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UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA Y CIENCIAS DE LA

SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA HUMANA

TITULO:

CREENCIAS ACERCA DE LAS RELACIONES DE PAREJA EN

ESTUDIANTES DE UNA UNIVERSIDAD DE HUANCAYO, 2017

PLAN DE TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO PROFESIONAL DE

LICENCIADO EN PSICOLOGÍA HUMANA

AUTOR:

CINTHYA OSORIO

HUANCAYO – PERÚ, 2017


INDICE

CAPÍTULO I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1. Descripción de la realidad problemática

Uno de los problemas más fuertes que enfrenta la sociedad, es la violencia

de género. La Organización Mundial de la Salud (2016) considera que la

violencia contra la mujer- especialmente la ejercida por su pareja y la violencia

sexual- constituyen un grave problema de salud pública y una violación de los

derechos humanos de las mujeres.

Las cifras de violencia de género son alarmantes, pese a los esfuerzos que los

gobiernos vienen realizando a través de políticas de protección hacía la mujer,

el problema de la violencia tiene raíces muy profundas y arraigadas en la cultura.

Las cifras mundiales indican que el 35% de las mujeres, en el mundo, han sufrido

violencia física y/o sexual de pareja o de terceros en algún momento de su vida.

El 30% de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber

sufrido una forma de violencia por parte de su pareja en algún momento de su

vida. Y es más alarmante aún, que el 38% de los asesinatos de mujeres que se

producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina Centro de Prensa,

2016) http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs239/es/. Noviembre 2016

Si nos referimos al Perú, la situación no es mejor. Solo el año pasado


hubo 117 feminicidios y 241 tentativas de feminicidio, el Ministerio de la

Mujer registró 60,589 casos de violencia física y psicológica contra mujeres y se

contabilizaron 7,488 víctimas de violencia sexual señaló Mariela Sausa (2017).

(Sausa Mariela, Perú sin avances concretos en políticas de igualdad de género. (USI) Perú 21

http://peru21.pe/actualidad/peru-sin-avances-concretos-politicas-igualdad-genero-

2269074).

La OMS (2016) afirma que estas formas de violencia pueden afectar negativamente

a salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres y aumentar la

vulnerabilidad al VIH. Refiere también que entre los factores de cometer actos

violentos está el bajo nivel de instrucción, el maltrato infantil, el abuso de consumo

de alcohol, la desigualdad de género e igualmente, entre los factores asociados a

un mayor riesgo de ser víctima de la pareja figura un bajo nivel e instrucción, el hecho

de haber estado expuesto a escenas de violentas entre los progenitores, el maltrato

durante la infancia y en ambos casos, las actitudes de aceptación hacia la violencia

y desigualdades de género.

 .

Las creencias y actitudes más tolerantes hacia la violencia contra las mujeres en la

pareja constituyen uno de los factores de riesgo socioculturales para la ocurrencia

de esta forma de maltrato y como tal están presentes en muchos de los modelos

multicausales para explicarlo que se barajan actualmente (Heise, 1998 UNICEF,

2015). Los predictores más importantes de estas creencias y actitudes son el género

y las actitudes de rol de género (Berkel, Vandiver y Bahner, 2004). Así, por una

parte, la mayoría de investigaciones sobre el tema señalan el efecto del género.

Concretamente, se observa una mayor tendencia de los varones a culpar a las


mujeres víctimas por la violencia sufrida y de las mujeres a atribuir la

responsabilidad de los acontecimientos al maltratador y a considerar los incidentes

violentos como más graves (Locke y Richman, 1999). Igualmente, los varones

tienden a aprobar el uso de la violencia contra sus parejas (Markowitz, 2001) y a

mostrarse de acuerdo con la existencia de privilegios masculinos (Yoshioka, DiNoia

y Ullah, 2001) en mayor medida que las mujeres. Resultados similares sobre este

efecto del género han sido detectados en estudios de opinión como el

Eurobarómetro «La opinión de los/as europeos/as sobre la violencia doméstica de

la que son víctimas las mujeres». En España, aunque los barómetros del Centro de

Investigaciones Sociológicas incluyen preguntas sobre esta forma de violencia

desde 2001, los informes de resultados disponibles no están desagregados por

género. Este efecto ha sido detectado también en población adolescente. Así, por

ejemplo, Díaz-Aguado (2003) observó una población adolescente que eran muchas

más las chicas que rechazaban el uso de la violencia en cualquier circunstancia y

muchos más los chicos que lo justificaban, y entre un 10 y un 15% de los chicos

entrevistados consideró que la víctima de la violencia es en parte culpable de la

situación que sufre. Por lo que se refiere a las actitudes de rol de género, entendidas

como las creencias sobre qué roles son apropiados para hombres y mujeres, se ha

observado que las creencias sobre los roles tradicionales, sobre la subordinación

de las mujeres a los varones, sobre la restricción de los derechos de las mujeres y

en apoyo a la dominación masculina están relacionadas con la tendencia a

culpabilizar a la víctima, a legitimar las actitudes y comportamientos de los

maltratadores y a sostener mitos sobre la violencia de género (Berkel et al, 2004).

En esta línea, Yanes y González (2000) observaron que los/as adolescentes con
creencias más tradicionales sobre el papel social y familiar de las mujeres

atribuyeron más responsabilidad a los personajes femeninos en los conflictos de

pareja que aquellos/as con una visión menos tradicional sobre los roles. En cambio,

no observaron diferencias en cuanto a otros aspectos de estos conflictos como la

percepción de frecuencia o gravedad o la responsabilidad masculina en el mismo.

En definitiva, se ha detectado que los varones y las personas con actitudes de rol

de género tradicionales tenderían a presentar en mayor medida actitudes positivas

hacia la violencia contra las mujeres en la pareja, en comparación con las mujeres

y las personas con actitudes de rol de género igualitarias.

Otro factor que ha sido relacionado con las actitudes hacia la violencia contra las

mujeres es el nivel educativo. Así, por ejemplo, Yoshioka y cols. (2001) observaron

que entre el 24 y el 36% de una muestra de personas adultas de cuatro

comunidades asiáticas residentes en USA justificaban la violencia en la pareja en

ciertas circunstancias, siendo el nivel educativo el único predictor demográfico, de

modo que, a mayor nivel educativo, menor nivel de justificación y viceversa. Aunque

este resultado pueda resultar alentador cara a la prevención de este problema, un

alto nivel educativo no garantiza la presencia de actitudes desfavorables hacia la

violencia contra las mujeres en la pareja. De hecho, se han detectado actitudes

favorables hacia esta forma de violencia en colectivos de profesionales/as

cualificados. Así, por ejemplo, algunos trabajos (Sugg, Thompson, Thompson,

Maiuro y Rivara, 1999) sugieren la presencia de bajos niveles de conocimiento,

conciencia y entrenamiento y de altos niveles de percepciones erróneas y actitudes

prejuiciosas hacia este maltrato en profesionales de atención primaria.


Bessette y Peterson (2002) observaron que en torno al 15-20% de estudiantes de

enfermería consideraban el abuso en la pareja como justificado en ciertas

circunstancias. Y entre el 25-50% de profesionales de la salud latinoamericanos/as

que atendían habitualmente a mujeres que iban a participar en un proyecto sobre

violencia de género (Claramunt, 2001) culpabilizaban o responsabilizaban de algún

modo a las mujeres por la violencia que padecían.

Fernández y Vergara (1998) Refieren que en los últimos estudios en masculinidades

han evidenciado que el género es una construcción social de la identidad

(independiente de la biología), que está determinada en gran medida por las

creencias que se asumen sobre roles de género como diferencias entre hombres y

mujeres.

1.2 . Formulación del problema

Problema principal

Problemas derivados

1.3. Objetivos de la investigación

1.4. Justificación de la investigación

1.4.1. Importancia de la investigación

1.4.2 Viabilidad de la investigación

1.5. Limitaciones del estudio

CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO


2.1. Antecedentes de la investigación

2.2. Bases teóricas

2.3. Definición de términos básicos

CAPÍTULO III HIPÓTESIS Y VARIABLES DE LA INVESTIGACIÓN

3.1. Formulación de hipótesis

3.2. Variables; definición conceptual y operacional

CAPÍTULO IV METODOLOGÍA

4.1. Diseño metodológico

4.2. Diseño muestral

4.3. Técnicas de recolección de datos

4.4. Técnicas estadísticas para el procesamiento de la información

4.5. Aspectos éticos


CRONOGRAMA (Puede usarse otros términos como Plan de trabajo)

AÑO 2017

ACTIVIDADES JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE

Elaboración del Proyecto de Investigación X


Búsqueda de información de la X X
investigación
Corrección del proyecto de investigación X
Presentación del Proyecto de X
Investigación.
Aprobación del Proyecto de investigación. X
Ejecución de la investigación X
Validación de instrumentos X
Recolección de datos X
Análisis y procesamiento de datos X X
Elaboración de tablas y gráficos X X
Redacción y análisis de la discusión de X X
resultados.
Conclusiones y recomendaciones. X X
Resumen y anexos. X X
Referencias bibliográficas X X
Elaboración, revisión, evaluación y X X X
presentación del Informe Final de Tesis
PRESUPUESTO:

Partidas Costo unitario S/. Costo total S/.


1. Recursos humanos
800.00
 Asesor metodológico
1250.00

 Asesor temático 450.00

2. Útiles de escritorio 250.00 250.00

3. Acervo bibliográfico
 Fotocopias
150.00 350.00
 Separatas
200.00
4. Servicios
 Movilidad local y otros 500.00 500.00
Impresiones 120.00 120.00
Espiralados 50.00
Empaste 100.00
470.00
Refrigerio 2.00.00
Búsqueda electrónica 100.00

Quemado de CD 20.00
5. Material de laboratorio - -

6. Material de limpieza - -

Imprevistos 300.00 220.00

Total - 2,230.00
FUENTES DE INFORMACIÓN

Objetivo

MARCO TEORICO

ANTECEDENTES DE INVESTIGACION

Entre las investigaciones consultadas con la realización al presente trabajo “CREENCIAS

ACERCA DE LA RELACION DE PAREJA EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS”


Un primer trabajo corresponde a Romo (2008), menciona que la mayoría de los estudiantes

entrevistados han tenido alguna relación de pareja, específicamente de noviazgo, aunque

cabe decir que los significados que les otorgan son múltiples, y en ocasiones opuestos, que

van desde relaciones tranquilas y cargadas de romanticismo, hasta las que son

desgastantes, cargadas de celos y tempestuosas, o bien, las que son formales, casi como

una preparación para el matrimonio, o sólo para pasar el rato. Del ejercicio de la sexualidad,

hay opiniones a favor y en contra: mientras unos lo ven como algo natural y deseable,

incluso necesario en las relaciones (para conocerse mejor), otros lo consideran como un

acto reprobable si no es dentro del matrimonio.

Romo (2008), estudio las relaciones de pareja en estudiantes universitarios mexicanos, por

medio de entrevistas interrogó sobre sus experiencias, proyectos de vida y ejercicio de la

sexualidad. Respecto a su vida amorosa, los jóvenes entrevistados muestran distintas

formas de vivir las relaciones erótico afectivo, diferentes formas de articular amor y sexo, y

una frecuente contradicción entre prácticas y discursos. Todos ellos se han enamorado al

menos una vez, casi todos han tenido prácticas coitales, muchos han vivido relaciones

simultáneas y, la mayoría ha tenido sexo con desconocidas Guevara (2001) citado por

Romo (2008). No obstante, el autor explica que una parte importante de los jóvenes

considera que no es válido el sexo sin amor y prefiere un amor para toda la vida. Aun así,

la idea de mantener la relación contra viento y marea no está contemplada y todos aceptan

que una pareja se debe separarse ante determinadas situaciones.

En conjunto, las ideas “tradicionales” acerca de lo que es un matrimonio y cómo debe ser vivido se

dejan entrever en las respuestas de los jóvenes, aunque con importantes matices que hacen pensar

en un proceso de transición hacia concepciones más modernas de la vida en pareja; por ejemplo, el

que ninguno se muestre en contra de una separación en los casos en que existiera infelicidad o
maltrato, o tener pocos hijos, o cuando las mujeres combinan el ser amas de casa con ser esposas y

además trabajadoras, son aspectos que parecieran hablar de dicho cambio.

Un tercer trabajo corresponde a Bartholomew (1990); Bartholomew y Horowitz (1991);

Feeney, Noller y Hanrahan (1994), en lo que respecta a la seguridad afectiva, nuestros

resultados han confirmado la mayor sensibilidad y proximidad en el cuidado, que revierte

en una mayor satisfacción y ajuste con la relación. Con respecto al estilo preocupado,

nuestra investigación ha confirmado la disfuncionalidad que caracteriza a este estilo de

apego en sus relaciones de pareja.

Un cuarto trabajo corresponde a Yela (1997), que gracias a los estudios empíricos de la

evolución de las relaciones de pareja se puede determinar tres fases en la pareja: a) una

primera fase conocida como enamoramiento desde su inicio hasta un tiempo T1 (1 a 4 años

aprox.) donde sobresale el amor y el romance; b) una segunda etapa de T1 a T2 (desde T1

a 6 años aprox.) denominada amor pasional donde vemos amor, romance, complicidad y

aumento de compromiso; y Berscheid - Walster (1978) c) una tercera etapa de amor

compañero de T2 en adelante (6 años en adelante) con moderado amor y romance y

aumento de intimidad y compromiso. Yela (1997) De aquí en adelante la relación se

estabiliza como amor compañero o puede evolucionar a:1) amor amistoso, con compromiso

y complicidad, pero sin romance ni amor. 2) relación de convivencia, solo compromiso, o 3)

ruptura de la relación.

Romo, J (2008). Estudiantes universitarios y sus relaciones de pareja. De sus experiencias y

proyectos de vida. Revista Mexicana de Investigación Educativa. Julio-septiembre, 2008 vol. 13,

núm. 38, pp. 801-823 Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C. Distrito Federal, México.

Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/140/14003806.pdf.


 Berkel, L.A., Vandiver, B.J. y Bahner, A.D. (2004). Gender role attitudes,

religion and spirituality as predictors of domestic violence attitudes in white

college students. Journal of College Student Development, 45(2), 119-133.

 Bessette, H.D. y Peterson, S.S. (2002). Attitudes of adult nurse practitioner

students toward woman experiencing domestic violence. Journal of Nursing

Education, 41(5), 227-230.

 Díaz-Aguado, M.J. (2003). Adolescencia, sexismo y violencia de género.

Papeles del Psicólogo, 23(84), 35-44.

 Fernández, I. y Vergara, A. 1998. "La dimensión de masculinidad-

feminidad y los antecedentes, las reacciones mentales y los mecanismos

de autocontrol emocional". Revista de Psicología Social 13 (2): 171-179.

 Heise, L.L. (1998). Violence against women: an integrated ecological

framework. Violence Against Women, 4, 262-290.

 Locke, L.M. y Richman, C.L. (1999). Attitudes toward domestic violence: race

and gender issues. Sex Roles, 40(3/4), 227-247.

 Markowitz, F.E. (2001). Attitudes and family violence: linking

intergenerational and cultural theories. Journal of Family Violence, 16, 205-

218.
 Mullender, A. (2000). La violencia doméstica. Una nueva visión de un viejo

problema. Barcelona: Paidós.

 Nayak, M.B., Byrne, C.A., Martín, M.K. y Abraham, A.G. (2003). Attitudes

toward violence against women: a cross-nation study. Sex Roles, 49(7), 333-

342.

 Sugg, N.K., Thompson, R.S., Thompson, D.C., Maiuro, R. y Rivara, F.P.

(1999). Domestic violence and primary care: attitudes, practices and beliefs.

Archives of Family Medicine, 8, 301-306.

 UNICEF (2015). La violencia doméstica contra mujeres y niñas. Informe

Innocenti 6. https://www.unicef.org/lac/media_35382.html

 Willis, C.E., Hallinan, M.N. y Melby, J. (1996). Effects of sex role stereotyping

among European American students on domestic violence culpability

attributions. Sex Roles, 34, 475-491.

 Yanes, J.M. y González, R. (2000). Correlatos cognitivos asociados a la

experiencia de violencia interparental. Psicothema, 12(1), 41-47.

 Yoshioka, M.R., DiNoia, J. y Ullah, K. (2000). Attitudes toward marital

violence. Violence Against Women, 7(8), 900-926.

 Victoria A. Ferrer Pérez, Esperanza Bosch Fiol, M. Carmen Ramis Palmer,

Gema Torres Espinosa y Capilla Navarro Guzmán (2006) La violencia contra

las mujeres en la pareja: creencias y actitudes en estudiantes

universitarios/as. Universitat de les Illes Balears. Copyright © 2006

Psicothema

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