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Estrategias y herramientas
Laran Paez
«Las tumbas no besan a los muertos, ella no lo debía besar; en cambio, los oprimen
mucho, mucho, como ella lo estaba haciendo. Son camisas de fuerza y de cariño que
los obligan a soportar quietos, inmóviles, las cosquillas de los gusanos, los ardores de la
descomposición. Apenas aumentó la luz incierta de la rendija un incierto afán cada
mil años. Las sombras, perseguidas por el claror que iba subiendo, ganaban los muros
paulatinamente como alacranes. Eran los muros de hueso...Huesos tatuados por dibujos
obscenos. Niña Fedina cerró los ojos -las tumbas son oscuras por dentro- y no dijo
palabra ni quiso quejido-las tumbas son calladas por fuera.»
«Cada vez que leo una historia siento que doy un paso más, que con este libro aprendí a no
darme por vencida y luchar por mis derechos. Ahora invento mis propias lecturas y en ellas
puedo transmitir sentimientos, emociones, ideas y enseñanzas al lector, y creo que fue por
eso que crearon este libro para transmitir sentimientos, emociones, ideas y enseñanzas a
los lectores. Pero lo más importante es que me enseñó a seguir mis sueños y mis metas.»
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Aprender a leer de forma comprensiva y crítica
Estrategias y herramientas
«¿Qué voy a hacer? Muchas veces decía yo, me dedicaré quizás a trabajar en el
altiplano, aunque pase hambre pero no bajaré a la finca. Precisamente porque mi
amiga allí se murió, mis dos hermanos se han muerto allí. Uno de mis hermanos,
me contaba mi madre, se murió de intoxicación también y otro de mis hermanos,
que yo vi morir de hambre, de desnutrición. Me acordaba de todos los momentos
de mi madre, a quien yo veía sudar y trabajar y nunca se arrepentía. Seguía
trabajando. Muchas veces no tenía nada. Llega un mes y decía, no tenemos ni un
centavo. ¿Qué vamos a hacer? Eso me daba tanta cólera y yo decía ¿pero qué más
se puede hacer en la vida?»
La Oveja negra
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre
que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente
pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas
comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
Günter Grass