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Ediciones USTA
Carrera 13 n.º 54-39
Bogotá, D. C., Colombia
ISBN: 978-958-631-???-?
Impresión: ????
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin la autorización
expresa del titular de los derechos.
Agradecimientos
A todas las personas que han hecho parte de esta propuesta que muestra cami-
nos posibles a una atención de calidad para los niños y niñas de nuestro país.
A la División de Investigación sede Bogota (DIB), por apoyar esta importante
propuesta, y a todos los miembros de la red Primera Infancia, Lenguaje e In-
clusión Social (Pilis):
Miembros internacionales
Miembros nacionales
CONTENIDO
Introducción 11
Capítulo 1
Primera infancia, lenguaje e inclusión social 15
Capítulo 2
Sistemas competentes en la educación de la primera infancia 39
Capítulo 3
Política pública 77
De Cero a Siempre 79
Constanza Alarcón
Capítulo 4
Desarrollo infaltil 113
8
Imagen-pensamiento 231
Javier Olarte
Capítulo 5
Investigación en educación inicial 275
Introducción
El libro Primera infancia, lenguajes e inclusión social: una mirada desde la in-
vestigación constituye un esfuerzo novedoso y bien logrado por hacer conver-
ger las reflexiones y los conocimientos construidos por expertos de grupos de
investigación colombianos y extranjeros, en temas de primera infancia, len-
guajes e inclusión social. Su propósito es visibilizar el encuentro del trabajo in-
vestigativo, de extensión y de formación llevado a cabo desde las instituciones
de educación superior.
Este libro se inscribe en una corriente crítica y reflexiva frente a tres ámbitos: la
política nacional de primera infancia, la investigación basada en el desarrollo
infantil y la investigación en educación y cuidado a la primera infancia. Estos
temas resultan de gran interés para la comunidad académica, para los gestores
de políticas en el contexto nacional y para profesionales de diferentes discipli-
nas con interés en la educación de los niños. Por ello, se aportan tres tipos de
análisis a lo largo de los capítulos que componen este libro: 1) análisis de las
tendencias actuales de la investigación en desarrollo y educación de los niños y
las niñas, y su influencia en la construcción de lineamientos pedagógicos para
la educación inicial; 2) análisis de la evaluación desde el lugar que esta ocupa en
el trabajo pedagógico; y 3) análisis de las políticas públicas y los programas que
buscan responder a las necesidades de la población infantil en el país.
Universidad de East London, que tuvo como propósito identificar las compe-
tencias que se esperan de los profesionales que trabajan en los programas de
educación inicial. Esta experiencia contiene un aporte innovador, pues propo-
ne un enfoque sistémico para abordar este tema tan complejo, caracterizado
por la multiplicidad de enfoques. La mirada sistémica conduce a reconceptua-
lizar las prácticas que se dan en el interior de un sistema competente.
Para terminar, las temáticas que aborda el libro son pertinentes y vigentes
para la política educativa del país, especialmente para la política en primera
infancia. Son reflexiones y desarrollos importantes que se han obtenido en el
contexto investigativo y que continúan siendo ajustados y teorizados, sobre
todo en lo relacionado con el desarrollo y la evaluación. Por lo anterior, este
libro no solo aporta a la definición y construcción de política, sino a la labor
de los maestros de educación inicial. Hablar de “primera infancia, lenguajes e
inclusión social” en un mismo discurso es avanzar hacia la apertura de un lugar
común en reconocimiento del valor que tiene ser niños.
Capítulo 1
Primera infancia,
lenguaje e inclusión social
17
potencialidades de desarrollo de los niños. Van der Gaag (2006) plantea cuatro
vínculos fundamentales entre el desarrollo humano y la primera infancia: edu-
cación, salud, formación de capital social e igualdad. Desde esta perspectiva, la
política pública debe implementarse para romper el ciclo entre pobreza, des-
igualdad y bajos índices de desarrollo humano.
Por último, los argumentos éticos resaltan que el bienestar y adecuado desarro-
llo de los niños están íntimamente ligados con las relaciones y vínculos que se
establecen con su entorno en los primeros seis años de vida (Mustard, 2006;
Organización de Naciones Unidas, 2005). Estas relaciones educan y estimu-
lan al niño, preparándolo en el presente para ser el ciudadano del mañana. El
cuidado y atención al menor de seis años aporta al desarrollo (del niño y de la
sociedad), entendido como capital cultural, es decir, como un instrumento de
riqueza intelectual y cognoscitiva reconstruido por la familia y el sistema edu-
cativo de un país. El acceso a este capital cultural no depende, en solitario, de
características del niño, sino de su entorno, es decir, de la calidad de vida que
se le ofrece. Se apela, en este último argumento, a la obligación ética, entendida
como un conjunto de acciones que apunten a la consolidación de sociedades
más justas y equitativas, empezando desde los más pequeños, que les brinden a
todos las mismas oportunidades de desarrollo y crecimiento y las mismas con-
diciones iniciales, para que luego puedan acceder y desenvolverse en el mundo
en igualdad de condiciones. En este sentido, asegurar a los niños su derecho
al desarrollo es la mejor manera de ampliar sus oportunidades en la sociedad
(Conpes, 2007). Es esta obligación ética la que compromete y responsabiliza al
Estado, a las instituciones, a los gobiernos, a las familias y a la sociedad civil en
general a participar en la construcción, formulación e implementación de esta
política pública, que tiene como objetivo recorrer el camino hacia la garantía
de los derechos de la primera infancia.
Por ejemplo, durante el primer año viven experiencias que les permiten par-
ticipar en el juego de la comunicación, establecer campos de atención inter-
subjetiva o atención conjunta, desarrollar la intencionalidad comunicativa y
descubrir el valor referencial y comunicativo de las palabras, habladas y escri-
tas (Karmiloff-Smith, 1994; Owens, 2000; Tomasello, 2007). De igual forma,
reconocen de manera primaria las circunstancias que rodean los usos de la
lengua que ocurren en sus contextos de socialización e identifican los aspec-
tos fono-prosódicos de su lengua materna que encierran múltiples intenciones
comunicativas (Halliday, 1982; Owens, 2000). En fin, aprenden diferentes as-
pectos que sientan las bases para desarrollos sociales cada vez más complejos
que conducen a su participación en actos comunicativos relacionados con la
Rita Flórez Romero / María Cristina Torrado 25
En lo que tiene que ver con el desarrollo emocional, el lenguaje cumple una
función vinculante. El lenguaje se constituye en un caldo de cultivo en el que
el adulto —o los otros significativos— y el niño establecen un circuito afectivo
que les posibilita un ambiente cálido, el cual le brinda al menor un clima de
confianza y seguridad (Carrillo et al., 2004); es decir, el bebé se siente protegi-
do, reconocido y escuchado, pues desde el nacimiento siente que es querido y
acompañado por la musicalidad del lenguaje que va con estados emocionales
del cuidador que el niño lee desde el momento de su llegada al mundo. Estas
sensaciones contribuyen en la construcción del menor como un ser emocional
que experimenta estados de pertenencia y participación: su voz, aunque sin
palabras, es escuchada (Cabrejo-Parra, 2003). Este es el camino para construir
la autoestima, la identidad individual y social, el sentido de pertenencia, entre
otros aspectos.
Claro está que el desarrollo del pensamiento reflexivo tiene mucho que ver con
los procesos educativos y las oportunidades que han tenido los menores de
seis años de estar expuestos a experiencias que les ejemplifiquen esta forma de
razonar. Estas experiencias no solo incluyen las que viven en sus contextos de
socialización primaria, sino también las que les son transmitidas en otros es-
cenarios: el barrio, las instituciones de educación inicial, los medios de comu-
nicación, las tecnologías de información y comunicación, entre otros (Flórez,
Restrepo y Schwanenflugel, 2009).
Como bien lo expresa la palabra incluir, en el plano del intelecto quiere decir
comprender que todas las personas, independientemente de sus circunstancias
Rita Flórez Romero / María Cristina Torrado 27
Construcción de ciudadanía
y el papel del lenguaje en la primera infancia
No hay prácticas de ciudadanía sin que medie ese acto de reconocimiento del
otro social que le da la legitimidad a la participación. Y en ese acto de reco-
nocimiento se funda la acción comunicativa que se puede evidenciar desde
la primera infancia. Lo que queda abierto es la discusión por los alcances y
proyecciones éticas y políticas de la participación del ciudadano-niño en la
primera infancia.
Reconocer a niños y niñas como ciudadanos supone romper con el viejo pa-
radigma según el cual las personas menores de edad no tienen capacidad para
participar en la esfera política y social. Dicha ruptura solo es posible si los re-
conocemos como sujetos capaces en cualquier momento del ciclo vital. Con la
ruptura también se hace evidente que la ciudadanía va mucho más allá de la
participación política y electoral, lo cual hace posible adoptar perspectivas más
amplias inspiradas en el pensamiento de Marshall: “Es ciudadana aquella per-
sona a la que en su comunidad política se le reconocen y protegen no solo los
derechos civiles y políticos, sino también los económicos, sociales y culturales”
(citado en Cortina, 2008).
Por esta razón, promover la vivencia de la ciudadanía desde la niñez debe ser
uno de los principios orientadores de la política pública de infancia en paí-
ses como Colombia, donde la pobreza y la desigualdad configuran diversas
infancias y, por ende, grandes brechas en el ejercicio de los derechos consa-
grados en la Convención Internacional de Derechos del Niño de 1989 y en la
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
32 1. Primera infancia, lenguaje e inclusión social: un asunto de ciudadanía
A continuación presentamos algunos datos que ilustran lo que ocurre con los
colombianos más pequeños:
Es decir, a los niños y a las niñas se les debe garantizar una situación de bien-
estar, propia del ejercicio de la ciudadanía social en este momento de su vida
(Levin, 2000). Además de una vida digna, deben experimentar la vivencia de
relaciones de pertenencia, participación e inclusión social.
Los economistas dicen que los bienes públicos son aquellos que no excluyen a
nadie. ¡Qué maravilla que el lenguaje sea un bien público! Nadie lo puede aca-
parar, empacar y vender para que unos lo puedan comprar y otros no. Un bien
público no excluye y no crea rivalidad, como por ejemplo un faro: todos los
barcos pueden disfrutarlo (no exclusión) y la luz le llega a todos (no rivalidad)
(Van der Gaag, 2006).
Desde nuestra perspectiva actual, esa es una vivencia de la ciudadanía, una vi-
vencia de no ser excluido ni discriminado, porque el solo hecho de que el niño
sea un ciudadano de Bogotá, de Colombia o de cualquier lugar en el mundo le
otorga derecho a unos bienes públicos. Por eso hablamos de ciudadanía social
desde los primeros años: a través de la participación en prácticas simbólicas
colmadas de lenguaje que se deben promover desde la política nacional, hace-
mos efectivos los derechos económicos, sociales y culturales de los niños, pro-
movemos su derecho al juego, al desarrollo, a la educación y a la participación
en actividades artísticas y culturales.
Cuando los niños encuentran adultos sensibles, cambian un poco las experien-
cias de relación de autoridad y negación del niño. Un adulto que es capaz de
Rita Flórez Romero / María Cristina Torrado 35
leer y escuchar las preguntas del niño es un adulto que va a querer propiciar
una formación, un crecimiento en ese niño en un escenario donde sus opinio-
nes son tenidas en cuenta y muy seguramente donde se viven y se respetan los
valores democráticos como la equidad, el respeto y la convivencia (Cuervo,
Flórez y Acero, 2004; Mercer, 2000). Como señala el Department of Educacion
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Capítulo 2
Sistemas competentes
en la educación
de la primera infancia
41
Mathias Urban
One of my concerns, at the time, as valid then as it is now, was with the
political consequences of that kind of relationship between parents and
children, which later becomes that between teachers and pupils, when it came
to the learning process of our infant democracy. It was as if family and school
were so completely subjected to the greater context of global society that they
could do nothing but reproduce the authoritarian ideology.
Our societies’ engagement with the upbringing and education of the young-
est children has finally become a highly political issue. At least this is the im-
pression one could get by browsing through the rapidly increasing collection
of international policy documents concerned with early childhood education
and care. The World Bank, the Organisation for Economic Cooperation and
Development (OECD) and the United Nations International Children’s Emer-
gency Fund have been hugely influential in promoting systematic investment
in services for children below compulsory school age and in outlining and
underpinning early childhood policies in many countries (e.g. OECD, 2001;
OECD, 2006; UNICEF Innocenti Research Centre, 2008; World Bank, 2003).
Childcare and early education have played a role in European Union policies
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
42 2. Towards competent systems in early childhood education and care...
for some time, with the 1992 Council Recommendations on Childcare being
an early example of a EU policy document emphasising the need for coher-
ent policy making across several areas that are seen as affecting families with
young children: childcare services, parental leave, labour regulations and gen-
der equality (Council of the European Communities, 1992). More recently, the
EU policy interest in early childhood has increased significantly. This is mani-
fest in the publication of a number of high level policy documents linking early
childhood and the services set up by Member States to support young children
and families to the overall framework strategy for the EU for this decade (Eu-
ropean Commission, 2010). These documents, including the 2011 EU com-
munication “Early childhood education and care: providing all our children
with the best start for the world of tomorrow” (European Commission, 2011)
are discussed in many of the contributions to this issue. The renewed interest
in early childhood has created a growing demand in research to inform, orient
and legitimate the policies promoted by the European Union.
There is a second approach one can take to the relationship between policy and
practice in early childhood. Today, this second approach is more relevant than
ever. It recognises the inevitably political nature of any educational practice as
reflected in the introductory quote from Paulo Freire’s Pegagogía de la esper-
anza. Caring for and educating young children lie at the core of any human
society. Childrearing practices in society and the institutions and professions
we establish around them are the most fundamental manifestations of the rela-
tionship between the private and the public. These relationships are not static,
universal or uncontested. Due to unequal distribution of both private and pub-
lic resources, they are more favourable for some than for others. There are
growing numbers of children and families for whom this most basic relation-
ship has become precarious. Approached from this perspective, early child-
hood education and care have always been a “res publica”, a political issue.
praxis also shape our understandings of the role of the practitioner (the early
childhood teacher, the educator, the childcare worker) and our conceptuali-
sation of what it means to be, to become professional, and to think and act
professionally in working with young children, families and communities. We
will discuss the implications of a radically different conceptualisation of early
childhood professionalism in more detail in this chapter.
The chapter begins with a brief examination of recent European policy docu-
ments that have been influential in promoting a particularly important, but, as
I argue narrow, view of children and early childhood education in a changing
international policy context.
arising from the care of children between women and men” (Council of the
European Communities, 1992). The document then goes on to specify the
characteristics of each of the above policy areas: childcare services should be
affordable and accessible to all children and families and offer reliable care
of high quality combined with pedagogical approaches. There is further em-
phasis on initial and continuous training of staff, close collaboration with lo-
cal communities and appropriate public funding for services. “The provision
of childcare services needs to be complemented by much greater flexibility in
the workplace in general, which take[s] into account the needs of all working
parents with responsibility for the care and upbringing of children” (Council
of the European Communities, 1992). Childcare, as a field of employment, is
in need of attention and Member States are asked to ensure that “due recogni-
tion” is given to childcare workers, their working conditions and “the social
value of their work” (Council of the European Communities, 1992).
The changes in the role given to early childhood are particularly visible in the
successor of the Lisbon Strategy and the policy documents that have been de-
veloped in its context, Europe 2020. A strategy for smart, sustainable and in-
clusive growth (European Commission, 2010) provides the current strategic
Mathias Urban 45
orientation for the European Union. It builds on a rather bleak analysis of the
state of the EU at the beginning of the second decade of the 21st century. Two
terms that feature most prominently in the EU 2020 strategy are crisis and
transformation:
Clearly, what the European Commission has in mind when it re-draws the
picture of the present and future Union is an economic and financial crisis: the
dramatic failure of global capitalism to provide and maintain the sound foun-
dation for social and political progress, and its disastrous capacity to “wipe
out” social achievements built on previous economic prosperity. Again, it is
not within the remit of this article to speculate why, despite the dysfunctional-
ity of our global economic system, the authors of the strategy hold on firmly
to the primacy of the economy over every other aspect of life. Could it be that,
despite the ubiquitous talk of transformation and change, the architects of the
future European Union are unable to question the dominance of the “neolib-
eral imaginary” (Ball, 2012)? A more critical analysis of the situation we find
ourselves in, I want to argue with Stephen Ball (2012) and Aihwa Ong (2007)
would focus on the complex relationships between micro- and macro-politics
of everyday neo-liberalism in our societies. It would question an economic
system that perpetuates the economisation of every aspect of social life and
its need to constantly create opportunities for profit. The analysis would ex-
tend to addressing the fundamental dependence of such an economic system
on individuals who are “willing”, “self-governing” and “entrepreneurial”: a
Foucauldian mindset of governmentality (Foucault, 1982; Lemke, n. d.). Ong
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
46 2. Towards competent systems in early childhood education and care...
(2007, p. 4) refers to the former as neo-liberalism with a big ‘N’, to the latter as
neo-liberalism with a small ‘n’ (cf. Ball, 2012).
However, defining both the “crisis” and the “solution” as economic prevents
us from taking into account other views. Edgar Morin, in his Manifesto for the
new millennium (Morin & Kern, 1999) insists that, on a global scale, we can
no longer pretend to identify one key problem, the solution to which would
miraculously lead to ending the “crisis”:
One is at loss to single out a number one problem to which all others
would be subordinated. There is no single vital problem, but many vital
problems, and it is this complex intersolidarity of problems, crises, un-
controlled processes, and the general crisis of the planet that constitutes
the number one vital problem (Morin & Kern, 1999, p. 74).
Mathias Urban 47
This view seems to find support from José Manuel Barroso, President of
the European Commission. He writes in his preface to the EU2020 strategy
document:
The crisis is a wake-up call, the moment where we recognise that “bu-
siness as usual” would consign us to a gradual decline, to the second
rank of the new global order. This is Europe’s moment of truth. It is the
time to be bold and ambitious (European Commission, 2010, preface).
However, the question in early childhood policy and practice is not so much
whether or not we can continue with “business as usual”. It is, much more
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
48 2. Towards competent systems in early childhood education and care...
The policy arguments for early childhood education and care brought forward
in recent EU policy documents seem to be strangely at odds with Barroso’s
“wake-up call”. Instead of opening the debate for radically new questions (and
actors), they seem to rely on and ask for ever “more of the same” evidence to
legitimate the most effective interventions, e.g. to “close the gap” by promoting
early literacy and numeracy, especially for children from the most “disadvan-
taged” communities.
All this implies that we can no longer study and interpret the world with
concepts of certainty (e.g. linearity, local causality, predictability), but need
to embrace concepts of uncertainty instead (e.g. non-linearity, global causal-
ity, unpredictability). The implications for research methodology and for the
questions we ask are far reaching, but rewarding: “Using these new lenses not
only changes our perceptions of reality, but they allow us to observe a radically
different ‘reality’” (Swilling & van Breda, 2005, p. 5). Beyond “limited situa-
tions”, writes Paulo Freire, lies “untested feasibility” and hope (Freire, 2004).
theories that are usually applied to describe professions in other fields. I have
developed this argument in more detail elsewhere (Urban, 2008); the claim
that the early childhood profession needs to embrace its own characteristics
has always pointed to the emancipatory and transformative potential of our
profession and practice. There are, I argue, three interconnected dimensions
to early childhood professional practice.
European policy, were developed. The analysis of the literature, together with
experiences gathered in the case studies and the survey of competence profiles
for the ECEC workforce across Europe enabled us to “map” areas of policy and
practice where action can and should be taken. These were discussed with key
actors in the field (as represented by the collaborators of this project) and have
led to recommendations for policy and practice to:
The findings of the CORE study are drawn from two data sources:
profiles for initial training”1. Respondents were also asked to provide infor-
mation about systemic aspects relating to the different types of practitioners,
e.g. adult/child ratio, professional support system, non-contact time, salaries
and trade unions. A subjective Strengths, Weaknesses, Opportunities, Threats
(SWOT) analysis complemented the factual information.
Arguably, most of this information could have been gathered through desk
research carried out by members of the CORE research team. We deliber-
ately chose to involve local research partners because the factual information
in published documents can only provide limited insights into the actual im-
plications of the emerging “competence profiles” for day to practice in early
childhood settings as well as professional preparation. In order to explore and
document what the formal conceptualisation of the early childhood workforce,
as expressed in the documents, means for practitioners, institutions and the
early childhood system in its entirety we needed an informed interpretation
more than a mere listing of policy documents.
The country reports provided the raw data for a two-level analysis: a thematic
analysis identified overarching themes and links between different country re-
ports. At a second level, an interpretive, phenomenological analysis allowed us
to identify inherent fields of tension across all reports (see research findings
below).
The case studies were also conducted in close collaboration with locally based
but internationally experienced researchers. The selection of authors ensures
the individual case studies are firmly grounded in the local context but linked
to the European and wider international context. The following cases form the
sample for the study.
Case Location
Professional preparation of Éducateurs Jeunes
Ecole Santè Social Sud Est - Lyon,
Enfants (EJE) and apprenticeship for auxi-
France
liaires de puériculture
The Integrated Qualifications Framework
and the Early Years Professional Status: a shift England
towards a graduate led workforce
Pedagogical Guidance as pathway to profes-
City of Ghent, Belgium
sionalization
Inter-professional collaboration in pre-school
Slovenia
and primary school contexts
The Danish Pedagogue Education: principles,
Paedagoguddanelsen JYDSK, VIA
understandings and transformations of a
University College, Denmark
generalist approach to professionalism
Origins and evolution of professionalism in
City of Pistoia, Italy
the context of municipal ECEC institutions
Professional and competence development
in the context of the “Where there are no Poland
preschools” (WTANP) project
Source: Author
provide some working definitions of how quality, being and becoming profes-
sional are understood in the context of this study:
Current EU early childhood education and care policies recognise that the pro-
vision must be of high quality to be effective (European Commission, 2011,
Eurydice, 2009). But what constitutes high quality in ECEC is a complex, and
often contradictory matter (Penn, 2009). A rich body of literature provides
evidence of an ongoing international debate that, since the 1990s, has argued
about what the aspects of the quality construct are, how they are related, and
how they can best be evaluated and developed (Dahlberg et al., 1999, 2007;
Pence & Moss, 1994; Penn, 2011). Any discussion about quality in ECEC
should encompass the regular review of understandings and practices for the
improvement of services in ever-changing societal conditions (Penn, 2009).
Hence, quality needs to be considered as a continuous process. Internation-
ally, the OECD has been a main actor in drawing attention to the importance
of quality early childhood services and systems. The Starting Strong reports
(OECD, 2001; OECD, 2006) place the question of quality in the context of
democratic ECEC governance and suggests a multi-dimensional approach to
understanding, developing and assessing quality that takes into account the
perspective of all stakeholders (OECD, 2006, pp. 127-129).
Our working definition of quality strongly supports this view. From our ex-
plicit systemic perspective we argue that the acknowledgement of the impor-
tance of the actors (practitioners, children, families etc.) and their interactions
for establishing quality on a day to day basis requires emphasis on the rela-
tional and processual aspects of quality. Hence, we consider quality to be a
multi-dimensional and generic construct. It unfolds —and has to be proac-
tively developed— in at least five dimensions:
Titles, job descriptions and profiles of those working with young children and
families vary widely across Europe (Oberhuemer et al., 2010) and there is a
corresponding variety of services and qualifications. Job titles include teach-
ers, teaching assistants, educators, child care workers, with many different
variations, even within one country (Adams, 2005). We generally subsume the
different roles in the term practitioner, which includes all those who work in
ECEC settings that provide non-parental education and care for children un-
der compulsory school age. These services include childcare centres, nurser-
ies, nursery schools, kindergartens, various types of age-integrated centres and
family day care provided by home-based workers. However, in relation to a
specific category of practitioner in one country, we refer as much as possible
to the original term used in this country. We cannot assume, for instance, that
the term éducateur in French would have the same meaning as educator in
English, or erzieher in German.
We consider the diversity of models across Europe and the wealth of experi-
ence in largely different social and institutional contexts to be a major asset
for the development of high-quality services for children and young families
(Urban, 2010). The picture, however, is complex and therefore forbids sim-
plistic comparison. The selected cases are by no means representative. They
do, however, represent social constructions and understandings that need
to be contextualised and localised in order for us to learn from their success
(Rosenfeld & Sykes, 1998). In other words, any research in highly complex
systems, aiming at developing an understanding of what is actually going on,
and why, and for whom needs to embrace the messiness of its subject and reflect
the spatialised nature of knowledge in this field which is ‘motley’ (Urban, 2006,
2007a, 2007b).
Mathias Urban 59
The CORE case studies show the importance of building reciprocal relation-
ships with parents and communities in diverse contexts. However, formal
competence profiles tend to focus on working with children only, which leads
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
60 2. Towards competent systems in early childhood education and care...
Invisible assistants
very different ones. The examples of municipal support systems (e.g. Pistoia,
Ghent) demonstrate how continuous pedagogical support, with a focus on col-
legiality (“collegialità”) and solidarity within and across teams of practitioners
can raise the level of competence and quality of practice regardless of formal
qualifications. Other examples show how a combination of workplace learn-
ing, supported study and the recognition of prior experience can open access
to higher education to formally unqualified practitioners. This is demonstrated
at local level by the case of ESSSE (Lyon, France) and at national level by the
English case study (Urban et al., 2011b, pp. 75-108).
The case studies conducted as part of CoRE are all embedded in their particu-
lar, often local context, which forbids simple comparison. There is, however, a
general lesson to be learnt. It is the need for a radical re-thinking and re-inven-
tion of professional development for early childhood practitioners. Successful
initiatives, the cases show, are embedded in a coherent system of continuous
professional development that is focused on transformative practice. A key
characteristic of successful systemic approaches to professionalisation is their
ability to recognise and build on practitioners’ prior and every-day experience
(e.g. analyse de pratique, critical reflection) and to support peer learning and
‘intergenerational’ learning.
The quality of ECEC depends on the competence of people working with chil-
dren, families and communities. A key finding of CoRe is that “competence”
in the early childhood education and care context must be understood as a
characteristic of the entire early childhood system. Often, we associate the term
“competence” with the qualities of an individual practitioner, as something
that can be acquired through training and professional preparation (i.e. the
integration of knowledge, skills, attitudes, motivation…). The difficulty with
this concept is that it is rather narrow. Especially in the English language
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
62 2. Towards competent systems in early childhood education and care...
The reviewed literature, the survey, the case studies and consultations in this
project indicate that competence unfolds in four dimensions, at every layer of
the ECEC system:
1) Individual level.
2) Institutional and team level.
3) Inter-institutional level
4) Level of governance
Precarious work conditions, which are the reality for early childhood practitio-
ners in many countries, and in particular for those working with the youngest
and most vulnerable children, impede individual learning and, therefore, pro-
fessionalisation of the entire field. Policies to increase professionalisation that
Mathias Urban 67
The Care Work in Europe project (Cameron & Moss, 2007) has shown that it
is imperative to overcome the notion that care work is ‘what women naturally
do’ and address the gender gap in the ECEC workforce. The SEEPRO project
shows that this is still very far from the reality, given the extremely low per-
centage of men in ECEC. Experts agree that the number of men working in
ECEC must rise to 10% (Cameron & Moss, 2007, European Commission Net-
work on Childcare and Other Measures to Reconcile Employment and Family
Responsibilities, 1996a; Oberhuemer et al., 2010).
The case study on the Danish paedagog can be of some inspiration. The generic
approach (which qualifies students to work across a variety of educational set-
tings) and the recognition of students’ previous work experiences have con-
tributed to attracting more men into the ECEC field in Denmark than in any
other EU Member State.
Conclusion
Investment in high quality early childhood education and care has long been
recognised as a key to realising the ambitious socio-economic policy goals set
by the European Union. In recent years, the socio-economic argument —child-
care places for working parents— has been complemented by the recognition
Mathias Urban 69
that participation in high quality early childhood education and care is benefi-
cial for children, families and society as a whole. It is one of the most effective
ways to ensure democratic participation in society for all children and families,
but particularly for the most marginalised and disadvantaged groups. Early
childhood education and care provides a crucial space, in any society, for the
micro- and macro-politics to meet and constantly re-negotiate the relationship
between the private and the public sphere. It is to be welcomed that European
policies towards young children that used to be highly fragmented are begin-
ning to converge. “Care” and “education” are finally seen as inseparable. Every
child’s right to education and participation in society, every parent’s right (en-
titlement!) to support and to reconcile “employment and family responsibili-
ties” (as indicated in the title of the EU Commission childcare network of the
1990s), and the need of our societies to draw on every citizen’s talent and active
contribution are beginning to be seen as aspects of the same broad picture. It is
to be welcomed, too, that European policy documents explicitly acknowledge
the key role of the early childhood workforce to achieve the ambitious goals.
The “quality” of early childhood services depends on those who, on a day to
day basis, work with young children, families and communities.
CoRe has shown that the formal level of qualification of staff is an important
factor for the quality of services as well as for the level of professionalism and
competence. It is, however, not the only one, as we have clearly demonstrated.
Competence is more than the sum of the individual practitioner’s knowledge,
skills and attitudes. At its best, competence unfolds in reciprocal relationships
between individuals, teams, institutions and governance in the early childhood
system. The conceptual shift from a focus on the individual practitioner (who
needs to be skilled, trained and professionalised) towards what we suggest call-
ing a competent system has obvious implications: no longer can the institutional
and organisational environment of early childhood practitioners be neglected.
Critically reflective practitioners need work environments that are responsive
to critical reflection and offer scope for real change. There are, of course, im-
mense opportunities arising from this precondition for competent systems.
The most important ones, we suggest, are democratic and epistemological by
nature. Competent systems require —and encourage— democratic gover-
nance, i.e. policies that provide stable frameworks for democratic participation
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
70 2. Towards competent systems in early childhood education and care...
and experimentation (Moss & Urban, 2010). As discussed in this article, they
also require a redefinition of our professional epistemology —how we know
what we know about early childhood— and how and by whom the profes-
sional body of knowledge is produced. Reconceptualised from the perspective
of a critical ecology (Dalli & Urban, 2010), the traditional hierarchy between
sites of knowledge production (universities, research), knowledge transmis-
sion (training colleges, professional preparation) and knowledge application
(practice) is no longer tenable. Instead, a competent system produces situated
knowledge (Osberg & Biesta, 2007) and critical understanding through the
contributions of all actors, including practitioners, at every level of the system.
If brought together in a systematic way, the move towards competent systems
offers a real possibility for radical democratic and epistemological renewal of
public education.
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Mathias Urban 73
De Cero a Siempre
Constanza Alarcón
La primera Infancia hace parte de la agenda central del presidente, pero tam-
bién de las agendas de los alcaldes y gobernadores del país. ¿Por qué el tema
de la primera infancia está incluido en la agenda pública y es un tema priori-
tario? La respuesta se sintetiza en tres categorías que se desarrollan a lo largo
de esta sección:
Desde el pasado, se evidencian varios marcos políticos que coexisten pero que
no se integran y crecieron en paralelo. Por ejemplo, el Conpes 109 trata de sin-
tetizar una movilización de cerca de cinco años en torno a los temas de primera
infancia en el nivel nacional, pero con vida propia, en el marco del Plan de De-
sarrollo del gobierno anterior. También se encuentra la política educativa de
primera infancia elaborada por el Ministerio de Educación hace cerca de tres
años, que si bien es una política sectorial, representa un gran logro para el país
pues por primera vez la institución del gobierno nacional rectora en materia
de educación empezó a tener en cuenta a la población menor de cinco años.
Hoy en día tenemos un mandato mucho más claro que tiene una huella de
política pública, y es el que está definido en el Código de la Infancia y la Ado-
lescencia. El artículo 29 del Código asume por primera vez la obligatoriedad
del derecho al desarrollo integral en la primera infancia:
Uno de los aspectos fundamentales que merece ser mencionado con respecto
a este tema es el hecho de hablar, por primera vez, de la comprensión del fenó-
meno y de la integralidad del tema de la primera infancia, no como un ejercicio
de sumatoria de partes, de acciones y de atenciones de los sectores, sino como
una apuesta de país por contextualizar, entender y organizar la estructura ad-
ministrativa en coherencia con ella.
Colombia no cuenta con una política pública de primera infancia a largo plazo
que garantice sostenibilidad técnica, política y financiera en el país. El Conpes
109 sentó un precedente importante pero fue temporal y, por tanto, insufi-
ciente. También han surgido muchas entidades que interesadas y que inter-
vienen en la primera infancia. El problema radica en que cada uno piensa por
separado. El Ministerio de Salud y Protección Social tiene una gran cantidad
de acciones en torno a primera infancia, igual que el Ministerio de Educación,
el Instituto Colombiano de Bienestar familiar, Familias en Acción, los entes
territoriales, el sector privado, etc.; sin embargo, si algo les ha caracterizado
es que la comunicación entre sí es débil, el trabajo conjunto es coyuntural,
no se coincide siempre con la misma población y no se tienen sistemas de in-
formación. De los cuatro o cinco sistemas de información que tiene Colom-
bia, ninguno migra datos. Hay una carencia de información notoria, que en
el marco del ejercicio de la política pública sencillamente imposibilita la toma
de decisiones con pertinencia, claridad y la oportunidad que se requiere en un
momento determinado.
Constanza Alarcón 85
común, de una realidad común, por lo cual cada sector sigue pensando y ac-
tuando desde su propio punto de vista.
Esta ruta, así como los principios básicos de la estrategia, se ubican bajo un
enfoque diferencial. Esto significa que los diferentes desarrollos propuestos
integran las voces y participación activa de miembros de comunidades indí-
genas, afro, rom, raizales, campesinos, discapacitados, afectados por diversos
tipos de violencias. Las principales brechas que existen se dan desde los temas
de primera infancia, desde el no reconocimiento de las particularidades en tér-
minos étnicos o de condición. Hacer visibles dichas características permite que
se establezcan alternativas más equitativas y justas de trabajo con las diversas
poblaciones, manteniendo el propósito común del desarrollo integral
Por ejemplo, el debate sobre temas como el lenguaje y valoración del desarrollo
se está llevando a cabo con diferentes actores. En este, como en otros temas, no
se trata de homogenizar, sino de generar acuerdos básicos que permitan, por
ejemplo, unificar proyectos para llegar a las familias con el mismo mensaje. El
marco de lineamientos técnicos tiene que ver con un debate nacional alrededor
de lo pedagógico, la familia, la salud, la nutrición, la participación, el enfoque
diferencial, los ambientes seguros y la valoración y monitoreo en el desarrollo.
Con este mecanismo se lograra ir más allá de los reportes individuales y dis-
persos que han venido generando las entidades en relación con sus programas
o proyectos particulares. Se logrará realmente responder a la pregunta: ¿el Es-
tado colombiano está garantizando la atención integral de sus niños y niñas en
primera infancia?
Sería útil iniciar esta reflexión con el planteamiento de algunos aspectos re-
lacionados con el concepto de política pública. Hablar deconceptualización
sobre política pública implica considerar lo que se entiende por “política”, por
“pública” y lo que implica considerar la integración de estos dos conceptos
alrededor de problemáticas sociales particulares (Robledo, 2011).
Quisiera retomar como ejemplos para esta discusión dos definiciones: una de
política pública en general y una de política pública para la primera infancia.La
primera corresponde a la definición que aparece en el documento del Comité
Técnico Interinstitucional del Centro de Internacional de Educación y Desa-
rrollo Humano(2011):
Por otra parte, Barragán (2012), basándose en las definiciones de diversos auto-
res, sugiere quelaspolíticas públicas para la primera infancia se conciben como
un conjunto de planes, programas y acciones de diferente índole emprendidos
por entidades estatales, el sector privado y otros estamentos sociales, con el
objetivo de garantizar la satisfacción de las necesidades básicas y el bienestar
de todos los niños y niñas menores de seis años.
las acciones que se han adelantado dentro del marco de la lucha contra la po-
breza apuntan a abordar esta problemática y a trabajar en pro de dicha meta.
Diversos autores han planteado una serie de presupuestos que se han identifi-
cado como ejesde la investigación sobre desarrollo infantil. Estos presupuestos
son de orden científico, social y económico, y justifican la atención que debe
darse a la primera infancia. En términos de argumentos científicos que resal-
tan la importancia de los primeros seis años de vida, Shonkoff y Philips (2000)
señalan cuatro puntos fundamentales:
Una pregunta que se han formulado algunos personas que trabajan el tema de
la política pública es: ¿cuál es el papel de la investigación en la formulación e
implementación de las políticas públicas para la infancia? (Bogenschneider,
2006; Barragán, 2012). Otrosinvestigadores consideran que el énfasis de este
cuestionamiento debería centrarse en el análisis de si existe o no una conexión
entre investigación, intervención y política pública.
sirviendo como insumo que alimenta el campo de la política y sirve como base
para la definición de las necesidades y de los cursos de acción que se definen
para el cubrimiento de dichas necesidades y para el logro de una calidad de
vida de en la infancia. En el contexto de los planes nacionales de desarrollo de
los últimos gobiernos se encuentra una apuesta hacia la implementación de
estrategias orientadas a garantizar un mejoramiento en el nivel de desarrollo
y bienestar de la infancia;sin embargo, ¿se promueven desde los estamentos
del Estado o desde los contextos académicos acciones que definan canales de
comunicación y colaboración entre los sectores, con miras al logro de políti-
caspúblicas integrales, precisas y efectivas para los niños y las niñas?
Son muchos factores los que ejercen sobre los niños y niñas un efecto directo o
indirecto, en términos del resultado de su desarrollo. La evaluación de impac-
to también es fundamental. Actualmente tenemos muchos programas, pero
¿cuántos de ellos han sido evaluados sistemáticamente?, ¿en cuántos de ellos
esa evaluación ha sido una fuente de retroalimentación?
Sonia Carrillo 101
Comentarios finales
proyectan las leyes, planes y políticas del país. En la misma dirección, dichos
autores consideran que los que formulan las políticas deberían realizar una
tarea de consulta y búsqueda de información proveniente de las investigacio-
nes en el área del desarrollo infantil, en tanto esto constituye la fase inicial del
proceso de comprensión de las necesidades y de formulación de dichas políti-
cas. El establecimientode caminos de comunicación efectivos y productivos es
responsabilidad tanto de los investigadores como de los que hacen las políticas
(Bogenschneider y Corbett, 2010).
A estas estrategias se pueden sumar otras que se pueden asumir dentro del ám-
bito académico y de formación de los investigadores y profesionales en el área
del desarrollo infantil y que han sido propuestas por Serrano (1983) y Serrano,
García-Pérez y Rosa-Rodríguez (2004). Estos autores llaman la atención sobre
la necesidad de incluir dentro de los programas de formación académica de los
contextos universitarios espacios de formación, reflexión y discusión de temas
relacionados con política pública. La inclusión de cursos, foros y seminarios
dentro de los programas de formación curricular de pregrado y de posgrado
puede constituirse en un punto de partida para favorecer el conocimiento y la
reflexión sobre estos temas.
Referencias
Por otra parte se encuentra el concepto de inclusión social, que tanto cuesta
definir. En una sociedad globalizada, con unos procesos tan fragmentados en
materia de socialización, de acceso a la cultura, de acceso a la educación, saber
quiénes somos y quiénes son esos “otros”, como plantea Cristina Wercklel,
no es nada fácil. ¿Quién es un “yo”?, ¿quién es un “tú”?, ¿quién está adentro?,
¿quién está afuera?, ¿quién determina el adentro y el afuera? La inclusión social
es un tema que empieza a formar parte de la agenda del lenguaje, porque es allí
donde todos nos hacemos un “tú” y se convierte enseguida un “nosotros”. En
el fondo, el asunto es de respeto por lo humano, por la justicia, por la dignidad
como fundamentos de la sociedad (Moreno, 2011).
Por ello, esta tríada puede mostrar posibilidades muy interesantes para anali-
zar. Este análisis es apenas un acercamiento, ya que es un reto extremadamente
complejo pero también sugestivo, porque en él vemos reflejados muchos de-
sarrollos y aportes de los trabajos que en Colombia se han desarrollado para
hacer una comprensión más completa de los temas. El siguiente análisis está
alimentado desde las políticas, desde las prácticas educativas y desde los resul-
tados sociales.
1. Politics: lo político, lo que tiene que ver con el poder y los sistemas
políticos.
Marisol Moreno Angarita 107
Si los niños y las niñas, cada uno con sus particularidades y sin distingos de
género, raza, etnia, condición social, discapacidad, estuvieran juntos desde
siempre en su comunidad, en su barrio, en la iglesia, en el parque, en la plaza,
en el teatro, en el jardín, veríamos un reconocimiento de las diferencias como
un potencial de capacidades por explorar juntos.
A veces los maestros y los educadores iniciales pasan por alto los silencios o
creen que el niño/niña/alumno/alumna que no habla, no piensa, o que hay que
estar hablando todo el tiempo, o que el que habla mucho debería estar callado.
Existe variedad de estereotipos con relación al tema del uso del lenguaje que
tienen mucho que ver con la Inclusión social.
Referencias
Para contestar esta pregunta es necesaria una triple interpelación a los inves-
tigadores: conceptual, metodológica y, por supuesto, ético-política. La inves-
tigación en el desarrollo, de acuerdo con nuestro criterio, debe centrarse en
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
120 6. Desarrollo, afectividad y cognición
documentar los factores protectores y de riesgo, tanto de las personas, las fa-
milias y sus comunidades, así como las relaciones entre estas. En ese sentido, se
deben reformular las conceptualizaciones tradicionales que se tienen sobre el
desarrollo. Los modelos tradicionales se pensaron para niños con condiciones
típicas, es decir, clases medias, anglosajonas o europeas, con bajos niveles de
estrés, mas no en condiciones adversas. Por otra parte, estos modelos tradicio-
nales no incorporaban factores contextuales ni de resiliencia sobre el desarro-
llo. Por eso, es necesario repensar conceptualmente el desarrollo a partir de
estas consideraciones.
Estos hallazgos han sido corroborados por estudios posteriores que muestran
la importancia de las relaciones familiares afectivas para la resiliencia del indi-
viduo y de la familia, especialmente frente a eventos traumáticos extremos de
grupos sociales, tales como el desplazamiento forzado por el conflicto armado,
el genocidio, la persecución, el encierro y otras experiencias traumática sinfan-
tiles, como el maltrato, el abuso, la negligencia, los fenómenos naturales, entre
otros (Delage, 2010). En términos afectivos, la calidad del trabajo de cuidado-
res que tienen en cuenta las necesidades de los niños es un factor protector que
favorece la resiliencia de estos.
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127
Introducción
Estas prácticas obedecen a demandas de los contextos en los que los niños in-
teractúan. En otras palabras, el contexto provee las prácticas cotidianas de las
cuales los niños derivan experiencias que definen los contenidos de sus pro-
cesos cognitivos y les permiten construir categorías acerca del mundo físico
y social con el cual interactúan; por tanto, el cambio resulta de la interacción
dinámica entre las características de los niños y las condiciones de los contex-
tos en los que interactúan.
Entre tanto, una clase se define a partir de las relaciones entre los elementos
que la conforman y la clase de la que hacen parte, bajo el criterio de la perte-
nencia inclusiva. Piaget e Inhelder (1976) definen dos criterios centrales que
caracterizan los sistemas de clases: la comprehensión, que implica identificar
cualidades comunes de sus miembros, y la extensión, que tiene en cuenta las
relaciones de inclusión y pertenencia inclusiva.
físicos, los actores que intervienen, sus vínculos interpersonales, sus intencio-
nes y metas, el tipo de actividades socioculturales que realizan y los procesos de
negociación que llevan a cabo” (Rodrigo, 1994, p. 32).
Dimensiones Indicadores
Caracterización de la MC Edad, origen, formación, nivel educativo
Prácticas de protección y cuidado Promoción de la salud, protección y alimentación
Prácticas de formación Actividades de formación para la vida cotidiana
Prácticas de entretenimiento Prácticas lúdicas
Prohibiciones para el niño en el hogar comuni-
tario
Prácticas de regulación Cumplimiento de las prohibiciones
Actividad correctiva frente a la prohibición
Actividades que revelan los límites en el HC
Expectativas Cualidades de los niños en el futuro
Redes de apoyo Red de apoyo en las prácticas de cuidado
Fuente: autores
Hernán Sánchez Ríos / Carmelina Paba Barbosa / Ligia Sánchez Castellón 133
Consideraciones metodológicas
Fuente: autores
Para describir el desarrollo cognitivo se utiliza una SRP denominada “Las ca-
ritas”. Esta tarea exige el uso de la clasificación como herramienta del pensa-
miento requerida para su resolución exitosa (figura 1).
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
134 7. Desarrollo de niños que viven en sectores urbanos pobres y sus contextos...
Fuente: autores
Presentación de resultados
Edad
3 4 5
No encontró 19,4% 9,6% 2,2%
Encontró 80,6% 90,4% 97,8%
Fuente: autores
Estrategia Edad
3 4 5
1 76 42 34
2 38 49 40
3 16 20 19
4 2 6 14
5 1 8 11
6 0 5 7
7 1 6 5
8 0 0 5
Fuente: autores
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
138 7. Desarrollo de niños que viven en sectores urbanos pobres y sus contextos...
Fuente: autores
exigido por el ICBF (1997, p. 203). Es importante resaltar que 97% asiste a las
actividades de capacitación programadas por el ICBF.
Frente a las expectativas, más del 60% de MC esperan que los niños al salir del
HC posean por lo menos dos cualidades, que varían entre ingresar a la escuela,
ser juiciosos, ser respetuosos, ser obedientes, ayudar a los otros, ser responsa-
bles y ser honestos.
La figura 3 permite observar que hay relación entre las variables que constitu-
yen el contexto HC. De esta manera es posible destacar que:
Fuente: autores
Desarrollo cognitivo
Los resultados obtenidos muestran que el porcentaje más alto de niños en to-
das las edades queda ubicado en las estrategias 1 y 2. A la vez, los resultados
revelan que el logro exitoso en el desempeño se incrementa con la edad. Esta
tendencia está en sintonía con los estudios piagetianos acerca del uso de la
clasificación en niños pequeños. Pero los niños de los tres grupos de edad (3
a 5 años) que utilizan estrategias 7 y 8, que exigen el uso de la clasificación,
contradicen las afirmaciones de Piaget en cuanto a la edad en la cual el niño
alcanza esta operación lógica elemental.
Los niños que utilizan estrategias de menor complejidad presentan los siguien-
tes programas de acción: usan deícticos sin orden (E1); usan deícticos siguien-
do un orden (E2); preguntan por rasgos sin seguir orden (E3); preguntan por
los rasgos de un atributo y señala en orden (E4). En cambio, los niños que ob-
tienen un nivel de clasificación alto no siempre identifican la cara que el inves-
tigador escoge, pero utilizan estrategias que los lleva a encadenar simultánea-
mente preguntas sobre los rasgos de los atributos. Para utilizar esta estrategia
(E8), los niños establecen: diferencias entre los rasgos de un mismo atributo,
semejanzas entre los elementos de una clase, relación de pertenencia inclusiva,
intersección de una clase con otra clase, intersecciones sucesivas entre más de
dos clases en una operación multiplicativa compleja e inclusión entre clases.
Estos resultados permiten señalar que a pesar de la dificultad que el problema
de clasificación presenta para los niños, a medida que la edad avanza se presen-
tan cambios que dan cuenta de su desarrollo cognitivo.
lo que saben y pueden hacer, mas no desde la perspectiva del observador exter-
no que rastrea el buen desempeño (Puche, 2003).
Otro factor importante por considerar es el nivel educativo. Frente a estos re-
sultados es necesario mencionar que un grupo significativo no cumple con
las normas establecidas por el ICBF, que solicita a las MC de sectores urbanos
tener cursado hasta grado noveno (ICBF, 1990). Resulta interesante observar
un alto nivel de participación en las actividades programadas por la Asociación
Hernán Sánchez Ríos / Carmelina Paba Barbosa / Ligia Sánchez Castellón 143
De igual manera, se observa que las MC reconocen cuándo los niños son
maltratados. La encuesta revela que la modalidad más utilizada por ellas para
identificar cualquier tipo de maltrato son las verbalizaciones del niño sobre el
hecho, y en un menor porcentaje las huellas físicas o la conjunción de ambos
signos. Ante esta situación es importante abrir el siguiente interrogante: ¿están
las MC preparadas para identificar y atender de manera oportuna los diferen-
tes signos de maltrato? En cuanto a las acciones que emprenden las MC frente
a situaciones de maltrato, para este estudio resulta de especial interés encontrar
un bajo porcentaje de reportes de casos ante las autoridades competentes.
Por último, en lo relacionado con las metas y expectativas, más del 60% de las
MC esperan que los niños al salir del HC posean cualidades que les permitan
ser miembros respetados por su comunidad. Un grupo significativo de MC no
encuentra relevante “especular sobre el futuro de los niños”.
Conclusiones
Referencias
Una fuente de inquietud para el grupo Infantia son los rápidos cambios eco-
nómicos, políticos y culturales que está experimentando el país como conse-
cuencia de la globalización, y que se presume afectan la concepción que se
tiene sobre el desarrollo infantil y, por ende, las prácticas socializadoras en
diferentes niveles.
que están teniendo lugar en las prácticas relacionales y educativas en que están
involucrados los niños.
utilizado en las prácticas educativas sobre los procesos de desarrollo de los ni-
ños. En el libro se analizan distintas funciones que cumple el lenguaje en el de-
sarrollo humano, principalmente como herramienta para la comprensión del
mundo y como medio para construir una relación con otras personas y consigo
mismo. Se trata de aprovechar los recursos que brinda el lenguaje para optimi-
zar los procesos educativos. El tercer libro: La infancia en la sociedad actual:
los desafíos de la globalización, fue escrito en colaboración con investigadores
de otras instituciones universitarias y busca mostrar cambios en el desarrollo
infantil que están ocurriendo en consonancia con cambios en la sociedad ac-
tual (Bernal et al., 2010).
Si bien se reconoce que este nivel es necesario en toda investigación para ali-
mentar el saber disciplinar, es importante trascender la recolección de datos
hacia propuestas de investigación-acción, investigación-intervención, investi-
gación social de segundo orden. Este tipo de investigaciones permite, por una
parte, la construcción rigurosa de conocimiento, buscando al mismo tiempo
que los resultados sean usados en el contexto donde se constituyeron. En el tra-
bajo con poblaciones vulnerables, los investigadores tienen la responsabilidad
de ayudar a mejorar sus condiciones de vida.
Investigar con y sobre los niños y niñas implica tener presente la integralidad
que debe caracterizar sus procesos de desarrollo. Desde esta perspectiva, todos
sus derechos resultan ser de vital importancia y deberían considerarse como de
igual prioridad en cualquier programa de investigación-intervención dirigido
a promoverlos. Aquellos derechos cuyo cumplimiento solo pueda lograrse me-
diante acciones sostenidas en periodos prolongados de tiempo o que requieran
cambios en la estructura social no deberían dejarde estar en primer plano en la
agenda de trabajo por los derechos humanos. Es el caso muy comentado de los
derechos económicos, sociales y culturales que implican metas tan ambiciosas
como la superación de la pobreza extrema o la lucha contra la inequidad en las
oportunidades de desarrollo: su complejidad no debe significar que se renun-
cie subrepticiamente a ellos. Al respecto, Durán (2010) señala:
Jorge Mario Jaramillo / Teresita de Lourdes Bernal Romero 157
En la misma línea es necesario que los científicos sociales asuman el reto de re-
flexionar y aportar ideas concretas acerca del abordaje de problemáticas espe-
cíficas que afectan a los niños, niñas y adolescentes. Los resultados y procesos
de investigación deben estar orientados a brindar insumos para que quienes
toman las decisiones en política pública puedan generar propuestas cada vez
más pertinentes al contexto y a las condiciones actuales y reales de la infancia
en el país. Según Torrado y Bejarano (2010), la política pública debe enfocarse
a garantizar que los niños y niñas, desde sus primeros años de vida, ejerzan la
ciudadanía social; ello a través del disfrute de los derechos sociales que les ase-
guran “la alimentación, la salud, un entorno familiar seguro, protección frente
a la violencia, condiciones de vida digna y educación inicial” (p. 103).Cabe
preguntarse en qué grado las investigaciones sobre infancia realizadas en las
universidades del país están contribuyendo de manera significativa a funda-
mentar y gestionar la construcción de la política pública que se hace desde las
instancias del gobierno.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
158 8. Reflexiones sobre investigación en infancia
De lo anterior se infiere que los investigadores no son los poseedores del co-
nocimiento, sino que este va a ser co-construido en el trabajo conjunto con
los niños y niñas, sus padres, cuidadores, profesores y/o las comunidades que
constituyen su entorno inmediato.
Con respecto a los niños y niñas es conveniente recordar siempre que uno de
los derechos más importantes —y, paradójicamente, uno de los más ignora-
dos— es su derecho a la participación en todas aquellas acciones y decisiones
que afectan directa o indirectamente su calidad de vida. Escuchar su voz y pro-
mover su acción resulta ser, por tanto, el fundamento básico para cualquier
investigación e intervención que se realice con y para ellos.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
160 8. Reflexiones sobre investigación en infancia
Referencias
Introducción
Comenzar este texto con un pasaje de Aldous Huxley, cuando el título sugiere
una reflexión en torno a la nutrición y desarrollo infantil, no es un simple ca-
pricho literario. Tiene la intención de iniciarlo con el convencimiento de que,
precisamente, el desarrollo de los niños y niñas tiene como uno de sus deter-
minantes fundamentales el “contexto” en donde ellos y ellas viven ese proceso.
La nutrición es uno los factores esenciales proporcionados por ese “contexto”,
en razón de que ningún otro factor tiene tanto que ver con situaciones contro-
lables por la familia, los cuidadores, la sociedad, las instituciones, el Estado y,
en general, ese medio en el cual los niños y niñas viven, crecen y se desarrollan.
Por ello, es cada vez menos asombroso que hoy por hoy miles de niños y niñas
vean seriamente afectado su crecimiento y desarrollo, en especial su desarrollo
cognitivo, por falta de una buena nutrición, lo que los condena a un retraso
no solo en su crecimiento físico, sino también en su futuro intelectual y social,
aspecto totalmente evitable y prevenible, aun en las regiones más pobres del
planeta, pues se tiene legislado por la Convención de los Derechos de los Niños
y Niñas que deben ser ellos y ellas la prioridad en la atención; a su vez, son ellos
sujetos de interés superior para todos los gobernantes y tomadores de decisión
en el mundo.
Por otra parte, a diferencia de lo que afirmaban hace menos de una década
Daza et al. (1997), hay cada vez más evidencia de la relación entre procesos de
malnutrición, en particular por déficit, con severos retrasos del desarrollo cog-
nitivo, como documentan los resultados del estudio de Di Iorio et al. (2002),
donde se muestra la clara relación entre desnutrición de los niños y niñas me-
nores de un año y su posterior retraso psicológico y motor, en contraste con
niños y niñas bien nutridos. Sin embargo, a pesar de estos avances, siguen pre-
sentándose dificultades para establecer la relación entre desarrollo cognitivo y
el contexto adverso de la malnutrición, dado que las preguntas entre los efectos
de la falta de nutrientes críticos y los retrasos en la actividad intelectual del
cerebro no han sido descritas totalmente, y por ello es necesario puntualizar
varios aspectos para avanzar mejor en este análisis.
En cambio, otros aspectos que tienen cada vez más fuerza, ya que muestran
su real incidencia, son los estudios que consideran factores como la edad en
que ocurre la carencia, su presencia en el tiempo y la magnitud. Evidencia de
ello son investigaciones como las realizadas en México por Chávez desde 1995;
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
168 9. Primera infancia, lenguaje e inclusión social: un asunto de ciudadanía
Craviotto en Jamaica en 1998 y 2003; en Chile, Pollit entre 2000 y 2006; en Co-
lombia, Sinisterra y Mora desde 1989, y actualmente Villamor y Mora de 2005
a 2009. Otras situaciones por tener en cuenta, por los elementos que aportan a
la discusión, son los estudios en niños y niñas adoptados con desarrollo nor-
mal o superior, aspecto que se ha considerado importante, aunque no tenga
muchas referencias en estudios recientes.
Por otra parte, un factor que se ha estudiado, especialmente desde finales de los
noventa e inicios del siglo XXI, son los efectos de diversos micronutrientes en
el desarrollo cognitivo de las niñas y niños pequeños. Revisiones relacionadas
con los efectos de la denominada “hambre oculta” proporcionan muchas refe-
rencias, de las cuales unas pocas se resumen en la tabla 1.
Micro
Efectos
nutriente
• Hay efectos negativos en el metabolismo de los neurotransmisores por la
ausencia o carencia de micronutrientes específicos.
Todos • Se afecta el desarrollo de la estructura cerebral y en la maduración de
diversas funciones.
Micro
Efectos
nutriente
• La deficiencia de yodo es la causa nutricional más asociada con la defi-
ciencia intelectual: es la causa básica del cretinismo y algunos tipos de
retraso mental.
• En Colombia está descrito como la causa del bocio endémico, con un
16% de prevalencia para inicios de la década de los noventa (INS, 1995).
• Por el control de los DDY, fue declarado país libre de estas deficiencias
Yodo
en 1998.
• El hipotiroidismo leve es asociado con problemas auditivos y memoria
visual y auditiva, pobre desempeño escolar, por lo cual las medidas de
vigilancia de la yodación de la sal como medida protectora de la pobla-
ción deben mantenerse de manera permanente, por ser la política públi-
ca de más alto impacto y como medida de fortificación masiva de la sal
con yodo.
Fuente: autora
panorama en esta etapa es también muy preocupante, como muestran las cifras
de la ENSIN 2010.
A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX surgían en América Latina los pro-
gramas de atención al preescolar como una reacción a las dinámicas producto
del paso de las economías agrarias a las economías industriales; periodo vivido
por la mayoría de los países de la región y cuyo principal efecto fue la incorpo-
ración de la mujer al mercado laboral, con las consecuentes repercusiones en
las dinámicas de las familias durante las décadas de los treinta y cuarenta del
siglo XX (Cochran, 1993, p. 93).
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
176 9. Primera infancia, lenguaje e inclusión social: un asunto de ciudadanía
Esta alternativa se deteriora en los noventa, dando lugar a más de siete modali-
dades que en nada mejoran la atención de los niños y niñas colombianos, hasta
hacer su mayor crisis en los inicios del año 2002, cuando se plantea la opción
de convertirlos en “hogares múltiples o agrupados” que hoy no encuentran
una salida técnica ni económica desde la institucionalidad, sin lograr superar
cuestionamientos frente a su calidad y posibilidad real de responder a las de-
mandas de mejoría de la oferta institucional desde el ICBF. Sin embargo, sigue
siendo la alternativa que las instituciones oficiales determinen la atención de
la primera infancia desde las entidades responsables, como acción de política
pública que garantice la nutrición y el desarrollo integral cognitivo, afectivo y
físico de los niños y niñas colombianos.
En este sentido, hay que destacar los trabajos de algunos investigadores sobre
este tema:
Referencias
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Perú.
Unicef (2012). Estado mundial de la infancia. Ginebra, Suiza.
183
Miralba Correa
Presentación
1 Programa financiado por la Fundación Bernard van Leer, con sede en La Haya, realizado
por miembros del grupo Lenguaje, Cognición y Educación del Centro de Investigaciones en
Psicología, Cognición y Cultura de la Universidad del Valle, Cali, Colombia. El programa fue
coordinado por Miralba Correa R. y Patricia Pineda Z.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
184 10. La narrativa y su poética: brújula y camino para la formación inicial...
Desde la formulación del programa quisimos plantear una nueva mirada so-
bre la intervención educativa, que puede resultar provocadora para algunos e
interesante para otros, sobre todo para aquellos que se preguntan por la orien-
tación de la formación de los niños pequeños.Cuatro preguntas orientan el de-
sarrollo de los planteamientos que intentamosproponer: 1. ¿Por qué la narra-
ción como marco para comprender el desarrollo de los niños y su formación
inicial?; 2. ¿Qué se quiere decir cuando se afirma que el niño es un sujeto capaz
de narrarse?;3. ¿De qué manera incide la narrativa y la poética en los modos de
pensar, de sentir y de actuar de niños de diferentes contextos, particularmente
en los que se puede considerar que hay situaciones de riesgo?; 4. ¿Cómo pro-
ceder con una intervención educativa fundamentada en un marco narrativo,
poético y lúdico?
Abordar este asunto nos exige dar un corto rodeo para precisar, en primer
término, el lugar que tiene la narrativa tanto en la historia de la humanidad
y cada una de las versiones que crean los sujetos sobre sí mismos o a las que
tienen acceso en relación con los otros se han constituido mediante relaciones
dialógicas (Bajtin, 1985) y procesos de negociación implicados en la interac-
ción con los textos que configuran el tejido social. Esperamos que las conside-
raciones anteriores nos permitan avanzar y comprender cómo los niños llegan
a constituir un pensamiento narrativo.
Pero que el niño pueda llegar a hacer un relato y tener una conciencia de sí
exige un largo y complejo proceso de construcción de significados y senti-
dos que culmina en la instauración del pensamiento narrativo.Este le lleva
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
188 10. La narrativa y su poética: brújula y camino para la formación inicial...
Seguir al niño en su desarrollo nos mostrará una de sus conquistas más fas-
cinantes: su posibilidad de incursionar y crear mundos posibles, un terreno
en el que son más claras las articulaciones entre las dimensiones cognitivas,
emocionales y sociales de los niños. La ficción les lleva a la invención no solo
de historias que no han ocurrido en el mundo de lo real, sino también a la crea-
ción de explicaciones novedosas para los distintos acontecimientos del mundo
natural y social. La ficción da cuenta de otra conquista: el acceso a la con-
ciencia narrativa (Nelson, 2005). Es únicamente en este momento cuando los
niños son competentes en representaciones verbales, cuando son capaces de
participar en narraciones, produciéndolas o comprendiéndolas. Entre los tres
y los cinco años, los niños enriquecen sus experiencias pasadas y participan
haciendo narrativas de sus propias vidas; ellos también empiezan a escuchar
con comprensión y a seguir cuentos de los libros, vídeos, televisión y otros
medios audiovisuales. Según Nelson (2005), los principales logros de este nivel
se concretan en:
Miralba Correa 189
“Es en este nivel donde los niños finalmente emergen del estado de su mente
privada y llegan a ser parte de una comunidad de mentes” (Nelson, 2005, p.
135). Previamente a esta etapa, el niño puede conocer cómo hacer cosas en
el mundo, pero es ignorante acerca de la complejidad y proliferación de los
mundos posibles, de los roles culturales que se ejercen en sus contextos y de la
verdad o falsedad de las ideas que la gente tiene. Finalmente, Nelson plantea
que al culminar su desarrollo, el niño logra un nivel de conciencia cultural que
marca el comienzo de su identidad nacional, religiosa y étnica.
Dado el interjuego entre las dos realidades (individual y cultural) que ofrece la
narrativa, algunos investigadores de la educación y de la psicología del desa-
rrollo han mantenido, en las tres últimas décadas, un vivo interés en el rol de
la narrativa en estos campos. En esta dirección, McKeough y Sanderson (1996)
señalan que los trabajos alrededor de este tema se dividen en tres líneas: aquella
que se ocupa del desarrollo de la estructura de la historia, las que muestran las
influencias socioculturales y las que dan cuenta del efecto de las formas litera-
rias sobre los funcionamientos psíquicos de los individuos. Según McKeough
y Sanderson (1996), cada una de estas tres líneas pregunta desde diferentes
lugares por el grado de énfasis de los factores “dentro” y “fuera” del niño.
Guillén, Alberti, Walsh y mucho otros poetas les traen a los niños, a través de
sus composiciones, nuevas y viejas visiones de la infancia. Los ritmos conoci-
dos y los que llegan por primera vez tiñen de color las emociones y los senti-
mientos que los han acompañado sin poder nombrarlos, incluso sin saber por
qué determinan su actuar. Tal como afirma Huizinga (citado en Perinat 2001),
“la forma poética está muy lejos de ser concebida solo como mera satisfacción
estética. Antes bien, sirve de expresión a todo aquello que es importante o ne-
cesario para la vida de la comunidad” (p. 111). A esta última consideración
podemos agregar que la dimensión poética sirve, en primer lugar, para la recu-
peración de la vida propia. Este interjuego entre la palabra propia y la palabra
ajena poco a poco les brinda a los niños la posibilidad de diferenciar su voz de
la de los otros y valorarse como sujetos capaces de crear nuevas realidades. En
este juego, las palabras, soterrada y silenciosamente, se anidan en la mente y en
el cuerpo de los niños, generando nuevas visiones de sí y del mundo.
Los nuevos ropajes del lenguaje se anudan poco a poco con diferentes formas
de jugar que agentes educativas y psicólogos proponen a los niños. Este tipo
de actividades pretenden poner en relación las acciones que los niños ejecutan
cotidianamente. Cuando el trabajo se inicia, las acciones remiten a las posturas
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
194 10. La narrativa y su poética: brújula y camino para la formación inicial...
conocidas y realizadas por cada uno de los participantes, sin que haya sido
necesario que ellos se detuvieran en su organización. Al confrontar sus jue-
gos sin orden con formas de jugar de manera estructurada, los niños tienen la
posibilidad de construir relaciones de “engarce” que los llevan a hacer suyas
unidades de segundo orden: significados sobre significados. Se trata de que
los juegos sean prácticas y no meras acciones. En este punto nos referimos al
hecho de que los niños propongan cadenas de acciones en las que se presentan
medios y fines y se coordinen segmentos de causalidad física con segmentos
intencionales. Esta imbricación entre la finalidad, la causalidad y la intención
constituyen las cadenas de acción que hacen parte de lo que Ricœur (1996, p.
154) llama “las prácticas”, relacionadas mediante una unidad de configuración
que descansa siempre en una relación particular de sentido.
Pareciera existir una relación entre el avance en el nivel de dominio de los tex-
tos y el uso de las reglas que rigen las relaciones consigo mismo y con los otros.
Las reflexiones hechas conjuntamente y la comprensión de lo que ocurre en las
historias, en la dimensión poética del lenguaje, ligadas con las formas de decir
y en las actividades lúdicas, les fueron permitiendo a los participantes transfor-
mar paulatinamente las reglas por las que guiaban sus relaciones. Inicialmen-
te los niños de los subgrupos se regían predominantemente por lo que Haste
(1990) denomina “reglas idiosincráticas”, llamadas así porque se encuentran
ancladas a los contextos particulares y organizadas al libre arbitrio de los niños
que los llevan a no considerar las reglas de los otros.
puntos de vista, al mismo tiempo que pueden introducir un control social so-
bre la dinámica grupal. Al finalizar la intervención, un cincuenta por ciento de
los niños pueden regirse por reglas institucionales que implican determinacio-
nes convencionales y simbólicas más abstractas, relacionadas con lo correcto
y lo incorrecto, lo adecuado y lo inadecuado: los niños se rigen más por las
convenciones establecidas en los contextos institucionales y familiares. Al ter-
minar la intervención, solo un veinte por ciento de los niños mantuvo las reglas
idiosincráticas como rectoras de su comportamiento.
Referencias
Los investigadores del desarrollo en la infancia contamos hoy en día con una
valiosa infraestructura conceptual y un amplio abanico de metodologías pro-
venientes de enfoques interdisciplinarios en los que confluyen distintos sabe-
res y tradiciones epistemológicas (Grigorenko y O´Keefe, 2004; Morra, Gobbo,
Marini y Sheese, 2008). Después de varias décadas hemos consolidado un cuer-
po importante de conocimientos que nos ofrecen algunas respuestas a pregun-
tas sobre el qué y el cómo del desarrollo psicológico de los niños. Conocemos
algunas particularidades de sus procesos de cambio, las formas que adoptan,
los mecanismos y factores que los afectan. Hemos identificado muchos de los
recursos psicológicos que poseen para reorganizarse y adaptarse al mundo so-
cial y natural con que interactúan y en los que se desarrollan, en condiciones
Óscar Ordóñez 203
No obstante, algunos problemas persisten. Las teorías del desarrollo que he-
mos utilizado insistentemente por décadas y la intervención a la que han dado
lugar es insuficiente y, en muchos casos, incluso contraproducente (Puche,
2008; Puche y Marti, 2011). En el caso de las metodologías que hemos usado, el
ritmo de cambio ha sido más lento, lo que ha dejado a los investigadores frente
a opciones reducidas en cuanto a diseño y técnicas de análisis (Lee y Karmiloff-
Smith, 2002) y apegados a los paradigmas tradicionales.
En este capítulo identifico tres temas para ser tenidos en cuenta por investi-
gadores interesados en contribuir al trabajo con niños pequeños: concepción
del desarrollo, programas de intervención y desarrollo profesional de agentes
educativos. En la última parte discuto brevemente el abordaje de la investiga-
ción del desarrollo en contextos adversos y en la construcción de iniciativas
para favorecer la inclusión social de nuestros niños. Estos dos últimos temas se
articulan en una reflexión que, a manera de conclusión, intenta responder a las
preguntas formuladas por las organizadoras del Seminario Primera Infancia,
Lenguaje e Inclusión Social de la Universidad Nacional de Colombia.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
204 11. Cognición y desarrollo representacional
Los temas discutidos aquí están estrechamente relacionados con la primera in-
fancia, un área diversa donde la combinación de elementos teóricos y aplicados
es crítica. Se trata de los mismos temas que otros investigadores (Pianta, Bar-
nett, Burchinal y Thornburg, 2009; Takanishi y Bogard, 2007) han coincido en
señalar como puntos imprescindibles por abordar a partir de nuevos estudios
básicos y aplicados. El objetivo es aportar a la implementación de interven-
ciones tempranas relevantes para los niños y sus familias, y a la consolidación
de una política pública de primera infancia que lleve a la construcción de un
mejor país, verdaderamente al alcance de todos ellos.
¿Qué teorías, modelos o enfoques conceptuales son necesarios para una ver-
dadera transformación de la manera como concebimos y trabajamos con los
niños pequeños?; ¿qué se necesita para responder al desafío de “dar un nuevo
significado a la temática de oportunidades efectivas de desarrollo” de los niños
colombianos, según lo planteado en la política pública de primera infancia?
(Dirección Nacional de Planeación, 2007). Ante todo, necesitamos ir en con-
travía de lo que cierta psicología del desarrollo y el sistema educativo tradi-
cional han ofrecido: una concepción de las dinámicas propias de la primera
infancia en términos de la comparación con los adultos, basada en resaltar la
carencia, el déficit y en la que ser niño significa estar incompleto, mutilado o
amputado de algo esencial. Esa visión ha llevado a que la comprensión original
de la que el niño es capaz quede supeditada a la capacidad de interpretación
del adulto, que a menudo relega los esfuerzos genuinos y los significados de
los niños a una condición de subtexto que la mayoría de las veces no llegan a
ser reconocidos en toda la complejidad y relevancia que tienen para sus vidas.
Como dice Nussbaum (2012), se requiere “una ‘contrateoría’ que ponga en
entredicho esas arraigadas y, a la vez, desacertadas teorías”.
Para mostrar el tipo de descripción que se efectúa cuando se utiliza una teoría
del desarrollo temprano de modo desacertado e inconveniente, el siguiente pá-
rrafo ilustra el resultado de una manera suficientemente gráfica:
Óscar Ordóñez 205
Esta visión del desarrollo cognitivo fue propuesta por Alfred Binet, quien iró-
nicamente ha llegado a ser considerado el padre de las pruebas de inteligen-
cia. En su descripción se destaca la representación convencional del desarrollo
temprano como déficit, plagada de expresiones privativas en que cada frase
supone una negación, una falta, una carencia. Un retrato del niño pequeño
construido para exacerbar un tipo de amputación cognitiva o psicológica, re-
sultado de la comparación con un adulto ideal que se constituye en una norma
o estándar.
A los encantos y espejismos de esa visión del desarrollo han sucumbido ge-
neraciones enteras de psicólogos, prestigiosos investigadores experimentales,
educadores y científicos sociales. Una y otra vez han preferido enfocarse en
lo que los niños pequeños no tienen, en las capacidades de las que carecen,
en lo que les falta para pensar bien o en lo que necesitan para parecerse a esos
mismos investigadores, adultos, ideales, bien-pensantes, lógicos y racionales.
Si se asume que “los resultados de investigación dicen más acerca de las tácticas
de los investigadores que acerca del fenómeno estudiado” (Starbuck, 2006), se
puede decir que las expectativas de Binet acerca del niño pequeño eran razo-
nables según la tradición investigativa a la que él adhería y fundamentalmente
a los modelos y teorías que utilizaba para explicar el desarrollo de la mente,
el aprendizaje y la inteligencia humana en general. Si adicionalmente consi-
deramos que las ciencias sociales tienden a ser un reflejo de las concepciones
del mundo que tenemos como cultura, entonces no es de extrañar que en la
sociedad en su conjunto (la familia y la escuela en primer lugar) prevalezca
Óscar Ordóñez 207
una visión deficitaria de la niñez. De cierta manera, la razón de esto es que esas
tácticas han llegado a convertirse en hegemónicas y hemos terminado pensan-
do que los resultados obtenidos son inevitables, que el desarrollo de los niños
ocurre de esa manera y sigue esas trayectorias, y que, por tanto, una visión
alternativa es irrelevante o incluso innecesaria.
Son incontables las experiencias y los modelos que se han desarrollado a par-
tir de esa concepción para sustentar prácticas de intervención, de crianza y
para propiciar mejores condiciones de desarrollo para los niños pequeños; sin
embargo, esa visión de pretensiones universalistas ha resultado ineficaz y no
ha sido de mucha ayuda para comprender el desarrollo temprano y las condi-
ciones más apropiadas para apuntalarlo. Por ejemplo, los problemas no han
dejado de aparecer y de complejizarse para el sector de la educación inicial,
donde a pesar de las orientaciones pedagógicas que enfatizan en el niño como
sujeto de conocimiento y promueven una educación centrada en recuperar su
punto de vista, el niño sigue siendo un “turista accidental” (Carretero, 1996),
con muy pocas opciones de desarrollo integral; un “extranjero” que mira entre
atónito y escéptico los intentos de los adultos y educadores por introducirlo
en el mundo del conocimiento, un mundo hecho a imagen y semejanza de los
adultos, regido por reglas, compromisos y tareas que no pocas veces le resultan
incomprensibles y poco significativas. Paradójicamente, este balance sugiere
que a pesar de que el desarrollo temprano sigue siendo una fuente inagotable
de preguntas en las que vale la pena insistir, la primera infancia sigue siendo
un misterio para muchos adultos, a pesar incluso de los avances de la investi-
gación psicológica, de nuevos modelos educativos y de la divulgación que ese
conocimiento ha tenido entre la población general.
Sin duda, el tipo de teoría que tengamos sobre los procesos de cambio y el
aprendizaje se puede convertir en una verdadera talanquera no solo para la
creación de nuevos métodos y diseños de investigación, sino también para las
prácticas educativas y de atención. La concepción de desarrollo, en particular,
es un tema que debe discutirse y no darse por descontado en el marco de la
intervención con niños pequeños. ¿Es posible construir, desde la investigación
psicológica, concepciones teóricas alternativas sobre el desarrollo del niño y
contribuir con ello a diseñar escenarios y contextos propicios para fomentarlo
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
208 11. Cognición y desarrollo representacional
Sin entrar en detalles sobre cuál creo que debería ser ese tipo de teoría del desa-
rrollo (este punto no es el propósito del capítulo), sí es importante señalar que
las propuestas deberán permitir la recuperación del punto de vista del niño pe-
queño, de las particularidades de su desarrollo y de los mecanismos de cambio
que lo caracterizan. Recorrer un camino en ese sentido constituye en sí mismo
un propósito tan relevante como necesario y fundamental; aunque, como en
todo proceso de construcción de conocimiento, no se lleguen a agotar todas las
posibilidades. Ante la dimensión del fracaso previo, lo más razonable parece
ser intentar nuevas alternativas, enfoques o modelos que superen las concep-
ciones desacertadas como condición para que el trabajo en primera infancia
avance por el camino apropiado.
para delinear nuestra mirada como país hacia los niños pequeños (Ministerio de
Educación Nacional, 2009a, 2009b, 2010). Por supuesto, las respuestas derivadas
de la investigación no son definitivas, pero ayudan a pensar nuevas ideas, nuevas
estrategias e iniciativas. Al respecto, los investigadores colombianos podemos
aportar nuestro conocimiento, estrategias y experiencia.
Programas de intervención
1 Esto lo dejó claro un alto funcionario del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en el
Valle del Cauca. Al mencionar la necesidad de desarrollar estrategias orientadas a evaluar el
impacto de la atención a niños pequeños, solo atinó a señalar que su interés primordial era
cumplir con la ley y lograr las metas fijadas por la administración en curso, de modo que al
finalizar la vigencia no se viera perjudicada la evaluación de su gestión como directivo.
Óscar Ordóñez 213
Se podría pensar que entre las razones de las fallas señaladas anteriormente esté
la tendencia natural a copiar iniciativas y estrategias que han resultado exitosas
en los grandes centros urbanos el país. O quizá la tendencia a excusarse detrás
de una mentalidad que ha hecho carrera en la administración pública colom-
biana en la que se antepone lo urgente a lo necesario. En cualquier caso, con la
improvisación se pierde la oportunidad de obtener datos válidos, confiables y
creíbles que puedan orientar la toma de decisiones acerca de un amplio abanico
de cuestiones relativas a la niñez. Es obvio que la mala información conduce a
malas decisiones, con todos los costos que ello implica en términos no solo de la
calidad de la atención o educación inicial, sino también en cuanto a la evaluación
de lo que se implementa y a la imposibilidad de mejorarlo.
Otra razón, sin embargo, tiene que ver con la ausencia de datos, información y
conocimiento sobre realidades y necesidades específicas de los niños pequeños
en el país, en las regiones, en lo local. En este caso, la investigación bien plani-
ficada puede ser parte de la solución, pues es quizá una de las herramientas que
mejor puede contribuir a disminuir o eliminar la improvisación en el sector.
Y en este sentido, hoy tenemos algunas oportunidades para que los investiga-
dores en primera infancia asumamos un papel más activo en el mejoramiento
de la situación. Por ejemplo, la Ley 1098 de 2006 establece explícitamente que
los planes, programas, proyectos y estrategias orientadas a dar cumplimiento a
las políticas públicas sobre primera infancia deberán ser evaluadas apropiada-
mente para fundamentar la toma de decisiones en la materia. Sin una cultura
investigativa y el aprovechamiento de sus resultados y hallazgos, esas iniciati-
vas seguirán siendo fundamentalmente asistencialistas.
¿Por qué, entonces, es precisamente este sector el que menos atención ha re-
cibido al respecto? Quizá porque como en el caso de la concepción del desa-
rrollo, la manera de formar agentes educativos se da por descontado, como
si se partiera del presupuesto de que cualquier formación se hace intuitiva-
mente bien, independientemente del fundamento conceptual que sostenga las
acciones formativas. ¿Por qué debemos asumir naturalmente que todo lo que
hacemos funciona? Por ejemplo, en los programas profesionales (psicología,
licenciaturas en educación preescolar y primaria), tecnológicos o técnicos en
donde se forman los agentes educativos que se encargarán del cuidado y la
atención a la primera infancia aún predomina una instrucción en las teorías
evolutivas convencionales, a pesar de que ofrecen una mirada distorsionada
del desarrollo y la experiencia real de los niños. Incluso en la educación con-
tinuada (talleres, diplomados, etc.), entendida meramente como capacitación,
se imponen concepciones del desarrollo del niño que resultan extrañas a los
contextos y necesidades de las comunidades, o prácticas ajenas a las nociones
culturales y tradiciones a partir de las que los agentes educativos y los niños
organizan su vida cotidiana.
2 El panorama es similar respecto de los lineamientos técnicos para la cualificación del recur-
so humano que trabaja en el sector y que deberían apoyarse en evidencia empírica sólida.
Recientemente tuve la oportunidad de revisar un borrador de lineamientos de cualificación
de agentes educativos preparado por De Cero a Siempre, la estrategia de atención integral a
la primera infancia creada por la administración de Juan Manuel Santos. Aunque menciona
la importancia de realizar futuras investigaciones sobre el asunto, lo cierto es que deja en el
aire la pregunta sobre cuáles van a ser los criterios técnicos (por ejemplo, evidencia empírica
pertinente) a partir de los que se van a formular directrices para orientar la formación de los
agentes educativos en los próximos años.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
216 11. Cognición y desarrollo representacional
ESTRATEGIAS DE
Determina INTERVENCIÓN
CONCEPCIÓN DEL
DESARROLLO
Aporta:
Nuevo conocimiento
Observación directa
Desempeños situados
Reflexividad
Influye en
Pensamiento crítico
REORGANIZACIÓN
DE LA PRÁCTICA
Modifica información acerca de:
Instrumentos de observación y medición
Indicadores de desarrollo
Descriptores de funcionamientos cognitivos
Restituye:
Escalas de valoración
El punto de vista del niño
El estado inicial del niño
Funcionamientos cognitivos
Fuente: autor
A manera de conclusión
Los contextos de pobreza, en particular, han sido quizás los que han recibido
mayor atención dadas las múltiples influencias, desventajas y consecuencias du-
raderas que tienen para el desarrollo de la persona (McLoyd, Aikens y Burton,
2006; Ripke y Huston, 2006). Sin embargo, la deprivación económica no es el
único contexto adverso en que pueden transcurrir las vidas y experiencias de los
niños; igualmente pueden ser condiciones de discapacidad física y cognitiva los
entornos sociales, familiares o comunitarios favorables a la discriminación racial
o de género, que también se dan en condiciones de afluencia económica.
Ciertamente, dar espacio para pensar el lugar de los niños pequeños en la tarea
de construir mejores condiciones de vida supone partir de la intuición correc-
ta, desde un punto de vista ético y de responsabilidad social, porque asume
a los niños pequeños como ciudadanos con pleno derecho a participar en la
construcción de una mejor sociedad que los beneficie ahora y en el futuro. Esto
también implica asumir un punto de vista racional, porque obliga a tomar a
los niños como paradigma de la generación del conocimiento y de su trans-
formación, de la creatividad, del aprendizaje y de la solución de problemas;
elementos necesarios para combatir la exclusión y la marginalidad.
A lo largo de este capítulo argumenté que la capacidad para pensar bien, re-
solver problemas, fijarse objetivos y asumir un punto de vista propio son ca-
pacidades que niños y niñas usan de una u otra forma en su vida cotidiana,
independientemente del contexto, la clase social o la edad; son capacidades
bien distribuidas demográficamente. Si la psicología del desarrollo tradicional
Óscar Ordóñez 225
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231
Imagen-pensamiento
Javier Olarte
El mundo-imagen es la superficie de la
globalización. Es nuestro mundo compartido.
Empobrecida, oscura, superficial, esta
imagen-superficie es toda nuestra experiencia
compartida. No compartimos el mundo del otro
modo. El objetivo no es alcanzar lo que está
bajo la superficie de imagen, sino ampliarla,
enriquecerla, darle definición, tiempo. En este
punto emerge una nueva cultura.
Buck-Moorrs, 2009.
Introducción
Deseo advertir, antes de continuar, que acudo una pequeña licencia conceptual
que nos llevará a utilizar indiscriminadamente los términos “imagen” y “dibu-
jo”; igualmente me referiré a la primera infancia como la etapa inicial de 0 a 6
años, donde la verbalización abstracta está en proceso evolutivo. También uso
“primera infancia” y “niñez” como sinónimos, siendo esta una licencia con
carácter meramente formal en el desarrollo del documento.
Una idea acerca del pensamiento visual y lo poco que conocemos acerca del
pensamiento visual lo podemos ejemplificar por medio del arte. De hecho,
el arte se considera una forma de pensamiento visual.Una mirada polémica,
discutida y distante en relación con el expresionismo abstracto se generó con
el trabajo del polémico artista norteamericano Jackson Pollock, quien en sus
inicios fue catalogado como un “automatista”, es decir, registraba la escritu-
ra automática como producto de sus obras. Al preguntarse por el sentido en
el interior del arte, el expresionismo abstracto y su estrecha relación con los
significados de los dibujos, el autor español Jose Luis Brea nos ilustra: “Un es-
pectador no instruido vería en la obra de Pollock nada más que papel pintado,
sencillamente papel pintado o chorreado” (figura 1). La pintura no es pura
opticalidad, sino que trasciende al reino de la ideas, y las ideas se gestan a partir
de imágenes. Si el trabajo de Pollock fue tan estigmatizado y poco reconocido
en su momento, ¿qué podríamos decir de los grafismos que emergen del mun-
do infantil?
Javier Olarte 235
Las variables culturales han cambiado, y hoy las obras del artista gozan de es-
pacio y reconocimiento en los principales museos del mundo, porque debemos
recurrir al paso del tiempo para categorizar y jerarquizar los resultados de las
imágenes indescifrables e incomprendidas. Esto es, precisamente, lo relevan-
te de la imagen como producto del pensamiento: imágenes que requieren del
mundo del trazo y la línea para, a partir de lo gráfico, descifrarse. No existe
algo tan contradictorio como recurrir al universo de la palabra y la razón con el
fin de darle sentido a las propias imágenes. Todo aspecto de la representación
pictórica, ya sea informativo o evocativo, se adecúa perfectamente a lo que el
niño comprendió, sintió, comunicó (Arnheim, 1986, p. 272), pero que es inútil
o intransmitible al recurrir al lenguaje verbal. Ya otros artistas han previsto el
gran valor de las imágenes que provienen del universo de los niños. El propio
Pablo Picasso lo anticipaba cuando dijo: “Previously I used to draw like Rafael,
but it’s taken my entire lifetime to learn to draw like children do” (citado en
Swoboda, 2005, p. 149).
Fuente: autor
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
236 12. Imagen-pensamiento
Arnheim (1986) selaña que “el científico, como el artista, interpreta el mundo
a su alrededor y su propio mundo interior por medio de imágenes” (p. 287). El
lenguaje oral o escrito depende exclusivamente de las palabras para comuni-
car emociones, sentimientos, significados. De la misma manera, existen otros
lenguajes, aún por explorar, que buscan darle cabida a formas diversas para
encontrarnos, para entendernos, relacionarnos. Si pensamos en el lenguaje
de las matemáticas, el lenguaje corporal o el lenguaje del amor, pensamos en
abrir otros medios y canales a la comunicación. Con el fin de tener una idea
más completa acerca de lo que entendemos por lenguaje, para este apartado
lo asumiremos en un sentido más amplio: lenguaje como sistema de comu-
nicación, lenguaje mucho más allá de la lingua en latín, en sentido más allá
de la etimología; lenguaje como significados; lenguaje como medios. Siendo
así y estableciendo este horizonte más amplio acerca de lenguaje, entramos
a los dibujos de los niños, que son una especie de radiografía del interior, un
canal para llegar a las emociones, un instrumento de la expresión creativa y un
producto de la realización artística y de la comprensión representacional del
ser humano, tanto de manera individual como colectiva. Siendo así, la relación
entre lo privado y lo público, lo íntimo-personal y lo grupal va a tener un papel
determinante para entender la magnitud de la creación de imágenes en niños
y niñas en la primera infancia.
Así las cosas, tomo el camino para entender y develar estas relaciones cultura-
les y estéticas; entonces me concentraré en esta etapa debido a varios factores,
entre ellos la complejidad en el entendimiento comunicativo entre el adulto y
el niño. Existen estudios profundos y muy serios acerca del valor no solo repre-
sentacional sino cultural y pedagógico de los dibujos, más aún de cara a lo que
conoceremos como el pensamiento visual y la visualidad.
Javier Olarte 237
Fuente: autor
Los usos de los dibujos se han estado ampliando actualmente. Es curioso ver
cómo algunas culturas se están volcando a entender el significado profundo de
las imágenes que emergen del interior de los niños, sean estas espontáneas o
dirigidas. Por ejemplo, analizan el uso emblemático y de toque museístico de
los dibujos en algunas esferas sociales de los dibujos. Los garabatos han dejado
el cajón o la carpeta del jardín, para lanzarse sobre otros espacios y colonizarlos;
incluso ha dejado el frío espacio de la puerta de la nevera para establecer presen-
cia en otros auditorios.Algunos padres los ubican en la sala de la casa, la oficina,
el protector de pantalla del celular, sustituyendo la identidad de algunos usuarios
en las redes sociales, en los vehículos públicos, las bibliotecas, los autobuses, la
vestimenta, la publicidad e incluso algunos aviones; es decir, los dibujos se han
configurado en un escenario público y se posicionan casi como una moda, para
llegar a convertirse en parte del pensamiento visual de los pequeños, desde la
mirada y el escenario de los adultos. Sin embargo, la imagen infantil no ha llega-
do a tener un espacio importante en la esfera pública, y poco le reconocemos su
total dimensión.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
238 12. Imagen-pensamiento
Fuente: autor
Fuente: autor
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
240 12. Imagen-pensamiento
Fuente: autor
Javier Olarte 241
Es claro que los estudios con dibujos han superado la etapa interpretativa de
los árboles y han incursionado en otros escenarios simbólicos visuales. El tra-
bajo de Koppitz (1988), por ejemplo, describe el empleo de dibujos de figuras
humanas realizados por los y las niñas de cinco a once años. El dibujo de fi-
guras humanas sirve como un método para interpretar y medir la inteligencia
humana. Este sistema permite clasificar los dibujos de acuerdo con su cali-
dad, los elementos poco comunes incluidos y la omisión de ciertas partes del
cuerpo, así como la descripción y el análisis de la anatomía según el autor.
También se pueden evaluar algunos indicadores emocionales de los autores,
siendo esta una herramienta de medición aplicada igualmente en varios esce-
narios pedagógicos.
En esta línea de dibujos de figura humana, uno de los trabajos que constituye
la base de gran parte de la práctica actual con dibujos proyectivos es la obra de
Machover (1953): Human figure drawings of children.El trabajo analiza tres
grupos (de cinco a once años): niños blancos de clase media que estudian en
escuelas pública, niños negros que estudian igualmente en escuelas públicas y
niños judíos que estudian en colegios privados. Actualmente existe un estudio
que trabaja con dos grupos (de tres a seis años): niños de clase media-baja
(la mayoría de familias ubicadas en Bogotá, cuyos hijos estudian en el jardín
infantil Mariposas) y niños de clase baja provenientes de diversas partes del
país (especialmente las costas atlántica y pacífica), quienes vienen producto
del conflicto armado y el desplazamiento. El dibujo es, en el caso de la gue-
rra, una herramienta para comprender la afectación que han dejado los hechos
violentos en los menores, pero también se constituye como un eje cultural que
evidencia la forma como los niños y niñas se relacionan y se adaptan luego
de eventos desafortunados. Es una forma de dar sentido a la vida luego de la
desventura, ejemplo de resiliencia que sobrepone la vida, al dar explicación a la
incomprensión de la guerra en este momento de la vida.
Pasando a otras formas de entender los dibujos, podemos hacer análisis con el
test de la familia (Porot, 1952), que está fundado en la técnica de dibujo libre,
que los niños practican con mucho agrado. Se trata de una prueba proyecti-
va de personalidad que puede administrarse a los niños a partir de los cinco
años hasta la adolescencia. Su uso e interpretación posibilita leer algunos de
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
242 12. Imagen-pensamiento
los sentimientos de los menores hacia sus familiares, especialmente de sus pro-
genitores, y reflejala situación en la que se ponen ellos mismos con su medio
familiar e íntimo. Corman (1961) introdujo modificaciones importantes a las
instrucciones impartidas por Porot, quien le pedía al niño“dibuja tu familia”.
Corman hace una alteración de la prueba original, indicando “dibuja una fami-
lia, una familia como tú la imagines”.
Fuente: autor
Fuente:autor
Pero toda esta línea de la psicología no es la mirada única de este trabajo, pues
ha servido también para hacer una inmersión hacia los valores y la habilidad en
la lectura de los dibujos realizados por los niños y las niñas en la etapa evolu-
tiva de la primera infancia. Los trabajos de Kellogg (1969-1979) son un avance
significativo en el campo del análisis de los dibujos de los niños y la lectura en
el interior de ellos. En su obra Analizing children’s art, Kellogg (1969) describe
el desarrollo artístico de los dos a los ocho años. Aunque la obra se centra en
la evolución de la creatividad del niño, en lugar de centrarse en el niños y los
cambios que se producen a lo largo de esta etapa de formación y qué proyecta
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
244 12. Imagen-pensamiento
Por otro lado, la obra Children drawings - children’s mind (Kellogg, 1979) pre-
senta una amplia gama de dibujos con el propósito de ayudar a los psicólogos
a comprender en toda su extensión la capacidad de dibujar de los niños de
diferentes edades. Aunque la obra no da muchas pistas acerca del análisis e
interpretación de estos dibujos, sí es una extensa referencia y ejemplificación
de diversos momentos de los niños y presenta una importante diversidad y
variedad de imágenes realizadas por cientos de niños, lo que nos permite com-
prender qué dibujan los niños a lo largo de este periodo.
Igualmente, una obra que inspira el presente trabajo es El secreto mundo de los
dibujos (Furth, 1992). Según el autor, el lenguaje de la imagen plástica permite
develar el lenguaje del inconsciente, cuando la voz de la conciencia no puede
expresarse. El autor expone con claridad y concisión las claves para interpretar
Javier Olarte 245
Fuente: autor
Finalmente, la obra que más revelaciones tiene y se aparta de las técnicas pro-
yectivas —que son reveladoras y fundamentales a la hora de observar, analizar
y abordar la interpretación de dibujos de niños— es la de Jolley (2009): Chil-
dren and pictures: drawing and understanding, donde se hace una crítica a los
estudios contemporáneos e históricos correspondientes al campo de la realiza-
ción y la comprensión de sus imágenes. Algunos de los logros de Jolley en el
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
246 12. Imagen-pensamiento
tema de las imágenes de los niños son los desarrollos, los porqués, la idea de la
representación y la expresión en poblaciones típicas y atípicas, al igual que la
relación entre comprensión y producción de imágenes, en diversos escenarios
y prácticas, especialmente los escenarios pedagógicos, alrededor del mundo.
No obstante, centra su mirada en el escenario de la representación simbólica,
un campo que intenta apartarse de la mirada proyectiva de estudios anteriores,
pero que a través de la revalorización de la teoría original de la representación
propuesta por Karmiloff-Smith (1990), profundiza en la manera en que los ni-
ños intentan manipular sus representaciones gráficas y proporciona informa-
ción sobre cómo las representaciones internas correspondientes se almacenan
en sus mentes.
Jolley discute la validez de esta teoría en relación con la flexibilidad de los niños
en desarrollo y la manipulación de sus dibujos representativos, es decir, duda
de la manera como se configura la representación y el carácter simbólico. No
puede tomarse como un único indicador de la conducta el test valorativo de los
dibujos producidos por los niños, siendo este un campo tan amplio y comple-
jo. La mayoría de los estudios experimentales acerca de los dibujos de los niños
investigan cómo aprenden los niños a dibujar imágenes reconocibles de objetos
similares. Otros trabajos están interesados en saber cómo aprenden los niños a
dibujar objetos y seres humanos. Las ideas predominantes sobre el desarrollo de
la representación visual se derivan del estudio sobre cómo aprenden los niños
a dibujar el árbol, la familia, la figura humana; pero, ¿qué tan fiables son estas
ideas? ¿Hay algo más arriba del mundo-imagen que nos convoca y nos cuestio-
na? De la misma manera como se lo pregunta Buck-Morrs, existe una epidermis
en el mundo-imagen que le abra caminos a una nueva cultura. ¿Captan estos
estudios el significado del pensamiento y la expresión visual de los niños?
Por ello, las influencias culturales en los dibujos de los niños cobran sentido
como elemento comparativo y que supera todo escenario de la especulación y
la interpretación. Jolley recogió dibujos de niños en diferentes países, algunos
de África, Europa y Estados Unidos, brindando elementos de discusión en re-
lación con la influencia que aporta la cultura a la hora de la producción. Este
estudio da respuestas a preguntas en relación con la incidencia de la cultura y
sus múltiples variables que analizaremos más adelante.
Javier Olarte 247
poco valorativa para el acercamiento entre los seres humanos. En pocas palabras,
se ha satanizado la imagen.
Fuente: autor
Javier Olarte 249
Lo paradójico es que se asume esta era como la era de las imágenes, el impe-
rio de la visualidad: se habla de una era oculocéntrica (Dusell-Gutiérrez, 2006,
p. 14). ¿Pero será que la imagen tiene el poder que se le ha otorgado? ¿Es la
imagen el centro de nuestra comunicación, que tanto poder ha gobernado al
mundo y que tanto nos muestran? ¿Cuál es el contenido, en términos de pen-
samiento visual, que tienen esas imágenes que a diario vemos?
Para continuar sería pertinente aclarar y discutir algunas ideas que se ciernen
entorno a las imágenes. Por ejemplo, se afirma que vivimos en un mundo ocu-
locéntrico, en la civilización de las imágenes, ya que la imagen es hoy uno de
los modos de representación más extendida. Se habla de una era donde pre-
domina la imagen, era de la hegemonía visual, e incluso a veces se hace una
satanización y perjuicio de la imagen como eje de la decadencia posmoderna
para el hombre, por acercarla a una especie de idolatría sin sentido de cara
al decaimiento del mundo de la palabra y la razón (Machado, 2002). ¿Es la
imagen terreno saturado y sobreentendido en una sociedad que padece esa
anorexia o, por el contrario, estamos frente a un panorama donde la imagen
está tan difundida y acompañada que deja de lado su sentido más profundo?
¿Nos encontramos, pues, ante una era atiborrada de imágenes donde se ha
sacralizado su valor, pero también a una idolatría de cierto tipo de imágenes
repetitivas y esquematizadas, producto de una sociedad que obedece a cierto
tipo de imágenes que subyugan?...
Por otro lado, esta época está caracterizada por la gran circulación de imágenes,
presentes en todos los lugares, invadiendo nuestra vida cotidiana, pública y pri-
vada, entrometiéndose aun en la intimidad. En algunos escenarios pedagógicos
fue tachada de un atentado contra la civilización de la escritura. Paradójicamen-
te, las propias teorías que condenan a la inflación de las imágenes no hacen sino
incrementar, en contrapartida, las tasas de verborragia y logorrea (“cháchara”).
Es muy poco probable que se produzcan hoy en el mundo entero más imágenes
que textos escritos y verbales (Machado, 2002, p. 56). Puede ser cierto que hoy
se producen muchas imágenes, muchas más que en el siglo anterior, pero igual-
mente a estas imágenes se les ha otorgado cierto aire de matrimonios, de acom-
pañamientos. Se producen imágenes sonoras1, imágenes sensoriales (olfativas,
táctiles, gustativas), imágenes vectoriales, imágenes holográficas, imágenes en
2D, en 3D y hasta en 4D; imágenes en color, otras en blanco y negro. Un mundo
de imágenes de situaciones comunes, imágenes repetidas y replicadas pero que
Referencias
Introducción
Este capítulo gira en torno a la pregunta por las relaciones entre lenguaje, pri-
mera infancia e inclusión social. Con este fin, expone la reflexión que en el
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
254 13. Contextos sociales e iniciativas de inclusión social en la primera infancia...
Han sido dos fuentes las que han alimentado e inspirado el trabajo de este
grupo de investigación: el estudio de Bristol coordinado por Gordon Wells
(1986) en Gran Bretaña y las propuestas de Fraser Mustard (2006) sobre la
importancia de la atención al desarrollo temprano de los niños. Explicaremos
brevemente ambas fuentes.
De otra parte, Fraser Mustard (2006), médico e investigador fundador del Ins-
tituto Canadiense para la Investigación Avanzada (CIAR), hace particular én-
fasis en la importancia del desarrollo temprano en el presente de los niños y
en toda su vida posterior. Este investigador muestra que el aprendizaje de los
niños en los primeros años de vida tiene un efecto más duradero a lo largo de
la vida en su estado de ánimo y en su propio aprendizaje posterior. Este espe-
cialista cita al respecto dos ejemplos: el gráfico del crecimiento temprano del
vocabulario (figura 1), que muestra el efecto diferenciador creciente del nivel
socioeconómico desde los doce meses hasta los treintaiséis sobre el tamaño del
vocabulario del niño, y el estudio Abecedarian-Lectura (figura 2), que eviden-
cia efectos en el rendimiento en la lectura en niveles escolares mucho mayores
cuando las intervenciones son sostenidas a lo largo de la educación inicial y la
básica primaria.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
256 13. Contextos sociales e iniciativas de inclusión social en la primera infancia...
1 En este contexto, con “conocimiento” no nos referimos solamente a una dimensión racional;
también nos referimos a una dimensión emocional de relación de la persona con el mundo
(físico y social). Por tanto, contribuye al acceso al acervo cultural de las personas y con él, a su
inclusión social.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
258 13. Contextos sociales e iniciativas de inclusión social en la primera infancia...
Este grupo de investigación reconoce que el conocimiento que los niños pe-
queños han alcanzado tiene una relación importante con el peso del entorno
en el desarrollo o el aprendizaje. Se ha encontrado que aunque el desarrollo
en los primeros años de vida tiene una influencia importante de factores en-
dógenos relacionados con bases de la evolución biológica para garantizar la
supervivencia de los seres humanos como especie, este desarrollo y el apren-
dizaje dependen de una importante influencia de las prácticas de socialización
que los adultos realizan con los niños (Tomasello, 2003). De ese modo, se ha
encontrado que en la primera infancia la realización de dichas prácticas en el
hogar promueve mayores avances en el acervo de habilidades y conocimientos
que el niño domina (Mustard, 2006).
Nicolás Arias Velandia / Rita Flórez Romero / María Cristina Torrado 261
Por eso, en nuestro trabajo han cobrado gran importancia los planteamientos de
Vygotski (1978) cuando plantea una diferencia entre el desarrollo y el aprendiza-
je, a pesar de que estén relacionados. Seguidores de Vygotski como Cole (Cole y
Cajigas, 2009) han planteado que algunos conocimientos se dan uniformemente
en todos o en la mayoría de niños en distintos entornos, en tanto otros son objeto
de aprendizaje porque son fruto de la interacción y de la valoración que se dan a
ciertas actividades en el grupo de referencia de los niños. Consideramos, enton-
ces, de vital importancia los contextos educativos en los cuales el niño participa,
ya que en ellos se implementan trabajos enfocados hacia la meta que el entorno
cultural marca al niño y un conjunto importante de oportunidades para el des-
pliegue de sus capacidades (Arias y Flórez, 2011).
Fuente: autores
Fuente: autores
Nicolás Arias Velandia / Rita Flórez Romero / María Cristina Torrado 265
Con esta labor, el grupo realiza una apuesta doble: por un lado, tener estrate-
gias de evaluación que permitan detectar oportunamente a los niños según su
desempeño y que hagan posible valorar sus necesidades y las de sus entornos
de soporte (Moreno, 2010), a fin de darles un apoyo para la inclusión social
que esté mejor fundamentado en información avalada con criterios y métodos
reconocidos por las tradiciones de saber existentes en torno al desarrollo; por
otro lado, reconocer que para dar cuenta completa de las relaciones implicadas
en el desarrollo infantil temprano, generalmente es necesario tener una mirada
compleja que articule diversos factores de este (Urban et al., 2011). Su estudio
completo en función de las necesidades de los entornos y sistemas de atención
no puede basarse en un solo tipo de estrategia o de indicadores.
Fuente: autores
Programa Características
Formación a docentes en ejercicio con
diversos niveles de formación; lenguaje
PFPD: Hablar, escuchar, leer y escribir
para aprender en diferentes niveles de
(en convenio con la Secretaría de Educa-
educación formal y atención a la diver-
ción del Distrito de Bogotá)
sidad en aula: sesiones presenciales y
acompañamiento
Aprender y enseñar a escribir (docentes
Formación de docentes en ejercicio
no licenciados, Secretaría de Educación
sin formación docente previa; sesiones
Distrital de Bogotá - Instituto para la
presenciales junto con acompañamiento
Investigación Educativa y el Desarrollo
y observación en aula
Pedagógico
Formación a docentes en ejercicio con
Conformación de comunidades de
diversos niveles de formación; lenguaje
aprendizaje (Instituto para la Investiga-
escrito y pensamiento matemático; se-
ción Educativa y el Desarrollo - Univer-
siones presenciales junto con acompaña-
sidad Nacional)
miento y observaciones en el aula
Fuente: autores
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
270 13. Contextos sociales e iniciativas de inclusión social en la primera infancia...
Comentario final
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Capítulo 5
Investigación
en educación inicial
277
Fuente: autora
primera infancia. Sin embargo, esta óptica ha ido cambiando: es cada vez más
frecuente que estas instituciones se abran al público infantil en pro de generar
espacios de aprendizaje alternos.
Ambientes de
aprendizaje
Educación
Museos Inicial (públicos,
espacios)
Sensibilidad
estética
Fuente: autora
Las maneras en las que nos relacionamos con espacios y objetos determinaban
en gran medida cómo desde el Museo de Arte logramos vincularnos con los
diferentes espacios museales. Para que el visitante logre establecer conexiones
2 En procesos liderados por María Elena Ronderos y por Marta Combariza, respectivamente.
Marcela Tristancho 281
El trabajo pedagógico liderado desde este museo por María Elena Bernal (di-
rectora), Miguel Huertas, María Elena Ronderos, Marta Combariza y María
Consuelo Manrique, cada uno en un momento diferente, contribuyó al desa-
rrolló de numerosas estrategias, espacios, programas de formación, talleres y
recorridos para niños y niñas, que seguían las nuevas tendencias de animación
cultural, las cuales proponían la articulación entre espacios comunitarios y las
instituciones culturales y museales.
En el capítulo seis del libro Los museos y sus visitantes se señalan como los
requerimientos más sobresalientes a “las necesidades de las familias, las de los
grupos educativos y las de las personas con discapacidades” (Hooper-Green-
hill, 1998). Todos estos públicos estaban representados en el Museo, y los pro-
gramas que desde allí se coordinaban buscaban articular la labor de la institu-
ción con los requerimientos y expectativas de sus visitantes. Con respecto a la
realización de talleres relacionados con las exposiciones, los cuales constituían
una de las actividades del Museo, podemos anotar que “una de las mejores for-
mas de aprovechar la riqueza que se obtiene en una visita al museo es analizar,
debatir y trabajar en talleres después de la visita” (Hooper-Greenhill y Eillen,
1998). Para entender el contexto en el que en los años setenta se abren nuevas
opciones en museos a nivel educativo y social, podemos citar las palabras de
Kenneth Hudson, consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), quien en 1977 invitaba a los mu-
seos a “transformarse en los instrumentos sociales y educativos que el mundo
moderno demanda”, y agregaba: “Si los museos no consiguieran responder al
cambio social y reflejarlo, dejarían de justificar el apoyo del público”.
Espacios extendidos
¿Qué mayor sueño que poder extender el espacio, viajar en el papel o navegar
dentro de la pintura? Vivir el espacio constituía una de las posibilidades que
nos abrió el Museo de Arte. Al no existir salones o talleres destinados al trabajo
con los niños y niñas, nos vimos en la necesidad de habitar el museo; poco
a poco fuimos descubriendo las posibilidades de los corredores, las sorpresas
que nos deparaba el enorme patio, la impetuosidad con la que crecía el pasto
del pequeño patio lateral y los secretos de las tres estatuas que guardaban los
alrededores del museo.
Pegar el papel en las paredes, apoyar las enormes tiras de papel craft en el suelo,
acostarnos en el piso de las salas del Museo para ver los cuadros de otra manera
y recostarnos en el pasto para ver los árboles desde abajo fueron algunos de
nuestros principales descubrimientos con respecto a cómo dejar que hablara
el cuerpo, de manera que lográbamos incorporar todos lo que percibíamos del
entorno y lo que captábamos de nuestra propia interioridad. Desde esa época
encuentro que el verbo incorporar resume en gran medida algunas de las mejo-
res acciones de la vida: incorporarse para cambiar de posición —no solo física,
sino también mental—, reunir ingredientes para obtener una mezcla imprede-
cible, a veces manejable, a veces no tanto; aprender nuevas palabras, imágenes
y lugares o apropiarnos de gestos; en fin, volver cuerpo aquello que queremos
convertir en propio.
Tejedores de cuadros
una gigantesca telaraña por entre las columnas que bordeaban el patio; poco a
poco fuimos armando una inmensa red que mezclaba líneas, formas y colores
de manera extraordinaria. Entre risas y movimientos empezamos a atravesar
nuestro enorme cuadro; fue cuando vimos con sorpresa que detrás de nosotros
risueña y expectante la artista se enredaba en nuestra alegre telaraña.
Para diseñar una estrategia conveniente para la visita a un museo o a una ins-
titución de este tipo de los niños y niñas de primera infancia, hay que partir de
algunas preguntas iniciales:
Estos espacios educativos son los lugares donde los niños y las niñas tienen sus
primeras vivencias con el patrimonio natural, cultural (tangible o intangible) e
industrial. Siguiendo las palabras de Mariana Spravkin:
3 En el periodo comprendido entre los años 2000 y 2010, en compañía de Carolina Telly.
Marcela Tristancho 285
En segundo lugar hay que explorar las ofertas como visitas guiadas, programas
de apoyo, cursos, talleres, charlas y conferencias, páginas web, juegos multime-
dia, blogs, ayudas en línea, tecnología de la información y de la comunicación,
actividades para familias. Por último, partiendo de la oferta, hay que adaptar
las estructuras a los objetivos. En este sentido, la selección de los temas es fun-
damental en primera infancia. En palabras de Montserrat Nicolás Bellido:
Por ejemplo, en el jardín Mariposas, usando los materiales que ofrece el Museo
del Oro, las llamadas “maletas viajeras”, niños, niñas y formadores organiza-
ron montajes expositivos. En un salón recrearon los espacios del Museo, em-
pleando luces de linterna y música que evocaba la ambientación de una de las
salas. Con anterioridad a esta experiencia, habían organizado una expedición
Marcela Tristancho 287
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Hooper-Greenhill, E. (s. f.). Los museos y sus visitantes. Ediciones Treas.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
288 14. La investigación en educación inicial: cómo vivir el arte, los lenguajes...
Introducción
Fundamentación
(6 semestres)
Profundización
(4 semestres) con 2 énfasis
Fuente: autora
El análisis de instrucción
El análisis de actuación
(referido a la enseñanza)
(referido a la puesta en práctica)
· La resolución de problemas
· La valoración entre lo propuesto y lo
· La modelización de situaciones
logrado
· Los materiales y demás recursos
· Errores, dificultades y obstáculos
· La evaluación
(De la situación, los alumnos y el maestro al
(Que el maestro puede proponer a los
llevar a la práctica lo planeado)
alumnos para abordar el tópico referido)
Fuente: autora
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
292 15. Formación en educación matemática en la Licenciatura en Educación ...
Con experiencias como la de esta estudiante, que involucran otras áreas del
conocimiento y otros ambientes más allá del aula, se hace evidente para el gru-
po de investigación que para la educación infantil no basta con incidir en el
entorno pedagógico especializado, sino que es necesario hablar de un entorno
educativo más amplio, que incluya a otros profesionales y no solamente a los
educadores, y no se restrinja a las clases especializadas, sino que atienda otras
actividades realizadas por los niños y las niñas en su cotidianidad.
Para contestar esta pregunta con el sentido histórico cultural que le corresponde,
consideramos que es preciso retomar la relación existente entre el enfoque de
educación matemática y la concepción de niño que ha prevalecido en diferen-
tes momentos de la historia. La tabla 2, basada en el trabajo de Cárdenas et al.
(2011), permite establecer dicho paralelo.
Aritmética funcional
Niño de primaria: preparado para el
Énfasis en conocimientos impartidos a través
empleo básico en comercio
de enseñanza contextualizada
Matemática moderna Niño de primaria: con léxico
Enseñanza dirigida hacia la conceptualización y memorizado y exigencias de
estructuración de la disciplina abstracción
Sistemas Niño de preescolar: juego y
Psicologización y énfasis en la relación manipulación de material concreto
aprendizaje-desarrollo
Pensar matemáticamente
Énfasis en desarrollo del pensamiento Niño de primera infancia: piensa,
matemático usado para resolver situaciones establece relaciones y toma decisiones
reales
Fuente: autora
Para el desarrollo del pensamiento métrico, el grupo muestra que resulta pre-
maturo iniciar por los sistemas métricos, tal como se está “mal enseñado” en
primaria. Por eso, desde la primera infancia se propone fomentar la toma de
conciencia sobre lo que se va a medir en cada caso, es decir, acercar a los niños
de una manera activa al concepto de magnitud. Normalmente, una clase de
métrica empieza por el metro, es decir, empieza por el final, no invita a los ni-
ños a la toma de conciencia de lo que es la longitud, la línea recta, los patrones
no convencionales de medida y, por último, la necesidad histórica cultural de
universalización de un patrón como el metro y demás.
En esta actividad, la maestra encuentra que las niñas participantes lo que hacen
es intentar medir la distancia que hay entre un avión y otro. Las niñas tienen
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
298 15. Formación en educación matemática en la Licenciatura en Educación ...
un concepto de línea recta, gracias al cual delinean el vacío que hay entre avión
y avión, “llenándolo de contenido” con sus pasos. La reflexión de la maestra la
conduce a concluir que “las niñas han perdido de vista el punto de referencia”,
ya que la clave no era medir la distancia entre avión y avión, sino desde dónde
partió y hasta dónde llegó. Entonces propone la segunda actividad:
Esta segunda actividad supone un gran avance del desarrollo del pensamiento
métrico de las niñas. A ninguna se le ocurrió medir la distancia entre niña y
niña, todas con absoluta seguridad midieron la distancia entre ellas y el tesoro,
y lo hicieron comparando pedazos de lana. La lana fue sugerida por las niñas
como representación concreta del espacio vacío que había entre cada una de
ellas y el tesoro al que querían llegar. Antes de dar la palabra a la maestra para
que cierre estas anotaciones con sus reflexiones, cabe hacer un reconocimiento
al profesor Jorge Castaño, quien habla de lo que se hace evidente con estas
experiencias: una representación concreta del objeto (a medir en este caso),
la cual favorece el tránsito hacia la abstracción que implica la representación
simbólica, incluso la gráfica. Él nos habla de la representación concreta, y esa
no es común entre nosotros, no es fácil de concebir, pero los niños la usan y
les es muy útil.
Referencias
Alissa Lange
Introducción
En este texto se presentan los resultados de una investigación que tuvo como
propósito mejorar el aprendizaje de las matemáticas y del lenguaje en niños
pequeños. El trabajo se realizó con la colaboración de Douglas H. Clements
y Julie Sarama, profesores de la Universidad de Buffalo (SUNY), y con la fi-
nanciación de la National Science Foundation, el United States Department
of Education y la Universidad Nacional de Colombia. Con esta última, en la
actualidad, se desarrolla un proyecto de evaluación piloto del lenguaje en ni-
ños pequeños.
Edad
Nombre de nivel Progresión del desarrollo
(años)
Fuente: autora
Fuente: autora
Fuente: autora
Alissa Lange 307
después la intervención
Fuente: autora
Implicaciones
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311
Introducción
Antecedentes
Desde esta perspectiva, el proyecto surge como una apuesta frente a la necesi-
dad que tienen los maestros y maestras de estudiantes de ciclo inicial de cono-
cer la forma en que avanzan los procesos de los niños, reconocer sus fortalezas
Luisa Fernanda Acuña / Liced Angélica Zea / Yolanda Blanco / Geidy Ortiz 313
Por último, el tercer eje o punto de partida de este proyecto estuvo constitui-
do por los antecedentes de diferentes proyectos del IDEP, que intentaban dar
cuenta también sobre diferentes procesos y ritmos de aprendizaje, así como de
las estrategias de evaluación de los aprendizajes en el aula. Teniendo en cuenta
estos elementos, algunos de los interrogantes que orientaron el desarrollo de
esta innovación fueron:
El primer paso para abordar el tema fue observar qué se ha hecho desde la
escuela y desde la pedagogía, a partir de lo cual se encontró que el estudio e
investigación de las dificultades, los trastornos y los problemas de aprendizaje
han sido manejados por otras disciplinas distintas a la pedagogía, tales como
la psicología, la neurología o la medicina, desde donde se han dado aportes
muy significativos; no obstante, la apuesta a lo largo de la realización de este
proyecto ha sido la de visibilizar el conocimiento pedagógico que desde la es-
cuela se puede produciren el campo del aprendizaje y sus posibles dificultades
e implicaciones en las prácticas pedagógicas de los maestros. A partir de estas
premisas se ha recorrido el camino que se presenta a continuación.
En el 2008, como punto de partida de este proyecto, el IDEP, junto con la Uni-
versidad Nacional de Colombia, desarrolló una investigación titulada “Estado
del arte sobre dificultades de aprendizaje, desde una perspectiva pedagógica,
en los últimos siete años en Bogotá (2000-2006)”. Además de poder identificar
mediante esta investigación las tendencias, ejes, perspectivas y tensiones rela-
cionados con el tema, se identificaron grupos de maestros interesados en este
campo del conocimiento o que venían desarrollando propuestas alternativas
para valorar y abordar los procesos de aprendizaje y sus posibles dificultades
en el aula. Un número importante de estos grupos estaba constituido por las
redes de orientadores y orientadoras de las localidades de Bosa, Candelaria y
Santafé, a quienes remitían niños y niñas con aparentes problemas de apren-
dizaje. Este grupo manifestaba la necesidad de contar con herramientas con-
ceptuales y metodológicas para hacer procesos de evaluación de diagnóstico.
Desde el 2009 se inició el trabajo con esta red de orientadores, con quienes de
manera consensuada se identificó la necesidad de diseñar una estrategia de va-
loración del estado de desarrollo y procesos de aprendizaje de los niños y niñas
de ciclo inicial, que permitiera conocer sus fortalezas y debilidades, para poder
detectar, prevenir e intervenir oportunamente posibles dificultades, así como
potenciar sus habilidades y fortalezas. A partir de esto, de manera conjunta
se diseñó, elaboró y piloteó una estrategia de valoración con sus respectivos
Luisa Fernanda Acuña / Liced Angélica Zea / Yolanda Blanco / Geidy Ortiz 315
Fuente: autoras
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
316 17. Innovación en valoración de procesos de desarrollo, aprendizaje y sus...
Buscando dar coherencia y línea a los procesos de desarrollo, se generó una es-
tructura que permitiera visualizar los procesos y subprocesos por valorar para
cada uno de los grados, en consonancia con posibles estrategias metodológicas
que se puedan abordar desde el aula y que contribuyan a fortalecer dichos pro-
cesos (figuras 2 y 3).
Fuente: autoras
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Luisa Fernanda Acuña / Liced Angélica Zea / Yolanda Blanco / Geidy Ortiz 317
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Por otra parte, y como se puede observar en la figura 5, que muestra la rejilla
de valoración de grado primero, una gran parte de la valoración se hace en
Luisa Fernanda Acuña / Liced Angélica Zea / Yolanda Blanco / Geidy Ortiz 319
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Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
320 17. Innovación en valoración de procesos de desarrollo, aprendizaje y sus...
Procesos cognoscitivos
Retención
visual
Luisa Fernanda Acuña / Liced Angélica Zea / Yolanda Blanco / Geidy Ortiz 321
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Línea de
indagación, Estrategias
Procesos Subprocesos
preguntas metodológicas
orientadoras
Atención Sostenida ¿Qué fechas importantes Actividades
se celebran en nuestro abiertas actividades
Primero
Percepción Figura
visual Fondo país? semiestructuradas,
¿Cómo celebramos en actividades estructuradas
Percepción nuestro país el Festival
espacial de Cometas?
global
Retención
visual
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
322 17. Innovación en valoración de procesos de desarrollo, aprendizaje y sus...
Fuente: autoras
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Conclusiones
Las condiciones del contexto, las situaciones a través de las cuales se realiza la
intervención pedagógica, los ambientes de aprendizaje y los tiempos asignados
para su desarrollo influyen significativamente en el proceso de aplicación del
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
324 17. Innovación en valoración de procesos de desarrollo, aprendizaje y sus...
Referencias
Introducción
En este escrito se hace una presentación de las reflexiones que han venido dán-
dose en torno a estos tópicos en la línea de investigación en Pedagogía e Infan-
cia, que hace parte del grupo de investigación Educación y Educadores, de la
Universidad de La Sabana. Dado que para la Facultad de Educación el estudio
de la pedagogía y la infancia se constituyen en un tema de interés muy impor-
tante, desde hace años han venido adelantándose investigaciones que buscan
comprender elementos importantes en la formación de los educadores, tanto
en los aspectos teóricos como en los prácticos. Los resultados de estas investi-
gaciones han sido difundidos por medio de ponencias en eventos nacionales
e internacionales, así como mediante la publicación de artículos en diferentes
revistas indexadas.
1 Se entiende la alfabetización como la define la Unesco (2006): “Es la habilidad para identifi-
car, entender, interpretar, crear, comunicar y calcular, mediante el uso de materiales escritos
e impresos relacionados con distintos contextos. La alfabetización representa un continuo de
aprendizaje que le permite al individuo cumplir sus metas, desarrollar su potencial y conoci-
mientos y participar activamente en actividades comunitarias y sociales”.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
328 18. Pedagogía, concepciones de infancia y alfabetización inicial
Parte de estas reflexiones se retoman en este texto. Uno de los campos que más
ha llamado nuestra atención es el de la formación para la alfabetización inicial;
para trabajar en ello, se consideró necesario indagar sobre las concepciones
de infancia de distintos agentes educativos, así como sobre el aprendizaje de
los educadores. Se inicia la presentación con el tema de concepciones sociales
y personales de infancia, dado que se ha considerado que ellas contribuyen a
dotar de sentido las prácticas cotidianas de enseñanza.
Concepciones sociales
En este orden de ideas se asumió que este conocimiento puede ayudar a com-
prender las prácticas educativas cotidianas, así como las razones, motivos,
creencias y supuestos que las orientan, ya que, como plantean Giordan y de
Vecchi (citados por Zimmerman, 2000),
2 “Concepciones de infancia que tienen las educadoras del nivel inicial en Chía”, financiado
por la Facultad de Educación de la Universidad de La Sabana entre febrero de 2007 y junio de
2008. Código EDU-14-2005.
Rosa Julia Guzmán 329
Por otra parte, se encontró una fuerte tendencia a concebir la infancia como
sujeto de cuidados, afecto y formación en valores para el futuro, asociando
mucho el trabajo de los educadores con el rol de segunda madre. Otra de las
concepciones de infancia evidenciadas fue la relacionada con la etapa de la vida
escolar, aunque también se hizo mención a que puede ser eterna, relacionán-
dola con un estado carente de reflexión y preocupaciones. Dentro de esta ten-
dencia se vio un marcado énfasis en que la escolaridad determina el final de la
infancia, mencionando distintos momentos, desde el final de preescolar hasta
quinto grado; sin embargo, es clara la diferenciación que hacen entre el trato
que deben recibir los pequeños en preescolar y en primer grado, momento en
el que se justificaría cierta presión por el aprendizaje.
3 En Colombia, las madres comunitarias son mujeres que no tienen formación académica y
que se encargan de cuidar a un grupo de niños y niñas de su sector, mientras las mamás
van a trabajar. Actualmente se están haciendo esfuerzos para ampliar el número de madres
comunitarias con formación académica.
Rosa Julia Guzmán 331
A pesar de referirse con frecuencia a que el niño y la niña deben ser queridos y
tratados con afecto y mucho cuidado, no se hace ninguna referencia explícita a
la importancia de la calidad de vida presente de los pequeños, como correspon-
dería a una concepción de niñas y niños como sujetos de derechos. Parecería
ser que las condiciones de buen trato se convirtieran en una posibilidad de
inversión al futuro, que es el de la vida plena,en tanto las condiciones actua-
les (infancia) se constituyeran exclusivamente en“la preparación para”. Esto se
evidenció en las referencias a las prácticas de alfabetización, específicamente
en la importancia que le asignaban a actividades de aprestamiento tradicional,
tales como prelectura, preescritura y prematemáticas, entendiendo por ellas
actividades preparatorias, pero que todavía no eran consideradas en sí mismas
el inicio a los procesos de lectura, escritura y matemáticas. Estas prácticas se
caracterizaron como basadas en la percepción y la motricidad, sin que se men-
cionara ninguna relación con aspectos cognitivos y lingüísticos.
Con respecto a las diferencias encontradas, cabe señalar que en las docentesla
concepción de alumno es más fuerte que la de niña o niño. Por su parte, las
educadoras de transición se orientan también al futuro, pero guiadas por el
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
332 18. Pedagogía, concepciones de infancia y alfabetización inicial
Los educadores del sector privado adjudican a los niños y las niñas caracterís-
ticas relacionadas con la filosofía del colegio en que trabajan. Estas institucio-
nes varían en sus políticas y planteamientos y, por supuesto, tienen un interés
claro de posicionamiento en el ámbito educativo. Las hay desde posiciones de
respeto a los procesos de desarrollo de las niñas y los niños, enfatizando en su
bienestar y comodidad, hasta aquellas que basan su oferta en la promesa de
anticipar desarrollos y logros de los pequeños. Por supuesto, las estrategias y
actividades educativas se orientan a ello, y los educadores asumen la posición
institucional, adecuando el trabajo a sus planteamientos. Para los educado-
res en general, sería posible educar mejor a los niños y las niñas;sin embargo,
Rosa Julia Guzmán 333
Uno de los caminos que abren estas investigaciones a otras futuras es el de pro-
fundizar en la comprensión de cómo desde la escuela y otras instituciones edu-
cativas se configuran concepciones de infancia derivadas de sus políticas, pro-
gramas, proyectos, contextos institucionales y cotidianidad en las aulas de clase
y salas del nivel inicial, que van enraizándose en los educadores hasta integrarse
a sus cosmovisiones, para llegar a constituirse en nuevos y distintos sistemas de
referencia en los cuales se apoyan para tomar decisiones acerca de las formas de
atender y educar a la infancia. Tanto las prácticas como las ideas que tienen los
educadores acerca de su trabajo con los niños y las niñas más pequeñas tienen
una estrecha relación con sus concepciones de infancia; por tanto, es importante
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
334 18. Pedagogía, concepciones de infancia y alfabetización inicial
Uno de los campos en que resulta más interesante analizar las formas de educar
a la infancia es el de la alfabetización inicial, dado el impacto que tiene el éxito
o fracaso en este proceso,tanto en los niños como en sus familias y en la socie-
dad. Es importante aclarar que más allá de posibilitar el éxito escolar y social de
los niños y las niñas, la alfabetización es un derecho y permite el ejercicio de la
ciudadanía, pues no tener acceso a la cultura escrita es una condición de margi-
nalidad social muy fuerte.
4 “Cómo aprenden los educadores del nivel inicial a diseñar estrategias que faciliten la alfabeti-
zación inicial” en la línea de Infancia, que hace parte del grupo de investigación Educación y
Educadores de la Universidad de La Sabana. Fue financiado por la Dirección de Investigación
de la Universidad de La Sabana, Colombia, (2008-2010),Código EDU-22-2008.
Rosa Julia Guzmán 335
Con respecto a los saberes que tienen los educadores sobre la alfabetización, se
evidencia una base informativa sobre los métodos tradicionales de enseñanza
de la lectura y la escritura, que pueden ser usados indistintamente e incluso
combinados. No obstante, no se percibe claridad en el conocimiento de sus
lógicas internas, pues los educadores hacen referencia permanente a los resul-
tados visibles que producen, y cuando estos no se dan, las explicaciones giran
en torno a las dificultades que pueden presentar los niños, las niñas y sus fa-
milias. La situación anterior, sumada a la idea de que el desarrollo de los niños
y de las niñas se produce exclusivamente por maduración biológica, hace que
los educadores se despojen de responsabilidades y busquen la intervención de
terapeutas. Las anteriores reflexiones nos llevan a otras de carácter más general
con respecto al papel de la pedagogía dentro de las instituciones de educación
inicial, específicamente en la configuración de concepciones de infancia.
Rosa Julia Guzmán 339
Consideraciones finales
Dado que las concepciones tienen una génesis tanto individual como social
que se va configurando mediante un proceso personal bastante extenso en el
que los conocimientos se van integrando hasta estructurar los saberes de cada
persona, es importante retomar las ideas que los educadores tienen frente a los
motivos que ocasionan las dificultades para que los niños y las niñas lleguen a
alfabetizarse.Pero esta mirada no puede hacerse solamente desde un referente
teórico; se requiere además revisar las prácticas cotidianas, para confrontar lo
que se dice con lo que se hace, y en esta confrontación, buscar las coinciden-
cias, las tensiones, las rupturas, las inconsistencias, ya que tanto desde los refe-
rentes teóricos como desde las prácticas cotidianas se conforma un sistema que
estructura un marco de significación desde el cual se interpreta la vida.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
340 18. Pedagogía, concepciones de infancia y alfabetización inicial
Asimismo es necesario analizar las maneras en que se está formando a los edu-
cadores, puesto que encontramos que sus comprensiones de lo que es alfa-
betizar, leer y escribir varían y tienen relación directa con las actividades que
desarrollan en las aulas de clase. Estas comprensiones, independientemente
de las teorías con las que se pretenda establecer conexiones, les sustentan sus
configuraciones didácticas (en el sentido en que las expone Litwin, 1997) y en
algunos casos se las impiden. Asimismo, vale la pena analizar la manera en que
tanto las profesoras como las madres comunitarias piensan sus prácticas co-
tidianas, en tanto ignoran la pedagogía, adjetivan la didáctica y sustantivan la
actividad. Si la actividad es lo sustantivo, ¿cómo pueden proyectar sus prácticas
cotidianas para lograr cumplir sus propósitos? ¿Cómo pueden establecer rela-
ciones entre la escuela y un objeto de uso social como es la lengua escrita? Estos
cuestionamientos se hacen aún más complejos al constatar que en las profeso-
ras hay una permanente alusión a la planeación y a la evaluación, sin que sea
posible definir una estructura lógica que sustente la elección de determinadas
actividades, ni es posible inferir de ellas un cuerpo teórico que las explique.
Torres (2009, pp. 6-7) llama la atención sobre el hecho de que actualmente el
analfabetismo no se relaciona exclusivamente con quienes no han asistido a
la escuela, sino que puede presentarse incluso en quienes han sido escolariza-
dos, lo que remite a analizar cómo es que los profesores están adelantando sus
prácticas de trabajo en el aula. En nuestras investigaciones hemos encontrado
que el intercambio entre los educadores acerca de sus prácticas de aula resul-
ta muy provechoso y enriquecedor;sin embargo, hubo algo que llamó nuestra
atención: en el análisis y comentarios sobre las prácticas de los compañeros fue
evidente el aprendizaje, pero cuando se analizaba la clase propia, la atención se
dirigía al aprendizaje de los estudiantes, ignorando el análisis de la enseñanza.
Esta situación llama poderosamente la atención en lo que se refiere a las ten-
dencias de formar a los educadores como investigadores en su propia aula, en
tanto muestra lo difícil que resulta tomar distancia de la propia acción; es decir
que para lograrlo no es suficiente con conocer una metodología particular de
investigación, sino que es algo muchísimo más complejo.
Por otra parte, se evidenció que las prácticas tradicionales de preparación para
la lectura y la escritura, conocidas como “actividades de aprestamiento”, tienen
Rosa Julia Guzmán 343
El autor plantea, entonces, la necesidad de hacer una ruptura sustantiva con las
prácticas para analizarlas críticamente desde otras categorías.
con los propósitos de formación que se plantean para sus estudiantes, forta-
leciendo así el saber práctico de los educadores, que es mucho más complejo
que la simple aplicación de metodologías inertes y descontextualizadas que
durante tanto tiempo se han afianzado en las prácticas pedagógicas. Este saber
práctico implica la reflexión y la discusión permanentes con otros actores edu-
cativos y, por supuesto, con la teoría.
Referencias
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Rosa Julia Guzmán 345
Colombia: cuerpo de niño, voz de niña, cara de niño, pies de niña, manos de
niño, piel de niña, risa de niño, llanto de niña, frío de niño, hambre de niña,
pregunta de niño, soledad de niña, deseo de niño, amor de niña. Colombia: un
presente de semillas con un futuro incierto.
Casi el 51% de los colombianos son menores de 25 años; es decir, medio país de
adultos decide y es responsable del otro medio. Los colombianos del 51% son
niños, niñas, adolescentes y jóvenes cuyas vidas están pautadas según las po-
líticas, prácticas y concepciones que los definen, los entienden y los atienden.
Los datos oficiales que muestran sus condiciones de vida como grupo poblacio-
nal definen a la infancia, la adolescencia y la juventud como un sector de alta
vulnerabilidad (Ministerio de Cultura, s.f.), dadas las naturales condiciones de
dependencia propias del ciclo vital de todo ser humano, las cuales no son aten-
didas debidamente por las distintas problemáticas sociales que la gran mayoría
tienen que padecer en nuestro país.
Fuente: autora
¿En qué medida los estudios, diseños investigativos, educativos y políticos si-
guen fuertemente influenciados por las ortodoxias clásicas del conocimiento
científico que parten de la idea de la universalidad de las leyes de lo que cons-
tituye lo humano, donde la cultura es solo un dato menor de variabilidad ex-
presiva y no constitutiva? ¿En qué medida nuestras representaciones sociales
Mabel Farfán Martínez 349
Fue realizada en Caldono, Cauca, uno de los municipios con mayor población
de “gente del agua”1, fundado hacia el siglo XVI, conformado hoy por seis res-
guardos; de vocación eminentemente rural, cuyas actividades agropecuarias
destinadas al pan coger (que no suple la alimentación necesaria) y a la comer-
cialización de café, fique y caña, entre otros; son apoyadas por el núcleo fami-
liar, lo que implica una dinámica migratoria estacionaria de cosechas y otra
expulsiva y permanente hacia Cali o Popayán. Este municipio está constituido
por familias predominantemente extensivas y de autoridad masculina, pero
con la emergencia cada vez mayor de familias monoparentales de madres solas.
Fuente: autora
Fuente: autora
De otra parte, los niños y niñas consideran la actividad del juego como parte de
lo que los define: “Si es niño, entonces juega”, podría deducirse y pareciese una
bandera poderosa de libertad respecto del mundo adulto. De hecho se ratifica
cuando ellos afirman que la diferencia con un adulto “es el juego”, y esta marca
sí caracteriza la infancia de estas generaciones, ya que muchos de sus padres
y madres, así como los maestros y maestras, reportaron habérseles prohibido
jugar por considerarse pérdida de tiempo, malo o nocivo, y haber sido fuer-
temente castigados cuando lo hacían espontáneamente. Aunque la actividad
del jugar hace parte de la dotación genética como especie, culturalmente el
significado y valoración social de esta actividad en la infancia varía a través de
la historia; por ello, no se puede suponer que el jugar y los juegos de todos los
niños son o deban ser iguales o predefinidos, puesto que su sentido, significa-
do, valor y práctica cambia notablemente. Otro asunto que no me detendré a
analizar en este texto, pero que considero importante dejar expresado, es saber
a qué y con qué juegan los niños y niñas indígenas nasa. Aquí presenciamos
también una mutación cultural en la que van quedando rezagados los juegos
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
354 19. Infancia indígena, derechos e inclusión
Fuente: autora
En tercer lugar hay otro elemento que ellos y ellas bien indican en términos
de diferenciación de los adultos y son las actividades escolares. Ir a la escuela
y hacer tareas las ven como propias de su mundo infantil, lo cual también es
un indicador de que este escenario o institución social que fue instalado en los
procesos de colonización, de universalización de la educación formal y poste-
riormente de etnoeducación y educación propia ya hace parte del proceso de
socialización primaria y secundaria o educación endógena.
Trabajar y hacer oficios caseros son dos actividades que eminentemente defi-
nen, a diferencia de las ciudades, la infancia rural, la infancia indígena, la infan-
cia de los pueblos étnicos y, sobre todo, a quienes viven en las veredas más leja-
nas de las carreteras. Muchos de ellos y ellas todos los días realizan trabajos que
apoyan o sustituyen las labores de los padres, implican fuerza y proporcionan
alguna recompensa monetaria a los padres y, a veces, directamente a los niños.
Mabel Farfán Martínez 355
Sembrar, cosechar, vender, cuidar animales son algunas de ellas y las realizan,
sobre todo, los niños. Entre tanto, las niñas realizan, en general, oficios caseros
como cocinar, barrer, cuidar a sus hermanitos, lavar ropa, mercar y actividades
del hogar y mantenimiento de la familia.
Fuente: autora
Niños Niñas
Juegan 104 Juegan 25
Estudian 35 Estudian 12
Trabajan 16 Hacen oficios caseros 26
Fuente: autora
Fuente: autora
ancestral es uno de los fenómenos que refleja el nefasto impacto del proceso
histórico de subordinación, desprecio y segregación del que han sido objeto los
pueblos indígenas, cuyo efecto sigue actuando, pues los esfuerzos que han hecho
las organizaciones y los sectores académicos son muy pequeños frente a las di-
námicas culturales globales en las que también las comunidades indígenas están
inmersas.
Desde la voz de 150 niños y niñas nasa, que representaron a 5000 pares nasa
en un Foro, se promovió la construcción de políticas públicas de infancia. Al
escuchar sus experiencias, críticas y propuestas para vivir una vida en armonía,
alegre y orgullosa de su identidad, les fue posible a niños y niñas ser atendidos,
dar a conocer su situación, necesidades y propuestas frente a su padres, fami-
liares, autoridades espirituales y tradicionales, así como las del municipio, al
tiempo que los adultos se comprometieron con ellos a cuidarlos, educarlos,
defenderlos y garantizarles una buena vida como nasas.
La percepción de la niñez en lo atinente a las formas desde las cuales ellos expe-
rimentan y entienden la garantía o la efectividad de ejercer sus derechos como
tal es un factor fundamental tanto para dar cuenta de su situación y estatus
social dentro de su grupo de referencia, como para comprender las represen-
taciones sociales desde las cuales se agencia una o varias ideas de lo que es ser
niño, ser niña y de lo que es la infancia actualmente en los pueblos indígenas.
Mabel Farfán Martínez 359
Fuente: autora
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
360 19. Infancia indígena, derechos e inclusión
Los asustan, por falta de aseo y cuidado. Los niños nos enfermamos
cuando los papás no nos cuidan bien, nos enfermamos cuando esta-
mos pequeños. Cuando hay mucho invierno, no nos arropan bien y nos
resfriamos, porque no nos alimentan bien, por no lavarnos las manos
cuando salimos del baño o porque no hacemos aseo en la casa.
No queremos vivir como niños nasa que nos dejen solos cuidando la
casa, que no se preocupen por nosotros, que no nos den remedios cuan-
do nos enfermamos.
Fuente: autora
Mabel Farfán Martínez 361
Nos dan cariño, amor y todo lo que necesitamos, y también nos dan la
alimentación desde pequeños. Los papás nos dan alimento, las mamás
nos dan teta. También nos da golpecitos en el ombligo, y nos cortan el
ombligo y lo entierran con cuidado, y también nos aconsejan sobre lo
que debemos hacer y lo que no debemos hacer.
Queremos tener una casa bien bonita, tener la escuela, los bosques, los
árboles bien limpios, con vaca, que el sol salga cada mañana.
Fuente: autora
También los niños y las niñas en los sitios solos y montañosos nos sen-
timos en peligro porque cuentan que allí asustan; además, puede haber
Mabel Farfán Martínez 363
allí animales como la serpiente; por eso pedimos a nuestros padres que
nos cuiden y nos acompañen.
Fuente: autora
Tenemos miedo. Sentimos miedo. ¿Por qué el miedo? Miedo a los pa-
dres porque nos maltratan, hacia los actores armados porque están in-
mersos en nuestras comunidades, miedo a la soledad, cuando nos dejan
nuestros padres para ir a trabajar y el más grande tiene que cuidar de los
más pequeños. Ese es el miedo que vivimos los niños.
Figura 10. En sus dibujos, los niños nasa consideran que participan desde pequeños
En la casa, los niños somos tenidos en cuenta para ayudar en los traba-
jos, en las labores domésticas, buscar alimentos, cuidar de los animales,
de las plantas, de las huertas, y algunas veces para cuidar a nuestros
hermanos menores. En la escuela participamos en el cuidado de las
plantas, cuidamos los computadores, cuidamos y alimentamos a los
animales, salimos hacia otros lugares, ayudamos a organizar el cabildo
escolar; participamos en juegos, en danzas, en grupos musicales, en la
celebración de fechas especiales como el día de los niños, de la familia,
el saakhelu, los refrescamientos y las clausuras.
Fuente: autora
Mabel Farfán Martínez 365
La identidad que fuera durante los últimos dos siglos una dimensión
del lazo social, amenaza hoy ese lazo desde su exacerbación individual
e implosiva: solo me siento yo desalojando al otro, rebajándolo, expul-
sándolo de mi mundo de pertenencia (p. 35).
Los niños y niñas nasa entienden eso. Han narrado desde su propia ex-
periencia de ser las incertidumbres, impotencias y pérdidas de sentido
que ven en sus padres, maestros y actores del conflicto; en últimas, en
los adultos. En medio de su perplejidad reclaman su pertenencia a la
madre tierra, demandan sus rituales, su lengua, su cultura, su relación
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
366 19. Infancia indígena, derechos e inclusión
Los “hijos e hijas del agua” dice el mito nasa… de la cabeza al cuello
eran personas (de carne y hueso) y lo demás que estaba fajado con
chumbe estaba compuesto de tierra, arena, hojas de árboles, huesos de
animales; en su cabecera llevaba un libro de leyes. Por eso debía dejarse
al niño en las macas y no se podía dejar en el suelo porque se volvía agua
y desaparecía en forma de renacuajo. Los niños(as) que no se cogen van
al mar y allí se vuelven sierpes KLAWCX (grandes lagartos, cocodrilos,
caimanes). El chumbe dicen que es el mismo arcoíris (Yule y Vitonas,
2004, p. 28).
Referencias
Introducción
Los niños y las niñas considerados como sujetos de derechos es una concep-
ción relativamente nueva de la sociedad contemporánea. Si repasamos la his-
toria de la civilización occidental, la percepción de los niños y las niñas ha sido
ambivalente: de un lado se tuvo una apreciación negativa de la niñez, según la
cual se consideró como una etapa inferior, de estorbo, la cual se debía superar
lo más pronto posible; y de otro lado, la niñez ha sido una fase que despierta
ternura y cariño.
En los nuevos enfoques etnográficos, la presencia de los niños y las niñas como
actores sociales competentes ha sido fundamental para profundizar la cons-
trucción de conocimiento sobre las diferentes culturas y sus implicaciones para
todos los miembros de la población. En este apartado, con una mirada desde la
óptica de la pedagogía, antes que desde la antropología o alguna ciencia social,
se busca presentar una reflexión sobre las modernas concepciones de lo que
es ser niño-niña y la producción de conocimiento de sus propios contextos
socioculturales a partir de escuchar sus auténticas voces y el sentido que ellos le
dan a sus vidas, así como la interacción que ocurre con otros agentes que con-
viven con ellos. Los efectos positivos que las políticas de formación, atención
y protección desarrolladas en favor de los niños y las niñas serán óptimos si su
conocimiento parte desde su propio mundo y desde sus miradas.
El ser humano, en la escala de los seres vivos, tiene la niñez más larga, la más
débil y casi desprotegida para la autosupervivencia, lo cual aparentemente es
una desventaja frente a otras especies. Esa primera gran parte de la vida ha sido
considerada históricamente como niño, niña, al tiempo que ha sido mirada
desde diferentes ángulos sociales, económicos, políticos y culturales.
infancias, tales como la infancia del sector urbano, del sector rural, de los ni-
ños con dificultades especiales, los desplazados, los abandonados, de las etnias
especiales, los afrocolombiano y, en general, según su localidad, región, país o
ambiente social y cultural. Sea cual fuere el concepto de infancia, los niños y
niñas básicamente son sujetos de derecho, de cognición, de lenguaje, lúdicos
y activos.
Especialmente importante son los primeros años, que corresponden a los pe-
riodos de crecimiento acelerado y extremadamente sensible a las influencias
tanto de factores socioculturales como la interacción con los padres, la familia,
la escolaridad, la comunidad y de factores físico-químicos como la alimenta-
ción y el ejercicio a través de juego y el deporte.
La infancia es esa etapa sensible donde la interacción con los demás y con la cul-
tura tiene su mayor influencia en la estructuración gradual de la personalidad.
La niñez tiene, por tanto, un valor educativo especial. Las formas como los
padres y cuidadores se relacionen con los niños y niñas será definitiva en la
estructuración de la personalidad. Thomas y Chess (1977), considerando las
relaciones entre las características de los infantes y la acción de los adultos
propusieron un modelo de bondad de ajuste, donde afirman que “una armonía
eficaz, o ‘buen ajuste’, entre las prácticas de educación y el temperamento del
niño conduce a un desarrollo favorable y a un ajuste psicológico” (Berk, 1988,
p. 544). De la cita anterior también se deduce que un mal ajuste puede ocurrir
si hay incompatibilidad entre las prácticas interactivas utilizadas por los padres
y las características temperamentales de los infantes.
La infancia, pese a los estudios valiosos que han hecho eminentes científicos
desde la psicología, la pedagogía y la sociología, sigue siendo una categoría en
construcción que en la historia es relativamente reciente.
Alzate (2001) cita a De Mausse (1991), para quien la infancia como estudio
histórico apenas comienza, y lo estudia a partir de las formas de crianza. La
citada autora, quien se ha dedicado al estudio histórico de la infancia, comen-
ta, amplía y detalla los enfoques del historiador francés Philippe Ariès, quien
prácticamente es un autor de referencia obligada para los estudiosos de la in-
fancia. Alzate cita también los estudios históricos de De Mausse (1991), quien
hace un enfoque psicogénico desde la familia, los patrones de crianza y la ge-
nealogía del concepto de infancia de Varela (1986). En el caso colombiano son
importantes los estudios de Pachón y Muñoz (1991, 1996). Al respecto, Alzate
(2004) afirma:
Snyders (1980) en su artículo “No es fácil amar a los hijos” sustenta cómo des-
de la antigüedad, el niño, en la sociedad occidental, machista y patriarcal, ha
sido considerado como un ser inferior, igual que los esclavos, los negros, los
criados, los trabajadores y las mujeres. Su reconocimiento como seres huma-
nos está supeditado a una concesión afectiva difícil de considerar como amor.
por Jaramillo (2007), quien resalta la importancia del niño como sujeto social
de derechos y hace énfasis en el papel de la familia, de la comunidad y de otros
actores y agentes que desarrollan y participan en el diseño y la ejecución de
políticas en beneficio de la infancia, quienes necesitan desarrollar un trabajo
conjunto.
Los niños que no han podido acceder a este ciclo de formación ven
sacrificado un nivel de preparación importante en el desarrollo de ha-
bilidades cognitivas muy relevantes en el desarrollo del niño, porque
la baja participación en la educación preescolar de los menores de seis
años afecta tanto al desempeño escolar, como al desempeño social fu-
turo de niños y niñas […] Los niños de los estratos más pobres acu-
den a instituciones con equipamientos sustancialmente más precarios,
que igualmente crean diferencias de habilidades frente a los que asis-
ten a instituciones que ofrecen educación preescolar en entornos me-
jor dotados.
Igualmente, Bula (2011), citando estudios de la UNESCO (2003 ), resalta que “los
espacios de participación de niños y jóvenes en los proyectos escolares es aún
muy reducida”. Aunque apunta que los niños tienen capacidad para opinar y
participar activamente en propuestas educativas, así como los miembros activos
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
376 20. Investigación y educación inicial
De otro lado, Bula hace hincapié en la educación de los niños y jóvenes en una
sociedad fragmentada como lo es América Latina, y cita a Sen (1998):
Si una persona llega a ser más productiva mediante una mejor educa-
ción, una mejor salud, etc., no es absurdo esperar que también pueda
dirigir mejor su propia vida y tener más libertad para hacerlo (p. 70).
Acosta (2011, p. 29), en relación con las políticas de protección y atención in-
tegral a la niñez, cita a Galvis (2006), quien entiende por atención integral lo
siguiente:
Las opciones de diálogo con otros textos y otros autores se pueden dar desde
varias perspectivas. Una de ellas es desde el enfoque etnográfico y el empleo
de la reflexividad para comprender el sentido de los estudios investigativos de
campo; otra perspectiva es la temática que aborda la presencia de los niños y
las niñas como actores sociales competentes, que concibe a la antropología y la
etnografía como un enfoque colaborativo.
Una vía para tener en cuenta es la tensión teórica entre la infancia como un
espacio social, la niñez como una categoría generacional y el niño como repre-
sentante de esa categoría en ese espacio social. La forma como las políticas de
tratamiento de la infancia se desenvuelvan deberán tener en cuenta la voz de
Manuel Alberto Jaimes 379
los niños, las niñas y los jóvenes, como también sus interacciones como actores
sociales competentes.
Esta contradicción entre lo que se dice y se hace parecería aún más extraña en
los nuevos paradigmas de la antropología y las ciencias sociales a partir de los
años ochenta y noventa. El reconocimiento del niño como un actor social com-
petente es el centro de los enfoques investigativos de la moderna antropología.
En la práctica de la investigación donde se tiene en cuenta la voz de los niños se
presentan tres problemas:
Sin embargo, se han hecho estudios donde los niños son investigadores en
áreas pertinentes con su vida diaria. El papel del niño como investigador o
coinvestigador genera una serie de preguntas, tales como: ¿la investigación he-
cha por los niños hace un aporte más significativo sobre sus problemas, para
ser tenidos en cuenta en la elaboración de políticas a su favor? ¿Resuelve esto la
relación de poder adulto-niño que envuelve el proceso de investigación? ¿Será
que la investigación hecha por los niños tiene el riesgo de sustituir una explo-
tación por otra? ¿Cuál es el futuro de la investigación sobre los niños hecha por
los adultos? ¿Están capacitados los adultos para comprender “el punto de vista
del nativo”? (Geertz, 1983). Los antropólogos, la antropología y quienes hacen
investigación en y sobre la infancia tienen enormes retos.
James anota que en el Reino Unido, Charlotte Hardman propuso en los setenta
una antropología de los niños para tomar el significado y el potencial de sus vo-
ces para entender la infancia. Ella usó la observación participante. En Estados
Unidos, la tradición de trabajar en investigación con niños se da desde princi-
pios del siglo XX. Sin embargo, la nueva perspectiva sobre la voz de los niños
es europea y no vino solo de la antropología, sino también de otras disciplinas.
La presencia de los niños y las niñas tiene un lugar central en las Conversacio-
nes y percepciones de niños y niños en las narrativas antropológicas, de Diana
Milstein (2008). La antropóloga tiene en cuenta la mirada y los puntos de vista
de los niños, eje central para presentar la vida de una comunidad, de un barrio.
La autora cita a Segato (1999): “La tarea del etnógrafo es la de un articulador de
intertextualidades, un artesano que teje su discurso con fragmentos textuales
preexistentes” (p. 12). En sus investigaciones, Milstein ha utilizado narraciones
escritas hechas por los niños, narraciones orales, fotografías, planos y. especial-
mente, construcciones colectivas de textos con los niños y las niñas.
Conclusiones
someramente algunos estudios etnográficos donde los niños y las niñas son
escuchados y son coconstructores de conocimiento.
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387
A modo de introducción
Problemática estudiada
Los estudios adelantados en esta línea integran las reflexiones que el grupo
desarrolla en la especialización Infancia, Cultura y Desarrollo de la Univer-
sidad Distrital. En especial, la discusión de dos problemáticas esenciales para
nuestros trabajos: la primera, sobre la construcción de la intersubjetividad del
niño en procesos de interacción; la segunda se refiere a la manera como el
sujeto niño, al inscribirse en procesos de interacción, participa en calidad de
miembro en la sociedad (Garfinkel, 1969). El eje de nuestra reflexión cuestiona
Omaira Tapiero Celis 389
Enfoque teórico
Imaginemos una experiencia en torno a una actividad social dada (por ejem-
plo de recepción)2. En el transcurso de la actividad, el contenido de lo que se
recepciona provoca empatía, solidaridad, juicios que se convierten en recursos
interpretativos de la situación. Estos juicios se hacen públicos al compartir la
1 Consultamos para este trabajo la edición francesa de las obras de Goffman, en especial La mise
en scène de la vie quotidienne (1973), Les rites d’interaction (1974), Les cadres de l’expérience
(1991). La edición en español se publica en Buenos Aires en 1993. La primera publicación en
inglés de la obra de Self in everiday life se realiza en 1959.
2 Se propone ver una película entre un grupo de estudiantes. La actividad consiste en hacer la
recepción de lo que muestra el filme. Los sujetos que participan en esta actividad se disponen
para compartir la experiencia en público.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
390 21. Infancia, lenguaje y cultura: aportes a la investigación sobre el lenguaje...
la siguiente bibliografía : Joseph.I, Castel R, et alt. 1989, Le parler frais d’Erving Goffman, Ed.
Minuit ; Ogien Albert, (1999) Emérgence et contrainte. Situation et expérience chez Dewey
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Unv. De Granada, pp. 59-79; Joseph Isaac, (1999). Erving Goffman et la microsociologie, Edt.
Presse Universitaires de France, Paris.
7 Por ejemplo, cuando una persona se acerca a una ventanilla de banco, tanto la persona que
lo hace como la persona que lo atiende comparten una situación que tipifica y organiza antes
que el encuentro se realice (su carácter de a priori) las acciones que se espera realice uno
y otro. La persona de la ventanilla espera que usted le anuncié la acción que desea realizar
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
392 21. Infancia, lenguaje y cultura: aportes a la investigación sobre el lenguaje...
(consignar, retirar, pagar). Usted espera que la persona de la ventilla se disponga para res-
ponder a la solicitud que presenta (un pago). Usted prepara el recibo, alista el dinero, espera
que le den el turno, lo recibe, de inmediato entrega el recibo y el dinero, espera que se haga el
pago, verifica que pasen el recibo para la registradora (la prueba del pago), espera la entrega
del recibo sellado y el dinero que quede (en caso que sobre), los recibe, verifica y se retira. La
persona de la ventanilla, espera que usted le entregue el recibo y el dinero, le de el tiempo para
buscar la cuenta, verifica el monto a pagar, cuenta el dinero, valide el pago, registre el recibo,
entregue el recibo y el dinero que sobre, se despida, espera que usted se retire de la ventanilla.
Solo cuando todas estás acciones ocurran, se habrá terminado la situación y se desactivarán
las formas tipificadas de acción que organizaron el encuentro.
8 Para Goffman, lo público hace referencia a las condiciones e influencias del medio en la de-
terminación del comportamiento de los sujetos.
Omaira Tapiero Celis 393
Briz (1998) define dos tipos de registros orales dentro de los cuales se destaca
el registro informal o coloquial. Este registro forma parte de la continuidad
de comunicación del habla. Se caracteriza por privilegiarse en situaciones de
comunicación de proximidad “entre los participantes, su experiencia, su saber
compartido, la cotidianidad” (Briz, 1998, p. 26).
Lenguaje y cultura
con la lengua y la comprensión que tiene de las prácticas sociales que le son
asociadas en su cultura. En su experiencia con el lenguaje las integra; al ins-
talarse en la lengua, el niño se convierte en un miembro socialmente situado
(Forrester, 2010). Por ello es necesario explicar la manera como el niño integra
a su comprensión de la interacción, la configuración de una cierta relación
cultural y social entre él y el contexto que lo rodea.
Uno de las actuaciones en las que mejor se evidencia esta relación, es en la ca-
pacidad del niño para reconocer e interpretar cuáles actividades o sucesos so-
ciales están en cursos y qué tipo de actividades discursivas y pragmáticas puede
asumir, en relación con la actividad y con el contexto en el que se desarrolla. En
especial, mediante el uso de diversas vías para ajustarse, reformular, explicar y
reparar el lenguaje (Wootton, 2010).
Contexto
Retrospectiva
Avances y resultados
infantil. En primer lugar, los trabajos de Santamaría (2005, 2007, 2009) so-
bre relato infantil aportan una reflexión a profundidad sobre la organización
narrativa de las historias que relatan niños y niñas. De igual forma, Cabrejo
(2007) señala como el relato en el niño le permite extraerse de la vida cotidiana
y situarse en un espacio temporal diferente, que le ayuda a representarse a sí
mismo y al otro. Aspecto que en opinión del autor, da cuenta de la capacidad
fundamental del niño de representar en el relato el hilo del pensamiento. El
relato se constituye para los especialistas en el lugar más significativo de cons-
trucción de la alteridad por parte del niño.
Con una periodicidad bimestral, la revista cuenta hoy con 10 números y 5 años
de labor sostenida de divulgación y posicionamiento de la reflexión sobre la in-
fancia, el lenguaje y la educación en la comunidad académica local y regional.
Prospectiva
corpus de discurso oral infantil. El interés por este tipo de trabajos se inscribe
en el desarrollo del estudio del lenguaje en el contexto regional y un interés
creciente que busca responder a la necesidad de elaborar:
Asumir esta hipótesis nos permite abordar la comprensión del sujeto niño, y
por su intermedio la noción de Infancia en la vida cotidiana. Queremos dar un
lugar protagónico a la experiencia del niño y la niña por medio del lenguaje
consigo mismo, con el otro y con su entorno social y cultural. Importa recono-
cer lo que el niño dice y cómo lo dice.
Omaira Tapiero Celis 407
Este proyecto tiene como principal objetivo interrogar a la luz de las actuales
evoluciones del lenguaje y la comunicación, su impacto y proyección de nue-
vos escenarios de formación para niños, niñas y jóvenes. Parte fundamental de
la indagación consiste en establecer las nuevas necesidades de alfabetización
(no solo en lo virtual) en la configuración de formas innovadoras de comuni-
cación (en contextos de web 2 y web 3, en términos de híper (trans) mediación.
El problema del lenguaje y la comunicación pasa hoy por interrogar los nuevos
lenguajes y las nuevas escrituras, provocadas y empleadas en las tendencias de co-
municación actuales relacionadas entre sí por diversos medios (hiper-trans) me-
diático. Estas tendencias se imponen a gran velocidad en nuestra vida cotidiana,
y poco a poco permean la vida de niños, niñas, jóvenes, así como de los adultos
en los escenarios donde la lengua se emplea con fines de enseñanza, aprendizaje,
negociación y mediación del sentido. Hablar de la comunicación (hiper-trans)
mediática es hablar de una transformación del lenguaje y de la comunicación
como resultado de la confluencia y multiplicidad de medios de comunicación.
Referencias
una de las formas de expresión humana más potentes para organizar y com-
prender la realidad: el pensamiento narrativo.
A partir de las discusiones con los profesores de los trece colegios distritales
que hacían parte del programa de la SED, se pudo hacer claramente visible
la ausencia de elaboración de representaciones históricas en la educación ini-
cial (0 a 6 años de edad) y posiblemente en el ciclo inicial (que va hasta los 7
u 8 años como lo propone la SED) en Bogotá. Como se sabe, las directrices
pedagógicas y políticas tanto a nivel nacional como distrital, contemplan la
formación en cuatro o cinco dimensiones del desarrollo infantil: comunicativa,
estética, cognitiva o lógica del pensamiento, sociafectiva o personal social y
cinético-corporal (DABS, 2003, pp. 143-158), y en ninguna de ellas se observó
con claridad el abordaje del pensamiento histórico, no obstante referir en do-
cumentos públicos de política de infancia la necesidad de que, por ejemplo, el
niño fuera reconocido como sujeto de derechos.
Darío Campos / Adriana Chacón 413
2 El colegio Alfonso López y el Colegio Alfredo Iriarte de las localidades de Kennedy y Rafael
Uribe Uribe, respectivamente. Allí tuvimos la oportunidad de mantener diálogos y conver-
saciones con más de 80 niños, y participar en discusiones sobre la práctica docente con 10
profesores, la mayoría mujeres.
3 Esta definición en su esencia está implícita en la propuesta del Campo de Pensamiento Histó-
rico formulada por el GIEH.
Darío Campos / Adriana Chacón 415
Seguir los cambios que se han producido en el tiempo […] estos cam-
bios pueden ser políticos, económicos, sociales, tecnológicos o cultura-
les; los que se producen en un área afectan a otros aspectos de la vida.
[Las explicaciones de tiempos pasadosdependen de]las preocupaciones
vigentes en las épocas en las que viven o de sus propios intereses y pers-
pectivas y de las fuentes que tengan a su disposición (p. 19).
¿Cuáles son esas representaciones históricas que los niños pueden construir
y sobre las que se podría trabajar en los procesos de enseñanza-aprendizaje?
Atendiendo al principio de organización de la realidad, esto es, al mecanismo
que tiene la mente para comprender la realidad, la propuesta de Pensamiento
Histórico hecha por el GIEH se estructuró a partir de seis categorías: político,
económico, espacial, temporal, relacional y narrativo. Las categorías se con-
ciben como formas de generalización consciente de modos universales de la
relación del ser humano con el mundo, permiten ordenar nuestra experiencia
social en conexión con la observación, el pensamiento y la misma práctica, y
son el resultado del desarrollo histórico del conocimiento, la práctica social y
los modos de significación que vamos desarrollando en el lenguaje (Campos
et al., 2007).
Valga la pena destacar también lo dicho por uno de los principales teóricos en
el tema: “El relato es imitación o representación de acciones, entrelazamiento
de hechos y por ello, el relato está implicado en nuestra manera de vivir el mun-
do y contiene nuestro conocimiento práctico” (Ricœur, 1999, p.21). Además,
no olvidemos que la narración se circunscribe dentro del Lenguaje y sobre ello
existen fundamentos interesantes como los de las profesoras Clemencia Cuer-
vo y Rita Flórez en su texto El lenguaje en la educación (2004), quienes destacan
la idea del lenguaje para aprender en todas las áreas del currículo, reconocien-
do su incidencia en el desarrollo intelectual, emocional y estético del niño, a
través de escenarios como el de la conversación (pp. 15-16). Sin duda, desde
allí se obtiene una mirada hacia el infante como un sujeto de derechos, pues se
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
418 22. Aprovechamiento de las formas narrativas en la enseñanza del pensamiento...
requiere del diálogo y el discurso constantes con otras mentes activas pues es
a través de ese proceso dialógico que se llega a conocer al otro y sus puntos de
vista, a sí mismo y al mundo por medio de su historia.
Narrar tiene que ver con la capacidad de interactuar con los otros, de entrar
en diálogo con ellos, y aparece en todos los espacios y momentos como si se
tratara de una condición sine qua non del individuo y la sociedad. Al respecto,
los investigadores McEwan Hunter y Egan Kieran (2005), al referirse a la pre-
eminencia del relato en el aprendizaje humano anotan que además de contar
con una enorme fuerza afectiva, la narrativa es una capacidad humana fun-
damental, y por eso el papel que desempeña en la educación merece la mayor
atención. Destacan los compiladores del texto “La narrativa en la enseñanza, el
aprendizaje y la investigación”, que en los seres humanos hay pocas cosas que
sean a la vez peculiares y universales y que por lo tanto, esta profunda carac-
terística universal es una excelente candidata a la permanente atención de los
educadores.
Aún más, la narrativa surge como una forma de impugnar las premisas fun-
dacionales en las que se ha apoyado la mayor parte de producción del conoci-
miento, y a la vez cuestiona la veracidad de este, según ha escrito Mumby en su
texto Narrativa y control social (1997), en el cual explica:
4 Las definiciones de las diferentes temporalidades, Personal, Social, Cultural y Natural se pue-
den apreciar en la Categoría Temporal de las Orientaciones curriculares para el campo de
pensamiento histórico. En Colegios públicos de excelencia para Bogotá. Alcaldía Mayor de
Bogotá-Secretaría de Educación (SED).
Darío Campos / Adriana Chacón 421
De la misma forma los niños demostraron que pueden hacer narraciones ex-
plicativas procesuales, lo que da cuenta del potencial que podría aprovecharse
para que dichos relatos puedan construirse siguiendo una sucesión de mo-
mentos o acontecimientos. De hecho el orden que dieron a la historia de vi-
dapermitió identificar que los niños no solo se guiaron por una pauta tempo-
ral de secuencia y duración, sino que fueron capaces de seguir un argumento
describiendo diferentes sucesos en el tiempo y vinculándolos con su propia
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
422 22. Aprovechamiento de las formas narrativas en la enseñanza del pensamiento...
experiencia. Se pudo establecer, por ejemplo, que escuchar y contar cuentos re-
lativos al paso del tiempo y a otros tiempos o relacionar hechos de sus propias
vidas con los de personas reconocidas o que tengan cierta importancia para los
niños como sus abuelos, son algunas de las estrategias que se pueden utilizar
para fortalecer o incidir de manera importante en el pensamiento histórico
teniendo como principal apoyo el pensamiento narrativo.
aspectos de eficiencia que no riñen con el hecho de que no sean modernos. Ella
sabe que los objetos antiguos pudieron tener importancia en el pasado y aún
son útiles en el presente. Esto prueba que aún con pocos conocimientos, la ca-
pacidad de razonamiento es patente. Sería interesante ver lo que ocurriría si se
les proporcionara una enseñanza coherente y suficiente sobre temas históricos.
Veamos ahora algunos de los diálogos sostenidos con niñas de los grados
Transición y Primero, una vez se compartió la lectura de algún texto alusivo a
la historicidad de los hechos: abuelos, cambios en el tiempo, evocaciones cul-
turales, otras vidas y pueblos, etc.
el niño a los 5 años de edad cuenta con un nivel básico de lenguaje temporal,
siendo más frecuente el uso de expresiones o clausulas que le permiten contar
una historia como: “antes, había una vez, entonces, y luego” y de tiempos ver-
bales que evocan el pasado: era, podía, sabía, cargaba. A los 6 y 7 años los niños
incorporan además en sus explicaciones o relatos palabras que registran el paso
del tiempo: día, noche, mañana, hoy, ayer, mes, semana, año, siglo, época sin
que exista alguien que utilice los términos: generación, década, siglo, período
que parecen ser de más difícil comprensión y de poca aparición en las distin-
tas fuentes de información a las que acceden los infantes: profesores, padres y
televisión la mayoría de las veces, lugares y textos en menor medida cuando
algunos adultos los enseñan desprevenida y esporádicamente a los niños.
Lo anterior indica que los niños cuentan con una gran disposición y capacidad
hacia el uso de un lenguaje enriquecido o elaborado, pero ciertamente requie-
ren de la estimulación para ampliar su vocabulario, explorando los significados
y sonidos de palabras nuevas incluyendo aquellas referidas al tiempo. Puede
iniciarse, por ejemplo, haciendo uso de términos que sirven para construir una
secuencia: primero, último, siguiente, antes, después, y posteriormente podrían
revisarse aquellos conceptos histórico-sociales en general que dan cuenta de la
forma cómo está organizada la sociedad y sus instituciones: medios de trans-
porte, medios de comunicación, campo, ciudad, colegio, familia, gobierno, etc.
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
426 22. Aprovechamiento de las formas narrativas en la enseñanza del pensamiento...
Se sabe que estos últimos conceptos, tan importantes para comprender las es-
tructuras sociales de cualquier época o lugar, son abstractos y complejos, pero
se pueden realizar aproximaciones a los mismos a partir de conceptos relacio-
nados más concretos y sencillos.
Los niños intentan explicar cómo se producen los cambios y aunque tienen po-
cos elementos para referirse a las causas o efectos de las transformaciones, sa-
ben que algo ha ocurrido y que ocurrirá y no simplemente que las cosas se dan
por qué sí. Esta conciencia procesual se ha desarrollado en parte por su propia
construcción de sujeto que interactúa con el entorno y es capaz de observar lo
que ocurre a su alrededor y en parte gracias a la intervención de algunos adul-
tos significativos, la mayoría de veces sus profesores, pero es un hecho que esta
podría ser aún mayor y mejor, ya que el niño cuenta con las capacidades para
recibir más estimulación y la figura del maestro continúa siendo muy impor-
tante en la vida de los niños, incluso “rivalizan” con sus padres “si es el profesor
o profesora quien lo ha dicho”.
cuestionar las versiones oficiales, lo que significa no solo que pueden, sino que
quieren hacerlo.
De la misma forma, es pertinente estimular entre los niños el uso del lenguaje
asociado a la deducción e inferencia de fuentes: tal vez, quizá, es probable, creo,
puede ser, adivino que… etc., a través de preguntas del tipo: ¿qué forma te pare-
ce que tenía? ¿cuál será el final? ¿qué crees que ocurrió? ¿por qué crees que esta
es la mejor respuesta? ¿qué sabes de esto? ¿de qué crees que está hecho? ¿quién
crees que lo utilizó? o con actividades como: completar la historia o la figura,
reconstruir una herramienta u objeto, hacer suposiciones, excavar y explorar
con el fin de hallar pruebas, etc.
El análisis hecho hasta aquí demuestra que aunque la historia ha sido general-
mente considerada una asignatura abstracta y compleja, difícil de asumir en
los primeros años escolares, una visión más amplia, abierta y positiva tanto
del área de aprendizaje como de las capacidades infantiles, evidenciará que los
niños no solo tienen potencial y se sienten motivados a aprender sobre temas
históricos, sino que, como señalan Wood y Holden ellos “están conectados
espontáneamente a su propio pasado, ya que ello les ayuda a desarrollar un
sentido de su propia identidad” (2008, p. 26).
Para que todo ello ocurra los adultos deben esmerarse por hacer preguntas
abiertas y estimular la formulación de hipótesis, de la misma forma que deben
responder con la seriedad y el entusiasmo que el niño espera, acudiendo a las
fuentes requeridas en caso de que ignore la respuesta. De esta forma tendremos
Primera infancia, lenguaje e inclusión social: una mirada desde la investigación
428 22. Aprovechamiento de las formas narrativas en la enseñanza del pensamiento...
Muy pronto se observará que los niños habrán adquirido la confianza reque-
rida para presentar sus opiniones, pensar con sentido crítico y comentar sus
ideas con otros con el propósito de alcanzar la comprensión de las mismas.
Cada vez tendrán mayor interés por indagar sobre el origen y las causas de los
hechos y los objetos, qué los conforman, cómo y por qué se utilizan o se utili-
zaron, por qué se dan algunas situaciones en la actualidad como consecuencia
del pasado, pero sobre todo aprenderán que las personas pueden tener puntos
de vista diferentes y que es muy importante informarse si deseamos sustentar
o defender tales posturas.
Referencias