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Hay un experimento muy famoso que llevo a cabo Alexis Carol, premio Nobel de

Biología, él puso células de un corazón de pollo en un plasma que era una


composición similar a la sangre, y cada día cambiaba el plasma.
Las células de este corazón vivieron durante dieciséis años, y parece ser que habrían
vivido más, pero murieron porque el ayudante se olvidó de cambiar el plasma en un fin
de semana largo. Entonces esto demostró entre otras cosas, que las células no tienen
por qué morir si cuentan con un medio adecuado. Lo cual, dicho se a de paso,
corrobora el principio del naturismo de que lo primero es desintoxicar. O sea que,
manejando bien estos conceptos, el agua de mar sería un elemento de primer orden, a
nivel preventivo y a nivel terapéutico.
¿Por qué cura el agua del mar?
Porque contiene todo lo básico para la vida, es decir contiene todos los minerales y
oligoelementos del Planeta previamente digeridos y transformados en elementos
orgánicos, por efecto del plancton y del fitoplancton, quedando biodisponibles y en
cantidades infinitesimales que es como nuestras células los necesita, como dijimos
antes.
Estos minerales marinos, en forma de plasma marino, tienen una biodisponibilidad
excepcional y son utilizados por el metabolismo de una forma completa, equilibrada y
asimilable. El impacto terapéutico es por tanto considerable, puesto que la mayoría de
las enfermedades mantienen o desarrollan un desequilibrio electrolítico.
El plasma marino es muy eficaz para la recarga mineral. Más que el impacto de tal
o cual elemento, se busca el equilibrio en general.
También puede ocurrir, en algunas personas que tomen el agua de mar, que no tengan
por que notar nada, porque se encuentran bien de salud, porque salud es no notar que
se está malo, pero sin embargo la terapia del plasma marino estará siempre limpiando
las células y manteniendo esa salud al potenciar nuestro sistema inmunológico.
El ruso Alexandre Bogomoletz en su libro "Como prolongar la vida" nos dice que " la
renovación periódica y permanente del medio interior lo rejuvenece" Y sienta las bases
para el rejuvenecimiento biológico, que no cronológico, si mantenemos la pecera
limpia, no contaminándola con lo que pensamos, respiramos, bebemos o comemos. En
un medio interno equilibrado y sano no se cultiva la enfermedad, que no es más que la
incapacidad del organismo para restablecer nuestro medio homeostático.
En nuestra sociedad del siglo XXI la utilización del Método Marino, es propio de
personas que se hacen cargo de su salud, que son menos pacientes (clientes de
médicos y Hospitales), pues no necesita un médico quien está sano sino quien está
enfermo.
Pasteur antes de morir dijo: "Claude Bernard tenía razón." El agente no es nada. El
terreno lo es todo" Esto ocurrió, como sabemos, porque Pasteur decía que la
enfermedad era provocada por un microbio o agente extraño al organismo, y Claude
Bernard sostenía que era provocada por el mal estado del terreno. Sin embargo
Pasteur demostró ser un científico de una gran ética al reconocer humildemente antes
de morir, su equivocación, que no por eso dejó de salvar y sigue salvando muchas
vidas.
El Principio Vitalista demuestra que no hay enfermedades, sino enfermos.
Los milagros del Agua de Mar
¿Cómo abordó el tema del Plasma de Quinton?
Básicamente cuando escuché hablar del tratamiento que René Quinton experimentó en
su propio organismo en el París 1897. Dicho tratamiento consistía en entrar en contacto
con el mar durante tres meses. Yo hice lo mismo debido a ciertos problemas que
padecí a raíz de un accidente donde tuve lesiones múltiples de cráneo y lesiones
delicadas también en la columna.
Cuando conocí un poco de base teórica, me fui a las playas colombianas en el mar
Atlántico, invitado por alguien que ya conocía a Quinton, que dirigía un Centro de
Tratamiento Marino. Hacía veinte años que lo habían fundado treinta médicos de la
Universidad de Antioquia, Colombia.
Básicamente la terapia consistía en elevar la temperatura del mar a la temperatura
interna de nuestro cuerpo y un poco más, hasta los 44º, poner algunas plantas
medicinales y sumergir a las personas por periodos de treinta minutos.
Y este es un contacto casi directo con el mar porque las piscinas están cerca de la
playa. Después se hacen una serie de ejercicios de limpieza de las vías espiratorias, y
ejercicios asimilatorios al vuelo de las aves, dentro del mar.
¿Cuales Fueron los Resultados?
A los 48 días exactamente yo empecé a trabajar otra vez, cosa que no podía hacer
después del accidente.
Y asombrosamente recuperé un 70% de la visión que había perdido, a partir de unos
ejercicios que me enseñaron en el Centro que consistían en sumergir la cabeza con los
ojos abiertos en el mar una cantidad de veces en la mañana y otras en la tarde. Con
esto mi vista empezó a aclararse. Además vi cosas maravillosas. No digo que milagros
pero sí cosas increíbles.

Vi curaciones de cáncer superficial de piel todas las semanas. Mi madre llegó con una
úlcera varicosa que le había perdurado durante más de dieciocho años ya en estado
grave, y nadie le había podido curar. Sin embargo, en sólo diez días de tratamiento la
herida se cerró. También tenía problemas graves articulares a nivel de la rodilla que se
le resolvieron. Y ahí empezó mi relación con el método marino.
Fijémonos bien esta observación sobre la que el autor insiste después de haber
estudiado prolongadamente la teoría marina y el método de preparación del
plasma:
Se oye actualmente muy a menudo en ciertos barrios de París a una madre decir a su
vecina: «No llore más, su niño estará bien mañana: vaya usted al dispensario de
Quinton». Efectivamente,
al día siguiente el niño mama y recobra las fuerzas. Lo que ha dado desde el comienzo
confianza en las inyecciones marinas es la rapidez de la acción curativa. Se lleva a un
niño de dos meses al dispensario porque no digiere, no come, está perdido.
En una hora comerá, afirma el médico. Una hora después de la inyección, el niño ya no
vomita y acepta el biberón. Es casi instantáneo.
Para comprender bien este movimiento profundo de fe y de entusiasmo de que habla
de Parville, es preciso haber compulsado la masa de los documentos fotográficos de
los dispensarios Quinton.
A la izquierda, un horroroso niño esquelético indescriptible, tanto ha marcado ya al niño
la muerte. A la derecha, dos o tres meses más tarde, se admira a un niño, no sólo
normal, sino generalmente más hermoso que la media de los lactantes.
¿Cómo tales resultados pueden no parecer milagrosos a la gente?
Y sin embargo este milagro sin carácter misterioso alguno, hace vibrar el antiguo mito
colectivo de que el mar es la fuente de toda vida, vinculado a todo el fondo pagano tan
presente aún, incluso
en esta época, bajo la corteza de la civilización; sobrecoge, se siente que la verdad
está ahí y se cree en ella.
En unas cuantas semanas, la popularidad de Quinton se vuelve inmensa y aparece
como un benefactor de la humanidad.
Ver mas detalles sobre los Niños Quinton
El Agua de Mar es Mejor que Cualquier Antibiótico
Otra de las propiedades del agua del mar es que es un disolvente, antibiótico y
bactericida.
Así lo confirmó clínicamente el Dr. Georges la Fargué diciendo que el agua de mar es
el mayor disolvente natural que tiene nuestro Planeta. Disuelve variedad de sólidos,
líquidos y gases.
Es antibiótico y bactericida hasta 72 horas después de haberla cogido. Prohíbe la
proliferación bacteriana, eliminando las bacterias nocivas, y respetando las bacterias
buenas. Algo que no pueden hacer los antibióticos químico farmacéuticos que matan
indiscriminadamente a las células malas y también las buenas especialmente a la
bacteria que habita en todas nuestras células produciendo la energía del ATP
(adenosintrifosfato) que son el 90 % de la energía que necesitamos para la vida, que se
llaman mitocondrias, y sin las cuales no es posible la vida.
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