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Consejos para padres de niños acosadores

Una vez hemos aceptado que nuestro hijo está acosando a alguno de sus compañeros, es
necesario que le ayudemos a dejar de comportarse de esa manera. No debemos olvidar
que, aunque sea él el causante de las agresiones, también está sufriendo las
consecuencias negativas del bullying.

Estos son algunos consejos que pueden ayudaros para resolver el problema:

 Busca las causas de la conducta de tu hijo: Habla con él y con sus profesores.
Si no consigues averiguar la causa, consulta con un psicólogo. Los niños no son
acosadores por naturaleza, así que debe haber una causa que justifique esas
acciones. Debes buscar las verdaderas causas de su comportamiento, cuidando
de no responsabilizar a los demás de la conducta de tu hijo.
 Mantente en contacto con el centro escolar: Reúnete con los profesores,
escucha todo lo que tengan que decirte sobre tu hijo y solicita su colaboración.
Mantenles informados de los progresos que vayas notando en tu hijo.
 Interésate por tu hijo: Intenta conocer a sus amigos, saber a qué actividades se
dedica, que le gusta hacer en su tiempo libre…
 Intenta crear un clima de confianza y de comunicación con tu hijo:
Escúchale con atención y demuestra que te interesas por él.
 Explica a tu hijo que su conducta no es adecuada y que no va a ser tolerada por
el resto de miembros de la familia. Explícale que el acoso tiene consecuencias
negativas y qué le sucederá si no cambia su actitud.
 Enseña a tu hijo buenas conductas y maneras de relacionarse y de manifestar sus
sentimientos negativos sin usar la violencia. Elógiale o prémiale cuando se
comporte de la manera adecuada.
 Puedes apuntar a tu hijo a algún deporte que le guste y en el que pueda
canalizar su agresividad de una forma positiva.
 Ayúdale a asumir su responsabilidad y a reconocer sus errores. Cuando esté
preparado, anímale a que pida perdón a su víctima.
 Asegúrate de demostrarle a tu hijo que, aunque desapruebas su comportamiento,
le sigues queriendo igual que siempre y que vas a estar a su lado para
apoyarle.

¿Cómo evitar que tu hijo se convierta en un acosador?


Es importante que los niños aprendan desde pequeños cómo comportarse en sociedad.
La ética y los valores sociales son enseñanzas que deben inculcárseles en la familia,
mediante nuestras palabras y actos. Además de las enseñanzas que les demos, debemos
comportarnos en consonancia con ellas, haciendo de nuestra conducta un ejemplo de
valores y de convivencia.

Estos son algunos de los puntos más importantes que debemos inculcar a nuestros hijos
para evitar que se conviertan en acosadores escolares:
 Tolerancia cero contra las actitudes violentas: Los niños empiezan a mostrar
conductas insultantes y agresivas desde que comienzan a relacionarse con otros
niños. Estas conductas son normales, ya que los niños carecen de socialización,
pero no por ello debemos ignorarlas o restarles importancia diciendo que son
“cosas de niños”. Hay que explicar a nuestros hijos, desde la guardería, que no
pueden pegar a otros niños, ni insultarlos ni herir sus sentimientos. Debemos
explicarles, en un lenguaje que entiendan, que esas conductas están mal, que no
vamos a tolerarlas y que, si continua con ellas, tendrá consecuencias negativas.
Si el niño es demasiado activo y agresivo, podemos buscar una salida para esa
“energía” a través de deportes de equipo, ya que en ellas que podrá
“descargarse” y aprender normas de convivencia y de comportamiento en grupo.
 Expresión de sentimientos: Hay que enseñar a los niños a expresar sus
sentimientos de forma no violenta. Si no lo hacemos, el niño no tendrá otra
respuesta que la agresión cuando se sienta atacado. Debemos enseñarles a
expresar con palabras lo que siente, a exigir sus derechos y a protestar sin tener
que recurrir a la violencia.
 Empatía y compasión: Hay que ayudar al niño a desarrollar la empatía hacia
los demás. Debemos pedirle que se ponga en el lugar de los otros y que se
imagine cómo se sentiría si alguien le insultara, le pegara o se riera de él.

Debemos ser firmes y coherentes en la enseñanza de estos valores. Por ello, el niño debe
ser premiado cada vez que cometa buenas acciones y castigado cuando se comporte de
forma inadecuada.

¿Cómo afrontar que mi hijo pueda ser un acosador


escolar?
Los padres de los niños acosadores suelen mostrar problemas para aceptar que su hijo
está cometiendo bullying. Para muchos de ellos, aceptar este hecho supone admitir que
no conocen a su propio hijo, que conviven con un extraño. Por ello, normalmente se
cierran a admitir esa idea y creen que la mejor manera de ayudar a su hijo es negar las
acusaciones y mostrarse hostil hacia quien se la está comunicando, ya sea el padre de la
víctima, el profesor o la dirección del centro. Otras veces, aun admitiendo que su hijo
pueda estar implicado, sólo aceptan parte de la responsabilidad del niño, pensando que
será otro el instigador y que su hijo se comporta así por la influencia de las “malas
compañías”.

Lo primero para afrontar que nuestro hijo puede ser un acosador escolar es pedir toda la
información posible sobre las acusaciones. Hay que averiguar hasta qué punto está
implicado el niño y, una vez hecho esto, acudir a hablar con él.

El niño deberá asumir su responsabilidad. Debemos mostrarnos firmes y no aceptar


excusas ni mentiras. Es importante que el niño acabe comprendiendo que su conducta
está mal y que no es aceptable por la sociedad. Aunque en este momento él esté
viviendo la experiencia de que ejercer la violencia sobre los demás le da poder y una
elevada posición social entre los compañeros, debe entender que eso le causará
problemas en sus relaciones futuras. Por desgracia, hay muchos padres que no son
capaces de inculcar estos valores en sus hijos porque ellos mismos no los comprenden y
piensan que no hay problema en acosar a los demás y que siempre es mejor ser el
agresor que la víctima.

Una vez hemos hablado con el niño, debemos ponernos en contacto con el centro
para buscar soluciones. Si es necesario, buscaremos un psicólogo (ya sea del propio
centro o externo) que nos ayude a encontrar las causas del comportamiento del niño.
Ningún niño nace siendo violento, agresivo o delincuente. Debemos encontrar las
causas para poder corregirlas. Estas causas pueden encontrarse en el aprendizaje a
partir de modelos de conducta equivocados (obtenidos a través de la televisión, los
videojuegos, la propia familia u otros compañeros). Otras veces los niños se comportan
de manera violenta porque están pasando por una situación difícil (un divorcio, un
cambio de ciudad, la muerte de un familiar…) o porque son a su vez víctimas de abuso
y trasladan su ira y su humillación a los demás. Por último, podemos hablar de algunos
niños que, careciendo de las habilidades para ser populares y aceptados por los demás
niños, utilizan la violencia para conseguirlo.

Una vez detectada la causa, estaremos en el camino de enseñarle al niño que las
conductas de acoso no son aceptadas por la sociedad y tampoco por su propia familia y
que tendrá consecuencias negativas si persiste en su comportamiento.

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