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El Secreto Profesional
El Secreto Profesional
Entre estos profesionales, cabe citar como casos más típicos el abogado, el médico,
el psicólogo o el periodista. Sin embargo, también puede haber otros casos de
asesores o servicios que tengan ese tipo de obligación, como por ejemplo los
asesores fiscales (a veces incluidos dentro de los abogados) o las compañías de
seguros.
Antecedentes históricos
El tema del secreto en las profesiones ha tenido un tratamiento desde antiguo en las
diferentes costumbres y legislaciones, se remonta del año V a.C. con el juramento
Hipocrático – “todo lo que viere u oyere en mi profesión o fuera de ella, lo
guardare con sumo sigilo”. El juramento hebreo de Asaf que data de los siglos III y
VII reza “no revelaras secretos que se te hayan confiado”, la tradición católica da
un lugar especial a la confidencialidad en el Sacramento de Reconciliación o
Confesión.
Casos similares
Existen casos paralelos pero con algunas diferencias en ciertas figuras religiosas
como los sacerdotes.
Profesional
Pactado
Prometido
Natural
Absoluto
Relativo
Solicitud de la ley.
El artículo 156 del Código Penal argentino, reprime con multa de entre mil
quinientos y noventa mil pesos, con accesoria de inhabilitación especial si
correspondiere, de seis meses a tres años, a quien configure la siguiente acción:
Revelar sin justa causa, un secreto que pueda causar daño con su divulgación, y del
que tuviera noticia por su estado (por ejemplo el estado sacerdotal) empleo
(persona que trabaja en relación de dependencia) oficio (por ejemplo, un masajista,
una niñera, un cerrajero), profesión o arte. (Médico, odontólogo, psicólogo,
periodista). Los médicos juran mantener el secreto profesional al realizar el
juramento Hipocrático, al recibir su habilitación profesional.
Hay justa causa cuando la ley así lo determina, por ejemplo, la Ley 17.132
de ejercicio de la Medicina, Odontología y actividades afines, establece la
obligación de denunciar por causas legales, por ejemplo denunciar casos de lepra,
dispuesto por la ley 11.359, los de peste impuesto por la ley 11.843 o enfermedades
infectocontagiosas.
Hay casos que son justa causa evidente de revelación de secretos, cuando se
trate de un enfermo psiquiátrico peligroso, o cuando se tenga información de que
alguien va a realizar un crimen, pero hay casos dudosos sobre qué es justa causa,
como el caso de la persecución de honorarios profesionales, aunque se entiende en
general que también es una justa causa.
Contexto
Según datos proporcionados por Georgette Vallejo, los primeros textos que
conforman esta obra se remontan a 1923-1924, es decir cuando el escritor recién
arribaba a París, siendo culminada entre 1928-1929. Sin embargo es más probable
que el núcleo central de su elaboración se concentrara entre los años 1927 y 1929,
es decir, en el período de conversión del autor al marxismo.
Características
La obra tiene un carácter misceláneo pues abarca anotaciones, anécdotas
reelaboradas, citas entresacadas de lecturas, poemas en prosa, parábolas,
“fabulaciones” y lo que el crítico Eduardo Neale-Silva denominó “consorcios
narrativos plurales” (textos que fusionan rasgos propios del cuento, con los de
otros géneros, como la estampa, el poema, la crónica y el ensayo). Estas últimas
son notables exploraciones narrativas de índole vanguardista, tendencia que el
autor había empezado a ensayar años antes en la sección “Cuneiformes” de sus
Escalas melografiadas
Confidencialidad