
existe relación alguna entre los hechos y petitorio de la
demanda con el contenido constitucionalmente protegido
del derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional
efectiva. En efecto, este Tribunal Constitucional considera
que la resolución cuestionada se encuentra debida y
adecuadamente motivada. Y ello porque los vocales
firmantes de la referida resolución simplemente han
explicitado que la presunción dispuesta en el artículo 461
del Código Procesal Civil no exime a la parte demandante
de acreditar lo que afirma en el proceso. Por consiguiente,
es evidente que mediante la demanda de amparo se
pretende cuestionar decisiones de exclusiva competencia de
los jueces ordinarios, siendo de aplicación, por lo tanto, el
artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/03952-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 32
Sentencia 06438-2007-AA/TC
Demandante José Huamán Torbisco
Demandado Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República
Petitorio Se declare nula la resolución de fecha 17 de octubre de
2006, que declaró infundado el recurso de casación
interpuesto contra la resolución de la Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima, que a su vez, declaró
improcedente su demanda de tercería planteada contra el
Banco de Crédito del Perú y otro.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “4. Que, de la revisión de autos, el Tribunal
Constitucional estima que la pretensión del recurrente debe
ser desestimada, toda vez que la sede constitucional no se
pronuncia sobre: i) si en un caso concreto se cumplen o no

140
con los requisitos de admisibilidad exigidos por el artículo
535º del Código Procesal Civil, sobre tercería de propiedad,
específicamente, si un determinado documento privado
adjuntado en la demanda es o no uno de fecha cierta; ii) si
tal documento prueba o no un determinado derecho; o iii) si
en tal proceso civil procede o no declarar la improcedencia
liminar de la demanda, por lo que es de aplicación el
artículo 5° inciso 1) del Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/06438-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 33
Sentencia 00310-2008-AA/TC
Demandante Francisca Lilia Vásquez Romero
Demandado Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República
Petitorio Solicita la nulidad de la resolución N.º 19-2005 del 19 de
abril de 2006, la Sala Suprema emplazada, que confirma la
resolución N.º 3 de fecha 26 de octubre de 2004 expedida
por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Chimbote, que declaró improcedente la demanda de
responsabilidad civil que interpuso contra el Estado y contra
el titular del Juzgado Mixto de Casma
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “4. Que de la revisión de autos este Tribunal considera
que lo que se persigue mediante el presente proceso
constitucional es revertir el resultado de un proceso que le
fue adverso a la demandante, no evidenciándose que los
hechos reclamados se encuentren referidos al contenido
constitucionalmente protegido de los derechos reclamados.
En tales circunstancias resulta de aplicación lo establecido
en el inciso 1) del artículo 5º del Código Procesal
Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00310-2008-AA
%20Resolucion.html

141
Muestra 34
Sentencia 00580-2008-AA/TC
Demandante Mercedes Berta Juscamayta Altamirano
Demandado Juez del Décimo Primer Juzgado Civil de Lima
Petitorio Se deje sin efecto la sentencia de fecha 20 de diciembre de
2004 expedida en el proceso de obligación de dar suma de
dinero seguido en su contra (…), así como nulo todo lo
actuado con posterioridad a dicha resolución.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “6. Que en consecuencia, no apreciándose que los
hechos ni la pretensión de la demanda incidan en el
contenido constitucionalmente protegido de los derechos
que invoca, este Colegiado considera que, en el presente
caso, resulta de aplicación el inciso 1) del artículo 5° del
Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00580-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 35
Sentencia 06418-2007-AA/TC
Demandante Proyecto Especial de Infraestructura de Transporte Nacional
– Provías Nacional
Demandado Sala Especializada en Derecho Constitucional de la Corte
Superior de Justicia de Lambayeque
Petitorio Se declare la nulidad de la resolución Nº 20 de fecha 5 de
setiembre de 2006, la misma que en segunda instancia
declara fundada la demanda de amparo (…) (que) ordena la
inmediata reincorporación de (…) (un) trabajador.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “6. Que en consecuencia el Tribunal Constitucional
considera que la pretensión del recurrente debe ser
desestimada, por resultar evidente que ésta sólo pretende
desnaturalizar el presente proceso constitucional, siendo de
aplicación el artículo 5º inciso 1 del Código Procesal
Constitucional.

142
7. Que adicionalmente conviene precisar que antes de
interponer un nuevo proceso de amparo con evidente ánimo
de dilatar el cumplimiento de una sentencia constitucional,
lo que corresponde a las instancias administrativas de la
referida entidad demandante es dar pleno cumplimiento a lo
resuelto por las instancias judiciales en el proceso de
amparo en cuestión, teniendo el respectivo juez de ejecución
expeditas sus facultades para que conforme a los artículos
22º y 59º del Código Procesal Constitucional se dé el
cumplimiento efectivo de la sentencia”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/06418-2007-AA
%20Resolucion.html

9. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 28 de enero de 2009

Muestra 36
Sentencia 02240-2008-AA/TC
Demandante Fernando Alberto Díaz Soriano
Demandado Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lim
Petitorio Se declaren nulas: i) la resolución N.º 2 de fecha 16 de
febrero de 2005, que admite a trámite la ejecución de acta de
conciliación extrajudicial, ii) la resolución N.º 17, de fecha
14 de diciembre de 2006, que declara improcedente su
pedido de nulidad; y iii) la resolución s/n de segunda
instancia de fecha 10 de mayo de 2007 que confirma la
resolución N.º 17
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “5. Que de la revisión de autos este Colegiado considera
que la pretensión del recurrente debe ser desestimada, toda
vez no existen suficientes elementos que generen
verosimilitud en cuanto a que el recurrente sea el
propietario de los bienes muebles afectados por la
ejecución del acta de conciliación extrajudicial, más aún si
se tiene en cuenta que en este proceso constitucional resulta

143
imposible verificar qué bienes (máquinas, rodillos,
polímetros, etc.) debieron o no debieron ser materia de
ejecución, por lo que es de aplicación el artículo 5º, inciso
1) del Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/02240-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 37
Sentencia 05178-2007-AA/TC
Demandante Representaciones e Importaciones Miguel Ángel E.I.R.L.
Demandado Primera Sala Civil de la Corte Superior de Lambayeque
Petitorio Solicita se declare la nulidad de la Resolución N.° 163, de
fecha 11 de diciembre de 2003 y de la Resolución N.° 164,
de 13 de enero de 2004, expedida en el cuaderno cautelar
del proceso de obligación de dar suma de dinero
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “3. Que la resolución N.º 164 declaró infundada la
solicitud de pérdida de contracautela planteada por la
recurrente, ordenándole que devuelva al Banco ejecutante
la suma de $ 200, 000. 00. La recurrente cuestiona esta
resolución afirmando que es nula al haber sido expedida en
una vista de la causa donde aún no se había resuelto la
recusación planteada. Esta resolución no afecta derecho
alguno de la recurrente debido a que la recusación contra
la Sala que expidió la Resolución N.º 164 no fue acogida,
de modo que el órgano que habría de expedir esta
resolución no podía ser uno distinto al mismo que la
expidió. Dicho en otros términos, si la recusación contra un
órgano fue desestimada, la resolución que él expidió –la N.º
164- es válida y no puede ser objetada por un presunto vicio
de incompetencia.

4. Que en consecuencia, dado que el hecho descrito


como presuntamente lesivo no tiene relación directa con el
contenido constitucionalmente protegido de derecho

144
constitucional alguno, la demanda incurre en la causal de
improcedencia establecida por el artículo 5º, inciso 1, del
Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05178-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 38
Sentencia 06413-2007-AA/TC
Demandante Edgar Constantino Martel Aranda y doña Hermelinda
Norma Guerra Vílchez
Demandado Primer Juzgado Mixto de Villa María del Triunfo
Petitorio Se deje sin efecto la resolución N.° 10, de fecha 29 de enero
de 2007, recaída en el proceso de obligación de dar suma de
dinero
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “5. Que de ello se desprende que en el caso de autos los
recurrentes pretenden convertir el proceso de amparo en
una nueva instancia para rebatir cuestiones
procedimentales que no solo no constituyen objeto de los
procesos constitucionales, sino que ya han sido
debidamente respondidas por las instancias judiciales, las
cuales al rechazar los recursos presentados han motivado
adecuadamente las resoluciones cuestionadas por lo que no
se les puede imputar violación alguna de los derechos que
alegan los recurrentes.

6. Que en consecuencia, no apreciándose que los hechos


ni la pretensión de la demanda incidan en el contenido
constitucionalmente protegido del derecho que se invoca,
este Colegiado considera que resulta de aplicación el inciso
1) del artículo 5° del Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/06413-2007-AA
%20Resolucion.html

145
Muestra 39
Sentencia 04849-2007-AA/TC
Demandante Florian Jürgen Thermann
Demandado Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Cusco
Petitorio Solicita que se declare la nulidad de la resolución de vista de
fecha 22 de agosto de 2005, expedida en el proceso de
indemnización de daños y perjuicios seguido en su contra
por una interpretación errónea de ciertas normas procesales
y omitiendo aplicar las normas pertinentes.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “6. Que en ese sentido siendo que la pretensión de la
demanda se centra en cuestionar la aplicación e
interpretación de la ley procesal civil referida a la condena
y pago de costas y costos del proceso, sin que de tales
actuaciones se pueda desprender la violación manifiesta de
algún derecho fundamental, en la medida que se encuentran
debidamente motivadas, la demanda resulta improcedente
resultando de aplicación el inciso 1) del artículo 5° del
Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/04849-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 40
Sentencia 04858-2007-AA/TC
Demandante Edilberto Jiménez Rodríguez
Demandado Juez del Segundo Juzgado de Familia
Petitorio Se declare inaplicable la resolución N.º 14 de fecha 22 de
setiembre de 2005, que declara improcedente por
extemporáneo el recurso de apelación interpuesto contra la
sentencia de fecha 1 de setiembre de 2005, que a su vez le
ordena asistir a su esposa y a su menor hija con una pensión
alimenticia mensual, en el proceso de alimentos seguido en
su contra.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “5. Que sobre el particular este Colegiado considera
que la demanda debe ser desestimada, pues más allá de que

146
se ha excedido el respectivo plazo de prescripción para
cuestionar tales resoluciones mediante este proceso
constitucional, resulta evidente que la pretensión del
recurrente tiene por finalidad dejar sin efecto una decisión
de la justicia ordinaria relacionada con el pago de una
pensión alimenticia a favor de su esposa e hija, la misma
que al resultarle desfavorable, al igual que los reiterados
pedidos de nulidad, ha motivado la utilización de esta vía
constitucional, buscando convertirla en una instancia
adicional del proceso común, desnaturalizando así los fines
para los que ha sido prevista. En consecuencia, teniendo en
cuenta que los hechos y el petitorio de la demanda no
forman parte de aquel contenido constitucionalmente
protegido en este proceso constitucional, es de aplicación el
artículo 5º inciso 1) del Código Procesal Constitucional”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/04858-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 41
Sentencia 03694-2007-AA/TC
Demandante Oscar Villanueva Becerra y don José Félix Rivadeneira
Effio
Demandado Sala Mixta de Chachapoyas de la Corte Superior de Justicia
de Amazonas
Petitorio Solicitan se deje sin efecto la resolución N.º 17, de 1 de
diciembre de 2005, por la cual se declara fundada la
demanda de amparo
Fallo 1. Declarar NULA la resolución de 2 de julio de 2007,
expedida por la Sala Mixta Descentralizada de Uctubamba,
únicamente en el extremo que dispone se eleve los autos al
Tribunal Constitucional.
2. Declarar NULO todo lo actuado ante el Tribunal
Constitucional.
3. Disponer la remisión del expediente a la Sala de
Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de la

147
República, a efectos de que resuelva el recurso de apelación
interpuesto por don Oscar Villanueva Becerra y don José
Félix Rivadeneira Effio.
4. Disponer a la Sala de Derecho Constitucional y Social
de la Corte Suprema de la República que resuelva la
solicitud de incorporación al proceso de don Euclides Wálter
Luque Chuquija.
Fundamento legal Artículos 18 y 35 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “3. Que de conformidad con el artículo 18º del Código
Procesal Constitucional, el recurso de agravio
constitucional corresponde contra una “resolución de
segundo grado”, lo cual implica que este Tribunal tiene
competencia en los procesos de tutela de derechos como el
caso del amparo, sólo frente a resoluciones de “segundo
grado” o de segunda instancia, pero no frente a las
resoluciones de primer grado, como es el caso de la
resolución cuyo examen ha sido sometido a este Tribunal
por la Sala Mixta Descentralizada de Uctubamba, mediante
la resolución de 2 de julio de 2007, ya que en este supuesto
– resolución de primer grado- el medio impugnatorio es el
recurso de apelación, conforme a lo dispuesto en el artículo
35º del citado Código, cuyo conocimiento no es
competencia de este Tribunal sino de la Sala de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema de la
República.

4. Que ante este Tribunal ha solicitado incorporación al


proceso, en calidad litisconsorte facultativo, don Euclides
Wálter Luque Chuquija, solicitud que no puede ser atendida
en esta sede en atención a lo expuesto en los considerandos
precedentes; sin embargo, dicha solicitud deberá ser
resuelta por el órgano jurisdiccional que haya de intervenir
respecto al recurso de apelación interpuesto por don Oscar
Villanueva Becerra y don José Félix Rivadeneira Effio”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/03694-2007-AA

148
%20Resolucion.html

Muestra 42
Sentencia 05233-2007-AA/TC
Demandante César Villalobos Robles
Demandado Trigésimo Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de
Lima
Petitorio Se declare inaplicable cualquier mandato de lanzamiento en
el proceso sobre ejecución de garantías, toda vez que no fue
considerado en el proceso como litisconsorte necesario, pese
a que la orden judicial de desalojo lo afecta en su condición
de arrendatario.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento Que en el presente caso de la revisión de autos este
Colegiado estima que la pretensión del recurrente debe ser
rechazada. En primer término, porque si bien alega ser
inquilino del bien materia de ejecución de garantías, queda
claro, conforme se ha expresado en el parágrafo
precedente, que el presente proceso constitucional no
protege derechos como el de posesión por carecer de
relevancia constitucional directa, siendo la vía judicial
ordinaria aquella encargada de dilucidar su afectación. En
segundo lugar, pese a que el accionante alega que en el
aludido proceso ordinario se generó un estado de
indefensión en su contra, la Resolución N.º 4 de fecha 31 de
julio de 2006, obrante a fojas 61, que declara improcedente
su solicitud de apersonamiento en el proceso de ejecución
de garantías, acredita precisamente que la jurisdicción
ordinaria respondió a tal pedido, expresando que “(…) de
los avisos y cargos de notificación (…) se aprecia que el
impugnante se encontró en la posibilidad real de conocer
del proceso desde su inicio, al notificarse el mandato de
ejecución en el inmueble que ocupa (…)”, por lo que resulta
evidente su pretensión de desnaturalizar el presente proceso

149
constitucional, siendo de aplicación el artículo 5º inciso 1)
del Código Procesal Constitucional.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05233-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 43
Sentencia 04843-2007-AA/TC
Demandante Sindicato de Trabajadores de la “Compañía Rex” S.A.
Demandado Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Cono
Norte de Lima
Petitorio Solicita se deje sin efecto la nulidad de la resolución N.º
066, de 23 de agosto de 2006, por la que se confirma la
resolución N.º 1, de 24 de abril del mismo año, que a su vez
declara improcedente la “demanda sobre incumplimiento de
normas laborales” instada en la vía ordinaria por el referido
Sindicato.
Fallo 1. Declarar la Revocatoria de la resolución recurrida y de
la apelada.
2. Ordenar al Juez de origen a que admita a trámite la
demanda y la sustancie conforme a Ley.
3. Ordenar al Juez de origen que integre a la relación
procesal a la “Compañía Rex” S.A.
Fundamento legal Artículos 5, inciso 1) y 47 del Código Procesal
Constitucional
Pronunciamiento “2. Que del análisis de autos se advierte que las
resoluciones cuestionadas han declarado improcedente la
demanda instada por el Sindicato recurrente, en
representación de 253 miembros de éste, por el pago de
adeudos pendientes por la “Compañía Rex”.
3. Que este hecho detenta una evidente relevancia
constitucional y, por tanto, no puede considerarse
“manifiestamente” improcedente, para de ese modo dar
lugar a un rechazo liminar (artículo 47º, Código Procesal
Constitucional). En efecto, la declaración de improcedencia
de una demanda como la interpuesta por el Sindicato en el

150
proceso ordinario, denegando su admisión a trámite, de
inmediato, en la primera resolución, tiene la consecuencia
particularmente gravosa de cerrar al justiciable la
posibilidad de someter a análisis su pretensión. En tal
sentido, declaración liminar de improcedencia de la
demanda, arbitraria, irrazonable o contraria a la ley, puede
afectar el derecho a la tutela jurisdiccional. Por esta razón
no puede concluirse en que la demanda de amparo sea
manifiestamente improcedente, en aplicación de la causal
de improcedencia prevista en el artículo 5, inciso 1, del
citado Código.
4. Que dado que la sentencia que ha de expedirse en el
presente proceso podría afectar a la “Compañía Rex”, ésta
debe ser integrada al proceso a efectos de que pueda
ejercer su derecho de defensa o alegar lo que convenga a su
interés”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/04843-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 44
Sentencia 00257-2008-AA/TC
Demandante Roberto Ato del Avellanal
Demandado Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia de la República
Petitorio Solicita la nulidad de la resolución del 14 de abril de 2005,
expedida por la sala emplazada.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento “3. Que del escrito de la demanda que corre desde fojas
27 a 49 de autos se infiere que la propiedad del bien
materia de litis en el proceso de desalojo (Exp. N.º 30692-
2002) que vienen reclamando los recurrentes no está
definida en su favor. En tales circunstancias no puede
pretenderse utilizar el amparo como un mecanismo de
reconocimiento de un derecho que no ha acreditado a
plenitud.

151
4. Que en el trámite del proceso ordinario (Exp. N.º
30692-2002) tanto la resolución emitida por el Vigésimo
Séptimo Juzgado Civil de Lima (desde fojas 24 a 26) como
la expedida por la Cuarta Sala Civil de Lima (fojas 17 y 18)
en forma clara señalan que el actor debe recurrir a la vía
ordinaria correspondiente a fin de solicitar el
reconocimiento pleno de su derecho de propiedad, ya que
para tal efecto se requiere de una estación probatoria que
no tiene un proceso de desalojo, en el que sólo se evalúa si
el demandante tiene titularidad del predio cuya
desocupación solicita y en relación al demandado si éste
ostenta título suficiente que sustente su posesión.
5. Que este Tribunal entiende que la real pretensión de los
demandantes consiste en replantear una controversia
resuelta por el Poder Judicial en ejercicio de sus
competencias exclusivas, no apreciándose que los hechos
cuestionados incidan sobre el contenido
constitucionalmente protegido de los derechos invocados,
resultando aplicable bajo tales circunstancias lo dispuesto
por el inciso 1 del artículo 5 del Código Procesal
Constitucional. En tal sentido se debe confirmar el auto de
rechazo liminar”.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00257-2008-AA
%20Resolucion.html

10. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 29 de enero de 2009

Muestra 45
Sentencia 05642-2007-AA/TC
Demandante William Clark Castañeda Benites
Demandado Juez Provisional del Segundo Juzgado de Familia de La
Libertad
Petitorio Se declare sin efecto la Resolución N°5, de fecha 17 de

152
diciembre de 2003, que autorizó el viaje de su menor hijo en
compañía de su madre a España.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 4 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 6.Respecto de dicha resolución, el recurrente presentó un
recurso de apelación fuera del plazo legal, lo que permite
concluir que dejó consentir la resolución que declaró la
improcedencia de su recurso de nulidad.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05642-2007-
AA.html

Muestra 46
Sentencia 04198-2008-AA/TC
Demandante Jorge Luis Acosta Huamán
Demandado Segundo Juzgado de Huamanga
Petitorio Se declare la nulidad de la resolución judicial N.º 64, de
fecha 27 de abril de 2007, por considerar que vulnera sus
derechos constitucionales al debido proceso, a la tutela
jurisdiccional efectiva y a la debida motivación de las
resoluciones judiciales.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 4 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 3. La resolución judicial cuestionada, obrante a
fojas 4 del primer cuadernillo, no ha sido
impugnada por el recurrente. En esa medida la
procedencia de la demanda conllevaría
desnaturalizar el proceso de amparo, haciendo de
éste un mecanismo encargado de suplir la función
que cumplen los medios impugnatorios de las
resoluciones judiciales (por antonomasia, el de
apelación) que la ley confiere.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/04198-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 47
Sentencia 02146-2008-AA/TC
Demandante Municipalidad Metropolitana de Lima
Demandado Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
Petitorio Se declare inaplicable la resolución s/n, de fecha 26 de abril

153
de 2007, que confirmó la resolución N.º 36 de fecha 26 de
abril de 2007, que declaró improcedente la nulidad que
dedujo en la etapa de ejecución de sentencia del proceso de
amparo interpuesto en su contra.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 6. Que por tanto la pretensión del demandante debe ser
desestimada pues no se acreditado la afectación de sus
derechos fundamentales, siendo evidente, por el contrario,
la manifiesta conducta dilatoria por parte de la entidad
estatal demandante, por lo que debe desestimarse la
presente demanda por no formar parte de contenido
constitucionalmente protegido en este proceso.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/02146-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 48
Sentencia 02812-2007-AA/TC
Demandante Juan Jesús Hercilla La Rosa
Demandado Sala Civil Superior de Justicia de Ica y la Sala Civil
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República
Petitorio Se declare nulo todo lo actuado desde la resolución N.º 97
expedida por la mencionada sala superior, declarando nula la
sentencia apelada, así como el auto calificatorio del recurso
de casación N.º 1681-2005 que declara improcedente su
recurso de casación.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 3. Que sobre el particular cabe precisar que este
Colegiado en reiterada jurisprudencia ha sostenido que el
proceso de amparo contra resoluciones judiciales no puede
servir como un medio donde se replantee una controversia
resuelta por los órganos jurisdiccionales ordinarios, pues el
amparo no constituye un medio impugnatorio que continúe
revisando una decisión que sea de exclusiva competencia de
la jurisdicción ordinaria.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/02812-2007-AA

154
%20Resolucion.html

Muestra 49
Sentencia 02078-2008-AA/TC
Demandante María Victoria Rejas Fernández
Demandado Juez del Cuadragésimo Noveno Juzgado Civil de Lima
Petitorio Se declare la nulidad de todo lo actuado en la causa civil N.º
53148-2004, sobre Ejecución de Garantías, cuyo estado es el
de Ejecución Forzada del inmueble.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 4 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 4. Que por consiguiente, advirtiéndose que la agraviada
recurrente dejo consentir la resolución que dice afectarle,
resulta de aplicación el artículo 4.º del Código Procesal
Constitucional, debiendo confirmarse el auto de rechazo
líminar y en consecuencia declararse la improcedencia de
la demanda.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/02078-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 50
Sentencia 01437-2008-AA/TC
Demandante Luis Alberto Herrera Jabo
Demandado Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de Piura
Petitorio Se declare nula la resolución N.º 38 que confirmando la
sentencia apelada declara fundada en parte la demanda
incoada por el recurrente sobre reintegro de beneficios
sociales, la revoca en los conceptos y las sumas que
establece el abono.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 3. Que por su parte la Sala revisora competente
confirmó la apelada, argumentando que la demanda
formulada por el actor carece de asidero legal dado que los
fundamentos que le sirven de sustento no están referidos en
esencia a cuestionar el derecho fundamental invocado como

155
vulnerado, no evidenciándose en consecuencia la
tramitación de proceso irregular alguno en dicha causa.
5. Que de la revisión de autos concluimos que la
pretensión del recurrente debe ser desestimada, toda vez
que como se ha expuesto en el fundamento 3 de la presente,
en sede constitucional resulta vedado pronunciarse respecto
de competencias exclusivas de la jurisdicción ordinaria,
como son en este caso: la valoración de los elementos
probatorios (planillas, convenio colectivo de trabajo)
realizadas por el juzgador en el proceso sobre pago de
beneficios sociales.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/01437-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 51
Sentencia 06428-2007-AA/TC
Demandante Hernán Tejada Rodríguez
Demandado Tercera Sala Penal de la Corte Superior del Distrito Judicial
del Callao
Petitorio Se deje sin efecto la Resolución N.º 6 que a su vez revocó la
resolución de fecha 23 de abril de 2002, que declaró fundada
la petición de levantamiento de medida cautelar de
incautación del vehículo de placa de rodaje CO-2697.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 44 del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 4. Que en el presente caso, teniendo en cuenta que la
resolución cuestionada fue expedida con fecha 17 de
setiembre de 2002 (fojas 15), y que la demanda del proceso
constitucional de autos fue presentada el 28 de marzo de
2007, este Colegiado estima que de un análisis objetivo y
razonable de los documentos obrantes en autos (fojas 20,
entre otros) se desprende que ha transcurrido en exceso el
plazo establecido en la ley para ejercer la respectiva
acción. En consecuencia, debe desestimarse la demanda de
autos.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/06428-2007-AA
%20Resolucion.html

156
Muestra 52
Sentencia 05950-2007-AA/TC
Demandante Edison Zavalla Nación
Demandado Sala Mixta Descentralizada de la Corte Superior de Justicia
de Huánuco y Pasco
Petitorio Se declare nula la resolución N ° 7 de fecha 24 de
noviembre de 2005 expedida en el proceso seguido por el
recurrente contra Telefónica del Perú S.A.A sobre
calificación de despido en ejecución de sentencia y que se
ordene un nuevo pronunciamiento de los vocales
demandados para que declaren improcedente la solicitud de
nulidad interpuesta por Telefónica del Perú S.A.A.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 5. Que tal como se observa, sin ingresar al fondo de las
cuestiones propuestas en el presente caso, la resolución que
se cuestiona no tiene ninguna incidencia en el ámbito de los
derechos que invoca el recurrente. Esto porque la aludida
resolución solo ha dispuesto que se acepte el recurso de
apelación de la parte vencida (Telefónica del Perú S.A.A.)
en el referido proceso de ejecución de una sentencia laboral
(Exp. N.º 282-88).
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05950-2007-
AA.html

Muestra 53
Sentencia 06313-2007-AA/TC
Demandante RIGOBERTO JUAN RODRÍGUEZ MAC LEAN
Demandado Tercera Sala Civil Laboral de la Corte Superior de Justicia
de Lima
Petitorio Se deje sin efecto la resolución por ella expedida de fecha
28 de diciembre de 2004.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículos 5, inciso 10) y 44 del Código Procesal
Constitucional
Pronunciamiento 2. Que de autos se advierte que la resolución

157
cuestionada fue notificada con fecha 11 de enero de 2005
(Cfr. fojas 72 del cuaderno principal) y sin embargo el
recurrente interpuso demanda de amparo recién con fecha
31 de marzo de ese año, es decir, excediendo el plazo de 30
días hábiles establecido por el artículo 44º, segundo
párrafo, del Código Procesal Constitucional. En
consecuencia, dado que la demanda ha sido interpuesta
fuera del plazo correspondiente es de aplicación la causal
de improcedencia contemplada en el artículo 5º, inciso 10,
del mencionado Código.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/06313-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 54
Sentencia 03114-2008-AA/TC
Demandante Luis Rolando Peñarrieta de Córdova
Demandado Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
Petitorio Se declare inaplicable la resolución de fecha 31 de enero de
2007, que confirma la resolución N.º 1 de fecha 8 de julio de
2005, que declara improcedente su demanda de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta, ya que la decisión del órgano
jurisdiccional ordinario no supera un análisis mínimo de
racionalidad y razonabilidad.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 4. Que de la revisión de autos este Colegiado concluye
que la pretensión del recurrente debe ser rechazada, pues
resulta evidente que éste sólo pretende un pronunciamiento
de la jurisdicción constitucional respecto de una
competencia exclusiva de la justicia civil, como es la
valoración de aquellos medios probatorios que generaron
convicción en el juzgador respecto de la improcedencia de
una demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, así
como la verificación de si debieron valorarse o no otros
medios probatorios que acreditaban el fraude en un proceso
de obligación de dar suma de dinero, impugnado

158
precisamente en el mencionado proceso de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/03114-2008-AA
%20Resolucion.html

Muestra 55
Sentencia 00061-2007-AA/TC
Demandante Bruno Ángel Tovar Del Castillo
Demandado Segunda Sala de Derecho Constitucional y Social
Transitoria de la Corte Suprema de Justicia
Petitorio Inaplicabilidad de la Resolución Suprema N.º 0675-96-
IN/PNP, del 14 de octubre de 1996, que resolvió su pase de
la situación de actividad a la de retiro por motivos de
medida disciplinaria, y de la Resolución Judicial de fecha 5
de diciembre de 2005, que confirmando la resolución de
fecha 2 de agosto de 2004 expedida por la Tercera Sala
Transitoria Laboral de la Corte Superior de Justicia de Piura,
declaró infundada su demanda contencioso administrativa
que interpusiera contra el Ministerio del Interior a efectos de
que se declare inválida la Resolución Suprema N.º 0675-96-
IN/PNP
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 3), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 4. Que este Colegiado considera que las resoluciones
judiciales impugnadas han sido emitidas respetando los
derechos invocados por el recurrente, el que por otra parte
ha interpuesto todos los recursos pertinentes a su interés.
Así se aprecia de los autos que los jueces ordinarios han
motivado su decisión de declarar infundada la demanda
contencioso administrativa ya que han considerado que está
debidamente probado que el recurrente ha cometido falta
graves a la moral, disciplina y servicio policial.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00061-2007-AA
%20Resolucion.html

159
Muestra 56
Sentencia 02850-2008-AA/TC
Demandante Juan Jorge Martín Díaz Meza
Demandado Vocal Provisional de la Tercera Sala Especializada Penal de
la Corte Superior de Justicia de Lambayeque.
Petitorio Nulidad de la Resolución N.º 18, de fecha 9 de enero de
2007.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 10), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 5. Que en el presente caso y sin ingresar al fondo de las
cuestiones propuestas este Colegiado advierte que conforme
consta a fojas 24 del primer cuaderno, la resolución que
puso fin a la instancia y que es materia de la presente
demanda fue notificada al recurrente con fecha 15 de enero
de 2007, mientras que la demanda de autos fue presentada
con fecha 9 de marzo de 2007, sin que se haya acreditado
ninguna interrupción de los plazos por actos no imputables
al recurrente. Siendo esto así, al momento de presentar la
demanda el plazo legal previsto ya había vencido en exceso,
por lo que la demanda resulta manifiestamente
improcedente, resultando de aplicación el artículo 5.10 del
Código Procesal Constitucional.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/02850-2008-AA
%20Resolucion.html

11. Sentencias expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones


judiciales publicadas el 30 de enero de 2009

Muestra 57
Sentencia 00334-2007-AA/TC
Demandante IMI del Perú S.A.C. representada por don Hernán Sullón
Prado
Demandado Primer Juzgado Civil del Cuzco
Petitorio Se restituyan las cosas al estado anterior a la ejecución del
proceso signado en el expediente 753-97 sobre ejecución de
garantía hipotecaria, en los seguidos por el Banco Sur
sucursal Cuzco contra la actual demandante; señala la
accionante que el Vigésimo Séptimo Juzgado Civil de Lima

160
mediante resolución N° 1, de fecha 30 de diciembre de
1996, declaró improcedente la demanda sobre proceso
ejecutivo en los seguidos por el Banco Sur sucursal Cuzco
contra la accionante por considerar que de la revisión del
pagaré adjunto a la demanda se aprecia que el mismo
presenta un vicio, porque el documento que sustenta el
pedido de pago no amerita ejecución por la inobservancia
del requisito regulado en el inciso sexto del artículo 129° de
la derogada ley 16587.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 3. Que en el presente caso si bien el demandante alega
vulneración de los principios de inmutabilidad de la cosa
juzgada, de legalidad, de jerarquía de las leyes y de los
derechos a la igualdad ante la ley, al debido proceso y a la
propiedad, la cuestión a ser dilucidada se refiere –conforme
ha sido planteada por la propia demandante– a la falta de
validez del pagaré; es decir, que se trata de un conflicto
civil, mas no referido al contenido constitucionalmente
protegido del derecho invocado.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00334-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 58
Sentencia 05520-2007-AA/TC
Demandante Julio César Cortez Torres
Demandado Juez del Primer Juzgado Especializado en lo Civil de
Trujillo
Petitorio Manifiesta el demandante que en el proceso de amparo que
sigue contra la Oficina de Normalización Previsional la juez
emplazada ha violado su derecho al debido proceso al haber
admitido la contestación formulada por la demandada sin
tener en cuenta que de los diecinueve apoderados que se
apersonan sólo uno autoriza el recurso y que tampoco
adjuntan sus DNI ni señalan domicilio procesal ni real.
Fallo Improcedente

161
Fundamento legal Artículo 5, inciso 1), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 4. Que conforme se desprende de autos, en el presente
caso el demandante, bajo el argumento de una supuesta
violación de su derecho al debido proceso producido en otro
proceso de amparo aún en trámite, cuestiona la mera
actividad procedimental de avocamiento a la causa por
parte del órgano judicial emplazado, afirmando que éste ha
admitido la contestación formulada por la emplazada en
dicho proceso, pese a que carecía de los requisitos formales
exigidos por la legislación procesal de la materia, como son
las copias de los documentos de identidad, la indicación de
domicilio procesal y real, el poder legalizado, entre otros.
Este Tribunal debe recordar al respecto que el proceso de
amparo no puede ser utilizado como un mecanismo de
articulación procesal para obstaculizar el trámite normal
de cualquier proceso judicial ordinario o constitucional,
pues como se aprecia en el presente caso los argumentos
que presenta el recurrente corresponden a la actividad
procesal propia de la etapa de postulación de cualquier
proceso judicial, los que se realizan conforme a las reglas
legales del proceso en cuestión y no tienen ninguna
incidencia en el ámbito constitucionalmente protegido de
los derechos que invoca y, por el contrario, evidencian un
claro intento del demandante por obstruir el trámite regular
del proceso que el mismo ha iniciado ante el órgano
jurisdiccional.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/05520-2007-AA
%20Resolucion.html

Muestra 59
Sentencia 00448-2008-AA/TC
Demandante Luis Alonso Martín Riega
Demandado Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa
Petitorio Se declare la nulidad de la Resolución N.º 11, del 15 de

162
noviembre de 2006, emitida en el proceso con Registro N.º
1987-2005-1SC incoado por el Banco de Crédito del Perú
contra la ahora demandante y otros sobre ejecución de
garantías.
Fallo Improcedente
Fundamento legal Artículo 5, inciso 6), del Código Procesal Constitucional
Pronunciamiento 6. Que efectivamente, verificando los dos procesos del
caso se evidencia que tales características existen, lo que se
acredita, en primer lugar, con la coincidencia entre las
partes, que establecen la relación jurídico-procesal; en
segundo lugar, en cuanto al objeto de la pretensión, pues en
la demanda de amparo signada con N.º 4985-2005 se
solicita la suspensión del proceso con registro N.º 1987-05
sobre ejecución de garantías y en el presente proceso de
amparo, se pretende la nulidad de la Resolución N.º 11 del
15 de noviembre de 2006 emitida dentro del Proceso con
registro N.º 1987-05 citado líneas antes, es decir, la
decisión que se tome en el primer amparo es determinante
ya que la suspensión de un proceso implica dejar sin efecto
las resoluciones emitidas dentro de éste y, por último, en
cuanto a la identidad del título, dado que ambos procesos se
sustentan en los mismos fundamentos de hecho y en lo
concerniente a los de derecho en ambos procesos se invoca
lesión a las diversas manifestaciones del derecho a la tutela
procesal efectiva y al debido proceso. Por otra parte si bien
a fojas 57 del cuaderno de la Corte Suprema obra copia de
la Resolución emitida por la Tercera Sala Civil emplazada
en relación al expediente N.º 4985-2005 el demandante
tiene expedito un pronunciamiento de la Corte Suprema
sobre la materia de fondo.
URL http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00448-2008-AA
%20Resolucion.html

X. Ordenamiento y análisis de datos

163
X.1 Ordenamiento de datos

El ordenamiento de datos se llevará a cabo a través de un cuadro general, en el que se


exponen las muestras y si estas fueron declaradas fundadas, infundadas o
improcedentes por el Tribunal Constitucional. A partir de ello, se ordenará la
información en la matriz de datos de acuerdo a los resultados obtenidos en cada
hipótesis.

X.2 Análisis de Datos – Cuadro General

El ordenamiento de datos parte de un cuadro que analiza si las sentencias expedidas


por el Tribunal Constitucional durante enero de 2009 sobre demandas de amparo
interpuestas contra resoluciones judiciales fueron fundadas, infundas o declaradas
improcedentes.

RESOLUCIONES EXPEDIDAS POR EL TC SOBRE DEMANDAS DE


AMPARO INTERPUESTAS CONTRA RESOLUCIONES JUDICIALES
(Enero 2009)

Pronunciamiento del TC
Muestra Sentencia Fundada Infundada Improcede
nte
1 02126-2008- Sí
AA/TC
2 03100-2006- Sí
AA/TC
3 05014-2007- Sí
AA/TC
4 05172-2007- Sí
AA/TC
5 06250-2007- Sí
AA/TC
6 STC 01563- Sí

164
2008-AA/TC
7 04193-2007- Sí
AA/TC
8 05030-2007- Sí
AA/TC
9 STC 05541- Sí
2007-AA/TC
10 05475-2007- Sí
AA/TC
11 06222-2007- Sí
AA/TC
12 05878-2007- Sí
AA/TC
13 02487-2008- Sí
AA/TC
14 00367-2008- Sí
AA/TC
15 06408-2007- Sí
AA/TC
16 00163-2007- Sí
AA/TC
17 05514-2007- Sí
AA/TC
18 01537-2008- Sí
AA /TC
19 03275-2007- Sí
AA/TC
20 00450-2008- Sí
AA/TC
21 03306-2006- Sí
AA/TC
22 00368-2008- Sí
AA/TC
23 01868-2008- Sí
AA/TC
24 01287-2008- Sí
PA/TC
25 01755-2007- Sí
AA/TC
26 02986-2007- Sí

165
AA/TC
27 06322-2007- Sí
AA/TC
28 01434-2008- Sí
AA/TC
29 01521-2007- Sí
AA/TC
30 01775-2008- Sí
AA/TC
31 03952-2008- Sí
AA/TC
32 06438-2007- Sí
AA/TC
33 00310-2008- Sí
AA/TC
34 00580-2008- Sí
AA/TC
35 06418-2007- Sí
AA/TC
36 02240-2008- Sí
AA/TC
37 05178-2007- Sí
AA/TC
38 06413-2007- Sí
AA/TC
39 04849-2007- Sí
AA/TC
40 04858-2007- Sí
AA/TC
41 03694-2007- Sí
AA/TC
42 05233-2007- Sí
AA/TC
43 04843-2007- Sí
AA/TC
44 00257-2008- Sí
AA/TC
45 05642-2007- Sí
AA/TC
46 04198-2008- Sí

166
AA/TC
47 02146-2008- Sí
AA/TC
48 02812-2007- Sí
AA/TC
49 02078-2008- Sí
AA/TC
50 01437-2008- Sí
AA/TC
51 06428-2007- Sí
AA/TC
52 05950-2007- Sí
AA/TC
53 06313-2007- Sí
AA/TC
54 03114-2008- Sí
AA/TC
55 00061-2007- Sí
AA/TC
56 02850-2008- Sí
AA/TC
57 00334-2007- Sí
AA/TC
58 05520-2007- Sí
AA/TC
59 00448-2008- Sí
AA/TC
RESULTADO 06 01 52

X.1.2. Matriz de datos de la hipótesis principal

La hipótesis principal fue la siguiente:

“El proceso de amparo contra resoluciones judiciales es un mecanismo efectivo


para la tutela de los derechos procesales”.

A efectos de contrastar la hipótesis con los resultados obtenidos, trasladaremos la


información obtenida a la matriz de datos. Cabe precisar que se seleccionará de

167
manera alternada las muestras, las cuales serán sombreadas, procedimiento que se
realizará también con las hipótesis particulares.

Muestra Sentencia Variable Variable Variable


independiente dependiente interfiriente
(PROCESO) (TUTELA) (DERECHO)
1 02126-2008-AA/TC 1 2 1
2 03100-2006-AA/TC 1 2 1
3 05014-2007-AA/TC 1 2 1
4 05172-2007-AA/TC 1 2 1
5 06250-2007-AA/TC 1 2 1
6 STC 01563-2008- 1 2 1
AA/TC
7 04193-2007-AA/TC 1 2 1
8 05030-2007-AA/TC 1 2 1
9 STC 05541-2007- 1 2 1
AA/TC
10 05475-2007-AA/TC 1 1 1
11 06222-2007-AA/TC 1 2 1
12 05878-2007-AA/TC 1 1 1
13 02487-2008-AA/TC 1 2 1
14 00367-2008-AA/TC 1 2 1
15 06408-2007-AA/TC 1 2 1
16 00163-2007-AA/TC 1 2 1
17 05514-2007-AA/TC 1 2 1
18 01537-2008-AA /TC 1 2 1
19 03275-2007-AA/TC 1 2 1
20 00450-2008-AA/TC 1 2 1
21 03306-2006-AA/TC 1 1 1
22 00368-2008-AA/TC 1 2 1
23 01868-2008-AA/TC 1 2 1
24 01287-2008-PA/TC 1 2 1
25 01755-2007-AA/TC 1 2 1
26 02986-2007-AA/TC 1 2 1
27 06322-2007-AA/TC 1 2 1
28 01434-2008-AA/TC 1 2 1
29 01521-2007-AA/TC 1 1 1
30 01775-2008-AA/TC 1 2 1
31 03952-2008-AA/TC 1 2 1
32 06438-2007-AA/TC 1 2 1
33 00310-2008-AA/TC 1 2 1
34 00580-2008-AA/TC 1 2 1
35 06418-2007-AA/TC 1 2 1
36 02240-2008-AA/TC 1 2 1
37 05178-2007-AA/TC 1 2 1

168
38 06413-2007-AA/TC 1 2 1
39 04849-2007-AA/TC 1 2 1
40 04858-2007-AA/TC 1 2 1
41 03694-2007-AA/TC 1 1 1
42 05233-2007-AA/TC 1 2 1
43 04843-2007-AA/TC 1 1 1
44 00257-2008-AA/TC 1 2 1
45 05642-2007-AA/TC 1 2 1
46 04198-2008-AA/TC 1 2 1
47 02146-2008-AA/TC 1 2 1
48 02812-2007-AA/TC 1 2 1
49 02078-2008-AA/TC 1 2 1
50 01437-2008-AA/TC 1 2 1
51 06428-2007-AA/TC 1 2 1
52 05950-2007-AA/TC 1 2 1
53 06313-2007-AA/TC 1 2 1
54 03114-2008-AA/TC 1 2 1
55 00061-2007-AA/TC 1 2 1
56 02850-2008-AA/TC 1 2 1
57 00334-2007-AA/TC 1 2 1
58 05520-2007-AA/TC 1 2 1
59 00448-2008-AA/TC 1 2 1

X.1.3. Matriz de datos de las hipótesis particulares

X.1.3.1. La primera hipótesis particular fue la siguiente:

“La indebida motivación de las resoluciones judiciales es la principal causa de


vulneración de los derechos procesales y que revela la pertinencia de acudir al
proceso de amparo contra resoluciones judiciales, a efectos que sea tutelado”.

Muestra Sentencia Variable Variable


independiente dependiente
(MOTIVACIÓN) (DERECHOS)
1 02126-2008- 1 1
AA/TC
2 03100-2006- 1 1
AA/TC
3 05014-2007- 1 1
AA/TC
4 05172-2007- 1 1
AA/TC

169
5 06250-2007- 1 1
AA/TC
6 STC 01563- 1 1
2008-AA/TC
7 04193-2007- 1 1
AA/TC
8 05030-2007- 1 1
AA/TC
9 STC 05541- 1 1
2007-AA/TC
10 05475-2007- 2 2
AA/TC
11 06222-2007- 1 1
AA/TC
12 05878-2007- 2 2
AA/TC
13 02487-2008- 1 1
AA/TC
14 00367-2008- 1 1
AA/TC
15 06408-2007- 1 1
AA/TC
16 00163-2007- 1 1
AA/TC
17 05514-2007- 1 1
AA/TC
18 01537-2008- 1 1
AA /TC
19 03275-2007- 1 2
AA/TC
20 00450-2008- 1 1
AA/TC
21 03306-2006- 2 2
AA/TC
22 00368-2008- 1 1
AA/TC
23 01868-2008- 1 1
AA/TC
24 01287-2008- 1 2

170
PA/TC
25 01755-2007- 1 2
AA/TC
26 02986-2007- 1 2
AA/TC
27 06322-2007- 1 2
AA/TC
28 01434-2008- 1 2
AA/TC
29 01521-2007- 2 2
AA/TC
30 01775-2008- 1 1
AA/TC
31 03952-2008- 1 1
AA/TC
32 06438-2007- 1 1
AA/TC
33 00310-2008- 1 1
AA/TC
34 00580-2008- 1 1
AA/TC
35 06418-2007- 1 1
AA/TC
36 02240-2008- 1 1
AA/TC
37 05178-2007- 1 1
AA/TC
38 06413-2007- 1 1
AA/TC
39 04849-2007- 1 1
AA/TC
40 04858-2007- 1 1
AA/TC
41 03694-2007- 2 2
AA/TC
42 05233-2007- 1 1
AA/TC
43 04843-2007- 2 2
AA/TC
44 00257-2008- 1 1

171
AA/TC
45 05642-2007- 1 1
AA/TC
46 04198-2008- 1 1
AA/TC
47 02146-2008- 1 1
AA/TC
48 02812-2007- 1 1
AA/TC
49 02078-2008- 1 1
AA/TC
50 01437-2008- 1 1
AA/TC
51 06428-2007- 1 1
AA/TC
52 05950-2007- 1 1
AA/TC
53 06313-2007- 1 1
AA/TC
54 03114-2008- 1 1
AA/TC
55 00061-2007- 1 1
AA/TC
56 02850-2008- 1 1
AA/TC
57 00334-2007- 1 1
AA/TC
58 05520-2007- 1 1
AA/TC
59 00448-2008- 1 1
AA/TC

X.1.3.2. La segunda hipótesis particular fue la siguiente:

“La tutela de derechos fundamentales sustantivos aún no es tan recurrida como la


de derechos fundamentales procesales a través del amparo contra resoluciones
judiciales”.

172
Muestra Sentencia Variable Variable
independiente dependiente
(MOTIVACIÓN) (DERECHOS)
1 02126-2008- 1 2
AA/TC
2 03100-2006- 1 2
AA/TC
3 05014-2007- 1 2
AA/TC
4 05172-2007- 1 2
AA/TC
5 06250-2007- 1 2
AA/TC
6 STC 01563- 1 2
2008-AA/TC
7 04193-2007- 1 2
AA/TC
8 05030-2007- 1 2
AA/TC
9 STC 05541- 1 2
2007-AA/TC
10 05475-2007- 1 1
AA/TC
11 06222-2007- 1 2
AA/TC
12 05878-2007- 1 1
AA/TC
13 02487-2008- 1 2
AA/TC
14 00367-2008- 1 2
AA/TC
15 06408-2007- 1 2
AA/TC
16 00163-2007- 1 2
AA/TC
17 05514-2007- 1 2
AA/TC
18 01537-2008- 1 2
AA /TC

173
19 03275-2007- 1 2
AA/TC
20 00450-2008- 1 2
AA/TC
21 03306-2006- 1 1
AA/TC
22 00368-2008- 1 2
AA/TC
23 01868-2008- 1 2
AA/TC
24 01287-2008- 1 2
PA/TC
25 01755-2007- 1 2
AA/TC
26 02986-2007- 1 2
AA/TC
27 06322-2007- 1 2
AA/TC
28 01434-2008- 1 2
AA/TC
29 01521-2007- 1 1
AA/TC
30 01775-2008- 1 2
AA/TC
31 03952-2008- 1 2
AA/TC
32 06438-2007- 1 2
AA/TC
33 00310-2008- 1 2
AA/TC
34 00580-2008- 1 2
AA/TC
35 06418-2007- 1 2
AA/TC
36 02240-2008- 1 2
AA/TC
37 05178-2007- 1 2
AA/TC
38 06413-2007- 1 2

174
AA/TC
39 04849-2007- 1 2
AA/TC
40 04858-2007- 1 2
AA/TC
41 03694-2007- 1 1
AA/TC
42 05233-2007- 1 2
AA/TC
43 04843-2007- 1 1
AA/TC
44 00257-2008- 1 2
AA/TC
45 05642-2007- 1 2
AA/TC
46 04198-2008- 1 2
AA/TC
47 02146-2008- 1 2
AA/TC
48 02812-2007- 1 2
AA/TC
49 02078-2008- 1 2
AA/TC
50 01437-2008- 1 2
AA/TC
51 06428-2007- 1 2
AA/TC
52 05950-2007- 1 2
AA/TC
53 06313-2007- 1 2
AA/TC
54 03114-2008- 1 2
AA/TC
55 00061-2007- 1 2
AA/TC
56 02850-2008- 1 2
AA/TC
57 00334-2007- 1 2
AA/TC
58 05520-2007- 1 2

175
AA/TC
59 00448-2008- 1 2
AA/TC

X.2. Análisis de datos

A continuación se analizarán los datos expuestos en el cuadro general y en las


matrices de datos correspondientes a las tres hipótesis formuladas.

X.2.1. Análisis de datos generales

De las 59 resoluciones expedidas por el Tribunal Constitucional durante enero de


2009 sobre demandas de amparo interpuestas por la presunta vulneración de
derechos dentro del trámite de procesos judiciales, se han obtenido los siguientes
resultados:

- En 06 casos se estimaron las demandas, constituyendo esto el 10.16% del


universo.
- En 01 caso se declaró infundada la demanda, constituyendo esto el 1.64% del
universo.
- En 52 casos se declaró improcedente la demanda, constituyendo esto el
88.13% del universo.

X.2.2. Análisis de datos sobre la hipótesis general

La hipótesis principal fue la siguiente:

“El proceso de amparo contra resoluciones judiciales es un mecanismo efectivo


para la tutela de los derechos procesales”.

Esta hipótesis no es cierta, debido a que de las 59 sentencias expedidas sobre


demandas de amparo contra resoluciones judiciales, sólo 06 fueron estimadas, lo cual
revela que las alegadas vulneraciones de estos derechos no fueron ciertas.

176
X.2.3. Análisis de datos sobre las hipótesis particulares

X.2.3.1. La primera hipótesis particular fue la siguiente:

“La indebida motivación de las resoluciones judiciales es la principal causa de


vulneración de los derechos procesales y que revela la pertinencia de acudir al
proceso de amparo contra resoluciones judiciales, a efectos que sea tutelado”.

Esta hipótesis tampoco es cierta debido a que sólo el 10% de las sentencias
expedidas sobre demandas de amparo contra resoluciones judiciales fueron
amparadas, lo cual revela que las resoluciones cuestionadas estaban adecuadamente
motivadas.

X.2.3.2. La segunda hipótesis particular fue la siguiente:

“La tutela de derechos fundamentales sustantivos aún no es tan recurrida como la


de derechos fundamentales procesales a través del amparo contra resoluciones
judiciales”.

Esta hipótesis si es cierta, debido a que en ninguno de los casos estudiados, el


Tribunal Constitucional se pronunció respecto a la vulneración de derechos
fundamentales sustantivos.

XI. Elaboración del informe final

El informe final contiene los aportes de la investigación a la doctrina, a la teoría y a


la legislación, como la formulación de la parte pertinente del anteproyecto de ley que
propone una modificación legislativa.

XI.1. Aportes de la investigación a la doctrina

- Se acredita que los derechos procesales, consagrados en el artículo 139 de la


Constitución, son efectivamente tutelados por los jueces ordinarios, debido a
que sólo el 10.16% de los mismos fueron estimados debido a que se

177
incurrieron en conductas que determinaron la vulneración de los referidos
derechos.

- Se acredita que el proceso de amparo contra resoluciones judiciales


constituye un mecanismo procesal que es utilizado de manera errada por gran
parte de los abogados litigantes, debido a que no se constata la existencia de
vulneración de derechos procesales que determinen el empleo de este
mecanismo.

- En consecuencia, existe la necesidad que el legislador implemente


modificaciones en el Código Procesal Constitucional a fin de reestructurar los
lineamientos procesales que permitan que el empleo del proceso de amparo
sea como una herramienta útil para la tutela de los derechos fundamentales
procesales.

XI.2. Aportes de la investigación a la teoría

- Los resultados obtenidos en la investigación realizada desvirtúan la teoría


jurídica sobre la eficacia del proceso de amparo para tutelar derechos
procesales, ya que de los resultados obtenidos en la investigación se
determina que el 90% de las demandas interpuestas por esta causa son
desestimadas.

- Por lo tanto, el aporte de esta investigación a la teoría es que el legislador


realice un estudio de campo en el que deberá de establecer previamente
cuáles son los factores que determinan que los abogados litigantes recurran al
proceso de amparo contra resoluciones judiciales que saben han sido
expedidas resguardando los derechos cuya vulneración se demanda.

- En consecuencia, la teoría jurídica se verá beneficiada a través de la


identificación de tales factores, permitiéndose incorporar fórmulas
legislativas que restrinjan el uso del amparo contra resoluciones judiciales a
casos concretos en los que se exponga la vulneración del contenido
constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales procesales

178
y no así una mera exposición vaga e imprecisa que se restrinja a expresar
que ha ocurrido la vulneración.

XI.3. Aportes de la investigación a la legislación

- El texto del artículo 139 de la Constitución debe permanecer vigente.

- El texto del artículo 4 del Código Procesal Constitucional debe ser


modificado incorporando la facultad del juez de imponer multas al abogado
por su actuación temeraria, cuando se determine que la demanda ha sido
interpuesta a pesar de haber transcurrido el término establecido en el artículo
44 del Código Procesal Constitucional y cuando la pretensión no se refiera a
contenido constitucionalmente protegido alguno.

XI.4. Anteproyecto de ley

El siguiente es el anteproyecto de ley para la modificación del artículo 4 del Código


Procesal Constitucional.

“1. Exposición de motivos

Como consecuencia de una investigación realizada sobre la totalidad de sentencias


expedidas por el Tribunal Constitucional durante el mes de enero de 2009, se
determinó que el 90% de dichas sentencias habían sido desestimadas, en gran parte
porque el referido colegiado había concluido de que se producía la causal de
improcedencia contenida en el artículo 5.1 del Código Procesal Constitucional y que
a la letra reza lo siguiente:

“No proceden los procesos constitucionales cuando: Los hechos y el petitorio no


están referidos en forma directa al contenido constitucionalmente protegido del
derecho invocado”.

Esta situación revela tres cuestiones:

179
- Las resoluciones judiciales que son cuestionadas a través del proceso de
amparo no vulneran derechos fundamentales procesales.

- Esto a su vez revela el desconocimiento de los abogados litigantes del


contenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales
procesales, razón que los lleva a concebir al proceso de amparo como una
instancia más a través de la cual pueden cuestionar las resoluciones judiciales
que no han sido favorables a sus intereses.

- En consecuencia, se desnaturaliza el propósito del proceso de amparo contra


resoluciones judiciales como mecanismo dirigido a la tutela de los derechos
fundamentales, razón por la cual resulta necesario replantear sus lineamientos
a efectos de evitar la innecesaria interposición de demandas judiciales sobre
la materia.

2. Fórmula legislativa

Lo referido en la exposición de motivos propicia la modificación del artículo 4 del


Código Procesal Constitucional, a efectos de que el proceso de amparo contra
resoluciones judiciales sea una herramienta propicia para la tutela de los derechos
procesales.

Por tal motivo, el Congreso de la República expide la siguiente ley:

LEY QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 4 DEL CÓDIGO PROCESAL


CONSTITUCIONAL

Artículo 1.- Objeto de la ley

El Tribunal Constitucional ha sostenido que el contenido constitucionalmente


protegido de los derechos es “la concreción de las esenciales manifestaciones de los
principios y valores que lo informan, su determinación requiere un análisis
sistemático de este conjunto de bienes constitucionales, en el que adquiere

180
participación medular el principio-derecho de dignidad humana, al que se
reconducen, en última instancia, todos los derechos fundamentales de la persona”
(STC 1417-2005-AA, FJ. 21)

Artículo 2.- Modificación del artículo 4 del Código Procesal Constitucional

Siendo que existe un gran número de demandas de amparo interpuestas contras


resoluciones judiciales que resultan ser desestimadas debido a que no se acredita la
vulneración del contenido constitucionalmente protegido de los derechos que
integran la tutela procesal efectiva, es necesario modificar el artículo 4 del Código
Procesal Constitucional a través de la adición del siguiente extremo que se encuentra
sombreado y subrayado:

“Artículo 4.- Procedencia respecto de resoluciones judiciales

El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con


manifiesto agravio al contenido constitucionalmente protegido de la tutela procesal
efectiva, que comprende el acceso a la justicia y al debido proceso”.

Disposiciones complementarias

Primera Disposición.- Órganos encargados de aplicar la modificación

Serán responsables de verificar la presunta afectación del contenido


constitucionalmente protegido de los derechos cuya tutela se requiere a través del
proceso de amparo contra resoluciones judiciales, las Salas Superiores que conozcan
las demandas interpuestas sobre la materia, a efectos de verificar este requisito de
procedencia.

Segunda Disposición.- Ejecución de la modificación

La presente modificación entrará en vigencia dentro de los treinta (30) días hábiles
siguientes a su publicación en el Diario Oficial “El Peruano”, con el propósito que

181
los operadores judiciales tomen conocimiento de la misma y la incorporen en el
ejercicio de sus funciones.

Comuníquese al Presidente de la República para su promulgación.

XII. Conclusiones y recomendaciones

XII.1. Conclusiones

- El amparo es un proceso constitucional destinado a la protección de los


derechos fundamentales sustantivos y procesales.

- La protección del amparo sobre los derechos fundamentales procesales ha


sido el resultado de una evolución histórica que partió desde las
Constituciones del siglo XIX hasta las del siglo XX, avizorando en estas
últimas la incorporación de textos que reconocían la protección de los
derechos procesales. Es por tal motivo que la Constitución Política de 1993
reconoce su tutela en el artículo 139, como también lo hace el Código
Procesal Constitucional a través de su artículo 4.

- En lo que a experiencias comparadas respecta, debe destacarse al Código


Procesal de Tucumán, el que si bien tiene un alcance local, fue el primer
cuerpo normativo de esta naturaleza en el continente. A su vez, debe
destacarse la legislación argentina, colombiana y mexicana, las cuales
desarrollan en extenso al proceso de amparo como mecanismo dirigido al
resguardo de los derechos fundamentales de orden procesal.

- El contenido del artículo 4 del Código Procesal Constitucional ha sido


respaldado por la jurisprudencia emanada del Tribunal Constitucional, pues
de los casos conocidos por el referido colegiado, este se ha valido para
precisar el contenido de los derechos fundamentales procesales, permitiendo
así identificar los supuestos frente a los cuales se puede afirmar que tales
derechos han sido vulnerados y, en consecuencia, recurrir al proceso de
amparo.

182
- A efectos de establecer si el contenido doctrinario relativo al proceso de
amparo contra resoluciones judiciales es efectivo, se realizó una investigación
sobre todas las resoluciones expedidas por el Tribunal Constitucional durante
el mes de enero de 2009 sobre demandas de amparo interpuestas contra
resoluciones judiciales. El resultado de la misma fue que sólo el 10% eran
estimadas, siendo que el 90% eran desestimadas generalmente porque el
Tribunal Constitucional advertía que en la demanda no se apreciaba
circunstancia alguna que revelara la afectación del contenido
constitucionalmente protegido de los derechos procesales cuya tutela se
solicitaba.

XII.2. Recomendaciones

- A fin de evitar la innecesaria interposición de demandas de amparo contra


resoluciones judiciales y con el propósito de evitar que el aparato judicial se
sobrecargue de procesos que concluirán con la desestimación de la demanda,
se recomienda que se tome en consideración que cualquier pretensión puesta
en conocimiento del juez constitucional que asume un proceso de amparo
debe estar referida a la vulneración o a la amenaza de agravio del contenido
constitucionalmente protegido de un derecho fundamental.

- La identificación del contenido constitucionalmente protegido de los derechos


procesales constituye una tarea ciertamente importante en la labor del
abogado litigante, a efectos de establecer si lo determinado en una resolución
judicial afecta o no dicho contenido, permitiendo así interponer la
correspondiente demanda de amparo contra ella.

- Sin perjuicio de lo referido en el párrafo anterior, igualmente es importante


que el juzgador identifique el contenido constitucionalmente protegido del
derecho cuya tutela se requiere a través de la demanda de amparo contra
resoluciones judiciales, ya que a través de ello se permitirá adoptar medidas
que sean eficaces para que a través de la declaratoria de improcedencia de la

183
demanda, se impida el tránsito por la vía constitucional de una pretensión que
no refiere la afectación del referido contenido.

- Por tal motivo, esta tesis ha concluido con la formulación de un proyecto


legislativo que recomienda la modificación del artículo 4 del Código Procesal
Constitucional, precisando que la procedencia del amparo contra resoluciones
judiciales estará condicionada al agravio sobre el contenido
constitucionalmente protegido de la tutela procesal efectiva.

- Dicha recomendación se elabora sobre la base del conocimiento de que gran


parte de los abogados litigantes y de los operadores jurisdiccionales sustentan
su ejercicio profesional sobre la base de la lectura literal de los dispositivos,
circunstancia que si bien no es correcta, no es alentada a través de la inclusión
de dicha propuesta de modificación, sino, todo lo contrario, obedece a que la
identificación de la referida práctica profesional pone en evidencia la
necesidad de su incorporación a efectos que quienes litigan y quienes
resuelven procesos judiciales no tengan excusa en torno al objeto del proceso
de amparo contra resoluciones judiciales.

- En consecuencia, de no cumplirse con ello, se recomienda que los jueces


apliquen sanciones pecuniarias sobre los abogados litigantes que actúen
temerariamente interponiendo dichas demandas cuando no exista la
vulneración del contenido constitucionalmente protegido de los derechos
fundamentales, a efectos de evitar la continuidad de esta práctica.

184
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- STC 4587-2004-AA, FJ. 38.
- STC 0012-2005-AI, FJ. 32.
- STC 3789-2005-HC, FJ. 8, 9.
- STC 0090-2004-AA, FJ. 27.
- STC 1330-2002-HC, FJ. 3.

190
- STC 6260-2005-HC, FJ. 3.
- STC 3450-2004-AA, FJ. 2.
- STC 0410-2002-AA, FJ. 5.
- STC 5374-2005-AA, FJ. 5, 6, 7.
- STC 5194-2005-AA, FJ. 8.
- STC 1209-2006-AA, FJ. 10.
- STC 1209-2006-AA, FJ. 11, 12.
- STC 4853-2004-AA, FJ. 37.

191
XIV. ANEXOS

MUESTRA 1

EXP. N.° 02126-2008-PA/TC


LIMA
CÉSAR FRANCISCO
CORTEZ VEGA

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 28 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don César Francisco


Cortez Vega contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 33 del segundo
cuaderno, su fecha 2 de abril de 2008 que, confirmando la apelada, declara
improcedente la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 9 de agosto de 2007 el recurrente interpone demanda de


amparo contra los magistrados de la Tercera Sala Especializada en lo Civil de
la Corte Superior de Justicia de la Libertad, vocales Anselmo Morgan
Zavaleta, Mariano Salazar Lizarraga e Irene Huerta Herrera; así como contra
la magistrada Lilly Llap Unchón, vocal provisional de referida Sala. Solicita
que se deje sin efecto la resolución N.º 17, de fecha 2 de abril de 2007,
mediante la cual se declara nula la sentencia consultada, y la resolución N.º
14, de fecha 10 de enero de 2007, que declara fundada la demanda de
divorcio por causal seguida por el recurrente en contra de doña Ana Cecilia

192
Bermeo Manrique. El accionante alega que en dicha resolución al insertarse
hechos que no concuerdan con lo actuado en autos y al no merituarse
documentación fundamental, se vulnera su derecho al debido proceso.

2. Que la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad,


con fecha 13 de agosto de 2007, declara improcedente la demanda por
considerar que no se pueden cuestionar resoluciones expedidas en un proceso
regular, máxime si este no se encuentra terminado, más aún si al declararse la
nulidad de la sentencia consultada, se ha ordenado que el juez de la causa
renueve los actos procesales viciados; siendo así, no se ha vulnerado el
debido proceso, como se alega.

3. Que por su parte la recurrida confirmó la apelada argumentando que la


resolución cuestionada se ha dictado en un proceso sobre divorcio por causal
que no ha concluido y, por tanto, no se cuenta con resolución judicial firme
en los términos del artículo 4º del Código Procesal Constitucional; tanto más
si no se advierte que el recurrente haya interpuesto recurso de casación contra
la resolución cuestionada.

4. Que el artículo 4° del Código Procesal Constitucional establece que:“El


amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con
manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva (…). Es improcedente cuando
el agraviado dejó consentir la resolución que dice afectarlo”

5. Que el Tribunal Constitucional ha señalado en reiterada jurisprudencia que


una resolución adquiere carácter firme cuando se han agotado todos los
recursos que prevé la ley para impugnarla dentro del proceso ordinario,
siempre que tengan la posibilidad real de revertir los efectos de la resolución
impugnada. También se convierte en firme cuando dicha resolución es
consentida, es decir, cuando el justiciable presuntamente agraviado con ella
no la impugna, significando esta conducta el reconocimiento de las bondades
de tal decisión o cualquiera otra expresión de aceptación de la facultad
jurisdiccional.

193
6. Que en el presente caso este Colegiado aprecia que al interponerse la
demanda el recurrente no agotó todos medios impugnatorios que la
normatividad prevé para impugnar la resolución cuestionada en el ámbito de
la jurisdicción ordinaria. Por tanto, no tratándose de una resolución judicial
“firme”, es de aplicación, a contrario sensu, el artículo 4° del Código
Procesal Constitucional, por lo que la demanda debe desestimarse.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

194
MUESTRA 2

EXP. N.º 03100-2006-PA/TC


LIMA
SIXTO ASCENCIOS
TRUJILLO

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 26 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Sixto Ascencios Trujillo


contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la
Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 37 del cuaderno de apelación, su
fecha 17 de noviembre de 2005, que, confirmando la apelada, declaró infundada la
demanda de amparo; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 28 de abril de 2004 el recurrente interpone demanda de amparo


contra la Jueza del Cuadragésimo Sétimo Juzgado Penal de Lima por vulneración
de sus derechos constitucionales a la propiedad, a la tutela jurisdiccional y al
debido proceso en el extremo relativo a la motivación resolutoria; así como de los
derechos de defensa y a la pluralidad de instancia y solicita que, reponiéndose las
cosas al estado anterior a la violación constitucional se le restituya su posesión
respecto de los lotes de terreno 4 y 5 de la Manzana T de la Quebrada de
Manchay, de los que fue desalojado por orden judicial.

Afirma que en el juzgado que despacha la emplazada se tramitó la causa penal


N.º 034-2002 contra Edwin Iván Liendo Zapata, Damián Meza Ugarte y

195
Rigoberto Mestanza Chavez, por el delito contra el patrimonio -usurpación
agravada- en agravio de Antonio Salinas Urfano, proceso que terminó por
sobreseimiento. Aduce que en la diligencia de inspección ocular se le despojó de
los lotes de terreno mencionados para ministrarle la posesión provisional a los
agraviados. Alega que luego de concluido el proceso se le debió restituir la
posesión que ostentaba, lo que no se hizo, por lo que procedió a solicitarlo por
escrito, pretensión que fue desestimada argumentándose que éste no es parte del
proceso penal. Finalmente, aduce que tomó conocimiento del proceso penal
durante la diligencia de lanzamiento y que 1e asiste mejor derecho de posesión y
propiedad respecto de los lotes reclamados por habérselos adjudicado la
Comunidad de Lanaville.

2. Que conforme se advierte de fojas 26 a fojas 32, la Procuraduría Pública a cargo


de los Asuntos Judiciales del Poder Judicial contesta la demanda alegando que
no existe vulneración ni afectación de derechos constitucionales, que la
resolución judicial cuestionada se expidió dentro de un proceso regular, y que la
demanda de amparo pretende suspender los efectos de la resolución judicial.

3. Que la sentencia de primer grado desestimó la demanda por considerar –


respecto al debido proceso- que el demandante recurre al amparo sin cuestionar
al interior del proceso penal las irregularidades que sustentan la demanda,
añadiendo que no obra en autos documento alguno que acredite la propiedad que
se considera afectada. La recurrida confirmó la apelada por similares
fundamentos, añadiendo que lo que en puridad se pretende es un nuevo debate
sobre el fondo del asunto judicial ya resuelto.

4. Que el Tribunal Constitucional estima que la demanda debe desestimarse. En


primer lugar porque “[…] el amparo contra resoluciones judiciales no supone
como tantas veces lo hemos afirmado, un mecanismo de revisión de la cuestión
de fondo discutida en el proceso que lo origina, por lo que las violaciones a los
derechos de las partes de un proceso deben expresarse con autonomía de dichas
pretensiones. Es decir, debe tratarse de afectaciones del Juez o Tribunal
producidas en el marco de su actuación jurisdiccional que la Constitución les

196
confiere y que distorsionan o desnaturalizan tales competencias al punto de
volverlas contrarias a los derechos constitucionales reconocidos y por tanto
inválidas” (Cfr. N° 1209-2006-PA/TC. Caso Compañía Cervecera Ambev Perú
S.A.).

5. Que finalmente porque es constante y reiterada la doctrina jurisprudencial del


Tribunal, en el sentido de que “...si bien el derecho de propiedad tiene
reconocimiento y protección constitucional de conformidad con lo establecido en
nuestra Constitución Política del Estado, no todos los aspectos de dicho atributo
fundamental pueden considerarse de relevancia constitucional (Cfr. STC. Nº
3773-2004-AA/TC).

Esto último es lo que sucede precisamente con la posesión que no obstante


configurarse como uno de los elementos que integra la propiedad, no pertenece al
núcleo duro o contenido esencial de ella, careciendo por tanto de protección en
sede constitucional, limitándose su reconocimiento y eventual tutela a los
supuestos y mecanismos que la ley, a través de los procesos ordinarios, establece.

6. Que por consiguiente y atendiendo a que lo que se reclama no forma parte del
contenido constitucional protegido por el derecho invocado, resulta de aplicación
el artículo 5º, inciso 1), del Código Procesal Constitucional

Por estos considerandos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere


la Constitución Política del Perú
RESUELVE

Declarar INFUNDADA la demanda de amparo.


Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ

197
MUESTRA 3

EXP. N.° 05014-2007-PA/TC


LIMA
CAJA DE BENEFICIOS Y SEGURIDAD
SOCIAL DEL PESCADOR

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 28 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por la Caja de Beneficios y


Seguridad Social del Pescador contra la sentencia de la Sala de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 52
del segundo cuaderno, su fecha 16 de mayo de 2007, que confirmando la apelada
declara improcedente la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 16 de enero de 2006 la recurrente interpone demanda de amparo


contra el Quinto Juzgado Laboral del Callao solicitando se declare la nulidad de
la Resolución N.° 4, de fecha 20 de diciembre de 2005, por considerar que afecta
sus derechos al debido proceso y a la tutela judicial efectiva.

2. Que el Código Procesal Constitucional establece en su artículo 4º que el


proceso de amparo procede respecto a resoluciones judiciales que detenten la
condición de firmes. En el caso al momento de interponerse la demanda de
amparo –16 de enero de 2006- la cuestionada resolución –de 20 de diciembre de
2005- carecía del requisito de firmeza debido a que se circunscribe a revocar una
resolución por la que se declaró improcedente la demanda de don Antonio
Esteban Damián Fidel en contra de la recurrente y ordena que la Juez de la causa

198
admita a trámite la demanda, por lo que el proceso aún se encuentra pendiente de
resolución.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

199
MUESTRA 4

EXP. N.° 05172-2007-PA/TC


LIMA
TRANSPORTES GAIA S.A.C.

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 10 de diciembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por la empresa Transportes


Gaia S.A.C. contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la
Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 34 del segundo cuaderno, su
fecha 15 de junio de 2007, que confirmando la apelada, rechaza in limine y declara
improcedente la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 16 de noviembre de 2006 la empresa recurrente interpone


demanda de amparo contra los magistrados integrantes de la Sala Civil
Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, a fin de que se
declare la nulidad de la resolución derivada de la Casación N.º 456-2006, del 13
de setiembre de 2006, que declara infundado dicho recurso, y por consiguiente
que se ordene a la referida Sala emita nuevo pronunciamiento. Alega que dicha

200
resolución vulnera su derecho al debido proceso en la modalidad del derecho a
obtener resoluciones motivadas.

2. Que con fecha 17 de noviembre de 2006 la Primera Sala Civil de la Corte


Superior de Justicia de Lima rechaza in limine y declara improcedente la
demanda en aplicación del artículo 5.1º del Código Procesal Constitucional.

3. Que la instancia superior por su parte, confirma la apelada por considerar que no
se advierte la trasgresión de los derechos constitucionales invocados en la
demanda.

4. Que de autos fluye que la cuestionada resolución deriva de un proceso ejecutivo


de obligación de dar suma de dinero. En ese sentido la recurrente alega que se
afectó su derecho al debido proceso toda vez que en la letra de cambio el girado
es la persona jurídica “Gaia SAC”, distinta del aceptante “Transportes Gaia
SAC”.

5. Que sin embargo este Colegiado advierte que en la cuestionada resolución la Sala
emplazada sostuvo que

“(…) no obstante haberse incurrido en error al transcribir los datos del girado
en el apartado correspondiente al señalar como su denominación únicamente
la palabra Gaia SAC, ello no vicia el título valor puesto a cobro por cuanto en
él aparece de manera clara el nombre completo del girado, la dirección del
mismo, su número de documento oficial de identidad, además del nombre y la
firma de su representante legal; por tanto, la referida cambial ha sido
completada conforme a las formalidades que prevé los artículos 6.4 y 119 de

201
la Ley N.º 27287, teniendo la característica de un documento válido por
cuanto no carece de ninguno de los requisitos que allí se establecen; por
consiguiente, no se advierte que la resolución de vista adolezca de falta de
motivación o motivación defectuosa, por cuanto de lo actuado en el proceso,
subyace el hecho incontrovertible que “Gaia SAC” y “Transportes Gaia SAC”
son la misma persona jurídica”.

6. Que de lo expuesto se aprecia que el recurrente pretende cuestionar una


decisión judicial en la que, luego de efectuarse la valoración de la letra de cambio
puesta a cobro, se ha determinado su legitimidad.

7. Que sobre el particular el Tribunal Constitucional debe recordar que el proceso


de amparo contra resoluciones judiciales tiene circunscrito su ámbito de
competencia a la protección de aquellos derechos fundamentales que se
encuentren directamente afectados por una decisión judicial, no resultando
procedente cuando se pretenda cuestionar decisiones de exclusiva competencia
de los jueces ordinarios.

8. Que en ese sentido, este Tribunal estima que la pretensión de la empresa


recurrente debe ser desestimada toda vez que pretende que el juez constitucional
se pronuncie sobre la valoración realizada por la Sala emplazada respecto del
título valor puesto a cobro, pretensión que, por su propia naturaleza, ya fue
discutida en la respectiva instancia judicial ordinaria, y que no puede ser
examinada en este proceso constitucional.

9. Que por tanto se advierte que los hechos y el petitorio de la demanda no se


encuentran relacionados de manera directa con el contenido constitucional del

202
derecho invocado, resultando de aplicación el artículo 5.1° del Código Procesal
Constitucional.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú y con el fundamento de voto del
magistrado Vergara Gotelli, que se agrega

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ

VERGARA GOTELLI

LANDA ARROYO

BEAUMONT CALLIRGOS

ETO CRUZ

203
EXP. N.º 05172-2007-PA/TC

LIMA

TRANSPORTES GAIA S.A.C.

FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO JUAN FRANCISCO


VERGARA GOTELLI

Emito el presente fundamento de voto en atención a las siguientes consideraciones:

1. Que viene a conocimiento de este Tribunal Constitucional el recurso de


agravio constitucional interpuesto por la empresa Transportes Gaia S.A.C. contra la
resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de
Justicia de la República de fojas 34 del segundo cuaderno, su fecha 15 de junio de
2007, que declaró improcedente la demanda de autos.

2. La recurrente es una persona jurídica denominada Transportes Gaia S.A.C. la


que solicita que se declare la nulidad de la resolución casatoria N.º 456-2006, de
fecha 13 de setiembre de 2006, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte
Suprema de Justicia de la República por la que se resolvió declarar infundado el
recurso de casación interpuesto por Transportes Gaia S.A.C., resolución
expedida en el proceso ejecutivo sobre obligación de dar suma dinero seguido
por María Antonieta Destre Guadalupe de Bibolotti contra la Empresa de
Transportes Gaia S.A.C.

Afirma que en el proceso ejecutivo referido se exigió a la ahora recurrente el


pago del importe contenido en una letra de cambio (ascendiente a la suma de $
18, 500.00 dólares americanos), más intereses pactados, costas y costos.
Manifiesta que el Juzgado declaró fundada la demanda por considerar que el
título objeto de cobro reunía las formalidades que exige el inciso 1 del artículo

204
119 de la Ley 27287, Ley de Títulos Valores, por lo que estaría acreditado la
relación obligacional de la demandada en este proceso ejecutivo, quien además
no formuló contradicción alguna contra el mandato ejecutivo. La Sala Civil
(segunda instancia) confirmó la apelada por estimar que si bien se ha incurrido
en error al transcribir los datos del aceptante o girado en el apartado
correspondiente no vicia la cambial puesta a cobro por cuanto el nombre
completo del aceptante o girado, su dirección y su número de documento oficial
de identidad aparecen claramente en el indicado título valor por tanto la referida
cambial ha sido completado conforme a las formalidades que prevé los artículos
6.4 y 119 de la referida Ley. Por su parte, la Sala Civil Transitoria de la Corte
Suprema de Justicia de la República resolvió no casar la sentencia de vistaen
atención a lo señalado por la Sala Superior (segundo grado), es por ello que
consideró que el documento resulta válido ya que no carece de ninguno de los
requisitos que la ley establece. En ese sentido, no advierte que la resolución de
vista adolezca de falta de motivación o motivación defectuosa por cuanto de lo
actuado en el proceso subyace el hecho controvertible que “Gaia S.A.C.” y
“Transportes Gaia S.A.C.” son la misma persona jurídica. Alega que se ha
vulnerado su derecho a la tutela procesal efectiva y al debido proceso en la
modalidad de obtener resoluciones motivadas.

3. Cabe señalar que las instancias inferiores han rechazado liminarmente la


demanda por considerar que la pretensión de la empresa recurrente se encuentra
incurso dentro de lo previsto por el inciso 1 del artículo 5 del Código Procesal
Constitucional. Por su parte, la recurrida confirmó la apelada por considerar que
conforme al artículo 47 del Código Procesal Constitucional de autos no se
advierte la trasgresión a los derechos constitucionales invocados en la demanda
pues la demandante pudo ejercer los medios impugnatorios que la ley le faculta
dentro del plazo que ella otorga.

4. Entonces tenemos que el tema de la alzada trata de un rechazo liminar de la


demanda (ab initio), en las dos instancias (grados) precedentes, lo que significa
que no hay proceso y por lo tanto no existe demandado (emplazado). Por ello
cabe mencionar que si el Superior revoca el auto venido en grado para vincular a
quien todavía no es demandado porque no ha sido emplazado por notificación

205
expresa y formal, corresponde entonces revocarlo y ordenar al inferior a admitir
la demanda a trámite y correr traslado de ella al demandado.

5. Además debemos manifestar que al concedérsele al actor el recurso extraordinario


de agravio constitucional, el principio de limitación aplicable a toda la actividad
recursiva le impone al Tribunal Constitucional (de sólo referirse al tema del
cuestionamiento a través del recurso de agravio constitucional, y nada más. Por
Tribunal de alzada) la limitación ello es que el recurso de apelación concedido y
notificado al que debería ser considerado demandado si la sala superior revoca el
auto cuestionado, produce efectos para ambas partes.

6. Entonces se debe evaluar si se revoca o se confirma el auto de rechazo liminar. En


el presente caso debo manifestar que la demandante es una persona jurídica por
lo que deberá evaluarse si ésta tiene legitimidad para obrar activa, para ello debo
señalar previamente que en el Exp. 0291-2007-PA/TC emití un voto en el que
manifesté:

“Titularidad de los derechos fundamentales

La Constitución Política del Perú de 1993 ha señalado en su artículo 1º-parte


de derechos fundamentales- que “La defensa de la persona humana y el
respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.”
agregando en su artículo 2º que “toda persona tiene derecho ….”, refiriendo en
la aludida nomina derechos atribuidos evidentemente a la persona humana a la
que hace referencia sin lugar a dudas el citado artículo 1º.

El Código Procesal Constitucional estatuye en su artículo V del Título


Preliminar al referirse a la interpretación de los Derechos Constitucionales, que
“El contenido y alcances de los derechos constitucionales protegidos por los
procesos regulados en el presente Código deben interpretarse de conformidad
con la Declaración Universal de Derechos Humanos, los tratados sobre
derechos humanos así como las decisiones adoptadas por los tribunales

206
internacionales sobre derechos humanos, constituidos por tratados de los que el
Perú es parte.”

De lo expuesto en el fundamento precedente se colige que los derechos


constitucionales tienen que ser interpretados en concordancia con los tratados
internacionales en los que el Perú es parte con la finalidad de evitar
incompatibilidades entre éstos.

Entonces debemos remitirnos al contenido de los Tratados Internacionales para


interpretar los derechos constitucionales protegidos por el Código Procesal
Constitucional. La Declaración Universal de Derechos Humanos, como su
misma denominación señala, declara derechos directamente referidos a la
persona humana, precisando así en su articulo 1º que: “Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están
de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los
otros.”, nominado en el articulo 2º la enumeración de los derechos que se les
reconoce.

También es importante señalar que la Convención Americana sobre Derechos


Humanos - “Pacto de San José de Costa Rica”- expresa en el artículo primero,
inciso dos, que debe entenderse que persona es todo ser humano”, haciendo
referencia marcada al precisar que los derechos reconocidos en la señalada
disposición internacional están referidos sólo a la persona humana.
En conclusión extraemos de lo expuesto que las disposiciones internacionales al
proteger los derechos referidos a la persona humana están limitando al campo
de las denominadas acciones de garantías constitucionales a los procesos
contemplados por nuestro Código Procesal Constitucional.

Por ello es que expresamente el artículo 37º del Código Procesal Constitucional
señala que los derechos protegidos por el proceso de amparo son los que
enumera el articulo 2º de la Constitución Política del Perú, referida obviamente
a los derechos de la persona humana, exceptuando el derecho a la libertad
individual porque singularmente dicho derecho está protegido por el proceso de
habeas corpus y los destinados a los procesos de cumplimiento y habeas data

207
para los que la ley les tiene reservados tratamientos especiales por cuanto traen
conflictos de diversa naturaleza. Esto significa entonces que el proceso de
amparo está destinado exclusiva y excluyentemente a la defensa de los derechos
fundamentales directamente relacionados a la persona humana.

De lo expuesto queda claro que cuando la Constitución habla de los derechos


fundamentales, lo hace con las particularidades anotadas pensando en la
persona humana, esto es en el ser humano física y moralmente individualizado.
Hacia él pues se encuentran canalizados los diversos atributos, facultades y
libertades, siendo solo él quien puede invocar su respeto y protección a título
subjetivo y en sede constitucional.

La Persona Jurídica.

7. El Código Civil en su Libro I desarrolla el tema de “personas” colocando en la


Sección Primera a las Personas Naturales (personas humanas), y en la Sección
Segunda a las Personas Jurídicas.

Esto quiere decir que nuestra legislación civil ordinaria ha contemplado tal
separación precisando los derechos y obligaciones de una y otras. En lo que
respecta a las personas morales que denomina jurídicas, hace la distinción al
señalar la decisión libre de varias personas naturales de formar un
conglomerado con objetivo igual pero con identidad propia distinta a la de cada
una de las personas naturales que crearon dicha “persona” ideal. Dotada así
de derechos y obligaciones la “persona jurídica” tiene atribuciones que no
corresponden a los derechos de las personas naturales que la crearon con
entera libertad. Cabe por ello recalcar que los fines de la persona jurídica son
distintos a los fines de las personas naturales que la formaron puesto que la
reunión de éstas se da por intereses comunes, y que conforman un interés propio
y distinto a los intereses personales de cada uno de sus integrantes, pudiendo
tener fines de lucro el aludido conglomerado venido a conocerse con la
denominación legal de persona jurídica.

208
Las personas jurídicas que tienen interés de lucro destinan sus actividades en
función de los capitales que aportan sus integrantes con la expectativa de
obtener utilidades que se destinaran al fin de cuentas a estas personas naturales
y en proporción de sus aportes. Por esto se afirma en el lenguaje mercantil que
la persona jurídica más que una sociedad de personas es una sociedad de
capitales. Entonces cuando estas personas jurídicas denominadas empresas
consideran que se les ha vulnerado un derecho fundamental directamente
vinculado a sus intereses patrimoniales, deben de buscar un mecanismo idóneo
para la solución del conflicto, teniendo en cuenta prima facie que los jueces
ordinarios son los encargados de velar por la defensa y protección de estos
derechos, también protegidos por el amplio manto de la Constitución Política
del Estado. Sin embargo estas empresas cada vez que ven afectados sus
intereses económicos, teniendo a su alcance el proceso ordinario
correspondiente igualmente satisfactorio, suelen recurrir, interesadamente, al
proceso constitucional que, como queda dicho, es exclusivo y excluyente de la
persona humana. Esta determinación arbitraria, además de ser anormal y
caótica, coadyuva a la carga procesal que tiende a rebasar la capacidad
manejable del Tribunal Constitucional y a sembrar en algunos sectores de la
sociedad la idea de un afán invasorio que por cierto no tiene este colegiado.

En el caso de las personas jurídicas que no tienen fines de lucro la propia ley
civil establece la vía específica para solicitar la restitución de los derechos
particulares de sus integrantes como el caso de las asociaciones para el que la
ley destina un proceso determinado en sede ordinaria.

Por lo precedentemente expuesto afirmamos que las personas jurídicas tienen


también derechos considerados fundamentales por la Constitución, sin que con
esta etiqueta cada vez que vean afectados sus intereses patrimoniales, puedan
servirse para traer sus conflictos a la sede constitucional sin importarles la
ruptura del orden que preserva el proceso, el que señala la tutela urgente en
sede constitucional exclusivamente para la solución de conflictos en temas de
solo interés de la persona humana.”

209
8. De lo expuesto concluyo afirmando que si bien este Tribunal ha estado
admitiendo demandas de amparo presentadas por personas jurídicas, esta
decisión debe ser corregida ya que ello ha traído como consecuencia la
“amparización” fabricada por empresas para la defensa de sus intereses
patrimoniales, utilizando los procesos de la sede constitucional destinados
exclusivamente a la solución de los conflictos sobre derechos de la persona
humana. Por ello por medio del presente voto pretendo limitar mi labor a solo lo
que me es propio, dejando por excepción eventuales casos en los que la persona
jurídica no tenga a donde recurrir, encontrándose en una situación de indefensión
total para defenderse de la vulneración de derechos constitucionales que pongan
en peligro su existencia.

9. Creo que es oportuno establecer qué casos podrían ser considerados como
excepcionales de manera que este colegiado podría realizar un pronunciamiento
de emergencia. Si bien he señalado en reiteradas oportunidades que los procesos
constitucionales están destinados a la defensa de los derechos fundamentales de
la persona humana, también he manifestado que sólo por excepción podría
ingresar al fondo en un proceso iniciado por persona jurídica. Estas situaciones
excepcionales pueden ser las siguientes:

a) Cuando la persona jurídica no tenga vía alguna –ya sea administrativa o


judicial- para solicitar la defensa de sus derechos constitucionales siendo
inevitable la intervención de este tribunal.

b) Cuando sea totalmente evidente la vulneración de sus derechos


constitucionales, es decir cuando de los actuados se evidencie que esté en
peligro sus derechos constitucionales. En este supuesto debe tenerse presente
que la intervención del Tribunal Constitucional será admitida siempre y
cuando del sólo escrito de demanda y de sus anexos sea evidente la
vulneración de los derechos constitucionales de la persona jurídica. Ejm.
Ejecución de actos administrativos en aplicación de normas derogadas o
declaradas inconstitucional por este Tribunal.

210
c) Cuando en contravención de un precedente vinculante emitido por este
Tribunal un órgano administrativo o judicial vulnera derechos
constitucionales de una persona jurídica, evidenciándose ello sólo de los
actuados presentados por la persona jurídica; y

d) Cuando por actos arbitrarios de un órgano administrativo o judicial se


vulnere derechos constitucionales que pongan en peligro la existencia de la
persona jurídica. En este supuesto la vulneración debe acreditarse de los
actuados en la demanda, lo que significa que la vulneración debe ser
manifiesta.
En los supuestos c) y d) es necesario exigir que la persona jurídica haya recurrido
previamente al órgano judicial cuestionando los actos que considera
vulneratorios, ya que prima facie, son los encargados de la defensa de la
Constitución.

10. En el presente caso la recurrente es, como decimos, una persona jurídica de
derecho privado con lícito objetivo de lucro que exige la protección de derechos
que considera violados y que aparecen necesariamente relacionados a intereses
patrimoniales, acusando en un órgano judicial del Estado una decisión que
considera equivocada decisión evacuada dentro de un proceso de su competencia
conducido por los cauces de la ley. Se evidencia de autos que la empresa
demandante cuestiona una resolución casatoria dictada en proceso sobre
obligación de dar suma de dinero, el que resolvió no casar la sentencia de vista
por no encontrar ninguna violación a la normas que garantizan el derecho a un
debido proceso. Para que este Tribunal realice un pronunciamiento de fondo la
persona jurídica demandante alega violación a su derecho a la tutela procesal
efectiva sin tener presente ésta que al haber hecho uso de los recursos
impugnatorios dentro del proceso ejecutivo ha quedado acreditado que en ningún
momento se le ha violado su derecho a la tutela judicial efectiva así como
tampoco su derecho al debido proceso. Lo que pretende la actora en el proceso
de amparo es cuestionar la mencionada resolución por cuanto le resulta adverso a
sus intereses patrimoniales.

211
11. Considero que si tuviéramos que entrar a analizar la pretensión concreta, lo que
no consideramos sea de competencia del Tribunal Constitucional, tendríamos que
remover el proceso ejecutivo subyacente del que deriva la presente contienda
constitucional, encontrando entonces que el proceso de amparo sería una vía en
la que se podría revisar lo resuelto por los jueces ordinarios sobre materias de
índole legal, siendo que el Tribunal Constitucional quedaría convertido en un
supra revisor de todo lo actuado en sede ordinaria.

12. A mayor abundamiento debemos recordar que la empresa recurrente es una


sociedad mercantil que se crea y vive sosteniendo exclusivo interés de lucro, que
desde luego es legitimo y constituye para la empresa, "derechos fundamentales",
pero que éstos no son los que la Constitución contempla como "garantías" en
defensa de la persona humana. Por esto en la doctrina mercantil se dice que las
sociedades anónimas más que sociedades de personas (naturales) son sociedades
de capitales. En ese sentido correspondería señalar que, siendo la recurrente una
sociedad mercantil, el trámite para sus peticiones sería la vía ordinaria.

13. Por lo expuesto considero que el auto de rechazo liminar debe ser confirmado
en atención a la falta de legitimidad para obrar activa de la empresa demandante.

En consecuencia es por estas razones que considero que se debe CONFIRMAR el


auto de rechazo liminar declarando en consecuencia la IMPROCEDENCIA de la
demanda.

SR.

JUAN FRANCISCO VERGARA


GOTELLI

212
MUESTRA 5

EXP. N.° 06250-2007-PA/TC


LIMA
VIOLETA URSULA
ARRIOLA MORALES

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 26 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto doña Violeta Úrsula Arriola


Morales contra la sentencia de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la
Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 41 del segundo cuaderno, su
fecha 5 de setiembre de 2007, que, confirmando la apelada, declara improcedente in
límine la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 2 de octubre de 2006 la recurrente interpone demanda de amparo


contra la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, solicitando
se deje sin efecto la Resolución de fecha 20 de junio de 2006, que confirma la
Resolución de primera instancia, de fecha 6 de abril de 2005, por medio de la
cual se declara improcedente su demanda sobre nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, interpuesta en contra de la resolución que declara infundada su
demanda en anterior proceso de obligación de dar suma de dinero en contra de
Telefónica del Perú S.A.A.; considera que se lesionan sus derechos al debido
proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva.

2. Que según lo establecido en el inciso 2) del artículo 385 del Código Procesal
Civil, procede el recurso de casación contra (…) “los autos expedidos por las
Cortes Superiores que, en revisión ponen fin al proceso”. En consecuencia dado

213
que la resolución cuestionada es una resolución emitida en segunda instancia, en
el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, contra ella procedía recurso de
casación, tal como se dispone en el citado artículo. No obstante de autos no se
advierte que el recurrente haya presentado medio impugnatorio alguno en contra
de la resolución que dice afectarlo. Por lo tanto al momento de interponer la
demanda de amparo, 2 de octubre de 2006, la citada resolución de fecha 20 de
junio de 2006 carecía del requisito de firmeza debido a que el recurrente no
cumplió con agotar los medios impugnatorios a su alcance a fin de hacer valer su
derecho conforme correspondía, siendo aplicable el artículo 4 del Código
Procesal Constitucional.

3. Que independientemente a lo señalado en el párrafo precedente, y según lo


manifestado por el recurrente en su demanda de amparo, la cuestionada
resolución, de fecha 20 de junio de 2006, le fue notificada con fecha 1 de agosto
de 2006, habiendo interpuesto demanda de amparo con fecha 2 de octubre de
2006, es decir fuera del plazo de 30 días establecido por el artículo 44º el Código
Procesal Constitucional. Desde la perspectiva descrita la demanda también
resulta improcedente, en atención a lo dispuesto por el artículo 5, inciso 10, del
citado Código.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que


le confieren la Constitución Política del Perú y su Ley Orgánica,

RESUELVE
Declarar IMPROCEDENTE la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

214
MUESTRA 6

EXP. N.º 01563-2008-PA/TC


LIMA
JOSÉ HELMER
AGUILAR LÁZARO

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 3 de diciembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Carlos Fernando


Gonzáles Vergara en su calidad de abogado de José Helmer Aguilar Lázaro contra la
Resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte
Suprema de Justicia de la República, de fojas 27 del cuaderno de la Suprema, su
fecha 24 de octubre de 2007, que confirmando la apelada declara improcedente la
demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que el recurrente interpone demanda de amparo contra el Procurador Público del


Poder Judicial, contra los Vocales de la Primera Sala Laboral de la Libertad Félix
Jenaro Valeriano Baquiano, María Lily Cueva Moreno y Miguel Mendiburu
Mendocilla, así como contra el ex Juez del Primer Juzgado Laboral de Trujillo
señor Víctor Castillo León, solicitando: 1) la nulidad de la resolución de vista Nº
10 de fecha 3 de octubre de 2006 que confirmando la resolución de primera
instancia declaró improcedente la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta;
2) la nulidad de la resolución Nº 1 del 13 de julio de 2003 expedida por el juzgado
demandado; 3) que el juez emplazado califique positivamente su demanda sobre

215
nulidad de cosa juzgada que interpuso contra Editora Nuevo Norte S.A. y otros; y
4) que se declare la inaplicabilidad del artículo 44 del CPConst., por considerar
que las citadas resoluciones lesionan sus derechos constitucionales a la igualdad
ante la ley, al trabajo y a la tutela procesal efectiva.

El recurrente sostiene que su demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta


tiene todos los requisitos exigidos por la ley de la materia y que por ello debería
ser admitido: refiere asimismo que el artículo 44 del CPConst. lesiona el derecho
a la igualdad contemplado en el artículo 2, inciso 2 de la Constitución, ya que no
existen dos tipos de procesos, por lo que en ejercicio del control difuso se debería
considerar el plazo de 60 días para su caso.

2. Que la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad


declaró improcedente in límine la demanda de amparo argumentando que de autos
se evidencia que la demanda ha sido interpuesta fuera del plazo previsto por el
artículo 44 del CPConst. A su turno la recurrida confirma la apelada por similares
argumentos.

3. Que el demandante manifiesta que el artículo 44 del CPConst. que prescribe: “El
plazo para interponer la demanda de amparo prescribe a los sesenta días hábiles
de producida la afectación, siempre que el afectado hubiese tenido conocimiento
del acto lesivo y se hubiese hallado en posibilidad de interponer la demanda. Si
esto no hubiese sido posible, el plazo se computará desde el momento de la
remoción del impedimento. Tratándose del proceso de amparo iniciado contra
resolución judicial, el plazo para interponer la demanda se inicia cuando la
resolución queda firme. Dicho plazo concluye treinta días hábiles después de la
notificación de la resolución que ordena se cumpla lo decidido”, lesiona el
derecho a la igualdad contemplado en el artículo 2 de la Constitución.

4. Que sobre ello este Tribunal considera oportuno señalar que el proceso de amparo
tiene como fin proteger los derechos fundamentales de la persona humana
reponiendo las cosas al estado anterior a la lesión o amenaza de lesión de un
derecho constitucional y que si bien toda función estatal tiene una presunción de
legitimidad constitucional, es evidente que existe una posibilidad de eventuales
excesos y distorsiones como situaciones de riesgo o indiscutible probabilidad, no

216
siendo por ello una excepción a esta posibilidad la función que realizan los jueces,
el amparo contra resoluciones judiciales resulta una fórmula de control
(mecanismo externo) sobre el actuar de los jueces, por lo que figura que no puede
considerarse como un acto contrario a los objetivos del sistema jurídico sino como
complemento. Siendo esto así para hacer efectivo el amparo contra resoluciones
judiciales se justifica que el plazo sea menor al que se otorga ante una lesión de
otra naturaleza, al ser un mecanismo extraordinario de control.

5. Que el artículo 5 inciso 10 del Código Procesal Constitucional prescribe que no


proceden los procesos constitucionales cuando: “Ha vencido el plazo para
interponer la demanda, con excepción del proceso de hábeas corpus”.
Específicamente el plazo de interposición de una demanda de amparo contra
resolución judicial es de 30 días de acuerdo a lo señalado en el segundo párrafo
del artículo 44 del CPConst.

6. Que a fojas 18 de autos corre la resolución Nº 11 mediante la cual se ordena


cúmplase lo ejecutoriado en el Exp Nº 1152-04 (sobre nulidad de cosa juzgada
fraudulenta) que fue notificada al recurrente el 10 de noviembre de 2006. En
consecuencia se advierte que la demanda ha sido interpuesta fuera del plazo
previsto por el CPConst., por lo que solo cabe confirmar el auto cuestionado de
rechazo liminar.

Por estos considerandos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere


la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.

VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
MESÍA RAMÍRES
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

217
MUESTRA 7

EXP. N.° 04193-2007-PA/TC


LIMA
LEANDRA BASILIA
TAMAYO RAMOS

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 10 de diciembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Leandra


Basilia Tamayo Ramos contra la resolución de la Sala de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la República, de
fojas 46 del segundo cuaderno, su fecha 13 de marzo de 2007, que confirmando
la apelada rechazó in límine y declara improcedente la amparo de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 7 de abril de 2006 la recurrente interpone demanda de amparo


contra los magistrados integrantes de la Sala Civil Permanente de la Corte
Suprema de Justicia de la República, a fin de que se declare la nulidad de la
resolución s/n derivada de la Casación N.º 3159-2005, del 10 de enero de 2006,
que declara improcedente dicho recurso, y que en consecuencia se ordene a la
referida Sala emita nuevo pronunciamiento admitiendo el recurso de casación.
Alega que dicha resolución vulnera su derecho al debido proceso en la modalidad
de derecho a obtener resoluciones motivadas.

218
2. Que con fecha 10 de mayo de 2006 la Segunda Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de Lima rechaza in limine y declara improcedente la demanda en
aplicación del artículo 5.1º del Código Procesal Constitucional. La sala revisora
confirma la apelada por los mismos fundamentos.

3. Que de autos fluye que la cuestionada resolución deriva de un proceso por


indemnización. La recurrente alega que se afectó su derecho al debido proceso
porque se consideró como culpa leve y no como culpa inexcusable el hecho que
el médico “olvidara” un corte de gasa en su cuerpo durante una intervención
quirúrgica, y porque no se han aplicado de los artículos 1321º y 1985º del
Código Civil para determinar la cuantía de la indemnización.

4. Que sin embargo de la cuestionada resolución se aprecia que la Sala emplazada


sostuvo que la denuncia

“(…) no puede ser amparada, por cuanto, se encuentra referida a cuestiones


de hecho y probanza que implican el reexamen de los medios probatorios, lo
cual es ajeno a los fines del recurso de casación, previstos en el artículo 384
del Código Procesal Civil. Además, la recurrente en el caso de las numerales
1319 y 1321 del Código Civil, no señala cual es el nexo causal entre los
hechos y dichas normas, limitándose a narrar acontecimientos producidos en
la relación jurídica sustantiva. Por último, en el caso del artículo 1985 del
Código Sustantivo, no explica cuál es su pertinencia al caso de autos, estando
a que las instancias de mérito han circunscrito el presente caso a las normas
de responsabilidad contractual”.

5. Que de lo expuesto se aprecia que la recurrente pretende cuestionar una


decisión judicial en la que, luego de efectuarse la valoración respectiva, se ha
determinado que el médico ha incurrido en culpa leve por omitir funciones de
diligencia ordinaria y que el juez estableció el monto del resarcimiento del
daño con valoración equitativa.

219
6. Que sobre el particular el Tribunal Constitucional debe recordar que el proceso
de amparo contra resoluciones judiciales tiene circunscrito su ámbito de
competencia a la protección de aquellos derechos fundamentales que se
encuentren directamente afectados por una decisión judicial, no resultando
procedente cuando se pretenda cuestionar decisiones de exclusiva competencia
de los jueces ordinarios.

7. Que en tal línea este Tribunal estima que la fundamentación del RAC debe ser
desestimada toda vez que pretende que el juez constitucional se pronuncie
sobre la valoración realizada por la Sala emplazada respecto a los hechos
ocurridos y las pruebas presentadas, pretensión que, por su propia naturaleza,
ya fue discutida en la respectiva instancia judicial ordinaria, y que no puede ser
examinada en este proceso constitucional, salvo que exista una conducta
manifiestamente irrazonable que no es el caso.

8. Que por tanto al no encontrarse los hechos y el petitorio de la demanda


relacionados de manera directa con el contenido constitucional del derecho
invocado, debe confirmarse el auto de rechazo líminar y en consecuencia
declarar la improcedencia de la demanda en atención al artículo 5.1° del
Código Procesal Constitucional.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda.

Publíquese y notifíquese.

SS.
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ

220
MUESTRA 8

EXP. N.° 05030-2007-PA/TC


LIMA
GIOVANA AMPARO
GOTUZZO CERPA

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 2 de diciembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Giovanna Amparo


Gotuzzo Cerpa contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de
la Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 82, su fecha 6 de junio de
2007, que confirmando la apelada declara improcedente la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 1 de diciembre de 2006 la recurrente interpone demanda de


amparo contra la Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte
Suprema de Justicia de la República con el objeto de que se deje sin efecto la
ejecutoria suprema de fecha de 19 de enero de 2006, que declaró improcedente el
recurso de casación interpuesto por la recurrente, así como la resolución de fecha
03 de mayo de 2006, que declaró improcedente el pedido de nulidad de ejecutoria
suprema, en el proceso sobre depósito de compensación de servicios e intereses
que siguió en contra del Instituto Nacional de Concesiones y Catastro Minero y
otro. Sostiene que se ha afectado su derecho a la tutela procesal efectiva, pues en

221
el proceso ordinario se aplicó de manera indebida el artículo 1º del TUO de la
Ley de Compensación por Tiempo de Servicios y además no se aplicó el artículo
56º del mencionado texto normativo, lo que motivó que la recurrente interpusiera
el mencionado recurso de casación.

2. Que con fecha 11 de diciembre de 2006 la Primera Sala Civil de la Corte


Superior de Justicia de Lima declaró improcedente la demanda de amparo, en
aplicación del artículo 5º, inciso 1), del Código Procesal Constitucional, por
considerar que con ella el recurrente pretende que se discuta el fondo de la
decisión jurisdiccional ordinaria. La recurrida, por su parte, confirma la apelada
por los mismos fundamentos.

3. Que sobre el particular en reiterada jurisprudencia este Colegiado ha sostenido


que el artículo 5 inciso 1) del Código Procesal Constitucional, siendo una norma
de observancia obligatoria, sirve para identificar el objeto de protección de los
procesos constitucionales, en el caso particular, el amparo contra resoluciones
judiciales. En tal sentido, en el expediente Nº 03227-2007-PA/TC se establece,
entre otros aspectos, que el amparo por la propia naturaleza del objeto a proteger,
sólo tutela pretensiones relacionadas con el ámbito constitucional de un derecho
fundamental susceptible de protección en un proceso constitucional. De este
modo, no pueden ser conocidas por el amparo pretensiones relacionadas con otro
tipo de derechos (de origen legal, administrativo, etc.), pues se requiere que su
contenido tenga relevancia constitucional o carácter de fundamentalidad, o
pretensiones que, aunque relacionadas con el contenido constitucional de un
derecho fundamental, no son susceptibles de protección en un proceso
constitucional sino en un proceso ordinario.

4. Que de la revisión de autos este Colegiado considera que la pretensión del


demandante debe ser desestimada toda vez que no le corresponde a esta sede
constitucional pronunciarse sobre lo siguiente: i) verificar si la recurrente reúne o
no los requisitos necesarios para percibir los intereses de su compensación por
tiempo de servicios, conforme a la Ley de Compensación por Tiempo de
Servicios, ii) si la inclusión del Instituto Nacional de Concesiones y Catastro
Minero (INACC) a la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos

222
(SUNARP), ha conllevado la conclusión de la relación laboral con la primera de
las instituciones antes mencionadas, y iii) verificar el cumplimiento de requisitos
de procedencia del recurso de casación tales como aquel sobre la existencia o no
de una sentencia sobre el fondo como objeto de la casación. Siendo así es de
aplicación al caso el inciso 1) del artículo 5° del Código Procesal Constitucional.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declara IMPROCEDENTE la demanda de amparo.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ

VERGARA GOTELLI

LANDA ARROYO

BEAUMONT CALLIRGOS

ETO CRUZ

223
MUESTRA 9

EXP. N.° 05541-2007-PA/TC


LIMA
JUAN CARLOS
VALDEZ RISCO

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 25 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Juan Carlos


Valdez Risco contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social
de la Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 79 del segundo
cuaderno, su fecha 19 de julio de 2007, que confirmando la apelada, declaró
improcedente la demanda de amparo de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 28 de enero de 2005 el recurrente interpone demanda de


amparo contra las magistradas Disseta de Vettori Flores y Aurora Quintana
Gurt Chamorro, quienes a su turno han sido titulares del Cuarto Juzgado de
Familia de Lima, solicitando que se declare la ineficacia y nulidad de las
Resoluciones N.os 13 y 15, su fecha 7 y 28 de octubre de 2004,
respectivamente, expedidas en el proceso de reducción de alimentos

224
promovido por don Juan Itsvan Valdez Carrillo contra el recurrente (Exp. N.°
183504-2004-00182-0). Alega violación de sus derechos al debido proceso y
a la tutela procesal efectiva.

Según afirma dichos derechos han sido vulnerados toda vez que la
cuestionada Resolución N.° 13, la cual confirma en parte la sentencia de
fecha 30 de diciembre de 2003 y, reformándola, varía la cuantía de la pensión
de alimentos, adolece de falta de motivación y no ha resuelto los puntos
controvertidos omitiendo considerar los cinco agravios expuestos en el
recurso de apelación interpuesto por el recurrente. Por su parte, la Resolución
N.° 15 habría vulnerado los derechos que invoca, pues declaró improcedente
la nulidad deducida por el recurrente contra la referida sentencia invocando
una disposición impertinente.

2. Que a fojas 75, el Procurador Público Adjunto a cargo de los Asuntos


Judiciales del Poder Judicial contesta la demanda solicitando que la misma
sea declarada improcedente y/o infundada, manifestando que el recurrente
tenía expedito su derecho para recurrir al proceso de cosa juzgada
fraudulenta. Por su parte, a fojas 92, la magistrada De Vettori contesta la
demanda manifestando que expidió la sentencia de vista de acuerdo a ley, con
probidad e imparcialidad. Finalmente, a fojas 141, don Juan Itsvan Valdez
Carrillo interpone excepción de caducidad de la acción y asimismo, contesta
la demanda manifestando que el recurrente ha interpuesto todos los recursos
que convienen a su derecho y como no ha obtenido resultado favorable
pretende que se revise en la vía de amparo un proceso judicial concluido con
sentencia firme.

3. Que con fecha 15 de agosto de 2006 la Quinta Sala Civil de la Corte


Superior de Justicia de Lima declara improcedente la demanda por considerar
que no se advierte vulneración del derecho a la tutela procesal del recurrente.

225
La recurrida, por su parte, confirma la apelada por considerar que las
resoluciones cuestionadas han sido debidamente expedidas y motivadas.

4. Que conforme se desprende de autos el objeto de la demanda es que se


declare la ineficacia y nulidad de las Resoluciones N.os 13 y 15, su fecha 7 y
28 de octubre de 2004, expedidas en el proceso de reducción de alimentos
seguido contra el recurrente, por considerar que tales resoluciones han
vulnerado los derechos del actor al debido proceso y a la tutela procesal
efectiva. La recurrente aduce que el órgano emplazado no motivó la sentencia
ni consideró los agravios que manifestó en su recurso de apelación y que,
además, éste rechazó su recurso de nulidad contra dicha sentencia, invocando
una disposición impertinente.

5. Que no obstante ello, conforme se aprecia de la cuestionada Resolución N°


13, el órgano emplazado resolvió confirmar en parte la apelada y variar el
monto de la pensión de alimentos luego de analizar los hechos alegados y
medios probatorios aportados por las partes en el referido proceso de
reducción de alimentos, resultando relevante citar el octavo considerando:
“Por lo que estableciéndose que el alimentista demandado se encuentra
cursando estudios superiores necesarios para su superación y desarrollo,
tanto más que los padres deben contribuir a que los hijos puedan alcanzar
expectativas de superación y educación profesional, razones por las cuales la
pensión de alimentos debe disminuirse en forma proporcional (...)”.

6. Que si bien el recurrente, además de la falta de motivación de la Resolución


N.° 13, ha alegado como sustento de la violación de los derechos que invoca,
el que el órgano judicial denegara su recurso de nulidad aplicando una norma
que resulta impertinente, este Colegiado ha establecido en reiterada
jurisprudencia que “(...) la determinación de cuál sea la norma aplicable
para resolver una controversia suscitada en el ámbito de la jurisdicción

226
ordinaria, es un tema que no ésta dentro de la competencia ratione materiae
del proceso constitucional del amparo(...)” [STC 2298-2005-PA/TC, FJ 4], a
menos, claro está, que de ello pueda desprenderse alguna violación a los
derechos fundamentales, lo que no ha ocurrido en el caso de autos.

7. Que en consecuencia, no apreciándose que los hechos ni la pretensión de la


demanda incidan en el contenido constitucionalmente protegido de los
derechos invocados resulta de aplicación el inciso 1) del artículo 5° del
Código Procesal Constitucional.

Por las consideraciones expuestas, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que


le confiere la Constitución Política del Perú.

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ

VERGARA GOTELLI

LANDA ARROYO

BEAUMONT CALLIRGOS

CALLE HAYEN

ÁLVAREZ MIRANDA

227
MUESTRA 10

EXP. N.° 05475-2007-PA/TC


LIMA
JOSEFINA VEGA
ZEVALLOS Y OTROS

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 28 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Josefina Vega


Zevallos y otros contra la sentencia de la Sala de Derecho Constitucional y Social de
la Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 55 del segundo cuaderno, su
fecha 24 de mayo de 2007, que, confirmando la apelada declara improcedente la
demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 31 de julio de 2006 los recurrentes interponen demanda de


amparo contra el Primer Juzgado Mixto de Huánuco y la Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Huanuco, solicitando que se declare nula la resolución N.°
19, de fecha 28 de diciembre de 2005, la cual declara infundada su demanda
sobre indemnización por retención indebida de CTS en contra de Maderera San
Juan E.I.R.Ltda.; la resolución N.° 24, de fecha 27 de abril de 2006, que declara
improcedente su demanda; y la resolución N.° 25, de fecha 19 de mayo de 2006,
que deniega su recurso de casación en contra de la resolución de segunda
instancia. Aunque no lo formulan los concurrentes, el petitorio debe también
extenderse a la nulidad de la resolución de 7 de julio de 2006, que declara

228
infundado el recurso de queja contra la denegatoria de casación (Cfr. fojas 36 a
37 del cuaderno de apelación).

2. Que los recurrentes alegan que la desestimación de su demanda es contraria a


lo dispuesto por el artículo 49 de la Ley de CTS, por lo cual consideran que se
lesiona sus derechos a la legítima defensa, al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional efectiva.

3. Que de autos se aprecia que la parte demandada en el proceso ordinario, esto


es, la Empresa Maderera San Juan E.I.R.Ltda., a quien se le solicita el pago de la
indemnización por retención indebida de la Compensación por Tiempos de
Servicios, no ha sido integrada en el presente proceso constitucional como
corresponde, pues de la de la revisión de todo lo actuado en el proceso y de los
cargos de notificación que obran en autos se constata que la mencionada empresa
no ha sido debidamente emplazada en ninguna etapa del proceso.

4. Que la Empresa Maderera San Juan E.I.R.Ltda. tiene legítimo interés para
obrar en el proceso, puesto que el fallo de la presente demanda de amparo
incidirá directamente sobre los intereses de dicha entidad. En tal sentido el hecho
de que el juez haya omitido su integración a este proceso ha ocasionado una
manifiesta afectación del derecho de defensa de la empresa demandada en el
proceso ordinario, afectación que importa un vicio procesal insubsanable en el
sentido de lo establecido en el segundo párrafo del artículo 20º del Código
Procesal Constitucional, debiendo procederse conforme lo establece dicha norma.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

1. Declarar NULO el proceso desde fojas 124.

2. Ordenar a la Sala de origen que integre al presente proceso a la Empresa


Maderera San Juan E.I.R.Ltda. y proceda a expedir nuevo pronunciamiento.

229
Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI

LANDA ARROYO

BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ÁLVAREZ MIRANDA

230
MUESTRA 11

EXP. N.° 06222-2007-PA/TC


LIMA
EMILIO JURADO ALARCÓN
REPRESENTANTE DEL
PROYECTO ESPECIAL
SIERRA CENTRO SUR

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 28 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Emilio Jurado


Alarcón contra la sentencia de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de la República, de fojas 65, su fecha 8 de junio de 2007, que
declara improcedente in límine la demanda de amparo en autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 26 de octubre de 2006 el recurrente interpone demanda de


amparo contra la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho
solicitando se declare inaplicable la Resolución N. º 18, de fecha 1 de setiembre
de 2006, por considerar que lesiona su derecho a la tutela procesal efectiva.

2. Que de autos se advierte que la resolución cuestionada, dispuso que en un plazo


de dos días se reponga a don Mauro Aybar Meza en su puesto de trabajo, y que
fue emitida en virtud de la solicitud de integración de la resolución N. º 17, de

231
fecha 15 de agosto de 2006, expedida en segunda instancia del proceso de
amparo sobre reposición por despido arbitrario.

3. Que afirma el recurrente que la resolución cuestionada excede lo peticionado


en la demanda de amparo sobre reposición por despido arbitrario, así como en lo
señalado en las resoluciones de primera y segunda instancia emitidas en tal
proceso, ya que resolvió sobre un extremo no controvertido, es decir emitió un
pronunciamiento ultra petita, pues ordena la reposición del demandante aun
cuando en el transcurso del primer proceso de amparo ya se le había repuesto en
su puesto de trabajo, habiéndolo contratado a plazo fijo desde el 1 de febrero al
31 de marzo de 2006 y que, en todo caso, a partir aquella fecha debió de
interponer una nueva demanda de amparo solicitando su reposición.

4. Que de la lectura de las resoluciones de primera y segunda instancia (Cfr. fojas


10 y 16 del cuaderno principal) se aprecia que ambas consideran que el acto
lesivo se produjo con el despido del trabajador. La ratio decidendi de ambas
resoluciones es que la justificación de la demandada en cuanto a que el despido
se sustentaba en la conclusión de un contrato a plazo fijo no era sustentable dado
que ello constituía un acto simulado, un fraude a la ley por parte del empleador,
pues de esa forma evadió suscribir un contrato a plazo indeterminado.

5. Que del análisis de autos se advierte que la cuestionada resolución no


constituye un pronunciamiento ultra petita, pues ésta sólo se limita a proyectar
los efectos prohibitivos de las resoluciones de primera y segunda instancia. En
efecto, en la parte resolutiva de aquellas, en particular de la de segunda instancia
(Cfr. Fojas 16 del cuaderno principal), en base a lo establecido en el artículo 1º,
segundo párrafo del Código Procesal Constitucional, se ordena que la demandada
–ahora recurrente– no vuelva a incurrir en los actos que motivaron la
interposición de tal demanda de amparo; es decir que no vuelva a despedir al
trabajador. En consecuencia, cuando la Sala advierte que el empleador volvió a
incurrir en los actos que ocasionaron la lesión del derecho al trabajo del
demandante y ordena la reposición del trabajador, solo se limita a dar
cumplimiento a lo ya dispuesto en la resolución de segunda instancia.

232
6. Que en consecuencia y dado que no se observa en el proceso constitucional
cuestionado desnaturalización de lo resuelto mediante sentencia o vulneración de
los derechos fundamentales en vía de ejecución, la presente demanda resulta
improcedente, en aplicación del inciso 6 del Artículo 5º del Código Procesal
Constitucional.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

233
MUESTRA 12

EXP. N.° 05878-2007-PA/TC


TACNA

PATRICIA JARAMILLO

VARGAS

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 10 de octubre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Patricia Jaramillo


Vargas contra la Resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la
Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 40 del segundo cuaderno, su
fecha 16 de noviembre de 2006 que, confirmando la apelada, declaró improcedente
la demanda de amparo de autos interpuesta; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 31 de mayo de 2006, la recurrente interpone demanda de amparo


contra los Vocales integrantes de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Tacna. Solicita se declare ineficaz la Resolución N.° 16, de fecha 23 de enero de
2006, que declaró fundada la excepción de caducidad deducida por la Caja
Municipal y Crédito de Tacna S.A. en el proceso de indemnización por despido
arbitrario que le sigue la recurrente (Exp. N.º 2005-00049). Asimismo, solicita se
deje sin efecto la Resolución N.° 19, de fecha 24 de marzo de 2006, que declaró

234
improcedente la nulidad deducida por la demandante contra la aludida Resolución
N.°16.

Según refiere la demandante se ha violado su derecho a la tutela procesal efectiva,


toda vez que la Sala emplazada ha declarado fundada la excepción de caducidad y
por tanto el archivo del proceso aludido, aplicando indebidamente el plazo de
prescripción para interponer una demanda por despido arbitrario a que se refiere el
artículo 36º del Decreto Supremo 003-96, el mismo que, conforme a un Pleno
Jurisdiccional del año 1999, debe ser entendido como de 30 días hábiles y no
naturales, como ha sido el criterio del órgano judicial emplazado. La recurrente
considera que esta interpretación viola sus derechos laborales y restringe de
manera irrazonable su derecho a la tutela judicial efectiva.

2. Que mediante Resolución de fecha 24 de julio de 2006, la Sala Civil de la Corte


Superior de Justicia de Tacna declaró improcedente la demanda por considerar
que la recurrente cuestiona un proceso que se ha tramitado con arreglo a ley. La
recurrida confirmó la apelada, precisando, además, que la recurrente pretende
cuestionar el criterio asumido por la Sala emplazada.

3. Que mediante el presente proceso, la recurrente solicita que se declare la nulidad


e ineficacia de dos resoluciones judiciales. La primera que, revocando la sentencia
de primera instancia, declaró Fundada la excepción de caducidad interpuesta por
la institución emplazada en el proceso sobre indemnización por despido arbitrario
que había presentado en el juzgado laboral de Tacna ((Exp. N.º 2005-00049).
Mediante la segunda resolución cuestionada, el órgano judicial emplazado declaró
improcedente la solicitud de nulidad presentada contra la aludida resolución. La
recurrente considera que se viola su derecho a la tutela procesal efectiva, así como
su derecho a la interpretación más favorable al trabajador en caso de duda a que se
refiere el artículo 26.3 de la Constitución, pues que en el presente caso –arguye-
existen criterios judiciales divergentes que generan duda en la interpretación del
plazo de caducidad para la presentación de la demanda de indemnización por
despido arbitrario, por lo que las instancias judiciales debieron, en todo caso,

235
seguir el criterio que mejor protegía los derechos de la recurrente, antes de realizar
una interpretación literal del artículo 36º del Decreto Supremo N.º 003-97-TR.

4. Que conforme se desprende de autos, en el presente caso, la instancia judicial


emplazada, al revocar la decisión de primera instancia y declarar fundada la
excepción de prescripción deducida, se ha basado en una decisión de la Corte
Suprema del año de 1998 (Cas. N.º 0502-98), la misma que, conforme puede
verse, se refiere solo a la interpretación del primer párrafo del artículo 36º del
Decreto Supremo N.º 003-97, sin tomar en cuenta que con fecha 10 de noviembre
de 1999 se publicó en el diario oficial “El Peruano” la Resolución Administrativa
N.º 05-99.SCS/CSJR, expedida por la Sala de Derecho Constitucional y Social de
la Corte Suprema de la República, la misma que aprueba con carácter de
obligatorio y conforme al artículo 116º de la Ley Orgánica del Poder Judicial los
acuerdos del Pleno Jurisdiccional Laboral realizado en la ciudad de Trujillo,
durante los días 11 al 14 de agosto de dicho año. En el referido acuerdo de Pleno
Jurisdiccional y en lo que aquí interesa, se dispuso que: “Para efectos de la
suspensión del cómputo del plazo de caducidad a que se refiere el artículo 36º del
texto Único Ordenado (TUO) del Decreto Legislativo 728 -Ley de productividad y
Competitividad Laboral- aprobado por el Decreto Supremo N.º 03-97-TR, se
aplican íntegramente las disposiciones contenidas en el artículo 58º del Decreto
Supremo N.º 01-96- TR, en la medida que desarrolla el concepto de falta de
funcionamiento del Poder Judicial previsto en el artículo 36º del TUO”.

Por su parte, el aludido artículo 58º del Decreto Supremo 001-96- TR desarrolla
la causal de suspensión del plazo de caducidad vinculada a la falta de
funcionamiento del Poder Judicial, determinando que ésta se produce: (a) en los
días en que se suspende el Despacho Judicial conforme al artículo 247º de la Ley
Orgánica del Poder Judicial; y, (b) en aquellas otras situaciones que, por caso
fortuito o fuerza mayor, impidan su funcionamiento. Finalmente el artículo 247º
de la Ley Orgánica del Poder Judicial señala que no hay Despacho Judicial los
días sábados, domingos y feriados no laborables, y los de duelo nacional y
judicial; asimismo por el inicio del Año Judicial y por el Día del Juez.

236
5. Que de todo ello puede establecerse prima facie que existen fundamentos
razonables que hacen suponer que en el presente caso, la instancia judicial
emplazada, al revocar la sentencia de primera instancia declarando fundada la
excepción de caducidad deducida por la empleadora, sin pronunciarse sobre la
pretensión planteada por la trabajadora en el referido proceso, habría incurrido en
violación de los derechos que se alegan. En efecto, conforme se aprecia en el
proceso laboral que se cuestiona, la primera instancia ordenó el pago de una
indemnización a favor de la trabajadora, luego de establecerse que la misma
“(…) fue despedida arbitrariamente, cuando tenía un año, cuatro meses y quince
días desempeñando las funciones del cargo de naturaleza permanente”, por lo
que le correspondía el pago de una indemnización por despido arbitrario.

6. Que no obstante, en el presente caso, las dos instancias judiciales, sin apreciar
los derechos fundamentales en cuestión, declararon la improcedencia liminar de la
presente demanda por lo que no ha sido posible emplazar a todas las partes
involucradas y, en especial, a la empleadora de la recurrente, la Caja Municipal y
Crédito de Tacna S.A., la misma que es la favorecida con la resolución judicial
que se cuestiona en este proceso. En tal sentido, conforme a lo establecido en el
artículo 43 del Código Procesal Constitucional: “Cuando de la demanda
apareciera la necesidad de comprender a terceros que no han sido emplazados, el
juez podrá integrar la relación procesal emplazando a otras personas, si de la
demanda o de la contestación aparece evidente que la decisión a recaer en el
proceso los va a afectar.”

7. Que advirtiéndose de autos que la decisión a adoptarse en el presente caso


podría, eventualmente, afectar el derecho de defensa de la Caja Municipal y
Crédito de Tacna S.A. en su calidad de entidad favorecida con la resolución cuya
ineficacia se reclama, y que la misma no ha sido emplazada por las instancias
inferiores, este Tribunal considera que se ha incurrido en causal de nulidad
insubsanable conforme a lo establecido en el segundo párrafo del artículo 20° del
Código Procesal Constitucional, debiéndose anular todo lo actuado a efectos de

237
que la instancia judicial correspondiente, atendiendo a los fundamentos de la
presente resolución, admita a trámite la demanda y corra traslado de la misma a
las partes, incluida la Caja Municipal y Crédito de Tacna S.A.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

1. Declarar NULO todo lo actuado a efectos de que la demanda sea admitida a


trámite atendiendo a los considerandos supra.

2. Devolver el expediente a la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna


a efectos de que la tramite conforme a Ley.

Publíquese y Notifíquese

SS.

MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 13

238
EXP N.º 02487-2008-PA/TC
LIMA
LEOVIGILGO GUZMÁN
CHÁVEZ

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 26 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Leovigildo Guzmán


Chávez contra la Resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la
Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 38 del segundo cuadernillo, su
fecha 9 de enero de 2008, que confirmando la apelada, declaró improcedente la
demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 7 de noviembre de 2006 don Leovigildo Guzmán Chávez


interpone demanda de amparo contra los integrantes de la Sala Civil Transitoria
de la Corte Superior de Justicia de Lima, por vulneración a la tutela procesal
efectiva y al debido proceso en su manifestación de igualdad sustancial en el
proceso, atributos lesionados mediante: i) la Ejecutoria Suprema – Cas. N.º426-
2006, que declara infundado su recurso de casación, y ii) la Resolución de Vista
expedida por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Ucayali, que
confirmando la apelada, desestima su demanda de indemnización por daños y
perjuicios. Solicita por tanto que reponiendo las cosas al estado anterior a la
afectación constitucional se deje sin efecto las resoluciones judiciales
cuestionadas y se expida una nueva Ejecutoria Suprema con arreglo al artículo
1982.º del Código Civil.

239
Refiere el demandante dedicarse al procesamiento y exportación de madera y
haber sido maliciosamente denunciado por los cónyuges Nicolás Ochoa Guerra y
Teresa Cárdenas de Ochoa, por los delitos de hurto agravado y falsificación de
documentos, denuncia que fue archivada por el Ministerio Público, por carecer de
sustentación probatoria. Ante ello, interpone demanda contra los citados, (causa
civil N.º 426-2006) sobre indemnización por daños y perjuicios, que resulta
desestimada en primer grado e irregularmente confirmada mediante Resolución
de Vista; posteriormente recurre en Casación emitiéndose la Ejecutoria Suprema
cuya nulidad demanda, toda vez que los emplazados inaplicaron lo prescrito en el
Código Civil, afectando los derechos constitucionales invocados.

2. Que las instancias judiciales precedentes rechazaron liminarmente la demanda,


al considerar que los procesos constitucionales no constituyen instancia revisora
de los procesos ordinarios y que en puridad lo que se pretende es cuestionar el
criterio jurisdiccional adoptado por los magistrados emplazados (sentencia de
primer grado). La recurrida confirmó la apelada por similares argumentos,
añadiendo que cuando se cuestiona una resolución judicial firme, debe
acreditarse que el proceso en el que recayó fue irregular, supuesto que no se
configura en el presente caso.

3. Que del análisis de la demanda así como de sus recaudos se desprende que
efectivamente la pretensión del recurrente no está referida al ámbito
constitucionalmente protegido de los derechos que invoca, pues como es de
advertirse, la interpretación del Código Civil y la comprensión que la judicatura
realice de las instituciones del derecho civil son atribuciones del Juez ordinario,
quien en todo caso debe orientarse por las reglas específicas establecidas para tal
propósito así como por los valores y principios que informan la función
jurisdiccional, ya que dicha facultad constituye la materialización de la
independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional que la Norma
Fundamental reconoce a este Poder del Estado, no siendo competencia ratione
materiae de los procesos constitucionales evaluar las decisiones judiciales, a
menos que pueda constatarse una arbitrariedad manifiesta por parte de la
instancia judicial respectiva que ponga en evidencia la violación de otros

240
derechos de naturaleza constitucional, lo que no ha ocurrido en el presente caso,
tanto más si de autos se advierte que las resoluciones cuestionadas fueron
emanadas de un procedimiento regular, en el cual el recurrente ejerció sin
limitación alguna los medios y recursos que la ley franquea.

4. Que consideramos oportuno subrayar que el proceso de amparo en general y el


amparo contra resoluciones judiciales en particular no pueden constituirse en
mecanismos de articulación procesal de las partes, mediante los cuales se
pretenda extender el debate de las cuestiones procesales ocurridas en un proceso
anterior, sea este de la naturaleza que fuere. El amparo contra resoluciones
judiciales requiere, pues, como presupuestos procesales indispensables, la
constatación de un agravio manifiesto a la tutela judicial o al debido proceso
(artículo 4° del Código Procesal Constitucional) que comprometa seriamente el
contenido protegido de algún derecho de naturaleza constitucional (artículo 5°
inciso 1 del Código Procesal Constitucional). Sin estos presupuestos básicos, la
demanda resultará improcedente.

En el presente caso, este Tribunal observa que las resoluciones judiciales


cuestionadas se encuentran debidamente motivadas y, al margen de que sus
fundamentos resulten o no compartidos en su integridad por el demandante,
constituyen justificación que respalda la decisión en cada caso, por lo que no
procede su revisión a través del proceso de amparo.

5. Que en consecuencia, no apreciándose que la pretensión del recurrente incida en el


contenido constitucionalmente protegido de los derechos que invoca, resulta de
aplicación el inciso 1) del artículo 5.º del Código Procesal constitucional por lo
que el cuestionado auto de rechazo liminar debe ser confirmado.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú,

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo

241
Publíquese y notifíquese

SS.

MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 14

EXP. N.° 00367-2008-PA/TC


LIMA

242
SANDRO AURELIO
BALVÍN SAÉNZ

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 25 de noviembre de 2008

VISTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Sandro Aurelio Balbín


Sáenz contra la resolución de la Sala Permanente de Derecho Constitucional y Social
de la Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 43 del segundo cuaderno,
su fecha 12 de octubre de 2007 que declara improcedente la demanda interpuesta; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 12 de febrero de 2007 el recurrente interpone demanda de


amparo contra el Dr. Jorge Luis Carrillo Rodríguez en su condición de titular del
Tercer Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia Lima Norte, y contra el
Procurador Público a cargo de los Asuntos Judiciales del Poder Judicial,
solicitando se declare nula la Resolución N.º 2, del 10 de julio de 2006, mediante
la cual el emplazado ordena la anotación de la demanda sobre nulidad de
compraventa interpuesta por don Víctor Collazos Muñoz contra don Adriano
Collazos Cevallos, doña Genoveva Muñoz Díaz y don César Balbín Sáenz, así
como la inscripción en la Partida Electrónica N.º 43335391 del Registro de
Propiedad Inmueble de Lima, y que en consecuencia se curse el oficio pertinente
a la Oficina de Registros Públicos de Lima y se ordene abrir proceso penal contra
el juez demandado. Considera que la resolución cuestionada lesiona su derecho
constitucional a la propiedad.

243
Refiere que el 20 de diciembre de 2002 adquirió mediante compraventa
debidamente formalizada por escritura pública el inmueble (Av. Gerardo Unger
Manzana Q-2 lote 44 Urb. Santa Luzmila) inscrito en la Partida Electrónica N.º
43335391 de su anterior propietario don César Raúl Balbín Sáenz. Siendo
propietario del citado bien inmueble considera que el emplazado, al ordenar la
anotación de la demanda referida en el párrafo anterior lesiona el derecho
reclamado.

2. Que la Sala Civil de Vacaciones de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte


declara improcedente la demanda considerando que lo pretendido por el
demandante no forma parte del contenido constitucionalmente relevante del
derecho reclamado, siendo aplicable el artículo 5, inciso 1), del CPConst. A su
turno la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema de la República
confirma la apelada argumentando que resulta aplicable el artículo 5, inciso 2),
del CPConst.

3. Que el demandante refiere que la resolución materia del presente proceso lesiona
su derecho a la propiedad toda vez que restringe su potestad de disponer
libremente de su inmueble ubicado en Av. Gerardo Unger, Manzana Q-2, lote 44,
Urb. Santa Luzmila Distrito de Comas) inscrito en la Partida Electrónica Nº
43335391 del Registro de Propiedad Inmueble de Lima.

4. Que a fojas 10 y 11 de autos obra copia de la inscripción en Registros Públicos


del acto de compraventa celebrado entre don Sandro Aurelio Balbín Sáenz y doña
Melida Aída Arias (compradores) y don Cesar Raúl Balbín Sáenz (vendedor),
siendo en consecuencia los compradores incorporados al índice de propietarios
del bien descrito en la Partida Nº 43335391. De lo señalado se entiende que el
recurrente es propietario del bien inscrito en la Partida mencionada a menos que
dicha situación sea enervada mediante Resolución judicial.

244
5. Que el demandante considera que la resolución que ordena la anotación de
demanda cuestionada es atentatoria a su derecho de propiedad al no poder
disponer del bien registrado en la Partida N.º 43335391 ya que cuenta con un
gravamen. De lo descrito y de autos este Colegiado entiende que la Resolución
que ha ordenado la anotación de demanda no lesiona ni restringe per se el
derecho reclamado, ya que el recurrente puede disponer de su bien inmueble. En
todo caso, lo que se discute en el proceso cuestionado en torno de la nulidad de
compraventa no puede considerarse arbitrario mientras no se aprecie su resultado.
A tales efectos incluso el propio demandante, a fin de resguardar sus derechos
podrá solicitar su incorporación a dicho proceso.

6. Que por consiguiente los hechos cuestionados no se encuentran dentro del


contenido constitucionalmente relevante del derecho invocado, resultando
aplicable el mencionado artículo 5 inciso 1).

Por las consideraciones expuestas, el Tribunal Constitucional, con la autoridad


que le confiere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar IMPROCEDENTE la demanda.

Publíquese y notifíquese
SS.
MESÍA RAMÍREZ
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 15

EXP. N.° 06408-2007-PA/TC


LIMA
DIRECCIÓN REGIONAL DE

245
EDUCACIÓN DE LA LIBERTAD

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 28 de noviembre de 2008

VISTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por el Procurador Público de los


Asuntos Judiciales del Ministerio de Educación contra la resolución de la Sala de
Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la República, de
fojas 59 del segundo cuaderno, su fecha 25 de septiembre de 2007 que declara
improcedente la demanda interpuesta; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 20 de diciembre de 2004 doña Liz Caro Aguilar Guarniz en
calidad de apoderada del Director Regional de Educación de la Libertad, Dr.
Alberto Valentín Pinillos Rodríguez, interpone demanda de amparo contra el Dr.
Hernán A. Serrano Hernández, en su condición de titular del Quinto Juzgado
Civil de la Corte Superior de Justicia de Trujillo; la Procuradora encargada de los
Asuntos Judiciales del Poder Judicial, doña Martha Cristina Castañeda en calidad
de apoderada de doña Violeta Castro Harrison, y contra doña Livia Morales
Bracamonte, solicitando se suspenda la ejecución de la medida de lanzamiento y
se declare nula la Resolución N.º 48 del 20 de mayo de 2003 recaída en el
proceso sobre desalojo por ocupación precaria (Exp. N.º 1511-98) incoado por
doña Martha Cristina Castañeda Castro como apoderada de doña Violeta Dolores
Castro Harrison contra don Daniel Sánchez Cueva y familia.

246
Refiere que el bien inmueble (terreno signado con números 860 y 870 ocupados
por personas precarias) materia del proceso subyacente es de propiedad del
Ministerio de Educación, habiéndose construido en el mismo el Centro Educativo
Antonio Raimondi. En el citado proceso el juez emplazado pese a los medios
probatorios que los demandados presentaron omitió incluir a la recurrente.
Agrega que los demandantes del proceso de desalojo han sorprendido a las
autoridades jurisdiccionales con documentación que no corresponde al terreno
con la finalidad de ocultar su origen, obteniendo la resolución cuestionada la
misma que lesiona sus derechos constitucionales a la propiedad, a la igualdad
ante la ley, al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva.

2. Que doña Livia Morales Bracamonte se apersona al proceso de amparo y se


allana a la demanda; dicho allanamiento mediante resolución que corre a fojas
160 fue declarado improcedente. Posteriormente doña Martha Cristina Castañeda
Castro interpone nulidad de la resolución que admite a trámite la demanda y
deduce excepción de prescripción; contesta la demanda aduciendo que ésta
pretende lesionar la independencia del poder judicial. El Procurador Público del
Poder Judicial contesta la demanda sosteniendo que no se evidencia lesión a
derecho constitucional alguno de la recurrente.

3. Que la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad


declaró infundadas la nulidad interpuesta y la excepción de prescripción deducida
por doña Martha Cristina Castañeda Castro e improcedente la demanda
considerando que lo pretendido por la demandante no forma parte del contenido
constitucionalmente relevante de los derechos reclamados, siendo aplicable el
artículo 5, inciso 1), del CPConst. A su turno la Sala Constitucional y Social de la
Corte Suprema de Justicia de la República confirma la apelada argumentando que
resulta aplicable el artículo 5, inciso 2), del CPConst.

4. Que la resolución cuestionada en el presente proceso ha sido impugnada dentro


del proceso judicial de desalojo, siendo confirmada mediante Resolución de
fecha 12 de diciembre de 2003, emitida por la Primera Sala Civil de la Corte

247
Superior de La Libertad e incluso elevada a la Corte Suprema de Justicia de la
República, la misma que a través de la Resolución del 19 de marzo de 2004
declaró improcedente el recurso de casación.

5. Que la demandante refiere que la resolución impugnada lesiona sus derechos a


la propiedad, a la igualdad, al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva
toda vez que al declararse fundada la demanda de desalojo por ocupación
precaria se desconoce el derecho de propiedad del Ministerio de Educación sobre
el bien inmueble descrito en dicho proceso, y que al no haber participado en éste
se ha violado también los otros derechos que invoca.

6. Que del escrito de la demanda que corre de fojas 95 a 107 de autos se infiere
que la propiedad del bien materia de litis en el proceso de desalojo que viene
cuestionando la entidad demandante no está definida en su favor. En tales
circunstancias no puede pretenderse utilizar el amparo como un mecanismo de
reconocimiento de un derecho no acreditado a plenitud.

7. Que por otra parte y en complemento de lo señalado resulta oportuno recordar


que el proceso de desalojo por ocupación precaria de acuerdo a lo dispuesto por
el Código Procesal Civil en su artículo 586º puede ser entablado por: “(...) el
propietario, el arrendador, el administrador y todo aquel que, salvo lo dispuesto
en el Artículo 598, considere tener derecho a la restitución de un predio (...)”. Se
infiere de dicho dispositivo que el proceso de desalojo no comprende el
reconocimiento del derecho de propiedad por su carácter sumario sino uno de
índole legal como es el de posesión. En dicho contexto este Tribunal considera
que la demandante invoca la lesión a un derecho de índole infra-constitucional
que no puede ser tutelado por medio del proceso de amparo, resultando de
aplicación el artículo 5, inciso 1), del CPConst.

Por las consideraciones expuestas, el Tribunal Constitucional, con la autoridad


que la Constitución Política del Perú le confiere,

248
RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda.

Publíquese y notifíquese

MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 16

EXP. N.º 00163-2007-AA/TC


LIMA

249
DOMITILA CALLUPE
VDA DE ARZAPALO

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima (Huacho), 28 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Domitila Callupe Vda.


de Arzapalo contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 83 del
segundo cuaderno, su fecha 26 de octubre de 2006, que, confirmando la apelada,
declaró improcedente la demanda de amparo de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 13 de julio de 2004 la recurrente interpone demanda de amparo en


contra de las siguientes personas: el Dr. Juan Alberto Basilio Atencio, Juez del
Juzgado Mixto de Junín, don Rubén Taza Páucar, en su calidad de martillero
público, la empresa CONTISER 6 de Agosto S.R.L., doña Digna Susana Chávez
Atachagua y don Amasias Rubén Arzapalo Callupe, con el objeto que se declare
ineficaz la Resolución N.° 38, de fecha 28 de abril de 2004 y se ordene se vuelva
a emitir nueva resolución y se declare ineficaces e insubsistentes todos los actos
procesales que se suscitaron en materia de ejecución de vehículo por considerar
que dicha resolución lesiona sus derechos de propiedad, igualdad ante la ley,
debido proceso, tutela jurisdiccional efectiva y defensa.

2. Que la Resolución N.º 38 resuelve declarar sin objeto pronunciarse sobre la


petición de caducidad de la medida cautelar presentada por la recurrente a fin de
cuestionar las restricciones que pesaban sobre un vehículo reclamado como
supuestamente propio. El fundamento de está resolución es que la Resolución

250
N.º 15 (emitida en el mismo proceso) ya había declarado infundada la solicitud
de la recurrente orientada a la desafectación de la medida cautelar sobre dicho
vehículo. Cabe precisar por otra parte que la Resolución N.º 15 fue expedida el
13 de setiembre de 2001. Apelada ésta, la Primera Sala Mixta de la Corte
Superior de Justicia de Junín expidió la resolución de fecha 21 de enero de 2002,
por la cual confirmó la resolución apelada. La recurrente ha manifestado que,
ante este resultado adverso presentó con fecha 23 de enero de 2003 tercería de
propiedad. Este último dato permite afirmar que en esta fecha la recurrente ya
había sido notificada del resultado adverso de su petición de desafectación, es
decir, de la resolución de fecha 21 de enero de 2002.

3. Que lo señalado precedentemente permite establecer que en realidad el acto


presuntamente lesivo no se encuentra en la Resolución N.º 38 –cuestionada por la
recurrente en su petitorio-, sino en la resolución de 21 de enero de 2002, por la
cual, confirmando la apelada, la Sala desestima la petición de desafectación en su
momento deducida. Ahora bien, dado que la resolución de la que proviene el
presunto acto lesivo, fue de conocimiento de la recurrente, al menos, ya el 23 de
enero de 2003, y que la demanda de amparo fue presentada recién el 13 de julio
de 2004, puede concluirse que ésta ha sido interpuesta de manera
ostensiblemente extemporánea al plazo de 60 días establecido por el artículo 37º
de la Ley N.º 23506, aplicable al caso en atención al principio de temporalidad de
las normas, de modo que, respecto a este extremo, la demanda resulta
improcedente.

4. Que adicionalmente y sin perjuicio de lo señalado precedentemente cabe precisar


que si la demanda de tercería interpuesta por la recurrente fue promovida con la
finalidad de cuestionar las medidas cautelares dictadas en el Expediente N.º 374-
99, a donde precisamente fue dictada la Resolución N.º 38 materia del presente
proceso constitucional, quiere ello decir que la demanda también resulta
improcedente en atención al inciso 3 del artículo 6º de la antes citada Ley N.º
23506.

251
Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le
confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 17

EXP. N.° 05514-2007-PA/TC

252
CUSCO
FLORIAN JURGEN
THERMAN

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


Lima, 28 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Florián Jurgen Therman


contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de la República, de fojas 29, su fecha 15 de agosto de 2007, que
confirmando la apelada declara improcedente la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 15 de febrero de 2007 el recurrente interpone demanda de


amparo contra la resolución de fecha 29 de diciembre de 2006 emitida por los
vocales de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco en
el proceso seguido por Enrique Loza Zea contra el ahora recurrente sobre
obligación de dar suma de dinero. Alega que se viola su derecho a la cosa
juzgada ya que la resolución cuestionada dejó sin efecto una resolución
anterior que había dispuesto el levantamiento del embargo en forma de
retención respecto de una cuenta mancomunada de la que es titular junto con
doña Flor de Fátima Ochoa de Therman.

Según refiere el recurrente, mediante resolución de fecha 8 de abril de 2005


(Res. N.° 20), confirmada con resolución de fecha 27 de junio de 2005 (Res.
N.° 24), las instancias judiciales ordenaron el levantamiento de la medida
cautelar de embargo en forma de retención respecto de la cuenta
mancomunada de la que es titular conjuntamente con la señora Flor de Fátima
Ochoa de Therman. No obstante mediante la resolución N.° 35 de fecha 20 de
setiembre de 2006, el órgano judicial emplazado habría ordenado la ejecución

253
de la misma medida cautelar de embargo en forma de retención contra el
mismo monto de la cuenta mancomunada. El recurrente afirma haber
solicitado la nulidad de la referida resolución, pero ello le fue denegado
mediante resolución N.° 38 de fecha 25 de octubre de 2006, la que a su vez
fue apelada y confirmada mediante la resolución que es materia del presente
proceso. Considera que se está vulnerando su derecho a la cosa juzgada toda
vez que las dos primeras resoluciones ya habían dispuesto el levantamiento de
dicha medida cautelar.

2. Que con fecha 27 de febrero de 2007 la Sala Civil de Turno del Cusco declaró
improcedente la demanda de amparo por considerar que el proceso
constitucional no tiene por finalidad el cuestionamiento de las decisiones
adoptadas por un juez en el ejercicio legítimo de sus funciones ni tampoco
revisar el fondo de un asunto resuelto en el marco de un proceso regular.
Agrega además que en el referido proceso el recurrente ha hecho valer todos
los recursos permitidos por ley, habiendo sido estos debidamente respondidos
por los órganos judiciales. La recurrida confirmó la apelada con similares
argumentos.

3. Que mediante el presente proceso el recurrente solicita que se declare nula la


resolución N.º 02-2006 expedida en apelación (Exp. N.º 2002-01112-25-
1001-JR-CI-03), mediante la cual la Segunda Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia del Cusco confirmó la resolución cuestionada N.° 38, de fecha 29
de diciembre de 2006, que declaró improcedente el escrito de nulidad
presentado por el recurrente contra la resolución N.° 35, la que a su vez dio
por ejecutada la medida cautelar dispuesta en el referido proceso. El
recurrente considera que la orden de ejecución dispuesta en la referida
resolución contraviene lo previamente dispuesto a través de las resoluciones
N.º 20 y N.° 24, mediante las que se habría dispuesto el levantamiento de
dicha medida cautelar por lo que aduce que se viola la garantía de la cosa
juzgada.

4. Que sin ingresar al fondo de las cuestiones propuestas en el presente caso este
Colegiado observa que las resoluciones que se cuestionan no inciden en el
ámbito constitucionalmente protegido del derecho a la cosa juzgada que

254
invoca como derecho vulnerado el recurrente. Esto porque al tratarse de
resoluciones de variación de una medida cautelar, esta variación no supone en
ningún caso la afectación a la cosa juzgada, pues conforme lo han puesto de
manifiesto las propias instancias judiciales al motivar las resoluciones que se
cuestionan (fundamento cuarto de la Resolución N.º 38), las medidas
cautelares que en su momento fueron suspendidas correspondían a montos y
personas diferentes y fueron levantadas sobre la base de argumentos distintos
a los que sirvieron de justificación para ejecutar la medida contra el
recurrente.

5. Que siendo esto así y toda vez que los hechos contenidos en la demanda no
guardan relación directa con el contenido constitucionalmente protegido del
derecho que se invoca, ésta resulta improcedente en aplicación el inciso 1) del
artículo 5º del Código Procesal Constitucional.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.

Publíquese y Notifíquese

MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 18

EXP. N.° 00813-2008-PA/TC

255
JUNÍN
ANTONINO SEVERO
CERRÓN ALIAGA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima (Huancayo), a los 9 días del mes de diciembre de 2008, la Sala


Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Mesía Ramírez,
Calle Hayen y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Antonio Severo Cerrón


Aliaga contra la sentencia de la Segunda Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia
de Junín, de fojas 196, su fecha 9 de noviembre de 2007, que declara improcedente la
demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 14 de enero de 2005 el recurrente interpone demanda de amparo


contra el Poder Judicial, con el objeto de que se declare la nulidad de las resoluciones
de Gerencia de Personal y Escalofón N.º 2096-2003-GPEJ-GG-PJ, de fecha 22 de
diciembre del 2003, y N.º 0317-2004-GPEJ-GG-PJ, de fecha 20 de febrero de 2004,
y de la Resolución Administrativa de la Gerencia General del Poder Judicial N.° 531-
2004-GG-PJ, de fecha 8 de julio de 2004; y en consecuencia se le otorgue pensión de
cesantía conforme al Decreto Ley N.° 20530. Manifiesta en su demanda que ha
trabajado como relator en el Poder Judicial en dos periodos, desde el 15 de diciembre
1975 hasta el 1 de enero de 1977 y desde el 1 de agosto de 1977 hasta el 31 de
diciembre de 1978; y en calidad de juez desde el 17 de noviembre de 1992 hasta el 4
de marzo de 1998.

El Poder Judicial contesta la demanda y solicita que se la declare


improcedente o alternativamente infundada, aduciendo que el amparo no resulta ser

256
la vía idónea para ventilarla, toda vez que existen vías procedimentales específicas,
igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional amenazado o
vulnerado.

El Tercer Juzgado Civil de Huancayo, con fecha 27 de octubre de 2006,


declara improcedente la demanda, por considerar que si bien podría ser factible la
acumulación de los años de servicio, en cambio no lo es otorgar una pensión de
cesantía toda vez que el actor no cuenta con el requisito de diez años de servicio
exigido por el artículo 194° del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial.

La recurrida confirma la apelada por los mismos fundamentos.

FUNDAMENTOS

1. En la STC 1417-2005-PA/TC, publicada en el diario oficial El Peruano el 12


de julio de 2005, este Tribunal ha señalado que forman parte del contenido
esencial directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión las
disposiciones legales que establecen los requisitos de acceso al sistema de
seguridad social, consustancial a la actividad laboral, y que permite realizar las
aportaciones al sistema previsional correspondiente. Asimismo, que la titularidad
del derecho invocado debe estar suficientemente acreditada para que sea posible
emitir un pronunciamiento estimatorio.

2. El demandante solicita el otorgamiento de una pensión conforme al régimen del


Decreto Ley N.º 20530; en consecuencia, su pretensión se encuentra
comprendida en el supuesto previsto en el fundamento 37.b) de la citada
sentencia, motivo por el cual se analizará el fondo de la cuestión controvertida.

3. El demandante, en concreto, pretende el otorgamiento de una pensión de


cesantía conforme al Decreto Ley N.° 20530. Siendo así, cabe advertir que el
recurrente a la fecha de cese de sus labores efectuadas en el Poder Judicial, esto
es, el 4 de marzo de 1998, se encontraba vigente la Ley Orgánica del Poder

257
Judicial, Decreto Legislativo N.° 767; por lo que este Colegiado considera
pertinente evaluar si, conforme a este dispositivo legal, el recurrente cumple los
requisitos para acceder a una pensión de cesantía conforme al Decreto Ley N.°
20530.

4. El artículo 194º del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, aprobado por el Decreto Supremo N.º 017-93-JUS, establece que los
magistrados incluidos en la carrera judicial, sin excepción, están comprendidos
en el régimen de pensiones y compensaciones que establece el Decreto Ley N.º
20530 y sus normas complementarias, siempre que hubiesen laborado en el
Poder Judicial por lo menos diez años.

5. De la Resolución de Gerencia de Personal y Escalofón N.° 2096-2003-GPEJ-


GG-PJ, de fecha 22 de diciembre del 2003, y de la Resolución Administrativa
de la Gerencia General del Poder Judicial N.° 531-2004-GG-PJ, de fecha 8 de
julio de 2004, obrantes a fojas 2 y 6, respectivamente; y de la propia demanda
que obra en autos a fojas 28 y siguientes, se advierte que el recurrente ha
laborado 7 años y 10 meses, en periodos discontinuos, en el Poder Judicial,
habiendo cesado en el cargo de juez especializado, en la condición de
provisional.

6. En consecuencia, se verifica que el recurrente no cumple los requisitos exigidos


por ley para el acceso a una pensión; consecuentemente, no se ha acreditado
que se hubiese vulnerado derecho constitucional alguno del demandante, por lo
que la presente demanda debe desestimarse.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la


Constitución Política del Perú
HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda.

Publíquese y notifíquese.

258
SS.

MESÍA RAMÍREZ
CALLE HAYEN
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 19

EXP. N.° 03275-2007-PA/TC

259
LIMA
ORGANIZACIÓN DE SISTEMAS
COLECTIVOS S.A.C.

RESOLUCIÓN DE TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 26 de noviembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por la Organización de


Sistemas Colectivos S.A.C. (ORSICOL S.A.C) contra la sentencia de la Sala de
Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la República, de
fojas 98 del segundo cuaderno, su fecha 17 de abril de 2007, que, confirmando la
apelada, declara improcedente in límine la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 10 de agosto de 2006, la recurrente interpone demanda de


amparo en contra de la Promotora Opción S.A. EAFC, doña Emilia Alfaro
Bacigalupo de Mariátegui; la Juez del Cuadragésimo Octavo Juzgado
Especializado en lo Civil de Lima, Dra. Elena Rendón Escobar; y el Procurador
Público del Ministerio de Justicia a cargo de los Asuntos Judiciales del Poder
Judicial, solicitando se declare nula y sin efecto la Resolución N.° 157, de fecha
19 de julio de 2006, que ordena convoque a tercer remate el inmueble de su
propiedad. Alega que se lesionan sus derechos a la propiedad y debido proceso.

2. Que del análisis del petitorio de la demanda y de autos se aprecia que el


cuestionamiento de la resolución N.º 157 se sustenta en que esta habría afectado
el derecho a la propiedad de la recurrente y que, por otra parte, la lesión del
derecho al debido proceso tendría origen en la desestimación de la suspensión de
la ejecución de garantía solicitada por la recurrente, acto que, como se aprecia en

260
autos, tiene origen en la Resolución N.º 125, expedida por el 48 Juzgado Civil de
Lima. En consecuencia, debe analizarse por separado la procedibilidad de la
demanda respecto a las resoluciones N.os 157 y 125.

3. Que en relación a la Resolución N.º 125, cabe afirmar que ésta fue expedida el
21 de marzo de 2006 y notificada a la recurrente con fecha 30 de marzo del
mismo año (Cfr. fojas 82 del cuaderno principal), en su condición de litisconsorte
en el proceso de ejecución de garantía seguido por Promotora Opción S.A. EAFC
contra doña Emilia Alfaro Bacigalupo de Mariátegui. En tal sentido, habiendo
sido notificada la resolución cuestionada el 30 de marzo de 2006 y no habiendo
interpuesto la recurrente el recurso de apelación, tal resolución ha devenido en
consentida y, en consecuencia, no es susceptible de ser cuestionada en el proceso
de amparo. A similar conclusión se arriba si se razona que no era necesario el
recurso de apelación y procedía acudir directamente al proceso de amparo, ya
que, en tal caso, habiendo sido notificada la resolución cuestionada el 30 de
marzo de 2006 y habiendo sido la demanda de amparo interpuesta recién el 10 de
agosto del mismo año, resulta evidente que tal interposición ha sido efectuada de
manera extemporánea al plazo de 30 días que establece el artículo 44º del Código
Procesal Constitucional y, por tanto, la demanda, respecto al extremo de la
Resolución N.º 125, resulta improcedente, en atención a lo dispuesto por el
artículo 5, inciso 10, del citado Código.

4. Que en relación al cuestionamiento de la Resolución N.º 157, cabe afirmar lo


siguiente. Esta resolución dispone que, por tercera vez, se lleve a cabo el remate
de un bien inmueble objeto de embargo. Ahora bien, tal resolución se expide en
la etapa de ejecución de sentencia, después de haber concluido la etapa decisoria
y la etapa impugnatoria, es decir, una vez que el fondo de la controversia ya fue
resuelto en forma definitiva por la resolución que resolvió el recurso de casación
y con la cual se culminó la etapa impugnatoria del proceso ordinario.

5. Que ahora bien, el solo hecho de que la Resolución N.º 157 disponga la
realización de un remate judicial, en sí mismo, no puede considerarse lesivo del
derecho de propiedad; en tal sentido, dado que el hecho descrito como lesivo no
está relacionado de manera directa con el contenido constitucionalmente

261
protegido del derecho de propiedad, es de aplicación la causal de improcedencia
establecida en el artículo 5, inciso1, del Código Procesal Constitucional.

6. Que, sin perjuicio de lo anteriormente expuesto, cabe afirmar que del análisis
del escrito de demanda se advierte que, aun cuando la dirige contra la Resolución
N.º 157, lo que el recurrente cuestiona es el fondo de lo resuelto en el proceso
ordinario, alegando que se pretende ejecutar un bien inmueble que es de
propiedad del recurrente y no de la ejecutada en el proceso ordinario. Sin
embargo, si tal fuera la pretensión de la recurrente, cabe observar que tal cuestión
no puede ser sometida a análisis en el presente proceso debido a que la resolución
que resolvió el fondo de la controversia constituye una resolución consentida, al
no haber sido oportunamente impugnada a través del proceso de amparo. En
efecto, de la lectura de la resolución de fecha 11 de julio de 2005, que resuelve el
recurso de casación, se advierte que ésta declaró infundado el recurso interpuesto
contra la resolución expedida por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima la cual, a su vez, confirmó la resolución apelada que declaró
infundadas “las contradicciones planteadas por la ejecutada y los litisconsortes”
(Cfr. fojas 45 del cuaderno principal).

7. Que, en tal sentido, si el objeto de presente proceso habría de centrarse en la


resolución que resuelve el fondo de la controversia, ello no sería posible debido a
que la resolución que resuelve el recurso de casación fue expedida el 11 de julio
de 2005, mientras que la demanda de amparo analizada fue interpuesta recién el
10 de agosto de 2006, esto es, de manera evidentemente extemporánea al plazo
de 30 días que establece el artículo 44º del Código Procesal Constitucional y, por
tanto, también respecto a este extremo, la demanda resulta improcedente, en
atención a lo dispuesto por el artículo 5, inciso 10, del citado Código.

Por estos considerandos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere


la Constitución Política del Perú y con el fundamento de voto del magistrado Vergara
Gotelli, que se agrega

RESUELVE

262
Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ

VERGARA GOTELLI

LANDA ARROYO

BEAUMONT CALLIRGOS

ETO CRUZ

EXP. N.° 03275-2007-PA/TC


LIMA
ORGANIZACIÓN DE SISTEMAS
COLECTIVOS S.A.C.

FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI

263
Emito el presente fundamento de voto por las siguientes consideraciones:

1. La demandante es una persona jurídica denominada Organización de


Sistemas Colectivos S.A.C. la que solicita se declare nula y sin efecto la
Resolución N.º 157, de fecha 19 de julio de 2006, por la que se ordena se
realice la convocatoria a tercer remate del inmueble de su propiedad dictada en
etapa de ejecución de sentencia, emitida dentro de un proceso judicial de
ejecución de garantías reales iniciada por Promotora Opción Sociedad Anónima
EAFC contra Emilia Alfaro Bacigalupo de Mariátegui.

Afirma que la empresa Promotora Opción Sociedad Anónima EAFC pretende


el remate de un bien inmueble propiedad de la empresa demandante por
considerar que doña Emilia Alfaro Bacigalupo de Mariátegui había ofrecido
como garantía el inmueble materia de litis garantizando a la ahora demandante
y otros, es decir ella era la hipotecante más no era la propietaria de dicho bien
inmueble. Manifiesta que mediante escrito solicitó la suspensión bajo
responsabilidad de dicha garantía por encontrarse la empresa demandante en un
procedimiento concursal preventivo sin embargo por resolución N.º 125, de
fecha 21 de marzo de 2006, declararon improcedente la suspensión solicitada
por considerar que el sometimiento concursal sólo es aplicable cuando el
proceso ha terminado con resolución firme -cosa juzgada- es decir en ejecución
forzada. Señala que estos actos vulneran sus derechos a la propiedad y al
debido proceso.

2. Cabe señalar que las instancias inferiores han rechazado liminarmente la


demanda por considerar que el artículo 5 inciso 1 del Código Procesal
Constitucional señala que no procede el proceso de amparo cuando los hechos
y el petitorio descritos en la demanda no están referidos en forma directa al
contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado, es por ello que
el Juez constitucional facultado por el artículo 47 del referido código, puede
rechazar liminarmente la demanda.

264
3. Entonces tenemos que el tema de la alzada trata de un rechazo liminar de la
demanda (ab initio), en las dos instancias (grados) precedentes, lo que significa
que no hay proceso y por lo tanto no existe demandado (emplazado). Por ello
cabe mencionar que si el Superior revoca el auto venido en grado para vincular
a quien todavía no es demandado porque no ha sido emplazado por notificación
expresa y formal, corresponde entonces revocarlo y ordenar al inferior a
admitir la demanda a trámite y correr traslado de ella al demandado.

4. Además debemos manifestar que al concedérsele al actor el recurso


extraordinario de agravio constitucional, el principio de limitación aplicable a
toda la actividad recursiva le impone al Tribunal Constitucional (de sólo referirse
al tema del cuestionamiento a través del recurso de agravio constitucional, y nada
más. Por Tribunal de alzada) la limitación ello es que el recurso de apelación
concedido y notificado al que debería ser considerado demandado si la sala
superior revoca el auto cuestionado, produce efectos para ambas partes.

5. Entonces se debe evaluar si se revoca o se confirma el auto de rechazo liminar.


En el presente caso debo manifestar que la demandante es una persona jurídica
debiendo de evaluarse también si ésta tiene legitimidad para obrar activa o no.

Titularidad de los derechos fundamentales

6. La Constitución Política del Perú de 1993 ha señalado en su artículo 1º-parte de


derechos fundamentales- que “La defensa de la persona humana y el respeto de
su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.” agregando en su
artículo 2º que “toda persona tiene derecho ….”, refiriendo en la aludida nomina
derechos atribuidos evidentemente a la persona humana a la que hace referencia
sin lugar a dudas el citado artículo 1º.

El Código Procesal Constitucional estatuye en su artículo V del Título


Preliminar al referirse a la interpretación de los Derechos Constitucionales, que
“El contenido y alcances de los derechos constitucionales protegidos por los
procesos regulados en el presente Código deben interpretarse de conformidad
con la Declaración Universal de Derechos Humanos, los tratados sobre derechos

265
humanos así como las decisiones adoptadas por los tribunales internacionales
sobre derechos humanos, constituidos por tratados de los que el Perú es parte.”

De lo expuesto en el fundamento precedente se colige que los derechos


constitucionales tienen que ser interpretados en concordancia con los tratados
internacionales en los que el Perú es parte con la finalidad de evitar
incompatibilidades entre éstos.

Entonces debemos remitirnos al contenido de los Tratados Internacionales para


interpretar los derechos constitucionales protegidos por el Código Procesal
Constitucional. La Declaración Universal de Derechos Humanos, como su
misma denominación señala, declara derechos directamente referidos a la
persona humana, precisando así en su articulo 1º que: “Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”,
nominado en el articulo 2º la enumeración de los derechos que se les reconoce.

También es importante señalar que la Convención Americana sobre Derechos


Humanos - “Pacto de San José de Costa Rica”- expresa en el artículo
primero, inciso dos, que debe entenderse que persona es todo ser humano”,
haciendo referencia marcada al precisar que los derechos reconocidos en la
señalada disposición internacional están referidos sólo a la persona humana.
En conclusión extraemos de lo expuesto que las disposiciones internacionales al
proteger los derechos referidos a la persona humana están limitando al campo de
las denominadas acciones de garantías constitucionales a los procesos
contemplados por nuestro Código Procesal Constitucional.

Por ello es que expresamente el artículo 37º del Código Procesal Constitucional
señala que los derechos protegidos por el proceso de amparo son los que
enumera el articulo 2º de la Constitución Política del Perú, referida obviamente
a los derechos de la persona humana, exceptuando el derecho a la libertad
individual porque singularmente dicho derecho está protegido por el proceso de
habeas corpus y los destinados a los procesos de cumplimiento y habeas data
para los que la ley les tiene reservados tratamientos especiales por cuanto traen

266
conflictos de diversa naturaleza. Esto significa entonces que el proceso de
amparo está destinado exclusiva y excluyentemente a la defensa de los derechos
fundamentales directamente relacionados a la persona humana.

7. De lo expuesto queda claro que cuando la Constitución habla de los derechos


fundamentales, lo hace con las particularidades anotadas pensando en la persona
humana, esto es en el ser humano física y moralmente individualizado. Hacia él
pues se encuentran canalizados los diversos atributos, facultades y libertades,
siendo solo él quien puede invocar su respeto y protección a título subjetivo y en
sede constitucional.

La Persona Jurídica.

8. El Código Civil en su Libro I desarrolla el tema de “personas” colocando en la


Sección Primera a las Personas Naturales (personas humanas), y en la Sección
Segunda a las Personas Jurídicas.

Esto quiere decir que nuestra legislación civil ordinaria ha contemplado tal
separación precisando los derechos y obligaciones de una y otras. En lo que
respecta a las personas morales que denomina jurídicas, hace la distinción al
señalar la decisión libre de varias personas naturales de formar un
conglomerado con objetivo igual pero con identidad propia distinta a la de cada
una de las personas naturales que crearon dicha “persona” ideal. Dotada así de
derechos y obligaciones la “persona jurídica” tiene atribuciones que no
corresponden a los derechos de las personas naturales que la crearon con entera
libertad. Cabe por ello recalcar que los fines de la persona jurídica son distintos
a los fines de las personas naturales que la formaron puesto que la reunión de
éstas se da por intereses comunes, y que conforman un interés propio y distinto
a los intereses personales de cada uno de sus integrantes, pudiendo tener fines
de lucro el aludido conglomerado venido a conocerse con la denominación
legal de persona jurídica.

Las personas jurídicas que tienen interés de lucro destinan sus actividades en
función de los capitales que aportan sus integrantes con la expectativa de

267
obtener utilidades que se destinaran al fin de cuentas a estas personas naturales
y en proporción de sus aportes. Por esto se afirma en el lenguaje mercantil que
la persona jurídica más que una sociedad de personas es una sociedad de
capitales. Entonces cuando estas personas jurídicas denominadas empresas
consideran que se les ha vulnerado un derecho fundamental directamente
vinculado a sus intereses patrimoniales, deben de buscar un mecanismo idóneo
para la solución del conflicto, teniendo en cuenta prima facie que los jueces
ordinarios son los encargados de velar por la defensa y protección de estos
derechos, también protegidos por el amplio manto de la Constitución Política
del Estado. Sin embargo estas empresas cada vez que ven afectados sus
intereses económicos, teniendo a su alcance el proceso ordinario
correspondiente igualmente satisfactorio, suelen recurrir, interesadamente, al
proceso constitucional que, como queda dicho, es exclusivo y excluyente de la
persona humana. Esta determinación arbitraria, además de ser anormal y
caótica, coadyuva a la carga procesal que tiende a rebasar la capacidad
manejable del Tribunal Constitucional y a sembrar en algunos sectores de la
sociedad la idea de un afán invasorio que por cierto no tiene este colegiado.

En el caso de las personas jurídicas que no tienen fines de lucro la propia ley
civil establece la vía específica para solicitar la restitución de los derechos
particulares de sus integrantes como el caso de las asociaciones para el que la
ley destina un proceso determinado en sede ordinaria.

Por lo precedentemente expuesto afirmamos que las personas jurídicas tienen


también derechos considerados fundamentales por la Constitución, sin que con
esta etiqueta cada vez que vean afectados sus intereses patrimoniales, puedan
servirse para traer sus conflictos a la sede constitucional sin importarles la
ruptura del orden que preserva el proceso, el que señala la tutela urgente en
sede constitucional exclusivamente para la solución de conflictos en temas de
solo interés de la persona humana.

9. De lo expuesto concluyo afirmando que si bien este Tribunal ha estado


admitiendo demandas de amparo presentadas por personas jurídicas, esta
decisión debe ser corregida ya que ello ha traído como consecuencia la

268
“amparización” fabricada por empresas para la defensa de sus intereses
patrimoniales, utilizando los procesos de la sede constitucional destinados
exclusivamente a la solución de los conflictos sobre derechos de la persona
humana. Por ello por medio del presente voto pretendemos limitar nuestra
labor a solo lo que nos es propio, dejando por excepción eventuales casos en
los que la persona jurídica no tenga a donde recurrir, encontrándose en una
situación de indefensión total para defenderse de la vulneración de derechos
constitucionales que pongan en peligro su existencia.

10. Es también oportunidad para señalar que siendo diferente la finalidad del
proceso de amparo y de habeas corpus –que son procesos que defienden
derechos de la persona humana- de los procesos de cumplimiento y de habeas
data –que son procesos en donde se busca cumplir con una norma legal o
ejecutar un acto administrativo firme, respectivamente, se persigue la defensa
de los derechos constitucionales reconocidos por los incisos 5) y 6) del artículo
2 de la Constitución Política del Perú- las personas jurídicas si están facultadas
para interponer tales demandas puesto que al solicitarse el cumplimiento de
una norma puede ser de interés tanto de una persona natural como de una
persona jurídica, lo mismo que en el caso del proceso de habeas data en donde
cualquier de las dos puede solicitar determinada información cuando a ellas le
concierne.

El Presente Caso

11. En el presente caso la recurrente es, como decimos, una persona jurídica de
derecho privado con lícito objetivo de lucro que exige la protección de
derechos que considera violados y que aparecen necesariamente relacionados a
intereses patrimoniales, acusando en un órgano judicial del Estado una decisión
que considera equivocada decisión evacuada dentro de un proceso de su
competencia conducido por los cauces de la ley. Se evidencia de autos que la
empresa demandante pretende romper con los límites que imponen las
resoluciones cuestionadas resueltas en la vía ordinaria, utilizando para tales
fines el proceso constitucional de amparo, puesto que obviamente ve afectados
sus derechos patrimoniales. Para que este colegiado ingrese al fondo de la

269
controversia la persona jurídica demandante señala que dicha resolución está
vulnerando su derecho de propiedad sin tener presente que ningún derecho es
absoluto, puesto que pueden ser limitados en atención a las circunstancias que
se presenten. Por tal motivo no puede aducir la empresa demandante afectación
de dicho derecho cuando la resolución emitida ha sido dictada por juez
competente en un proceso de ejecución de garantía, caracterizando a este tipo
de procesos la afectación del derecho de propiedad del que incumple una
obligación, decir lo contrario significaría que un juez en un proceso de
ejecución, por ejemplo, no podría ordenar el embargo de bienes puesto que se
estaría afectando el derecho de propiedad de una persona, lo que sería una
aberración. Respecto a ello debo señalar que en la causa Nº 0665-2007-AA/TC
expresé que “Cabe agregar también que en el fundamento 7 del proyecto se
expone que la resolución cuestionada "constituye una intervención en el
ámbito prima facie garantizado por el derecho a la propiedad, puesto que la
empresa deberá afectar su patrimonio para pagar tales intereses." siendo esta
afirmación incongruente, desigual y peligrosa ya que con la inclinación en
defensa del patrimonio de una persona jurídica se podría afectar el
patrimonio de una persona natural, cada vez que la empresa deudora niegue
el pago a que está obligada, privándosele a una el derecho que se le entrega a
la otra. La doctrina ha denominado "Hipoteca General" a la garantía
constituida por la totalidad de los bienes de propiedad de una persona cuando
ésta realiza la celebración de contratos con terceros a través de los cuales
adquiere obligaciones. Esta garantía permite en la práctica diaria la
viabilidad de la contratación, puesto que para que una parte sea aceptada por
la otra en relación a las obligaciones que asume, ésta accederá al crédito
atendiendo especialmente a su solvencia lo que significa en alguna medida
compromiso patrimonial. Entenderse como se pretende en el proyecto que
dentro de este cauce normal y ordinario se afecta el derecho a la propiedad, es
convertir en impedimento dicha expresión racional en la que todos caemos día
a día pues nadie podría celebrar contratos ni adquirir obligaciones porque al
hacerlo estaría afectando su patrimonio, constitucionalmente protegido, dando
pie a toda alegación cada vez que un "tramposo", después de haber celebrado
un contrato en expresión de entera libertad, sea exigido por juez competente
en proceso regular y en ejecución de sentencia a pagar lo que debe bajo

270
amenaza legal de venta de un bien de su dominio para satisfacer el derecho
del acreedor, ya que éste siempre y en todo caso alegaría que con esto se está
violando su derecho a la propiedad.”

12. Cabe recordar que este Tribunal ha señalado en reiterada jurisprudencia que el
Estado es el llamado a poner orden en la sociedad, no pudiéndose aceptar
demandas de empresas mercantiles cuando ven afectados sus intereses
económicos sin importarles tener que soslayar las disposiciones legales que el
Estado ha emitido para poner el orden que la colectividad exige.

13. A manera de conclusión considero importante servirme de la oportunidad para


realizar precisiones que pongan orden en la práctica judiciaria de todos los
días, en la que se permite a las empresas relacionadas necesariamente a
intereses de lucro, exigirle al Tribunal el ingreso a determinaciones
desbordantes que en la visión de muchas personas reflejan el acomodo de
intereses ajenos por la vía del amparo. Por ello sostengo que en todo caso de
admisión de demandas constitucionales para la solución de conflictos que no
ingresan a dicho rubro, es menester considerar la necesidad de exigir temática
en relación a la persona natural pues los amplios cauces de la justicia ordinaria
están diseñados para debatir, probar y obtener decisiones terminales en el
Poder Judicial, quedando así, como decimos, la sede del proceso urgente
limitada a afectaciones de los derechos de la persona humana. Aparte de esto se
debe tener también en consideración que la inhumana carga procesal que
agobia al servicio de justicia se ve agravada con la prolongación indebida de
procesos que no tienen estricta relación con intereses de los hombres sino de
empresas económicas creadas en ficción con la categoría de persona cuando en
realidad constituyen sociedades de capitales para la satisfacción de objetivos
exclusivamente patrimoniales, lícitos ciertamente, pero exclusivamente de
lucro, postergando así causas pendientes que sí tienen que ver con directos
intereses en relación a la persona humana, verbigracia procesos con
pretensiones de trabajadores que esperan con antigüedad de varios años la
solución a sus conflictos su temática personalísima que el Estado le promete
oportuna y justiciera.

271
14. Por lo expuesto y en atención a lo señalado en los fundamentos precedentes
queda claro que mi posición es que el proceso constitucional busca la plena
protección de los derechos de la persona humana, reservándose el Tribunal la
facultad de considerar en su sede, por excepción, temas de emergencia y la
solución de conflictos cuando que ostensiblemente presenten el riesgo de
afectaciones insuperables, considerando por ello que debe confirmarse el auto de
rechazo liminar en atención a la falta de legitimidad para obrar activa de la
recurrente.

15. En consecuencia es por estas razones que considero que se debe CONFIRMAR
el auto de rechazo liminar declarando en consecuencia la IMPROCEDENCIA
de la demanda.

SR.

JUAN FRANCISCO VERGARA GOTELLI

MUESTRA 20

EXP. N.° 0450-2008-PA/TC


LIMA
RAFAEL JUAN
ZÁRATE FLORES

272
RESOLUCION DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 5 de diciembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por Rafael Juan Zárate Flores


contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de la República, de fojas 36, su fecha 27 de noviembre de 2007,
que confirmando la apelada declara infundada la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A
1. Que con fecha 6 de setiembre de 2006 el recurrente interpone demanda de
amparo contra el Juez del Décimosétimo Juzgado Civil de Lima, señor Julio
César Rodríguez Rodríguez, solicitando se declare la nulidad de la Resolución de
Vista N.° 02, de fecha 11 de julio de 2006, expedida en el proceso de obligación
de dar suma de dinero seguido por Cooperativa de Vivienda de la Policía de
Investigaciones del Perú en su contra. Alega violación de sus derechos al debido
proceso, a la tutela procesal efectiva y al procedimiento legal preestablecido.

Según refiere el recurrente, habiéndose declarado fundada la demanda en el


referido proceso, tanto en primera como segunda instancia, mediante las
resoluciones de fechas 4 de noviembre de 2002 y 9 de setiembre de 2003,
respectivamente, el órgano judicial de primera instancia (Juzgado de Paz Letrado
de San Luis) dio inició a la etapa de ejecución de resoluciones judiciales sin que
exista el pedido de parte en ese sentido y omitiendo, además, realizar el debido
requerimiento de pago así como expedir el respectivo mandato de ejecución.
Afirma además que mediante Resolución N.° 25, de fecha 5 de diciembre de
2005, el juzgado realizó la convocatoria a remate público del inmueble de
propiedad del recurrente, y que si bien mediante Resolución N.° 30, de fecha 17
de enero de 2006, declaró nula ésta resolución, convocó nuevamente a remate.

273
Finalmente manifiesta haber solicitado, por ello, la nulidad de los actuados, sin
embargo, a través de la Resolución N.° 34, de fecha 29 de marzo de 2006 y su
confirmatoria, que se cuestiona en este proceso, las instancias judiciales
rechazaron tal pedido por considerarlo extemporáneo.

2. Que a fojas 62 el Procurador de Asuntos Judiciales del Poder Judicial contesta la


demanda y solicita que sea declarada improcedente, manifestando que en el
proceso cuestionado no se ha vulnerado ninguno de los derechos que se alegan,
pretendiendo el recurrente una nueva revisión de las resoluciones judiciales
expedidas regularmente.

3. Que mediante Resolución N.° 4, de fecha 18 de mayo de 2007, la Quinta Sala


Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima declaró infundada la demanda por
considerar, entre otros argumentos, que de los actuados se desprende que el
recurrente dejó consentir los actos procesales emitidos en el proceso cuestionado,
pudiendo haber hecho valer su derecho dentro de los plazos procesales
correspondientes y al interior del propio proceso que ahora cuestiona. Por su
parte la recurrida confirmó la apelada, con similares argumentos.

4. Que si bien en el presente proceso el demandante ha solicitado expresamente se


declare la nulidad de la Resolución N.° 2, de fecha 11 de julio de 2006, que
confirmó la resolución que declaró improcedente su pedido de nulidad de los
actuados; este Colegiado advierte del texto de la demanda y demás escritos
presentados, que el objeto de ella es dejar sin efecto cada una de las resoluciones
dictadas en la etapa de ejecución de sentencia del proceso de dar suma de dinero
seguido en contra del recurrente. En tal sentido el recurrente alega que se habrían
violado sus derechos al debido proceso, en la medida que el Juzgado de Paz
Letrado de San Luis habría convocado a remate público del inmueble de su
propiedad sin que haya existido solicitud de requerimiento de pago y omitiendo
“actuaciones procesales esenciales, indispensables y básicas de todo Proceso de
Ejecución”, tales como no haber cumplido con expedir el mandato de ejecución
ni tampoco la resolución que ordena seguir adelante con tal mandato.

274
5. Que conforme al artículo 4° del Código Procesal Civil, el proceso de amparo
contra resoluciones judiciales “es improcedente cuando el agraviado dejó
consentir la resolución que dice afectarlo”. Ello porque el proceso de amparo no
puede ser utilizado por las partes para suplir las deficiencias procesales o las
negligencias u omisiones en un proceso en el que el justiciable tuvo la
oportunidad de presentar todos los recursos permitidos por las leyes procesales
correspondientes.

6. Que conforme se observa de autos (fojas 17 y 32), las resoluciones dictadas en


etapa de ejecución y que pretenden ser dejadas sin efecto mediante el presente
proceso datan del año 2004; sin embargo, el demandante dedujo nulidad
insubsanable de los actuados procesales recién con fecha 21 de marzo de 2006, es
decir, después de haber transcurrido aproximadamente dos años; habiendo las
instancias judiciales rechazado tal pedido de nulidad, precisamente por haber sido
presentado extemporáneamente (fojas 35 y 50). Ello pone en evidencia que la
presentación de dicho pedido de nulidad, tenía como única finalidad el habilitar
un plazo para interponer el presente proceso de amparo, dado que el plazo ya
había vencido en exceso.

7. Que siendo así la presente demanda debe ser declarada improcedente en


aplicación del artículo 4° del Código Procesal Civil, toda vez que el recurrente
dejó consentir las resoluciones que supuestamente habrían afectado los derechos
que invoca, al no haberlas cuestionado oportunamente en el trámite del mismo
proceso ordinario que ahora cuestiona.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo de autos.

Publíquese y notifíquese.

275
SS.

LANDA ARROYO
MESÍA RAMIREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 21

EXP. N.° 03303-2006-PA/TC


LIMA

276
JOSÉ GREGORIO
PEREA CÁCERES

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 19 días del mes de noviembre de 2007, reunido el Tribunal


Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los
magistrados Landa Arroyo, Mesía Ramírez, Vergara Gotelli, Beaumont Callirgos,
Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don José Gregorio Perea


Cáceres contra la sentencia de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de República, de fojas 72 del segundo cuaderno, su fecha 17 de
noviembre de 2005, que declara improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 8 de enero de 2001 el recurrente interpone demanda de amparo


contra los vocales de la Sala de Derecho Social y Constitucional de la Corte Suprema
de Justicia de la República, los vocales de la Sala Corporativa Transitoria
Especializada en lo Contencioso-Administrativo de la Corte Superior de Justicia de
Lima y el juez del Primer Juzgado Especializado en lo Contencioso-Administrativo,
citando como litisconsortes pasivos a la Oficina de Normalización Previsional (ONP)
y al Instituto Nacional de Desarrollo (INADE), solicitando que se dejen sin efecto las
sentencias expedidas por los emplazados en el proceso de nulidad del acto de
incorporación del actor al régimen de pensiones del Decreto Ley N.º 20530; y que,

277
en consecuencia, se restituyan su incorporación al régimen pensionario del Decreto
Ley N.º 20530, así como la aplicación del artículo 11.º de la Ley N.º 23506.

Alega que las referidas resoluciones judiciales, al declarar la nulidad de su


incorporación al régimen de pensiones del Decreto Ley N.º 20530, han transgredido
el principio de la cosa juzgada ya que se ha desconocido el proceso de amparo
iniciado por el recurrente en el que se ordenó el restablecimiento del pago de sus
derechos pensionarios. Asimismo, refiere que las cuestionadas sentencias vulneran su
derecho al debido proceso por cuanto el proceso de nulidad de incorporación ha sido
tramitado en la vía sumarísima ante un juez especial vulnerando el derecho al debido
proceso.

La Procuradora Pública encargada de los asuntos judiciales del Poder Judicial


contesta la demanda alegando que las resoluciones cuestionadas son válidas por
cuanto han sido emitidas dentro de un procedimiento regular, en donde el
demandante ha hecho uso de su derecho de defensa, al haber ejercitado los recursos
legales para cuestionarlas e impugnarlas.

La Oficina de Normalización Previsional contesta la demanda señalando que


la nulidad de la incorporación del demandante al régimen del Decreto Ley N.º 20530
ha sido declarada dentro de un proceso regular.

El Instituto Nacional de Desarrollo devuelve la cédula de notificación, por


estimar que la defensa la debe realizar la Procuraduría Pública del Ministerio de la
Presidencia. El Primer Juzgado Especializado en Derecho Público de Lima, con
fecha 8 de agosto de 2001, declara bien notificada al Instituto Nacional de
Desarrollo.

La Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, con fecha 5 de


julio de 2004, declara improcedente la demanda por considerar que no se evidencia
realmente la trasgresión de los derechos invocados por el recurrente y, por lo tanto,
no existe en este caso un proceso irregular.

278
La recurrida confirma la apelada, por estimar que el actor sólo pretende
cuestionar el criterio judicial expuesto en el cuestionado proceso judicial ordinario,
pretensión que contraviene los fines del presente proceso constitucional.

FUNDAMENTOS

1. La demanda de amparo se dirige contra las sentencias emitidas por la Sala de


Derecho Social y Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de la
República, la Sala Corporativa Transitoria Especializada en lo Contencioso-
Administrativo de la Corte Superior de Justicia de Lima y el Primer Juzgado
Especializado en lo Contencioso-Administrativo de Lima, en el proceso
recaído en el Exp. N.º 694-97, en el que se declaró la nulidad de la
incorporación del demandante al régimen del Decreto Ley N.º 20530.

El demandante aduce que las sentencias cuestionadas vulneran el derecho a la


cosa juzgada, por cuanto su incorporación al régimen del Decreto Ley N.º
20530 ya había sido convalidada en un anterior proceso de amparo, en el que
se declaró fundada su demanda y se le ordenó al Instituto Nacional de
Desarrollo que le continuara pagando su pensión de cesantía.

2. Pues bien, teniendo en cuenta que la controversia se centra en determinar si


las sentencias cuestionadas han vulnerado el derecho a la cosa juzgada, es
preciso comenzar por recordar que el derecho a la tutela procesal efectiva
protege y garantiza la eficacia de la cosa juzgada, tanto en su aspecto
positivo, impidiendo que los jueces, en un proceso seguido entre los mismos
sujetos, puedan desconocer o contradecir las situaciones jurídicas declaradas
o reconocidas en una resolución que haya adquirido firmeza, como en su
aspecto negativo, excluyendo la posibilidad de nuevos pronunciamientos
judiciales con idéntico objeto procesal al ya decidido en resolución firme.

En buena cuenta, la cosa juzgada como derecho fundamental garantiza la


intangibilidad de las resoluciones judiciales firmes, es decir, impide que

279
puedan ser alteradas, modificadas, dejadas sin efectos o retardadas en su
ejecución. Por ello, la eficacia de la cosa juzgada de las resoluciones
judiciales obliga a los propios órganos judiciales a respeten y queden
vinculados por sus propias y ajenas declaraciones judiciales firmes.

3. Expuesto, el marco de enjuiciamiento relevante al caso, debemos comenzar


por señalar que mediante las Resoluciones Gerenciales N.os 126-89-
INADE/4100, 176-89-INADE/4100, de fechas 20 de setiembre y 30 de
noviembre de 1989, obrantes de fojas 2 a 7, se reconoció que el demandante
se encontraba incorporado al régimen del Decreto Ley N.º 20530 porque
cumplía los requisitos del artículo 27.º de la Ley N.º 25066. Asimismo, debe
señalarse que mediante la Resolución Gerencial N.º 092-90-INADE/4100, de
fecha 16 de mayo de 1990, obrante de fojas 8 a 15, se le otorgó al
demandante pensión de cesantía conforme al Decreto Ley N.º 20530.

4. No obstante ello, el Instituto Nacional de Desarrollo en aplicación del


Decreto Supremo N.º 005-92-TR suspendió el pago de la pensión de cesantía
del demandante, porque consideró que su incorporación al régimen del
Decreto Ley N.º 20530 era nula de pleno derecho por haber sido realizada en
contravención de su artículo 14.º.

Ante tal situación, el demandante junto con otras personas interpuso una
demanda de amparo contra el Instituto Nacional de Desarrollo, obrante de
fojas 16 a 19, que fue declarada fundada ordenándose a la demandada que
continúe con el pago de la pensión de cesantía que venía percibiendo,
conforme se prueba con la ejecutoria suprema de fecha 7 de junio de 1995,
obrante a fojas 26 y 27.

5. En el mismo contexto, hemos de señalar que con fecha 17 de noviembre de


1997, la Oficina de Normalización Previsional interpuso en la vía sumarísima
una demanda de nulidad del acto de incorporación del demandante al régimen
del Decreto Ley N.º 20530, la cual obtuvo sentencias favorables tanto en
primera como en segunda instancias, como consta de fojas 67 a 69 y 79 a 81,

280
dejándose sin efecto legal las Resoluciones Gerenciales N.os 126-89-
INADE/4100, 176-89-INADE/4100 y 092-90-INADE/4100.

6. Sobre el particular, debe precisarse que la demanda de nulidad antes


mencionada fue interpuesta por la Oficina de Normalización Previsional en
mérito a las facultades otorgadas por los artículos 1º y 7º de la Ley N.º
26835. Al respecto, debe tenerse en cuenta que dichas facultades ya habían
sido limitadas por este Tribunal en la STC 0008-96-I/TC de fecha 23 de
abril de 1997, que resolvió declarar inconstitucionales algunos artículos del
Decreto Legislativo N.º 817, entre ellos el artículo 4º, que facultaba a la
ONP a ser la única autoridad en materia pensionaria.

Así, la Ley N.º 26835 también fue objeto de una demanda de


inconstitucionalidad, habiéndose dictado la STC 001-98-AI/TC de fecha 15
de junio de 2001, en cuyo fundamento 1 se establece que “[l]os artículos
impugnados de la Ley N.° 26835, reproducen de un modo u otro, según se
alega con razón en la demanda y se precisará en lo que sigue, a sus
homólogos del Decreto Legislativo N.° 817, que, como se sabe, ha sido
declarado inconstitucional mediante sentencia de este Tribunal, del
veintitrés de abril de mil novecientos noventa y siete (Expediente N.° 008-
96-AI/TC). En tal sentido, con la Ley impugnada se ha vulnerado el
principio de la autoridad de la cosa juzgada, con el agravante de que, en el
presente caso, la sentencia respectiva ha emanado de este Tribunal, cuyos
fallos deben ser acatados por todos los poderes públicos y no pueden ser
revisados en sede nacional”.

7. En el caso de autos la ONP interpone demanda de conformidad con lo


señalado en la Ley N.º 26835; sin embargo el propio Tribunal ya se había
pronunciado sobre el particular, como se ha expuesto anteriormente, por lo
que dicho proceso de nulidad de incorporación al régimen pensionario del
Decreto Ley N.º 20530 fue indebidamente iniciado por la ONP (que carecía
de legitimidad), violando el principio de la inmutabilidad de la cosa juzgada
previsto en el artículo 139º, inciso 13), de la Constitución Política del Perú,
impidiendo que el demandante, en calidad de beneficiado de la sentencia de

281
amparo de fecha 7 de junio de 1995, la pueda ejecutar, vulnerándose así la
tutela judicial efectiva consagrada en el artículo 139.º, inciso 3), de la
Constitución, por lo que la demanda merece ser acogida en sede
constitucional.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la


Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda; en consecuencia, NULAS las sentencias


dictadas por el Primer Juzgado Contencioso-Administrativo de Lima con
fecha 18 de agosto de 1998 y la Sala Corporativa Especializada en lo
Contencioso Administrativo de la Corte Superior de Justicia de Lima con
fecha 9 de junio de 1999.

2. Ordenar que, reponiendo las cosas al estado anterior de la afectación, el


Instituto Nacional de Desarrollo continúe pagando las pensiones del
recurrente bajo el régimen del Decreto Ley N.º 20530, con el abono de las
pensiones devengadas.

Publíquese y notifíquese.

SS.

LANDA ARROYO
MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 22

282
EXP. N.º 00368-2008-PA/TC
LIMA
RICARDO REYES
ARICA

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 7 de enero de 2009

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por Ricardo Reyes Arica


contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la
Corte Suprema de Justicia de la República, de fojas 69 del cuaderno de la Suprema,
su fecha 3 de octubre de 2007, que confirmando la apelada declara improcedente la
demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 15 de diciembre de 2006 el recurrente interpone demanda de


amparo contra los vocales integrantes de la Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima, señores Ángel Romero Díaz, Alicia Tavara Martínez y
Rafael Jaeger Requejo, solicitando se declare la nulidad de la resolución de
vista de fecha 18 de agosto de 2005, ya que lesiona sus derechos
constitucionales al trabajo, a la tutela procesal efectiva, al debido proceso, de
defensa y a la obtención de una resolución fundada en derecho.

Sostiene el demandante que interpuso demanda de amparo contra el Banco de


la Nación solicitando su reposición a dicha entidad como el pago de costas y
costos del proceso. Manifiesta también que en el citado proceso de amparo se
declaró la improcedencia de su demanda como consecuencia de una errada
aplicación del artículo 14 del Decreto Supremo 014-2002-TR, sin tener en

283
cuenta que dicho artículo fue modificado mediante el Decreto Supremo N.º
018-2002-TR.

2. Que la Octava Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, mediante


resolución N.º 1 de fecha 9 de enero de 2007 declaró improcedente la
demanda argumentando que la real pretensión del demandante es efectuar un
cuestionamiento de fondo a la resolución impugnada y que el primer amparo
ha tenido pronunciamiento del Tribunal Constitucional. A su turno la Sala de
Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia
de la República mediante resolución de fecha 3 de octubre de 2007
confirmando la apelada declaró improcedente la demanda por similares
argumentos.

3. Que de autos se aprecia que el demandante pretende cuestionar lo resuelto en


un proceso constitucional en el que, conforme a la sentencia recaída en el
Exp. N.º 4853-2004-AA, Caso Dirección General de Pesquería y bajo el
marco de lo establecido por el Código Procesal Constitucional, este Tribunal
ha establecido una serie de reglas constitutivas de precedente vinculante así
como criterios doctrínales de observancia obligatoria. Así se tiene que la
procedencia de dicho régimen se encuentra sujeta a las siguientes líneas de
razonamiento: a) Su procedencia se condiciona a los casos en que la
vulneración constitucional resulte evidente o manifiesta, b) Su habilitación
sólo opera por una sola y única oportunidad, c) Resulta pertinente tanto
contra resoluciones judiciales estimatorias como contra las desestimatorias, d)
Su habilitación se condiciona a la vulneración de uno o más derechos
constitucionales, independientemente de la naturaleza de ellos, e) Procede en
defensa de la doctrina vinculante establecida por el Tribunal Constitucional, f)
Se habilita en defensa de los terceros que no han participado en el proceso
constitucional cuestionado y cuyos derechos han sido vulnerados, así como
respecto del recurrente que por razones extraordinarias no pudo acceder el
agravio constitucional, g) No es pertinente como mecanismo de defensa de
los precedentes vinculantes establecidos por el Tribunal Constitucional, y h)
No procede en contra de las decisiones emanadas del Tribunal Constitucional.

284
4. Que en el presente caso el demandante cuestiona lo resuelto en un primer
proceso constitucional de amparo que ha sido materia de conocimiento y
pronunciamiento por el Tribunal Constitucional mediante la sentencia recaída
en Exp. N.º 1362-2006-PA/TC, que corre a fojas 15 de autos, resultando, por
consiguiente, manifiestamente improcedente.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELTO

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.

Publíquese y notifíquese.

SS.

MESÍA RAMÍREZ
LANDA ARROYO
CALLE HAYEN
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

MUESTRA 23

285
EXP. N.° 01868-2008-PA/TC
LIMA
ROSA JESÚS
ARNAO RAMÍREZ

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 9 de diciembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto contra la sentencia expedida


por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Superior de Justicia de
Lima, de fojas 38, su fecha 10 de enero de 2008, que declara improcedente la
demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que la recurrente interpone demanda de amparo contra el Juez del Quinto


Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, a fin de que se
dejen sin efecto, entre otras resoluciones señaladas en el petitorio de la demanda
(folio 34), la resolución judicial de 14 de septiembre de 2001 (folio 3). Aduce que
tales resoluciones judiciales vulneran su derecho fundamental al debido proceso.
Argumenta que en el proceso judicial ordinario por pago de mejoras, en el cual ha
sido demandada y se dispone mediante sentencia que pague a favor de don Juan
Magdonio Arnao Ramírez la suma de S/. 35 000 más costos y costas, no se ha
considerado la declaración jurada de don Teodardo Nicolás Condezo Asto (folio
15) y de don Victoriano García Rodríguez (folios 33-34); las cuales a su entender
son decisivos por cuanto desmienten las afirmaciones de la persona a cuyo favor
el juez ha dispuesto el pago de la suma dineraria antes aludida.

286
2. Que de acuerdo con el artículo 5º.3 del Código Procesal Constitucional, “[n]o
proceden los procesos constitucionales cuando: (…) [e]l agraviado haya recurrido
previamente a otro proceso judicial para pedir tutela respecto de su derecho
constitucional”. De autos se aprecia que la recurrente interpuso demanda de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, proceso en el cual cuestiona, bajo los
mismos argumentos, los actos judiciales supuestamente lesivos de su derecho al
debido proceso y que ahora cuestiona a través del presente proceso de amparo
(folios 23-30). En ese sentido, al haber recurrido la demandante al proceso
judicial de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, la presente demanda debe ser
desestimada.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

RESUELVE

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo de autos.

Publíquese y notifíquese.

SS.

LANDA ARROYO
MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYÉN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRAND

287
MUESTRA 24

EXP. N.° 01287-2008-PA/TC


LIMA
CONSTRUCTORA Y
COMERCIALIZADORA
ALEGRÌA S.A.C.

RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Lima, 9 de diciembre de 2008

VISTO

El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Manuel Rosvel Gómez


Tesheyra, apoderado judicial de la empresa Constructora y Comercializadora Alegría
S.A.C., contra la resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de la República, de fojas 93, su fecha 10 de agosto de 2007 que,
confirmando la apelada, declara improcedente la demanda de autos; y,

ATENDIENDO A

1. Que con fecha 26 de febrero de 2007 el recurrente interpone demanda de amparo


contra el titular del Juzgado Especializado en lo Civil de San Martín, el Juez César
Mariano Méndez Calderón, así como contra los magistrados de la Sala Mixta
Descentralizada de la Corte Superior de Justicia de San Martín, solicitando se
declaren nulas la resolución N.º 2, de fecha 2 de noviembre de 2005, que admite
a trámite la demanda de ejecución de garantía interpuesta por la Caja Municipal de
288
Ahorro y Crédito de Paita Agencia Tarapoto contra la Constructora y
Comercializadora Alegría S.A.C.; la resolución N.º 4, de fecha 15 de enero de
2006, que declara improcedente la contestación de la demanda formulada por la
ejecutada Constructora y Comercializadora Alegría S.A.C; y la resolución N.º 2,
de fecha 10 de mayo de 2006 que confirmó la resolución N.º 4 que declara
improcedente la contestación de la demanda, y todas las demás resoluciones
emitidas en el expediente N.º 2005-768.

El accionante afirma que se ha vulnerado entre otros su derecho constitucional a la


igualdad ante la ley; pues a su entender se ha discriminado a su representada
negándole ejercer el derecho de contradicción y admitiendo a la ejecutante
demandas judiciales simultáneas utilizando como medio probatorio los mismos
documentos; su derecho de propiedad, en tanto considera que se ha bloqueado a su
representada el derecho de contradicción para defender su patrimonio constituido
en inmuebles y que se ha admitido a la ejecutante documentación inapropiada de
título valor en procesos de ejecución de garantías; su derecho al debido proceso y
la tutela jurisdiccional, pues, según su parecer, se ha omitido aplicar la norma
legal del artículo 720º del Código Procesal Civil, al haber admitido el título valor-
pagaré en sustitución del título hipotecario a la ejecutante; también se omitió
aplicar el artículo 722º del Código Procesal Civil a la contradicción presentada a
las pruebas aportadas; su derecho de defensa al declarar no haber formulado la
contradicción a la ejecución de garantías.

2. Que la Segunda Sala Mixta Descentralizada de la Corte Superior de Justicia de


San Martín, con fecha 19 de marzo de 2007, declara improcedente la demanda
por considerar que las resoluciones reclamadas no tienen la condición de
resolución judicial firme; además, los hechos y el petitorio de la demanda no se
encuentran referidos en forma directa al contenido constitucionalmente protegido
del derecho invocado, siendo de aplicación los artículos 4º y 5º, inciso 1), del
Código Procesal Constitucional.

289
3. Que por su parte la Sala Superior competente confirmó la apelada argumentando
que de autos no se evidencia la violación de los derechos invocados por el
accionante; en tanto este ha gozado de tutela jurisdiccional efectiva y ejercido los
derechos de defensa, de impugnación y de instancia plural al interponer recurso de
apelación contra la resolución de primera instancia que consideró agraviante; que de
lo expuesto se advierte que lo que viene cuestionando el actor es la apreciación de
hechos y el criterio jurisdiccional adoptado por los magistrados emplazados al
interior de un proceso civil de su competencia, con la evidente finalidad de obtener
un nuevo pronunciamiento que satisfaga sus pretensiones, lo que no es viable a
través del presente proceso constitucional.

4. Que sobre el particular, el Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia ha


sostenido que el artículo 5°, inciso 1), del Código Procesal Constitucional constituye
un presupuesto procesal de observancia obligatoria cuando se trata de identificar la
materia que puede ser de conocimiento en procesos constitucionales como el
amparo. En efecto, procesos como el amparo, por la propia naturaleza del objeto a
proteger, solo tutelan pretensiones que están relacionadas con el ámbito
constitucional de un derecho fundamental susceptible de protección en un proceso
constitucional. Así, no pueden ser conocidas en un proceso como el amparo: i)
Pretensiones relacionadas con otro tipo de derechos (de origen legal, administrativo,
etc.), lo que requiere ciertamente de una precisión: el hecho de que un derecho se
encuentre regulado en una ley, reglamento o acto de particulares no implica, per se,
que carezca de fundamentalidad o relevancia constitucional y consecuentemente no
sea susceptible de protección en la jurisdicción constitucional, pues existe un
considerable número de casos en los que la ley, el reglamento o el acto entre
particulares tan solo desarrollan el contenido de un derecho fundamental de manera
que este contenido, por tener relevancia constitucional, sí es susceptible de
protección en la jurisdicción constitucional. Lo que no es protegible en un proceso
constitucional es aquel contenido de una ley, reglamento o acto de particulares que
carezca de fundamentalidad o relevancia constitucional. Por ejemplo, un derecho sin
relevancia constitucional es el derecho de posesión regulado por el artículo 896° del

290
Código Civil o los beneficios de combustible o chofer para militares regulados en el
Decreto Ley N.° 19846; ii) Pretensiones que, aunque relacionadas o no con el
contenido constitucional de un derecho fundamental, no son susceptibles de
protección en un proceso constitucional sino en un proceso ordinario. Así, por
ejemplo, no se protegen en el amparo contra resoluciones judiciales aquellas
pretensiones mediante las cuales se persigue una nueva valoración de la prueba o la
determinación de la validez de un contrato, entre otras.

5. Que de la revisión de autos concluimos que la pretensión del recurrente debe ser
desestimada, toda vez que, como se ha expuesto en el fundamento 3 de la presente,
en sede constitucional resulta vedado pronunciarse respecto de competencias
exclusivas de la jurisdicción ordinaria, como son en este caso: i) la idoneidad o no
de los medios probatorios ofrecidos para promover proceso de ejecución de
garantías; y ii) la aplicación o no de los artículos 720º y 722º del Código Procesal
Civil por parte del juez, por lo que es de aplicación el artículo 5°, inciso 1), del
Código Procesal Constitucional.

Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la


Constitución Política del Perú y con el fundamento de voto del Magistrado Vergara
Gotelli, que se agrega
RESUELVE
Declarar IMPROCEDENTE la demanda.
Publíquese y notifíquese.

VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

291
EXP. N.° 01287-2008-PA/TC
LIMA
CONSTRUCTORA Y
COMERCIALIZADORA
ALEGRÌA S.A.C.

FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI

Emito el presente fundamento de voto por las siguientes consideraciones:

1. Con fecha 26 de febrero de 2007 la empresa recurrente interpone demanda de


amparo contra el Juez del Juzgado Especializado en lo Civil de San Martín, don
Cesar Mariano Mendez Calderon, así como contra los magistrados de la Sala
Mixta Descentralizada de la Corte Superior de Justicia de San Martín, solicitando
que se declare la nulidad de la resolución Nº 2, de fecha 2 de noviembre de 2005,
que admitió a trámite la demanda de ejecución de garantía interpuesta por la Caja
Municipal de Ahorro y Crédito de Paita Agencia Tarapoto contra la Constructora
y Comercializadora Alegría S.A.C.; de la resolución Nº 4, de fecha 15 de enero
de 2006, que declaró improcedente la contestación de la demanda formulada por
la ejecutada Constructora y Comercializadora Alegría S.A.C.; y la resolución Nº
2, de fecha 10 de mayo de 2006 que confirmó la resolución Nº 4, que declaró
improcedente la contestación de la demanda y todas demás resoluciones emitidas
en el expediente 2005-768.

2. Las instancias precedentes declararon la improcedencia de la demanda en


atención a que las resoluciones cuestionadas no han quedado firme; señalando
además que los hechos y el petitorio no están referidos en forma directa al
contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado, siendo de
aplicación los artículos 4º y 5º, inciso 1) del Código Procesal Constitucional. La
Sala por su parte agregó que lo que cuestiona la empresa demandante es el
criterio jurisdiccional adoptado por los magistrados emplazados al interior de un
292
proceso civil de su competencia, lo que evidencia el verdadero interés de obtener
un nuevo pronunciamiento que satisfaga sus pretensiones.

Titularidad de los derechos fundamentales

3. La Constitución Política del Perú de 1993 ha señalado en su artículo 1º-parte de


derechos fundamentales- que “La defensa de la persona humana y el respeto de
su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.” agregando en su
artículo 2º que “toda persona tiene derecho ….”, refiriendo en la aludida nomina
derechos atribuidos evidentemente a la persona humana a la que hace referencia
sin lugar a dudas el citado artículo 1º.

El Código Procesal Constitucional estatuye en su artículo V del Título Preliminar


al referirse a la interpretación de los Derechos Constitucionales, que “El
contenido y alcances de los derechos constitucionales protegidos por los procesos
regulados en el presente Código deben interpretarse de conformidad con la
Declaración Universal de Derechos Humanos, los tratados sobre derechos
humanos así como las decisiones adoptadas por los tribunales internacionales
sobre derechos humanos, constituidos por tratados de los que el Perú es parte.”

De lo expuesto en el fundamento precedente se colige que los derechos


constitucionales tienen que ser interpretados en concordancia con los tratados
internacionales en los que el Perú es parte con la finalidad de evitar
incompatibilidades entre éstos.

Entonces debemos remitirnos al contenido de los Tratados Internacionales para


interpretar los derechos constitucionales protegidos por el Código Procesal
Constitucional. La Declaración Universal de Derechos Humanos, como su
misma denominación señala, declara derechos directamente referidos a la
persona humana, precisando así en su articulo 1º que: “Todos los seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y

293
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”, nominado
en el articulo 2º la enumeración de los derechos que se les reconoce.

También es importante señalar que la Convención Americana sobre Derechos


Humanos - “Pacto de San José de Costa Rica”- expresa en el artículo primero,
inciso dos, que debe entenderse que persona es todo ser humano”, haciendo
referencia marcada al precisar que los derechos reconocidos en la señalada
disposición internacional están referidos sólo a la persona humana.
En conclusión extraemos de lo expuesto que las disposiciones internacionales al
proteger los derechos referidos a la persona humana están limitando al campo de
las denominadas acciones de garantías constitucionales a los procesos
contemplados por nuestro Código Procesal Constitucional.

Por ello es que expresamente el artículo 37º del Código Procesal Constitucional
señala que los derechos protegidos por el proceso de amparo son los que enumera
el articulo 2º de la Constitución Política del Perú, referida obviamente a los
derechos de la persona humana, exceptuando el derecho a la libertad individual
porque singularmente dicho derecho está protegido por el proceso de habeas
corpus y los destinados a los procesos de cumplimiento y habeas data para los
que la ley les tiene reservados tratamientos especiales por cuanto traen conflictos
de diversa naturaleza. Esto significa entonces que el proceso de amparo está
destinado exclusiva y excluyentemente a la defensa de los derechos
fundamentales directamente relacionados a la persona humana.

4. De lo expuesto queda entonces claro que cuando la Constitución habla de los


derechos fundamentales, lo hace con las particularidades anotadas pensando en la
persona humana, esto es en el ser humano física y moralmente individualizado.
Hacia él pues se encuentran canalizados los diversos atributos, facultades y
libertades, siendo solo él quien puede invocar su respeto y protección a título
subjetivo y en sede constitucional.

294
La Persona Jurídica.

5. El Código Civil en su Libro I desarrolla el tema de “personas” colocando en la


Sección Primera a las Personas Naturales (personas humanas), y en la Sección
Segunda a las Personas Jurídicas.

Esto quiere decir que nuestra legislación civil ordinaria ha contemplado tal
separación precisando los derechos y obligaciones de una y otras. En lo que
respecta a las personas morales que denomina jurídicas, hace la distinción al
señalar la decisión libre de varias personas naturales de formar un conglomerado
con objetivo igual pero con identidad propia distinta a la de cada una de las
personas naturales que crearon dicha “persona” ideal. Dotada así de derechos y
obligaciones la “persona jurídica” tiene atribuciones que no corresponden a los
derechos de las personas naturales que la crearon con entera libertad. Cabe por
ello recalcar que los fines de la persona jurídica son distintos a los fines de las
personas naturales que la formaron puesto que la reunión de éstas se da por
intereses comunes, y que conforman un interés propio y distinto a los intereses
personales de cada uno de sus integrantes, pudiendo tener fines de lucro el
aludido conglomerado venido a conocerse con la denominación legal de persona
jurídica.

Las personas jurídicas que tienen interés de lucro destinan sus actividades en
función de los capitales que aportan sus integrantes con la expectativa de obtener
utilidades que se destinaran al fin de cuentas a estas personas naturales y en
proporción de sus aportes. Por esto se afirma en el lenguaje mercantil que la
persona jurídica más que una sociedad de personas es una sociedad de capitales.
Entonces cuando estas personas jurídicas denominadas empresas consideran que
se les ha vulnerado un derecho fundamental directamente vinculado a sus
intereses patrimoniales, deben de buscar un mecanismo idóneo para la solución
del conflicto, teniendo en cuenta prima facie que los jueces ordinarios son los
encargados de velar por la defensa y protección de estos derechos, también

295
protegidos por el amplio manto de la Constitución Política del Estado. Sin
embargo estas empresas cada vez que ven afectados sus intereses económicos,
teniendo a su alcance el proceso ordinario correspondiente igualmente
satisfactorio, suelen recurrir, interesadamente, al proceso constitucional que,
como queda dicho, es exclusivo y excluyente de la persona humana. Esta
determinación arbitraria, además de ser anormal y caótica, coadyuva a la carga
procesal que tiende a rebasar la capacidad manejable del Tribunal Constitucional
y a sembrar en algunos sectores de la sociedad la idea de un afán invasorio que
por cierto no tiene este colegiado.

En el caso de las personas jurídicas que no tienen fines de lucro la propia ley
civil establece la vía específica para solicitar la restitución de los derechos
particulares de sus integrantes como el caso de las asociaciones para el que la ley
destina un proceso determinado en sede ordinaria.

Por lo precedentemente expuesto afirmamos que las personas jurídicas tienen


también derechos considerados fundamentales por la Constitución, sin que con
esta etiqueta cada vez que vean afectados sus intereses patrimoniales, puede
servirles para traer sus conflictos a la sede constitucional sin importarles la
ruptura del orden que preserva el proceso, el que señala la tutela urgente en sede
constitucional exclusivamente para la solución de conflictos en temas de
exclusivo interés de la persona humana.

6. De lo expuesto concluimos afirmando que si bien este Tribunal ha estado


admitiendo demandas de amparo presentadas por personas jurídicas, esta
decisión debe ser corregida ya que ello ha traído como consecuencia la
“amparización” fabricada por empresas para la defensa de sus intereses
patrimoniales, utilizando los procesos de la sede constitucional destinados
exclusivamente a la solución de los conflictos sobre derechos de la persona
humana. Por ello por medio de la presente resolución pretendemos limitar
nuestra labor a solo lo que nos es propio, dejando por excepción solo los casos en

296
los que la persona jurídica no tenga a donde recurrir, encontrándose en una
situación de indefensión total, para defenderse de la vulneración de derechos
constitucionales que pongan en peligro su existencia.

Caso de autos

7. En el presente caso no se presenta un tema de emergencia, puesto que sólo si se


verificara una situación de tutela urgente en el que una persona jurídica no
tuviese otra opción para proteger su derecho, podría ser admitida su pretensión
en la vía constitucional, lo que no sucede en este caso, ya que la recurrente es
una persona de derecho privado con lícito objetivo de lucro que exige la
protección de derechos que considera violados y que aparecen necesariamente
relacionados a intereses patrimoniales, acusando en un órgano judicial del Estado
una decisión equivocada al emitir resoluciones dentro de un proceso de su
competencia.

8. En tal sentido se evidencia de los actuados que el interés que empuja a la


empresa demandante a interponer el presente proceso constitucional de amparo
es que sus bienes no sean afectados por las consecuencias del proceso de
ejecución, para lo que aduce una serie de fundamentos destinados a frustrar
cualquier afectación legitima a sus bienes.

9. En el caso de autos se observa que aún si se presentara una situación de


emergencia que obligara a este colegiado a emitir pronunciamiento de fondo, la
demanda no podría ser estimada, puesto que el órgano judicial ha actuado en
ejercicio de sus atribuciones.

10. En atención a lo expuesto es evidente que la demanda debe ser desestimada no


sólo por la falta de legitimidad de la empresa demandante sino también por la
naturaleza de su pretensión.

297
Por expuesto considero que la demanda de amparo debe ser declarada
IMPROCEDENTE.

SR.

VERGARA GOTELLI

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