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2.a Edición
ISBN: 978-958-670-794-7
Diagramación e Impresión:
Unidad de Artes Gráficas Facultad de Humanidades
Edificio 385 espacio 1004 Teléfono 321 21 14
Ciudad Universitaria Meléndez
INTRODUCCIÓN 7
3. Caja de herramientas. 75
3.1. Técnicas interactivas para la investigación social cualitativa. 76
3.2. Estrategia: Múltiples vías de acceso. 91
3.3. Imágenes de participación. 96
4. Bibliografía 103
ANEXO
“La pedagogía social en la vida cotidiana: realidades
y desafíos en la construcción de una ciudadanía global
– local alternativa”. JOSE ANTONIO CARIDE 107
Presentación
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Unidad 1
Aproximaciones conceptuales a la pedagogía social:
evolución del concepto
2
Comenio en Didáctica Magna capitulo x: “La enseñanza en la escuela debe ser universal”.
Escribió: “en las escuelas hay que enseñar todo a todos”;…… “desde luego y sin excepción,
hay que tender a que en las escuelas, y después toda la vida gracias a ellas: I… Se instruyan
los entendimientos en las artes y las ciencias, II... Se cultiven los idiomas. III... Se formen las
costumbres con suma honestidad. IV... Se adore sinceramente a Dios.”; y agregó “Sabiamente
habló el que dijo que las escuelas eran talleres de la humanidad, laborando para que los hombres
se hagan verdaderamente hombres; “Didáctica Magna ed. Porrúa México 1999.pp. 34.
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La educación social existe, como tal, desde mucho antes que la escuela y
los conceptos sobre pedagogía. Sin embargo con el surgimiento de la escuela
como Institución responsable de las prácticas educativas, el pensamiento pe-
dagógico se centró en la reflexión sobre la educación escolar, o por lo menos
así sucedió con el pensamiento oficial sobre la educación.
El desarrollo teórico de la pedagogía social en Colombia, es mas bien asis-
temático (Vélez de Calle 2.001) encontrándose dificultades para recolectarla,
confusión evidenciada cuando se explora por educación social o pedagogía
social, que aunque exista como categoría sistematizada en otros países, en
Colombia no ha alcanzado aun este estado de desarrollo; sin que esto signifique
la ausencia de prácticas de educación social o la inexistencia de la temática
por la carencia del estatuto epistemológico que le dé legitimidad. Se registran
intervenciones educativas extraescolares con algún nivel de sistematización
y conceptualización desde la década de 1.960, aunque la pedagogía social no
haya sido nombrada como tal en documentos y publicaciones.
La ausencia de programas de formación de pregrado, la existencia de la
cátedra de pedagogía social únicamente en la Universidad del Valle (Facultad
de Humanidades, Escuela de Trabajo social), y en la Universidad de Antioquia
(Escuela de Trabajo Social) y la existencia en la Fundación Universitaria Luis
Amigó de una propuesta de postgrado sobre esta disciplina, da idea del bajo
nivel de sistematización del cuerpo teórico socio pedagógico existente en el
País, pero también muestra el creciente interés de la comunidad académica
por desarrollar un constructo conceptual que legitime las abundantes y cua-
lificadas prácticas de educación social existentes en una sociedad de clara
vocación y tradición en intervención socio educativa, cultural y comunitaria
sobre las problemáticas sociales.
Parece existir un consenso en la comunidad académica de la educación para
nombrar la disciplina teórica que orienta la educación social como pedagogía
social, aunque reconociendo que existen prácticas en las relaciones educación
y sociedad que suponen diferencias con la forma como se ha conceptualizado
la pedagogía social en España, Francia, Estados Unidos o Alemania. El proce-
so sistematizador nos permite reconocer semejanzas y diferencias con ellos,
como también identificar nuestras particularidades en lo conceptual, en lo
metodológico y en las prácticas educativas.
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Unidad 2
Contextos de la práctica pedagógica social
Figura 1.
REALIDAD SOCIAL
HECHOS PERCEPCIONES
Por ello, es importante que tanto los hechos que son narrados y obje-
tivados de múltiples maneras –cualitativa y cuantitativamente– como las
percepciones que los sujetos tienen de ellos, pasen por un proceso de análi-
sis e interpretación crítica, que sería lo mismo que decir por un proceso de
deconstrucción teórica, ideológica y experiencial; pues es desde aquí que se
imprimen los sesgos y se imponen intereses que es necesario develar y hacer
expresos. Esto “exige considerar de forma abierta y crítica cada aspecto de la
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realidad, así como su relación con los demás aspectos que la integran; esto
es observarla y describirla sin pretender encuadrarla dentro de un esquema
teórico que supone relaciones a priori” 2
Figura 2.
REALIDAD SOCIAL
HECHOS PERCEPCIONES
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Posibles áreas de respuesta de una pedagogía social que asume los desafíos
del contexto
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“Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio
social, y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde
la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo
modo de pensar y nos incite a descubrir quienes somos en una sociedad que
se quiera mas a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad
inagotable y que conciba una ética y tal vez una estética, para nuestro afán
desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las
artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta
de nuestro tiempo, que pidió no seguir amándolos por separado como a
dos hermanos enemigos. Que canalice hacia la vida la inmensa energía
creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la
violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no
tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía.”
Gabriel García Márquez
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“La educación social por la cual combato es aquella que, rigurosa, seria,
fundamentalmente democrática o progresista, preocupada por que los
educandos aprendan; los desafía y los critica”.
Paulo Freire
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(véase Muel 1991, Delgado 1999), hecho que convertiría la pedagogía social,
en una simple disciplina del desvelamiento y control de las anomalías y la
desviación, asociándola con tendencias moralizantes, sancionatorias, pseudos
terapéuticas e intervencionistas, que ponen su atención sobre individuos o
grupos disocializados en lugar de hacerlo sobre el enriquecimiento del medio
social y las posibilidades de tránsito, promoción y desarrollo de sujetos sociales,
constructores de realidades socioculturales.
Esta conciencia nos pone sobre aviso de una tendencia, muy acentuada en
la intervención especializada con personas en conflicto o dificultad social, a
incidir sobre los individuos sin tener una propuesta seria para transformar la
realidad social en que se vive esa situación; tendencia que se mueve entre el
control: sanción del destino social y el paternalismo, que reclama derechos
y atenciones especiales para los “especiales” por ser especiales y no por ser
personas, o por ser ciudadanos sujetos de derecho, con opción de diferenciarse
pero también a no ser tratados como “especial” o diferente.
Quedarse en reclamar la caridad y no el cumplimiento de los derechos; ese
es el peligro sobre el que insistimos en advertir.
Cuando se habla de educación social especializada se habla de educación
con personas en dificultad social (desamparo, inasistencia social, marginación,
exclusión, etc.), con personas en situación de conflicto social (inadaptación,
infracción, desviación, delincuencia, entre otros.), o con personas en situa-
ción de riesgo social (deprivación, inaccesibilidad, miseria, etc.); situaciones
asumidas mas como un proceso dinámico que como un producto. Ante la com-
plejidad de las situaciones descritas y lo difuso de los límites entre situaciones
de dificultad, conflicto y riesgo social, los (as) educadores (as) sociales ven
personas susceptibles de mejoramiento de condiciones de vida e integración
social y por tanto susceptibles de educación social.
La especialidad de la llamada educación social especializada se refiere “en
primer lugar, a su mayor concreción, delimitación e insistencia en la finalidad
compartida de la socialización o trabajo de integración social, esto es, en las
finalidades de convivencia y participación social y, en segundo lugar, en lle-
varlo a cabo preferentemente en tiempos no escolares y en espacios o lugares
en general, no convencionales“(Ortega Esteban 1999: 33). Las diferencias
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2.4. Socialización
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Las principales teorías sobre la socialización, o por lo menos las que mayor
interés tienen para la pedagogía social son, según Fermoso:
1. La socialización como aprendizaje social: (Sears, Millar, Dollard) La
socialización constituye, para esta teoría, un proceso secundario de-
terminado por el ambiente, el sujeto va progresivamente ampliando su
red de relaciones, encontrando sucesivamente en la madre, cuidadora,
maestro, adultos, etc., en quien asignar el papel de refuerzo secundario
en la satisfacción de necesidades básicas.
2. La socialización como subordinación a los impulsos del ello. (De
origen psicoanalítica) Según esta teoría el vínculo social se forma en
razón de la asociación de la satisfacción producida por un objeto con
la persona que lo proporciona. Su mayor aporte, en este campo de
la socialización, radica en su explicación de la interiorización de las
normas. Para Freud el hombre siendo un animal social no se encuentra
enteramente socializado, lo que genera los conflictos y contradicciones
de la socialización. Erickson, explica la socialización por la forma en
que cada cultura satisface las necesidades intuitivas básicas.
3. La socialización como transformación cognitiva de la información; según
la cual el hombre organiza el medio y lo transforma en su mundo, a través
de la adquisición de información suficiente para resolver sus problemas.
4. La socialización como fenómeno de un sistema estructural y funcional.
(T. Parsons), para él la socialización es una interiorización e integración,
un proceso vital y un proceso de diferenciación; se interiorizan diferen-
ciadamente los roles sociales; y el proceso vital social es concebido en
cuatro fases: permisividad, soporte, reciprocidad y manipulación de las
gratificaciones.
5. La socialización como interacción social. Esta teoría se manifiesta en
dos grandes tendencias que algunos autores identifican como pragmá-
tica (G. H. Mead) y la filosófica (Berger y Luckmann) o la perspectiva
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Hoy reconocemos, casi sin problema, que hacerse personas es también una
cuestión que tiene que ver con condiciones, recursos, capacidades, derechos
y responsabilidades, pero no somos lo suficientemente conscientes de que
éstos están distribuidos en forma desigual. Hoy hasta los fenómenos naturales
ponen en evidencia que lo humano y las posibilidades de constituirse y ser
tratados como tales, vienen siendo reconfiguradas a la luz de nuevas formas
de justificar la desigualdad y la exclusión.
En nuestros días, lo humano y la sociedad, como nicho ecológico confi-
gurado y a la vez configurador, se hacen ilegibles para muchos hombres y
mujeres, por el quiebre y la alienación de sus referentes culturales, éticos y
religiosos, y debido a la enajenación y ruptura de los lazos constituyentes
de pertenencia y solidaridad –que algunos científicos sociales en resonancia
con la ideología vigente los han denominado: “capital social”–. Por ello la
experiencia de lo humano y el compromiso por construir condiciones de vida
más humanas y humanizantes son entendidos por muchos, como asuntos de
orden privado y personal.
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Ibíd., p.104
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Op.cit., 2001, p. 66-67
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Ob.cit., 1979; p.100-101
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11
Ibíd., p.101
12
Ibíd., p.106
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Ob.cit., 2001, p. 91
14
Ibíd., p.111
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2.6.1.1 Educacion popular: pedagogía para otro mundo que quiere ser…
“Cambiar supone saber que es posible hacerlo”
P. Freire
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Vida, que para las personas no es sólo un hecho biológico sino, sobre todo,
un hecho cultural. Es por medio de prácticas educativas cotidianas, enmarcadas
culturalmente que, desde muy pequeños, nos distinguimos como miembros de
un grupo humano determinado, que nos asegura, a la vez, la apropiación de
una serie de mecanismos para resolver problemas y sobrevivir. A esas prácticas
de socialización le llamamos educación social. Sin este quehacer educativo
cotidiano y permanente, no llegaríamos a ser reconocidos como miembros de
una comunidad específica.
Ahora bien, la Pedagogía Social, la Animación Socio Cultural, la Educación
Comunitaria y la Educación Popular son propuestas de educación social, que
tomando caminos diferentes responden a la necesidad de formarnos para
un tipo o modelo de sociedad, por ello se proyectan a grupos, organizaciones
y procesos con los que se apoya la reproducción o la transformación de la
sociedad.
Estas propuestas no son iguales, aunque algunas personas de una manera
ingenua las asemejan porque apuntan a situaciones y poblaciones que pueden
ser comunes; pero no es así, cada propuesta responde a un contexto específico,
atiende unas necesidades y reconoce unas problemáticas prioritarias, a partir de
una lectura particular de la realidad social.
Además, estas propuestas se diferencian en la forma como caracterizan los
sujetos que participan en el proceso educativo, cada una perfila los educadores de
una manera, así como caracteriza a los destinatarios de la acción educativa; tam-
bién se diferencian porque cada una expresa un modo y grado de involucramiento
y participación de los sujetos. Esto nos lleva a pensar que entre las propuestas de
educación social que hemos mencionado existen diferentes criterios para ordenar
y orientar las relaciones que se dan entre los sujetos de un proceso educativo.
En relación a las metodologías y estrategias formativas encontramos notables
diferencias y a la vez, claras similitudes, pero no nos podemos llamar a engaños,
porque sabemos que las maneras de hacer las cosas, por más innovadoras y ac-
tuales que sean responden a intereses e intenciones que determinan los modos de
hacer. En relación a los fines podemos entonces encontrar notables diferencias,
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Como vemos cada propuesta responde a sus tiempos, desde una lectura que
se hace de la realidad. La pedagogía social tiene una lectura más académica
y desde la perspectiva de la problemática, a diferencia de la animación socio
cultural y la educación popular que lo hace desde lecturas criticas de la realidad
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Pedagogía social
y desde posiciones políticas en las que se destaca la percepción que tienen los
individuos de su situación. En el caso de la educación comunitaria, la lectura
se hace desde una mirada economicista, leyendo todo aquello que se opone al
progreso económico e infraestructural de una población, región o país.
Sujetos vinculados a las propuestas
Animación Educación Educación
Aspectos Pedagogía Social
Sociocultural Comunitaria Popular
Pedagogos sociales, Animadores Técnicos Educadores
Intelectuales, socioculturales. Extensionistas populares
trabajadores rurales.
sociales, Profesionales Profesionales Organizaciones
Catedráticos en animación en diferentes sociales
universitarios. sociocultural. áreas vinculadas Movimientos
Profesionales de Grupos al desarrollo sociales
disciplinas sociales, diferenciados infraestructura,
médicas y del por edad, género, economía, Grupos
derecho. cultura, ocupación. nutrición, agro, comunitarios,
Líderes sociales, Requieren industria y religiosos,
Sujetos sociedad civil, vincularse a microempresas. obreros,
Individuos con procesos sociales desempleados,
inhabilitaciones, y culturales Población en usuarios de
desadaptaciones, para ganar en general según sus servicios
marginaciones participación y necesidades de públicos,
sociales; Personas responsabilidad capacitación. consumidores.
con algún tipo de social.
carencia social o Mujeres
educativa. indígenas,
campesinos,
obreros.
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Fines
Animación Educación Educación
Aspectos Pedagogía Social
Sociocultural Comunitaria Popular
Concienciar Animar Promover Concientizar
Construir Promover Demostrar Transformar
Transformar Pomocionar Integrar Habilitar
Habilitar Propiciar Modernizar Agropiar
Fines
Adaptar Crear Cambiar Organizar
Readaptar Recrear Actualizar
Reeducar
Integrar
De una manera sintética vemos como son los fines los que definen unos
derroteros particulares en la acción educativa. Los fines corresponden a orien-
taciones que buscan controlar y adaptar, modelando aptitudes y actitudes de
las personas, pasando por propuestas que buscan dinamizar la creatividad
social sin prescribir un modelo específico, sino restableciendo o recreando
las dinámicas y experiencias preexistentes en los sujetos. Hasta llegar a la
propuesta transformativa propia de la educación popular que busca formar
un sujeto social protagónico, dueño de su propio destino.
Características metodológicas
Animación Educación
Aspectos Pedagogía Social Educación Popular
Sociocultura Comunitaria
Intervención de Asistencialista Extensionismo Diálogo de saberes
profesionales y (en sus
especialistas. inicios) Instructiva Usa Negociación cultural
tecnologías
Tecnologías formativas Técnicas educativas Talleres
diseñadas desde participartivas modulares y Técnicas
referentes académicos. e interactivas. sistemas de participativas e
multiplicación interactivas.
Responden a un Investigación de los saberes.
marco teórico y participativa. Investigación
a una planeación Forma líderes Participativa.
técnicamente Técnicas multiplicadores.
formulada. grupales. Técnicas grupales
Metodología
Planeación
Investigación Planeación centralizada Planeación Flexible
fundamnetada Flexible de desde las de acuerdo a
científicamente. acuerdo a agencias de participantes.
participantes. desarrollo.
Técnicas Investigación Acción
participativas e Diagnóstico Participativa.
interactivas. rápido
participativo Sistematización de
Procesos pedagógicos. Experiencias.
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Sujetos
destinatarios y
participantes
Espacios,
lugares y
tiempos
Criterios de las
relaciones entre
sujetos
Intencionalidad
y propósitos
que aborda o
socializa
Metodología de
la acción
Comentarios:
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TRABAJO SOCIAL
PEDAGOGIA SOCIAL
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Unidad 3
Caja de herramientas
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Ángela Velásquez, Sandra González, Andrea Quiroz, Beatriz García, Alfredo Ghiso
(Asesor).
17
Ibíd, p. 25.
18
GHISO, Alfredo. Acercamientos al taller en los procesos investigativos interactivos.
En: Textos y Argumentos Centro de Investigaciones Fundación Universitaria Luis
Amigó. No. 2 (2001).
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3.1.3 Componentes
Para el diseño y desarrollo de Técnicas Interactivas se propone tener en
cuenta aspectos como:
3.1.3.1 El contexto
El contexto que está conformado por un entorno social, el cual posee
aspectos que son permanentes, como: La historia presente, la estructura de so-
ciedad, las condiciones socio económico, los componentes étnicos, costumbres,
mitos, creencias, al igual que por otros elementos que son circunstanciales,
entre ellos, períodos de crisis, modas, coyunturas políticas o económicas.
3.1.3.2 Entorno
El soporte físico natural, o sea, las características geográficas, climáticas y
eco biológicas; todos estos factores dan forma a los participantes, los estruc-
turan de una manera particular y orientan sus procesos de transformación,
interactuando con los demás condicionantes (historias individuales e historia
grupal). De ahí que el conocimiento y reflexión del contexto, nos permite adap-
tar las Técnicas Interactivas a las condiciones sociales, políticas y culturales
y ambientales del medio en el que se trabaje.
3.1.3.3 La población
Es importante tener un conocimiento de las características de los sujetos
con quienes se va a interactuar, en relación a la edad, el género, el nivel socio-
educativo, los intereses, procurando de esta manera, preparar sesiones que
tengan como punto de partida las necesidades y experiencias específicas de los
participantes. Las Técnicas Interactivas se diseñan de acuerdo a la diversidad
y heterogeneidad de las personas, culturas, historias y niveles de desarrollo
alcanzado por los sujetos.
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MEJIA y AWAD, Op. cit., p. 181
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3.1.3.5 Materiales
En las Técnicas Interactivas se pueden utilizar una diversidad de materiales
didácticos como vinilos, plastilinas, aerosoles, cartón, colores, marcadores,
papeles de distintos colores y texturas que promuevan e incentiven la ima-
ginación, la innovación y la expresión creativa de sentimientos, vivencias,
percepciones, situaciones, lugares, símbolos, maneras de comprender, sentir
y ver la realidad.
3.1.3.6 Ambientación
Es la condición que facilita la generación de un ambiente de confianza y
distensión que posibilite el conocimiento, reconocimiento, la integración y la
empatía entre los participantes; para ello, se vale del juego, lecturas, canciones,
reflexiones, entre otros.
En la ambientación se tiene en cuenta componentes tales como:
Las emociones: reconociendo que las emociones juegan un papel importan-
te en el desarrollo de los procesos investigativos interactivos, ya que si cambia
el ámbito de la emoción cambia el modo de expresión y la comunicación entre
las personas y viceversa.
21
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LUIS AMIGO. Centro de Investigaciones. RIAÑO
ALCALA, Pilar. Los investigadores de cultura urbana: metodologías, reflexividad y la
interacción investigativa. (documento de trabajo) p. 6
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3.1.4.3 Características
En este componente se tiene en cuenta los conceptos básicos de cada una
de las técnicas interactivas, sus características y lo que posibilitan.
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3.1.4.4.1 Descripción
Este momento posibilita a los sujetos describir la realidad desde sus propias
vivencias y experiencias, objetivando el mundo tal como lo viven y lo expe-
rimentan cotidianamente en su entorno sociocultural. Los sujetos elaboran
descripciones sobre su vida cotidiana y expresan el universo de códigos y
representaciones que los constituyen. En este sentido, ‘la dimensión descrip-
tiva proporciona información sobre los sujetos, sus prácticas, sus relaciones
cotidianas, percepciones, textos e historias’23 .
En este momento se requiere que el investigador tenga las competencias
para orientar con preguntas intencionadas desde el estudio investigativo y los
asuntos concretos que requieren ser develados, indagados e identificados, a los
participantes hacia la descripción amplia y conciente de sus realidades dando
cuenta de ésta manera, de los detalles e intenciones significativas implicadas
en las acciones de cada uno de los sujetos participantes.
Los participantes de manera individual y colectiva identifican, reconocen,
descifran y describen sus modos de sentir, pensar, actuar, imaginar y creer rela-
cionándolos con otros sujetos, escenarios, eventos y dinámicas sociales, lo cual
es plasmado y representado de forma grafica, verbal, textual y dramática.
3.1.4.4.2 Expresión
El momento de la expresión es un momento de conversación entre los
participantes acerca de sus elaboraciones, supone la puesta en común de las
descripciones y trabajos individuales, los cuales expresan sus experiencias
cotidianidades, conocimientos, miedos y creencias, haciendo posible que en
esta conversación con los otros, los sujetos participantes hagan conciente su
situación y se reconoce en ella.
23
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LUIS AMIGO. Centro de Investigaciones. Estudio
Tramas de Constitución y Deconstitución de Sujetos en Espacios Sociales Escolares.
Medellín: 2000
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3.1.4.4.3 Interpretación
El grupo se acerca a comprender y explicar el sentido de lo expresado por
ellos mismos, haciendo una lectura comprensiva y problematizadora, desde
sentidos personales, históricos y culturales24. De expresiones vitales significa-
tivas en el quehacer de las personas en sus diversos escenarios de actuación,
pero con arraigo en su contexto originario.
Se busca ubicar, orientar, explicar y recuperar los saberes y las experien-
cias que están detrás de lo que han plasmado y manifestado los participantes,
estableciendo relaciones que llevan a otros sentidos, teniendo en cuenta que
los signos, los símbolos, los códigos y los lenguajes los ubica en una tempora-
lidad que corresponde a movimientos históricos y costumbres culturales, que
llevan a emprender tránsitos hacia realidades invisibles, latentes, profundas,
plenas de sentidos.
Teniendo en cuenta esta dimensión, los participantes construyen y de-
construyen nuevos relatos, discursos y situaciones, relacionadas con las ex-
periencias y vivencias de los otros. Posibilitando comprender otras realidades
a la luz de lo que soy como sujeto.
24
Ibíd., p. 103
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Pedagogía social
3.1.4.4.5. Evaluación
Constituye uno de los factores de análisis permanentes en el desarrollo de
la técnica interactiva, éste momento es llevado a cabo en dos sentidos: por un
lado en lo relacionado a la propuesta metodológica como tal, es decir, frente a
la ambientación, a la dinámica grupal, al ambiente generado, al desarrollo del
procedimiento, a los materiales utilizados, a la participación y comportamien-
to del grupo y a la pertinencia de la técnica para el desarrollo de la temática
investigada; y por el otro lado, en lo referente al rol del investigador
Lo anterior permite reconocer las posibilidades y limitaciones de las técni-
cas, en cuanto a la activación o no de la expresión, del diálogo, el intercambio
y la puesta en común de saberes y sentidos; así mismo, hacer una lectura per-
manente de las dinámicas grupales, identificando conflictos y tensiones que
lleven a plantear y replantear de manera colectiva cambios en lo metodológico,
delinear nuevas rutas de focalización y de búsqueda de información.
En cuanto al investigador la evaluación lo lleva a preguntarse: ¿quién es cómo
investigador?, ¿qué efectos desde lo qué es cómo sujetos social genera en los par-
ticipantes?, ¿cómo se posiciona con los otros?, ¿cómo es su rol de facilitador?
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Para dar cuenta de estos hechos , se requiere que los investigadores a tra-
vés de la sistematización como proceso que acompaña las técnicas organicen,
sistematicen, triangulen y consoliden la información generada en diarios de
campo, notas ampliadas y consolidados temáticos. Con el proceso de siste-
matización van emergiendo preguntas, hipótesis y relaciones, recurrencias,
tensiones, dificultades y tendencias que explicitan los puntos a focalizar en
las siguientes sesiones de trabajo, así como ir depurando la información,
identificando categorías, supuestos de trabajos pistas y hallazgos.
3.1.5.1 Descriptivas
Son aquellas técnicas que a partir del dibujo, de la pintura, de la escritu-
ra, del retrato o de la fotografía, permiten que los sujetos plasmen y narren
situaciones, hechos, momentos, ambientes, dando cuenta de los diferentes
componentes y características de esa realidad, al igual de las diferentes com-
prensiones y percepciones que los sujetos tienen de ella.
Al utilizar técnicas descriptivas se busca que las personas expresen el
mundo tal y como lo viven y lo experimentan cotidianamente; donde el len-
guaje como texto social, permite la expresión y el desciframiento de modos
de sentir, pensar, actuar y relacionar.
Las técnicas descriptivas tienen tres niveles de comprensión: inicialmente
hay una pregunta por el “qué”: lo cual interroga el qué se ve, qué piensan,
qué sienten, qué hacen, qué ocurrió; el segundo alude a la explicación o com-
prensión de eso que ya se “reportó”, a sus causas, relaciones y al “por qué”
y el tercer nivel se ocupa del “cómo”, cómo sienten eso expresado, cómo lo
viven, cómo lo interpretan.
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Pedagogía social
3.1.5.3 Analíticas
Este tipo de técnicas, lleva a los sujetos a reflexionar sobre problemas
sociales, sus propias vidas y la realidad social que habitan; estableciendo re-
laciones y cruces entre los aspectos que se evidencian y haciendo tránsitos y
comparaciones que nos lleven hacia la comprensión de situaciones reales, de
la sociedad y de la vida misma. Facilitan la comprensión y explicación de los
sentidos que se encuentran ocultos detrás de la cotidianidad de las acciones
e interacciones de los sujetos con su entorno, posibilitando el hacer evidente
las causas que motivan a los actores de una realidad a interactuar en ella, a
habitarla y a configurarla de una manera determinada.
26
TORRES; Alfonso. Pasados hegemónicos, memorias colectivas e historias subalter-
nas. En: V ENCUENTRO NACIONAL DE INVESTIGADORES. (2001: Medellín).
Reflexividad en procesos de investigación social. Medellín: Fundación Universitaria
Luis Amigó, 2001. p. 5
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3.1.5.4. Expresivas
Son técnicas que se caracterizan por hacer posible que los sujetos mani-
fiesten sus sentimientos y pensamientos, para ello se valen de manifestaciones
gestuales, orales, escritas, musicales y plásticas; ‘en ellas las personas ela-
boran relatos sobre el mundo de la vida y ponen a prueba signos y símbolos
que permiten el acercamiento comprensivo y la expresión de sus formas de
constituirse como sujetos sociales’27.
27
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LUIS AMIGO. Centro de Investigaciones. Estudio
Tramas de Constitución y Deconstitución de Sujetos en Espacios Sociales Escolares.
Medellín: 2000
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Pedagogía social
Categorías
Histórico –
Descriptivas Analíticas Expresivas
Técnicas Narrativas
Colcha de Retazos X X
Mural de Situaciones X X
Foto lenguaje X
Cartografía X
Siluetas X X
Árbol de Problemas X
El Juicio X X
Cartografía Corporal X
Foto palabra X
Socio drama X X
Zoom X
Taller X
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3.2.2.1. Narrativa:
Dirigida a quienes disfrutan aprendiendo temas mediante relatos o na-
rraciones. Por ejemplo si se trata de comprender la violencia partidista en
Colombia, se puede presentar a través de una narración centrada en la vida
de una persona (Jorge Eliécer Gaitán, Laureano Gómez, Manuel Marulanda,
etc.) o mediante crónicas detalladas de los acontecimientos sucedidos en esa
época aciaga de la historia de Colombia. En muchas ocasiones los participantes
conocen historias o personajes de historias y pueden aportarles.
3.2.2.3. Lógica:
Esta vía de acceso invita al razonamiento deductivo y se abre a quienes
aprenden a través de procesos reflexivos.
El manejo de silogismos, acertijos y preguntas atrae a personas que han
desarrollado este tipo de inteligencias.
En nuestro caso se puede plantear por ejemplo: Si se quiere industrializar el
país, si se requieren obreros en los centros urbanos y la mayoría de los jóvenes
(potenciales obreros) viven en el campo. ENTONCES se debe inventar una
estrategia para que los campesinos se conviertan en obreros.
92
Pedagogía social
3.2.2.5. Estética:
Esta vía es atractiva para quienes disfrutan con el arte, la armonía, el
equilibrio y sus expresiones; La época de la violencia partidista, sus aconteci-
mientos y significados, ha generado múltiples expresiones artísticas (novelas
como “Cóndores no entierran todos los días” de Álvarez Gardeazábal; pinturas
como El “Cóndor” de Alejandro de Obregón, documentales, pieza musicales
y obras de teatro, refieren los hechos en proceso de comprensión).
3.2.2.6. Práctica:
Para algunas personas es más fácil comprender algo si se le presenta a
través de las actividades en las que puedan participar construyendo prototipos,
manipulando materiales o realizando experimentos.
Visitas a museos o sitios relacionados con la violencia, ver fotos y periódi-
cos de la época, ponerse en el lugar del campesino o del “bandolero” puede
resultar una experiencia educativa altamente significativa.
3.2.2.7. Social:
Muchos sujetos aprenden más fácil cuando participan en actividades
grupales, donde pueden jugar distintos roles, interactuar y observar las dife-
rentes perspectivas de abordaje de los demás participantes, y complementarse
mutuamente.
El socio drama, el teatro, la escenificación de situaciones de violencia y
desplazamiento o de reconstrucción y resignificación de esos hechos pueden
utilizarse con este grupo de personas.
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Resumen:
El documento que presentamos tiene tres partes: en la primera damos cuen-
ta de lo que entendemos por imágenes y la importancia de trabajar con ellas
en los talleres de formación e investigación. En la segunda parte presentamos
áreas en las que se construyen imágenes y discursos, dando cuenta de alguno
de ellos y, por último, listamos algunas imágenes que expresan obstáculos
para la participación social. Nuestro deseo es que este breve documento sea
un aporte teórico-metodológico; por tal razón, hemos dado importancia a
las notas de pie de página como referencias para profundizar este campo de
búsqueda.
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33
Riaño P. “Recuerdos metodológicos: el taller y la investigación etnográfica” Canadá
Otoño de 1998 (Fotocopia).
34
Sobre el álbum en procesos investigativos ver: Silva A. “Álbum de Familia”, Sta.
Fe de Bogotá, Norma: 1998.
35
PARA TRABAJAR EN LOS TALLERES RECOMENDAMOS EL TEXTO: Freire
P. Educación y participación comunitaria en “ Nuevas perspectivas críticas en edu-
cación” Barcelona , Paidós, 1994
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Aspectos:
• La palabra
Participatio de participare –pars parte y capere tomar–
Participar como: comunicar, hacer parte de, ser admitido en una acción,
colaborar, asociarse, solidarizarse, integrar un grupo, apoyar una causa, actuar
con otros, ejercer sus poderes.
Asociaciones comunes en las que se usa la palabra participación: dinámicas
de grupo, en el compromiso personal frente a las tareas que debe realizar un
grupo, en relación al logro de unas metas. Cuando hablamos de un sistema de
diseño, dirección o ejecución de un proyecto. Cuando expresamos nuestros
ideales sobre las características de una comunidad y el tipo de relaciones que
se establecen entre sus miembros.
• Sujetos participantes
La participación es cosa de dos o más que dos. Es tomar parte de alguna cosa
en la que hay otras personas, reconociendo que no se es el único y la no posesión
de esta cosa. No se participa en aquello que uno mismo es... ya lo posee.
36
Ver: Procesos socioculturales y participación. Madrid, Editorial popular: 1989.
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Tomar parte en algo externo a uno mismo. Decidir en cosas que al sujeto
le concierne. Una acción personal y original que responde a las exigencias
de la propia conciencia y expresa las propias convicciones. Significa tomar
decisiones en aspectos que tienen que ver con la propia vida y a nivel de los
grupos o de los pueblos asumiendo el destino social, cultural y económico
que ellos mismos proyectan.
• Vitalidad de la participación
No se llega a participar en forma espontánea o natural. Esto es un proceso
en el que hay que recorrer un camino, producir un tránsito en el que cada
persona se transforma de espectador en actor y va evolucionando de una
participación tutelada a una participación autónoma.
Tiene que ver con la capacidad y poder real de decidir, con las posibilidades
de control y con los efectos que produce en los sujetos.
• Formas de participar
“Son múltiples: personal, grupal, institucional; idílica o conflictiva,
consultiva, deliberativa, decisoria o ejecutiva...no obstante todas ellas
tienen en común la aseveración de que las personas no sólo dejen de
ser consideradas como objetos de decisiones que provienen desde arriba,
sino que tengan la posibilidad efectiva de tomar decisiones en todas las
cosas que les afectan y conciernen como individuos, como grupos, como
ciudadanos de un estado o miembros de una sociedad.”37
37
Ander Egg E. “Diccionario de Trabajo social Sta. Fe de “Bogotá, Plaza y Janes :
1986
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• Momentos
La participación se limita al momento de la ejecución: participar en la
construcción de las viviendas, en la campaña de recolección de libros, en
hacer la rifa o las empanadas, en ir a las reuniones.... es fundamentalmente
hacer lo que se había decidido, sin tener en cuenta muchas veces quienes lo
decidieron, para qué.
• Espacios
La comunicación e información circular o circulante se estimula se favorece
y se promueve.
El lugar de la duda, la curiosidad, la crítica, la sugerencia, la presencia
viva, la fiesta.
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Anexo
Introducción:
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estados críticos. Del mismo modo que tampoco puede mantenerse indiferente
ante propuestas que se empeñan en reivindicar el oficio de la ciudadanía y de
los ciudadanos (Bárcena, 1997; Thiebaut, 1998), la vivencia y la convivencia
comprometidas (Melucci, 2001), la formación ética y la razón cívica en un
mundo de todos (Cortina, 1997; Gentilli, 2000), la radicalización democráti-
ca del tejido social y de una acción política emancipadora con capacidad de
decisión (Giroux, 1993; Sousa Santos, 1994; Ruscheinsky, 1999), el sentido
de pertenencia y la construcción de la identidad en una sociedad diversa y
multicultural (Kymlicka, 1996; Banks, 1997; Bartolomé, 2002)… entre otras
muchas declaraciones suscritas por autores, organismos internacionales,
etc. que comparten –total o parcialmente– la filosofía de un civismo activo,
liberador y facilitador de nuevos desarrollos.
Siendo un tema-problema de amplio recorrido, no haremos otra cosa que
subrayar la importancia de concebir el alcance de lo cívico y de la ciudadanía
en las claves sociopolíticas y axiológicas que permitan traducir todos y cada
uno de sus significados más valiosos en las realidades cotidianas, poniendo en
escena su sentido más inclusivo e integrador, local y global a un tiempo, acorde
–tal y como ha expresado Giroux (1993)– con una fuerte apropiación de los
derechos y de los deberes sociales en la conciencia de cada persona, ajustada a
la necesidad de vivir en armonía con otros: una ciudadanía cultivada en la paz
y la diversidad, que agrande los espacios públicos y las iniciativas colectivas,
el respeto y la sostenibilidad de los recursos ambientales, la autonomía y las
libertades de los pueblos, etc., combatiendo las situaciones de injusticia que
son inherentes a la guerra, la pobreza, el hambre, la opresión, el autoritarismo,
el fundamentalismo, la explotación, etc.
Sin que nos instalemos en el pesimismo, o peor aún en el fatalismo, que
inducen sus hechos, en tantos lugares y en tantas causas, ofreciendo un espec-
táculo diario “absolutamente terrorífico” (Saramago, 2003: 78), la implicación
cognitiva de estos acontecimientos –activada y reiterada por los medios de
comunicación social– nos somete cada vez con mayor intensidad a la tensión
de las incertidumbres que anidan en el riesgo generalizado, amenazando lo
que durante siglos asimiló la vida cotidiana con la ausencia de contratiempos:
un modo de ser y de estar en una “cotidianeidad civilizada”, relativamente
estabilizada, compuesta por innumerables escenas aprendidas y convenidas,
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“como una obra de teatro que transcurre rutinariamente, sin que se note que
es una representación” (Zschirnt, 2004: 158), en la que coexistían distintos
roles sociales, con mayor o menor apego a las convenciones, los modales, la
cortesía, el autocontrol, la etiqueta y muchas otras reglas que regulaban el
trato entre las personas, sin ser plenamente conscientes de las desigualdades
en las que se iban inscribiendo las actitudes, conductas, comportamientos,
oportunidades, etc. de los distintos estamentos sociales.
Con el “progreso” y sus incesantes transformaciones, la cotidianeidad fue
perdiendo muchas de sus viejas adherencias, en un constante e inconcluso
desvelamiento de la complejidad que la caracteriza, abrumando a las personas
y a los colectivos sociales con un sinfín de estímulos sensoriales y emocionales.
Acaso, porque nunca como ahora sentimos la necesidad de conjugar nuestras
múltiples identidades (individuales y colectivas, espirituales y materiales,
racionales y biológicas, locales y nacionales) con la pertenencia a un mundo
“globalizado”; de procurar soportes que den sentido y coherencia a lo que
somos y queremos en nuestra morfología social; de articular palabras e imá-
genes, deseos y realidades, derechos y deberes… en el seno de un proyecto de
civilización que no se muestre insensible al porvenir, asumiendo los retos que
conlleva seguir nutriendo una Historia que transcienda los acostumbrados
calificativos post o neo, tan al uso en los modos de diagnosticar los recientes
avatares del industrialismo, la Modernidad, el capitalismo o el comunismo.
O, si se prefiere, de una Historia con signos propios, sensible a propuestas y
actuaciones que amplíen los horizontes del quehacer social y del desarrollo
humano… dialogando con la diversidad de la vida y sus opciones para avanzar
en lo que se ha convenido en designar como “sustentabilidad” planetaria.
En esta dirección, coincidimos con el profesor Gimeno Sacristán (2001)
en la urgencia de sobrepasar el reduccionismo economicista (mercantilista,
excluyente, depredador…) en el que estamos inmersos, para fijar la mirada en
la cultura y en sus variadas oportunidades para encontrar nuevos significados
a la cotidianeidad, sin que podamos obviar su peculiar y cada vez más tangible
inserción en una “sociedad de redes”, concomitante a una forma específica
de estructura social, provisionalmente identificada por la investigación social
como una característica definitoria de la “era de la información” (Castells,
1997; 2001).
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Este libro se terminó de imprimir en el mes de agosto de 2010
en la Unidad Gráfica de la Facultad de Humanidades
Universidad del Valle, Cali - Colombia