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(A Neg) ate ia aa Anéioe oft gn eae eps adh ps J Vi Stet yt {ise actnaprs te ea Toe de Bry, Opens 118, Ase a Rewirrce Fee ase e ebscegmdo tomo de LI Baia, Hire universe des por Michel de Certeau LA ESCRITURA DE LA HISTORIA Traduccién de Jorge Lépez Moctezuma Fine L. bres = ——PNEFERSIDAD-IBEROAMERICAN————— DEPARTAMENTO DE HISTORIA Titulo original en frances: L'Beriture de ristire Gallimard, 1978, Pais UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGI De Certeaul, Michel La excritura de la historia 1. Historingrafia 1. Lper Moctezuma, Jorge, 1. D13.C3818.2006 DAR © Ballons Gallimard, 1975 1a edicin en espanol, 1999 24. elmpresidn, 2006 D.R © Universidad iberoamericana, A.C. rol, Pasco de ta Reforma 880 Col, Lomas de Santa Fe México, DE, C.P. 01210 D.R. 0 Instituto Tecnologico y de Estudios Supesiores de Ovcidente (ITESO) Pesiferico Sur Manuel Gémez Morin 8585, ‘Tiaguepaque, Jalisco, México, C.P. 45090, ISBN 9¢8.859120:3, Impreso y hecho en México Printed and mate in Mexico “Prohibida la venta en Espaita”” indice Prélogo a Ia segunda édicién Escrituras e historias Primera parte Producciones del lugar Capitulo L. Hacer historia |. Un indicador: ef tratamiento de Ia ide, en la historia 2. Pricticas historicas y praxis social 3. La historia, discurso y realidad 4. La historia como mito Capitulo II. La operacién historiogr fic: 1. Un lugar social Lo no dicho La institucién historica Los historiadores en la sociedad El que permite y el que prohibe: el lugar 2, Una practica Laaniculacién natwaleza-cultura nl 15 36 45 3t 60. or 0 69. 71 16 81 8a El establecimiento de fas fuentes 0 la redistribu del espacio Hacer resaltar Ins diferencias: las desviaciones del modelo90 El trabajo sobre el limite Critica e historia 3. Una eseritura La inversion de la escritura La cronologia o la ley enmascarada La construccién desdoblada El lugar del mucrto y el lugar del lector Segunda parte Produccién del tiempo. Una arqueologfa religiosa Introduceién, Cuestiones de método Capitulo 11: La inversién des o pensable. La historia religiosa del siglo XVUL 1. La religiGn en la époes 2, La interpretacién histérica x Capitulo IV. La formalidad de las practicas. Del sistema religioso a la ética de las luces (siglos XVU-XVITN) 1. De la divisidn de fas iglesias a la “raz6n de Estado” (siglo xvil) 2. Una nueva formalidad de las practicas: la politizacin de los comportamientos. 3. La ligica del “practicante”: una alternativa entre el deber de estado y el profetismo ~ 4. Laética filos6fica: “legalidad” y “utilidad” en el siglo XVII 5. Las leyes propias del grupo religioso: reduccién al silencio y administracién cultural 85 93 98 101 101 104 108 6 129 130 144 149 152 Tercera parte Sistemas de sentido: Lo eserito y lo oral Capitulo V, Etno-grafia. La orali otro: Léry ad o el espacio del 1. La “leccion de eseritura” en Jean de Léry (1578) . La reproduecién escrituristica Una hermienéutica del otro Lapalabra erotizada Visto yt ofdo: el ojo y el ofdo Capitulo VI. Elenguaje alterado. La palabra de la posesa L Transgresién ¢ interdiccion 2. Documentos alteradgs: los textos de las posesas 3. Yo es otro: “la perversidn del lenguaje” 4, Construccién y deconstruceién de un lugar 5. El cuaclro de nombres propios: una toponimia “alterada” 6. La mentira de la interpretacién Capitule VIL. Una variante: la e¢ icacién hagio-gratica 1. Historia y sociolo 2. La estructura del discurso 3. Una geografia de lo sagrado Cuarta parte Escrituras freudianas Capitulo VIL: L 0 que Freud hace con la historia, 208 206 2 214 22 227 239 242 245 248 251 254 258 263 267 A propésito de Una neurosis demoniaca en el siglo XVI. 273 1. Lo histétieo, produceién de la “Autklirung” freudiana 2. Para une historia del siglo XVIL 3. Del pasado legible al presente oculto 4, Ocultar, wabajo de la historia 5. Las sustituciones del padre 6. Blacto y la ley Capitulo IX. La ficcién de la historia. La eseritura de Moisés y el monoteisma 1. El discurso de fragmentos o el cuerpo del texto 2. Fscribir en la lengua de otro, ola ficcibn 3. La tradicion de la muerte, ofa eseritura 4. El quid pro quo 0 ts comedia de lo “propio” 5. Lanoyela de lahistoria 278 280 283 286 288 293 294 302 309 315 329 Prélogo a la segunda edicién Amerigo Vespucei el Descubridor llega del mar. De pie, v revestido con -orae 2a, como un entzado, leva las armas europens del sentido y tiene dezris de si los navios que traerdn abOccidente los tesoros de un paraiso. Frente a si la india América, mujer acostada, desnuda, presencia innominada de la diforen- Cia, cuerpo que despierta en un espacio de vegetaciones y animales exsticas." Escena inaugural. Después de un momento de estupor en ese umbral flanqueado Por una columnata de drboles, el conquistador ve @ escribir el cuerpo de la otra y trazar en &I su propia historia, Vaa hacer de ella el cuerpo historiado ~¢l blas6n— de sus trabajos y de sus fantasmas. Ella ser América “latina” Esta imagen erética y guerrera tiene un valor casi mitico, pues representa el comienzo de un nuevo funcionamiento occidental de | es- critura. Ciertamente, la escena de Jan Van der Straet revela la soryresa ante esta tierra que Vespucci capté claramente, el primero de todos, come luna nuova terra todavia inexistente en los mapas*-un cuerpo desconoci- do destinado a evar e} nontbre de su inventor (Amerigo). Pero lo que se esboza de esta manera es una colonizacién del cuerpo por el discurst del poder, la escritura conguistadora que va a utilizar al Nueva Mundo ¢omo ‘una pagina en blanco (salvaje) donde escribird el querer oceidemal. Esta eseritura transforma el espacio del otro en un campo de expansién para tun sistema de produccién, Partiendo de una ruptura entre un sujeto y el "0 Ls reproduc de tu primera pia # Off, WE Washbumm, “El signiicado de descubriniento en os silos XM y XVT* en ane Hescorical Review, 1962, 9.1 36: Urs Bier, Dre “Wile” und die "Zvtioten™ Gh la einer Geistes und Kulturgeschicite der exrapsischsibersecichen Begegning, Minshen, © {i Beck, 1976, np. 19-80 objeto de su operacién, entre un querer escribir y un cuerpo escrito (0 por escribir), la escritura fabrica la historia oveidental. La escritura de la historia es el estudio de Ia escritura como préctica histérica, Si toda empresa cientifica tiene como caracteristicas, desde hace cuatro siglos, la producein de artefactos Lingilisticos auténomos (lenguas y discursos “propios”), y la capacidad de éstos para transformar las cosas y los cuerpos de los que ya se han separado (una reforma o revolucién del ‘mundo que los rodea segiin la Jey del texto), fa escritura de la historia nos remite a una historia “moderna” de Ia escritura, De hecho, este libro se con- cibi6 primeramente como una serie de estudios destinados a sefalar la eta- pas cronolégicas de esta practica: en el siglo XVI, la organizacién “etnogratica” dela escritura en su relacién con la oralidad “salvaje”, “primitiva”, “tradicio- nal” 0 “populat” a Ja que constituye como su otro (tercera parte de este libro); en los siglos XVII y XVII, la transformacién de las Eserituras cristia- nas, legibitidad de un cosmos religioso, en meras “representaciones" o en “supersticiones” marginadas por un sistema ético y téenico de pricticas ca- paces de construir una historia humana (segunda parte}; en los linderos del iglo XX, el regreso de la alteridad rechazada gracias ala pricticn escriturstica de Freud (cuarta parte); finalmente, el sistema actual de la “industria” historiogratica,? que sirve de base a tn lugar socioeconémica de produc: cién, a las reglas cientificas de una pericia, y a la construccién de un relato ‘o texto (primera parte), A estos estuidios se afiade el que se refiere, en el fin, del siglo XVIII, a la lucha de una racionatidad escrituristica “ilustrada”, revolucionatia y jacobina contra las fluctuaciones idiomiticas de las oralidades de los dialectos.* En lugar de proceder a una reconstruccidn cronolégica, demasiado ape~ gad a la ficcién de una concepeién lineal del tiempo,‘ hemos preferido hacer visibles el lugar presente, del que tom su forma estainterrogante, a particul rrdad del campo, del material y de los procesos (los de lahistoriografia “moder- nna”) que permitieron analizar la operacién escrituristica, junto con las diferen cias metodolégicas (semisticas, psicoanaliticas, etcétera) que inttoducen otras posibifidades tedricas y pricticas en el fimcionamiento occidental de la escritu- ra, Poresta razba sali6 un discurso ftagmentado por investigaciones ticticas que ‘obedecian cada una areglas propias:enfoxe socioepistemaligico (primera parte), segunda parte), semiético (tercera parte), psicoanalitico y freudiano La expresiin es de Marc "La india es el azo tniin rel bistro ene Ia naturaleza ‘vel hombee” y es "el fundamento de a ciencin humana. Acetea del insta histoiog fe M. de Certeny, "Esenturae histori, en Poliigne aujord” hui, diciembre 1975, pp. 65- * Michel de Certeau, Dominique Julia y Jacques Revel, Une poltigue dela langue La Revwition angaive te ptois, Galina Biblio des Histoites, 1875, 320 pp. infcap 83 {cuatta parte). Rehusar la ficcién de un metolenguaje que unifique el todo, es dejar aparecer Ia relacin entre procedimvientos cientificos limitados y to que les falta de lo “real” que estén tratando. Es evitar la ilusién, necesariamente dogmatizante, propia del discurso que pretende hacer creer que ests “ade cuado” a to real -ilusién filos6fica agazapada detris de las condiciones previas al trahajo historiogrifico y cuya ambicidn tenaz ha sido maravillo. samente expresada por Schelling: “EI relato de los hechos re nosotros doctrinal”. Este tipo de relato en en nombre de lo real La historiografia (es decit “historia” y “escritura”) Mleva inserita en su nombre propio la paradoja -y easi el oximoron- de la relacién de dos términos antinémicos: lo realy el discurso. Su trabajo es unirlos, y en las partes en que esa unién no puede ni pensarse, hacer coma si los uniera. Este bro nacié de tarelacion que el diseurso mamtiene con lo real del que tratan ® {Qué alianza existe entre la escritura y la historia? Ya era fundamental en la concepcida juddeo-cristiana de tas Escrituras. De agui se sigue el papel des. empetiado por esta arqueologia religiosa en la elaboracién moderna de lo historiografia que ha transformade los términos y el tipo misma de la rela. cidn pasada, para darie una figura de fabricacién y ya no de lectura o inter. pretacién. Desde este punto de vista, el nuevo examen de la opetatividad bistoriogrfica desemboca, por una parte, en un problema politico (los pio- cedimientos propios de un “hacer historia” nos remiten a ut “hacer la historia”), y por otra parte, en i palabra enunciadora), Por la fey de una escrituta “cientitiea ales es para gaia porque pretende hacer la ley 4 manera dle la cuestion del sujeto (el cuerpo y fa cuestion rechazada ala zona dela fiecivin o del silencio * Sobre este punt, ft. ME de Certeau v Réxi Diatectiques. wizs, 14. verano 1976, pp. Al Cte inf ap en prepara, bin, “EL discus histnive y Yo weal", en M, de Cenean, La fable du set. Langages sti cu ste

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