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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

RESPETADO(A) LECTOR(A):
Esta publicación no está relacionada ni está patrocinada por alguna Religión, Organiza-
ción Espiritual, iglesia, secta, grupo, asociación, sociedad o empresa, de las que hay en
este Mundo Físico de la Tierra. Es directamente Ofrecida GRATIS por el Autor, y co-
mo una manera de COMPARTIR con Usted el Proceso de Aprendizaje de él, puesto que
es muy posible que a Usted también le pueda servir de algo para su vida actual.
Sin importar cuál sea su concepto acerca de Dios, si cree o no cree que El Existe, qué
opine de la “Oración”, de la Fe, este Libro, dentro de la lógica y de la veracidad como
está escrito, es muy probable que le permita ENTENDER “ALGO MAS” con referencia
a la “ORACION A DIOS” en el entorno de la Ley de la Atracción.
No está de más recomendarle y sugerirle que si Usted, por ahora, NO CONOCE el tema
de la Ley de la Atracción, entonces, simplemente en los lugares donde encuentre las pa-
labras “Ley de la Atracción” o “Ley” (para referirse a ésta) las sustituya con “ORA-
CION A DIOS”, para que se le FACILITE ENTENDER la Información que se le está
comunicando en esta Obra.
Más que cualquier otro, el OBJETIVO de este Libro es que Usted se ACERQUE más
y CONOZCA más al Unico, Real y Verdadero ¡DIOS! del Cielo y de la Tierra, para que
por fin pueda Amarlo, Adorarlo, Honrarlo y Respetarlo como El mismo ESPERA PA-
CIENTEMENTE que Usted lo haga “algún día”.
Como El Escribiente RECIBO GRATIS la "manifestación” de esta Información, y así es
como se la entrego a Usted, también GRATIS, para Conocimiento SUYO, y para que la
Divulgue de la forma que a Usted le parezca mejor y más fácil y rápida.
MUCHAS GRACIAS por leer esto, ya que efectivamente contiene INFORMACION
ESPECIAL que “no está disponible” en otro sitio, o por lo menos que esté concebida y
redactada para explicarla en el CONTEXTO “COMPLETO” empleado en este Docu-
mento.

Cordialmente,
El Escribiente.

Para más Información puede dirigirse a:


e-mail: eterravan61@yahoo.es
Celulares: 3115285338, 3014485333.

(CONTRAPORTADA DE LA VERSION IMPRESA)


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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

LA FE QUE DA PROSPERIDAD

INTRODUCCION
Desde hace poco más de 30 años he tenido la inquietud por el tema reli-
gioso y espiritual: Dios, el mal, el bien, el pecado, la salvación, la iglesia, y
por esto tuve a mi disposición muchos libros y folletos de estos temas y tu-
ve contacto directo con dos Iglesias “Cristianas”, aparte de que hasta mi
adolescencia fui criado como católico (lo cual me permitió compartir y vivir
esta expresión religiosa, hasta el punto de haber estudiado en un Colegio
católico).
Más o menos en el año 1996, me encontré con cierta información a la cual,
a pesar de que me le acerqué y la estudié superficialmente, de un momen-
to a otro la dejé de lado y casi que la había olvidado por completo, primero
por circunstancias personales y segundo por asuntos “religiosos”.
Mi vida ha tenido etapas de “religiosidad”, diría que extrema aunque no
fanática, y otras de desapego por lo religioso y de pretender “disfrutar” del
mundo, aunque siempre teniendo esa convicción y ese deseo de creer en
que Dios sí existe y que alguien debe tener la razón respecto a quién es El,
cómo es, cómo actúa, y qué papel juegan en todo esto las religiones del
mundo, sus libros sagrados y especialmente la Biblia.
A partir de 2008, estuve dedicado a leer algunos textos y documentos
“buscando” una razón religiosa de peso en alguna de las Iglesias (de origen
cristiano) que, según mi criterio, podrían tener más verdad que las demás,
para vincularme con ella, o por lo menos para poder pensar que estaba
creyendo en la verdad, aunque solo fuera “mi verdad”.
De todas maneras sigo leyendo acerca de este tema, más que como una
respuesta a mi búsqueda, sí como para saber entenderlos y para mi cultura
general.

¿COMO TENER PROSPERIDAD?


Por la época de Septiembre de 2009, una amiga vía “e-mail” me hizo llegar
una copia del libro “El Juego de la Vida”, el cual fue el punto de partida para
llegar al Documento: “¿COMO TENER PROSPERIDAD?” (en el cual lo inclu-
yo); pero lejos estaba yo de pensar que por fin me había llegado el mo-
mento de aprender (¿o de re-aprender?, ¿o de recordar?) lo que, si lo digo

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con toda la sinceridad, “me ha buscado” casi desde que yo tengo memo-
ria.
Entonces tomé la decisión de hacerme disponible, sin evasivas ni justifi-
caciones, para todo lo que viniera respecto al tema.
Por eso fue que después de que recopilé los extractos, publicados en el Do-
cumento: “¿COMO TENER PROSPERIDAD?” (del cual yo tan solo fui El Escri-
biente) y a pesar de que considero como válido todo lo que en él se habla de
la Ley de la Atracción, yo sentía que ese “compendio” aunque abarcaba
mucho de esta Ley, para mí se quedaba “cojo”, algo faltaba y que no me
tenía del todo satisfecho.

LA BUSQUEDA
Seguí con mi “búsqueda”. Inicialmente tan solo quería seguir con mi
aprendizaje, para lo cual empecé el mismo “plan de trabajo” que había se-
guido para “¿COMO TENER PROSPERIDAD?”: buscar en Internet los libros,
leerlos, sacar los extractos importantes según mi criterio, recopilarlos y or-
ganizar un nuevo Documento, una segunda parte del mismo tema y de
cómo hacer más efectiva la Ley de la Atracción; y tan solo limitarme a esto.
Pero en el camino me fui encontrando con algunas “perlas”, como he queri-
do llamarlas porque han sido “verdades”, que estando ahí, nunca antes las
había visto, y tan claras y tan incontrovertibles como para ignorarlas (en
este momento pienso que a Usted le puede haber pasado lo mismo en su
aprendizaje y su “investigación” sobre la Ley de la Atracción, y que por eso
sí va a entender a qué me refiero y que es muy probable que en esto y lo
que sigue no vea tan solo “simples coincidencias” y que muchas de mis
“perlas” también hayan sido suyas en algún momento).

EL PASADO REGRESA
En especial hubo una autora citada en el Documento que, por la forma de
escribir y la manera de tratar el tema, llamó mi atención (en este momento
prefiero no mencionar de quién se trata para evitar de su parte algún “jui-
cio” sesgado de todo lo que yo comente).
Y recurrí a la fuente increíble de Internet, encontrando más libros de esta
persona, quien a su vez me remitió a otros autores, y cada vez que leía al-
go más, sin tener en cuenta lo mucho que aún me falta por leer, mi asom-
bro no me dejaba pues las “perlas” seguían y seguían apareciendo.
En la medida que fui leyendo el nuevo material que encontré, sorpresi-
vamente, aunque ya llevaba leído buena cantidad del material, me di
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cuenta que era lo mismo con lo que había tenido contacto para la época de
1996, pero la claridad que esta información empezó a tener en mi mente
fue asombrosa.
Inclusive recordé que en la época de mi estudio de bachillerato en el Cole-
gio (alrededor del año 1976) yo resulté participando en un “curso” de algo
que llamaban “Ciencia Cósmica” (de lo cual no debían saber, ni creo que
supieran, las directivas católicas del Colegio).
Entre los tópicos que se estudiaban en este “curso”, lo que recuerdo con
más claridad es que se hablaba de las “energías del universo” (interpreto
todo esto como que este tipo de información me ha “perseguido”, desde
hace mucho tiempo y de diferentes maneras, para que yo la estudie y, a lo
mejor, para que yo aprenda a comprenderla, a manejarla y a disfrutarla).

RESPETAR LAS LEYES


En esta nueva etapa de “estudio”, lo primero que atrajo mi atención fue
saber que la Ley de la Atracción en sí misma se relaciona con un Principio
Universal, el Principio del Mentalismo, y que con ella hay más Leyes y Prin-
cipios que indefectiblemente se cumplen, y se cumplen en todo sitio, cosa,
planta, micro-organismo, animal o persona, hasta la más pequeña molécu-
la o átomo, hablando de nuestra Tierra, y en todo el Universo.
Pero lo que más me sorprendió fue saber y entender (¿por qué ahora sí lo
entiendo?) que para que me funcione la Ley de la Atracción debo cumplir
los pasos para que se haga efectiva, pero más que cualquier otra cosa debo
“respetar” las demás Leyes y Principios Universales.
Si pretendo que esta “Ley” me dé, yo debo dar primero; si espero que Dios
me perdone, yo debo perdonar primero; si confío en que voy a recibir algo,
debo Tener Fe en que la Ley sí funciona y que en realidad la “energía”
(¿Dios?) detrás de ella es Inteligente, Omnisapiente, Omnipresente, Omni-
potente, para todo, para todos, en todo y en todos.
No es solo desear algo, primero tengo que tener un compromiso personal,
sincero y real de que yo voy a hacer la parte que me corresponde y que
después, no antes, la Ley me va a responder sí o sí.
Desde el principio de este nuevo aprendizaje y a través de él ha sido reite-
rativo para mí (como usted ya puede saberlo y sentirlo) que:
“Cuando el estudiante está listo, aparece el maestro”.
Y así he querido tomarlo; además de que ya no tengo “excusas” ni justifi-
caciones, y que lo que siento que viene es mejor de lo que hasta el mo-
mento he aprendido y he vivido.
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Y por si fuera poco esto, ya no puedo ignorar la “insistencia”, digamos del


Universo, de esa “energía”, ¿de Dios?, para que yo tenga esta información
(ya queda en mis manos qué haga o qué no haga con todo este conoci-
miento).

PRIMERA FALLA PARA EL USO DE LA LEY DE LA ATRACCION


La respuesta a todo lo relacionado con el efectivo funcionamiento de la Ley
de la Atracción está ahí, siempre ha estado ahí, Usted la ha tenido, yo la he
tenido, el problema está en que no hemos podido verla, o ¿no hemos que-
rido verla? (cuando uno empieza a hablar así parece que no tuviera res-
puesta alguna y más bien da a entender que estuviera tratando de “envol-
ver” a los demás para evadir dar una respuesta concreta).
Yo tuve una respuesta para mí y por eso quiero compartirla con Usted (no
sé si solo sea “mi respuesta”, si tan solo sea una respuesta para mí, pero
de lo que sí estoy seguro es que a Usted de algo le va a servir).
La información que en diferentes épocas se les ha dado a las personas, si-
empre ha estado a su nivel de desarrollo material, mental y espiritual.
Por consiguiente tan solo cuando uno está preparado para recibirla es cu-
ando empieza a llegarle por medios aparentemente extraños, pero lo único
cierto es que llega. Y uno lo que tiene que hacer es simplemente estar dis-
puesto a leer, a escuchar, a ver o a intuir, lo que ahora sí va a parecer
fácil de percibir y entender.
Esto quiere decir que si la persona no está preparada aún, por más que
busque, por más que pregunte, no va a encontrar la información, y no por-
que no la tenga a la mano sino porque en realidad “uno no la ve”, ¡no la
va a poder ver!, y si no la ve mucho menos la va a entender.
“El que tenga oídos que oiga”.
Esta puede ser una falla para que la Ley de la Atracción no funcione,
porque si yo quiero que funcione como estoy acostumbrado que funcionan
las “cosas de este mundo” estoy perdiendo mi tiempo, o que funcione bajo
los mismos parámetros religiosos a los que estoy habituado.
Entonces debo cambiar mi enfoque y desear con FE tener el conocimien-
to.

CONOCIMIENTO ESPIRITUAL
Muchas cosas de las que Usted posiblemente ya ha entendido, y que yo he
entendido, y que nos han parecido tan reales y tan lógicas, a otras perso-

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nas les parecen absurdas y como si fueran temas para gente ignorante e
inculta.
Acá no se trata de sabiduría y cultura como las hemos aprendido a definir
según los criterios materiales del mundo, sino de conocimiento espiritual
que, como tal, necesita una predisposición espiritual de la persona para
comprenderlo y de cierto nivel de “espiritualidad” para aceptarlo (que que-
de bien claro que no estoy hablando de religiosidad ni de “santidad”, ni
mucho menos de “santurronería”).
Con todo esto se explica: primero, que la forma de pensar religiosa haya
cambiado tanto a través de la historia de la humanidad; y, segundo, que la
“espiritualidad” haya tenido tan diferentes manifestaciones en cada época
representativa del hombre.
Para citar tan solo dos, miremos el gran cambio que hubo entre la época
antes de Abraham hasta Moisés, en que nace y posteriormente se consolida
el judaísmo, y la época desde Jesús y después de El, en que empieza y se
establece el cristianismo; sin dejar de lado la aparición del islamismo, el
budismo y el hinduismo, como para tener referencia de las principales cinco
religiones, y dentro de cada una de estas no se pueden olvidar las muchas
sectas, divisiones, escisiones.
Hasta llegar a la época actual en la cual hay de todo, y para todos, en lo
que se refiere a satisfacer esa necesidad de “conocimiento espiritual” y de
religiosidad de las personas.
Y ¿por qué todo esto?

CONOCIMIENTO DIVINO
En su infinita sabiduría y poder, Dios ha dado la manera de que cada ser
humano tenga conocimiento de acuerdo a su capacidad mental, emocional
y espiritual en cada época de la historia de la humanidad y con mayor ra-
zón en la época actual (me refiero al tiempo desde mediados del Siglo XX
hasta el día de hoy).
Por eso es que quien está en un lado, por ejemplo una Iglesia cristiana, se
le hace difícil, si no imposible, entender cómo hay personas que creen en
otras cosas tan diferentes, como en el budismo, y así para cada tipo de co-
nocimiento religioso y espiritual.
Esto quiere decir que ante los ojos de Dios todos tienen una parte de la
verdad y de la razón, la parte que la capacidad mental, emocional y espiri-
tual de cada persona le permite asimilar y comprender; y cuando alguien
ya no se siente satisfecho con lo que sabe y con lo que cree y desea bus-

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car más (indicativo de que ya está preparado para un conocimiento más


“avanzado”), sencillamente Dios lo guía hacia ese nuevo aprendizaje.
Por eso es que no debe ser extraño ni motivo de vergüenza estar donde se
está y lo que se “tiene”, y con mayor razón si estamos hablando de asuntos
espirituales, de conocimiento espiritual y divino.
Lo que sí hay que hacer es estar seguros y convencidos de que el lugar es
el apropiado y el que le satisface a uno como ser humano y como persona
espiritual; si no es así entonces hay que empezar la búsqueda.
Eso fue lo que yo hice, y cuál no sería mi sorpresa cuando comprendí que
ya no debía preocuparme por saber cuál Iglesia “cristiana” tenía la ver-
dad como yo quería encontrarla, porque mi camino debía orientarlo hacia
otro rumbo.

CONOCIMIENTO DE LA LEY DE LA ATRACCION


Toda persona debe estar dispuesta a dar el siguiente paso, cuando esté
en realidad lista para darlo.
¿Cómo es esto?
Tan sencillo como el niño que gatea y empieza a caminar: él gatea y no sa-
be caminar; ¿cuándo sabe que está listo para hacerlo?, cuando instintiva-
mente (¿por intuición?) se para y camina (primero con inseguridad y con
algo de ayuda, pero poco a poco va cogiendo “confianza” hasta que está
seguro de que puede caminar).
El niño no sabía que podía hacerlo, física y mentalmente no lo sabía, pero
lo pudo hacer y ya sabe que puede hacerlo (en ningún momento duda que
puede hacerlo, ¡¿tiene fe?!).
El niño, por así decirlo, ya venía “programado” para caminar (estoy hablan-
do que va a caminar cuando físicamente esté capacitado; si hay alguna in-
capacidad no va a poder caminar, pero la programación para hacerlo de to-
das formas está ahí, en su memoria celular).
De estas palabras deduzco que la verdad es que nosotros física y mental-
mente “no sabemos” que la Ley de la Atracción funciona, por el aprendiza-
je que teníamos y que hemos dado por cierto.
Ahora, porque “creemos” y estamos seguros de que es una Ley que existe,
intuitivamente “sí sabemos”, deberíamos saber, que la Ley funciona (nues-
tra parte espiritual nos está permitiendo entender).
Y para convencernos de que es así solo falta TENER FE (dirá Usted: ¡pues
me resultó el sabio! con la brillante solución, la misma que todos dan).

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Después de todo, el conocimiento sobre la existencia y la efectividad de la


Ley de la Atracción ya está en nosotros.
Diciéndolo de otra manera: cada uno de nosotros ya “nace programado”,
con esta información (y con mucha otra) pero “tenemos que recordarla”.
No sé si a Usted le haya pasado, pero hay muchas cosas de lo que ya he
“aprendido” respecto a este tema de la Ley de la Atracción, y de lo nuevo
con lo que he tenido contacto y es mi reciente conocimiento, que me han
parecido tan fáciles de entender y comprender, algo así como si ya las su-
piera y solo las estuviera recordando.

EL ASUNTO ES TENER FE
Pues es así de sencillo: pero no es “tener Fe”, es “TENER FE”.
Es la FE que tuvo Abraham, no en vano lo llaman el “Padre de los Creyen-
tes”.
Por FE dejó a sus padres y se fue en pos del Dios que le dijo que lo hiciera,
por FE hizo todo lo que hizo y se hizo merecedor de las promesas y de las
bendiciones de Dios (hasta el punto que hoy es considerado el Padre de
tres religiones: judaísmo, islamismo y cristianismo) y todo esto también es
posible que Usted ya lo sepa.
Pero la mayor prueba de su FE, de la de Abraham, y de lo cual da constan-
cia la Biblia, fue cuando estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac.
Y aquí es cuando el Caso Aika (leer artículo en Anexo 1) y la historia de
Abraham con Isaac se parecen, y en cierta manera fue como una “Luz” que
me dio respuestas.

EL CASO AIKA
En el artículo el autor es muy franco y manifiesta su historia con gran deta-
lle, teniendo la gentileza de advertir este hecho para evitar afectar a al-
guien; eso fue lo que llamó mi atención y esa sinceridad fue la que me
permitió “mi Luz”.
Habla de que después de cierto tiempo de haber pedido un “perro cacho-
rro”, por ¿Ley de Atracción?, llega Aika a su casa; pero dice que si el “de-
seo había sido cumplido” no era lógico ni justo que Aika se enfermara y que
casi estuviera para morirse.
En aras de la verdad y por lo que sé, en este momento debo decir que en
el estado tan deplorable en que dice que Aika llegó a estar, lo más seguro
era que muriera.
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Cuando empecé a leer la historia ese era el final que yo pensé que tenía,
pero no fue así.
¿Sí hubo un “milagro”?, ¿funcionó la Ley de la Atracción?
No sé, pero sí sé que “algo” pasó y Aika está viva.
Entonces, ¿qué pasó?

SEGUNDA FALLA PARA EL USO LA LEY DE LA ATRACCION


Habla de todo el tiempo que invirtió con amor, emoción y deseo para la re-
cuperación de la perrita: gracias, afirmaciones, visualizaciones.
Entre todo lo que he leído alguien dice, como por variar, que como todo ra-
dica en tener Fe (inclusive es posible que Usted también esté de acuerdo
con esto de tener Fe) hay que hacer algo más; pero este autor que en-
contré habla de que, como este tipo de Fe se debe desarrollar, mientras
se logra llegar a la “gran FE” se pueden utilizar afirmaciones y visua-
lizaciones para orientar nuestra mente y plasmar firmemente en nuestro
subconsciente qué tan real es nuestro deseo. Interpreto esto algo así como
“fabricar la fe”.
Aquí es donde puede estar otra falla en el uso la Ley de la Atracción:
pretender reemplazar la Fe, esa gran FE, eso que yo llamo TENER FE (así,
en mayúsculas y en negrilla), con afirmaciones y con visualizaciones; tratar
de “fabricar la fe” con afirmaciones y visualizaciones podría tener algo de
lógica, humana, emocional y mentalmente hablando, pero de ahí a que es-
tas la reemplacen puede haber un gran error, porque TENER FE pertenece
al plano espiritual.

LA ENCRUCIJADA DE TENER FE
Llegamos entonces a un punto que parece una encrucijada:
Si en principio puedo reemplazar la fe con afirmaciones y visualizaciones, o
con sueños lúcidos, meditaciones, cheques para el “Banco del Universo”,
como muchos otros recomiendan, para ir “fabricando mi fe”, o reforzándo-
la, según se deduce de lo que dicen todos los autores, ¿en qué momento
ya no debería hacerlo?, ¿en qué momento debo dar un “siguiente paso”?,
¿en qué momento debo dejar que todo sea cuestión de FE, de TENER FE?
Entonces, ¿qué es TENER FE?
Volvamos al caso de Abraham.
Después de mucho tiempo y cuando ya parecía que era imposible, o que a
Dios se le había olvidado su promesa, por fin llegó Isaac; y después ese
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hijo tan deseado, tan esperado, debía ser sacrificado para probarle a Dios
su fidelidad, su FE.
¿Qué hizo Abraham?
El no discutió con Dios; él no trato de razonar con Dios: ¿por qué tengo
que sacrificar a mi hijo, al que te pedí con tanto deseo, el que tú mismo me
diste?
Dice la Biblia que Abraham se limitó a obedecer (sin renegar ni cuestionar a
Dios) y a llevar a su hijo hasta el sitio de sacrificio para demostrarle a Dios
que sí tenía FE en El.
Desde la perspectiva humana, es posible que muchos pensamientos nega-
tivos tanto como positivos hayan pasado por la mente de Abraham; o que
simplemente hubiera tenido tan arraigada su FE en Dios y estaba tan acos-
tumbrado a confiar en Dios, porque sabía de su poder, que por su mente
no pasó nada más que un pensamiento de gratitud, de paz y de franca
confianza en las disposiciones de su Dios.
Abraham tenía que saber (¿o intuir?) que Dios es Perfecto, Inteligente,
Omnisciente, Omnipresente, Omnipotente, Justo, Amoroso, y que nada
malo podía esperar de El (como nosotros deberíamos saberlo y estar cons-
cientes y seguros de eso).
Sin vacilación llevó a Isaac hasta el altar y cuando todo estuvo dispuesto
para sacrificarlo, sucedió “el milagro” (la otra parte de la historia ya es su-
ficientemente conocida).

EL DIA DE DESCANSO
¿Qué fue lo que pasó entonces con Abraham?
Primero, no entabló ningún tipo de controversia, ni reclamó, ni pretendió
cambiar los “planes” de Dios, demostrando que SI estaba seguro de lo que
podía recibir de Dios, que en ningún momento podía ser algo malo, negati-
vo o imperfecto.
Así reconocía que las respuestas de Dios siempre son perfectas, como
Dios Perfecto que es.
Y segundo, es mi “Luz percibida”, posiblemente se acordó y tuvo en cuenta
porque intuyó que era lo mejor (o estaba muy arraigado en su mente y en
su corazón, en todo su ser), lo que Dios mismo le había ordenado y él sabía
respecto al “día de descanso”.
Porque contrario a lo que se piensa, que los mandamientos aun no estaban
en vigencia, en el monte Sinaí Dios simplemente recopiló los mandamien-

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tos que ya muchos conocían, o intuían que se debían cumplir, y los or-
ganizó para dárselos a conocer formalmente a los israelitas, y de paso a
toda la humanidad.
“Acuérdate (digo yo: recuerda y ten en cuenta) del día de reposo (estar
quieto, en silencio y esperar) para santificarlo (darle el uso que yo le
asigné)”.
“El Eterno bendijo (decretó) el día de reposo (estar quieto, en silencio y
esperar) y lo santificó (le asignó un uso en el “proceso de creación”)”
(Exodo 20:8, 11b).
¿Por qué el día de “descanso”?
¿Qué tiene que ver el “descanso” con todo esto? (dirá Usted: ¿ahora con
qué irá a resultar?).
Es decir, “recuerda y ten en cuenta: estar quieto, en silencio y esperar, pa-
ra darle el uso que yo le asigné”.
“Dios decretó el estar quieto, en silencio y esperar, y le asignó un uso en el
proceso de creación”.
¿Cuándo?
Siempre, todos los días.
Cada vez que estemos “creando”, cada vez que estemos pensando, hacien-
do afirmaciones y visualizaciones.
No por mucho pensar, hacer afirmaciones y visualizaciones se logran las
cosas; debemos encontrar el momento, ese momento de quietud y de si-
lencio y de paz (digamos de tranquilidad o “vacío” mental), que nos da el
TENER FE para esperar el resultado, o la manifestación.
O sea que todos los días, y en todo momento, pueden ser de “descanso”
(como veremos más adelante).

LA CULMINACION DE CREAR
En el Proceso Creativo, que no es más que el uso de la Ley de la Atracción,
porque lo que vamos a hacer es crear: salud, dinero, amor, felicidad, hay
varios pasos (como Usted ya puede saber) pero el último, no porque sea
menos importante, sino porque es la culminación del acto de crear, es
“descansar”.
Cuando en la Biblia se habla de la “Semana de Creación” de Dios, el reflejo
y modelo de todo Proceso Creativo, el último día (o paso) es el del “des-
canso”.

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Es el momento de estar “quietos”, en “silencio”, en “paz”, y de “esperar”,


de no hacer nada, mental, emocional y sentimentalmente hablando.
Básicamente es aquietar y tener en silencio nuestra mente para entrar en
"la paz que sobrepasa todo entendimiento" (Filipenses 4:7a), y esperar la
“manifestación”.
Pero no es el tipo de descanso a que estamos acostumbrados; no, es el
descanso que “debemos” tomar para hacernos UNO con Dios, porque
Dios es Todo y es UNO, y dejar que Dios actúe (yo “descanso”, me estoy
quieto, en silencio, en paz, y espero… que Dios actúa).
Si no es así, sencillamente somos nosotros los que pretendemos lo-
grar cualquier resultado que estemos pidiendo sin dejar que Dios (¿la
Ley de la Atracción?) actúe.
Este tema no es solo lo que ya está dicho; hay tres pruebas más que es
necesario tener en cuenta y entender para captar su relación con la Ley de
la Atracción.

PRIMERA PRUEBA DEL “DESCANSO”


La declaración del mismo Jesús:
“El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por cau-
sa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del hombre es Señor aun del día de
reposo” (Marcos 2:27-28), casi que por sí sola explica esta primera prueba.
Lo único que tengo que decir es que ese último paso es el que demuestra
cómo TENER FE, y que Dios mismo lo provee para que cada ser humano
lo use para su beneficio porque también le dio la facultad y la capacidad
para poder hacerlo.
Dios le da a cada ser humano el “don” (la FE) de abrir su mente, liberarse
de las ataduras de sus pensamientos y del deseo de resolver las cosas solo
(que tampoco puede hacerlo), quedarse quieto, en silencio, en paz, y
esperar.
¿Esperar qué?
Que Dios actúe, que la Ley de la Atracción actúe.

SEGUNDA PRUEBA DEL “DESCANSO”


Tal como está planteado esto, ¿a qué se parece lo que en realidad tenemos
que hacer, en cada “día de descanso”, en cada “proceso (momento) de
creación”?
¿Acaso no se parece a lo que podría ser una meditación?
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¿Acaso todos los que hablan de “meditación”, incluyendo a todos los que
dan “Guías para meditación”, no establecen unos mismos parámetros: es-
tar en silencio, en paz, relajados (quietos), y esperar?
En realidad no es lo mismo, ni con toda la parafernalia y la complicación
que todos quieren endilgarle al proceso de meditar (según como todos ellos
lo han aprendido y lo interpretan).
En este caso “meditar” es algo tan sencillo como ya no “pensar” (ni en afir-
maciones ni en visualizaciones ni en cualquier otro tipo de “ayuda externa”,
dejando a un lado sentimientos y emociones negativos), sino parar y, en
un estado de inmensa GRATITUD y FE, “hacerse uno con Dios”, espe-
rando que El de su respuesta.
Esta respuesta bien puede ser más conocimiento espiritual, o de otro tipo
para lograr nuestro deseo, o definitivamente una “manifestación” física.
Bien sabemos que Dios tiene muchos mecanismos para dar sus respuestas,
y la clave está en eso: en tener “quieta nuestra mente” para poder intuir y
discernir qué está Dios respondiendo.
Eso sí es TENER FE, porque nuestra solución está en HACERSE UNO CON
DIOS. Eso es TENER FE.

HAY QUE PERMITIRLE A DIOS ACTUAR


Es tan simple como saber que yo ya hice mi parte y le llegó el turno de ac-
tuar a Dios (porque estoy seguro que El va a actuar y además El lo desea
hacer) y que yo voy a dejar que El actúe.
Porque cualquiera que sea el resultado, éste siempre va a ser perfec-
to y el mejor, y no me olvido que Dios es Santo, Perfecto, Sabio, Todopo-
deroso, Justo, Amoroso, y está en todas partes en Todo y en todos.
Pero El solo actúa si yo se lo permito, por aquello de nuestro inviolable
“libre albedrío”, y siempre está esperando que se lo permitamos.
Permitirle o no permitirle actuar solo lo decide cada uno de nosotros; para
algunos es muy fácil, para otros puede ser tan complicado como para pre-
ferir seguir haciendo solos las cosas sin obtener resultados positivos la gran
mayoría de las veces.

LA FELICIDAD
De todas maneras por lo menos deberíamos reconocer que el propósito de
Dios para nosotros es que seamos felices, ni siquiera es tan solo que sea-
mos “prósperos”.
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Ya que la felicidad es como un lago, sin importar su tamaño, de aguas


limpias, puras y cristalinas; rebosante de vida, en cualquier tipo de mani-
festación, pletórico de paz y tranquilidad, aunque exaltado y alegre
por la vida que contiene.
Así la felicidad incluye hasta a la prosperidad, pero no la prosperidad co-
mo la vemos con nuestros ojos físicos y la sentimos con nuestra mente ma-
terialista, sino como la que da Dios: en todas las dimensiones del ser
humano.
Pero esta felicidad aparentemente no es permanente; así como en el lago
las olas que se forman por la acción del viento haciéndolas grandes o pe-
queñas, y las cuales en su conjunto y en el tiempo “alteran la normalidad
del devenir calmado de su superficie”, pero con el único propósito de mover
el agua para oxigenarla y permitir el intercambio entre las partes más pro-
fundas y más superficiales.
De igual forma la felicidad tiene sus “olas”, que son los supuestos altibajos
que cualquier persona podría tener en el transcurso de su vida para “oxige-
narla”, todos generados por causas externas que, así como el viento, vie-
nen y van, a veces muy suavemente (como una simple brisa) y otras con
tal ímpetu y tal fuerza (como un tornado o un huracán) como si quisiera
arrasar con todo.
Pero al final el lago sigue, tal cual como fue dispuesto que existiera
desde un principio, y así mismo la felicidad debe continuar por TENER
FE en el sustentador de Todo, Dios.
Al final la felicidad es lo que debe quedar suceda lo que suceda.
En este punto debo confesar que el título ideal para este documento y que
dudé si lo colocaba o no, era “La Fe que da Felicidad”.
Mi duda se basaba en el hecho de que la mayoría de personas por su men-
talidad materialista tienen la tendencia a “preferir” más lo que tiene que
ver con la prosperidad que con la felicidad, porque creen que siendo
prósperos (ricos) van a poder ser felices; y terminé concluyendo, de pronto
siendo algo injusto, que para la mayoría de los posibles lectores iba a ser
más llamativo el título “La Fe que da Prosperidad”.

RECONOCER A DIOS
La inclinación natural de la mayoría de seres humanos es preferir querer
seguir haciendo su voluntad, así sus deseos de por lo menos prosperidad
económica, se vean frustrados y no logren resultados efectivos con la Ley
de la Atracción.

13
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Y no reconocen que es Dios quien actúa a través de esta Ley.


Esto es lo que tenemos que reconocer, porque si no lo hacemos nos esta-
mos engañando ya que de todas maneras es Dios quien actúa, y el recono-
cimiento debe ser para El, pero el resultado podría no ser el que humana-
mente esperamos y probablemente no sea de nuestro agrado, aunque sea
perfecto para Dios.
De otra manera es como si yo estuviera compitiendo contra Dios, o a pe-
sar de Dios, y haciendo todo lo posible, y hasta lo imposible, para que
se haga mi voluntad, sin tener la certeza de si el resultado será perfecto o
no.
No debemos olvidar la recomendación del salmista:
“Espera en el Eterno, y guarda su camino” (Salmos 37:34a).
“Encomienda al Eterno tu camino, y confía en El; y El hará” (Salmos
37:5).
“Guarda silencio ante el Eterno, y espera en El” (Salmos 37:7a).
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmos 46:10a).
¿Sí capta la relación con el mandamiento del “día de descanso”?

FONDO Y FORMA
Hasta donde he leído, la mayoría de autores se limita a mostrar la parte de
la “forma” de la Ley de la Atracción, cómo funciona y cómo podemos “hacer
para que nos funcione”.
Pero no van más allá, hasta el “fondo” de la Ley: qué hay detrás de ésta y
cuál es el sentido espiritual y de trascendencia que tiene.
El que me pareció que tiende una especie de “puente” entre esa cuestión
“formal” y esa razón “espiritual” de ser de la Ley de la Atracción, fue el au-
tor del libro “Un Feliz Bolsillo de Dinero”, y por eso fue que en mi Documento
lo ubiqué en el último lugar.
Pensé que era la mejor manera de que quien no supiera nada del tema lo
fuera asimilando paulatinamente, hasta llegar al punto de leer esa parte de
la obra.
De todas maneras pienso que David Cameron Gikandi, dicho autor, se que-
da corto en el desarrollo de la profundidad de la parte trascendente de la
Ley de la Atracción.
Es muy posible que haya personas que terminen de leer el Documento con
un gran deseo de saber más, de saber en realidad qué o quién está detrás

14
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

de esta Ley y para qué es que en realidad debe servir y de cuál es la fe de


la que todos hablan (como me pasó a mí).

DIOS ES QUIEN ACTUA


Como ya entendí que la Ley de la Atracción es una más entre muchas Le-
yes y Principios Universales, igualmente importantes y necesarios de res-
petar (tener en cuenta) para obtener todo lo que yo desee (y cuando digo
todo es TODO), aprendí que, aunque tenga presente ésta y todas las Le-
yes y Principios, debo acudir a la Fuente.
Y Esa Fuente es la Suprema Energía detrás de todo y que está en Todo;
para mí es Dios, el Padre de quien Jesús habló, y yo lo personalizo como
una parte mía en Mi Presencia YO SOY.
Lo que quiere decir esto es que cuando yo pido mi deseo debo dirigirme a
Dios, o sea a esa Divina Presencia Yo Soy en mí, y confiar en que, como
parte del Todo, de Dios, del Eterno y Todopoderoso Dios, es quien hará que
se cumpla mi deseo.
Por eso debo estar quieto, guardar silencio y estar en paz (en mi
mente), para esperar de Mi presencia Yo Soy (de Dios) su manifesta-
ción de mi deseo.
De esta manera le doy y me doy la oportunidad de conocer su poder y su
perfección en mí y esto redunda en que mi confianza en este “poder”, no
mío sino en mí, cada vez va a ser mayor.
Entonces, y no antes, podré decir que TENGO FE.

TERCERA FALLA PARA EL USO DE LA LEY DE LA ATRACCION


Esta es otra posible falla para tener resultados con la Ley de la Atracción:
Cuando pido mi deseo y hago mi afirmación, que sencillamente es la verba-
lización de mi deseo, el cual es el resultado de una idea (un pensamiento)
que tengo producto de mis (otros) pensamientos, no debo olvidar:
En primer lugar, que debe estar de acuerdo con todas las Leyes y Princi-
pios que rigen el Universo (porque no se trata de “respetar” e invocar tan
solo a la Ley de la Atracción).
Y en segundo término, que debe incluir que todo se haga “en armonía pa-
ra todo el mundo, de acuerdo con la Voluntad Divina, bajo la gracia
y de manera perfecta”.
Porque si no es así, es muy posible que nos sucedan circunstancias o nos
lleguen cosas que ante nuestros ojos tengan algún calificativo negativo o
15
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

de imperfección; aunque en realidad sean algo perfecto en sí mismas por-


que fueron creación de Dios (por la Ley de la Atracción).
Esto no nos debería parecer algo raro, porque dentro de la parte teórica de
la Ley de la Atracción se habla de que definitivamente no funciona cu-
ando pedimos algo malo, algo que le vaya a hacer mal a otros o que es pa-
ra propósitos equivocados, inclusive que por “ley de causa y efecto” se nos
devuelve ese mal pero incrementado.
Parece ser un buen mecanismo para orientar a las personas a emplear si-
empre en forma positiva la Ley de la Atracción y disuadirlas de deseos ne-
gativos (malos).

DUALIDAD MENTAL
Muchas veces pasa algo de lo cual no sé si Usted es plenamente conscien-
te:
- Para lo “bueno” (pedir algo que no tenga) “confía”, al parecer sin duda
alguna, y permite que sea ¿la ley de la Atracción?, ¿Dios?, quien se lo con-
ceda, espera pacientemente (no se qué tan vehemente pueda ser en su
pedido) y podría obtener un “buen resultado”.
- Por otra parte, cuando busca resolver algo “malo”, algo de urgencia o de
emergencia, da la impresión como si no fuera la misma persona quien ex-
presa el deseo de una respuesta (y aquí sí casi que con toda seguridad ma-
nifiesta su vehemencia recurriendo a lo que sea: afirmaciones, visualizacio-
nes, con tal de lograrlo).
Pareciera que Usted ansía lograr un resultado y que este “tiene” que ser
el que Usted desea y en el momento y en el lugar dispuestos por Usted.

NECESIDAD SATISFECHA
TODOS los deseos pedidos, de acuerdo a los parámetros de la Ley de la
Atracción (y según como lo mencionan algunos autores y yo así lo entien-
do) se cumplen, pero no siempre tal y como nosotros los hemos deseado,
aunque no por eso dejan de ser perfectos.
La clave está en que cada uno reconozca esta verdad en primer lugar, y
luego entienda que la manifestación del deseo siempre está orientada a su-
plir la mayor necesidad que uno tenga:
Yo puedo pedir dinero, porque “pienso” y “siento” que lo necesito, pero mi
carencia mayor puede ser de Fe; puedo pedir amor, pero mi mayor necesi-
dad podría ser salud; y así igualmente en muchos otros casos parecidos.

16
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Esto quiere decir que hasta que no tengamos plena satisfacción de lo que
Dios considera que son nuestras necesidades reales y prioritarias, no
vamos a recibir tan solo lo que cada uno “quiera”, o mejor, lo que cada
quien “desea”.
Por eso la frase de Jesús:
“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os
serán añadidas” (Mateo 6:33), que explica qué es lo que debe ser priorita-
rio para nosotros y para nuestros deseos.
Y para quienes insisten en que su necesidad de dinero es apremiante, tan
sólo deberían revisar si esto es tan cierto o simplemente es una apreciación
equivocada.
Siempre hay una necesidad mayor que la de dinero o bienes materiales y
reconocerla es TENER FE, y si se tiene FE ya podremos estar seguros que
hay una solución perfecta para esta necesidad, la cual una vez satisfecha
abre las puertas para que la manifestación de nuestros deseos materiales
sea cumplida.

CUARTA FALLA PARA EL USO DE LA LEY DE LA ATRACCION


Otra razón para que la Ley de la Atracción solo funcione a veces y en otras
ocasiones parezca que no, siendo más las veces que “aparentemente falla”
desde nuestro punto de vista, es que la Ley de la Atracción (Dios) primero
busca darnos el reino: el conocimiento de la razón de ser de esta Ley (y
de las demás y de los Principios que rigen el Universo) y de su Autor (todo
lo que tiene que ver con conocimiento espiritual) para después conce-
dernos el “resto”; en el entretanto de todas maneras nos suple de lo bási-
co, porque hasta en esto se ve y se demuestra la perfección de esta Ley y
de Dios (y de las otras Leyes y de los Principios Universales).
De qué sirve ser “rico” y tener todo lo material que uno pueda desear, si
tiene una vida llena de desesperanza, de temores, de vacíos, sin Dios
(¿¡mucha Ley de la Atracción, pero nada de Dios!?); como dicen po-
pularmente: “se pierde la venida al mundo” (por eso dice la Biblia que se
pierde la “vida” -Juan 12:25-), y pierde esta vida y deberá regresar en otra
vida, y en otra más si es necesario, hasta que aprenda lo que tiene que
aprender.
Por eso es que si Dios es Perfecto, todo lo que da es perfecto, no hay
error en el suministro de Dios; por más imperfecto o equivocado que nos
parezca lo que hemos recibido o nos ha sucedido (o lo que hemos dejado
de recibir o no nos ha sucedido), siempre todo es perfecto porque Dios
está al mando del Universo.

17
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

LO EFIMERO DE LA LEY DE LA ATRACCION


Muchos autores coinciden en opinar que lo que se recibe como una mani-
festación, ante un deseo nuestro, por acción de la Ley de la Atracción, no
tiene mucha duración en nuestro poder y hasta es posible que tan “fácil-
mente” como llegó igualmente de sencillo se pierda.
Se citan casos de personas que reciben herencias o donaciones, o se ganan
loterías u otro tipo de sorteos, quienes inesperadamente tienen una mejor
solvencia económica e inexplicable y muy rápidamente dilapidan el dinero o
lo utilizan en inversiones o negocios sin resultados positivos hasta que
prácticamente lo desaparecen.
Esto es un llamado de atención por dos cosas:
- Primero, porque quien tenga este tipo de beneficios económicos debería
considerarlo como un privilegio y tomar conciencia (TENER FE) de que de-
be agradecerlo al Dador de Todo, el Dios Eterno y ponerse en sintonía con
El.
Y esto redunda en que por efecto de la misma Ley haya una mayor perma-
nencia del bien recibido, con una garantía de que no se va a perder tan
fácilmente.
- Y segundo, porque quien quiere TENER FE en que todo lo puede recibir,
debe reconocer que quien logra esto es Dios mismo (su Presencia Yo Soy),
por acción de la Ley de la Atracción, y por eso debe mantenerse alerta para
estar seguro de que cuando logre la manifestación de su deseo, y con ma-
yor razón si es de tipo económico o de tipo material, la va a poder conser-
var para su disfrute.
Algo así como asegurarse de no perder su manifestación por ser distraído o
negligente “espiritualmente” y recordar que debe hacer valer la pena su
“esfuerzo”, su TENER FE.
Lo más valioso de esto está en que cada vez que sintamos que la Ley de
la Atracción (Dios – su Presencia Yo Soy) ha actuado (que hemos recibido
algo que conscientemente no habíamos pedido o que simplemente no había
pasado de ser un pensamiento pasajero), aunque no sea bajo nuestra di-
rección consciente, sino autónomamente y por su “voluntad” propia (que
no es más que la de Dios - su Presencia Yo Soy), con esas “coincidencias”
que muchas veces nos dejan asombrados y sin palabras, reconozcamos
(TENER FE) que fue su Poder en acción quien hizo la manifestación y le
expresemos nuestra más sincera gratitud.
Esta expresión de GRATITUD activa la “energía” del ciclo dar-recibir-dar
con Dios (su Presencia Yo Soy) y aumenta la probabilidad de que la mani-
festación para nuestro deseo consciente sea una realidad.
18
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

MAS QUE GRATITUD


Y SER AGRADECIDO tiene otros aspectos, también íntimamente ligados
con TENER FE en Dios (su Presencia Yo Soy).
- En primer lugar, como parte del ciclo dar-recibir-dar con otras personas.
Si damos esperaríamos que nos dieran muestras de agradecimiento, por-
que eso aumenta “nuestra fe en las personas”, en que tienen una acti-
tud positiva hacia nosotros.
Si nos dan, al recibir estamos obligados a agradecer a quien nos dio; pero,
¿por qué estamos obligados a hacerlo?
Porque, como confiamos en que la Ley de la Atracción funciona y este es
un requisito para que se active su función, sabemos que tenemos que ha-
cerlo.
Eso es TENER FE en que nuestra gratitud hace que la Ley funcione.
- En segundo término, como no importa si nuestra gratitud la expresamos
antes de la manifestación (porque estamos convencidos de que ésta va a
suceder) o si es después de obtener el cumplimiento de nuestro deseo, a
ese depositario de la gratitud debemos definirlo:
¿Universo, Ley de la Atracción, “Energía”, Ser Supremo, La Divinidad, Dios,
Presencia Yo Soy?
TENER FE está implícito en reconocer que es Dios mismo (su presencia Yo
Soy) Quien está en la jefatura de Todo y de Todos, lo que implica que la
Ley de la Atracción funciona en todo momento, pero siempre sujeta a la
Voluntad Divina, y con mayor razón si nuestro propósito es aprender a ma-
nejarla conscientemente.
- El tercer punto es que, sin importar qué sea lo que recibamos o nos suce-
da debemos estar siempre agradecidos con Dios (su Presencia Yo Soy),
porque nada es producto de la casualidad.
Y el TENER FE nos garantiza y nos permite estar seguros de que, como to-
do es perfecto, no podemos recibir nada imperfecto, malo o negativo, por
más imperfecto, malo o negativo que nos parezca; de todas maneras para
Dios (su Presencia Yo Soy) sigue siendo perfecto.
- Y el cuarto asunto, que es la clave, plantea este interrogante:
¿Agradecemos porque es tácitamente una obligación, ya que deseamos que
la Ley de la Atracción funcione, o por TENER FE en Quien está detrás de la
Ley y la hace funcionar?
Si lo hacemos por obligación somos unos títeres y permitimos que nuestro
libre albedrío sea violado.
19
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Si lo hacemos por TENER FE, somos sabios y avanzamos en el camino es-


piritual del despertar de nuestra conciencia de perfección.

EL LADO PERFECTO DE LO QUE SUCEDE


Ahora, especulando porque también es para aprendizaje, supongamos que
el autor del artículo en su pedido inicial del perro cachorro, para la afirma-
ción no especificó que su deseo debía cumplirse de manera perfecta.
Podría pensarse que el deseo no se cumplió de manera perfecta y que por
eso la perrita que le entregaron ya estaba infestada de parásitos, lo que
aparentemente fue la causa directa de la enfermedad y de que estuviera
cerca de morir.
Pero como Dios es perfecto, sencillamente El pudo haber “pensado” y haber
decidido que la vida de ese animalito, infestado de parásitos y con muchas
probabilidades de morir, iba a estar mejor en las manos de Walter Daniel
Genga (el autor del artículo citado) que en poder de otra persona, ya que el
propósito era salvarle la vida a la perrita (y el señor Genga sí iba a poder
lograrlo), y de paso también enseñarnos una lección.
Cumplía un deseo, salvaba una vida animal y despertaba conciencia
hacia la perfección.
Pero si el autor del artículo fue específico en que su deseo debía cumplirse
de manera perfecta, entonces ¿qué fue y qué es lo imperfecto en todo lo
que sucedió?
No le parece que se corrobora, obviamente que hay que partir de la per-
fección de Dios, que todo lo que a nuestros ojos parece negativo, malo,
imperfecto, no es más que una calificación de una mente imperfecta, ten-
denciosa, maliciosa; y que, si tan solo permitimos que “Dios se manifieste”,
El va a mostrarnos el lado bueno y perfecto que no veíamos, pero no por-
que no exista, sino porque no queremos o no nos permitimos poderlo ver.
De nuevo: “El que tiene oídos que oiga”.
Y ¿cuándo es que Dios nos muestra ese lado bueno y perfecto de las cosas?
Cuando se lo permitimos, ¿recuerda?: espera, guarda su camino; enco-
mienda, confía y El hará; guarda silencio, estad quieto y espera en El para
que se dé a conocer.
Eso es TENER FE.

CUANDO DOS O MAS PIDEN


Hay otra parte que no se debe dejar de lado ni ignorar.

20
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

En el mal estado en que estaba la perrita, muchas personas pudieron estar


pendientes de su salud y tener el deseo de que se recuperara (en el artícu-
lo habla de la familia para la escogencia del nombre, pero no deja claro
quiénes ni hasta qué punto pudieron haber estado pendientes e interesados
en forma permanente por la recuperación del animalito).
Pero de lo que sí estoy seguro es que por lo menos el Médico Veterinario sí
estuvo muy interesado por la recuperación (hasta qué punto lo deseó como
para pedirle a Dios que “obrara” en la mejoría de la perrita, no lo sé).
Porque tratar un animalito en ese estado, que el autor del artículo describe,
no es fácil y difícilmente tiene un Médico Veterinario una respuesta favora-
ble y una recuperación manifiesta; con mayor razón en las condiciones que
se relatan de que por las noches la llevaban a la casa, porque normalmente
los mejores y más rápidos resultados se obtienen manteniendo interno al
“paciente” las 24 horas del día y con hidratación intravenosa.
Con esto quiero hacer énfasis en el mismo deseo que pudieron haber te-
nido todos y eso por sí mismo es un poder grandioso.
El mismo Jesús deja en claro que donde dos o más se reúnan para pedir
algo les será concedido (Mateo 18:19-20).
Ese pudo haber sido, en este caso, el “apoyo” (u otro apoyo más) que se
requería para la manifestación.
Y ni hablar si estuvo de por medio el deseo de un niño (Mateo 18:3); creo
que no hay más que decir a este respecto.

EL PODER DEL AMOR


Tampoco se debe olvidar el gran poder del AMOR: por lo que en sí repre-
senta el amor y por el poder que tiene para la recuperación de los anima-
les (y de las personas, inclusive hablan de la “salud” de las plantas y de la
buena calidad del agua), y cuanto más el papel que juega en la Ley de la
Atracción, la cual es muy bien definida como la Ley del Amor.
Desde que yo tengo memoria siempre he escuchado que “Dios es Amor”,
pero siempre me había parecido un concepto que, aunque consideraba ver-
dad, era como de algo o alguien etéreo, incierto e inalcanzable.
Ahora lo veo de otra forma: ahí está, es real, existe a pesar de que yo
no crea u otros no crean en El.
¿Cuál piensa que fue la solución para mí?
Decidirme a CREER.
Así de sencillo: CREER.
21
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

TENER FE.
Sacarme todo lo negativo, no querer contradecir, simplemente dejar que
esto se manifieste; lo que podría llegar a “perder” no tiene ni el más míni-
mo valor al lado de lo que tengo para ganar, si es que también Creo y
TENGO FE en que tengo algo para ganar.

DAR Y DIEZMO
Una de las condiciones para que la Ley de la Atracción funcione, y con la
cual creo que todos estamos unánimemente de acuerdo, es la de DAR, así
no sea necesariamente esperando Recibir.
Algunos autores resaltan la importancia del Diezmo en este asunto de dar.
Muchos pueden no estar de acuerdo con esta práctica, especialmente por
las tristes experiencias que pueden haber tenido en algunas de sus “Igle-
sias” u otras “organizaciones”; principalmente por el mal manejo que mu-
chas veces se da a estos recursos económicos, desviándolos del propósito
inicial y básico para el cual fueron entregados, haciendo que terminen be-
neficiándose unas pocas personas que egoísta y autoritariamente se arro-
gan este privilegio.
Esto sucede porque no hay un entendimiento espiritual de lo que hay
detrás de este “Mandato Divino”.
Vamos a partir de que el lector conoce las disposiciones bíblicas generales
acerca de esta práctica como las presentan la mayoría de Iglesias que la
aceptan, y de que supone, y tal vez comprende, que es Dios Quien está en
realidad detrás de este precepto (para más información sobre el “diezmo
bíblico” ver Anexo 2).

TENER FE Y DIEZMO
Las cosas van mucho más allá de lo que sabemos, y es donde el diezmo y
TENER FE, se cruzan, así como todas las cosas que tienen que ver con
Dios.
Abraham dio su “DIEZMO”, por TENER FE (ver Génesis 14:17-24).
Jesús también habló de que era necesario dar el DIEZMO (Mateo 23:23).
Pero Jesús mismo fue más contundente en el concepto de dar, lo que in-
cluye saber la información básica necesaria hasta para dar este Diezmo,
cuando hizo claridad al establecer: “Dad a César lo que es de César, y a
Dios lo que es de Dios” (Marcos 12:17); es decir, hay cosas específicas que
se deben dar a “César” y cosa específicas que se deben dar a Dios.
22
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

A Dios (Ser Espiritual) se le da de lo espiritual que recibimos y a


“César” (la humanidad) se le da de lo material que ganamos.
El DIEZMO es obligatorio por Voluntad Divina, pero es de decisión propia
querer darlo por voluntad humana.
Entonces el DIEZMO tiene una parte espiritual que se le debe dar a
Dios y otra parte material que se le debe dar a los hombres; así Us-
ted cumple con el principio de que debe DAR EL DIEZMO, para que la Ley
de la Atracción funcione, y entiende que Dios no necesita lo material
que pueda darle cada persona ya que todo es de El y proviene de El, como
quiera que es la Fuente Universal de Todo.
Hasta aquí creo que todo está claro.

EL DIEZMO PARA EL HOMBRE


Lo que debemos dar a la humanidad, aparte de pagar todos los impuestos
que legalmente nos exigen las autoridades (legalmente constituidas según
las Leyes humanas y por disposición y Voluntad de Dios), es el diezmo
(10%) de nuestros ingresos netos.
Representado en el dinero o los bienes materiales que en realidad equival-
gan a este valor y cuyo propósito sincero sea darlos (no se trata de “rega-
lar” algo para deshacerse de ello por viejo, en mal estado, pasado de mo-
da, que ya no se use, lo cual también cuenta como dar, pero no como
parte del diezmo); tampoco se trata de dar cosas suntuosas con el único
propósito de alimentar nuestro ego o de buscar algún beneficio directo.
Claro está que, cuando todo se hace y se DA sinceramente, la seguridad
está en que si se da se va a recibir, por TENER FE en Dios (y en que la
Ley de la Atracción funciona), y no está mal pensar así porque esta tam-
bién es una manera de activar la Ley (por la FE).
¿Y dar a quién? A la humanidad.
¿Quién es esa humanidad?
Todas y cada una de las personas que habitan nuestro planeta Tierra; des-
de el más humilde o miserable ser (en apariencia) hasta el más acaudalado
y poderoso.
El diezmo se puede dar a una sola persona para su uso o a una persona,
entidad, organización o institución que por sus características y actividades
nos permitan intuir que el dinero o los bienes entregados van a ser utiliza-
dos para el beneficio del mayor número de personas posible y especialmen-
te si se trata de niños, ancianos, mujeres u hombres desprotegidos, o en-
fermos.
23
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Inclusive, si la intuición así lo indica o nuestra espiritualidad así lo pide, el


destinatario podría ser una Iglesia, una congregación, una organización re-
ligiosa de cualquier índole, hasta aquellas entidades que hoy en día abogan
por la conservación del planeta y el mejoramiento del medio ambiente en la
Tierra.
Pero el principio a respetar sigue siendo el mismo: que beneficie a muchas
personas.
Habrá casos en que la cantidad de dinero tendrá un solo destino (o destina-
tario) y otros en que por la cantidad a entregar, las circunstancias o las ne-
cesidades será necesario repartirlo para satisfacer las prioridades.
Ante la duda de sobre qué valor de los Ingresos Netos se calcula el 10%, es
mejor determinarlo sobre lo que señalen el sentido común y la intuición:
Dios (la Ley de Atracción) acepta con más gusto al dador generoso y
no al dador mezquino.
Al TENER FE y ser amorosamente generoso cuando doy tengo la seguri-
dad de que lo que dé de más, si me equivoco en mi cálculo del diezmo, me
será devuelto y muy probablemente incrementado.
Eso es TENER FE; eso es DAR con FE; eso es entregar el DIEZMO con
FE.
En este momento es bueno aclarar que como nuestro camino debe ser el
de DAR, y ya sabemos que nuestro diezmo tiene un por qué y un para qué
muy definidos y es un 10% específico el que cumple el mandato, entonces
¿cómo hacemos para acatar la otra parte de DAR?
La intuición, el sentido común y nuestra capacidad de discernimiento serán
nuestras guías permanentes para saber cuándo, dónde, cómo y a quién,
específica y especialmente podemos y debemos DAR.
En principio deberemos tener en claro que, en la medida de nuestra capa-
cidad económica y de nuestra voluntad espiritual, deberemos estar dis-
puestos a darle “algo” a todo aquel quien solicite nuestra ayuda (¡intui-
ción!, ¡sentido común!, ¡discernimiento!), hasta la pequeña moneda al
“mendigo”, porque en todos los seres humanos está Dios.
Y después a cualquiera que consideremos que podemos y debemos
darle. En todas las personas está Dios actuando, por eso no debemos
discriminar.

EL DIEZMO Y NOSOTROS
Como en el caso del diezmo, el DAR lo que nuestro corazón nos indique es
una prueba de TENER FE.
24
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Damos, incluyendo el diezmo, porque creemos que lo tenemos que hacer


y no como un deber, o una obligación autoritaria, sino mejor como un privi-
legio de satisfacer la Voluntad Divina y como un derecho que tenemos para
comprobar que la Ley de la Atracción funciona y que Dios es Perfecto y está
amorosamente pendiente de Todo.
¿Por qué esta parte del diezmo no es directamente para Dios, así como lo
“manipulan” y lo hacen ver las iglesias y otras organizaciones, y lo hacen
ver y creer para que las personas se lo entreguen, casi que obligadamente?
Porque Dios es el “dueño” de todo, está en Todo y en todos; el Universo se
rige por sus Leyes y Principios y estos cumplen la Voluntad y el Deseo Divi-
nos, por lo tanto Dios “crea” lo que necesita, cuando lo necesita y en el si-
tio que tenga que colocarlo.
Entonces lo que se tenga que manifestar ya tiene establecido su conducto,
su tiempo y su lugar para hacerlo; y nosotros lo que simplemente hacemos
es estar dentro de ese Todo, y lo que damos como diezmo y lo demás que
entregamos como un regalo voluntario van a cumplir con el Propósito Divi-
no (lo que yo le dé a alguien podría ser el dinero o el objeto que esa perso-
na está deseando, y así el círculo deseo-petición-espera-manifestación se
completa).
Después de entregar nuestro diezmo o nuestra donación voluntaria, ya no
debe importarnos materialmente, y mucho menos espiritualmente, cuál sea
el destino que tenga lo que dimos; ya cumplimos con amor y gusto nu-
estra parte.
Si hacen bien o mal con lo que dimos, cada quien deberá entenderse con
las mismas Leyes y Principios, con Dios (con su Presencia Yo Soy), por lo
que hayan hecho para el uso bueno o malo de lo que recibieron.
Cada quien es dueño de sus pensamientos, palabras, actos y sentimientos,
y como tal tiene su responsabilidad por usarlos negativa o positivamente.
Si Creo y TENGO FE en que Dios está conmigo, y si Dios está en Todo y en
Todos, pues también tiene que estar en la persona más sencilla y meneste-
rosa y con el más rico y potentado; y cada quien tiene la posibilidad de
despertar su conciencia y buscar el camino hacia su propia perfección.
Lo cual viene a ser lo mismo que deberíamos estar buscando cada uno de
nosotros; entonces, ¿para qué preocuparnos?

RECAPITULEMOS
Y el diezmo para Dios, ¿cuál es entonces?
Ya se dijo que el diezmo para Dios es espiritual.
25
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

¿Cómo así?
Si recuerda, también se dijo que en el “proceso de creación” tenemos nues-
tro “día de descanso”, que no es más que el “momento” en que cada uno
está quieto, en silencio, en paz, y espera que Dios se manifieste; es el mo-
mento en que cada uno se hace UNO con Dios (con su Presencia “Yo
Soy”), y espera la manifestación.
Al fin y al cabo es cada uno quien crea la manifestación (Dios crea,
Dios está en Todo y en Todos, Dios está en mí, Yo Soy Uno con Dios –mi
Presencia Yo Soy-, entonces Yo Soy quien hago mi propia creación y
mi manifestación).
Dirá Usted:
¿Qué tienen que ver TENER FE, el DIEZMO, el DIA DE DESCANSO, el PRO-
CESO DE CREACION, la LEY DE ATRACCION, DIOS, MI PRESENCIA “YO
SOY”?
Si la respuesta no es del todo evidente para Usted, voy a aclararle lo que
considero son las fichas que le hacen falta para armar su “rompecabezas”
mental y espiritual.

OCHO MANDAMIENTOS
Los Mandamientos que registra la Biblia, como codificados y entregados por
medio de Moisés, son Diez (ver Exodo 20:1-17).
De estos Diez hay ocho que, como dice la autora que me abrió las puertas
a todo este conocimiento, tienen el NO como advertencia (No tendrás dio-
ses ajenos…, No te harás imagen…, No tomarás el nombre del Eterno en
vano…, No matarás, No cometerás adulterio, No hurtarás, No hablarás con-
tra tu prójimo…, No codiciarás…), para física y materialmente no violarlos
por las consecuencias físicas y materiales que tendrían.
Es decir, el infringirlos trae efectos directos hasta para la espiritualidad de
cada ser humano, por lo tanto se deben respetar y acatar.
Pero hay también una parte que va más allá de lo espiritual como lo perci-
bimos nosotros, ya que no se trata del simple hecho de “apartarse espiri-
tualmente de Dios” con las consecuencias espirituales de esto por violar
cada uno de ellos, sino que ese “NO” lo que quiere decir es que espiritual-
mente NO PODEMOS HACER lo que está dicho, espiritualmente hablando
es imposible hacerlo.
No podrás tener dioses ajenos…, No podrás hacerte imagen…, No podrás
tomar el nombre del Eterno en vano…, No podrás matar, No podrás come-

26
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

ter adulterio, No podrás hurtar, No podrás hablar contra tu prójimo…, No


podrás codiciar…
Para una mejor comprensión: en nuestra realidad material y física puedo
hacer lo que prohíben esos ocho mandamientos (puedo tener dioses aje-
nos, hacerme imágenes, tomar el nombre en vano, matar, cometer adulte-
rio, hurtar, hablar contra el prójimo, codiciar), pero en la realidad espiri-
tual NO puedo.
¿Por qué razón?
- Primero, porque lo que yo supongo que hago son tan solo apariencias
de la realidad, porque se trata del aspecto material sentido con los cinco
sentidos físicos.
En el plano espiritual el manejo es diferente.
Usted debe recordar, o aprender si no lo sabía, que la Ley de Atracción tie-
ne su ámbito en el “mundo espiritual” (como “energía” que está en funcio-
namiento y está en todo y en todos, por eso la “igualan” a veces con Dios)
y se manifiesta en el “mundo material” que es el que más fácilmente perci-
bimos pero de acuerdo a lo que aprendimos a reconocer con nuestros sen-
tidos físicos.
Al espíritu no lo puede afectar la materia, porque son de vibraciones
diferentes (son planos de existencia distintos).
Como seres espirituales que somos, Todos somos UNO, y somos
UNO con Dios, y DIOS ES TODO, porque Dios está en Todo y en To-
dos, por lo tanto, una parte no puede afectar al todo porque en
esencia es UNO mismo.
Por eso espiritualmente no podemos afectar a otras personas y mucho me-
nos a Dios (la Presencia Yo Soy en cada uno).
- Y segundo, porque Dios, como Ser Espiritual, en nada lo afecta lo que yo
haga o deje de hacer respecto a los mandamientos que se refieren a El (El
sigue siendo Dios, Perfecto, Todopoderoso, Omnipotente, Omnisciente,
Omnipresente, Justo, Amoroso, y así mismo lo es la Presencia Yo Soy en
mí), soy yo quien está poniendo las barreras para no tener acceso a El.
Y porque cada persona, como ser espiritual que también es, tampoco es
afectada en su esencia como espíritu, con lo que yo haga respecto a ella:
- puedo quitarle la vida física, pero no su existencia espiritual;
- puedo quitarle las cosas, pero no permanentemente ya que por “ley de
causa y efecto”, si es merecedora, las va a recuperar, o va a recibir algo
mejor, en esta vida o en otra siguiente;

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

- si hablo mal de ella o le levanto falso testimonio, lo hago de su parte físi-


ca o mental que supongo conocer, pero no lo puedo hacer de su parte es-
piritual que no conozco;
- puedo cometer adulterio o codiciar las cosas materiales, pero no puedo
tocar la parte espiritual de las personas involucradas.
El perjudicado física y/o espiritualmente siempre termina siendo quien in-
fringe los mandamientos; y este infractor, por “ley de causa y efecto”, de-
berá pagar el equivalente al daño que cause o que desee causar, lo que
retrasa o estanca su despertar de la conciencia hacia la perfección.

EL QUINTO MANDAMIENTO
Pero quedan dos Mandamientos, como si estuvieran sueltos o no tuvieran
algo que ver con los otros ocho.
Me voy a referir primero al Quinto, porque antes ya hice mención de una
parte relacionada con el Cuarto.
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra
que el Eterno tu Dios te da” (Génesis 20:12).
Es decir:
Glorifica a Dios - Tu Presencia Yo Soy (tu Padre y tu Madre, Dios Padre-
Madre), para que tus procesos de creación se faciliten en el planeta Tie-
rra que te asigna tu Dios Eterno, tu Presencia Yo Soy.
O sea que si yo quiero que la Ley de la Atracción me funcione, debo TENER
FE en el Poder que está en ella y detrás de su capacidad de acción: el mis-
mo Dios, Mi Presencia Yo Soy.
Esto no quiere decir que se pueda dejar de dar honra a padre y madre físi-
cos, ya que, como seres humanos que también son, merecen, y con mayor
razón, nuestro respeto y amor; y porque lo que no queramos que nos
hagan como padre o madre, o como personas, no debemos hacerlo con
nuestros padre o madre, como personas que también son.
Como Dios es Perfecto, y en su perfección hay equilibrio, ya podemos notar
cómo sus famosos y espirituales Diez Mandamientos también muestran
equilibrio; y el quinto mandamiento es el que garantiza ese equilibrio.
Los cinco primeros hablan de nuestra relación espiritual con Dios, los cinco
últimos especifican nuestra relación espiritual con las demás personas.
Y si somos un poco más suspicaces podríamos decir que el quinto manda-
miento es la continuación del cuarto, magnificándolo y haciéndolo más sig-
nificativo.
28
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

NUESTROS INGRESOS ESPIRITUALES


Todos estos Diez Mandamientos en conjunto representan nuestros “ingre-
sos espirituales”, o sea el beneficio espiritual que cada uno obtiene por
TENER FE en que son Mandamientos de Dios (de la Presencia Yo Soy en
cada uno).
Yo considero que, más que Mandamientos, son ADVERTENCIAS ESPIRI-
TUALES; y lo que cada uno haga ante estas “advertencias” (o avisos de
precaución) es lo que ante los ojos de Dios viene a ser una parte de lo que
espera recibir de cada uno de nosotros.
Es lo que espiritualmente damos a Dios (a la Presencia Yo Soy en mí).
En la medida que cada quien crea que eso es cierto El recibe ese recono-
cimiento como “dádiva”, y lo retribuye aumentando nuestra conciencia
de perfección y nuestro deseo de saber y hacer más para lograrla.
Aumenta nuestras “ganancias espirituales”.
De esos “ingresos espirituales” que percibimos por nuestra relación con
Dios, por la aceptación espiritual de esos Diez Mandamientos, es que de-
bemos dar nuestro DIEZMO ESPIRITUAL a Dios.
Pero esto no es todo.

TERCERA PRUEBA (Y DEFINITIVA) DEL “DESCANSO”


En su perfección Dios dispuso algo más.
Parece ser la “perla” más preciosa de todas con las que me he encontrado
hasta el momento (ver Mateo 13:45-46).
Para hacer perfecto SU DIEZMO ESPIRITUAL y que estuviéramos casi
que amorosamente “obligados” a entregárselo, Dios tuvo en cuenta el me-
canismo para lograrlo y que cada persona viera la necesidad de cumplirlo.
Además de que estaban de por medio Sus respuestas ante las peticiones de
cada ser humano.
Los Mandamientos son Diez, y el 10% (el diezmo) es UNO.
Hay UN Mandamiento que es nuestro DIEZMO ESPIRITUAL para Dios.
¿Ya intuye cuál es?
El del “DIA DE DESCANSO”.
¿Por qué?
Porque es el único de los Diez Mandamientos que tiene que ver al mismo
tiempo con trabajo (creación), con descanso (estar quieto, en silencio, en
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

paz… y esperar), la creación de Dios (Proceso de creación-manifestación) y


con la relación directa de DIOS (Presencia Yo Soy) y el Ser Humano.
Si recuerda, el momento de “descanso” es cuando cada persona se hace
UNO con Dios (con la Presencia Yo Soy en cada uno), para esperar que
haya la manifestación.
Pero hacemos esto tan solo porque estamos esperando un resultado; ¡está
bien! estamos dando algo espiritual a Dios.
Pero esta parte no es todo nuestro DIEZMO espiritual.

EL DIEZMO PARA DIOS


Nuestro DIEZMO ESPIRITUAL total, que es el que Dios espera, es cuan-
do habitual y permanentemente “descansamos” y nos hacemos Uno con
El (no olvide: quieto, en silencio, en paz, esperando…).
Pero en este caso ¿cuál es nuestra manifestación?
Sencillo y claro: nuestra manifestación es espiritual.
Estamos mostrándole a Dios TENER FE en El en todo momento (no solo
cuando necesitamos algo, o cuando ya agotamos todos los recursos huma-
nos, o cuando es una urgencia o una emergencia), le demostramos que de-
seamos más, y El responde satisfaciendo nuestro deseo.
Cada vez se va a despertar más nuestra conciencia de perfección.
Aquí es cuando todo momento de cada día es de “descanso”.
ES NUESTRO DESCANSO EN DIOS (en la PRESENCIA YO SOY).
De todas maneras sigue siendo un proceso creativo.
Dios sigue creando.
Lo importante es tener conciencia de que cada quien debe permitirle que
cree específicamente para cada uno de nosotros.
No olvide: permitirle.
Reiterando lo dicho: la esencia de todo es TENER FE; por eso es que, con
amor y gratitud, le permitimos a Dios (su Presencia Yo Soy) actuar.
Esto nos lleva a creer, confiar y TENER FE en que todo esto, incluyendo a
la Ley de la Atracción, es cierto y perfecto y que por lo tanto funciona, para
lograr la Felicidad en Dios y con Dios.
Ser UNO con Quien es UNO, Dios-Mi Presencia Yo Soy.
La respuesta última es que cada uno, GUIADO POR SU FE, se dé la opor-
tunidad espiritual de ser UNO con DIOS (su Presencia Yo Soy), y para esto
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

la intuición y la capacidad de discernimiento pueden ser muy buenas con-


sejeras (ver Anexo 3).

LA LOGICA DE DAR Y RECIBIR


La Ley de la Atracción presenta una especie de paradoja para el estudiante
o investigador desprevenido, que no es tal sino una particularidad espiritual
que debemos entender.
La Ley de la Atracción nos faculta para pedir y después recibir, pero a su
vez nos pide dar para poder recibir y “exige” que seamos nosotros quienes
debemos actuar primero:
Yo debo DAR primero para poder recibir.
El juego empieza cuando “Yo Doy” porque necesariamente tiene que haber
alguien quien me reciba lo que tengo para darle.
Y para que una persona pueda darme tengo que estar dispuesto a recibir.
Este tipo de intercambios dar-recibir-dar son los que facilitan que la Ley
de la Atracción funcione.
Estamos en el plano material, pero si entramos al plano espiritual, aunque
el principio es el mismo, nuestro panorama tendemos a oscurecerlo.

APRENDER A RECIBIR DE DIOS (SU PRESENCIA YO SOY)


Para recibir de Dios (de la Ley de la Atracción) una manifestación debemos
primero darle algo, o sea TENER FE en EL, depositamos en Dios nues-
tra FE (y no en la Ley de la Atracción, porque esta funciona sola seamos
conscientes o no de su actividad).
TENER FE es del plano espiritual y es lo que damos a Dios, y El se mani-
fiesta dándonos de lo espiritual que tiene para darnos:
SU CONOCIMIENTO ESPIRITUAL, para despertar nuestra conciencia
hacia la perfección
Como para que la Ley se “active” tenemos que recibir lo que Dios nos da
(ya vimos que El primero satisface las necesidades espirituales y luego las
de índole material) entonces tenemos que indiscutible e inevitablemente
aceptar ese CONOCIMIENTO ESPIRITUAL.
Después de aceptado este CONOCIMIENTO, nuestra inmensa GRATITUD
por lo recibido es lo que devolvemos a Dios para que El active la Ley de la
Atracción y esta cree la manifestación.

31
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Cuando nos saltamos uno de estos pasos es cuando tenemos problemas;


puede que haya alguna manifestación, pero con toda seguridad no va a ser
de nuestra satisfacción.
De la misma manera que tenemos que aprender a recibir con agrado y gra-
titud lo material que nos dan las personas, tenemos que aprender a re-
cibir con agrado y gratitud lo espiritual que nos da Dios (su Presen-
cia Yo Soy).
La decisión de hacer esto es personal.

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN


Con todo esto no quiero decir que ¡listo!, ¡ya está la solución!; porque cada
día es un día de “trabajo”, de “creación”, de no bajar la guardia, de no de-
jarse llevar por la necesidad o la desesperación, o por los “malos pensa-
mientos” (que son los mismos pensamientos negativos, que todos los auto-
res nos advierten que tenemos que evitar).
Porque todo lo negativo no es sino solo “apariencias”, por las calificaciones
negativas que uno mismo le ha dado a las cosas, a las circunstancias y a
las personas.
Algo así como que la perrita en realidad nunca estuvo enferma, para Dios
nunca estuvo enferma.
Simplemente por la mente imperfecta (¿pensamientos negativos?) se le dio
(sin estar consciente de hacerlo) esa “apariencia” de enfermedad; y cada
vez la mente le introdujo más ingredientes “negativos” hasta llegar al cua-
dro final.
Es factible que cuando se dan las gracias y se empiezan a hacer las afirma-
ciones y visualizaciones se dé inicio a la “disolución” de esas apariencias
negativas, y cuando se introduce el ingrediente más poderoso: el amor (y
de pronto el mismo deseo de otras personas) con toda seguridad las cosas
gradualmente cambiaron.
Hasta este momento, Usted no se ha preguntado, si después de todo, o
mejor dicho, sin que el dueño de Aika hubiera hecho las afirmaciones y las
visualizaciones, ¿de todas maneras la perrita se hubiera recuperado?
¿A qué voy con esta pregunta?
A que si se piensan las cosas con “cabeza fría”, sabiendo ya cuál es el re-
sultado que la realidad está mostrando, que la perrita se recuperó, ¿no nos
está diciendo Dios que esta es la FE que El espera?
¡Tener la certeza de que lo que pedimos ya es una realidad!
32
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

¿No sería que Abraham sí sabía y era plenamente consciente que, pa-
sara lo que pasara, no iba a tener que sacrificar a Isaac, y que Dios TENIA
que darle otra solución porque estaba seguro de la Perfección de Dios y
de que todo lo que El hacía era Perfecto?
¡Parece ser la confirmación de otro elemento importante para saber qué es
TENER FE!

MAS DE AIKA
¿Qué hubiera pasado si desde el primer momento de la enfermedad de Aika
sencillamente su dueño le manifiesta a Dios su deseo de la recuperación de
la perrita y la deja en manos de El, esperando y confiando en que
cualquiera que fuera el resultado era por la Voluntad de Dios y de todas
maneras perfecto?
¿Se hubiera recuperado o no?
En otras palabras es algo así como no enredar lo que está desenredado:
sabemos que Dios no enreda ni hace cosas enredadas, entonces para qué
las enredamos.
Sí es cierto que hay un momento para hacer algo, en este caso llevar a la
perrita al veterinario, pero no hay claridad acerca de cuándo empieza el
“trabajo” de dar gracias y hacer afirmaciones y visualizaciones: tan pronto
el animalito enferma, o cuando se agrava, o cuando no hay más solución
que llevarla al veterinario, o cuando el veterinario le dice que es grave la
enfermedad, o cuando a pesar del tratamiento la perrita no mejoraba, o
cuando la perrita ya estaba más muerta que viva.
¿Cuándo es el momento en que se debe empezar a actuar (afirmaciones,
visualizaciones y demás ayudas)?, ¿cuándo es el momento ideal para el
“descanso”?

PRIMERO, LO HUMANO Y LO ANIMAL


Cuando se atiende pacientes animales (especialmente si se trata de perros
o gatos que supuestamente viven en una casa y hay alguien para su cuida-
do), dependiendo de las circunstancias en que sean atendidos por un Médi-
co Veterinario, muchas veces hay que hacerle un sutil reclamo al propieta-
rio por la demora para hacer la consulta, especialmente si el animalito está
muy grave; y ni se diga cuando lo envían con un niño, no porque el niño no
tenga capacidad o derecho, sino que por ética y por responsabilidad con el
paciente no se debe atender al animal sin que una persona adulta esté pre-
sente (aquí en Colombia).
33
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

¿Por qué es interesante saber en qué momento se empiezan a hacer las


afirmaciones y visualizaciones y por qué cuento de la experiencia de un
Médico Veterinario con pacientes animales (aunque creo que ya lo intuye)?
Porque, como humanos que somos, tenemos la tendencia negativa a inten-
tar todo lo que “humanamente” se nos ocurre antes de ir a donde el Doctor
en Medicina (si el enfermo es una persona), o a donde el Médico Veterina-
rio (si es un animal), o simplemente no hacemos algo.
En el caso del animal, el dueño cuando ya ve que sus remedios caseros (o
en la finca) no han funcionado (si es que le ha dado alguno), o que el ani-
mal ha empeorado, o que la insistencia de un niño lo obliga, por fin decide
llevarlo a donde el Médico Veterinario o llamarlo para que vaya a la casa (o
a la finca).
O si el sentimiento de culpa es muy grande, manda al niño (quien por lo
general es el dueño del perrito o gatico, y a quien más lo afecta la enfer-
medad del animalito) para que “ponga la cara” (o a otra persona que nada
tiene que ver con la propiedad del animal).

SEGUNDO, LO DIVINO Y LO ESPIRITUAL


¿Y con Dios qué hacemos?, ¿con la Ley de la Atracción qué hacemos?
Pues lo mismo, solo hasta que no nos vemos impotentes, e incapacitados
para tener una “solución humana”, solo hasta después de que lo hemos in-
tentado todo, hasta después de que hemos aceptado todo tipo de consejos
y de soluciones sin tener algún resultado favorable es cuando recurrimos a
Dios (¿y a la Ley de la Atracción?).
Y para colmo, la mayoría de veces “no queremos verle la cara a Dios”;
lo escondemos detrás de cualquier “imagen”, que bien podríamos llamar
Ley de la Atracción o de otra forma, o de “vanas repeticiones” y “visualiza-
ciones” sin medida, que no son más que parapetos para “escondernos” y
no reconocer que Quien actúa es Dios, y en forma inconsciente pretende-
mos que los resultados fueron el producto de nuestro esfuerzo mental,
emocional y/o físico, o de nuestra posible fe.

TENER FE MUEVE MONTAÑAS


Cuando uno se involucra con este tema debe hacerlo por completo: cuerpo,
mente, espíritu; pensamientos, palabras, actos; emociones, sentimientos,
deseos.
¡TODO!
Si se quieren resultados, es el mínimo esfuerzo que se debe hacer.
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Dios es Perfecto y es Todo; las cosas a medias ni le gustan ni pueden ser


con El, porque es Todo y es Perfecto.
Ya puede ver entonces, y yo sigo convenciéndome, de la diferencia entre
no tener fe, tener fe y TENER FE.
Esta sí es la famosa FE que mueve montañas.
Y es la que hace la gran diferencia entre que un deseo se cumpla inmedia-
tamente o que se demore en ser cumplido.
Entre necesitar muchas visualizaciones y afirmaciones, o sencillamente co-
mo hacía Jesús: ante un deseo suyo, lo pedía al Padre mediante una ora-
ción, y le daba las gracias porque ya lo había escuchado, y la manifestación
era inmediata.
Pero siempre lo hacía en el instante, nunca después de haber “ensayado”
otro tipo de soluciones ni desgastándose “en vanas repeticiones” (afirma-
ciones y/o visualizaciones).
No porque repetir no sirva, sino porque por más que se repita no se van a
obtener mejores resultados o más rápidos, por encima de los parámetros
de perfección, tiempo y lugar que ya Dios ha fijado para su cumplimiento.

CUESTIONANDO LA FE
En este punto de mis comentarios me inquieta algo que debo hacer saber.
Usted debió leer y “comprobó” que Aika se recuperó.
Al inicio dio muestras de ir recuperándose cuando al parecer empezaron las
expresiones de gratitud, las afirmaciones y visualizaciones, y enseguida de
que fueron más intensas y vehementes la mejoría fue más evidente, hasta
después tener la recuperación total.
Y como todo esto se hizo “invocando” la acción de la Ley de la Atracción, y
por el resultado que se obtuvo, se concluye que esta Ley sí funcionó.
Entonces surgen estas preguntas (que Usted también ya se las debería es-
tar haciendo):
¿Con todo lo anterior quiere decir que cuando cualquier persona, siguiendo
los mismos pasos y acciones con los cuales se obtuvo este resultado positi-
vo, vuelva a hacer lo mismo para pedir cualquier cosa (inclusive “ser millo-
nario”), se esperaría que el resultado siempre fuera positivo?
¿El resultado fue producto de las manifestaciones de gratitud, de las visua-
lizaciones y afirmaciones, o del amor, o de la fe, o del buen tratamiento ve-
terinario, o del deseo de otras personas, o de la voluntad y la perfección de
Dios?
35
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

¿O de todas juntas?
Cada uno tiene la respuesta; y su respuesta es en lo que Usted en realidad
cree.
Para mí es muy posible que haya sido FE, y esa FE movió el resto: “movió
esa montaña”.
Solo Usted puede discernir e intuir si ya la tiene, si ya tiene la FE que
“mueve montañas”.
Y cuando esté seguro de que ya la tiene, la única manera de retroalimen-
tarla y magnificarla es usarla en forma permanente:
- para lo aparentemente vano y superfluo,
- y para lo más sofisticado y trascendental.
La FE no es solo para emergencias, o para urgencias (como fue el caso de
Aika).
La relación con Dios (con su Presencia Yo Soy) debe ser permanen-
te.

PREGUNTAS IMPORTANTES
Entonces me surgen otros interrogantes:
¿Se necesita que uno esté tan “desesperado” y ansioso por conseguir un
deseo, para que este se cumpla?
¿Usted está así de “desesperado” y ansioso siempre que pide tener una
manifestación?
¿Por qué sus deseos no se le cumplen siempre, si es que alguna vez se le
han cumplido?
¿La clave de todo está en la vehemencia con que se haga una afirmación
y una visualización?
¿Si Dios es perfecto, y es un Dios de Paz y tranquilidad, no habría aquí una
contradicción con tener que estar “desesperado” y ansioso para lograr el
cumplimiento de un deseo?
¿No estaríamos contradiciendo: estar quieto, en silencio, en paz y espe-
rar…?
¿En qué momento esto se convierte en una “vana repetición”?
¿No se está llegando al punto humano de “idolatría” al pretender que el
cumplimiento de un deseo no sea por obra y gracia de Dios, sino exclusi-
vamente por acción de la Ley de Atracción, llegando inclusive al extremo de
36
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

pretender que todo sea el resultado de unas afirmaciones y unas visualiza-


ciones?
Son cuestionamientos fuertes y sabrá disculparme por plantearlos pero las
respuestas deberían ser de importancia para todos; en realidad no cuestio-
no a las personas, sino al manejo de la Ley de la Atracción desde nuestro
punto de vista humano, material e imperfecto.
No puedo ignorar todo lo que Usted ya puede saber y que por alguna razón
está leyendo esto, por tal motivo lejos de mí está criticarlo o cuestionarlo
como ser humano o como estudiante o investigador de la Ley de la Atrac-
ción, ni controvertir su manejo de esta Ley.
Es mi respeto hacia Usted y hacia la Presencia Yo Soy en Usted.

LA LEY DE LA ATRACCION SI FUNCIONA


Usted quizás tiene evidencia de “coincidencias” que ha vivido (que para mí
no son más que el resultado de la Ley de la Atracción actuando por su FE),
entonces Usted posiblemente ya ha comprobado que sí funciona; y lo más
curioso es que ha habido muchas veces en que la Ley (Dios – su Presencia
Yo Soy) ha actuado y Usted ni se ha dado cuenta.
Creer que esto es cierto, que la Ley funciona inclusive sin uno darse cuen-
ta, y reconocerlo como cierto, eso es TENER FE, eso es creer en Dios y en
que El sí actúa (y la Presencia Yo Soy en cada persona), aun sin uno estarle
pidiendo algo específico, tan solo por el hecho de estar en “sintonía” con El.
Pero como lo que se desea es poder “utilizar” la Ley de la Atracción cons-
cientemente, lo que necesitamos es aprender a TENER FE.

TODO DEPENDE DE DIOS Y DE LA PERSONA


TENER FE es caminar con Dios.
Si dentro de nuestra mente no hay cabida para Dios, dudo mucho de que
podamos obtener grandes resultados con la Ley de la Atracción.
Sí habrá resultados, porque es la “estrategia” de Dios para mostrarnos que
sí funciona, para convencernos de que debemos buscar a Quien está detrás
de esa Ley y de todas las Leyes y Principios Universales.
Probablemente en algún momento se manifiesten resultados tan sorpren-
dentes que no tendremos argumentos para contradecir o dudar de la Ley,
pero de ahí a que la manejemos hay un largo trayecto que solo puede
acortarlo la FE, y no la Fe en que la Ley existe y que en verdad funciona.
Es TENER FE en Dios.
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Y como todo depende de Dios, la creación y la manifestación, y Yo como


ser espiritual soy parte de El, entonces todo depende también de mí (de
mi Presencia Yo Soy).
Yo Soy quien debe TENER FE para que todo el proceso de creación em-
piece a funcionar.

TEMOR A LA REALIDAD
En este punto hay algo interesante y es que la gran mayoría de autores,
por no decir que casi todos (y si fuera más osado diría que todos, aunque
podría ser injusto porque no he tenido la oportunidad de leer libros de la
gran mayoría, lo cual sería de por sí muy difícil, pero mi intuición algo me
dice que no estoy muy equivocado), a pesar de que hablan de “tener fe”,
solo la relacionan directa y formalmente con la Ley de la Atracción (algunos
tratan de dar a entender que esta Ley es otra manera de denominar al Ser
Supremo, Dios, o a la “energía” que está detrás de ella, inclusive algunos la
citan también como la Ley del Amor).
Mas no se atreven a ser directos y claros en que la única manera de
que esta Ley realmente funcione es TENER FE, no en que la Ley exis-
te, tiene su poder y funciona, sino explícitamente en Dios.
Para hacer esto aducen que lo hacen así porque es una Ley universal
que está al alcance de todos, de quienes creen en Dios y de quienes
tienen otro tipo de conceptos acerca de El, o incluso de aquellos que
no creen en un Ser Divino.
Hay que decirlo sin miedo, que la Ley de la Atracción tan solo fun-
ciona al TENER FE EN DIOS; el problema es de las demás personas
si están equivocados en su conocimiento o en su apreciación espiritual
de Dios, y por este hecho Dios no deja de existir, de ser Perfecto y de
actuar.

LLEGA LA DESILUSION
El problema real es que quien llega a la Ley de la Atracción es inocente-
mente ilusionado con que hacer que esta Ley funcione es tan sencillo
como:
- desear, pedir, creer que ya se recibió, esperar;
- comprometerse a dar, amar y perdonar a los demás y a agradecer (sin
ser muy específicos de si es a Dios, o a qué o a quién);

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

- hacer afirmaciones, visualizaciones, inclusive meditar, tener sueños cons-


cientes y hacer cheques para el Banco del Universo;
Pero que todo depende de tener fe.
Para las personas es relativamente fácil cumplir con todas las primeras
condiciones, porque de una o de otra forma se aprenden y porque huma-
namente son posibles.
Pero cuando se llega a que es necesario tener fe y que el éxito para te-
ner resultados permanentes, significativos y grandiosos con la Ley de la
Atracción, depende única y exclusivamente de TENER FE, es cuando la
desilusión y la decepción llegan y la persona no se explica qué hay que
hacer entonces.
Porque en los libros tan solo le dicen que hay que tener fe, pero cómo se
logra TENER FE, de eso no se habla.
La FE que se necesita, ese TENER FE del que hablo, es la confianza plena
en Dios, y solo El mismo la puede proporcionar y alimentar en la medida
que ese sea nuestro deseo sincero.
Cualquier intento por lograr las cosas de otra manera o por otro medio con
seguridad terminará en un completo fracaso y le echará más leña al fuego
de la desilusión y la decepción, hasta llegar a la tristeza o a la depresión
por ver frustrados nuestros más grandes deseos e ilusiones.

ESTO NO ES CASUALIDAD
Usted y yo sabemos que no llegamos a este tipo de información por casua-
lidad, y si hubo un “algo” o un “Alguien” el cual nos trajo hasta este cono-
cimiento, pienso que lo más lógico es que deseemos saber qué o quién fue
y específicamente para qué aprendemos todo esto (y no creo que lo que
aprendamos tan solo sea para que sepamos cómo hacernos “ricos”).
El por qué, creo que básicamente está dentro del Plan y de la Voluntad de
Dios para cada uno de nosotros.
Si yo pienso así es porque es mi convicción y lo que me hace TENER FE;
nada ni nadie me lo pueden controvertir y mucho menos debería intere-
sarme o preocuparme, o hacerme cambiar de forma de pensar, lo que pue-
dan imaginar, decir o hacer las demás personas.
Acá se trata de mi relación con ese Ser Supremo, que siempre debe ser es-
trictamente “personal”, y los demás ya no cuentan, porque cada uno de-
berá tener “alguna relación” con El, hasta el más recalcitrante “ateo”.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Y por más ateo que sea, cree en lo que ve sin darse cuenta que esto es una
manifestación de lo que no ve, del Dios Perfecto (y de su Presencia Yo Soy)
que está en Todo y en Todos; mas no por eso Dios deja de Ser y de Existir
y de relacionarse con una parte del Todo que es el supuesto ateo.

LA LEY DE LA GRAVEDAD
Yo puedo “tener Fe” en la Ley de la Gravedad, porque estoy plenamente
convencido de que existe, de su poder, de lo que es capaz de hacer y de
hacerme, pero esto no va a evitar que yo caiga si me lanzo de un sitio alto,
y que posiblemente me lesione (por más afirmaciones y visualizaciones que
haga de que voy a volar o de que voy a caer suavemente y por mas vida
“santa” que lleve).
Pero si yo TENGO FE en Dios y en su Poder, y reconozco su Perfección, y
me caigo accidentalmente es posible que no me pase nada o que las le-
siones sean mínimas (porque es Dios quien está actuando), pero de lo que
puedo estar completamente seguro es de que Sí voy a caer porque Dios
no puede violar sus propias Leyes.
Lo que no puedo hacer es lanzarme intencionalmente al vacío, porque yo
no puedo retar ni desafiar las Leyes ni a Dios, y por “causa y efecto” ya Us-
ted sospecha qué me va a pasar.

DIOS ES OPORTUNO
Es posible que Usted ya sepa que tan pronto Usted expresa su deseo y pi-
de, respetando las Leyes y Principios universales, “en armonía para todo el
mundo, de acuerdo a la Voluntad Divina, bajo la gracia y de manera per-
fecta”, inmediatamente, y no después ni antes, Dios pone en marcha
satisfacer su deseo; ya El lo ha “decretado” y se tiene que cumplir.
¿Cuándo?, ¿cómo?, ¿dónde? Tan solo Usted puede saber (¿intuir?) la re-
puesta a estos interrogantes, porque la respuesta solo la sabe y la intuye
cada uno; o para contestarlas, sencillamente sería necesario esperar hasta
obtener algún resultado, si es que somos capaces de identificarlo como
“nuestra respuesta” al deseo que formulamos.
La manifestación de Dios ante nuestra petición no siempre es tan exacta
como el deseo formulado, por aquello de que primero se satisfacen las ne-
cesidades de índole espiritual; por más que alguien insista, haga afirmacio-
nes, visualizaciones o emplee otras ayudas, no va a cambiar lo que ya está
decretado y hasta que no modifique su actitud y TENGA FE real, pues las
cosas no van a cambiar.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

LA CAUSA Y EL EFECTO DE LO QUE NOS SUCEDE


Usted, como muchos, se puede preguntar el por qué y el para qué de lo
que le ocurre; este tipo de interrogantes empiezan a ser más evidentes pa-
ra una persona cuando tiene contacto con este tipo de conocimiento y se
acerca a la “ley de causa y efecto”.
Usted “siente efectos” y desea conocer la causa, necesita saber el por qué,
la razón de ser de lo que le sucede; de igual manera a Usted le inquieta
saber (cuando piensa, dice, hace o siente algo) qué consecuencias le pue-
den traer, tanto inmediatas, como a mediano y largo plazo.
Cada quien debe buscar las respuestas a estos interrogantes.
Lo bueno o malo de lo que aparentemente nos suceda simplemente es el
resultado de nuestra actitud positiva o negativa hacia todo, de la califica-
ción positiva o negativa que le demos a las cosas, personas o circunstan-
cias que nos afecten, y de estar siempre en “sintonía” (digamos que con
una vibración más alta o más baja) con la Fuente de Todo.
Porque, ¿de qué sirve saber y creer ciegamente en que la Ley de la
Atracción existe y funciona, si no se cree en el Poder, la Energía, el Dios
que le dio origen y la sustenta, y que al final de cuentas es Quien la hace
funcionar para nosotros?

SOLO DIOS SABE LA CAUSA Y EL EFECTO


Así no sepamos por qué o para qué nos sucede algo, así nuestra inquietud
mental no nos permita discernir, vislumbrar o intuir las razones y los pro-
pósitos de lo que nos sucede (porque ¿para qué nos sirve saber con antela-
ción esa causa y ese efecto?), de lo que sí debemos estar convencidos y
tener la certeza y la seguridad total, la convicción ineludible e incuestiona-
ble, es de que Sí HAY un por qué y un para qué (una causa y un efecto)
lo que implica TENER FE, y que detrás de todo está la perfección de
Dios (de su Presencia Yo Soy).
Dios es el único que sabe con certeza el por qué y el para qué de todo lo
que nos sucede; nosotros también tenemos esa información grabada en
nuestra “memoria”, pero necesitamos una “contraseña” espiritual (FE) para
poder tener acceso a ella.
Mientras no nos hagamos merecedores (TENIENDO FE) de recibir esa
“contraseña” seguiremos actuando con solo la información que nos pueden
suministrar nuestros cinco sentidos físicos (si es que gozamos del privilegio
de aún tenerlos todos).
TENER FE para que Dios (mi Presencia Yo Soy) me dé más FE.
41
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Claro está que cuando somos conscientes de que hemos hecho, dicho o
pensado algo “malo” es más que evidente cuál es el por qué, pero de todas
maneras habrá que esperar para saber el para qué.
Tal vez sea mejor dejar que las cosas simplemente pasen, que fluyan de
acuerdo a la “perfección de Dios”, TENER FE en Dios y en su perfección
para hacer las cosas; y que después, tan sencillo como solo pensarlo, ana-
licemos los pormenores del asunto.
Y si está dentro del Plan de Dios y de acuerdo con su Voluntad que lo se-
pamos, y somos merecedores, ya habrá tiempo para que toda la informa-
ción nos llegue.

CUANDO EL ESTUDIANTE ESTA LISTO, EL MAESTRO APARECE


Este ha sido mi aprendizaje, y espero que también el suyo: toda la infor-
mación llega en el momento preciso y con la calidad y la cantidad que uno
requiere; si no fuera así, pues no estaría hablando de lo que ya puedo
hablar y Usted no estaría leyendo esto.
No hay que olvidar que “todo tiene su tiempo” y pretender “luchar contra la
corriente” es no tener Fe; asunto grave porque estaríamos retrocediendo
o estacionándonos y acá el asunto es avanzar hacia TENER FE.
Tarde o temprano todo vuelve a su origen, y todo pensamiento, toda cre-
encia, todo deseo tiene que volver a su Fuente.
Una “perla”, de las que más me impactaron, fue entender mejor la afirma-
ción “cuando el estudiante está listo, el maestro aparece”.
Cuando el estudiante está listo es cuando el estudiante ya “necesita” un
conocimiento más avanzado, cuando el pensamiento del estudiante ha ade-
lantado, cuando el estudiante tiene la disposición emocional, mental y espi-
ritual, ESTA LISTO para un conocimiento más avanzado, para un conoci-
miento más profundo, para un conocimiento más “espiritual”, porque con
su avance adelanta un paso más en ese acercarse a la Fuente, en el des-
pertar de su conciencia hacia la perfección, y es cuando aparece el
“maestro”.

TODO DEPENDE DEL ESTUDIANTE


Pero el maestro siempre está, siempre ha estado, ya que el conocimiento
siempre ha estado, porque todo tipo de conocimiento es parte del Conoci-
miento Divino; el maestro, en algunos casos, se acerca al estudiante, pero
debe esperar a que este manifieste su deseo de aprender, para no interferir

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

con su “libre albedrío” y porque el estudiante debe darse cuenta y recono-


cer que sí ESTA LISTO, y así expresar su deseo de más conocimiento.
Si no se está en ese “estado de necesitar más conocimiento”, se debe bus-
car pidiéndolo, con FE, a la Fuente de Todo (Dios - Mi Presencia Yo Soy);
pero si se pide tenerlo, con conciencia de lo que se está haciendo y TE-
NIENDO FE de que se va a tener una respuesta, es la evidencia de que ya
se está en ese “estado de necesitar más conocimiento”.
Pero lo más importante no es lo que el estudiante necesita aprender ni lo
que el maestro tiene para enseñarle, porque al fin y al cabo el conocimien-
to ya lo tienen ambos “grabado en la memoria”, sino lo que el estudiante
haga o deje de hacer con la nueva información.
En el transcurso de su vida seguirá teniendo “pruebas”, pero estas ya son
para evaluar qué tan bien aprendió las lecciones y si está avanzando en el
despertar de su conciencia hacia la perfección.
Acá solo se trata de estimular a la “memoria” para que recuerde, lo que se
traduce en que las cosas se entienden, se comprenden y se aceptan como
que en realidad se están recordando.
Este es el mismo proceso por el que ya pasó quien hace las veces de “ma-
estro”.
Por eso es que el hecho de tener este conocimiento no nos hace superiores,
sino depositarios de una gran responsabilidad con las personas que nece-
sitan aprender y con Dios.
El maestro nunca debe olvidar que él también fue estudiante.

LA MENTE TIENE LA CAPACIDAD


Una prueba de que en general nuestra mente ha adelantado y está prepa-
rada para cosas más avanzadas y diferentes de lo que aparentemente nu-
estro intelecto nos permite comprender y entender, es el adelanto tecnoló-
gico al que hoy en día estamos expuestos.
Si hay mentes capaces de desarrollar las maravillas a las que la capacidad
de invención del hombre le ha permitido llegar, y hablando estrictamente
de los asuntos materiales, lo que nuestros cinco sentidos humanos nos de-
jan percibir, ¿por qué nos negamos la posibilidad de adentrarnos en esa
región del “conocimiento humano y divino” que siempre ha estado cu-
bierta como por un velo?
¿Por qué no aprovechar que ya tuvimos la oportunidad de dar el primer pa-
so, ya empezamos a caminar (como el niño pequeño), y hay Quien está

43
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

dispuesto a apoyarnos para que podamos seguir hasta cuando podamos


“caminar” solos?
La esencia de esto está, primero, en desear hacerlo, y segundo, en desa-
rrollar la FE para no dudar ni vacilar ante lo nuevo que llegue, por más ra-
ro, extraño y fuera de lo común que nos parezca.
Si los grandes científicos e inventores se hubieran detenido ante lo raro, lo
extraño y lo fuera de lo común que encontraron a su paso, no gozaríamos
de los adelantos tecnológicos de los cuales hoy dispone la humanidad.

DIOS DA LO NECESARIO
En este asunto hay algo bastante curioso, pero no por eso deja de ser cier-
to.
El ser humano es multidimensional y su desarrollo y el de la humanidad,
como colectividad, debería ser integral.
Si se avanza en tecnología se debería avanzar en cualquier otro aspecto y
con mayor razón si se trata de la parte espiritual.
¿Qué quiere decir esto?
Que la Ley de la Atracción ha estado funcionando muy activamente para
suplir todos esos avances tecnológicos.
Dios ha permitido que esto sea así, y los seres humanos involucrados en
esto han dado rienda suelta a su capacidad inventiva, de aprendizaje, de
compartir conocimientos, para lograr sus propósitos.
Pero en los otros aspectos, especialmente el espiritual, hay fallas tan evi-
dentes que los resultados se ven por todo el mundo resumidos en apa-
riencias de muerte, dolor, depresión y tristeza.
Si Dios, siendo Perfecto, permite algo, es porque va a satisfacer a cada
persona en todo como ser multidimensional que es cada una.
Si hay adelantos tecnológicos, si hay suficientes alimentos, si hay muchas
comodidades materiales, Dios desea que las tengamos, y está dispuesto a
dárnoslas cuando con sinceridad se las solicitemos, inclusive invocando la
Ley de la Atracción.
Pero si tenemos carencias “de base” como falta de amor, falta de perdón,
falta de gratitud, falta de FE, entre otras, hasta que no las reconozcamos
como deficiencias y deseemos con toda nuestra mente y todo nuestro co-
razón que Dios las supla, no obtendremos el “resto”.
Si no fuera así Dios sería injusto e imperfecto.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

LA NECESIDAD DE CONOCIMIENTO
Cada persona antes de nacer tuvo que “planear” toda su existencia en la
vida que iba a vivir, ya que como parte de Dios todo tiene perfección, pero
al momento de nacer todo se olvida.
Lo único que hay que hacer es dejarse llevar por algunas “señales” que en
el transcurso de la vida van apareciendo, dependiendo de la misión que
uno tenga que cumplir, que van a ayudar para “recordar” (tal vez no es re-
cordar en el estricto sentido de la palabra en nuestro pensamiento humano
material, sino algo así como re-aprender) lo que necesitemos para avanzar,
que no es más que lo que ya habíamos programado en nuestra “memoria”.
Por eso es que cuando aparentemente uno ya “sabe todo” y siente que lo
demás que necesita saber lo tiene que encontrar como sea, el simple deseo
empezará a abrir puertas, y a acercarnos personas, libros, circunstancias,
“recuerdos”, que nos empezarán a dar las respuestas requeridas.
Aquí es donde la intuición y la FE juegan un gran papel para no equivocar-
nos y debemos hacer uso de una gran capacidad de discernimiento para
tomar las decisiones que nos hagan más corto el camino.
Si nos equivocamos, y como de todas maneras estamos en nuestro “cami-
no verdadero”, esa Mano que siempre dirige todo vuelve a encauzar las
cosas, pero la clave está en tener una mente abierta y un corazón dispues-
to para aceptar esa ayuda espiritual.
Qué tan largo o qué tan corto sea este camino solo depende de cada uno
de nosotros.

TODO ES CUESTION DE TENER FE


Si Usted ya llegó a una conclusión, a la misma que yo he llegado, todo está
supeditado a la FE, a TENER FE, esa FE de que hablaba antes y que por
más que la busquemos no está en ningún libro, nadie la ha podido des-
cribir como en realidad es, porque es una VIVENCIA, es vivirla, es VIVIR
POR FE, esa “certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se
ve” (Hebreos 11:1).
Es estar plenamente convencido de que el TODO tiene un propósito, yo
como parte de ese TODO tengo un propósito, Dios es Perfecto y es Todo y
está en Todo, y si yo soy parte del TODO soy perfecto, y si soy perfecto
tengo todo el derecho a reclamar perfección en todo lo que me suceda,
porque mi cuerpo, mi mente, mi espíritu, mis emociones, mis sentimientos
están en sintonía con Dios (Mi Presencia Yo Soy), con el Todo.
Y si el TODO tiene un propósito…
45
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

“CONOCI” Y “VI” A DIOS


En mi país, Colombia, hay un dicho popular, que dice que “el que no co-
noce a Dios cuando lo ve se asusta”, que viene con su equivalente material
de “mató al tigre y se asustó con el cuero”.
Para el caso que me ocupa reconozco que por fin “conocí” y “vi” a Dios,
el Dios que no conocía y que siempre busqué, y no me asusté, pero sentí
una gran responsabilidad con El por lo que yo había logrado entender.
El mismo “Dios” quien siempre quiso que lo encontrara; y de no ser así
entonces:
¿Por qué ha sido recurrente en mi vida este deseo, o esa sensación de in-
satisfacción que muchas veces sentía por no saber en qué creer?
¿Por qué en los últimos seis meses, en mi forma especial y personal de
“hablar con El”, le había pedido que me solucionara el conflicto interno que
tenía, porque sentía que debía escoger entre una u otra “Iglesia” de las
que estaba “estudiando”?
¿Por qué estoy sintiendo que, aunque la respuesta la tuve desde hace 14
años (inclusive podría decir que desde hace más de 30 años), ahora sí en-
contré algo que rebasa mis expectativas y no por esto he dejado de com-
prenderlo?
¿Por qué me permitió tener claridad respecto al mandamiento del “día de
descanso” y al del diezmo, que para mí eran y son muy importantes por las
connotaciones religiosas que tienen?
¿Por qué el “caso Aika” me impactó y me hizo pensar tanto?
¿Por qué tantas conclusiones, tan lógicas para mí?
Es posible que Usted también se identifique con algo de esto.

COMO CONOCI Y VI A DIOS


Lo “conocí” y lo “vi” porque comprendí y tuve en mi mente el cuadro más
claro de ese Dios que siempre me habían pintado tan Poderoso, Magnánimo
y Amoroso, tanto como lejano e inalcanzable para mí, y confirmé lo que
había estado aprendiendo.
Dios siempre estuvo a mi lado, siempre me “tiró piedritas” y me hizo seña-
les para que yo volteara a mirarlo, pero yo nunca antes le hice caso.
Y a pesar de eso siempre me mantuvo en una línea de sentimiento y de
pensamiento, porque El sabía que tarde o temprano yo iba a voltear a “mi-
rarlo” y lo iba a “ver” de frente.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Era mi problema si me demoraba en hacerle caso y en prestarle atención.


Entonces fue cuando comprendí la dimensión y la magnificencia de la Pre-
sencia Yo Soy en mí: es la provisión de Dios, del Poder de Dios, para
cada ser humano para que se sienta acompañado y cuidado y respaldado
por Dios.
Porque la sensación de compañía y de “poder” que hay detrás de re-
conocerlo supera cualquier expectativa que se pueda tener.
Es tener a Dios conmigo para darle honra, respeto y mi FE a Su Presencia
Yo Soy en mí, a Su poder y a Su Nombre.
¡Porque YO SOY es el nombre de Dios!
“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.
Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel:
YO SOY me envió a vosotros” (Exodo 3:14).

LA PRESENCIA “YO SOY” EN MI


La Presencia Yo Soy es la Presencia Divina en cada uno, y creer que
existe en mí y para mí no es blasfemar contra la “existencia” de Dios, sino
que mutuamente se corroboran, se justifican y se explican, porque Dios
está en Todo y así de esta manera está en todas las personas, porque Todo
y Todos formamos el Todo que es Dios y si el TODO tiene un propósito…
Esta Presencia Yo Soy, como parte de Dios que está en mí, hace que Yo
sea parte de Dios, y como tal yo soy un ser divino, entonces también soy
Dios; y si Yo Soy Dios, en definitiva Yo Soy el que Soy.
Y esta Presencia Yo Soy es quien pone en mí ese sentimiento y ese deseo
de querer saber más de El, porque conociéndolo aprendo a amar y a con-
fiar en Dios y a TENER FE en El y así entiendo la interrelación entre todas
sus Leyes y Principios y cuál es mi papel en todo esto.
Ignorar o pretender ignorar este sentimiento y este deseo de creer lo único
que hace es retrasar o estancar mi aprendizaje y mi adelantamiento, y no
por eso Mi Presencia Yo Soy, Dios, y sus Leyes y Principios dejan de existir
y de funcionar.
Lo que quiere decir esto es que conmigo o sin mí el Universo y Dios (Mi
presencia Yo Soy) siguen existiendo y funcionando, y soy yo quien está
perdiendo la oportunidad de estar en armonía con ellos y de obtener los
beneficios que se derivan de esta relación (y de la Ley de la Atracción).
Y, como muchos dicen, habré perdido mi venida a este mundo y a este pla-
neta.
47
LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

¿DIOS MIO?
Ha pensado Usted alguna vez, como yo he caído en cuenta, ¿por qué las
personas, quienes dicen creer en Dios (inclusive muchos que dicen no creer
en El), consciente o inconscientemente usan las expresiones “Mi Dios” o
“Dios Mío”?
¿Será que en el subconsciente está grabada esa información del “Yo Soy en
mí”, o “mío”, y como no se sabe de ese nombre de Dios (porque en general
lo han ocultado) no relacionamos las dos cosas?
Tengo la idea de que ese famoso “Dios Mío”, o “Mi Dios”, es lo mismo que
decir “Mi Presencia Yo Soy” o “la Presencia Yo Soy en mí” (o simplemente
“Mi Yo Soy”, o el “Yo Soy en mí”), ya que, después de todo, esa es la parte
de Dios que hace “presencia en mí” y “actúa por mí”, como si yo dijera y
creyera que es el mismo Dios quien actúa.

LA LEY DE LA ATRACCION SOLA NO NOS FUNCIONA


Yo creo (no porque tenga una evidencia para mostrar, ya que solo es mi
palabra, pero sí garantizo mi convicción plena y sincera) que el conocimien-
to y el uso de la Ley de la Atracción, con todo el respeto que merece el
haberla descubierto, haberla estudiado y haberla entendido y haber logrado
el Documento que recopilé, debe ser el primer paso para tener a nuestro
lado al Dios real (a la Presencia Yo Soy en mí), y no por eso esta Ley deja
de ser perfecta y de funcionar.
No podemos quedarnos rezagados a tan solo querer saber ¿Cómo Tener
Prosperidad?, que de por sí ya tiene su valor espiritual.
Debemos avanzar en la búsqueda de la FE que nos permite tener acceso
directo a esa prosperidad.
Y para el más osado, quien viene a ser lo mismo que el más sabio, el ob-
jetivo final y mayor deberá ser encontrar “LA FE QUE DA FELICI-
DAD” (ver Anexo 4).
Aunque la Ley de la Atracción por sí sola funciona, si no el Universo sería
un caos, para que nos funcione a cada uno de nosotros debe ser usada con
el Todo (Leyes, Principios, Energía, Poder, Dios, Presencia Yo Soy).
Cada vez que uso el “YO SOY” en una afirmación lo revisto de “energía” y
me representa tal “poder”, el cual no está en las simples palabras sino en
el nombre de la Divina Presencia Yo Soy que está en mí y que actúa en
mí y por mí.
Yo me quedo quieto, en silencio, en paz, y espero que actúe mi Presencia
Yo Soy, el Poder de Dios en mí.
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

LA LEY DE LA ATRACCION NOS ATRAPA


Usted posiblemente haya comprobado, quizás a veces conscientemente y la
mayoría de veces inconscientemente, y yo también lo he hecho (hasta el
momento solo inconscientemente) que la Ley de la Atracción sí existe y sí
funciona.
Inclusive creo que a Usted, que está leyendo esto, también le debe pasar
como a mí, que podríamos preguntarnos por qué la mayoría de personas
no sabe de este asunto y por qué de las muchas que pueden saberlo la
mayoría no le ponen atención.
El Maestro está ahí, el conocimiento está ahí, tan solo que los estudiantes
aún no están listos, o no quieren estar listos.
Dese cuenta de cómo por “buscar una fórmula para conseguir dinero” se
termina especialmente involucrado en un estudio o una investigación, la de
la Ley de la Atracción, a la cual, yo estoy casi seguro, no se va a poder de-
jar de lado de una manera permanente o definitiva.
Hasta que Usted no logre su propósito con sus respuestas, no podrá estar
tranquilo.
Pero no es su propósito, porque con toda certeza le digo que Usted debería
estar seguro de que no fue “un algo”, sino “un Alguien” quien lo colocó en
su mente y en su corazón.
Y se lo digo porque yo estoy en estas mismas circunstancias y pienso que
mi proceso puede haber sido muy parecido al suyo, por lo tanto, lo que a
mí me pueda servir podría servirle a Usted y lo que Usted logre descubrir
con mucha probabilidad me podría servir a mí.
Y cuando encontremos nuestras respuestas con mayor razón va a ser difí-
cil, por no decir que imposible, que dejemos este conocimiento de lado
porque habremos comprobado en forma periódica o permanente su efecti-
vidad en nuestras vidas y ya será parte de nuestra existencia.
Además de que no sabemos por cuál otro rumbo nos dirija el simple hecho
de saber más acerca de la Ley de la Atracción (o de la Presencia Yo Soy
en cada persona), porque un camino siempre lleva a un destino, para to-
mar otro camino hacia otro destino.
¡Esa es la Vida!
El camino más corto no siempre es el mejor.
El camino más valioso es el que nos permite aprender todo lo que debemos
entender y comprender espiritualmente y nos exige cumplir con las prue-
bas para demostrar que sí valió la pena el aprendizaje.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Entre más rápido aprendamos y aceptemos los “asuntos espirituales y divi-


nos”, pues con mayor velocidad avanzaremos hacia TENER FE, la “FE QUE
MUEVE MONTAÑAS”.
Y cuando ya nuestra existencia en esta vida termine podamos decirnos:
¡Valió la pena haber vivido porque avancé en el despertar de mi
conciencia de perfección!

MI PROPOSITO
Yo continúo en mi aprendizaje, en mi búsqueda, ya no de una Iglesia ni de
Dios (a quien ya encontré) ni de aprender a manejar la Ley de la Atracción
(porque creo que ya entendí todo en lo que se basa), sino de lograr esa FE,
de TENER FE.
La FE que hace que yo minimice hasta eliminar mis errores, mis pensa-
mientos negativos y que hace que siempre mi enfoque esté en lograr todos
mis deseos “en armonía para todo el mundo, de acuerdo con la Voluntad
Divina, bajo la gracia y de manera perfecta”.
Deseando además que, a su vez, todos avancen para TENER FE y así ob-
tengan lo que desean, y reconociendo que todo el Poder y la Perfección de
Dios siempre están conmigo, en mi amada, Todopoderosa y magnífica
Presencia Yo Soy, quien es el poder que va a responder a todos mis pe-
didos para cumplir mis deseos.
Y si con esto logro mis propósitos y que se cumplan todos mis deseos de
acuerdo al Plan y a la Voluntad Divinas y para beneficio de otras personas,
TENGO FE que habré cumplido mi misión en esta vida en la Tierra.

CONCLUSION
Con todo lo expuesto no pretendo polemizar con Usted, respetado(a) lec-
tor(a), ni mucho menos controvertir o negar lo que Usted haya estudiado e
investigado acerca de la Ley de la Atracción.
Tan solo busco contarle un “algo más”, que pueda facilitarle su adelanta-
miento acerca de esta Ley, de pronto con una visión suya más amplia del
tema, o simplemente sea el punto de confirmación de que se ha encamina-
do hacia algo favorable o que definitivamente sigue transitando por “buen
camino”.
Por eso le decía al principio que Usted y yo siempre hemos tenido la res-
puesta:
- en primer lugar, porque estoy convencido de que ya la tenemos progra-
mada en nuestro “interior”;
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

- y segundo, porque ya estamos buscando y con toda seguridad tendremos


todo el conocimiento que nos dará esa respuesta, y ya estamos recorriendo
el camino para lograrlo.
Un “gran autor” de estos temas no es el que escribe muchos libros; es el
que ha “vivido” lo que escribe y quien lo hace para el beneficio espiritual
real de otras personas y no para elevar su ego o aumentar su dinero.
Y como todos los autores lo confirman, la esencia es:
¡TENER FE!
Y mire cómo es de “curioso” Dios cuando utiliza un medio o una circunstan-
cia para dar una lección o para enviar un mensaje.
A eso es que debemos acostumbrarnos (la intuición da más sorpresas
de las que la imaginación puede concebir).
Ignorar las cosas, los “asuntos de Dios”, no hace que desparezcan; ahí si-
guen estando, a nuestro alcance.
Lo mejor es aprovechar, porque mientras haya vida la oportunidad existe;
cuando la existencia se acaba esta expectativa también lo hace.
Si no se aprovecha, claro que hay otra oportunidad, el problema es empe-
zar de cero una nueva vida.
La clave para aclarar todo es:
TENER FE en DIOS (y TENER FE en su PRESENCIA YO SOY).

El Escribiente.

(en Colombia siendo las 23:54 horas del 12 de Octubre de 2010).

Mi correo electrónico: eterravan61@yahoo.es

Para consultar el Documento: ¿COMO TENER PROSPERIDAD?


http://scribd.com/doc/36694696/Como-Tener-Prosperidad
http://grupos.emagister.com/documento/_como_tener_prosperidad_/1469-
581880

*Todas las Citas Bíblicas fueron tomadas de la versión Reina-Valera, revisión de 1.960.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

ANEXO 1.

¡GRACIAS AIKA!
(Por Walter Daniel Genga)

Antes de que comiencen a leer este artículo debo pedirles disculpas por lo crudo
del relato, porque como siempre hago, baso mis escritos de la ley de la atracción
en mis propias experiencias y en esta en particular es importante no ocultarles
ningún hecho, porque por medio de ellos podrán irse dando cuenta de cómo me
apareció ese sentimiento inicial de impotencia y cómo este fue creciendo con el
correr de los días.
Y también les pido permiso por el lenguaje vulgar que en este caso voy a utilizar
en varias partes, ya que si bien un mismo concepto se puede trasmitir usando un
lenguaje rico en palabras, en el caso de los sentimientos y emociones hay veces
que las palabras que mejor los describen son las que van a leer a continuación y
que por medio de ellas puedo lograr que ustedes perciban lo que yo sentí en ese
momento, porque por otra parte, todos los seres humanos o la gran mayoría por
lo menos, usamos este mismo lenguaje para cuando estamos en situaciones se-
mejantes.
Todo comenzó unos meses atrás, luego de tener mi primer auto 0 km, el siguien-
te objetivo de nuestra familia era tener un perro cachorro, de raza, y que llegase
por medio de un regalo de alguien, porque pagando cualquiera lo consigue y por
otra parte sabíamos que si teníamos Fe nada tenía que ser imposible.
El hecho de no pagar por este perro, no era por no querer gastar dinero en ello,
sino porque en lo personal no me sentía bien con pagar para darle cariño a un
animal; y no confundan lo que dije, porque no digo que esté mal pagar por un
perro, sólo que mis sentimientos no me lo permiten, por lo menos hoy día.
Y así fue que como no quería pagar, no era fácil que apareciera un perro de raza
gratis así no más (la gran mayoría se venden); y estuvimos a punto de rendirnos.
Sin embargo me dije, deseo un perro de raza gratis después de que volvamos de
las vacaciones de invierno e insistiré con ello. Y a las tres semanas de volver de
mis vacaciones apareció, y vean con qué “coincidencia” el Universo me informó
de que esto ocurriría.
Por medio del marido de una compañera de trabajo de mi esposa, éste que tiene
a su vez un amigo en el campo, consiguió que le regalará una cachorrita de Bor-
der Collie y ni bien lo supo la llamó a mi esposa para informarle de la buena nue-
va y que la traería cuando fuera al campo ese fin de semana siguiente.
Esto ocurrió el día 17 de agosto de 2010 (primera coincidencia). Porque en lo
personal el número17 es el que más simbolismo tiene por lo que significa; ya que

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

este mismo número es usado por igual tanto por los optimistas como por los pe-
simistas, es las dos caras de la misma moneda; ya que para unos representa el
comienzo de lo bueno y para otros la desgracia. Es decir es la actitud como el ser
humano enfrenta la vida, como ganador o como perdedor, no hay punto interme-
dio. Pero la anterior fue una coincidencia que muchos podrán decir simple casua-
lidad, pero la segunda coincidencia fue realmente sorprendente.
Cuando este amigo estaba cortando con mi esposa (hablando por celular), lo hac-
ía mientras estaba caminando por una calle lejos tanto de mi casa, de la suya,
como de mi trabajo. ¿Por qué hago esta aclaración?, porque no era frecuente que
él estuviera caminando por ahí, y lo “sorprendente” de ello es que cuando corta el
teléfono, pasa por una fiambrería y golpea el vidrio para llamar la atención de
quien estaba ya saliendo de la caja luego de realizar su compra.
Esta persona que salía “justo” en ese instante era yo. Es decir en el mismo mo-
mento el Universo se encargó de que se produjeran las coincidencias necesarias
para comunicarnos a mi esposa y a mí, que el perro que tanto deseábamos esta-
ba en camino.
Y finalmente el sábado 21 de agosto de 2010 por la noche nos entregan la perri-
ta, la cual no tenía nombre definido todavía y así estaría por otros cuatro días
más, porque no nos poníamos de acuerdo entre toda la familia sobre cómo lla-
marla. Y el domingo 22 de agosto al mediodía comenzaría este pequeño calvario.
Cerca del mediodía la perrita por primera vez vomita. Nos acercamos y vemos
que con la saliva había una especie de lombriz; luego aprenderíamos que se lla-
man Ascaris y que son parásitos que crecen dentro del animal hasta transformar-
se en gusanos adultos de entre 5 a 10 cm de largo, que son expulsados en parte
por las heces o por medio de los vómitos.
Para no hacer el relato tan largo simplificaré lo que sucedió desde el lunes 23 que
la llevamos por primera vez a la clínica veterinaria, hasta lo que pasó la noche del
25 de agosto: Cuando nos trajeron a esta cachorrita era redondita por lo gorda
que estaba, ya que al ser el último cachorro en destetar había tomado bastante
leche de la madre. Sin embargo desde el domingo al mediodía iban a pasar tres
días seguidos que no comería ni tomaría agua, por lo cual había bajado de peso y
perdido el ánimo por completo, ya no jugaba, ya no movía la cola.
Ese 25 de agosto iba a ser el segundo día que había quedado internada para hi-
dratarse mediante el suero que le inyectaban en una de sus patitas, además del
antiparasitario que le daban en varias dosis para que no lo vomitara (en total iban
a ser tres días de internación diurnas, ya que a la noche nos la llevábamos a casa
hasta el otro día).
La perrita había empezado con vómitos y luego seguiría además con diarreas, en
la mayoría de los casos expulsando también esos malditos Ascaris. La noche del
25 tendría durante esa madrugada 5 diarreas en total y otros tantos vómitos.
Cuando el 25 la llevé a la mañana para su segundo día de internación el Dr. Vete-
rinario me dice: “La veo mal”.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Esa mañana antes de llevarla a la veterinaria, la saco al parque de mi casa y hace


algo que no me gusta para nada. A la noche cuando hago lo mismo para ver si
quiere orinar vuelve a hacer lo mismo de la mañana; se nos escapa de la vista y
se esconde detrás de unas plantas que tengo alrededor de toda la medianera y se
queda tirada ahí, con desesperación la quiero sacar pero no la encuentro fácil ya
que al ser de noche y tener un pelaje negro no la puedo ver; al tanteo entre las
plantas la encuentro y la llevo al interior de la vivienda.
Y esto mismo lo volverá a hacer ya adentro de la casa, tirándose en vez de en la
cucha en un hueco que hay entre unas cajas que tengo apiladas (los animales
cuando ven la muerte cerca se alejan de la manada, y se retiran para esperar el
fin solos). Ya eran cerca de las diez de la noche del 25 de agosto y yo veía cómo
mi perrita se estaba muriendo, la muerte ya la tenía colgando entre sus fauces,
solo faltaba que se la tragase.
Todo ese día yo me había estado preguntando ¿Para qué mierda Dios me manda
a una perrita si después me la va a sacar? ¿Cuál es el objetivo? ¿Esto me tiene
que dejar una enseñanza muy valiosa, si no qué sentido tiene? Porque para ha-
cerme sufrir, no es necesario esto, lo puede hacer de muchas maneras más sim-
ples, incluso si se moría nuestra familia lo sufriría unos días y después seguiría-
mos adelante; entonces yo me decía ¿Qué es lo que no puedo ver en todo esto?
Entre otras cosas yo me había propuesto que esa noche la perrita tendría que te-
ner un nombre, que por la falta de acuerdo entre toda la familia seguíamos sin
saber cómo llamarla. Yo sabía que si quería que viviera tenía que ponerle esa no-
che sin falta un nombre, incluso durante el día había tenido (lo que hace el Ego
para hacernos sucumbir) pensamientos negativos sobre cómo y cuándo debía
preguntarle al Dr. en qué momento debíamos sacrificar a la perrita para que no
siguiera sufriendo. Y en relación a esto también me venían pensamientos que me
decían, para qué le vas a poner nombre si ya se va a morir.
Esa noche conversamos en familia, discutimos, pero no llegábamos a un acuerdo;
todos estaban cansados y querían dejar esa decisión para mañana, pero yo en mi
ser más interior sabía que esa noche era la última oportunidad para ponerle nom-
bre y finalmente llego el momento que, ante los dos nombres más votados, deja-
mos el resultado final a la “suerte” de un sorteo.
Resumiendo, el Universo eligió Aika, que era en particular el que yo deseaba, por-
que en japonés significa “luz”. Y la luz en la Biblia representa la conexión con el
Paraíso, es la señal de haber llegado, es el Subconsciente o como yo lo llamo, el
Espíritu Santo, que intercede ante la Inteligencia Suprema. Y yo me decía que ese
nombre ayudaría a mi perra a conectarse con esa “fuerza especial” que todo lo
puede.
Esto no quiere decir que porque todos le pongan dicho nombre a alguien las cosas
vayan a irle mejor, sino que dicho significado, más la afirmación que yo me hice
sobre ello influyo de alguna forma. Es más, yo me decía que el llamarse Aika (luz)
le permitiría a mi perra conectarse con ese “Ser Superior”; sin embargo quien se
conectaría esa noche sería yo.
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Antes de irme a dormir mientras la acariciaba a mi perra tratando de trasmitirle


mi apoyo le decía a ella: No te rindas, dame 24 hs más hasta que encuentre ese
“antídoto espiritual” que te salve. Porque yo sabía que era fácil, pero sin embargo
no podía hacer llegar todavía esa comprensión a mi mente.
Y ahí volví a dirigirme a Dios preguntándole (mientras estaba de cuclillas frente a
mi perra), no en forma inquisidora sino como el alumno que le pregunta a su ma-
estro en forma ingenua y humilde: ¿Dime por favor cómo mierda se hace, qué
estoy haciendo mal, qué es lo que me estoy olvidando de hacer?
Y seguramente Dios que estaría también de cuclillas frente a mí y sin que yo lo
escuchara, me debe haber dicho con una sonrisa en la boca: Pedazo de idiota
hace más de un año que te lo estoy diciendo, hace meses que te estoy mandando
mensajes continuamente por medio de los autores que estás leyendo, tienes la
información adelante tuya, la tienes en tus manos y no la ves (aclaro que los in-
sultos que digo están dirigidos exclusivamente a mi persona).
Y esa noche cuando me fui a dormir (que es cuando todos los autores dicen que
al poner la mente consciente a descansar la otra mente, la subconsciente, empie-
za a escuchar y hablarnos en esos instantes en que estamos entre despiertos y
dormidos), ni bien apoyé la cabeza en la almohada sucedió, el rompecabezas em-
pezó a armarse en mi mente solo, como si las piezas se acomodasen atraídas por
una fuerza invisible.
Esa información que estaba necesitando, que estaba pidiendo, vino a mí por me-
dio de recuerdos y relacionar palabras y párrafos que estaban perdidos en mi
mente, de miles de páginas que había leído en todos estos meses de decenas de
distintos autores que tratan sobre la ley de la atracción, pero principalmente de
ese “libro”.
Llegué a ese punto, a esa línea divisoria que la mayoría no nos atrevemos a cru-
zar por subestimarnos, por temor, o simplemente por falta de conocimientos de
los pasos correctos que se deben dar. Esa noche mi perrita se acercaba cada vez
más al borde del precipicio y yo por más que quisiera tomarla no podía, esa línea
era como una puerta de cristal que me impedía pasar; yo sabía que sólo tenía
que abrirla, pero ¿dónde estaba la llave que la abría?
Aika había llegado al límite y yo con ella, lo que debía hacerse había que hacerlo
en ese momento y mi Fe junto con mi perseverancia en no rendirme me mostró
el camino. Luego me daría cuenta que la llave está “ahí”, siempre está en nues-
tras manos, pero no la vemos o no la queremos ver; es la Fe.
La perseverancia por medio de nuestras constantes acciones nos guían en el ca-
mino correcto, nuestra fuerza de voluntad es el combustible que nos adelanta y
hace avanzar hasta las puertas de lo que yo llamo “El Templo Sagrado”, mientras
que la Fe es la llave que nos abre esas puertas de par en par.
Y ese libro del cual me vinieron a la mente esas frases me hicieron dar los pasos
que considero fueron los correctos y necesarios.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Pero antes de decirles cuál fue ese libro debo de decirles que no fue “casualidad”
que recordara casi literalmente esas “frases”. Ese libro había sido el primero que
había leído (un año y medio atrás) y que me ingresó en el conocimiento de la ley
de la atracción y como hago con la mayoría de los libros, imprimí una copia del
mismo.
Pero la copia de este libro en particular en vez de estar guardada con todas las
demás, estaba puesta en la mesita de luz de mi cama y ahí había estado sin to-
carla hacia más de un año. Es decir la solución que estaba buscando estaba ante
mis ojos, todas las noches que me acostaba la tenía al lado, pero no la tomaba,
era hasta ese momento uno de los tantos libros que había leído.
¿Y qué es lo sorprendente de esto? Que justo el día anterior a esa noche determi-
nante del 25 de agosto de 2010, había terminado de leer nuevamente todo este
libro y como había hecho la primera vez, subrayé párrafos que en la primer oca-
sión no me habían llamado la atención y algunos otros que los volví a remarcar.
Estos párrafos estaban repartidos a lo largo del libro, sin embargo la mayoría es-
taban concentrados en un sólo capítulo. Pero antes de continuar sobre ese “capí-
tulo” debo explicarles por qué razón yo tomé nuevamente ese libro en mis manos
y lo leí después de más de un año de no hacerlo.
Dos semanas atrás un lector de mis artículos, que por sus comentarios demuestra
tener más acumulación que yo de información de libros leídos sobre el tema (me
ha enviado libros que yo no tenía en mi poder), más el nivel intelectual que refle-
ja por sus conocimientos filosóficos y metafísicos; me puso ante la obligación mo-
ral de contestarle (ante un disentimiento de su parte), con fundamentos de dónde
había sacado la información, de cómo se denomina en la subdivisión funcional de
la mente, la tercer mente, la superior de todas.
Pues ese término que yo había tomado de otro autor, sabía en mi interior que
había sido de uno de los últimos que había leído, sin embargo algo me motivó a
tomar ese libro que tenía en mi mesita de luz, que era el primero de todos.
El libro a que hago referencia es La Ciencia de hacerse Rico, de Wallace D. Wat-
tles. Y las frases que me vinieron esa noche a la mente cuando me acosté, fueron
del capítulo que habla sobre la gratitud y que a continuación cito (páginas 30 y
31):
“El proceso entero de ajuste mental y la compensación, puede ser resumido en
una sola palabra, la GRATITUD”
“Es fácil entender que cuanto más cerca vivimos a la fuente de la riqueza, más
riqueza recibiremos; y es fácil también de entender que el alma que está siempre
agradecida vive en un contacto más cercano con Dios que el que nunca lo busca
para agradecerle.”
“Cuanto más gratitud fijemos en nuestras mentes y en el SUPREMO cuando reci-
bimos cosas buenas, más cosas buenas recibiremos, y más rápidamente seguirán
llegando; y la razón, simplemente, es que la actitud mental de la gratitud lleva la

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

mente a un contacto más cercano con la fuente de donde provienen las bendicio-
nes”.
“Aquel que no tiene ningún sentimiento de gratitud, no puede conservar una fe
viva; y sin una fe viva usted no puede enriquecerse por el método creativo”.
Y estos párrafos que transcribí, más los comentarios que también llegaron esa
noche a mi mente de otros autores que coinciden en decir que, cuando pedimos
un deseo, debe hacerse en tiempo presente y agradecer por el mismo como si ya
se hubiese cumplido; me llevaron en ese momento a dirigir a esa “Inteligencia
Superior” la siguiente frase y repetirla varias veces: “Te doy gracias Dios porque
ya curaste a Aika”.
Y cada vez que de toda esa frase pronunciaba la palabra “gracias”, parecía que la
misma cobraba vida por sí sola. Porque toda vez que terminaba de pronunciar
“gracias” brotaban de golpe de mis ojos lágrimas de felicidad, una y otra vez,
siempre al terminar de pronunciar dicha palabra. Es decir, mientras yo agradecía
en esa “realidad espiritual” el que Aika ya se había sanado, metros más allá en la
cocina se encontraba en esa “irrealidad física”, mi perrita agonizando.
Y esto no fue lo único que hice, como desesperado por querer hacer lo que era
correcto, en esa hora llevé a la práctica todo lo que los autores nombran. A conti-
nuación hice visualizaciones y afirmaciones: Visualizaciones imaginándome ju-
gando con la perrita ya curada, viéndola venir corriendo a mí, moviendo la cola y
saltando, tanto de cachorra, como ya de adulta.
Y luego hice afirmaciones, como si en ese mismo momento hubiese estado escri-
biendo esto; es decir en mi mente me veía contándoles a ustedes esto mismo
como si ya hubiese ocurrido, cuando en la “irrealidad física” esto todavía no había
sucedido. La mayor parte del contenido de este capítulo es prácticamente un cal-
co de la afirmación que hice esa noche.
Esas tres acciones continuas que realicé se pueden resumir en la siguiente frase
que dijo Cristo, según el Evangelio de Marcos en 11:24:
24- “Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibi-
do y lo obtendrán.”
Así habré estado aproximadamente media hora, luego me dormí. Pero a las cua-
tro de la mañana siento que Aika está llorando. Me levanto y voy a verla y me en-
cuentro que había tenido vómitos y diarrea; limpio todo y la acompaño a su “cu-
cha”, la acarició un poco y me voy a dormir nuevamente. Sin embargo ya no po-
dría conciliar el sueño.
Finalmente me levanto a las 5 y vuelvo a la cocina. Allí la encuentro a ella tam-
bién sin dormir, caminando por la cocina. A los pocos minutos vuelve a tener ar-
cadas y vomitar, luego se aleja dos metros y tiene otra dia- rrea. Luego camina
un poco y se tira al suelo, ahí me pongo en cuclillas y comienzo a acariciarla; sus
ojos estaban chiquitos más de lo de costumbre, era como si su mirada se fuera
consumiendo día tras día, igual que su vida.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

En ese momento se pone a dormitar ahí mismo donde había quedado y yo para
no alejarme de ella (para que no se despertara) evitando buscar dos metros más
allá una silla de playa que tenía para sentarme, porque las piernas me habían
empezado a molestar, tomé en su reemplazo un balde que tenía a medio metro,
le di vuelta y me senté sobre él.
Así estuve desde las 5:00 hasta las 6:30, hora en que me levanto todas las ma-
ñanas. Acariciándola continuamente e intercalando las frases de agradecimientos,
las visualizaciones y afirmaciones, siempre en silencio, para no despertarla.
Esta última parte la cité para no ocultar información que podría ser vital (en reali-
dad no lo sé), ya que en esa hora y media que estuve realicé una mayor cantidad
de visualizaciones y afirmaciones. Y esto último (repetir en la cantidad esas ac-
ciones en un número que no conté, porque simplemente lo hice naturalmente)
ignoro si influyó en el proceso para su concreción satisfactoria. Sin embargo si yo
tuviera que inclinarme por una cantidad de repeticiones diría intuitivamente ¿17?
Luego cuando en esa mañana del 26 de agosto fui a mi oficina y al ponerme fren-
te a la computadora preguntándome ¿habré hecho lo correcto la noche anterior?,
puse en el buscador “ley de la atracción” y mi página “secretoalexito.jimdo.com”,
luego de aproximadamente 20 días de no figurar en la primera posición, volvió a
aparecer en el primer lugar.
Ya lo he dicho en otros capítulos, cada vez que mi página aparece en el primer
lugar es luego de realizar una acción que implica ayudar directa o indirectamente
a otro ser. Es decir, es por lo menos una de las formas con que el Universo me
comunica que lo que acabo de realizar es correcto. Y al final de ese día los vómi-
tos y diarreas empezaron a disminuir. Ese sería el tercer y último día que pasaría
interna en la veterinaria para hidratarse y seguir recibiendo las dosis del antipa-
rasitario.
El viernes comienzo a darle de comer de “prepo”, ensuciándole la trompa con un
yogur concentrado y ésta al lamerse para querer limpiarse, lo comía sin darse cu-
enta. Finalmente el sábado comenzaría a beber y comer por sus propios medios y
a saltar y a jugar como me lo había imaginado esa noche del 25 de agosto.
Ahora ustedes seguramente ante esto me dirán: ¿Quién te crees que eres, un
“mano santa”? Pues no, yo sé bien lo que hice correcto y qué fue lo que curó a
Aika.
Esto no se trata de magia, lo que sanó a mi perrita no hay ninguna duda, fue el
medicamento y el tratamiento que recibió de los Doctores veterinarios; pero para
que ese medicamento hiciera efecto sobre ese físico que ya se había rendido, tu-
vo que ver y mucho la energía positiva de las personas que se acercaron al otro
día del 25 de agosto.
Yo lo único que hice fue con Fe (y las acciones que ya especifiqué) pedir una so-
lución y esa Inteligencia Superior luego de escucharme, fue la que empezó a mo-
ver los hilos para que las personas adecuadas y en los momentos precisos reali-
zaran lo que cada una debía hacer.
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

Bien, hasta aquí el relato propiamente dicho, ahora poniéndome del lado del in-
vestigador y analizando en perspectiva, voy a profundizar sobre los elementos y
acciones que intervinieron en este proceso para determinar con mayor claridad
los pasos que se deben realizar para que la ley de la atracción funcione correcta-
mente:
La meta que yo me puse en su momento (ya explicada en otros temas) y la per-
severancia en su consecución es la que me llevó a tener todos esos libros que leí.
Luego los mensajes y comunicaciones que el Universo nos manda continuamente
en este caso por medio de ese lector que indiqué, me motivo a leer nuevamente
ese “libro”. Y todo ese encadenamiento de: metas, perseverancia y mensajes, es
lo que me llevó a realizar esas tres acciones en forma sucesiva:
EL AGRADECIMIENTO, LA VISUALIZACION, LA AFIRMACION.
Y en todos los casos sin haber sido mi intención (pero las circunstancias me obli-
garon a hacerlo) las realicé en silencio, es decir en secreto, como los autores ex-
plican que hay que pedir siempre los deseos.
Luego cuando ya tenía en mi mente esta secuencia de acciones, dentro de ese
mismo análisis, realicé otro estudio más exhaustivo que me hizo ver en esa com-
binación algo más profundo; pero para continuar este concepto, primero debo
explicarles qué “coincidencias” sucedieron previamente que me motivaron a esa
conclusión que les explicaré más adelante.
El día 2 de septiembre de 2010 a primera hora de la mañana fui a buscar a un
edificio una copia de una llave electrónica que el propietario había dejada autori-
zada para ser retirada por mí, para de esa forma poder entrar al edificio y mos-
trar su propiedad en venta (ya que tengo inmobiliaria). Esa llave por ser especial
se le designa a cada una un número para ser usada por la persona que la retira.
El número que me toco a mí fue la 170 (1ª coincidencia).
Cuando regreso a la oficina y abro Facebook me encuentro con una solicitud de
amistad de una agente literaria de nacionalidad española (2ª coincidencia). ¿Us-
tedes se preguntarán qué tiene que ver? Porque esto yo lo relaciono con mi deseo
de publicar mi novela, y la misma cuando recién la escribí, lo primero que hice
fue participar en un concurso literario, que si bien (fue en el 2000) no gané nada,
al momento de inscribirme me toco el número 170.
Cuando sucedió esto me vino a la mente una intuición de la cual me pregunté ¿El
Universo no nos mandará tres mensajes del mismo tipo cada día? Ya estaba lle-
gando al final del día y ese tercer mensaje no aparecía; sin embargo mi esposa
me pide, cuando estaba volviendo de cerrar mi oficina, una mercadería que en los
almacenes no suelen estar, así que me dirigí a un supermercado.
Luego de encontrar lo buscado me dirigí a una de las tantas cajas que había en
línea. Grande fue mi sorpresa cuando después de unos minutos de estar esperan-
do, levanto la mirada y veo que sin haber sido mi intención me había ubicado en
la caja numerada con el 17 (3ª coincidencia).

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

En ese momento se había cumplido “mi teoría” (de distintas formas el número 17
había aparecido tres veces), pero ¿qué mensaje me quería transmitir esto? Pues
esto lo relacioné luego con ese análisis más profundo del que hablo más arriba;
percatándome que cuando ejecuté esas tres acciones encadenadas, en realidad
de distintas formas, pero siempre en los tres casos estaba dando las gracias, por-
que tanto en las visualizaciones como en las afirmaciones que realicé de hechos
que sucederían en el futuro como si ya hubiesen sucedido, era una forma de ex-
presar agradecimiento mostrando tener fe en que así sucedería.
Y esto último se relaciona íntimamente con la intuición que me motivó a escribir
el artículo titulado “La Trinidad” y que se constituye en la pieza que me estaba
faltando para cerrar totalmente ese tema escrito con anterioridad. Sin embargo,
faltaría a la verdad si no aceptara que una sola verificación no es válida para una
comprobación científica. Para que sea considerada como válida debe repetirse en
el tiempo y en la cantidad; pero el hecho de que hayan sucedido todas estas su-
cesiones de “mensajes” y “coincidencias” son muestras que me indican que estoy
cerca de la “Verdad”.
Y para ir terminando, doy a continuación las gracias a todas estas personas (por
orden de aparición en este proceso) que por sus acciones conscientes o incons-
cientes me llevaron a aprender una de las lecciones más importantes que recibí
de la “ley de la atracción”:
Gracias, Alvaro. Gracias, Wallace. Gracias, Memo. Gracias, Oscar. Gracias, Dr.
Pablo. Gracias, Dr. Sergio. Gracias, Gimena. Y por sobre todo ¡Gracias a la Trini-
dad!
Y ahora sí para concluir este tema escribiré dos pequeñas oraciones que contie-
nen una palabra vulgar, pero que está llena de emotividad y representa un canto
a la vida.
¡Vamos Aika! ¡Vamos... CARAJO!
A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a deve-
larse, el que quiera entender que entienda.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

ANEXO 2.
(Tomado del Documento: ¿COMO TENER PROSPERIDAD?)

8. “COMO SOLUCIONAR SUS PROBLEMAS DE FINANZAS”


(Por Herbert W. Armstrong)
Lo que más preocupa a la mayoría de las personas es que sus ingresos les alcan-
cen para vivir. ¿Por qué tenemos que luchar tanto y afanarnos por hacer que nos
rinda el dinero? Las preocupaciones de orden pecuniario nos agobian y abruman,
nos roban la dicha y la felicidad.
8.1. LO QUE LA MAYORIA IGNORA.
¿Es realmente nuestro el dinero que ganamos? No es nuestro, es decir, no viene
a ser nuestro hasta que…, porque hay dos reclamaciones previas que gravitan
sobre los ingresos.
8.1.1. Los impuestos. Los gobiernos hacen valer un derecho previo sobre nues-
tros ingresos. Jesucristo dijo: “Dad a César lo que es de César” (Marcos
12:17).
8.1.2. Poder activo y Viviente que lo Reclama Todo. Ya que todo lo que es
producido, incluyendo el dinero y todo lo que este puede proporcionar, proviene
de la “tierra” y fue Dios quien la creó incluyendo la energía que el hombre emplea
en forma de acciones e ideas y los procesos de su mente para aplicarlos a la
creación. Dios aún sustenta su creación, incluyendo todas las fuerzas y
energías que en ella hay.
El Eterno tiene un derecho sobre lo que nosotros creemos haber producido, y es
un derecho válido pues es anterior al nuestro. “Del Eterno es la tierra y su pleni-
tud; el mundo y los que en él habitan” (Salmos 24:1). “Todo lo que hay debajo
del cielo es mío” (Job 41:11). “He aquí, del Eterno tu Dios son los cielos, y los
cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella” (Deuteronomio
10:14). “Mía es toda la tierra” (Exodo 19:5). “Si yo tuviese hambre no te lo diría
a ti; porque mío es el mundo y su plenitud” (Salmo 50:12). “Mía es la plata y mío
es el oro, dice el Eterno de los ejércitos” (Hageo 2:8).
Debemos reconocer que nuestros ingresos pertenecen al Creador y que El
puede disponer de ellos a su entera voluntad.
8.2. LA LEY DIVINA REGULA NUESTROS INGRESOS.
Dios ha creado una ley para regular aquella porción de los bienes de El a la que
hemos aplicado nuestro trabajo, nuestros esfuerzos y nuestras ideas. Dios es
dueño de todo aquello en que trabajamos y que ayudamos a producir y El
nos permite trabajar en la tierra de su propiedad y trabajamos en socie-
dad con Dios mediante un trato que El hace con nosotros.
Dios suministra un 90% de todo lo que el hombre produce, y las ideas del hom-
bre, sus planes y su trabajo suplen alrededor del 10%; pero Dios solo se reser-

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

va para su uso apenas una décima parte (un 10%) de lo que se produce o se
extrae de su tierra mediante la energía y las fuerzas que El creó.
Dios ha decretado que después de que hayamos pagado a “sus representantes
escogidos” esa décima parte que le corresponde a El, entonces, y no antes, las
otras nueve décimas partes (90% restante) pasan a ser legalmente nuestras para
que las empleemos como mejor nos convenga.
8.3. ¿COMO TENER MAS?
Dios requiere esa pequeña fracción de lo que se produce o se extrae de su tierra
para diseminar entre las naciones su mensaje acerca del camino de vida que les
dará gozo, éxito y vida eterna; aún esa parte la emplea Dios en bien de la
humanidad para librar al hombre de todas sus dificultades, proveer a todos sus
necesidades y, finalmente, otorgarle vida eterna.
La humanidad vive bajo una maldición porque ha estado robándole a Dios
todo su dinero y sus riquezas. La persona que paga al Creador su décima par-
te es una persona próspera; no que sea necesariamente rica, pero sí recibe todo
aquello que realmente necesita.
“Honra al Eterno con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán
llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto” (Prover-
bios 3:9-10).
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora
en esto, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10).
La deuda que tenemos con Dios es la que tiene prioridad; y si usted está
en aprietos económicos, o endeudado, la razón bien puede ser su infide-
lidad en pagar a Dios su diezmo.
8.4. DIOS ES NUESTRO SOCIO.
No somos nosotros los que convertimos a Dios en socio nuestro; es Dios quien
desde el principio hizo a todo ser humano su socio en todo lo que este gana o
produce. Nada le damos a Dios cuando pagamos el diezmo porque este le
pertenece a Dios y no podemos dar lo que no es nuestro para que lo demos.
El Eterno no nos da ni una sola parte de lo que se produce hasta que le pague-
mos su diezmo, su parte de las utilidades de la sociedad, de lo contrario nada de
lo que recibimos y manejamos nos pertenece y, de hecho, todo lo hemos roba-
do a Dios.
Está establecido que El recibe la primera décima parte y luego nos da a no-
sotros el resto, las nueve décimas restantes; si no lo hacemos así robamos a
nuestro socio y Dios no continuará cumpliendo su parte, bendecir y hacer fructifi-
car los esfuerzos nuestros.
“¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué
te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas” (Malaquías 3:8).
El que paga sus diezmos tiene mucho más con sus nueve décimas bien
habidas que la persona que defrauda a su Creador y se despoja a sí mis-
ma de las bendiciones de Dios.
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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

8.5. ¿POR QUE DIOS RETIENE EL DIEZMO?


A fin de “proveer fondos para su ministerio” Dios, desde el principio, retuvo
para sí la primera décima parte de los ingresos de todo ser humano sobre la tie-
rra, porque es de su propiedad.
8.6. ¿A QUIEN SE PAGAN LOS DIEZMOS?
A los “verdaderos representantes” de Dios y éstos, al recibirlos lo hacen autoriza-
dos por Dios; los pagamos no como una contribución personal de nuestro propio
dinero, sino que los pagamos a Dios.
8.7. ¿CUANDO TERMINA NUESTRA OBLIGACION?
Cuando pagamos hemos hecho nuestra parte, hemos cumplido con nuestra obli-
gación; nuestra responsabilidad con respecto a ese dinero cesa y ya no tenemos
más obligación, responsabilidad o dirección en su manejo. Por tanto debemos es-
tar seguros de que le estamos pagando el diezmo a un “verdadero ministro”, el
cual se reconoce por sus frutos ¡los cuales no pueden ser falsificados!; de ese
momento en adelante el ministro que recibe los diezmos tiene que rendir cuen-
tas a Dios, quien a su vez lo llamará a cuentas en forma mucho más estricta de
lo que podríamos hacerlo nosotros.
8.8. DIOS ESTA LLEVANDO A CABO UN DESIGNIO.
El “verdadero ministerio” es una labor gigantesca que requiere financiación, no
solo para las necesidades personales de los ministros, sino también para los me-
dios empleados en la proclamación universal de este mensaje divino, para llevar
a cabo el gran designio de Dios, un ministerio espiritual (de profecía y de
salvación) como testimonio para todas las naciones.
Cristo mismo dispuso un sistema para cuidar de su Obra, el cual deja libres a sus
verdaderos ministros para servirle a El y a Dios exclusivamente; sus ministros
se sostienen económicamente gracias al propio sistema de diezmos que
Dios ha establecido: ¡con el propio dinero de Dios! Jesucristo mismo en-
señó la Ley del Diezmo, a ¡no dejar de pagar los diezmos completos como Dios
ha mandado! (ver Mateo 23:23, Lucas 11:42, Mateo 5:19).
8.9. EL DIEZMAR Y LAS DEUDAS.
El diezmo es la deuda que cada uno de nosotros tiene con Dios; esta deuda ocupa
el primer lugar. Paguemos nuestras deudas a Dios; aceptémoslo como Socio y
recibamos las bendiciones correspondientes; quien obedezca este mandato podrá
pagar sus deudas, conseguir empleo y proveer a sus necesidades más rápida-
mente de lo que podría si evade el pago de su deuda con Dios. No debemos ni
podemos pagar nuestras deudas con dinero que Dios deja a nuestro cui-
dado: podemos ser acusados de “malversación de fondos”.
8.10. SU GLORIOSA OPORTUNIDAD.
Compruébelo usted mismo y acepte el reto de Dios. Ponga a su Creador a prueba
y vea cómo empieza a prosperar. Sea un siervo fiel, tome a Dios como su
Socio y reciba su bendición.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

ANEXO 3.

UNO.
La causa primera, es la esencia, el movimiento, la voluntad de ser y de existir, de
participar, la acción como manifestación de identidad.
Representa la vida, la inteligencia, la creación, la afirmación, lo auténtico; en de-
finitiva la unidad y la individualidad.
Representa al ser que actúa carente de necesidad, de objetivo; el que no tiene
que decidir, sólo actuar.
El que inicia la búsqueda de la experiencia, la auto-identidad, la auto-confirma-
ción de la propia identidad por medio de la manifestación de la conciencia.
Es el espíritu primordial, cuya necesidad es la creatividad sin dirección definida,
es el líder, el valor, el atrevimiento, la necesidad de conocer.
Es signo de actividad y de desgaste, y por ello contiene el principio y el fin.
Simboliza la luz, la energía, el calor, la fuerza, la actividad.
Los seres humanos dirigidos por el Uno se rigen por la convicción, por unos códi-
gos, por unas leyes, por la autoridad, teniendo gran capacidad para seguir las
órdenes.
Manifiestan integridad y fortaleza.
Representa al hombre, el poder generador y su capacidad constructiva.
Entonces se debe buscar la INDIVIDUALIZACIÓN, para lo cual tiene que aprender
independencia y adquirir la habilidad de manejarse solo; tiene que fortificar sus
propios poderes, usar su cabeza para inventar sistemas originales, nuevos, es de-
cir, crear.
Debe rechazar limitaciones, debe saber colaborar o cooperar sin perder la indivi-
dualidad, guiar, controlar y dirigir.
Tiene que desarrollar el cuerpo, la mente, el espíritu a su más alto punto de efi-
cacia.
Encontrará su oportunidad haciéndose invalorable en cualquier situación en que
se encuentre y así tendrá rápido avance al punto de ser líder.
Su atracción en este Sendero es hacia los individuos y no es hacia las masas.
Su elemento es el Fuego y se siente bien en el Norte.
Todo esto significa que la persona también trae como talento una fuerte indivi-
dualidad, y por ello debe desarrollar su capacidad ejecutiva (de ejecutar, de ac-
ción y de creación) lo máximo posible y debe esforzarse por ser original, siguien-
do caminos no trillados.

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LA FE QUE DA PROSPERIDAD El Escribiente

ANEXO 4.

AFIRMACION-DECRETO.
Decirlo cuando la duda, el temor o la desconfianza lo invaden; o cuando la nece-
sidad de FE es indispensable para algo específico; o sencillamente cuando desee
confirmarse que SI TIENE FE.
Decirlo una vez basta; pero si lo prefiere puede repetirlo tres veces.
(Autor anónimo… por el momento).

“Yo acepto ahora la verdad de que poseo un SER DIVINO, GLORIOSO, MI AMA-
DA TODOPODEROSA Y MAGNIFICA PRESENCIA YO SOY, quien en este mo-
mento está desarrollando y trayendo a mi vida y a mis sentidos la realización de
Mi Propia Divinidad.
Afirmo que poseo en el centro de mi cabeza un ganglio (chakra) llamado “FE”,
que genera y produce toda la FE que me es necesaria, de manera que NO puedo
jamás volver a decir que mi FE es insuficiente.
Si tengo a DIOS EN MI, si todo mi ser es hecho de esencia de Dios mismo, del
cuerpo de Dios mismo, Mi Padre-Madre, tengo en mi ser todas las cualidades y
todos los atributos de Dios mismo.
GRACIAS PADRE QUE ESTO ES LA VERDAD. GRACIAS AMADA, TODOPODERO-
SA Y MAGNIFICA PRESENCIA YO SOY QUE ESTO ES LA VERDAD.
Así es, así será. Amén”.

“Y respondió Dios a Moisés:


YO SOY EL QUE SOY.
Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel:
YO SOY me envió a vosotros”
(Exodo 3:14)

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