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Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.

Sashary di Marco.

Que la condena de amor


Sea en la misma celda, señor Juez

Sashary di Marco
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

Esta historia ocurrió en Tacaná, un lugar lejano, tan lejano que cuando
hablan de él, dicen que posa en el talón de Dios, cerca del sol, a un costado de las
nubes. Dicen también que allí los amantes albergan magia porque su forma de
cortejarse es curiosa. Al amarse buscan lugares oscuros, remotos, alejados, pero al
final todos terminan enterándose del acto. Muchos dicen que en ese misterioso
lugar no habitan personas, sino seres extraños con apariencia de humanos, y son
tan extraños que cuando intercambian ideas todos creen tener la razón que al final
terminan haciendo lo peor. Pelean pero siempre sonríen. Son solidarios y les
encanta albergar visitantes. Juegan al futbol desde niños y les fascina la bailoteada.
Mueren por el chisme, bueno no todos…

En Tacaná son gobernados por seres que además de ser extraños son desapercibidos
y descuidados, muy descuidados.

Tacaná tiene espacios virtuosos y mágicos. El amanecer es cristalino como gotas de


lluvia. El viento esparce abundante aroma de mujer extraña, nativa del lugar. El día
convierte el sol y las nubes en un maravilloso atardecer. Cuando se mezcla el
atardecer con la lluvia se conjugan tan íntimamente que estimulan la noche para
convertirse en arcoíris. La estancia es perfecta.

= No existe lugar en el mundo como Tacaná para amar=

Para los seres extraños de ese pulcro lugar, amar es sinónimo de:

/ Llorar riendo/ /Reír cantando/ / Cantar gritando/

/Gritar corriendo/ y /Correr llorando/.

Amar para ellos también es un círculo prodigioso, un atributo, un motivo o una


excusa.

Muchas veces amar en Tacaná es un secreto, un riesgo…


Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

Tacaná tiene llanuras prodigiosas que incitan a amar, “Valle Verde” por ejemplo.
Lugares que son perfectos para esconderse “Saj Quim” que describe al Pajón Blanco,
o los que detallan a las extrañas del lugar “Sujchay” que es igual a decir mujeres
bonitas. Incluso en Tacaná se ubica la escalera que conduce al cielo, “El Volcán”. Esa
escalera es usada por el Ángel Mayor que Dios designó para cuidar a los amantes de
Tacaná.

En Tacaná hay algo novedoso, diferente, raro podría decirse. Existe un Tribunal del
Amor. Fue establecido por Cesar, el ángel mayor. La función del Tribunal del Amor
es juzgar casos sometidos a su jurisdicción referentes a problemas de amor, y de
parejas disparejas, ósea, parejas con conflictos.

El Tribunal del Amor impone sanciones como: la unión forzada; la reconciliación


obligatoria; la procreación motivada; terapias entre parejas, entre otros.

Las sanciones del Tribunal del amor jamás van a consistir en “Separación Absoluta
de Parejas” o “Disolución de Matrimonios”. Velará por la restauración del vínculo
matrimonial y bienestar familiar. Sus sentencias van a ir encaminadas siempre a la
búsqueda del primer amor entre parejas. La sanción más drástica que impone el
Tribunal del Amor es el encierro durante cien años de quién no quiera aceptar
intentar buscar su primer amor.

“El Tribunal del Amor fue establecido por el Ángel Mayor argumentando la falta de
principios en la relación de parejas”

El Tribunal del Amor se integra por un presidente y dos vocales. El presidente es el


habitante extraño más viejo y el de mayor experiencia en el amor. Los vocales se
conforman por el sacerdote del lugar quien es el Vocal I., y un pastor de la iglesia
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
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protestante quien es el Vocal II. El que acusa es Cesar, el ángel mayor. El secretario
es el vecino menos chismoso del lugar.

El acusado es el amante o la amada que haya infringido las normas de la ley de


amar establecidas por Dios y el Ángel Mayor. Dentro de un juicio de ésta naturaleza
los acusados no tienen derecho a ser auxiliados por defensores, no pueden
contratar abogados. Deben defenderse solos. Los juicios de amor se llevan a cabo en
fechas programadas después de que se tenga conocimiento de la comisión de un
hecho de esta naturaleza, siempre y cuando el Ángel Mayor haya realizado las
investigaciones respectivas y tenga fundamento serio para someter a juicio a un
enamorado.

Gisem, había vivido un romance apresurado, producto de ese romance resultó


preñada. Ambos fueron abandonados. De eso, el Tribunal del Amor no tuvo
conocimiento, ya que, Gisem vivía en la cumbre del cerro llamado Chemealón,
alejada del pueblo y del Tribunal del Amor. Gisem, a pesar de tener los ojos del sol,
la cintura del volcán, el semblante de la luna, la sonrisa de las estrellas y el cabello
del mar, fue abandonada. Parió una mañana de invierno. Se hizo madre soltera a su
corta edad.

Chemelón, el cerro dónde Gisem vivía quedaba casi a la misa altura del volcán. Ella
siempre veía de cerca cuando el Ángel Mayor bajaba del cielo a acusar en los juicios
de amor. Nunca tuvo el valor de denunciar a quién la abandonó.

Kenet, finalizaba un ciclo de su vida de enamorado, y no era un buen final. Había


jurado con furia y lágrimas no enamorarse de nuevo. La tortura mental y del alma
que cargaban sus ojos parecía pesada. El amor para él se había convertido en una
mentira implantada en su mente de hombre débil. Qué tan duro pudo haber sido
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

para que renegara con tanto fervor su pasado?. Lo cierto es que había jurado no
enamorarse de nuevo.

En una tarde de aquellas que acarician la noche, en el lugar menos


importante, con lluvia y viento, inseguros, sin darse cuenta y sin procurar, así
de improviso fue el encuentro entre Gisem y Kenet. Esa tarde llevaban junto a
ellos el amor que dos, que no estaban presentes, no supieron aprovechar. Se
enamoraron…

Así empezó una verdadera historia de amor. Tacaná fue el escenario dónde
consumaron su amor una y otra vez. Fueron tantos los actos de amor que dibujaron
en el cielo un corazón reflejando la pasión que desencadenaban juntos.

Gisem y Kenet se amaban a escondidas, alejados de la sociedad. Sabían que no


debían enamorarse porque la ley de amar se los prohibía, aun así corrían el riesgo.
Guardaban celosamente el secreto de su amor. Procuraban que nadie descubriera
esa sublime relación. Un arriesgado y verdadero amor entre ellos había nacido.

Una mañana, Berén de Gales los descubrió tomados de la mano. La desdicha y la


desgracia empezaron desde entonces. Berén de Gales era la señora chismosa de
Tacaná, fue quien se encargó de expandir la noticia. Días después de lo ocurrido se
empezó a rumorar que el Ángel Mayor había descendido a Tacaná, y sin duda ya
había empezado las averiguaciones. Ciertamente fue así, puesto que en un par de
semanas Gisem y Kenet fueron citados para entablarles juicio de amor en su contra
ante el Tribunal del Amor.

Gisem y Kenet habían escuchado someramente sobre los juicios de amor, sabían
muy poco de eso, pero tenían siempre presente que al final de todo acabarían
separados porque su amor era ilegal.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

Al enterarse de la citación que se les había hecho por parte del Tribunal del Amor,
decidieron salir quizás por última vez en despedida de su verdadero amor. Después
del acto esperaron el día advertido por el tribunal. Por fin, el día del juicio había
llegado, Gisem y Kenet eran los acusados. El juicio ante el Tribunal del Amor, de
una verdadera historia de amor estaba a punto de empezar.

Hicieron entrar a los acusados.

Primero ingresó Gisem, después Kenet. Custodiados por cupido caminaron a la silla
de los acusados. En seguida ingresaron los miembros del tribunal vestidos con bata
blanca, corona de rosas en la cabeza y un varejón de membrillo en la mano derecha.
El secretario ya estaba en la sala de juicios con cuaderno y lápiz en mano para
tomar nota. Huelía a laurel y hoja de pino. El último en ingresar fue Cesar, el Ángel
Mayor. Cuándo entró todos se pararon en señal de respeto y reverencia al ángel de
Dios. Cesar iba acompañado de dos ángeles menores que vestían túnicas rosadas y
alas color violáceo. La sala de juicios estaba repleta por los habitantes extraños de
Tacaná, en su mayoría parejas y enamorados.

El secretario del tribunal se dirigió a los presentes haciéndoles la invitación por si


alguien deseaba hacer la oración antes de empezar el juicio. Quien se paró fue la
señora que nadie imaginó, Berén de Gales, la chismosa del lugar. Al ver esto, el
sacerdote y el pastor se llevaron las manos a la cabeza en señal de desaprobación;
sin embargo, al orar, lo primero que pidió fue que Dios bendijera el amor, fue tanta
su devoción y sinceridad que su clamor hizo que el ángel mayor golpeara sus alas a
su cabeza. Después de la oración, el presidente del Tribunal del Amor dio la
bienvenida y verificó que todos estuvieran presentes. Indicó a viva vos el motivo del
juicio. Manifestó la importancia del mismo y suplicó a todos los asistentes poner
atención y guardar la cordura respectiva.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

De esa manera empezó el juicio…

El presidente del Tribunal del Amor continuó diciendo:

 Estimados Gisem y Kenet, deseo indicarles que como acusados tienen todos
los derechos que las leyes divinas otorgan. Que pueden defenderse como
consideren apropiado y beneficioso para ustedes. Que pueden hacer uso de
los medios de prueba necesarios. Que todo lo declarado por ustedes puede
ser usado en su contra. Indicarles también que el juicio puede terminar si
ambos aceptan su culpabilidad y se comprometen a cumplir la condena que
como miembros del tribunal impongamos en la sentencia respectiva. Por
último recordarles que las sentencias que se emiten por este órgano
colegiado van siempre encaminadas a la búsqueda de su primer amor, a la
restauración del vínculo matrimonial y familiar. Como pudieron darse
cuenta, se encuentra presente en esta sala de juicios el Ángel Mayor quién
tiene una acusación fuerte en su contra, por lo que les suplico poner mucha
atención. Ángel Mayor, proceda a acusar.

Todos en esa sala de juicios se notaban nerviosos.

 Gracias, en primer lugar quiero solicitar a los miembros del Tribunal del
Amor que permitan el ingreso y la presencia en ésta sala de juicios a Don
Pinabete (un árbol) y al pájaro Haragán, en calidad de testigos.

El presidente del Tribunal del Amor manifestó en seguida:

 Se permite la presencia de los mencionados en calidad de testigos, pueden


entrar y permanecer en esta sala.

El Ángel Mayor procedió:


Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

 Gracias su señoría, en nombre de Dios y con la investidura que me otorgan


las leyes divinas, en mi calidad de Ángel Mayor procedo a acusar
formalmente a Gisem y Kenet, debido a que se rumora que ambos desde
hace días empezaron una relación de pareja olvidándose de su primer amor.
Se provocaron entre sí frente a muchos incitándose a amarse. Su actitud
provocó que hicieran el amor en reiteradas ocasiones y en diferentes lugares
sin el consentimiento de Dios. Acción que causó que se entregaran cuerpo y
alma. Actitud prohibida por la ley de amar, numeral uno, inciso uno.
Considerado como delito grave. Tiene como pena máxima el encierro por
cien años, por lo que con todo respeto solicito a los miembros del Tribunal
del Amor que de resultar culpables los acusados se les condene a enmendar
su actitud, obligándolos a deshacer la relación que mantienen. Prohibirles
verse y comunicarse entre sí, y finamente se comprometan a recuperar su
primer amor como parejas, cada uno por su lado según su pasado. De ser
necesario imponerles la pena de procreación motivada con tal de restaurar
su antigua relación.

 Gracias Ángel Mayor, Gisem y Kenet, escucharon las acusaciones hechas en


su contra. Les dejo el tiempo para que uno por uno declare en relación al
mismo y lo que consideren necesario, con la advertencia de que les queda
totalmente prohibido “jurar en nombre del amor”, caso contrario, serán
condenados inmediatamente teniendo por ciertas las acusaciones hechas por
el Ángel Mayor en su contra, decidan quién de los dos declarará primero.

Al escuchar lo dicho por el presidente de tribunal del amor, Kenet volteó a ver
como Gisem temblaba de nervios, en seguida se paró y empezó su declaración
diciendo.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

 Buenos días Ángel Mayor, distinguidos del Tribunal del Amor, amados que
se encuentran presentes en esta sala de juicios, especialmente a usted Gisem.
Jamás pensé que el amor tuviese escenas trágicas como la de hoy!, a pesar de
ello, quiero relatarles con mucha sinceridad lo sucedido. “Caminaba
decepcionado aquella madrugada, repetía una y otra vez en mi mente de
vagabundo que jamás debía volver a amar. Días antes había envuelto mi
amor en una sábana blanca que metí en un cofre plateado. Había sellado ese
cofre con cadenas y candados de acero grueso para después lanzarlo a la
profundidad del océano. Juré que no debía volver a amar. No debía volver a
amar, decían mis labios entrecortados una y otra vez. Sin embargo; aquella
madrugada amaneció rápidamente mientras caminaba pensando y
repitiendo la misma frase. Gisem cambió esa perspectiva. Supe que así se
llamaba, de hecho fue lo último que le pregunté. Su aspecto era diferente, lo
primero que noté al verla fue un palillo que sostenía su cabello. Me causó
curiosidad. Callada se veía atractiva. La briza de esa madrugada galopaba su
mirada de papel llena de inocencia. “Me enamoré”. Qué hizo Gisem para
encontrar el cofre, abrirlo, sacar el amor que enterré y adueñarse de él, no lo
sé. Es cuanto tengo que declarar.

El presidente del Tribunal del amor inmediatamente después de escuchar al Kenet


indicó que el interrogatorio se llevaría a cabo después que Gisem declarare. Puede
empezar Gisem, manifestó.

Gisem empezó su declaración diciendo:

 Pensé haber amado una vez, mi inocencia me engañó. Supe con el paso del
tiempo que no fue amor. Me había olvidado de frotarme los labios porque el
frotarme los ojos para secarme las lágrimas en la soledad se había hecho
costumbre. Con Kenet entendí que el amor no se manifiesta de manera vaga.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

Soy sincera, no me enamoré de él la primera vez que lo vi, de hecho fui


indiferente. El tercer encuentro fue mágico, llovía esa tarde pero a pesar de
eso me sentí protegida, amada, deseada. Kenet despertó en mí la necesidad
de entregarme toda, me sentí segura. Amar a Kenet es perderme en el
tiempo, es viajar por el universo sintiendo una rara sensación en el ombligo.
Es cuanto tengo que decir por ahora, juzguen ustedes mi dicho y mis hechos
si creen tener esa facultad y la razón.

Mientras Gisem declaraba, las parejas y los amantes que formaban el público
presente murmuraban. Sin más que probar Gisem y Kenet se declaraban confesos
de sus actos. Se declaraban culpables de sus hechos. Se condenaban frente al Ángel
Mayor y a los que presenciaban el juicio. En seguida el presidente del Tribunal del
Amor preguntó, va interrogar Ángel Mayor?.

 Sí, respondió consternado de lo que había oído. Persistió diciendo: Para los
habitantes de éste mágico lugar, refiriéndose a Tacaná. El amor es la
subsistencia de su ser, alimenta su alma, los mantiene en armonía. Todos
aquí son adictos al amor. El amor es fuerza de voluntad entre parejas, es
sinónimo de reglas, de guardarlas y no romperlas. El amor es para siempre
según lo establecen las leyes divinas. La guarda y conservación del primer
amor entre parejas es fundamental para vivir este momento terrenal, siendo
éste el canal que los transporte de la mano al mundo de la eternidad. Kenet,
dígale a los miembros del tribunal del amor, que tiene que decir usted de
Gisem, acaso ella tuvo la culpa?.
 Sí miembros del tribunal, ella es una ladrona, se robó mi corazón respondió
Kenet entristecido.
 Gisem, que manifiesta en su defensa? replicó el Ángel Mayor.
 Acúseme señor Juez, soy culpable manifestó Gisem con la mirada divagando.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

Los miembros del Tribunal del Amor se veían entre sí disponiendo ya en fallar
mientras los amantes y parejas murmuraban en tono más elevado.

 Quiere decir que se declaran confesos de lo que se les acusa preguntó el


presidente del tribunal. Sin esperar respuesta continuó diciendo: Significa
que están dispuestos a cumplir la condena solicitada por el Ángel Mayor?.
 Aceptamos que somos culpables dijeron Gisem y Kenet en coro, pero no
estamos dispuestos a cumplir la condena que solicita el Ángel Mayor
terminaron diciendo.
 Entonces no podemos dictar una sentencia en su contra alegando su
confesión, es necesario que el Ángel Mayor demuestre con las pruebas que
tiene si efectivamente cometieron el delito de amarse, dijo rápidamente el
pastor protestante, vocal II., del Tribunal del Amor. Proceda como
corresponde Ángel Mayor indicó.

Al escuchar eso, el Ángel Mayor solicitó el ingreso del primer testigo, Don Pinabete.
Dijo que por sus largas ramas no pudo ingresar desde el inicio del juicio.
Inmediatamente hicieron entrar al árbol, sus ramas eran bastante largas y sus hojas
casi secas. Tuvo que agacharse para poder entrar, pero aun así sus ramas pegaron
en la parte de arriba de la entrada. El Ángel Mayor pidió que se sentara pero el
árbol indico con señas no poder hacerlo.

 Señor pinabete, de acuerdo a mi requerimiento, usted se encuentra presente


en esta sala de juicios en calidad de testigo porque según tengo
conocimiento, usted presenció actos de amor y entrega entre Gisem y Kenet.
Actos llevados a cabo en las llanuras del cerro Chemealón. Le suplico que le
indique a los miembros del tribunal lo que le consta al respecto.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

 -Buenos días dijo el árbol.

Su apariencia al principio reflejaba una edad mediana, sin embargo, al hablar se


notaba lo viejo que estaba.

 Quiero ansiar frescas bendiciones a la vida de cada uno de los amantes y


parejas presentes continuó diciendo. Decirles que el amor ha sido el reflejo
de mis ojos en las tardes de verano. He visto amantes desatarse en besos y
caricias alocadas, precipitarse en los barrancos del alma. Los besos entre
parejas han sido tan suaves y ruidosos a la vez que casi siempre he
terminado confundido. Algunas veces he presenciado discusiones, charlas
envueltas en sucesos de familias, amigos y aventuras admirables, pero lo que
más he presenciado han sido escenas de parejas al amarse. Frente a mí han
llorado, han hecho reclamos, he servido de consuelo, de desahogo, también
como medio de apunte de iniciales de nombres y de fechas memorables.
Conozco más de mil formas de amar y millones de posiciones al hacerlo.
Llevo setenta años viendo atardeceres envueltos en parejas que hacen el
amor. Es mi poca experiencia. Estoy seguro que moriré pronto, y lo que le he
pedido a Dios como última voluntad es morir viendo cómo se aman las
parejas.

 Gracias don Pinabete, como se le indicó al inició, usted está en esta sala de
juicios a requerimiento del Ángel Mayor para atestiguar los sucesos de amor
entre Gisem y Kenet que usted presenció, que puede decirnos al respecto
dijo el presidente del Tribunal del Amor al escuchar lo escueto que había
sido aquel árbol viejo.
 Claro que conozco a Gisem dijo rápidamente. La vi llorar muchas veces.
Siempre de mañana subía a las llanuras, levantaba la cabeza, alzaba la
mirada al cielo, extendía las manos a los extremos y lloraba de repente. Su
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

angustia reflejaba en el cielo lloviznas leves. Era casi de todos los días. Me
entristecía mucho al verla llorar, no entendí nunca por qué, pues lloraba sin
reclamar. Un día, escuché sonrisas acercarse. Una pareja imaginé, pero
nunca que fuese Gisem. El joven que la sujetaba sonreía fuerte. Caminaban
lento, disfrutaban la briza de esa tarde roja. Llegaron hasta donde yo. Se
sentaron, charlaron de todo, sonreían, se besaban, parados, sentados y
recostados. Estaban nerviosos porque se paraban, se sentaban y se
recostaban una y otra vez. Su forma de cortejarse era diferente a los demás
amantes que había visto. Había algo especial en ellos. Magia quizás, o
simplemente amor verdadero. Pasaron las horas de par en par hasta el
anochecer.
 Es lo único?. No pasó nada más?, preguntó el sacerdote, vocal II., del
Tribunal del Amor.
 Claro que pasó algo más, reveló aquel árbol viejo entre estornudos y tos.

-HICIERON EL AMOR- dijo aumentada la vos.

 Sea más explícito replicó el sacerdote curioso de saber cómo se amaron


Gisem y Kenet, aquella tarde roja.
 Trataré de ser lo menos vulgar posible, indicó el pinabete. Kenet tomó
levemente la cadera de Gisem, sus besos fueron tardíos, de a cinco minutos
por beso calculo. Uno a uno le fue quitando los botones de la blusa con su
boca, mientras ella se perdía en lo rojo del atardecer. Ambos suspiraban, su
respiración se agitaba minuto a minuto. En esa guerra de amor, ambos
cayeron al suelo, uno debajo del otro. En seguida cayeron, la blusa y detrás la
camisa. Mis ramas se erizaron junto a la piel de los amantes en ese instante.
Sigo?, preguntó aquel árbol viejo.
 Por supuesto, manifestó el pastor, vocal I., del Tribunal del Amor.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

 Entre rodillas y cadera se atoró el pantalón de Kenet, de allí no pasó. El


viento colaboró en levantar la falda gris de Gisem. Mientras pasaba eso, cerré
los ojos. Más de la mitad de mis hojas cayeron porque me excite también. No
soporté verlos amarse con tanta entrega que preferí ver al cielo.

Al atestiguar lo que presencio el pinabete, le brillaban los ojos. Su relato era


coherente con el tono de su voz.

 Esa tarde eclipsó… es lo que tengo que decir, finalizó.

 Ángel Mayor, va interrogar al testigo?


 Sí. Don pinabete díganos cuantas veces presenció usted el acto?
 Muchas, no recuerdo con exactitud pero fueron muchas.
 Que sentía usted al verlos amarse?
 Cosquillas en las ramas.
 Usted dice que notó algo especial en ellos, que era?
 Una vibra que contagiaba el lugar. Verlos juntos acrecentaba la primavera, el
sol irradiaba lucidamente, brizaba al grado de eclipsar.
 Usted también dijo que la forma de amar y cortejarse entre ellos era
diferente, puede mencionar dos de ellas?
 Con gusto. Me asombró tanto la tarde en que Kenet se sacó los pies del
zapato, Gisem en seguida los tomó, le quito las calcetas y se los llevó a los
labios para besarlos. En otra ocasión, Gisem soltó gases y Kenet sonrió.

Al escuchar tales respuestas, sonrieron todos en las sala de juicios. El Ángel Mayor
se sonrojó. Los miembros del tribunal callaron.

 No más preguntas.

De esa manera fue interrogado el Pinabete.


Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

 A requerimiento del Ángel Mayor se encuentra presente en esta sala de


juicios el Pájaro Haragán, quien viene a atestiguar lo que le consta de los
actos de amor suscitados entre Gisem y Kenet, le ruego empezar con su
relato señor pájaro.

 Buenos días insignes miembros del Tribunal del Amor. Ángel Mayor un
gusto poder conocerlo. Amantes que abarrotan esta sala. Parejas presentes
que se endulzan con las miradas. Me presento revelándoles que soy
popularmente conocido como Pájaro Haragán. De esa manera empezó su
relato el testigo. Inclinó su cabeza y prosiguió con su dicho. Desde los inicios
del mundo, los de mi clase somos expertos en recorrer riveras, veredas,
llanuras, senderos y bosques, caminamos de un lugar a otro. Además de
caminar lo que ciertamente amamos es sentarnos a observar la naturaleza,
caminamos cinco pasos, nos sentamos, corremos cinco metros, nos
sentamos, quizás sea ese el motivo por el que nos llaman pájaros haraganes.
Quiero indicar que no me he enamorado jamás, pero he escuchado a
muchos dialogar del amor. Mi conocimiento en cuanto al tema es escaso, mi
forma de conocer el amor es rustico podría decirse. Pero si sé, qué es el
amor, a groso modo tal vez. Jajajaja, carcajeo. Después continuó diciendo.
Una tarde de verano, soleado por supuesto, caminaba distraído de norte a
sur, hacía frió a pesar del sol, el viento llegó tempranero esa tarde. En esa
ocasión visitaba las llanuras del cerro Chemealón, iba de subida, es un lugar
muy alto, complicado de subir pero vale la pena. Para mí siempre vale la
pena. Iba visualizando el enorme horizonte verde, los hermanos árboles se
inclinaban por el viento, pensaba, como Dios hizo todo hermoso, cuando de
repente mis patas pisaron algo suave, se sentía como algodón, se me
enredaron. Un hilo dije. Al voltear una cara cerca del suelo reía. Cara de
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

diosa. Labios acaramelados. Cabello enredado a mis patas jajaja. Carcajeo de


nuevo. Sobre ella, el afortunado que la hacía reír. Ni un parecido a un dios
jajaja. Carcajeo de reiteradamente. Pensé que moriría, que me matarían.
Pero no. La hermosa de sonrisa de diosa me tomó con sus suaves manos y
desenredó mis patas de su cabello mientras el cliente le besaba las mejillas.
Me dije, es mi oportunidad de presenciar y descubrir qué es realmente el
amor?. Después de que me soltaran aquellos actores del amor, dispuse
esconderme detrás de un viejo pinabete que estaba allí. Al decir eso el
pinabete que oía su relato estornudó groseramente para hacer notar que
estaba presente en el juicio. Lo siento, me disculpo por la expresión forjada
señor pinabete, indicó carcajeando. Reanudó su relato manifestando: Los
actores del amor se cortejaban, sonaban esos besos que se daban. Las manos
del actor acariciaba el rostro de aquella actora. Le besaba el cuello mientras
ella hacía como que si tuviera escalofríos. Recuerdo que el señor pinabete
también sintió esos escalofríos porque sus ramas temblaban y sus hojas
caían. Esos amantes provocaron un panorama diferente en el tiempo. El sol
fue poniéndose rojo. El viento apaciguó su fuerza. El día oscureció de
repente. El cielo se estrelló. Brizaba lentamente. Se formó un arcoíris en el
oriente. Hacía calor esa tarde noche. Los arboles dejaron de moverse, incluso
el señor pinabete miró al cielo fijamente ignorando aquella escena de amor.
Increíble. Increíble. El amor es increíble, finalizó diciendo el Pájaro Haragán.

 Gracias señor Pájaro Haragán. Ángel Mayor tiene preguntas que dirigirle al
testigo?
 Por supuesto. Señor Pájaro Haragán reconoce usted en esta sala de juicios a
los actores que se amaron aquella tarde?
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

 Cómo olvidar el rostro de aquella actora con cara de diosa y a aquel


afortunado sobre ella. Son los presentes, levantó las manos y los señaló. De
esa manera se refirió el Pájaro Haragán a Gisem y Kenet.
 Además de todo lo que usted dijo en su testimonio, que fue lo que realmente
le pareció increíble en aquella escena de amor entre los actores aquí
presentes señor Pájaro, preguntó el Ángel Mayor?
 Que al amarse hicieron que el cielo se viniera, expresó rascándose la cabeza
y carcajeando.
 Cómo así?. Indagó molesto el Ángel Mayor.
 Sí, porque cuando estaban en el acto el cielo se dejó venir en lluvia, jajajaja,
carcajeó de nuevo. Increíble, el amor es increíble finalizó diciendo.
 No más preguntas.

Los miembros del Tribunal del Amor estaban asombrados del relato de los testigos.
Se veían y hablaban sigilosos. Nunca tuvieron un caso parecido al que en ese
momento se juzgaba.

Sentencia condenatoria, encierro por cien años, castigo, balbuceaba la multitud de


parejas y amantes dentro de la sala de juicios.

 Ángel Mayor, en su calidad de acusador proceda a realizar su petición con


todas las circunstancias necesarias, debiendo manifestar la necesidad de
condenar o absolver a los acusados. Recuerde que todo lo que solicite debe
ser conforme a lo que establecen las leyes divinas especialmente la ley de
amar.

Rápidamente el Ángel Mayor procedió a exponer su petición recitadamente.

 Miembros del Tribunal del Amor. El amor es aparejar lo disparejo. Altas con
bajos, morenos con blancas, rurales con céntricos, indios con ladinos,
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

católicos con evangélicos, cristianos con mundanos, científicos con


ignorantes, cuerdos con desequilibrados, introvertidos con extrovertidos. No
existe en el mundo parejas con los mismos atributos, con los mismos gustos,
con los mismos defectos o con las mismas manías. Al unirse como parejas
disparejas, deben terminar siempre calzando sus defectos y su disparidad, y
regularmente sucede en la cama. La ley de amar en su numeral uno, inciso
uno, prohíbe la práctica del amor entre parejas no consideradas como de
primer amor, acto descrito como delito grave, asignándole como pena
máxima el encierro por cien años. Sin embargo, la finalidad de los juicios de
amor, y el objetivo principal del Tribunal del Amor va encaminado al
restablecimiento del primer amor entre parejas, siendo imperativo solicitar a
los miembros del honorable Tribunal del Amor una sentencia de carácter
condenatoria. La petición se realiza debido a que como bien escucharon, los
testigos fueron coherentes en su dicho, ambos presenciaron los actos de
amor sostenidos por los acusados. La sentencia deberá consistir en la
disolución de la relación de pareja que sostienen Gisem y Kenet. La
obligación de buscar su primer amor y restablecer su antigua relación, cada
uno por su lado, y finalmente la prohibición de comunicarse entre sí para
siempre. Es cuanto honorables miembros del Tribunal del Amor.

Cuando el Ángel Mayor solicitaba esa condena, Gisem y Kenet mostraban su


tristeza y angustia.

 Previo a deliberar, le doy el tiempo a los acusados para que procedan a


defenderse de las acusaciones y de la petición que realiza el día de hoy el
Ángel Mayor.

Era el momento en que Gisem y Kenet debían defender su amor frente al Tribunal
del Amor, sin abogados, sin testigos a su favor. Se silenció por un instante la Sala de
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

Juicios en espera de ver quién de los dos amantes se defendía primero. Los
miembros del tribunal conversaban sigilosos. El ángel mayor bostezaba. Los
amantes y parejas susurraban ocultos. El Pinabete estornudaba. El Pájaro Haragán
observaba las paredes del lugar. El secretario del tribunal apuntaba todo lo que veía.
Gisem fue la primera en pararse. Empezó con su defensa.

 La forma en que Kenet me ama es rara, de esa forma la voy describir, rara. Él
dice que le encanta mis patas. Que el entrar en mí es un sueño perspicaz
para él. De tanto que habla enmudece a veces, así demuestra que algo le
perturba. Dice que mi acento mejicano caquero chafa le causa gracia. Que
hablo como niña y que cuando enfurezco soy un demonio vestido de
princesa. Casi no se enoja. Le gusta que me tiña las uñas, de preferencia que
sean rojas. Lo pálido de mi piel lo enloquece. Hasta en mi caminar encuentra
gracia. Cuando me rio me abrasa, y si lloro lo mismo pasa. Mi risa alegra sus
días, su llanto opaca las mías. Hacer el amor con Kenet, mmm, es prodigioso.
Cuando me toca. Su boca en mí boca. Sus manos en mis manos. Sus pies en
mis pies. Su aliento en mi aliento. Todo calza. Mis defectos son sus virtudes.
Mi placer su placer. Así me ama Kenet. No me pidan que deje de amarlo.
Sería incapaz de separarme de él, moriría. Condénennos pero no como el
Ángel Mayor lo pide.

Las parejas y amantes que presenciaban el juicio dejaron de murmurar. Los


miembros del tribunal anotaban concentrados la petición de Gisem. El Ángel
Mayor inclinó por completo la cabeza mientras los ángeles menores se afligían.
Kenet suspiró fuertemente al escuchar el relato de su amada. Ambos testigos
sonreían al escuchar el amor de Gisem trasformado en palabras.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

 Si la acusada no está de acuerdo con la sentencia que solicitó el Ángel


Mayor, que es lo que pide entonces?, preguntó el presidente del Tribunal del
Amor.
 “Que la condena de amor sea en la misma celda señor Juez”.

Al escuchar tal petición todos enmudecieron. El ángel mayor golpeó nuevamente


sus alas a su cabeza. Los testigos sonrieron, mientras el secretario del tribunal
tomaba nota de lo manifestado por la acusada.

 Kenet, puede hacer uso del tiempo necesario para defenderse de la acusación
que se le hace, indicó el presidente del tribunal.
 Gracias miembros del tribunal del amor. La imperfección en mi es notoria.
Me enojo fácilmente. Uso de pretextos mis lágrimas. Me escondo detrás de
las excusas. Mis ojos han pecado viendo mujeres, más no he fallado jamás.
Me distraigo pretendiendo hacer feliz a los demás y me olvido de mí. El
trabajo me absorbe. Soy descortés. Mi forma de amar es vulgar. No creo
llamarle hacer al amor al acto carnal, pues hasta en él uso la rudeza. A pesar
de ello Gisem me ha amado. Como renunciar a ella. Moriría también. Que
nos condenen pero no de la forma que el Ángel Mayor lo pide.
 Si el acusado no está de acuerdo con la sentencia solicitada por el Ángel
Mayor, que es lo que pide entonces?, preguntó el presidente del Tribunal del
Amor.
 “Que la condena de amor sea en la misma celda señor Juez”.

La sala de juicios enmudeció totalmente. Se prolongó ese silencio. Los tres ángeles
golpearon sus alas a su cabeza. Los testigos sonrieron sonrojados. El secretario del
tribunal continuaba tomando nota de lo manifestado por el acusado.

 Ángel Mayor, va a replicar? Preguntó el presidente del tribunal.


Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

 Sí. La ley divina es clara en indicar que se prohíbe totalmente la práctica del
amor entre parejas no consideradas como de primer amor, por lo tanto,
reitero mi petición en el sentido de condenar a los acusados a disolver la
relación de pareja que sostienen, obligándolos a buscar su primer amor y
restablecer su antigua relación, cada uno por su lado, así como la
prohibición de comunicarse entre sí para siempre, caso contrario, se les
condene al encierro por cien años, cada uno en su celda, únicamente.

El Ángel Mayor parecía furioso.

 No sé si los acusados desean agregar algo?. Preguntó el presidente del


Tribunal del Amor. Su voz era entrecortada.

 Jamás fui tan feliz más que en tus brazos Kenet. Son tan fuertes que me
permitieron llorar de felicidad muchas veces. No existe un primer amor para
mi más que tú. Acepto que soy culpable al amarte. Condéneme señor Juez,
pero que sea en la misma celda. Gisem derramó lágrimas y se sentó.

 Gracias amada mía. Gisem de mis ojos. Tus oraciones en tiempos de


desaliento reforzaron mi fe en tu amor. Descubrí en ti la virginidad de tu
corazón. Traspasé tu alma al penetrarte toda. Moriría sin ti. Soy culpable al
amarte. Condéneme señor Juez pero que sea en la misma celda. Kenet
desfalleció en tristeza y se sentó.

Gisem y Kenet le pedían al presidente del tribunal que los condenarán porque los
vocales casi no se habían pronunciado.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

 Es necesario un receso en lo que procedemos a deliberar manifestó el


presidente del Tribunal del Amor. Treinta minutos y continuamos con el
juicio, ultimó.

Treinta minutos en espera. Gisem y Kenet aprovecharon ese espacio para tomarse
de las manos y orar. Se abrazaron. Fueron instantes efímeros para ellos. A la oración
se unieron Don Pinabete y el Pájaro Haragán, en seguida todas las parejas y
amantes del lugar. La vecina chismosa fingía hacerlo. El Ángel Mayor y los ángeles
menores únicamente se dispusieron a cerrar los ojos mientras todos oraban. La sala
de juicios se había convertido en un santuario de plegarias.

Pasado los treinta minutos el secretario anunció el ingreso de los miembros del
Tribunal del Amor. Todos se pararon en señal de respeto.

 Nuevamente buenos días a todos los presentes en esta sala de juicios.


Después de haber deliberado apretadamente, hemos arribado a una
conclusión en el presente caso, y en este momento procederemos a dictar la
sentencia respectiva dándole lectura únicamente a la parte medular de la
misma.

El presidente del Tribunal del Amor sacó un legajo de hojas, las puso sobre la mesa
y empezó a darle lectura a la sentencia.

EN NOMBRE DEL PUEBLO DE LA REPÚBLICA CHIQUITA DE TACANÁ, se


procede a dictar sentencia dentro del presente caso, procediéndose de la
siguiente manera.
CONSIDERANDO I.
Como es sabido, el presente proceso dio inicio derivado de la denuncia
presentada por la señora Berén de Gales. A dicha denuncia se le dio el
trámite respetivo. El Ángel Mayor en su calidad de acusador procedió a
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

hacer las investigaciones respectivas ofreciendo en calidad de testigos a Don


Pinabete y al Pájaro Haragán. Se escuchó en su declaración y defensa a los
acusados ventilándose el Juicio de Amor respectivo.
CONSIDERANDO II.
El amor es: “El vínculo de la gracia y la desgracia que une a dos amantes
sometiéndolos al yugo desigual de caracteres, con la disposición de tolerancia
en los defectos de cada uno dentro de la relación de convivencia”. Es también:
“La unión de cuerpo y alma sin límites entre enamorados”. El Ángel Mayor
define al amor como: “El respeto de dos enamorados a las leyes del amor sin
quebrantarlas”. Dios estableció que el amor: “Es sufrido, es benigno, que no
tiene envidia, no es jactancioso, no se desvanece, no hace nada indebido, no
busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor”. Primer amor es: “La impresión
causada en los ojos, en la mente y en el corazón del enamorado”. Según el
diccionario del enamorado errante, no se considera primer amor al
acto de penetración carnal entre parejas. Derivado de lo anterior y
después de haberse ventilado el Juicio de Amor respectivo ante este Tribunal
del Amor, se concluyó que los acusados Gisem y Kenet efectivamente
quebrantaron el numeral uno, inciso uno, de la ley de amar, por lo que, al
enamorarse violentaron el principio que prohíbe la práctica del amor entre
parejas no consideradas como de primer amor, acto descrito en dicha ley.
Sin embargo, los honorables miembros de este Tribunal del Amor
determinamos que no se considera como primer amor a la penetración
carnal entre parejas según el diccionario del enamorado errante ya citado. El
primer amor nace de la primera impresión causada en el enamorado, ese
sentimiento enigmático que provoca escalofríos en el cuerpo. Además, según
la costumbre que en todo caso es tomada como fuente de ley divina y
aplicable al presente caso, en la actualidad son escazas las doncellas con
virginidad carnal, reluciendo la virginidad del alma y del corazón. Por
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

último, es menester indicar que la aplicación de los diez mandamientos fue


abolida en su momento, existiendo a la fecha laguna legal en cuanto a la
aplicación de las leyes divinas. Significa entonces que la aplicación de las
leyes celestiales y las implementadas por el Ángel Mayor son de aplicación
obligatoria en tanto Dios resuelva la duda que este tribunal tiene respecto a
la laguna legal invocada. En tanto eso suceda, procedente resulta condenar a
los acusados Gisem y Kenet, a la pena máxima que consiste en el encierro
por cien años, tomando en consideración la petición hecha por los referidos,
prudente resulta ordenar que dicho encierro sea en la misma celda. La
condena deberá cumplirse en la prisión el “Pico del Loro”, debiendo ser
trasladados a la misma y así debe resolverse.
LEYES APLICABLES.
Libro uno, verso cinco de la Biblia celestial. Numeral uno, inciso uno, de la
ley de amar.
PARTE RESOLUTIVA.
Este Tribunal con fundamento en lo considerado y leyes citadas al resolver
DECLARA I. CULPABLES a Gisem y Kenet por haber quebrantaron el
numeral uno, inciso uno, de la ley de amar, consecuentemente se ordena el
encierro de ambos condenados en prisión conjunta por el término de cien
años. II. Se le ordena al Ángel Mayor custodiar a los condenados a la prisión
“El Pico del Loro” para el cumplimiento de la condena impuesta. III.
Remítase copia certificada de la presente sentencia a la sucursal del amor
para lo que haya lugar. IV. Notifíquese.

f. _________________ f.___________________ f._________________ f__________________


Pastor Protestante Presidente del Tribunal Sacerdote Vocal I. Secretario.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

Gisem y Kenet, fueron escoltados por los ángeles menores hasta la prisión llamada –
El pico del loro- para cumplir su condena. Fueron encadenados de pies y manos.
Caminaron descalzos desde el tribunal del amor, pasaron por el lugar llamado
Cunlaj, que quiere decir, -adiós mentiroso-. Después por Cucuná, que significa –
adiós, adiós mamá-. Llegaron y fueron encerrados en la misma celda, de esa manera
empezaron a cumplir su condena de amor, Juntos.

Podría decirse que en un 90 por ciento triunfó el amor.

F I N.

Sashary di Marco.
Que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez.
Sashary di Marco.

Quizás todas las novelas de amor han sido escritas, a pesar de ello, hoy decidí
escribir la mía, porque sé que son insuficientes los Screenshoots que han grabado
mis ojos a tu cuerpo desnudo en todos aquellos momentos especiales, es por ello
que pido “que la condena de amor sea en la misma celda, señor Juez”.

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