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17/Enero/2015
La Escuela Normal de Ayotzinapa ha sido objeto constante de represión por parte del local
y federal, tal como lo muestra en su historia. La escuela cuenta además con una fuerte
tendencia de izquierda, violencia. Es asimismo conocida como cuna de luchadores sociales;
como Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.
La CNDH hace un llamado al gobierno del Estado de Guerrero, para que tome las medidas
necesarias a efecto de que se salvaguarden los derechos de las víctimas, sus familiares y de
los testigos de los hechos, especialmente, para que ningún servidor público del estado de
Guerrero realice actos de intimidación que les impida acceder al sistema de justicia.
La CNDH comienza la investigación del caso, diversas organizaciones protestan para exigir
que aparezcan los estudiantes y que las autoridades rindan cuentas de los hechos.
Autoridades de la Normal de Ayotzinapa acusan directamente a la policía de las agresiones,
denuncian extorsiones por parte de autoridades y crimen organizado y exigen la disolución
de poderes en el Estado. Peña Nieto cancela su gira en Guerrero. Osorio Chong declara que
la policía municipal debe ser investigada. El alcalde de Iguala, José Luis Abarca, declara
ante los medios no saber nada y afirma que los estudiantes “son muchachos rebeldes que
les gusta provocar y que él no sabe nada”, se confirma que el número de desaparecidos es
de 56.
La percepción de que aplicar la ley es sinónimo de represión, está llevando a una ruta de
deterioro en la aplicación de las leyes y en la capacidad de las autoridades para gestionar el
conflicto. Debe hacerse un llamado a los medios de comunicación para que sepan deslindar
las responsabilidades de los actos violentos. Concuerdo que los padres de los estudiantes
desaparecidos, tienen todo el derecho a desconfiar de un Estado secuestrado por el crimen
organizado y el narcotráfico.
Los mexicanos decimos no a la violencia. Ésta no es una expresión del gobierno, éste es un
sentimiento genuino de la sociedad mexicana que dice no a la violencia; decimos sí a la
justicia, a la igualdad, al orden, a la armonía, a la tranquilidad, la paz decimos sí a la
aplicación de la justicia ante estos hechos atroces y abominable y castigo a todos los
responsables sean quienes sean y que no se les proteja o incubra. Ante la intención de
administrar la tragedia de Iguala para beneficiarse políticamente, los ciudadanos
demandamos respeto a los familiares de los normalistas desaparecidos, resultados que
permitan encontrarlos vivos y la renuncia de quienes desde el poder manipulan los hechos
Los padres de los normalistas desaparecidos han dicho que “en Guerrero no va a haber
elecciones. No más partidos, porque ningún partido es la solución al pueblo de México.
En Guerrero no habrá elecciones en el 2015, primero tienen que entregarnos a nuestros
muchachos”.
Se puede acusar al Estado de corrupto, negligente, indolente, pusilánime y todo lo que uno
quiera, pero no de asesino y represor, pues el problema claramente no es el Estado, sino su
ausencia del Estado en si. Lo último que el país necesita es que la ciudadanía se vuelque
contra el Estado. Por el contrario, la ciudadanía tiene la responsabilidad moral, cívica y
ética de apoyar al Estado en contra de los grupos que se disputan el poder fuera de él, sean
criminales, políticos, estudiantes, empresarios o sacerdotes. Apoyar al Estado no quiere
decir que se protejan o que no se castigue a los responsables. Es todo lo contrario. Quiere
decir exigir justicia y castigo legal para los culpables en Iguala, incluidos los servidores
públicos que, por obra u omisión, estén involucrados.