LA CONFESIÓN COMO MEDIO DE PRUEBA EN EL DERECHO TRIBUTARIO

FRENTE AL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL DE 1991

Álvaro Enrique Pérez Salinas*

RESUMEN

La confesión es una declaración de voluntad hecha por una persona, que puede
serle desfavorable, total o parcialmente, debe ser declaración de parte, personal,
tener por objeto hechos personales del confesante, favorables a la parte contraria,
con significación probatoria, voluntaria, expresa y terminante, seria, con capaci-
dad jurídica del confesante y no como resultado de métodos violentos o ar ficia-
les. En Derecho Tributario está determinada por los Ar culos 747, 748 y 749 del
Estatuto Tributario.

Los Ar culos 29 y 33 de la Cons tución consagran los derechos a la presunción

de inocencia y a la no autoincriminación. Tales derechos deben operar en materia
tributaria. Así mismo el de in dubio pro reo se ex ende a toda disciplina sanciona-
dora. El debido proceso administra vo garan za que los actos de la administración
se ajusten al ordenamiento jurídico. El derecho de defensa regula el esquema san-
cionatorio de la administración pública, se prohíben las sanciones obje vas o de
plano y se proscribe cualquier arbitrariedad y se exige acatar el debido proceso,
por lo que la confesión presunta aplicada en materia tributaria es una sanción
de plano, que en nuestra opinión se aparta del ordenamiento cons tucional y de
estos principios.

La Corte Cons tucional, entre otras Sentencias con las C-422 de 2002 y C-258 de
2011, ex ende el debido proceso a todo po de actuación judicial o administra-
va.

De manera, que ante la obligación de los contribuyentes de presentar su denuncio

ren s co la administración ene la carga de la prueba y no debe trasladarla al
contribuyente, salvo lo dispuesto expresamente por el legislador en los Ar culos
786 a 791 del Estatuto Tributario.

Palabras clave: Confesión, Derecho Tributario, Cons tución, Confesión Ficta, Con-
fesión Presunta, Contribuyente, En dad Recaudadora, Estado de Derecho, Medio
de Prueba.

Recibido: Abril 20 de 2011 Aprobado: SepƟembre 9 de 2011

* Abogado, Candidato a Especialista en Derecho AdministraƟvo

de la Universidad Libre Seccional Barranquilla.
alvaroaboga@hotmail.com; alvaroperez338@gmail.com

Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
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INTRODUCCIÓN
Se presenta a la comunidad universitaria
este ar culo jurídico, que se refiere a la
confesión en materia tributaria, analizada
frente a los principios per nentes que re-
gula la Carta Polí ca de 1991.
El enfoque del estudio radica en determi-
nar su contenido en materia probatoria,
su marco norma vo en asuntos tribu-
tarios, los requisitos doctrinales para su
existencia, cómo opera en materia de tri-
butos, cuál es su desarrollo cons tucional
frente a los derechos a la no autoincrimi-
nación, de presunción de inocencia, de in
dubio pro reo, al debido proceso adminis-
tra vo y al derecho de defensa, así como
al principio de prohibición a las sanciones
de plano, para finalmente, en nuestra
apreciación, concluir que se aparta del or-
denamiento jurídico por desconocer tales
derechos.
Es un tema candente y polémico porque
enfrenta a la administración con los dere-
chos cons tucionales del contribuyente,
en la medida que su protección repercute
directamente en el funcionamiento de la
economía nacional, pero incide desfavo-
rablemente en la sostenibilidad y recono-
cimiento de los derechos humanos.
Se aspira a que el tema tratado sea de
buen recibo para los lectores.
LA CONFESIÓN EN MATERIA PROBATO-
RIA
Para tener una idea del significado de la
confesión en materia probatoria, es pre-
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
Álvaro Enrique Pérez Salinas
ciso recrearlo con producciones de la doc-
trina jurídica, par endo de la base que el
Ar culo 195 del Código de Procedimien-
to Civil enumera los requisitos que debe
cumplir1. Compar endo la definición que
en tal sen do nos aporta el jurista Car-
dozo Isaza reproduciendo un an quísimo
concepto de Antonio Rocha, se señala
que:
“...En Derecho Civil, así como en Penal,
hacer una confesión, confesar una cosa,
un hecho, un acto jurídico, es reconocer
como verdadero el hecho o el acto de
índole suficiente para producir contra el
que lo admite consecuencias jurídicas. Es
una declaración de voluntad hecha por
una persona, declaración que ene el
carácter especial de serle desfavorable o
perjudicial”2.
La anterior definición y el texto legal de
la norma citada, señalan con claridad que
mediante la confesión una persona de-
1. ARTÍCULO 195. REQUISITOS DE LA CONFESIÓN.
La confesión requiere: 1. Que el confesante ten-
ga capacidad para hacerla y poder dispositivo
sobre el derecho que resulte de lo confesado. 2.
Que verse sobre hechos que produzcan conse-
cuencias jurídicas adversas al confesante o que
favorezcan a la parte contraria. 3. Que recaiga
sobre hechos respecto de los cuales la ley no
exija otro medio de prueba. 4. Que sea expresa,
consciente y libre. 5. Que verse sobre los hechos
personales del confesante o de que tenga cono-
cimiento. 6. Que se encuentre debidamente pro-
bada, si fuere extrajudicial o judicial trasladada.
HENAO CARRASQUILLA, Óscar Eduardo. Código
de Procedimiento Civil, Concordado, Compilado
y Anotado, Bogotá: Editorial Leyer, 2003, p. 81.
2. CARDOZO ISAZA, Jorge. Pruebas Judiciales, Parte
General, declaración de parte, juramento, testi-
monio de terceros. Documentos, prueba pericial,
inspección judicial, prueba circunstancial. Quin-
ta edición. Bogotá, Colombia: Librería Jurídica
Wilches, 1985, p. 146.
LA CONFESIÓN COMO MEDIO DE PRUEBA EN EL DERECHO TRIBUTARIO FRENTE AL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL DE 1991
clara como verdadero un hecho o acto
jurídico, el cual le produce consecuencias
legales desfavorables en la mayoría de
los casos y que la ley no ene otra forma
de demostrarlo, porque lo hace en forma
consciente, libre y voluntaria, exenta de
presiones y que finalmente sirve de prue-
ba en contra de quien lo hace.
Igualmente se comparte del mismo trata-
dista lo planteado, al expresar que confi-
gura la confesión, lo favorable a la parte
contraria cuando se integra en forma de
tes monio, haya o no confesión, porque
de la declaración que se hace con las
consecuencias jurídicas adversas emer-
gen hechos favorables a la parte contra-
ria, otros indiferentes y los favorables a
la parte confesante, siendo ú les desde
el punto de vista probatorio únicamente
aquellos que perjudican a quien confiesa y
favorecen a su contraparte, pero no siem-
pre resultan desfavorables contra quien
hace la confesión, pues opera así en los
casos en que sirve para aclarar determina-
da situación de derecho o cuando la parte
declara unos hechos que no le perjudican
pero en otro proceso que surta pueden fá-
cilmente producir los efectos totalmente
contrarios.
Cardozo Isaza cita una tesis totalmente
opuesta a la de Hernando Devis Echan-
día, desarrollada en sus libros Tratado
de Derecho Procesal Civil, Compendio de
pruebas judiciales y Teoría general de la
prueba. En esta úl ma el ilustre civilista
plasma su pensamiento de la siguiente
manera:
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
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“…Como se ve, no es indispensable que
el hecho confesado sea realmente per-
judicial al confesante, lo que importa es
que resulte favorable a la contraparte…”
“En efecto, existe declaración de parte,
sea que favorezca a quien la rinda o a su
adversario; pero solo hay confesión en el
úl mo caso…”3.
En esencia Cardozo enfila baterías radi-
calizando su tesis, en que desde el punto
de vista legal, solo es válida la confesión
cuando con ene hechos que producen
efectos jurídicos contra quien confiesa y
que resulten favorables para la parte con-
traria.
Ya entrando en detalles con la obra jurídi-
ca de Devis Echandía, ampliando el ante-
rior concepto, se refiere a la confesión así:
“…la confesión es una declaración de par-
te, entendida esta en un sen do formal
procesal, es decir, como sujeto de la re-
lación jurídica procesal en la condición de
demandante, demandado o tercero inter-
viniente. Sin embargo, no todas las decla-
raciones de parte implican una confesión,
pues también hay declaraciones de parte
en documentos extraprocesales de natu-
raleza contractual o simplemente proba-
torio, caso en el cual integran el contenido
de estos, y en esta forma asumen la índo-
le propia de prueba documental. El caso
de las declaraciones hechas en escritos
procesales, como el de demanda o el de
excepciones, es especial, ya que pueden
3. Ibídem, p. 145.
24 Álvaro Enrique Pérez Salinas LA CONFESIÓN COMO MEDIO DE PRUEBA EN EL DERECHO TRIBUTARIO FRENTE AL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL DE 1991 25

contener confesiones y admisiones o re-
conocimientos de hechos (cfr. núms. 44
y 156). Además, una declaración oral de
parte puede ser totalmente favorable a
quien la hace o referirse a cues ones de
derecho, en cuyo caso tampoco conten-
drá una confesión…”4
Devis Echandía ofrece un planteamiento
de índole netamente procesal, porque
vislumbra al confesante en su rol de de-
mandante, demandado o tercero en el
proceso, explicando que no toda declara-
ción de parte alcanza la estatura de con-
fesión, porque puede hacer parte del con-
tenido de determinadas pruebas y que en
muchos casos la declaración de parte es
medio que ra fica los hechos de una de-
manda o cues ones jurídicas relevantes a
ella, sin que medie perjuicio hacia la parte
que la ofrece.
REQUISITOS PARA LA EXISTENCIA DE LA
CONFESIÓN
Los requisitos para la existencia de la con-
fesión, tanto judicial como extrajudicial,
son:
a) Debe ser una declaración de parte.
Las declaraciones pueden emanar de
las partes reconocidas en el proceso
como demandantes, demandados, su-
cesores procesales, intervinientes ad
excludendum o liƟs consorciales, inter-
vinientes ocasionales en incidentes o
para cues ones específicas, caso en el
cual con enen confesiones o de otras
personas que no hayan intervenido en
tal calidad, los denominados sujetos
de actos procesales, que serán siem-
pre de tes monios o dictámenes peri-
ciales5.
b) Debe ser una declaración personal,
salvo que exista autorización legal o
convencional para que la haga otra
persona. Las partes pueden actuar en
el proceso personalmente o por inter-
medio de apoderado, representantes
legales o mandatarios convencionales.
Pero para que exista confesión judicial
o extrajudicial, esta debe necesaria-
mente provenir únicamente de la mis-
ma parte, pero no de su apoderado o
representante; la excepción de la regla
ocurre en el caso de los incapaces y las
personas jurídicas que pueden hacerlo
a través de sus representantes legales,
por autorización y dentro de los lími-
tes de la ley o por medio de expresa
autorización, conforme viene señala-
do en los Ar culos 197 y 198 del C.P.
Civil6.
c) Debe tener por objeto hechos. Los he-
chos son el objeto de la prueba judicial
y de la confesión en par cular, por-
que se confiesan hechos generadores
de derechos o relaciones jurídicas, de
conformidad con el Ar culo 195, nu-
meral 3 del C.P. Civil.
Cuando el demandado acepta las preten-
siones de la demanda o el demandante
las excepciones formuladas o se allana a
ellas, reconoce el derecho de la contra-
parte y renuncia a su discusión se configu-
ra una admisión7.
d) Los hechos sobre los que versa deben
ser favorables a la parte contraria. Ese
carácter desfavorable del hecho pue-
de aparecer en el proceso después de
la confesión y puede presentarse en la
confesión judicial, en los casos que la
ley le de tal categoría y lo tome de otro
proceso donde el confesante no haya
sido parte.
e) Debe versar sobre hechos persona-
les del confesante o sobre su conoci-
miento de hechos ajenos. Algunos au-
tores limitan la confesión a los hechos
personales, otros la ex enden a los
hechos conocidos por el confesante;
es decir, que se ene del hecho ajeno
y su aceptación ene el valor de con-
fesión, siempre que sea desfavorable a
dicha parte o favorable a la contraria8.
f) La declaración debe tener siempre una
significación probatoria. Devis Echan-
día, cita a Guasp que señala: “…la con-
fesión se caracteriza conceptualmente
porque las declaraciones que las par-
tes prestan enen una significación
probatoria…”9. Lo importante de esta
declaración es que ene significado
probatorio, el cual es posible de ser
valorado por el juez en el proceso, al
examinar y fijar los hechos del debate.
g) Debe ser consciente el problema de
la voluntariedad de la confesión y del
animas confitendi y sus diversos sig-
nificados. Tanto la doctrina como la
jurisprudencia y las dis ntas legisla-
ciones exigen este requisito, que toda
declaración sea consciente, sea de la
parte o de un tercero, es un requisito
indispensable de ella que el declarante
desee hacer tal manifestación de reco-
nocer tal hecho desfavorable y renun-
cie a su discusión.
h) Debe ser expresa y terminante. Este
requisito disipa las dudas acerca de
que la confesión se encuentre implí-
cita o se pueda deducir o inducir de
cualquier po de declaraciones orales
o escritas, que no permita dudas de la
declaración por lo que debe ser cierta
y terminante.
i) Capacidad jurídica del confesante.
Para hablar de capacidad jurídica, se
debe dis nguir la absoluta de la rela-
va, porque la primera impide que el
confesante sea consciente de cuanto
dice y hace, pero la segunda permite
cierto po de discernimiento del inca-
paz rela vo, teniendo valor de confe-
sión sus declaraciones orales y escri-
tas.
A guisa de Devis Echandía, “la incapacidad
rela va es requisito para la existencia de
la confesión, porque su falta implica in-
consciencia; la capacidad plena lo es úni-
camente para su validez y eficacia, porque
su falta no impide que el acto sea cons-
ciente, aunque generalmente lo vicia de
nulidad...”10.
j) Que la declaración no sea el resulta-

4. DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría General de 7. Ibídem, p. 558.

la Prueba Judicial, Tomo I, Quinta edición, Bogo- 5. Ibídem, p. 556. 8. Ibídem, p. 563.
tá, Colombia: Editorial Temis S.A., 2002, p. 555. 6. Ibídem, p. 557. 9. Ibíd., p. 564. 10. Ibídem, p. 584.

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do de métodos violentos o ar ficiales
que destruyan la voluntariedad del
acto. Devis Echandía se refiere a ella
como las declaraciones sobre hechos
perjudiciales a quien las hace, que se
obtengan con el uso de violencia o de
otros procedimiento que produzcan
un estado de inconsciencia temporal
y vicien la voluntad y libertad de elec-
ción, que son aparente confesión pero
sin llegar a tener tal calidad11.
k) Debe ser seria. Es decir, no hay confe-
sión en forma de broma, escusa o dis-
culpa simulada pues pierde su calidad
probatoria. Así lo señala expresamen-
te el Ar culo 195 del Código de Proce-
dimiento Civil12.
LA CONFESIÓN EN MATERIA TRIBUTARIA
Realizada la introducción conceptual de la
confesión en materia probatoria, se hace
necesario analizar cómo se determina la
confesión en sede del Derecho Tributario.
Cardozo Isaza se refiere a ella así:
“…En Derecho Tributario, el valor de la
confesión está determinado por lo dis-
puesto en el Ar culo 73 del Decreto
1651 de 196113, –el cual señala que lo
manifestado por escrito a las oficinas de
11. Ibídem, p. 586.
12. Ver Artículo 195 C.P. Civil.
13. “La manifestación que se hace mediante escrito
dirigido a las oficinas de impuestos por el contri-
buyente legalmente capaz, en el cual se informe
la existencia de un hecho físicamente posible que
perjudique al contribuyente, constituye plena
prueba contra este. Contra esta clase de confe-
sión solo es admisible la prueba de error o fuerza
sufridos por el confesante, dolo de un tercero, o
falsedad material del escrito contentivo de ella.”
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Álvaro Enrique Pérez Salinas
impuestos por el contribuyente capaz, re-
conociendo un hecho perjudicial, es plena
prueba contra este que solo admite tacha
por error, fuerza, dolo y falsedad–. Sin
embargo, consideramos que el carácter
de plena prueba debe ser apreciado en
relación con las demás pruebas, pues en
ningún caso puede reves r condición ex-
cluyente. Vale decir, que en lo tributario
debe admi rse como prueba la confesión,
siempre que no exista prueba que la des-
virtúe…”14
Al respecto, resulta oportuno comentar
que el Estatuto Tributario con ene expre-
samente normas que se refieren a la con-
fesión. Son los Ar culos 747, 748 y 749,
que son del siguiente tenor:
“…ARTÍCULO 747. HECHOS QUE SE CON-
SIDERAN CONFESADOS. La manifestación
que se hace mediante escrito dirigido a las
oficinas de impuestos por el contribuyen-
te legalmente capaz, en el cual se infor-
me la existencia de un hecho sicamente
posible que perjudique al contribuyente,
cons tuye plena prueba contra este.
Contra esta clase de confesión solo es ad-
misible la prueba de error o fuerza sufri-
dos por el confesante, dolo de un tercero,
o falsedad material del escrito conten vo
de ella.
ARTÍCULO 748. CONFESIÓN FICTA O PRE-
14. CARDOZO ISAZA, Jorge. Pruebas Judiciales, Parte
General, declaración de parte, juramento, testi-
monio de terceros. Documentos, prueba pericial,
inspección judicial, prueba circunstancial. Quin-
ta edición, Bogotá, Colombia: Librería Jurídica
Wilches, 1985, p. 154.
LA CONFESIÓN COMO MEDIO DE PRUEBA EN EL DERECHO TRIBUTARIO FRENTE AL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL DE 1991
SUNTA. Cuando a un contribuyente se le
ha requerido verbalmente o por escrito
dirigido a su úl ma dirección informada,
para que responda si es cierto o no un de-
terminado hecho, se tendrá como verda-
dero si el contribuyente da una respuesta
evasiva o se contradice.
Si el contribuyente no responde al reque-
rimiento escrito, para que pueda conside-
rarse confesado el hecho, deberá citársele
por una sola vez, a lo menos, mediante
aviso publicado en un periódico de sufi-
ciente circulación.
La confesión de que trata este ar culo
admite prueba en contrario y puede ser
desvirtuada por el contribuyente demos-
trando cambio de dirección o error al in-
formarlo. En este caso no es suficiente la
prueba de tes gos, salvo que exista un
indicio por escrito.
ARTÍCULO 749. INDIVISIBILIDAD DE LA
CONFESIÓN. La confesión es indivisible
cuando la afirmación de ser cierto un he-
cho va acompañada de la expresión de
circunstancias lógicamente inseparables
de él, como cuando se afirma haber reci-
bido un ingreso pero en cuan a inferior, o
en una moneda o especie determinadas.
Pero cuando la afirmación va acompaña-
da de la expresión de circunstancias que
cons tuyen hechos dis ntos, aunque
tengan ín ma relación con el confesado,
como cuando afirma haber recibido, pero
a nombre de un tercero, o haber vendido
bienes pero con un determinado costo o
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27
expensa, el contribuyente debe probar ta-
les circunstancias…15.
El Ar culo 73 del Decreto 1651 de 1961
es reproducido en el Ar culo 747 transcri-
to; el Ar culo 748 plantea una presunción
de confesión en el evento que el contri-
buyente no responda, dé una respues-
ta evasiva o se contradiga. En el caso de
falta de respuesta, la norma no plantea
nada relacionado con el agotamiento del
procedimiento para que el contribuyente
sea personalmente enterado del requeri-
miento tanto verbal como escrito y pone
en tela de juicio que pueda probarlo tes -
monialmente, salvo una citación por aviso
publicado en un periódico de suficiente
circulación. El Ar culo 749 referente a su
indivisibilidad indica que cuando se afir-
ma un hecho tributario como cierto y se
acompaña de circunstancias inseparables
de él –no explica cuáles son– se presume
no es divisible la confesión, y a contrario
sensu cuando el contribuyente afirma he-
chos dis ntos de ín ma relación con los
confesados, debe probarlos.
LA CONFESIÓN EN EL MARCO DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1991
DERECHO A LA NO AUTOINCRIMINACIÓN
El Ar culo 33 de la Cons tución Polí ca
prohíbe obligar legalmente a toda perso-
na para que declare contra sí misma –rea-
lice una confesión– o contra sus parientes
dentro del cuarto grado de consanguini-
15. Arts. 747, 748 y 749 Estatuto Tributario.
28
dad, segundo de afinidad o primero civil16.
Se trata nada más ni nada menos que de
un derecho fundamental que norma va,
jurisprudencial y doctrinalmente se cono-
ce como el derecho de no autoincrimina-
ción.
De la lectura integral al canon cons tu-
cional, se desprende que nadie puede
bajo presión autoincriminarse y aunque la
norma no lo indique expresamente, esta
prohibición opera dentro de todo po de
proceso en cualquier especialidad o juris-
dicción, incluida la tributaria.
Al respecto, se refiere la doctrina de la si-
guiente manera:
“…El derecho a no declarar contra sí
mismo entra al núcleo de derechos in-
tegrantes de la legí ma defensa del in-
criminado. Esta facultad la ene tanto el
comprome do en una situación de carác-
ter penal, como el que se ve incurso en
una contravención administra va.
Al inculpado, en una u otra condición, le
asiste la opción de no exteriorizar su vo-
luntad autoincriminatoria en forma que
nadie puede obligarlo a confesarse culpa-
ble, en contrariedad con el derecho a la
presunción de inocencia…”17.
16. ARTÍCULO 33. Nadie podrá ser obligado a decla-
rar contra sí mismo o contra su cónyuge, compa-
ñero permanente o parientes dentro del cuarto
grado de consanguinidad, segundo de afinidad
o primero civil. Constitución Política de Colombia
con todos los valores agregados. Jurisprudencia,
Doctrina y Comentarios, Bogotá: Editorial Legis,
junio 2009-2010, p. 133.
17. OSSA ARBELÁEZ, Jaime. Derecho Administrativo
Sancionador. Una aproximación dogmática. Se-
gunda edición. Editorial Legis, 2009, p. 247.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
Álvaro Enrique Pérez Salinas
De lo anterior, puede colegirse que aun-
que el derecho a no autoincriminación es
una garan a de índole fundamental cons-
tucional, con amplio desarrollo dentro
de la órbita del Derecho Penal, se hace ex-
tensiva también a las sanciones de índole
administra va como las originadas por
controversias tributarias, es decir, tal de-
recho resulta aplicable en este campo del
Derecho. El mismo tratadista que en inicio
propone la defensa cons tucional de este
derecho en materia administra va, ofrece
simultáneamente una posición totalmen-
te contradictoria cuando afirma:
“La doctrina ha encontrado que en los
casos de la declaración tributaria y en las
pruebas de alcoholemia no se vulnera
este principio cons tucional pues, en el
primero es deber de los contribuyentes la
de presentar su denuncio ren s co dados
los fines que él representa para la estabi-
lidad económica del erario, a más de que
se trata de una obligación impuesta por
el Estado, obligación que debe cumplir
dentro de los términos establecidos con el
aportamiento de los documentos o decla-
raciones que exige la ley.”
“Los documentos contables son elemen-
tos acredita vos de la situación econó-
mica y financiera del contribuyente, si-
tuación que es preciso exhibir para hacer
posible el cumplimiento de la obligación
tributaria y su posterior inspección, sin
que pueda considerarse la aportación y
exhibición de esos documentos contables
como una colaboración equiparable a la
“declaración” comprendida en el ámbito
LA CONFESIÓN COMO MEDIO DE PRUEBA EN EL DERECHO TRIBUTARIO FRENTE AL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL DE 1991
de los derechos proclamados en los Ar-
culos (...) 24.2 de la Cons tución.”18
Esta posición doctrinaria viene a ser radi-
calmente revaluada por la Corte Cons tu-
cional, entre otras decisiones en Senten-
cia C-258/11, donde se resalta:
Sobre el ámbito de aplicación de la ga-
ran a de no autoincriminación, la juris-
prudencia de la Corte, inicialmente, había
señalado que su contenido “solo debe ser
aplicado en los asuntos criminales, correc-
cionales y de policía”, pero con posterio-
ridad puntualizó que tal principio, en los
términos textuales de la regla cons tu-
cional, reviste una amplitud mayor, pues
esta no restringe la vigencia del mismo a
determinados asuntos, por lo que cabe su
exigencia en todos los ámbitos de la ac-
tuación de las personas, ya que se orienta
a proteger a las personas frente a la ac vi-
dad sancionatoria del Estado19.
En el mismo fallo cita la Sentencia C-422
de 2002, donde plantea que:
“…el derecho-deber de par cipación com-
porta para los ciudadanos la obligación de
atender los requerimientos de las auto-
ridades que en desarrollo de sus tareas,
necesariamente ligadas al interés gene-
ral, les soliciten la información anotada.
El Legislador en el marco de su potestad
de configuración estableció en la norma
en estudio un mecanismo para constreñir
18. Ibídem, p. 248.
19. Sentencia C-258/11, Referencia: Expediente
D-8244, Magistrado Ponente GABRIEL EDUAR-
DO MENDOZA MARTELO, 6 de abril de 2011.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
29
al cumplimiento de dicha obligación por
parte de los ciudadanos. Empero en armo-
nía con lo ya expresado acerca del amplio
ámbito de proyección de la protección
establecida en el Ar culo 33 de la Cons -
tución, se debe precisar que en todo caso
el deber de información de los ciudadanos
halla límite en la garan a cons tucional,
de manera tal que en la medida en que
el cumplimiento de aquel pueda implicar
autoincriminación el requerido podrá legí-
mamente abstenerse…”20
Con la anterior colación jurisprudencial,
se deduce que inicialmente los fallos de
la Corte permi an aplicar dicho principio
cons tucional únicamente a los procesos
penales, policivos, correccionales y disci-
plinarios. No obstante, con el cambio de
la línea jurisprudencial se hizo extensivo
a todo po de proceso judicial o adminis-
tra vo, que a nuestro juicio no excluye el
procedimiento tributario, por aplicación
del principio de igualdad contenido en el
Ar culo 13 de la Carta Polí ca.
LA CONFESIÓN EN MATERIA TRIBUTARIA
Y LOS DERECHOS Y GARANTÍAS CONSTI-
TUCIONALES
Visto el tratamiento tanto doctrinal como
jurisprudencial de la confesión, se hace
necesario entrar a reseñar los conceptos
de juristas sobre los derechos que hacen
parte del debido proceso y del derecho
de defensa, como son el de presunción de
inocencia, el de in dubio pro reo y el tema
de la prohibición a las sanciones de plano.
20. Ibídem.
30
DERECHO DE PRESUNCIÓN DE INOCEN-
CIA
Está contenido en el Ar culo 29 de la
Cons tución Polí ca de Colombia21. Aun-
que es disposición de origen cons tucio-
nal, ene su mayor desarrollo al interior
del proceso penal y según la Corte, es una
de las bases más fuertes sobre la cual se
soportan el Estado de Derecho y la demo-
cracia moderna. Respecto a esta garan a
en materia administra va, Ossa Arbeláez
se ha referido así:
“…El principio de mantener la presunción
de inocencia hasta tanto la administración
demuestre la comisión de una infracción
imputable al encartado, cons tuye otro
postulado eje del derecho administra vo
sancionatorio. El derecho a la presunción
de inocencia, recogido en el Ar culo 29
de la Carta Polí ca, es un derecho sub-
je vo fundamental del cual es tular el
sujeto pasivo de cualquier procedimien-
to sancionador. Se trata, como dicen los
administra vistas, de una verdad interina
o provisional que solo adquiere rango de-
fini vo cuando las pruebas recogidas no
logren desvirtuarla, según declaración de
la resolución…”22
Consideramos que en efecto, el Derecho
Tributario como ver ente del Derecho
21. Toda persona se presume inocente mientras no
se la haya declarado judicialmente culpable.
Constitución Política de Colombia con todos los
valores agregados. Jurisprudencia, Doctrina y
Comentarios. Bogotá: Editorial Legis, junio 2009-
2010, p. 121.
22. OSSA ARBELÁEZ, Jaime. Derecho Administrativo
Sancionador. Una aproximación dogmática. Se-
gunda edición. Editorial Legis, 2009, p. 250.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
Álvaro Enrique Pérez Salinas
Administra vo donde se imponen sancio-
nes a los contribuyentes, no está exenta
de ser regida por este principio y derecho
cons tucional de índole fundamental,
porque se repite, cualquier persona –in-
cluida quien paga impuestos asume el rol
de sujeto pasivo del procedimiento san-
cionatorio de la en dad recaudadora del
Estado– y por tanto es tular de ese de-
recho.
Sostener lo contrario y conforme a la pau-
ta doctrinal señalada por Ossa Arbeláez,
sería a nuestro criterio un claro desco-
nocimiento de un derecho cons tucional
ampliamente reconocido por la legisla-
ción internacional en tratados de dere-
chos humanos aceptados por el Gobierno
Nacional, conferirle patente de corso al
Estado para que imponga a sus asociados
una carga que no deben soportar, por
cuanto menoscaba de una forma grosera
y flagrante los derechos de la persona. Y,
antepone la posición dominante y venta-
josa del Estado al contribuyente, quien
termina afectado por las decisiones tribu-
tarias con nte de índole polí co ampara-
das en la necesidad de esos recursos para
el funcionamiento del aparato estatal y de
la economía, por encima de las garan as
cons tucionales.
Toda vez que la presunción de inocencia
supone que la carga de la prueba corres-
ponde en este caso al Estado, a través de
la en dad que cobra los impuestos, no
es viable que sea el contribuyente quien
deba demostrar que no debe los tributos.
Sería ocioso e incluso materia de otra pro-
funda inves gación, reseñar la abundan-
LA CONFESIÓN COMO MEDIO DE PRUEBA EN EL DERECHO TRIBUTARIO FRENTE AL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL DE 1991
te producción jurisprudencial de la Corte
Cons tucional en relación con el derecho
de presunción de inocencia, una de las
más claras manifestaciones de los dere-
chos de defensa y al debido proceso. Sin
embargo, uno de los aspectos más rele-
vantes en este asunto, radica en que se-
gún criterio del alto tribunal este principio
debe ser desvirtuado, cuando enseña:
“…La presunción de inocencia ene que ser
desvirtuada como requisito indispensable
para que se haga posible la imposición de
penas o de sanciones. Es imprescindible
esa garan a en orden a preservar otros
derechos fundamentales…”23
Asumiendo idén ca postura dialéc ca, la
Corte sigue sosteniendo:
“En este orden de ideas, con la con-
sagración de la presunción de inocencia
como derecho fundamental cons tucional
extensivo a toda disciplina sancionadora
se busca vincular a las autoridades que,
en ejercicio de sus funciones, impongan
sanciones de cualquier índole…”24
El ilustre tratadista reitera el alcance de
tan sagrado precepto cons tucional,
cuando lo recrea conceptualmente:
“La presunción de inocencia es aplicable
más allá del proceso penal para el que, en
principio fue concebida, a todo acto del
23. Ibídem, p. 251, cita Sentencia T-500 de 12 de
agosto de 1992, Magistrado Ponente JOSÉ GRE-
GORIO HERNÁNDEZ.
24. Ibídem, p. 251, cita Sentencia T-581 de 11 de
noviembre de 1992, Magistrado Ponente CIRO
ANGARITA BARÓN.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
31
poder público, sea administra vo o judi-
cial, mediante el cual se cas ga una con-
ducta de las personas, definida en la ley
como infractora del ordenamiento jurídi-
co, desplegando también sus efectos pro-
tectores en el orden administra vo dis-
ciplinario, cons tuyendo una presunción
juris tantum que garan za el derecho a no
sufrir pena o sanción que no tenga funda-
mento en una previa ac vidad probatoria,
sobre la cual el órgano competente pue-
da fundamentar un juicio razonable de
culpabilidad.”25
PRINCIPIO DE IN DUBIO PRO REO
Pese a estar ín mamente ligado con el
principio de presunción de inocencia, el
principio de in dubio pro reo –toda duda
debe resolverse a favor del procesado–.
En materia de Derecho Administra vo
Tributario toda duda ha de absolverse
a favor del sancionado, el cual también
viene inmerso dentro del postulado cons-
tucional del Ar culo 29. Este tema lo ma-
neja con absoluta precisión Ossa Arbeláez
cuando postula:
El in dubio pro reo es un principio de ori-
gen penal que se ha implantado también
al Derecho Sancionatorio de la adminis-
tración sin ningún género de límites26.
Luego entonces, en el expediente admi-
nistra vo sancionatorio que construye
la en dad estatal recaudadora se debe
aplicar en su plenitud este derecho y si
25. Ibíd., p. 252.
26. Ibíd., p. 253.
32
no llegaren a exis r elementos de juicio
suficientes para imponer sanción, nace la
duda razonable a favor del contribuyente
y este no puede ser sancionado.
DEBIDO PROCESO ADMINISTRATIVO
Desarrollado el debido proceso en rela-
ción con el principio de presunción de
inocencia y el del in dubio pro reo, resulta
clave para el tema objeto de estudio, exa-
minar lo concerniente al debido proceso
en materia administra va. Es indispensa-
ble destacar la referencia jurisprudencial
correspondiente de la siguiente manera:
“…El debido proceso administra vo ene
por objeto garan zar a través de la eva-
luación de las autoridades administra vas
competentes y de los tribunales conten-
ciosos, si los actos proferidos por la ad-
ministración, se ajustan al ordenamiento
jurídico legal previamente establecido
para ellos, con el fin de tutelar la regula-
ridad jurídica y afianzar la credibilidad de
las ins tuciones del Estado, ante la propia
organización y los asociados y asegurar los
derechos de los gobernantes…”27
Tal como puede adver rse de la anterior
colación, el debido proceso administra -
vo no es excluyente, puesto que al mismo
se incorporan los funcionarios administra-
vos estatales en todas sus dimensiones,
incluida la función tributaria. Su cobertu-
ra se ex ende a toda la administración
pública. El mismo tratadista delimita los
27. OSSA ARBELÁEZ. Derecho Administrativo Sancio-
nador. Una aproximación dogmática. Segunda
edición. Editorial Legis, 2009, p. 239.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
Álvaro Enrique Pérez Salinas
estadios donde opera y se refiere a la for-
mación de la decisión o el procedimiento
administra vo, a la impugnación de la
decisión mediante el ejercicio de los re-
cursos per nentes y a la no ficación o
publicación de esa determinación. En Co-
lombia se manifiestan en diferentes ámbi-
tos, a manera de ejemplo el Ar culo 369
de la Cons tución Polí ca28 respecto a la
Ley 142 de 1994, en materia de servicios
públicos domiciliarios.
DERECHO DE DEFENSA
Si bien la literatura doctrinal y jurispru-
dencial es abundante, se precisan algu-
nos apartes del derecho de defensa en
materia administra va y tributaria de la
siguiente forma:
“…El derecho de defensa preside todo el
esquema sancionatorio de la administra-
ción pública y cons tuye un axioma jurí-
dico que se levanta, en primera línea, en
todos los estadios del universo jurídico.
Encierra el derecho de defensa un princi-
pio de é ca jurídica, de moralidad públi-
ca, de buen comportamiento de la admi-
nistración, de elemental respeto por los
asociados, de ecuanimidad y de jus cia. El
28. ARTÍCULO 369. La ley determinará los deberes
y derechos de los usuarios, el régimen de su
protección y sus formas de participación en la
gestión y fiscalización de las empresas estatales
que presten el servicio. Igualmente definirá la
participación de los municipios o de sus repre-
sentantes, en las entidades y empresas que les
presten servicios públicos domiciliarios. Consti-
tución Política de Colombia con todos los valores
agregados. Jurisprudencia, Doctrina y Comen-
tarios. Bogotá: Editorial Legis, junio 2009-2010,
pp. 742-743.
LA CONFESIÓN COMO MEDIO DE PRUEBA EN EL DERECHO TRIBUTARIO FRENTE AL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL DE 1991
cons tucionalismo moderno lo consagra
en sus ordenamientos fundamentales y a
él acude el ciudadano cuando se ve inmer-
so en la ac vidad puni va del Estado. Es
de una elementalidad tal su observancia
que no se concibe ningún estatuto sancio-
natorio, por simple que parezca, sin que
se ofrezcan en él las técnicas que hagan
efec vo el derecho a su ejercicio real…”29
Tal postulado doctrinal, llevado al caso del
Derecho Tributario, revela que las sancio-
nes tributarias no actúan insularmente
como manifestación estatal de la admi-
nistración pública. Al interior de su proce-
dimiento y en desarrollo de los principios
que rigen el funcionamiento del Estado,
el derecho de defensa debe ser amplia-
mente promulgado y debe ser ejercitado
en forma real, de no ser así implica una
clara violación a esa garan a y derecho de
raigambre cons tucional.
PRINCIPIO DE PROHIBICIÓN A LAS SAN-
CIONES DE PLANO
El argumento final, referido específica-
mente al tema inves gado, habla del
principio que prohíbe emplear de plano
sanciones, aplicable autónomamente en
el derecho tributario. Ossa Arbeláez nos
señala:
El tema de las sanciones de plano debería
cons tuir un estudio superado hace mu-
cho empo, pues el avance de los contro-
les administra vos, sumado a la estructu-
ra cons tucional moderna que proscribe
29. Ibídem, p. 242.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
33
cualquier asomo de arbitrariedad y aún
el acatamiento mismo al debido proceso,
representan suficientes barreras jurídicas
para detener semejante obrar guberna-
mental. Se asoman aún curiosas condenas
administra vas proferidas por los entes
estatales que creen que el dictado de sus
agentes representa un dogma y que las
medidas puni vas que pronuncian, sin
que el encartado tenga oportunidad de
controver rlas, son verdades inconcusas
que no requieren procedimiento alguno
ya que este resulta superfluo y absoluta-
mente innecesario ante la presunta evi-
dencia del hecho o acto que se cas ga30.
El tratadista hace pensar que en la admi-
nistración pública la imposición de sanción
de plano cons tuye un criterio revaluado.
Pero realmente no es así. En Colombia, en
empos modernos, donde se pregona el
Estado de Derecho y las garan as indivi-
duales del ciudadano, se advierte que, con
la aplicación en materia tributaria del Ar-
culo 748 del Estatuto Tributario, lo que
se predica como confesión presunta, hace
un verdadero homenaje a esta cues ona-
ble prác ca anquilosada en el ostracismo,
donde el Estado, a través de la Dirección
de Impuestos y Aduanas Nacionales, prác-
camente impone una condena an cipa-
da al contribuyente, puesto que, el ad-
ministrado es compelido a confesar (Art.
748. Estatuto Tributario) o se en ende
confeso, sin que tenga oportunidad algu-
na de reba r por medio probatorio válido
lo decidido por la administración de im-
puestos con fundamento en el citado Ar-
30. Ibídem, p. 256.
34
culo, porque la en dad gubernamental
da por probado un hecho que no ha sido
debidamente some do a contradicción
probatoria y si exis era sería inane. Pues,
las directrices del Ministerio de Hacienda
y la en dad recaudadora que los repre-
sentan, son un verdadero dogma propio
de empos inquisitoriales o de las Cruza-
das, por cuanto el fin perseguido por el
fisco estatal es el pago del tributo a toda
costa, por encima de derechos y princi-
pios cons tucionalmente consagrados en
la Norma de Normas, por razones de polí-
ca económica y fiscal, necesarias para el
funcionamiento del aparataje estatal.
Es una forma burda y grotesca de la ad-
ministración estatal representada por
el recaudador tributario, de presumir la
confesión por el silencio del asociado,
resultando entonces, como plena prueba
en contra del contribuyente, cuando real-
mente no se ha vencido al inculpado. De
tal manera que se haga merecedor de una
sanción que condena al contribuyente al
pago de pena pecuniaria que no ha podi-
do ser deba da legalmente, mediante el
empleo de los mecanismos de defensa vá-
lidamente sustentados en la Cons tución.
He aquí donde Ossa Arbeláez, interpone
la cortapisa legal para que el administrado
responda a la administración ante protu-
berante atropello de orden legal:
“...Carece de respaldo cons tucional la
imposición de sanciones administra vas
de plano con fundamento en la compro-
bación obje va de una conducta ilegal, en
razón del desconocimiento que ello im-
plica de los principios de contradicción y
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
Álvaro Enrique Pérez Salinas
de presunción de inocencia, los cuales ha-
cen parte del núcleo esencial del Derecho
al debido proceso… En idén co sen do
aparecen los fallos C-599/92, T-582/93,
C-166/95 de la Corte Cons tucional.”31
Quiere decir lo anterior, que a la luz de la
doctrina y la jurisprudencia cons tucio-
nal, queda proscrita toda forma de san-
ción administra va, incluida la tributaria,
que se aplique sin la observancia de los
postulados cons tucionales del principio
de contradicción, del derecho de defensa,
de presunción de inocencia y a la no au-
toincriminación, el cual se desconoce de
bulto cuando se ene como plena prueba
la declaración presunta por el silencio del
contribuyente, sin darle oportunidad de
controversia.
Desconocimiento del Principio
Insiste nuevamente nuestro tratadista de
referencia, en la dura crí ca hacia la admi-
nistración pública nacional, cuando indica
que:
“…existen agencias gubernamentales que
dejan de lado tales derroteros e introdu-
cen en su doctrina las abusivas sanciones
de plano sin el más mínimo asomo de es-
crúpulos. La Superintendencia Bancaria
de la época expidió numerosos actos ad-
ministra vos sancionatorios contra en -
dades bancarias por defectos de encaje y
sin que estas hubieran tenido oportunidad
de intervenir en la etapa de formación del
acto. Se imponía, por consiguiente, una
sanción de plano… Esta conducta, franca-
31. Ibídem, p. 257.
LA CONFESIÓN COMO MEDIO DE PRUEBA EN EL DERECHO TRIBUTARIO FRENTE AL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL DE 1991
mente transgresora del derecho subje vo
al procedimiento, fue desafortunadamen-
te avalada por el Consejo de Estado que
no prestó ni ha prestado atención a los nu-
merosos argumentos esgrimidos con el fin
de lograr la declaratoria jurisdiccional de
nulidad de tales actos administra vos…”32
Con el caso puesto de presente, se ad-
vierte, que si tal sanción fue impuesta a
las en dades bancarias que representan
el poderoso capital financiero del país,
donde una de nuestras más altas Cortes a
través de su decisión dio patente de corso
para que se come era el abuso por parte
de la Superintendencia, nos preguntamos
qué esperanzas enen nuestros indefen-
sos contribuyentes tributarios, trátese
de personas naturales o jurídicas, frente
a la al sima posición dominante y abusi-
vo poderío estatal que detenta la DIAN,
como en dad recaudadora de impues-
tos, recursos con los cuales se financia el
funcionamiento de la economía y de la
ac vidad estatal. El panorama es aciago e
incierto, sin importar que el ordenamien-
to superior ofrezca medios idóneos de
defensa, que como se ha visto, han sido
desconocidos por las mismas ins tucio-
nes del Estado, supuestamente diseñadas
para la defensa de la ins tucionalidad, la
democracia y el orden jurídico. Sin dejar
de lado, la costumbre de una imposi va
reforma tributaria anual que ahoga mu-
cho más el ya cas gado presupuesto del
individuo nacional y reprime la creación
de empresas para el mejoramiento de las
condiciones de vida de los colombianos.
32. Ibídem, pp. 258-259.
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 21-36
35
Se puede evidenciar de la lectura hecha a
los requisitos de la confesión en materia
probatoria desarrollados al principio de
este documento, donde citamos la tesis
doctrinal del maestro Devis Echandía, una
vez confrontado el contenido legal de los
Ar culos 747, 748 y 749 del Estatuto Tri-
butario, se concluye que la confesión ficta
o presunta allí descrita se aparta tajante-
mente de las exigencias que en materia
probatoria plantea el tratadista comen-
tado. No reúne de la forma como viene
concebida por el legislador ninguna de las
condiciones o exigencias para que ella re-
sulte válida, por tanto, es imprescindible
en el seno del órgano legisla vo colom-
biano, diseñar una verdadera reforma al
Estatuto Tributario, la cual lleve inmerso,
antes que una pesada carga imposi va
que desmejore las condiciones de vida de
los colombianos, un plexo de normas en
materia de impuestos que represente ver-
daderamente los fines de convivencia pa-
cífica y respeto por el Estado de Derecho
y los derechos del administrado contribu-
yente, persona natural o jurídica –inclui-
dos el de defensa, al debido proceso, de
presunción de inocencia, a la no autoincri-
minación, derecho a la contradicción pro-
batoria e in dubio pro reo– los cuales son
bases fundamentales, principio inspirador
y valor fundante de la sociedad moderna
democrá ca surgida por el cons tuyen-
te primario en la Carta Cons tucional de
1991.
CONCLUSIONES
La confesión es una declaración de volun-
tad hecha por una persona, cuyo conte-
36
nido puede resultarle desfavorable. Sin
embargo los Ar culos 29 y 33 de la Cons-
tución Polí ca consagran a toda persona
los derechos de defensa, al debido proce-
so, de presunción de inocencia, no auto-
incriminación e in dubio pro reo, que son
de raigambre cons tucional y deben ser
respetados por la administración en la im-
posición de sanciones tributarias.
De la forma que viene diseñada la con-
fesión presunta en materia tributaria, se
impone al contribuyente una sanción de
plano que se aparta del ordenamiento
cons tucional, por tanto se hace inapla-
zable una reforma tributaria integral que
revalúe el régimen probatorio tributario
atemperándolo con el marco cons tu-
cional contenido en la Carta Superior de
1991.
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DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría Gene-
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HENAO CARRASQUILLA, Óscar Eduardo.
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OSSA ARBELÁEZ, Jaime. Derecho Adminis-
traƟvo Sancionador. Una aproximación
dogmáƟca. Segunda edición. Editorial Le-
gis, 2009.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS Y CONTROVERSIAS
TÍPICAS CON LOS USUARIOS EN COLOMBIA
RESUMEN
El presente ar culo hace referencia a los Servicios Públicos Domiciliarios y las con-
troversias picas presentadas cuando esos entes prestadores de servicios vulneran
los derechos fundamentales establecidos en la Cons tución Polí ca de Colombia,
generándose controversias picas con los usuarios en Colombia; se plantea la ne-
cesidad de agotar la vía guberna va, antes de acudir a la Jurisdicción Contenciosa
Administra va.
Así mismo, dar a conocer los mecanismos de defensa que la Cons tución, las leyes
y decretos, le otorgan a nuestros ciudadanos colombianos cuando se den contro-
versias picas para hacer valer sus derechos fundamentales, contra la expedición
de actos administra vos de las En dades Prestadoras de Servicios Públicos Domi-
ciliarios en Colombia.
La vía guberna va en vista de ser una expresión más del derecho de pe ción, es
por regla general la vía que debe ser agotada antes de acudir a la jurisdicción con-
tencioso administra va contra la En dad Prestadora del Servicio Público Domici-
liario.
Por lo anterior, se desarrollará el contexto de inves gación en los temas que le
compete a los Servicios Públicos Domiciliarios en Colombia, con relación en la
Cons tución Polí ca de Colombia, leyes, decretos y mecanismos de defensa con
que cuenta el ciudadano colombiano ante la vulneración de sus derechos funda-
mentales.
Palabras clave: Servicios Públicos Domiciliarios, Controversias picas, Cons tución
Polí ca de Colombia, Mecanismo de defensa, Leyes, Decretos, Vía guberna va,
Derechos fundamentales.
Recibido: Julio 26 de 2011 Aprobado: Noviembre 10 de 2011
* Abogado, Especialista en Derecho AdministraƟvo de la Uni-
versidad Libre Seccional Barranquilla.
juanarrauth@gmail.com
Revista ACADEMIA LIBRE, Universidad Libre - Barranquilla, Año 8, No. 9, 2011, 37-49