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LOS EFECTOS DE LA

CONTAMINACIÓN
ATMOSFÉRICA SOBRE
LA SALUD
La polución del aire, especialmente en los entornos
urbanos, daña multitud de órganos y funciones del
cuerpo humano. Descúbrelo en esta infografía
La calidad del aire influye de manera notable en la vida de las personas.
Vivir en un entorno libre de polución supone una mayor calidad de vida,
pero ¿sabemos en realidad de qué manera nos afecta la
contaminación atmosférica, qué partes de nuestro cuerpo daña cada
tipo de partícula contaminante?

La contaminación atmosférica provoca alrededor de siete millones de


muertes anuales en todo el mundo. El crecimiento y concentración de
la población en las ciudades así como el modo en el que se consume
energía en las mismas a través del transporte o sistemas de calefacción
y aire acondicionado, entre otros, conlleva la emisión de grandes
cantidades de gases perjudiciales para la salud.
Principales causas de la contaminación
atmosférica
Entre los principales causantes de la contaminación atmosférica se
encuentran las emisiones provocadas por los medios de transporte, la
quema de combustibles fósiles, la producción industrial, la quema
de bosques, el empleo de aerosoles y la radiación.

Estas fuentes de emisión liberan gases y sustancias nocivas para el


ser humano, siendo los siguientes los más perjudiciales: ozono
troposférico (O3), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2),
benzopireno (BaP) y partículas en suspensión (PM).

¿En qué afecta la contaminación


atmosférica a nuestra salud?
Nuestro estado físico y psíquico pueden verse resentidos en función
del tipo de contaminación atmosférica al que estemos expuestos.
Existen multitud de órganos y funciones del cuerpo que pueden verse
afectados, entre los que destacan:

 Enfermedades respiratorias

 Daños cardiovasculares

 Fatiga, dolor de cabeza y ansiedad

 Irritación de ojos y mucosas

 Daños en el aparato reproductor

 Daños en hígado, bazo y sangre

 Daños en el sistema nervioso

La población urbana está más expuesta a sufrir los efectos de la


contaminación atmosférica, y dentro de este conjunto, son
especialmente vulnerables aquellas personas que ya están
enfermas, los niños y los ancianos.

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