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ASPECTOS HISTÓRICOS DE LAS FORMACIONES Y RELACIONAMIENTOS

SOCIOTERRITORIALES ENTRE LOCALIDADES FRONTERIZAS.


PAYSANDÚ (URU.) - COLÓN (ARG.)

Dr. Gabriel Ríos Gonçalves dos Santos1

Resumen

Considerando los eventos registrados en un período donde se forjaron las localidades de

Paysandú y Colón, se intenta reconocer componentes y agentes que operaron como base para el

despliegue de procesos y multiplicación de intercambios fronterizos, relacionamientos e

iniciativas vinculadas al posicionamiento y las capacidades de respuestas compartidas y otras no

tanto, canalizadas a través de la frontera entre los sistemas urbanos y socio-territoriales del

entorno binacional. Así, se extraen algunas respuestas sobre tales tópicos, desde una mirada de

los factores que operan como inhibidores/ habilitadores de funcionamientos, dinámicas de

integración y desarrollo en este espacio de fronteras trasnacionales.

Palabras clave: espacio de fronteras; sistemas territoriales; actores sociales; comunidades locales;

procesos históricos

HISTORICAL ASPECTS OF SOCIOTERRITORIAL FORMATIONS AND


RELATIONSHIPS BETWEEN BORDER LOCALITIES.
PAYSANDÚ (URU.) - COLÓN (ARG.)

Abstract

Considering the events recorded in a period where the towns of Paysandú and Colón, were

forged intends to recognize agents who operated as the basis for the deployment of processes and

multiplication of border trade, and components relationships and initiatives related to positioning
1
Doctor en Sociología, Profesor Investigador Agregado en el Departamento de Ciencias Sociales, Centro
Universitario del Litoral Norte, Universidad de la República, Uruguay.
1
and capabilities shared answers and others less so, channeled through the border between the

socio-territorial and urban systems in the binational environment. So, are some answers on such

topics, a perspective of the factors that operate as inhibitors / enablers of performances, dynamics

of integration and development in this space of transnationals borders.

Key words: border space; territorial systems; social actors; local communities; historical
processes

INTRODUCCIÓN
Este artículo analizará, desde una mirada retrospectiva, la formación, consolidación y desarrollo

temprano de dos poblados ubicados sobre el litoral del río Uruguay: Paysandú (Uruguay) y

Colón (Argentina). Tomando algunos de los antecedentes históricos más significativos como

aspectos claves para detectar y comenzar a comprender, ubicados en el escenario actual, cuáles

son los principales factores y elementos en los que se sustentan y encuentran operando las

dinámicas de integración y desarrollo transfronterizo, entre las comunidades y sus entornos de

proximidad.

La atención se centra en el rol que jugaron los agentes en su momento, se examina cuáles fueron

los acontecimientos y las causas que condujeron a forjar estas localizaciones urbanas y

territoriales sobre las fronteras del litoral del río Uruguay, así como el sistema de vínculos,

relacionamientos e intercambios, que se recrearon entre Paysandú y Colón en el período histórico

estudiado.

Este trabajo tiene por objetivo la representación del escenario histórico de la frontera Paysandú –

Colón, a partir de una nutrida y variada base documentada de antecedentes, informaciones y

datos cualitativos relevados para la realización de un análisis de contenidos y significados. Se


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plantea identificar, describir y comprender cuales han sido los principales factores que incidieron

en la configuración de esta inserción fronteriza y la particular dinámica socio-histórica a través

de la cual se fueron definiendo determinados tipos y énfasis de vínculos trasnacionales.

PERÍODO FUNDACIONAL DE PAYSANDÚ: LOS AGENTES, PROTAGONISMOS, EVENTOS


Y CONTINGENCIAS QUE CONDUJERON A LA CONFORMACIÓN DEL POBLADO
FRONTERIZO.
En un breve repaso de acontecimientos y actores sociales de Paysandú, es posible reconocer y

comprender cómo desde ahí incidió en el despliegue de los lazos transfronterizos que se

proyectan hasta nuestros días con la localidad de Colón.

En cuanto a sus orígenes, varios historiadores coinciden en señalar el territorio por su ubicación

estratégica, lugar de embarque, operaciones de vaquerías, en el comercio y transporte de ganado

y productos de la faena de los mismos hacia los puertos de Buenos Aires e involucrando a los

principales centros poblados, por ejemplo, Porto Alegre, en el territorio Sur de Brasil.

Miguel Angel Pías (1991) bajo el título Ypauzandú, deja planteada una interesante mirada

aproximándose a las razones que llevaron a fundar esta localidad que pasó a denominarse

Paysandú sobre la costa oriental del río Uruguay.

En las apreciaciones formuladas por Pivel Devoto (1956), Vidal (1976) y Poenitz (1983), entre

otros, se indica que la fundación de la localidad fue el resultado de un proceso denso y cargado

de acontecimientos, contingencias, de marchas y contramarchas que arrojaron como resultado su

creación allí sobre la costa oriental del río Uruguay. Caracterizada por entonces como poblado

del Yapeyú – reducción jesuita fundada en 1772 donde hoy se encuentra emplazada la ciudad

homónima-, estaba compuesta básicamente por un grupo de indios guaraníes y criollos blancos,

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desempeñándose en torno a las actividades de arreo, faena y procesamiento de las carnes

vacunas, que tendrían por destino el mercado regional.

El puerto- puente sirvió para el acceso desde el río Uruguay a los campos del interior del

territorio de la Banda Oriental, facilitando las comunicaciones terrestres, teniendo como base a

una capilla en torno a la cual se congregaba un vecindario- comunidad. Era acompañada de la

pulpería, la barraca acopiadora, el Cabildo o Comisionado que la representaba. (Poenitz, 1983)

En el lugar se encontraba establecido un agrupamiento de personas, algunas con sus familias, con

objeto de desempeñar distintas tareas productivas vinculadas a la explotación de ganado vacuno.

Entre los oficios en que se ocupaban se ha señalado por parte del mismo autor la presencia de

desolladores, barraqueros y peones blancos, carreteros y vaqueros guaraníes. Estos últimos, junto

con sus familias, se encontraban ubicados en las cercanías de los arroyos donde se habían

implantado casi una docena de barracas.

Un establecimiento para la administración de vaquerías, cuidado, manejo y embarque de cueros,

por su destacada posición geoestratégica figuraba como uno de los principales puntos de

referencia para varias de las incursiones y operaciones militares, administrativas y de regulación

de las relaciones con respecto a quienes se movilizaban desde la frontera norte, entre el Yacuí y

hasta alcanzar el Quareim, lugar hacia donde se habían desplazado e instalado algunos

contingentes de avanzada luso-brasileños. Se trataba de contingentes hostiles que llegaron el 14

de agosto de 1776 a ocupar, destruir y apropiarse de los principales bienes existentes en la

infraestructura del poblado, lo que “…obligó a perfeccionar el establecimiento sanducero

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dotándolo de un recinto fortificado o ‛estacada’ que, con cuatro cañones, rodeó la Capilla, cuerpo

de Administración y pulpería”. (Poenitz, 1983, 29)

Desde inicios del siglo XIX la continua afluencia de españoles a los campos del interior de

Uruguay, llegando al actual departamento de Paysandú y el pueblo fronterizo en formación que

llevaría el mismo nombre. El mismo, fue cambiando su composición social, pasando de

considerarse un pueblo de indios naturales de las misiones, para constituirse en localidad

española, independiente de Yapeyú, con una actividad comercial vigorosa y en expansión, en la

que los antiguos misioneros se fueron integrando con la población blanca.

ASPECTOS ECONÓMICO-PRODUCTIVOS SECTORIALES DE LA LOCALIDAD: LA


PRODUCCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN EN LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA.
En relación a la riqueza pecuaria existente en el territorio que definía por aquella época el

departamento de Paysandú (cuyos límites se establecían hacia el Norte con el de Salto, por el

curso del arroyo Daymán, hacia el Sur por el río Negro y al Este con lo que comenzaba a

definirse como jurisdicción del departamento de Tacuarembó. Se presentaba un auspicioso

panorama en lo que respecta a la gran expansión de dicha producción, las actividades de

comercialización y movimiento de cargas hacia la que representaba la principal terminal

portuaria a esta altura del río Uruguay.

En la actividad agrícola, quintas y chacras se fueron estableciendo mediante la distribución de

tierras en predios, cuyas extensiones oscilaban en torno a 20 cuadras. Inicialmente se localizaron

sobre la periferia de la ciudad, llegando a representar una de las primeras experiencias

colonizadoras de familias de origen alemán, italiano, español y propiamente de orientales.

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En 1875 se crean colonias agrícolas, por ejemplo, la de Pueblo Porvenir en el entorno de la

ciudad. Se trajeron colonos valencianos procedentes de Concepción del Uruguay (Entre Ríos,

Argentina). En este contexto de formación del sistema de colonias se procedió a constituir la

sociedad anónima “La Colonización Agrícola Industrial de Paysandú”, con destacado apoyo a la

fundación de Colonias Agrícolas.

Así, en 1892 se irán formando otras colonias, en proximidades del apoyo logístico proporcionado

por una de las estaciones del Ferrocarril Midland del Uruguay.

Entre los productos que fueron generando es de anotar los frutales: manzanas, peras, duraznos,

ciruelas, higos, nísperos, entre otros. Además, en la producción granelera se registran en torno a

dos mil cuadras sembradas de trigo, más otras tantas destinadas a la producción de maíz.

En relación al sector agrícola, debe señalarse que fue primero en el período 1910 a 1929, cuando

se expresaron significativos incrementos en los cultivos sobre una base de diversificación de los

mismos, facilitada por la progresiva subdivisión de la tierra.

El sector primario se vio potenciado y respaldado técnicamente en 1912 con la apertura de la

Estación Agronómica en las cercanías de la ciudad, un centro de formación y experimentación

animal e investigación en diferentes tipos de cultivos. (Barrios Pintos, 1989b)

También, la actividad de los molinos constituyó uno de los rasgos sectoriales distintivos en la

economía y generación de puestos de trabajo y riqueza en el departamento de Paysandú. La

construcción y operación de estos molinos se multiplicó a partir de la iniciativa de

emprendedores locales visionarios, destacándose por sus cualidades de liderazgo y compromiso

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con el desarrollo de la economía local. Por esa época, en proximidades de la ciudad, ubicado

sobre el margen del arroyo San Francisco se construyó el “Molino de San Roque”. Además,

figura el Molino del Sacra, o denominado también como San Miguel, fundando una base de

infraestructuras fabriles como jalón importante de avances hacia la configuración de la primera

versión de un complejo industrial de la harina en Paysandú. Este rubro productivo continuó su

proceso de expansión, y se vio reflejado con la construcción y puesta en funcionamiento del

Molino de San Francisco. Estos molinos supieron aprovechar la fuerza motriz de los cursos de

aguas provenientes de los referidos arroyos ubicados en las cercanías de la ciudad con

desembocadura en el río Uruguay. Es así que, a principios de 1870 se estableció sobre el

mencionado arroyo San Francisco este nuevo establecimiento. Resultado de la transmisión de

experiencias prácticas y saberes en el oficio, salieron los grandes molineros sanduceros, en

función de cuyo rol se definió la base de esta importante industria local. La influencia

inmigratoria tuvo su lugar, en cuanto a que en gran medida aquellos operarios que se formaron

en este oficio fueron pobladores de origen italiano. Seguidamente, se sumaron a la actividad el

que se dio en llamar “Molino de Feo” y el “Molino de Santa Carmen”. También, más afuera de

la ciudad se llegó a construir otro, robusteciendo el complejo molinero en la zona. Vino a

representar un paso de avance en la tecnificación de los mismos, cuando se fue incorporando el

uso de máquina de vapor para impulsar la molienda de la harina.

La producción industrial de los saladeros fue significativa. Como indicador de esta pujante

actividad, para el año 1867 había ocho. Su producción que se exportaba como carne charqueada

para Brasil y Cuba. Tales emprendimientos de esta naturaleza motivaron la atracción y

localización de agentes empresariales externos, varios de ellos de origen inglés, trayendo grandes
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inversiones y adelantos tecnológicos para la industria transformadora en el rubro de la carne.

Generó un impulso exportador y de intercambios mercantiles de gran relevancia para la época.

Adicionalmente, en la rama registraba actividad una curtiembre (a finales del siglo XX

funcionaban tres importantes curtidurías con varios productos derivados). Contaba además con

tres caleras y siete canteras de piedra. Varias de ellas proveían de insumos a la demanda de

piedras destinadas a las obras que ya comenzaban a desarrollarse en la vecina localidad de

Colón, como se anota más adelante.

Sobre la base de una dinámica diversificada de la producción en el sector de la industria

manufacturera, Paysandú llegó a contar con dos plantas pasteurizadoras de leche, una de ellas fue

la primera en su género que entró en funcionando en el interior de la República Oriental del

Uruguay, siendo filial de una empresa internacional que ya operaba en Montevideo: la empresa

“Lechería Central Uruguaya Productos Lácteos Kasdorf”, inaugurada en agosto de 1929. En ese

mismo año también comienza a producir leche pasteurizada la “Cooperativa de Lechería” que

funcionaba en el predio de la Escuela de Agronomía de Paysandú. (Barrios Pintos, 1989b)

Asimismo, en 1902 registraban actividad otras industrias de menor porte, unidades de

procesamiento de pieles, cerdas y lanas, jabonerías y velerías. Estas favorecieron la

dinamización de las actividades de intercambios comerciales con firmas externas, generando a su

vez una destacada actividad en torno a las infraestructuras renovadas y ampliadas del puerto de

Paysandú.

Entre las unidades productivas manufactureras locales tuvo gran repercusión la actividad

desplegada por la industria de los neumáticos, más específicamente, la fábrica de artículos de


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caucho “Sudamericana”, operando desde noviembre de 1923, con insumos que se importaban

desde Venezuela.

LA MULTIPLICACIÓN DE INFRAESTRUCTURAS Y SERVICIOS COMERCIALES Y


SOCIALES URBANOS.
En 1862 los sanduceros se encontraban abocados al progreso del poblado. Entre las obras

terminadas, se encontraban: la Casa de Policía del Departamento; la construcción de una cárcel

contando con completas instalaciones de calidad. Asimismo, la edificación de un Hospital

inaugurado cuando promediaba el año 1862; un Cementerio con capilla y mausoleos; el

levantamiento de un Templo en 1866; adicionalmente, la proyectada edificación de un muelle de

madera y de un Mercado. Por ese tiempo, el transporte por vía fluvial en barcos de pasajeros lo

realizaban varias empresas de vapores que conectaban a la localidad con Montevideo.

La Plaza de Paysandú equipada con todas las comodidades, naturalmente, era un lugar que

convocaba a la reunión de los pobladores sobre los fines de semana. En setiembre de 1917 quedó

habilitado el acceso al uso público el espacio de la plaza de deportes “General Artigas”, dos años

después entra en funcionamiento la plaza “Solís”.

Para 1862 se efectuó un fuerte trabajo de edificación de la iglesia local. En 1867 las

construcciones del Banco Italiano, Banco Mauá y servicio de una farmacia.

Describe Barrios Pintos (1989b, 499): “Paysandú, como ninguna otra población del interior del

país había sufrido tantos asedios en tiempos del Uruguay independiente y había sido

heroicamente defendida”. Significativa defensa de Paysandú, ascendencia en el imaginario y la

construcción de identidad sanducera.

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De acuerdo al relato de los historiadores consultados sobre los sucesos: “…la ciudad cayó en

poder de los enemigos,… Numerosos vencidos debieron buscar refugio en Colón. (VERNAZ Y

CONTE GRAND, 2003, 130)

(…) muchos vencidos en el ataque final a Paysandú, seguían viviendo en las costas entrerrianas,

en parte amparados por el espíritu local.” (BARRIOS PINTOS, 1989b, 501, 523)

Aspecto que viene a expresar como tempranamente ya se daba una significativa receptividad y

acogida a miembros de la comunidad fronteriza colindante, específicamente, en este caso, del

referido contingente de sanduceros, cuando los vecinos colonenses brindaron resguardo al grupo

de desplazados.

Una vez concluida la batalla de la defensa, prosiguiendo las obras de reconstrucción, el mercado

de la ciudad había quedado concluido y se ponía en funcionamiento al público.

Hacia 1895, la Comisión Económico Administrativa continuó la tarea mejorando el alumbrado

público provisto con un servicio de faroles a queroseno. Este sistema será prontamente sustituido

por otro moderno basado en iluminación por energía eléctrica cuando en 1901 se procedió a

inaugurar la usina de luz eléctrica local, de propiedad privada, que permitieron habilitar y

extender los servicios eléctricos y de alumbrado público en el radio urbano de esa época.

En 1919, la referida Usina Eléctrica, por iniciativa de la Administración General de Usinas

Eléctricas y Teléfonos del Estado, pasa al dominio público, tomando a su cargo el suministro de

energía a Paysandú.

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Cuando hacia 1863 Paysandú es elevada a la categoría de ciudad, el ordenamiento urbano avanza

con el trazado de las calles y las obras de empedrado iniciadas hacia finales de 1867, con el

adoquinado y construcción de veredas, casas y destacados edificios, alcanzando a cubrir buena

parte de la extensión del entramado céntrico de la ciudad. La labor de los obreros en las

ladrilleras asistía a satisfacer una incrementada demanda de las construcciones en curso.

A finales de 1916 se inician las obras de la red de saneamiento en la ciudad, servicio de acceso

público por conexiones domiciliarias. Las dotaciones urbanas se completarían con el tendido de

la red de agua potable.

A mediados de la segunda década del siglo XX se instrumentará el servicio de tranvía

propulsado ahora con motor a nafta. Avanzado 1921 entra en funcionamiento el primer servicio

de transporte urbano por autobuses, a cargo de la Empresa del Tranvía, pasando a remplazar el

anterior sistema del tranvía impulsado por caballos, realizando el mismo recorrido.

Ya avanzado el año 1902, se finalizaron las obras del nuevo edificio del “Hotel Paris”,

construcción emblemática de la localidad.

La actividad social y recreativa se desplegaba en torno a las playas sobre el río Uruguay en el

tramo costero de la ciudad. Esta iniciativa fue promovida por la Comisión Departamental de

Educación Física, quedando habilitada para uso público durante el verano de 1925.

En observaciones sobre las actividades fronterizas de trasiego informal de mercancías,

movimientos de “contrabando”, cuyo volumen e intensidad, indica una prensión sobre los grupos

sociales más carenciados y en condiciones de desocupación. Varias denuncias públicas y

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sentidos reclamos tomaron expresión en torno a esta problemática, inherente a la propia inserción

fronteriza.

En 1905, tuvo inicio una huelga por parte de la Sociedad de Pantaloneras de Paysandú, que se

extendió dos meses, con una serie de boicots a las plantas por parte de este gremio. Finaliza con

un acuerdo en la primera quincena de 1906. Esta movilización representa una expresión de

destacable significación, por constituir una manifestación organizada de un movimiento de corte

feminista y obrero al mismo tiempo.

Fue en 1870 cuando se iniciaron las actividades comerciales de la Barraca Americana. Ubicada

en proximidades del puerto local, se abocó al comercio de ultramar del Uruguay. Para entonces,

se procedía a la ampliación de las edificaciones que daban alojamiento al servicio de la Aduana.

La importancia de la Receptoría de Aduana cobrará mayor incidencia en la regulación del

comercio en la región, por efecto del incremento en los movimientos de mercancías. Estas

actividades motivaron un mayor flujo de transporte y embarcaciones en la zona portuaria, en

función del posicionamiento y destacado rol que fue asumiendo el puerto de Paysandú. Existía

por entonces una intensa actividad, entre el movimiento de productos y personas, a través del

puerto de Paysandú. A partir de 1920 y hasta alcanzar 1940, más de 500 barcos por año

registraban arribo al mismo, como último puerto de ultramar del río Uruguay. Hasta allí llegaban

grandes barcos holandeses. Estas capacidades de operación portuaria se verán incrementadas con

importantes inversiones en obras para la ampliación de la dársena de cabotaje y la construcción

de un parque fluvial sobre el río.

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En los inicios de 1885, toma gran impulso el transporte a través del río vinculando las

localidades vecinas sobre la frontera, con maquinarias y equipamientos actualizados, un servicio

de transporte por balsa remolcada a vapor, de acceso público, destinado al traslado de ganado,

carruajes y carretas entre los referidos centros poblados. Un considerable volumen de haciendas

entre lanares, vacunos y yeguarizos, se movilizaron por este medio impulsando actividades de

comercio regional. Se trasladan personas en viajes realizados periódicamente entre ambas

localidades. Dicho medio de transporte, que interconectaba a Paysandú con Colón, favoreció el

afianzamiento de vínculos familiares y de vecindad entre personas, organizaciones sociales e

instituciones de ambas localidades. Lo que anteriormente se había dado casi de forma natural,

con el arribo y consiguiente traslado e instalación de las familias distribuidas hacia ambos lados

de la frontera, encontró un importante medio para continuar sosteniendo con relativa regularidad

estas relaciones sociales.

El transporte por ferrocarril comienza a operar a partir de 1889, saliendo desde la estación de

Paysandú en funcionamiento con una línea directa a Montevideo.

En mayo de 1915 queda habilitado el servicio de salud del Asilo-Hospital “Galán y Rocha”,

auspicio público para la atención de personas de muy escasos recursos y en varios casos sin

familias.

Hacia 1920 se funda el Centro Comercial e Industrial de Paysandú, desempeñando un destacado

apoyo al conjunto de las empresas que operaban en el departamento.

LAS ORGANIZACIONES Y ACTORES SOCIALES EN LA LOCALIDAD.

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Se destaca la labor realizada por la “Sociedad Amigos de la Educación Popular”, contribuyendo

a la fundación de escuelas. En 1873 se abrieron nueve establecimientos, radicándose casi todos

en la zona rural del departamento.

En 1870 se constituyó la Sociedad Francesa “La Fraternelle”. Un año más tarde se fundó la

Sociedad Española de Socorros Mutuos y posteriormente en 1874 la Sociedad Italiana Unione y

Benevolenza; en 1875 la Sociedad de Tiro Suizo; en 1878 la Logia Fe de Colón, contando con

los auspicios del Gran Oriente del Uruguay; en 1879 la Sociedad Científica Artística; en

noviembre de 1890, varios miembros de las Logias Capitular, Fé de Colón y Reforma visitaron

la ciudad. Siguieron manifestaciones de compromiso en favor de la prosperidad de las Logias

locales de Paysandú y Colón.

En 1896, Paysandú se distinguía como una de las ciudades del Uruguay que contaba con el

mayor número de organizaciones de la sociedad civil, entre las de beneficencia y servicios a la

comunidad. Realidad comprobada por las nuevas instituciones sociales que irán surgiendo en la

localidad, con la creación de una serie de Sociedades de Socorros Mutuos, todas estas

asociaciones contaban con edificios propios. (Barrios Pintos, 1989b, 532)

En función del perfil de actividades sectoriales y productivas, se irán conformando un denso

tejido de organizaciones obreras. En 1882 se funda la Liga Obrera. Entre los servicios que brindó

a sus integrantes cuentan: la puesta en funcionamiento de una escuela para obreros e hijos de

obreros, encuentros culturales, la enseñanza de artes e idioma y la protección de las viudas y

huérfanos con apoyos económicos puntuales. Llegó a congregar 200 trabajadores de los

saladeros, barracas y artesanos radicados en la ciudad y sus proximidades. En 1906, esta

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actividad que registraba una importante concentración de trabajadores, conducirá en un clima de

descontento y reclamo social por la cantidad de horas trabajadas y las condiciones en que se

debían desempeñar en el puesto de trabajo, a instaurar un estado de huelga y posterior

negociación de los obreros de barraca. Finalizó con acuerdos por los que se otorgaban

significativas reparaciones en esa materia. También, en ese mismo año se levantaron en huelga

los panaderos y verduleros de la ciudad. Existen antecedentes respecto a la movilización de los

obreros portuarios en Paysandú, cuando en enero de 1877 llega a paralizarse el trabajo en

algunas secciones del puerto. (Francisco Pintos, 1960, 44. Citado por Muñoz, 2015, 37)

Nuevamente, en 1906 se produce una serie de huelgas que paralizaron la construcción, la

circulación de vehículos y el aprovisionamiento, que duró más de una quincena de días en

Paysandú. Y dos años más tarde precipita una importante huelga ferrocarrilera, que se extiende

por todo el litoral del Uruguay, alcanzando a Paysandú. La “Sociedad de Resistencia

Ferrocarrilera” tenía también presencia en esta localidad desde 1905. (Muñoz, 2015, 39)

En 1912 la “Asociación de Obreros Albañiles”, acompañados por otros gremios afines, resuelve

iniciar una huelga por reclamo de mejoras salariales. Al cabo de dos semanas aproximadamente

se dará por finalizada la misma, al ser atendidas dichas reivindicaciones para beneficio de los

trabajadores del sector. A partir de tales instancias y facultades locales, se fue forjando el perfil

obrerista e industrialista que marcó el modo de desarrollo y la cultura de trabajo sanducera.

Estos, con ciertos matices, aún perdura hasta nuestros días como parte del imaginario social y la

clara voluntad de progreso colectivo en la conciencia local.

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Las condiciones impuestas por la crisis económica financiera en el país, cuando se aproximaba el

último cuarto de siglo XIX, hicieron que se profundizaran y ampliaran las situaciones de pobreza

y marginación social en el interior, a lo cual no escapó Paysandú. En ese sentido, Barrios Pintos

expone algunos comentarios respecto a la realidad económica, productiva y social, en la

campaña y proximidades de la ciudad. Deja traslucir la acentuación de inequidades junto con

situaciones de desamparo social frente al contrastante avance y desarrollo registrado en los

establecimientos agropecuarios en Colonia Porvenir, situada en el ejido de Paysandú, y el paraje

llamado Zanja Honda, donde existía un número considerable de ranchos, habitados sin excepción

por familias extremadamente pobres. También, entre las constataciones registradas se dan a

conocer tales rancheríos rurales, que se ubicaban en los ejidos de las ciudades del interior del

Uruguay, asentamientos que también fueron gráficamente denominados como “pueblos de

ratas”. La pobreza de estos asentamientos fue registrada por Chiarino y Saralegui (1944), donde

se menciona las condiciones de vida de las familias que residían en los ranchos de terrón con

techos de paja, sobrellevando una vida de grandes adversidades, estando expuestos a múltiples

carencias. Estos nucleamientos son los que luego pasarán a conocerse como rancheríos de

pobreza y marginación social.

Hacia el primer cuarto de siglo XX la ciudad de Paysandú contaba con una serie de asociaciones

deportivas independientes. Además del Club Remeros, también se había fundado la Liga

Departamental de Futbol y clubes de ciclistas. Según relata Barrios Pintos los clubes de futbol

alcanzaban la quincena. Entre otros, figuraban clubes de box, tenis y centro de “Pelotaris”, que

aprovechaban las amplias instalaciones de las plazas de deportes que se encontraban en

funcionamiento. A mediados de 1912 se produce una actividad integradora de carácter social en


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el entorno de vecindad fronteriza. Una competencia de fútbol que se realizó en la ciudad de

Paysandú con la participación de asociaciones deportivas –Ligas departamentales de fútbol- de

esta localidad y otra perteneciente a la ciudad argentina de Concepción del Uruguay. Estas

competencias deportivas integradoras entre Asociaciones y Ligas del Futbol Local, de ambas

orillas se hicieron frecuentes. Así fue que se dio una nueva instancia a mediados de 1916, cuando

concurrió a la ciudad de Colón -trasladado por lancha-, un combinado representativo del Litoral

Fútbol Club -junto a delegados de la Liga Departamental de Paysandú-, para enfrentar al

“Atlético Fábrica Colón”. Esto se constituyó en un paso más en la formación de relaciones de

proximidad y ámbitos de convivencia producidos en común. Representando lo que en el

transcurso de este siglo vendría a trazar una particular dinámica de integración fronteriza con la

participación de diferentes actores sociales.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN Y ACTIVIDAD


CULTURAL LOCAL.
En pocos años, Paysandú vio salir a la luz una nutrida presencia de agencias de comunicación

escrita, ocupando un significativo papel en la divulgación de los grandes progresos que en poco

tiempo hubo de experimentar la localidad: “El Oriental en Campaña” fue el primer periódico

publicado en Paysandú el año 1838; “El Comercio” con publicaciones que datan del año 1866; el

periódico “El Pueblo” en 1868; hacia 1871, el periódico “La Tribuna Oriental”; en 1892 "El

Paysandú" y “El Día”. Relacionado con esta actividad en el año 1866 operaban 3 imprentas. Para

1884 el periódico editado por la Asociación Internacional de Trabajadores local ʻLa Lucha

Obreraʼ cuenta ya, desde su segundo número con un corresponsal en Salto… y quince días

después ya publican correspondencias tanto de Salto como de Paysandú”. (Muñoz, 2015, 37)

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El mismo periódico en pocas semanas más ya contaba con un corresponsal residente en

Paysandú. Se suma a la lista el periódico sanducero “El Deber”, con su primer número apareció

el 5 de febrero de 1901. Estos medios de comunicación que habrán de jugar un importante rol en

la difusión de ideas, cultura y apoyo a la formación de valores orientados a mejoras del bienestar

de la comunidad.

Entre 1865-1866, funcionaban en dos locales una escuela de varones con capacidad para más de

300 alumnos y otra de niñas a la que concurrían aproximadamente 70 alumnas. Y hacia el año

1869, Paysandú contaba con 6 escuelas públicas entre las de niñas y de varones.

Aproximadamente una década más tarde se funda el Liceo del Plata de Paysandú; será en el

correr de la década de los ochenta cuando se sume a la lista la fundación de una serie de colegios

e instituciones de educación; vinculado a las actividades culturales, en 1860 estaba en fase de

construcción el primer teatro local; hacia 1876 queda concluida la obra del teatro Progreso,

según lo relatado por Schulkin (1958). Remodelado totalmente, abría sus puertas para la

presentación de importantes espectáculos culturales y visita de destacados artistas

internacionales. En 1921 cambiaría su nombre, pasando a denominarse “Florencio Sánchez”. En

1874 se fundó la “Biblioteca Popular”, contando con una amplia convocatoria. A inicios de 1879

se procede a la creación del Registro de Estado Civil. El Ateneo habrá de construir su destacado

edificio hacia 1885. Entre los primeros pasos que comenzaban a darse en torno a la actividad

científica desplegada en la localidad, figuran el Observatorio Meteorológico del Colegio

“Nuestra Señora del Rosario”, que data de 1890; existía otro Observatorio en este caso

Astronómico gestionado por un científico residente cuyas instalaciones se ubicaban en la

propiedad donde el mismo vivía. En la esfera de las actividades culturales y científicas, Paysandú
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encontrará ocasión de sacar los mejores réditos en lo que respecta a la formación de capacidades

humanas en el terreno de las artes teatrales, literarias y científicas, que imprimieron un destacado

lugar al perfil de la vocación local, llegando a proyectarse en el escenario nacional.

En febrero de 1884 las líneas telegráficas tendidas y provistas por la empresa Platino-Brasilera,

unen mediante este primer medio de telecomunicaciones a la ciudad de Paysandú con

Montevideo y otros departamentos, y comunicaciones por cable con las ciudades de Colón y

Concepción del Uruguay. En 1885 se estableció en Paysandú el servicio de comunicación por

teléfono, formándose la empresa “Progreso”. En el momento de su inauguración contaba con 50

suscriptores y a dos años de su actividad se acrecentaba a 84 abonados. En noviembre de 1889 la

empresa pasó a conformar la compañía “Telefónica Nacional”, extendiendo su servicio con

varias líneas y ramales que cubrieron una amplia área que alcanzó lugares más allá de los límites

del tejido urbano. Años más tarde, en 1891, se estableció otra empresa telefónica denominada

“La Sanducera”, con lo cual se vio dinamizado el servicio con tarifas más económicas y mayor

cantidad de abonados, interconectando varios puntos entre los centros de servicios a la

comunidad, locales de instituciones e importantes empresas instaladas en el entorno de la

localidad. En abril de ese mismo año se dio inicio a las transmisiones de la radio en Paysandú,

fueron varios particulares adoptando la radiotransmisión con receptores de importante alcance,

como medios comunicadores de informaciones y difusores culturales. Luego en 1925 se ofrecían

varios programas de carácter cultural difundidos por la Radio “El Centinela”. Servicio montado

por un grupo de jóvenes, llegando a alcanzar a las ciudades vecinas, incluso del margen

entrerriano.

19
LAS INSTANCIAS, LOS ACTORES Y HECHOS QUE LLEVARON A CONSTITUIR EL
POBLADO COLONENSE SOBRE LA FRONTERA DEL RÍO URUGUAY.
Los antecedentes señalan como fecha fundacional de la ciudad de Colón el 12 de abril de 1863,

en ese momento asume el estatus de “villa”. Su fundación estuvo a cargo del Gobernador

Provincial, Gral. Justo José de Urquiza.

En marzo de 1869, se creaba por ley el departamento de Colón, teniendo a la referida villa como

su ciudad capital. También, constituyó un jalón muy importante en la historia del municipalismo

en Argentina cuando en 23 de marzo de 1873 se estableció el gobierno de la municipalidad de

Colón. Desde la perspectiva del proceso histórico y social, su creación resultó de las corrientes

migratorias y colonizadoras, básicamente compuesta por contingentes de personas provenientes

de Suiza, Francia e Italia. Fue en 1857 cuando desembarcó el primer contingente de inmigrantes

atraídos con incentivos del gobierno de la época para la creación de colonias en el interior

argentino. Así, se localiza un conjunto de pequeñas colonias organizadas en el entorno territorial

del actual departamento de Colón. Dada la aptitud y calidad del suelo surge la determinación de

instalarse en estas tierras por 1860. Esta fue la primera formación de un núcleo de población,

reconociendo el lugar por sus ventajas de acceso al río como vía privilegiada para el rápido

desplazamiento. Casi frente al poblado de Paysandú, contaba con un puerto activo localizado en

sus inmediaciones, conocido hasta nuestros días con el nombre de “Calera del Espiro”.

LA DOTACIÓN EN INFRAESTRUCTURAS Y SERVICIOS PRODUCTIVOS SOCIALES


URBANOS

20
Como surge de los antecedentes históricos, las actividades en el emplazamiento portuario de

Villa Colón, habilitado como puerto de tercera clase sobre el río Uruguay, se incrementaron

cuando los "vapores de la carrera" eran el medio de transporte que unía la localidad de Colón con

la ciudad de Buenos Aires y puertos intermedios de Paysandú, Concepción del Uruguay,

Gualeguaychú y Fray Bentos. (Vernaz, Celia y Conte Grand, Carlos, 2003, 121).

Anteriormente, las primeras y rudimentarias instalaciones del muelle y terminal portuarias

tuvieron dificultades en cuanto a la capacidad operativa debido al porte y calidad de la

infraestructura instalada. Y fundamentalmente, a consecuencia de que para habilitar el transporte

de mayores volúmenes de carga y la llegada de buques de mayor calado. Dada las características

del río, en cuanto a profundidad frente al puerto local, requería la realización de grandes obras

destinadas a la ampliación del muelle, trabajos de dragado y balizamiento. Considerada como

una cuestión estratégica para el desarrollo de la zona, a través de una serie de contactos de las

autoridades locales con el Gobierno Nacional se acuerda y pone en marcha a fines de 1881

comenzar los trabajos de relevamiento de cauce del río y construcción de un nuevo muelle,

formándose una “Comisión Hidrográfica” para trabajos fluviales, inaugurado en 1905.

El puerto de Colón tuvo desde esos tiempos una intensa actividad en transporte de pasajeros y

servicios para la entrada y salida de mercaderías. A su vez, el lugar se convirtió en un escenario

preferido para la actividad social local. Las auto-balsas que unían Paysandú con Colón fueron

utilizadas para el traslado de vehículos entre ambas localidades. En el único medio de transporte

existente. En 1873, resultado de las pugnas políticas internas en el territorio nacional y en

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algunas provincias, una de las medidas más impactantes para la región se da con el cierre de

todos los puertos entrerrianos.

La iniciativa del alumbrado público partió de los comerciantes agrupados quienes, en forma

particular, asumieron la colocación de faroles a querosene frente a sus negocios. Fue en 1875 que

se estipularon medidas del gobierno local en materia de alumbrado público (faroles a querosene),

atendiendo con la instalación de este servicio principalmente sobre las calles de la zona céntrica,

y luego se extendió a gran parte de la ciudad. El alumbrado público continuó evolucionando con

la aplicación de nuevas fuentes de energía llegando al interior de algunas instituciones

educativas. En 1915 la Municipalidad completó el servicio, fue cuando las viviendas

particulares, las instituciones locales y los comercios pudieron acceder al mismo. (Vernaz, Celia

y Conte Grand, Carlos, 2003)

También, contribuyó a reforzar la vinculación y mejor prestación de otros servicios, entre las

actividades urbanas ligadas con el tejido productivo configurado en su entorno territorial, la

construcción de un puente para acceder a la Fábrica Colón.

Entre las construcciones emblemáticas y de destacada importancia por el rol que llegaron a

ocupar en la vida política y social histórica de Colón. Encontramos a la “Casona” alojando en su

espacio edilicio diferentes entidades, instituciones y actividades: El Banco de la Nación

Argentina, filial local; las oficinas de la Aduana Nacional.

Asimismo, figuran como parte de las edificaciones locales más salientes, que ilustran el rumbo

que fue tomando el desarrollo local en Colón; sus dos plazas públicas -Washington y San

Martín-, el registro civil y juzgado de paz, varios hoteles y casas antiguas con un toque de
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arquitectura italiana que aún se conserva. Así, se fue perfilando la vocación turística de la

localidad a partir de sus atributos naturales y fuerte vinculación establecida históricamente entre

la vida social y productiva íntimamente ligada al paisaje y el usufructo equilibrado y armonioso

de sus variados recursos naturales. Para entonces, fue calificada popularmente como la “Ciudad

Paraíso”. Tendrá implicancias ulteriores para los propósitos de promover el desarrollo de las

actividades turísticas a nivel local, vinculadas a los recursos naturales. Entre la serie de

reglamentaciones que se fueron dando, es algo que puede constatarse cuando en 1865 se

pronuncia la prohibición de enajenación para usufructo de particulares de aquellas tierras que se

ubican sobre el área de costas del río Uruguay. Dicha medida tuvo por finalidad reservar la

propiedad de las mismas, destinarlas a playas y otros usos productivos.

PERFIL DE LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS SECTORIALES EN EL TERRITORIO.


En lo referente al sistema económico productivo en el departamento de Colón, se registra

un conjunto de actividades por sectores que muestran un interesante grado de diversificación, lo

que viene a constituirse desde las etapas iniciales en un factor de fortaleza en términos del

posicionamiento endógeno de la economía local. Entre los rubros ligados al sector agrícola y a

este régimen de explotación en grupos de colonos, se destacaron los cultivos de trigo, maíz, papa

y maní; los cultivos de tabaco y algodón; frutales en quintas de naranjos, perales, durazneros,

ciruelos; y los viñedos con grandes áreas cultivadas. Los colonos mediante manufactura

artesanal, produjeron vinos y licores valorados por su calidad.

La ganadería, en la producción lechera fueron sus primeros medios de alimentación y

sustento; la producción lechera y la elaboración de sus derivados, como la manteca y

fundamentalmente la quesería, se desarrolló a niveles tales que dichos productos llegaron a


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comercializarse en el exterior. En torno a rubros de la huerta, se fortaleció un sistema de auto-

sustento, el cual constituyó un primer escalón en la obtención de excedentes y acumulación

interna de la economía local. Con la producción de trigo, se fueron instalan los molinos, pasando

de las formas primitivas de molienda hasta alcanzar otras técnicas más eficientes, por ejemplo,

con el aprovechamiento motriz de los cursos de agua, constituyendo una aspecto característico y

distintivo del lugar. (Vernaz y Conte Grand, 2003) La política demográfica, productiva y social,

atrajo grupos de inmigrantes, incidiendo en este proceso de formación de colonias sobre el litoral

del río Uruguay. Los colonos provenían de los cantones suizos, del sur de Francia y del Piamonte

italiano.

El desarrollo que se dio en torno a las caleras marcó un tiempo histórico de la actividad

productiva sectorial en la zona, dentro de un proceso marcado por algunos hitos integradores

entre ambas localidades fronterizas. En ese sentido, para la construcción del muelle de piedras,

hornos de cal, murallones para el embarque del material. A partir de los comentarios vertidos por

Vernaz y Conte Grand, es de señalar que “La piedra era traída de la República Oriental del

Uruguay y del Río Queguay”, es decir, mediante extracciones que se hacían en el territorio

circundante al poblado de Paysandú. (Vernaz y Conte Grand, 2003, 64)

En el panorama social de la época, existía un conjunto de servicios urbanos, entre los que cuenta

el Hospital San Benjamín, centro de atención sanitaria que a partir del año 1896 comienza a

brindar cobertura a todos los habitantes de Colón. El mismo fue construido con el aporte

solidario de destacadas personalidades, entre empresarios, ciudadanos y financiamiento de la

Municipalidad.

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La industria de la carne comenzó a funcionar en 1863. Al norte de Colón se llega al paraje donde

la firma Liebig´s Extract of Meat Company Ltd., realizó una fuerte inversión de capital en el

lugar en 1903, cuando compró el antiguo Saladero Colón, y montó una gigantesca fábrica

destinada a abastecer al mercado europeo con la elaboración de extracto de carne (corned beef).

Tenía sus propios barcos a vapor y su propio puerto sobre el río Uruguay.

LAS ORGANIZACIONES SOCIALES Y ACTORES LOCALES.


Las instituciones y organizaciones sociales brindaban servicios sociales y realizan

actividades locales; la Sociedad de “Tiro de Colón” y la “Sociedad del Tiro Suizo”, en el

departamento de Colón. En junio de 1886 se crea la Parroquia de Colón y se erige la Iglesia de

Colón; una de las organizaciones sociales que tuvo destacada influencia en la promoción de una

serie de iniciativas, tuvo en la logia masónica “Cristóbal Colón”, entre otros actores locales, una

institución con un destacado rol de liderazgo y cuya actividad se inicia a pocos años de la

fundación de la ciudad. En 1881 se fundó el Club Colón. La expansión de la actividad económica

local se experimentó con la prolongación de las obras portuarias, la Estación fluvial y la Escuela

Taller del Hogar en el mismo año. Cuenta como apoyo a organizaciones sociales, la construcción

a cargo de la Municipalidad de un muelle flotante con destino a las actividades del Club Remeros

coparticipado “los muchachos remeros de Colón” (Vergniaud, 1984, 75).

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LAS INSTITUCIONES DE LA CULTURA LOCAL.


La ciudad de Colón contó con un conjunto de renombrados periodistas que se destacaron por su

labor. Entre ellos hubo dos originarios de la ciudad de Paysandú, a los que se sumaron otros dos

procedentes de la ciudad de Salto. Se desempeñaron en los periódicos locales que se detallan a

continuación: “El Colón”, periódico editado por dos periodistas sanduceros radicados en Colón,

25
quienes instalaron el primer taller imprenta que funcionó en esta ciudad. “El Centinela” inició su

actividad a partir de 1870. “El Industrial” fue un periódico de destacado nivel del Centro

Industrial de Colón, fue editado entre los años 1881 – 1893. En 1883 se fundó el periódico “El

Entre Ríos”, que llegó a tener su propia imprenta, la cuarta creada en la ciudad. Desde los inicios

de esa década Colón disponía también de otro periódico denominado “La Gaceta de Colón”, al

que se suma “El Orden”, editado en “La Minerva”. Taller de imprenta que fue creado por

iniciativa de un prestigioso agente comercial de Colón en 1899. Figura también “El Municipio”,

fundado en 1890, un periódico local de dilatada trayectoria. El mismo contó con un moderno

taller de imprenta. En la última década del siglo XIX se fundaron los periódicos “La voz

colonense” y seguidamente “El Colonense”. Por esos años salieron a la luz pública los periódicos

“La Opinión” y “La Unión”.

También, entre otros atributos de la cultura local, en el año 1882, la instrucción pública se

encontraba bajo la responsabilidad de la Municipalidad a través de la Comisión Municipal de

Educación. E edificio de la biblioteca local “Fiat Lux” fue habilitado en 1943 y figura entre los

primeros impulsos que la fomentaron, el arduo trabajo de recolección y donación de libros

iniciada por los pobladores del lugar desde 1876. La ciudad contaba, en 1879, con cuatro

establecimientos educativos de primaria, dos escuelas de varones y dos escuelas de niñas, cuyas

actividades son financiadas en parte por la Municipalidad. La concreción de un conjunto de

obras públicas: La Escuela Nacional de Artes y Oficio, creada en 1923. El Centro de Fomento

Departamental, que data de 1927. La Escuela Granja para la enseñanza técnica aplicada a las

actividades agrícolas, de 1926. Ese mismo año la dotación de una Sala de Maternidad. El Museo

Escolar de Historia Natural e Industria fundado en 1927. Además, a los servicios ofrecidos por
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dichas instituciones de la cultura se sumaron las actividades desplegadas por el Teatro

Centenario, inaugurado en 1925.

CONCLUSIONES
Sin lugar a dudas, buena parte de la promoción inicial y posterior afianzamiento de desarrollo

local en los departamentos y ciudades de Paysandú y de Colón, tuvo entre sus soportes

fundamentales al conjunto de actividades productivas y sociales pioneras, desplegadas a partir

del sistema de colonias organizadas y distribuidas en el territorio de influencia.

Desde las etapas iniciales de la formación de los asentamientos de Paysandú y Colón, ocuparon

un lugar destacado en la construcción histórica regional. Cuando el protagonismo de estas

localidades trascendió tempranamente los límites de lo que luego viniera a circunscribir el

territorio del estado- nación. El movimiento obrero y componentes culturales de inmigración

jugaron un rol estratégico para lograr avances en el desarrollo social y productivo, registrado

históricamente en el territorio de inmediación. Aspectos comunes que comparten ambos

poblados a través de sus experiencias.

Asimismo, las actividades económicas productivas y socioculturales localizadas en las cercanías

territoriales de esta parte de la región argentina – uruguaya, tuvieron ocasión de desplegarse a

través de la frontera, partir de las condiciones favorables para el acceso y aprovechamiento de la

base de recursos existentes e iniciativas generadas a través del sistema de vínculos fronterizos.

También, se manifiesta la configuración de un sistema diversificado de actividades sectoriales

que hasta la actualidad representan uno de los rasgos afirmativos del desarrollo local en los

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entornos territoriales de proximidades y en adyacencias de los centros urbanos de Paysandú y

Colón.

La utilización de los medios de comunicación y transporte que brindaban servicios en el espacio

de fronteras, así como los recursos materiales y humanos compartidos, indica el ejercicio por

parte de los actores locales de la época de una capacidad para captar y dar un uso efectivo del

potencial de desarrollo con que en ese momento contaban ambos poblados.

Social e institucionalmente hay un conjunto de experiencias que se ofrecen como muestras de los

posibles y factibles caminos a recorrer, desde estos primeros pasos históricos para dar lugar al

afianzamiento de un sistema de vínculos con proyecciones de futuro.

La cultura heredada en el manejo diestro de artes y oficios, vinculados tanto al trabajo en la tierra

como en otras actividades de creación cultural y social organizativa. Configuraron un agregado

cultural diverso y simultáneamente con capacidad para constituir cohesión social, derivados de

unos atributos de flexibilidad cultural recreados en el sistema de relacionamientos locales

intergrupales, se traduce en una expresión de apertura hacia el otro.

Habiendo contado con una actitud abierta y receptiva para interiorizar este conjunto de capacidad

humanas en los entornos locales. Se hizo posible, básicamente, a partir de las posturas asumidas

por las comunidades que en ese período histórico constituyeron factores claves para la

promoción del bienestar social y la calidad de vida de las comunidades en cuestión. Al tiempo

que ofrecieron un caudal cultural, de conocimientos, y soportes institucionales movilizados por

una ideología del progreso, que estimularon la propagación de los lazos sociales por medio de los

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contactos establecidos con otras comunidades de cercanías, como así también proyecciones hacia

contextos más distantes del escenario regional nacional e internacional respectivamente.

Existen, en la época estudiada, fuertes avances de los procesos de institucionalización y

formalización de los procedimientos de gestión local y transfronteriza. Resultando en la

fertilización de los vínculos y lazos de sociabilidad, en las décadas siguientes y que hasta

nuestros días se proyecten con amplias posibilidades, favoreciendo expresiones de

agrupamientos colectivos transfronterizos en función de diferentes intereses y demandas de las

comunidades en cuestión, es decir, por parte de quienes integran contemporáneamente los

entramados sociales y tejidos productivos de las localidades de Paysandú y Colón.

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