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Desde hace 6 años, la población de Juliaca espera la construcción de un hospital

materno infantil. Pero lo que empezó como una promesa en la gestión de Hernán
Fuentes como gobernador regional de Puno ha terminado en una obra fantasma.
Esto ha perjudicado a los pacientes, que son atendidos en pésimas condiciones
en módulos de vivienda de madera y en una casa alquilada.

Para ejecutar la obra, tuvo que sacrificarse a un centro de salud en el cono sur de
Juliaca. Era en ese terreno donde se iba a construir el hospital, pero los trabajos
quedaron paralizados el 2010 luego de que las aguas de subsuelo empezaran a
filtrarse. Así, queda un panorama con un gran charco infeccioso y fierros oxidados,
según mostraron imágenes de "Cuarto Poder".

Según el jefe de la Oficina de Supervisión Regional y Licitaciones de Obras, la


obra se inició sin tener expediente técnico aprobado. En un inicio, iba a costar S/.
74’000.000 e iba a ser ejecutado por el propio gobierno regional, no se planeó una
licitación..

El 2013, el entonces gobernador regional Mauricio Rodríguez anunció que se


construiría el hospital en el centro poblado Taparachi, donde no hay vías de
acceso y agua potable. Pese a ello, se colocó la primera piedra. Peor aún, la obra
iba a costar más: 99 millones de soles, señaló el actual gobernador Juan Luque.
Hasta ahora, es un hospital fantasma.

En marzo pasado, médicos, enfermeras y pacientes retornaron al terreno original


del centro de salud, de donde habían sido desalojados para el supuesto inicio de
la construcción del hospital materno infantil. Cercad del foco infeccioso por el agua
estancada y los fierros oxidados, instalaron módulos de vivienda de madera.
Además, desde el 2010, se paga S/. 9.500 mensuales para alquilar una casa,
pese a que no reúne condiciones mínimas.

Ahí falta espacio, equipos, no hay incubadoras, no existe una sala de espera y el
área de esterilización funciona en lo que era un baño. Son ambientes
deprimentes.

En Chavín de Huántar (Áncash), un centro de salud funciona hace más de 5 años


en un colegio a punto de caerse. Gestiones municipales no se preocuparon por la
salud, pero sí gastaron en una plaza de toros, un terminal terrestre y un mercado
fantasmas. http://goo.gl/qQlbUi

Más problemas
Pero la situación no queda ahí. El terreno donde funcionaba la posta había sido
cedido en uso por la Beneficencia Pública de Juliaca al Ministerio de Salud
(Minsa). Sin embargo, cuando se destruyó ese centro de salud y al ver que no
había avances en el proyecto, la beneficencia pidió que el terreno le sea
reivindicado.

Además, la empresa que fue contratada para la obra en Taparachi libra con el
Gobierno Regional de Puno un arbitraje con una millonaria suma de por medio. Es
decir: más dinero perdido y los 87.000 habitantes de Juliaca siguen sin hospital.

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