La peor estupidez emocional es confundir el verbo “gustar” con el verbo
“amar”. Muchísimas personas entregan fácilmente sus besos (e incluso sus cuerpos) a la persona que “les gusta”, en lugar de esperar a la persona “idónea” para sus vidas. Hemos puesto la apariencia física a un nivel por encima del amor y eso ha devastado nuestro corazón, y aun peor, entorpecido nuestra inteligencia emocional. Debes comprender una profunda realidad: a lo largo de tu vida te van a gustar muchísimas personas, demasiadas; es por eso que pretender “enamorarte” de la apariencia física de alguien, no tiene un destino feliz; porque cada día de tu vida podrá gustarte alguien diferente, y tendrás entonces el deseo de cambiar continuamente de pareja, hasta terminar desgastado, débil y confundido emocionalmente.
Entrega tus besos a quien te ame más de lo que te desee. El deseo se
acaba, pero el amor verdadero nunca se acaba, porque no proviene de nosotros sino de Aquel que nos amó primero (1Juan 4:10).
La frustración emocional que existe en el siglo 21 es precisamente porque
las personas ya no están esperando a su pareja idónea. En el Plan Divino nacimos para encontrar y unirnos a nuestra pareja idónea como “inexpertos emocionalmente” y de lograr el éxito al hacerlo así. La “experiencia emocional” de mucha gente solo los está dejando desgastados, temerosos, frustrados y sin amor real en sus relaciones. No desperdicies tu corazón y cuerpo con cualquiera, ni mucho menos la oportunidad de vivir el beso perfecto, sé inteligente y espera a la persona con la que te sientas cómodo, te guste y con aquella con la que puedan proyectarse al matrimonio.
El beso perfecto solo lo experimentarás uniendo tus labios a los de tu pareja
idónea. Tu Pareja Idónea NO la reconocerás por “sentir mariposas en el vientre”, ni “por su bella apariencia física”, ni mucho menos por “lo excitado(a) que te pones cuando estas con ella (el)”.
Modificado del artículo del pastor Alejandro Rivas.