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_clinica.pdf
INTRODUCCIÓN
La incidencia de CIE en Chile ha disminuido en las últimas décadas con cifras cercanas al 10–14%
de los embarazos en la década del 70, hasta cifras actuales que fluctúan en torno al 2–4%(3,4). En
países anglosajones la prevalencia es aún más baja: Estados Unidos 0,001% a 0,32% y Reino Unido
0,7%(5). La etnia mapuche y las temporadas de bajas temperaturas (invierno) se asocian a
incidencias mayores.
DIAGNÓSTICO
¿Cuál es el mejor criterio diagnóstico de CIE?
• Se recomienda pesquisar factores de riesgo de CIE en todo ingreso a control antenatal para
identificar pacientes con riesgo de recurrencia del cuadro en embarazo actual. Existen diversos
factores de riesgo asociados a CIE, algunos modificables y otros no modificables.
-Dentro de los modificables: déficit nutricionales, uso de anticonceptivos, dieta grasa, hepatitis C.
- Dentro de los no modificables: edad materna mayor a 35 años, variaciones genéticas, gestación
múltiple, CIE embarazo previo
. La identificación de estos factores de riesgo permite identificar las pacientes con riesgo de
recurrencia, lo que se observa en el 47 a 90% de los casos de CIE(6,22) [3].
MANEJO ANTENATAL
¿Cómo debe monitorizarse una paciente con CIE?
• Pacientes con prurito compatible con CIE y pruebas hepáticas normales (habiendo
descartado otras causas), debe monitorizarse semanalmente con pruebas hepáticas.
• Pacientes con CIE afectadas por prurito severo o invalidante y/o bilirrubina sobre 1,2mg/dl
deben ser evaluadas a las 34 semanas con amniocentesis en búsqueda de meconio fetal, en cuadros
leves deberá realizarse a las 38 semanas de gestación.
http://cedipcloud.wixsite.com/minsal-2015/colestasia
INTRODUCCIÓN
La colestasia intrahepática del embarazo (CIE) es una enfermedad propia del embarazo
caracterizada por un alza de los ácidos biliares plasmáticos y un aumento en la frecuencia de
algunas complicaciones maternas y fetales. Aunque descrita por primera vez en 1883, se caracterizó
clínicamente en 1950 como “prurito intenso con o sin ictericia, de aparición durante el
embarazo, con resolución pronta posparto y recurrencia en siguientes embarazos”.
CUADRO CLÍNICO
Las mujeres afectadas por CIE presentan prurito generalizado, principalmente en las palmas y las
plantas, de predominio nocturno, no asociado a lesiones de la piel, que aparece en la segunda
mitad del embarazo, permanece hasta el final de la gestación y desaparece algunos días después
del parto, usualmente dentro de los primeros 10 días posparto, aunque se han descrito persistencias
mayores a ocho semanas. Ocasionalmente ha sido reportada en la primera mitad de la gestación.
El principal marcador bioquímico hoy conocido de esta condición es un incremento en los niveles
plasmáticos de los ácidos biliares, especialmente ácido cólico y que no desoxicólico, los cuales se
incrementan entre 10-100 veces respecto de embarazadas sin CIE. Sin embargo, sólo un 50% de las
mujeres presentan un aumento en sus niveles plasmáticos en ayunas o postprandial. Adicionalmente
existe hasta un 10% de embarazadas sanas, asintomáticas con aumento de ácido cólico en plasma.
Sólo 2 a 3% de esas personas desarrollan CIE posteriormente en la gestación. El aumento de los
niveles de bilirrubina es en general moderado en un 10 a 15% de las mujeres, y rara vez supera los 3
mg/dl, aunque valores superiores a 1,8 mg/dl han sido utilizados para definir su forma ictérica.Los
niveles de transaminasas pueden elevarse aunque usualmente en forma moderada (entre 2 a 10
veces especialmente ALT). Recientemente se ha reportado que un aumento en los niveles
plasmàticos de Glutatión-S -transferasa alfa, una enzima de detoxificación hepática que aumenta en
el daño hepático agudo, aumenta precozmente en esta condición, por lo que se ha sugerido de
utilidad para su diagnóstico.
Se describe que el pronóstico materno es bueno, con una mejora rápida del prurito en el período
postparto. Las alteraciones bioquímicas, cuando las hay, también retornan a la normalidad las
primeras semanas después del parto. El riesgo de recurrencia en embarazos posteriores es del 50 a
60%. El riesgo de colelitiasis aumenta 2 a 7 veces. Adicionalmente se han descrito alteraciones en el
control glicémico, función tubular renal, función intestinal y producción de prolactina. Todas estas
alteraciones son leves y transitorias y no se han descrito casos de falla hepática severa o persistente
luego de un episodio de CIE.
Aunque la CIE se ha asociado en el pasado con una mayor incidencia de meconio en el líquido
amniótico, parto prematuro y muerte fetal intrauterina, estudios realizados durante los últimos años,
muestran que junto con disminuir su frecuencia, la enfermedad ha atenuado significativamente su
impacto sobre el pronóstico fetal.
En roedores existe un aumento de la contractilidad uterina en respuesta a la administración de ácido
cólico, y en ovejas la administración fetal de ácido cólico aumenta la frecuencia de parto prematuro.
Adicionalmente, en mujeres con CIE se ha demostrado que existe una anormalidad en la
arquitectura de la actividad contráctil uterina durante el embarazo y una mayor sensibilidad del
miometrio in vitro e in vivo a la oxitocina. Esto podría explicar el aumento en la incidencia de parto
prematuro reportado para esta condición.
La CIE se ha asociado a una tasa de muerte fetal de 12-30 por mil nacidos vivos. Sin embargo,
los métodos conocidos de evaluación de bienestar fetal no han demostrado utilidad para diagnosticar
los individuos en riesgo de presentarla. He J et al evaluó a 21 casos de muerte fetal en mujeres con
CIE, no pudiendo demostrar una relación de las pruebas de bienestar fetal antenatal con la
predicción de muerte fetal. Tampoco el estudio anatomopatológico fetal o placentario han dilucidado
la causas de estas muertes abruptas. Como mecanismo causal, se ha propuesto que niveles
elevados de ácidos biliares fetales generan arritmias, que en casos extremos podrían producir
una muerte súbita fetal. Esto es biológicamente posible pero no ha sido demostrado en humanos.
Estudios en cardiomiocitos únicos de rata tratados con ácido taurocólico, muestran una anormalidad
contráctil reversible y en cultivo muestran anormalidades para generar actividad contráctil
sincronizada. Estas alteraciones se revierten al adicionar ácido ursodeoxicólico (URSO).
MANEJO CLÍNICO Y TRATAMIENTO
En la gran mayoría de los casos las mujeres con CIE pueden ser manejadas en un nivel primario de
salud. Es recomendable efectuar controles semanales desde el momento del diagnóstico, habiendo
realizado previamente un esfuerzo en el diagnóstico diferencial, especialmente si hay síntomas o
signos que sugieran una evolución atípica:
● Presentación en primera mitad de la gestación
● Persistencia mayor a 8 semanas post parto
● Compromiso del estado general severo persistente
● Ictericia severa
● Dolor abdominal o vómitos persistentes
● Asociación a hipertensión o trombocitopenia
En general, el tratamiento medicamentoso de la CIE no ha sido exitoso. Entre las drogas
utilizadas podemos mencionar: Colestiramina, fenobarbital, S- Adenil Metionina y epomediol, todas
ellas capaces de producir algún alivio sintomático del prurito, escasa o nula mejoría de los
parámetros bioquímicos hepáticos y ningún cambio en el pronóstico fetal.
Hay datos que sugieren que el tratamiento con ácido ursodeoxicólico (URSO) podría impactar
positivamente en el prurito materno y la inflamación hepática. El URSO presenta diferentes
mecanismos de acción, estimulando la secreción biliar por modificaciones post transcripcionales en
diferentes transportadores (BSEP, MRP4 y MRP3), actúa como anti- apoptótico y reduce los niveles
de 17B Glucurónido, un metabolito de estrógenos fuertemente colestásico.
Inicialmente tres ensayos clínicos con un reducido número de mujeres (alrededor de 8 mujeres en
cada brazo de tratamiento por estudio), reportaron resultados alentadores con el uso de URSO
administrado por vía oral, tanto en lograr mejoría sintomática y bioquímica. Posteriormente un ensayo
comparando URSO y dexametasona mostró que URSO redujo la inflamación hepática, el prurito y los
niveles de ácidos biliares en aquellas mujeres con niveles elevados (sobre 40 mMol/L).
Recientemente un ensayo randomizado prospectivo con 125 mujeres versus placebo, mostró que la
administración de URSO redujo significativamente el prurito, la inflamación hepática y la
presencia de meconio en líquido amniótico, sin demostrar diferencias en resultado perinatal.
Tampoco hubo diferencias en porcentaje de cesáreas o resultado perinatal comparando intervención
temprana (37 a 38 semanas) versus tardía.
Un meta análisis reciente de 9 estudios randomizados (3 doble ciego) con un total de 454 mujeres
que recibieron URSO u otros medicamentos (colestiramina, dexametasona, SAM o placebo) indican
que la administración de URSO elimina el prurito con OR 0,23 [0,07-0,74] o lo reduce 0,27
[0,13-0,55], reduce los niveles de sales biliares 0,37 [0,19-0,75] y de enzimas hepáticas ALT 0,23
[0,10-0,50]. Desde el punto de vista obstétrico reduce la frecuencia de parto prematuro 0,44
[0,27-0,79], distrés respiratorio 0,46 [0,25-0,86] y hospitalización en UCIN 0,49 [0,25-0,98].17 Estos
datos sugieren un efecto benéfico sobre la función hepática materna y sobre la evolución neonatal.
No se logró demostrar efecto en la mortalidad fetal o neonatal, posiblemente por insuficiente número
de mujeres.
Rara vez se requerirá hospitalización para el manejo de esta condición. Esta se reserva para
casos de prurito invalidante, o cuando hay asociación con otra condición patológica que requiere
manejo hospitalario. El método de vigilancia fetal utilizado en CIE ictérica es semejante al esquema
planteado en el capítulo de métodos de vigilancia antenatal. La tocolisis profiláctica no está indicada.
Se utiliza tocolisis terapéutica en casos de síntomas de parto prematuro menor a 35 semanas. Ante
la existencia de patologías asociadas a la CIE, se decide el momento de la interrupción dependiendo
del tipo y severidad del cuadro coexistente.
La inducción del parto, es el método de elección para la interrupción del embarazo. Esta será
con monitorización electrónica de la frecuencia cardíaca fetal o con auscultación intermitente cada 20
a 30 minutos. La operación cesárea se reserva para los casos en que la vía vaginal está
contraindicada o la inducción haya fracasado.
Con respecto a las consecuencias a largo plazo, se ha asociado la CIE a mayor frecuencia de
hipotiroidismo, cáncer de mama y enfermedad hepatobiliar.