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PRÁCTICOS
¿Cómo caracteriza Freud las neurosis actuales y cómo las psiconeurosis?
Especifique diferencias entre histeria y neurosis obsesiva.
En el texto Freudiano “La sexualidad en la etiología de las neurosis” (1898), se intenta
desarrollar las causas de las neurosis en todos sus tipos. Las neurosis poseen un estrecho
encuentro con la sexualidad, cosa que hasta le momento era completamente rechazado por la
sociedad. Freud intenta explicar el por qué de estas causas, dando a saber que la terapia
adecuada del médico con su paciente debe ser delicada y tomada con seriedad, y no de manera
inescrupulosa, ya que el examen de los neuróticos, no debe provocar en el médico una
satisfacción frente al relato cargado de contenido sexual. En este texto Freud separa dos tipos
de neurosis: Las Psiconeurosis y las Neurosis Actuales.
Las Psiconeurosis, contiene subdivisiones; la histeria, las neurosis obsesivas, fobias, etc. Con
frecuencia se presentan casos mixtos en que se unifican signos de las neurosis actuales como
la neurastenia, con las de una psiconeurosis. En éstas, la etiología se sitúa siempre en lo
sexual, y a concebir que el enfermo no sepa decirnos nada de ella, y es que los sucesos que
están en la base de toda psiconeurosis no corresponden a la actualidad, sino a una época de la
vida del pasado, de la primera infancia, y por eso no son sabidos por el enfermo, ya que los ha
olvidado o reprimido. Al ser factores de naturaleza infantil, aquí aparece la primera gran
oposición en la etiología de las neurosis, hay un rechazo hacia la idea de que el infante posea
sexualidad. Estas vivencias infantiles tienen un efecto retroactivo, ya que aparecen luego de
una etapa de latencia, denominada pubertad, por lo tanto los factores de las psiconeurosis son:
El efecto retardado; el efecto patógeno; estado infantil inmaduro en el que sucede el trauma; el
instrumento anímico. Se ha ido demasiado lejos en la reconducción de los destinos patológicos
del individuo a las vivencias de sus antepasados, olvidando que entre la concepción y la
madurez vital se extiende un largo y sustantivo trecho, la infancia, en que pueden adquirir los
gérmenes de una posterior afección. Esto sucede en el caso de las psiconeurosis. Su etiología
eficiente está en vivencias de la infancia y también aquí, en impresiones que afectan la vida
sexual. Al descuidar la vida sexual de los niños, no percatamos en que ellos son capaces de
todas las operaciones sexuales psíquicas, y de muchas somáticas. Debe decirse también que las
fuerzas pulsionales sexuales deben almacenarse en el ser humano para que, liberadas en la
época de pubertad, puedan servir luego de grandes fines culturales. El efecto retardado arranca
de las huellas psíquicas que las vivencias sexuales infantiles han dejado como secuela. En el
intervalo entre vivencias estas impresiones y su reproducción, no sólo el aparato sexual
somático sino también el psíquico ha experimentado una sustantiva plasmación, y por eso a la
injerencia de esas vivencias sexuales tempranas sigue ahora una reacción psíquica anormal: se
generan formaciones psicopatológicas.
Por otro lado, dentro de las neurosis actuales, separamos dos tipos: Las Neurastenias y las
Neurosis de Angustia. En 1895 Freud salta a defender las causas de las neurosis, ya que hasta
ese momento se veían como “neurosis hereditarias”, cuando en realidad eran adquiridas.
Presenta una “Ecuación Etiológica”, donde explica porque algunas personas enferman y otras
no, mientras que los antecedentes genéticos son causas complementarias. Este tipo de neurosis
se separan a causa de los siguientes aspectos: Por un lado, las neurosis de angustia es
provocada por el desprendimiento de una relación sexual insatisfecha, abstinencia, excitación
frustrada, coito interrumpido o eyaculatorio precoz, etc. La angustia es libido desviada de su
empeño normal. Esto provoca que la tensión sexual somática no esté acumulada corticalmente.
Este tipo de neurosis angustiantes nunca suceden antes de la pubertad, sino con el despertar
sexual. En cambio, la causa de las neurastenias, es producida por un exceso de masturbación,
es decir, un exceso de tensión sexual somática. Los achaques característicos de la neurastenia
son la presión intracaraneana, fatiga, dispepsia, obstrucción intestinal, irritación espinal, etc.
En ninguno de los casos de neurosis actuales hay tramitación de mecanismos psíquicos, ni por
el Icc ni Cc, es puramente de la experiencia de la vida sexual.
Las diferencias que se encuentran entre histeria y neurosis obsesiva dentro del grupo de
psiconeurosis son muy claras: En un primer momento, las dos se manifiestan de igual manera,
donde pacientes que hasta el momento gozaban de salud psíquica, les sobrevino un caso de
inconciliabilidad en su vida de representaciones, una sensación que despertó un afecto tan
penoso que la persona decidió olvidar, no confiando en poder solucionar con su yo la
contradicción que esa representación inconciliable le oponía. La tarea que el yo defensor se
impone, tratar como la representación inconciliable, es directamente insoluble para él, una vez
que la huella anémica y el afecto adherido a la representación están ahí, ya no se los puede
extirpar. La solución es convertir esta representación intensa en una débil, arrancarle el afecto,
la suma de excitación que sobre ella gravita. Por un lado definimos Histeria, donde el modo de
volver inofensiva la representación inconciliable es “trasponer a lo corporal la suma de
excitación”, al cual se le adjudica el nombre de “conversión”, que puede ser total o parcial y
sobreviene en la inervación motriz o sensorial que tenga el nexo más íntimo con la vivencia
traumática. El yo ha conseguido así quedar exento de contradicción pero ha echado sobre sí el
impedimento de un símbolo anémico que habita la conciencia al modo de un parásito, ya sea
como una inervación motriz o sensación alucinatoria, que permanecerá hasta que devenga una
conversación inversa. Por un lado a la naturaleza de estos traumas sexuales, y por el otro al
período de la vida que ocurrieron, no basta para la causación de la histeria, sino que de alguna
manera debe rozar con la vida sexual y devenir de manera patógena por el desprendimiento y
la sofocación de una afecto penoso. Estos traumas sexuales corresponden a la niñez temprana
(previo a la pubertad), y su contenido tiene que consistir en una efectiva irritación de los
genitales (procesos semejantes al coito).
Las representaciones obsesivas (y fobias): Si una persona predispuesta a la neurosis no posee
de capacidad “convertidora” y para defenderse de una representación inconciliable se
emprende el divorcio entre ella y su afecto, es fuerza que ese afecto permanezca en el ámbito
psíquico. La representación queda segregada de toda asociación dentro de la conciencia, pero
su afecto liberado, se adhiere a otras representaciones, en sí no inconciliables, que en virtud de
este “enlace falso” devienen representaciones obsesivas. En los casos analizados por Freud,
era la vida sexual la que había proporcionado un afecto penoso de la misma índole que el
afecto transferido a la representación obsesiva. Los mismos enfermos cuentan que la fobia o la
representación obsesiva sólo aparecieron después que el empeño voluntario hubo alcanzado en
apariencia su olvido. El divorcio entre la representación sexual y su afecto, y el enlace de este
último con otra representación, adecuada pero no inconciliable acontecen sin conciencia, es
decir, que son procesos de naturaleza psíquica, sino procesos físicos cuya consecuencia se
figura como si real y efectivamente hubiera acontecido lo expresado mediante los giros
“divorcio entre la representación y su afecto” y “enlace falso” del último. Los enfermos suelen
mantener en secreto sus representaciones obsesivas toda vez que son concientes de su origen
sexual. Al analista, este afecto le parece justificado, para el lo llamativo es sólo el enlace del
afecto con una representación que no es digna de él. Para el enlace secundario (la obsesión)
del afecto liberado se puede aprovechar cualquier representación inconciliable: una angustia
liberada, cuyo origen sexual no se debe recordar, se vuelven sobre fobias primarias comunes
del ser humano ante ciertos animales, tormenta, oscuridad, etc, o sobre cosas que estén
asociadas con lo sexual de alguna manera: orinar, defecar, ensuciarse, el contacto en general,
etc. La ventaja obtenida por el yo tras emprender para la defensa el camino del transporte del
afecto es mucho menor que en el caso de la conversión de una excitación psíquica en una
inervación somática. El afecto bajo el cual el yo padecía permanece como antes, sólo la
representación inconciliable ha sido excluida del recordar.
Explique la vivencia de satisfacción. Relacione con el Principio de Constancia
y la constitución del deseo.
La vivencia de satisfacción es un tema detallado por Freud en su texto, “Proyecto de una
psicología para neurólogos”. Freud denomina “vivencia de satisfacción” a una experiencia de
valor fundamental que establece el modo en que se constituye el desear sobre la base de la
articulación entre vivencias en el propio cuerpo y el pensar, como operación constituyente de
nexos, de ligaduras. De acuerdo con la experiencia, la primera vía que es recorrida en tal
proceso es la que conduce a la alteración interna (expresión de las emociones, inervación
vascular), pero ninguna descarga de esta especie puede agotar la tensión, no tiene ningún tipo
de aligeramiento, a pesar de aquella persiste la recepción de estímulos endógenos (que se
originan en el interior), que puede reestablecer la tensión psi. En este caso la estimulación sólo
pude ser abolida por medio de una intervención que suspenda transitoriamente el
desprendimiento de cantidad (Qh) en el interior del cuerpo, y una intervención de este tipo
requiere una alteración en el mundo exterior (aporte de alimento, aproximación del objeto
sexual), que sólo puede ser alcanzada a través de determinadas vías. El organismo humano es
incapaz de llevar a cabo la acción específica, realizándola por medio de la asistencia ajena o
auxiliar al llamar la atención de una persona experimentada sobre el estado en que se
encuentra el niño, mediante la conducción de la descarga por la vía de la alteración interna, por
ej, mediante el llanto del niño. Esta vía de descarga adquiere así la importantísima función
secundaria de la comprensión (comunicación con el prójimo) y el entendimiento; y la inicial
necesidad del ser humano es la fuente primordial de todos los motivos morales. Una vez que el
individuo asistente ha realizado para el indefenso el trabajo de la acción específica en el
mundo exterior, el segundo se encuentra en situación de cumplir sin demora, por medio de
dispositivos reflejos, la función que en el interior de su cuerpo es necesaria para eliminar el
estímulo endógeno. La totalidad de este proceso representa entonces una vivencia de
satisfacción, que tiene las más decisivas consecuencias para el desarrollo funcional del
individuo. Por lo tanto, la vivencia de satisfacción genera una facilitación entre dos imágenes-
recuerdo y un núcleo investido en estado de esfuerzo (drang). Con la descarga de satisfacción
una cantidad es drenada de las imágenes-recuerdo. Con el reafloramiento del estado de
esfuerzo o deseo, la investidura traspasa sobre los dos recuerdos y los anima. Tal vez sea la
imagen-recuerdo del objeto la alcanzada primero por la reanimación del deseo.
La vivencia de satisfacción tiene que ver con una etapa en la que el individuo, en la medida en
que era incapaz de satisfacer sus necesidades internas por sus propios medios (ej el hambre)
estas solo pueden ser satisfechas cuando por algún cambio sobreviene la ayuda externa que
cancela el estímulo interno. Un elemento esencial en esta escena es la aparición de una cierta
percepción cuya imagen queda asociada a la huella que dejo la vivencia interna y su
cancelación por dicha aparición. La próxima vez que dicha necesidad sobrevenga, se suscitara
una moción psíquica que querrá investir nuevamente la percepción, para restablecer la
situación de la satisfacción primera, esto es lo que Freud llama deseo y la reaparición de la
percepción es el cumplimiento del mismo. Esta primera actividad psíquica apuntaba a una
identidad perceptiva, o sea, a repetir aquella percepción que está enlazada con la experiencia
de satisfacción de la necesidad. La vivencia de satisfacción va ligada al desamparo originario
del ser humano. El organismo no puede realizar la acción específica capaz de suprimir la
tensión resultante del aflujo de las excitaciones endógenas, esta acción requiere de la ayuda de
una persona exterior que le suministre por ej el alimento, y el individuo pueda suprimir la
tensión. Más allá de este resultado actual, la vivencia implica varias consecuencias: En lo
sucesivo la satisfacción queda unida a la imagen del objeto que ha procurado la satisfacción.
Cuando aparece nuevamente el estado de tensión, la imagen del objeto es recargada,
produciéndose algo similar a la percepción: la alucinación. Ahora bien, una carga demasiado
intensa de la imagen produce el mismo indicio de realidad de una percepción. El conjunto de
esta vivencia (satisfacción real y satisfacción alucinatoria) constituye el fundamento del deseo.
En efecto, el deseo tiene su origen en la búsqueda de la satisfacción real pero se forma según
el modelo de la alucinación primaria. La formación del yo, viene a paliar el primer fracaso del
sujeto en distinguir entre una alucinación y una percepción, por su función de inhibir la
recarga del objeto que satisface para que no sea demasiado intensa produciendo el mismo
indicio de realidad que la percepción.
Por otro lado, el Principio de Constancia se halla en la base de la teoría económica freudiana.
Este principio indica que el organismo intenta sostener lo más bajo posible y en estado de
equilibrio las excitaciones en el interior del aparato. Cuando se produce una suba en ese
quantum excitatorio intentará recuperar el estado anterior apelando a la descarga. El aparato
psíquico surge como efecto de retención energética. Impresiona esto como opuesto a la
evacuación de energía relacionada con el principio de constancia. Este acompaña a la
complejización en el aparato psíquico de modo tal que opera intentando mantener constante el
nivel energético que por nuevos modos de tramitación resultan estables con niveles mayores
de retención energética que es ligada a representación. En cuanto a vivencia de satisfacción, la
relación con ella es el hecho de que el principio de constancia intentaría mantener constante la
suma de las excitaciones en su interior, lo cual lograría poniendo en marcha los mecanismos
de evitación frente a las excitaciones externas, y de defensa y descarga (abreacción,
desprendimiento del afecto) frente a los aumentos de tensión de origen interno.
Describa y relacione estos tres conceptos: olvido del sueño; ombligo del sueño;
censura onírica.
Olvido del Sueño: “El sueño está cubierto por un manto de olvido”, lo que sucede aquí es que
la fragmentación de un sueño aporta un carácter absurdo o incoherente. El hecho de que el
sueño es un fenómeno psíquico de pleno derecho (es decir, que tiene un significado y es
totalmente válido), nos da a entender que todo sueño lleva oculto un deseo, pero no cualquier
tipo de deseo, sino un deseo inconsciente que es incomprensible para nuestra vida psíquica en
el estado de vigilia, por lo tanto, el olvido del sueño es un fenómeno de resistencia hacia esos
pensamientos latentes del inconsciente que no queremos que emerjan de manera conciente.
Por lo tanto, el olvido del sueño no es un proceso aleatorio, el olvido es un efecto de la censura
onírica, de algo que no quiere ser recordado. Esto mismo sucede cuando comienza la terapia
psicoanalítica, donde en los casos expuestos por Freud, cuando un paciente le contaba por
segunda vez el sueño, nunca lo hacía de la misma manera que había sido expuesto la primera
vez, por lo tanto el segundo relato, siempre contenía un monto más de información. Esto
demuestra que el retorno de lo olvidado del estado inconsciente, se vuelve más susceptible al
análisis, y por medio de esa nueva información sabemos que la resistencia comienza a
fracasar, y podemos averiguar las cosas más relevantes de ese sueño por medio de la nueva
información aportada por el paciente, ya que el que posee la codificación del sueño, es el
soñante, pero con la particularidad de que no lo sabe, sino que requiere del analista para
decodificarlo.
Ombligo del Sueño: El método por el cual el analista consigue la interpretación de un sueño,
es mediante la Asociación Libre, es decir, mediante la desfragmentación del sueño, donde el
paciente debe cumplir con ciertos requisitos para poder contar su sueño por completo como
sea recordado, sin ningún tipo de restricción o pudor hacia sus recuerdos del mismo. Por
medio de la asociación, el analista logra inquirir al paciente reflexionando sobre cada
fragmento del sueño, para que así se logre interpretar su significado, asociando distintos
aspectos de su vida con el sueño. El ombligo del sueño es el punto donde el analista ya no
puede sumergirse, es donde terminan las asociaciones, a causa de la resistencia puesta por el
paciente hacia sus pensamientos latentes inconciliables.
Censura Onírica: Es la que deforma los sueños, es decir, que los pensamientos latentes son
incapaces de llegar al conciente o contenido manifiesto del sueño a causa de la censura
onírica, porque es el que deforma el contenido para que sea conciliable por el sujeto durante el
dormir. Si no fuese por la censura onírica, los pensamientos inconciliables del inconsciente
provocarían una perturbación que lograría el despertar, y la verdadera función del sueño es
procurar que sigamos durmiendo, no que despertemos, en frases de Freud, “Los sueños son
eliminaciones de estímulos (psíquicos) perturbadores del dormir, por la vía de la satisfacción
alucinada”. Todo sueño contiene un deseo infantil indestructible, el cual se refleja con cierta
desfiguración que permite que sean admitidos en el conciente. Donde quiera que haya lagunas
dentro del sueño manifiesto, la censura onírica es la culpable. La censura onírica puede
manifestarse de tres maneras: por medio de la omisión del elemento (por ej, en el sueño de la
madre que sueña con la idea de ofrecer “servicios de amor” a los soldados, cuando su hijo
formaba parte del ejército, donde omite por completo la frase “servicios de amor”, y la
sustituye con un murmullo); por la alusión del elemento censurado (denominado también
censura de prensa); y un tercer grupo, que alude al reordenamiento del material para exponer
el contenido manifiesto, como en el caso de la mujer que soñaba con el teatro, donde todos los
indicios indicaban el apresuramiento de haberse casado tempranamente.
La resistencia es la fuerza que pone objeciones ante la declaración del paciente, por lo tanto, es
una prueba clara de la censura onírica. A qué se resiste? A los deseos prohibidos. Contra que se
resiste? Contra los contenidos desagradables de la vigilia. Si comparamos sueño amniiesto y
sueño latente, vemos que algunos elementos han sido eliminados por completo, otros se
recogieron en el contenido del sueño manifiesto modificados en mayor o menor medida, y
otros entraron en él inalterados y quizá reforzados.
La relación entre estos tres elementos definidos individualmente, es la conformación del
sueño, del contenido manifiesto y de los contenidos latentes. El olvido del sueño es el
resultado de la censura onírica, que intenta reprimir los pensamientos latentes inconciliables en
el manifiesto del sueño, y el ombligo del sueño apela a la resistencia de los pacientes de
descubrir ese deseo perturbador y desagradable, y crear una resistencia para acabar con las
asociaciones libres que intentan sacar a la luz los pensamientos. Este juego de fuerzas entre el
conciente y el inconsciente es lo que provoca la deformación de los pensamientos latentes y
los presenta dentro del contenido manifiesto.
SEMINARIOS
De los obstáculos que Freud ubica a la tarea del análisis, ¿cuál resulta, a su
entender, el obstáculo más enojoso con el que se puede tropezar? Desarrolle.
A mi entender el obstáculo más enojoso que puede encontrarse en la tarea del análisis, puede
definirse de dos modos, por un lado que se vea perturbado el vínculo entre el paciente y su
analista; y la resistencia propuesta por el paciente al ocultar detalles relevantes en el proceso
terapéutico y de la cura.
En Psicoterapia de la Histeria, encontramos el siguiente párrafo: “Ya he indicado el importante
papel que corresponde a la persona del médico en la creación de motivos destinados a derrotar
la fuerza psíquica de la resistencia En no pocos casos (…) la colaboración de los pacientes
pasa a ser un sacrificio personal que tiene que ser recompensado mediante algún subrogado
del amor.” Para Freud el obstáculo sobreviene en tres casos principales:
1) El de una enajenación (suspensión) personal, cuando la enferma se cree menos
preciada o ha escuchado cosas desfavorables sobre el médico y el método de
tratamiento. En el caso menos grave se supera fácilmente por vía de declaración y
esclarecimiento.
2) Cuando la enferma es presa del miedo de acostumbrarse demasiado a la persona del
médico, perder su autonomía frente a él y hasta caer en dependencia sexual de él. La
ocasión para este obstáculo está contenida en la naturaleza del cuidado terapéutico. La
enferma presente un nuevo motivo de resistencia. La enferma se queja de dolor de
cabeza cuando se aplica el método de presión. Su nuevo motivo de resistencia
permanece las más de las veces inconsciente, y lo exterioriza mediante un síntoma
histérico de nueva producción. El dolor de cabeza significa la renuencia de dejarse
influir.
3) Cuando la enferma se espanta por transferir a la persona del médico las
representaciones penosas que afloran desde el contenido del análisis. Ello es frecuente,
y aún de ocurrencia regular en muchos análisis. La transferencia sobre el médico
acontece por enlace falso.
No se puede llevar a término ningún análisis si uno no sabe enfrentar la resistencia que resulta
de los tres hechos mencionados. Para los pacientes, el trabajo sigue siendo el mismo: superar
elñ afecto penoso por haber podido abrigar semejante deseo por el momento; y para el éxito
del trabajo parecía indiferente si el paciente tomara como tema esa repulsión psíquica en el
caso histórico o en el reciente con su analista. También las enfermas aprendían poco a poco a
inteligir que en tales transferencias sobre la persona del médico hay una compulsión y un
espejismo que se disiparán al terminar el análisis. Y en cuanto a las veces en que ha fracasado
en mostrar la naturaleza del obstáculo, opina que simplemente nos ha sustituido un síntoma
desarrollado espontáneamente por otro síntoma histérico, si bien más benigno.