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LAS DIFERENCIAS DE DISPARAR EN

En las dos últimas entregas exclusivas para los lectores VIP os hemos hablado de
las ventajas de disparar en manual y del tipo de fotografías que puedes lograr
pasándote al Modo Manual. Hoy damos un paso más y te mostramos de forma
muy gráfica las diferencias entre fotografiar en automático o hacerlo en manual.

No será un documento para leer, sino para observar, para jugar a las
diferencias, como los pasatiempos tipo “Encuentra las siete diferencias”.

Te vamos a presentar ocho parejas de imágenes, todas son la misma escena con
una pequeña diferencia, la primera (arriba o izquierda) ha sido capturada con el
Modo Automático y la segunda (abajo o derecha) ajustando los parámetros en
Modo Manual. Ninguna de ellas ha sido editada, están tal cual han salido de la
cámara.

De esta manera, lo que queremos no es contarte las ventajas de usar el Modo


Manual, sino mostrártelas, porque siempre se ha dicho (muy acertadamente)
que “una imagen vale más que mil palabras”.

Y no lo haremos con espectaculares fotografías de lightpainting, barridos,


fotografías nocturnas, de movimiento o larga exposición, esas ya sabemos que
sólo se pueden lograr en manual, de hecho, te las explicamos paso a paso en
nuestro libro la Magia de Fotografiar en Modo Manual. En este caso, te lo
mostraremos con fotos cotidianas o normales, fotos sencillas en las que te
pueda parecer que el automático funciona estupendamente. Porque si crees
que el Modo Manual es sólo para las situaciones especiales… te equivocas ;).
¿Quieres comprobarlo?

(Nota: el equipo utilizado ha sido una Canon 450D con un 50mm f/1.8)
En este contraluz, al disparar en automático saltó el flash, eso es algo que no
puedes controlar si trabajas en automático. Sin embargo, en Modo Manual
tienes la opción de usarlo o no. En este caso, el no utilizar el flash permite que
se aprecien las transparencias del molinillo y que la imagen resulte mucho más
atractiva.
Aunque te cueste creer que es la misma escena, te aseguramos que lo es. Si
observas bien las “sutiles manchas” de la imagen de abajo comprobarás que
ocupan el mismo espacio que los elementos de la imagen superior. Controlar la
apertura y el punto de enfoque ha permitido borrar de un plumazo el resto de
elementos.
En la siguiente pareja de imágenes, la diferencia es algo más sutil. De hecho,
puede que haya a quien le guste más la capturada en automático. Sin embargo,
nos parece más interesante la tomada en Modo Manual por la luminosidad, el
desenfoque del fondo y el color cálido del atardecer que el Modo Automático
ha corregido en la fotografía de la izquierda.
La imagen derecha está repleta de “fallos”, una dominante amarilla, flares o
destellos, desenfoque y trepidación. Sin embargo, es una foto que a nivel
creativo puede resultar atractiva, o al menos mucho más que la de la izquierda
que no tiene ningún interés, ¿no te parece?
El siguiente ejemplo puede parecerte un truco, pero no lo es. No es edición, ni
cambio de lente o de equipo, ni tan siquiera magia, o bueno… sí lo es, la magia
de disparar en manual. ¿Aún no te has atrevido? Después de ver esto seguro
que lo pruebas.

Que sí, que sí, que es exactamente la misma escena y el mismo objetivo. ¿Te
das cuenta de lo que te estás perdiendo disparando en automático?
Ahora podrás observar la diferencia entre elegir el punto de enfoque o que la
máquina lo decida por ti. Con una profundidad de campo grande igual no lo
percibes, pero con una gran apertura la diferencia puede ser muy notable.

Si bien te puede gustar más o menos la tonalidad amarilla de la imagen inferior,


es algo que se puede corregir en el procesado si se desea, lo que no se puede
modificar es el hecho de que en la imagen de arriba, tomada en automático, la
mirada da vueltas sin saber dónde posarse, algo que no ocurre en la segunda
fotografía en la que el punto de interés está muy claro.
Y de nuevo nuestro amigo el #flashincorporadodelacámara Tan inoportuno
como de costumbre. Vale, no es que sea un paisaje impresionante, ni una
fotografía digna de mención, pero lo suficiente para que veas cómo el modo
automático puede cargarse de un plumazo el color del cielo, enfocar donde no
debe y corregir el bonito color del ocaso sobre la vegetación.
¿Quieres saber por qué tus retratos no lucían tan impresionantes como otros
que has visto por ahí? ¿Crees que les falta algo? Observa la diferencia entre
estos dos retratos, mismo sujeto con dos segundos de diferencia, el tiempo que
se tarda en cambiar el dial de manual a automático.

Creemos que con esto es suficiente para que te convenzas de la necesidad que
tienes (y no conocías) de disparar en manual. Estamos seguros de que esta ha
sido la prueba que te faltaba para lanzarte a practicar con ese modo que tanto
miedo da cuando una réflex llega a tus manos. Ahora es el momento de
atreverte a dar el paso o seguirás perdiendo tus mejores fotografías por el
camino.
Prueba nuestro Libro
La Magia de Fotografiar en Modo Manual

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