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Los Subcontratos
Los Subcontratos
CONCEPTO DE SUBCONTRATACIÓN
DEFINICIÓN DE SUBCONTRATACIÓN
Las organizaciones que ofrecen estos servicios creen que la subcontratación requiere la cesión
de la responsabilidad corporativa para gestionar una porción del negocio. En teoría, esta
porción no debería ser crítica para el funcionamiento de la empresa, pero la práctica indica lo
contrario a menudo. Muchas compañías contratan a empresas especializadas en la
subcontratación para encargar la administración de las áreas más propicias a ello. Entre éstas
se pueden encontrar las de informática, recursos humanos, administración de activos e
inmuebles y contabilidad. Muchas empresas también subcontratan el soporte técnico al
usuario y la gestión de llamadas telefónicas, manufactura e ingeniería. En resumen, la
subcontratación está caracterizada por la especialización no intrínseca al núcleo de la
organización contratante.
La palabra subcontratación empezó a ser conocida ampliamente debido al crecimiento del
número de empresas de tecnología en los primeros años 1990 que no eran lo suficientemente
grandes para mantener departamentos propios de atención al cliente. En algunos casos estas
compañías han contratado escritores técnicos para simplificar las instrucciones de uso de sus
productos, ordenar los puntos clave de la información; además, han contactado con empresas
de trabajo temporal para buscar, formar y contratar a trabajadores poco cualificados que
respondan las llamadas. Estos empleados trabajaban en centralitas telefónicas donde la
información necesaria para asistir a los clientes estaba disponible en un sistema informático.
En muchas ocasiones, los trabajadores no estaban autorizados para decirle al cliente que no
trabajaban directamente para la compañía original. En algunos casos, ni siquiera podían
identificarse con su nombre real.
El artículo 35 de la Ley de Contrataciones del Estado (Ley N° 30225) establece las reglas básicas
de toda subcontratación sujeta a la referida norma, estableciendo lo siguiente:
FIANZAS
En los contratos de construcción es corriente estipular que el constructor tenga que depositar
una fianza. Se llama fianza a una determinada cantidad de dinero que el constructor deposita
por adelantado o permite que se le deduzca de los pagos periódicos para responder ante el
Contratista de posibles reparaciones, defectos o incumplimientos de contrato que pueda
padecer la obra realizada.
Naturalmente este aval o fianza supone un coste adicional para el Constructor, coste que ha de
repercutir en sus precios. Realmente se trata de un seguro sobre la posible informalidad del
constructor, es decir cubre para el Contratista, el riesgo de que el Constructor no responda de
sus obligaciones contractuales.
La experiencia enseña, a veces, que quizás seria preciso establecer una fianza o aval que
garantice al Constructor, el riesgo de una falta de seriedad del Contratista a la hora de cumplir
asimismo sus obligaciones contractuales. No es, por desgracia, infrecuente el caso de que sea
el Contratista el causante del conflicto e incluso de la interrupción de las obras, bien de
manera directa, bien indirecta por falta o demora en los pagos pactados.
De cualquier forma, tanto la Ley de Contratos del Estado, como los contratos que
normalmente se redactan, parecen casi siempre inspirados por una de las partes: El
Contratista. En el mundo de la Construcción es frecuente el dicho " pena de muerte para el
Contratista (Constructor), por el mero hecho de serlo".
Hay que reconocer sin embargo que la nueva Ley de Contratos de las administraciones
Públicas ha avanzado bastante en el capítulo de protección de los derechos del Contratista o
constructor.
Sin embargo el contrato de obras de dicha Ley sigue sin ser un contrato en igualdad de
derechos y obligaciones para ambas partes contratantes.
En los contratos se suelen contemplar los posibles incumplimientos por parte del Constructor
con gran detenimiento, mientras se dedican pocas líneas a las posibles violaciones del contrato
por la otra parte.
TIPOS DE FIANZAS
La doctrina y la ley ha clasificado a la fianza en tres tipos: los cuales son la fianza convencional,
legal y judicial.
También el código civil manifiesta que la fianza puede ser civil y mercantil.
La fianza civil es aquella que está regulada en los diferentes códigos civiles y
normalmente se otorga a título gratuito.
La fianza mercantil es aquella que otorga una Institución autorizada y se regula por la
autoridad hacendaria de manera onerosa.
Sin embargo también encontramos que la fianza puede hacerse gratuitamente, en la cual el
fiador no recibe ninguna retribución por otorgarla. Al contrario de esta se encuentra la fianza
onerosa, en la cual el fiador obtiene una retribución por otorgarla.
LOS SEGUROS
El seguro es un contrato por el cual una de las partes (el asegurador) se obliga, mediante una
prima que le abona la otra parte (el asegurado), a resarcir un daño o cumplir la prestación
convenida si ocurre el evento previsto, como puede ser un accidente o un incendio, entre
otras.
El contrato de seguro puede tener por objeto toda clase de riesgos si existe interés asegurable,
salvo prohibición expresa de la ley. Por ejemplo:
El asegurador por lo general es una compañía de seguros organizada bajo la forma de sociedad
anónima; pero también existen cooperativas y mutualidades de seguros e incluso un
organismo oficial – La caja de Ahorro y Seguro – realiza operaciones de este tipo. Asimismo, en
algunas provincias funcionan entidades aseguradoras oficiales.
De diversos modos pueden clasificarse los seguros. En primer lugar, según se hallen a cargo del
Estado, en su función de tutela o de la actividad aseguradora privada, se dividen en seguros
sociales y seguros privados.
Seguros sociales: Los seguros sociales tiene por objeto amparar a la clase trabajadora contra
ciertos riesgos, como la muerte, los accidentes, la invalidez, las enfermedades, la desocupación
o la maternidad. Son obligatorios sus primas están a cargo de los asegurados y empleadores, y
en algunos casos el Estado contribuye también con su aporte para la financiación de las
indemnizaciones. Otra de sus características es la falta de una póliza, con los derechos y
obligaciones de las partes, dado que estos seguros son establecidos por leyes y reglamentados
por decretos, en donde se precisan esos derechos y obligaciones.
El asegurado instituye al beneficiario del seguro, y si faltase esa designación serán beneficiarios
sus herederos legales, como si fuera un bien ganancial, en el orden y en la proporción que
establece el Código Civil. Por consiguiente, producido el fallecimiento del asegurado la Caja
Nacional de Ahorro y Seguro abona el importe del seguro a los beneficiarios instituidos por
aquél o a sus herederos.
El sistema de previsión de las cajas de jubilaciones no es técnicamente un seguro, aunque por
sus finalidades resulta análogo. Permite gozar de una renta a los jubilados y cubre los riesgos
del desamparo en que puede quedar el cónyuge y los hijos menores de una persona con
derecho a jubilación, ordinaria o extraordinaria, a la fecha de su fallecimiento.
Seguros privados: Estos seguros son los que el asegurado contrata voluntariamente para
cubrirse de ciertos riesgos, mediante el pago de una prima que se halla a su cargo exclusivo.
Además de estas características podemos señalar:
Los seguros privados se concretan con la emisión de una póliza – el instrumento del
contrato de seguro – en la que constan los derechos y obligaciones del asegurado y
asegurador.
En nuestro país los seguros privados son explotados, en su mayoría por compañías
privadas, mutualidades y cooperativas. Pero también el Estado, por intermedio de la
Caja Nacional de Ahorro y seguro, hace seguros de distintos tipos. Y en algunas
provincias existen aseguradoras oficiales.
De acuerdo con su objeto los seguros privados pueden clasificarse en seguros sobre las
personas y seguros sobre las cosas.
Seguros sobre las personas: El seguro sobre las personas comprende los seguros sobre la vida,
los seguros contra accidentes y los seguros contra enfermedades. En realidad, constituyen un
solo grupo denominado seguro de vida, pues los seguros contra accidentes y enfermedades no
son sino una variante de los seguros de vida.
Contrato a plazo indeterminado o indefinido: este tipo de contrato tiene fecha de inicio pero
no una fecha de terminación, en el entendido de que puede perdurar en el tiempo hasta que
se produzca una causa justificada que amerite el despido del trabajador. Puede celebrarse en
forma verbal o escrita. Por lo tanto, no es necesario que el trabajador exija un contrato escrito,
pero sí asegurarse de estar registrado en las planillas de la empresa para recibir todos los
beneficios que por ley ofrece el sistema laboral peruano.
Una manera de comprobar es a través de los boletos de pago o remuneración, ahí consta la
fecha de inicio.
El trabajador bajo este tipo de contrato va a gozar de todos los beneficios laborales que brinda
la ley: asignación familiar, compensación por tiempo de servicios, gratificaciones, vacaciones,
entre otros.
Contrato a plazo fijo o determinado: también llamados Sujeto a Modalidad. Es aquel donde la
prestación de servicios se da por un tiempo determinado y se celebra por una necesidad
específica.
El plazo de duración máximo no podrá superar los 5 años. Si sobrepasa este plazo, el
trabajador pasa a la condición de indeterminado.
Este tipo de contrato debe celebrarse por escrito y, obligatoriamente, registrase ante el
Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo dentro de los 15 días naturales de su
celebración. El contrato debe especificar la causa concreta de contratación y fijar una fecha de
inicio y de terminación.
Contrato de trabajo para la formación y el aprendizaje: El objetivo del contrato de trabajo
para la formación es favorecer la cualificación profesional de personas jóvenes para el
desempeño de una profesión.
Sea menor de 25 años o menores de 30 años hasta que la tasa de paro se sitúe por
debajo del 15%.
No disponga de la cualificación necesaria para celebrar un contrato en prácticas.
La duración mínima del contrato será de 6 meses y la máxima, 3 años. Y no podrán celebrarse
a tiempo parcial. Además, estos trabajadores no podrán hacer horas extraordinarias, ni
trabajos nocturnos y tampoco trabajar a turnos.
Este tipo de contrato requiere dedicar a formación el 25% de la jornada el primer año y el 15%
el segundo. Puede ser en centro de formación acreditado o en la propia empresa en caso de
que tenga los medios y el personal necesarios.
Bonificaciones:
Reducción del 50% de la cuota a la Seguridad Social por contingencias comunes del
trabajador, en caso de contratarse a un menor de 30 años o menor de 35 si tiene un
grado de discapacidad de, al menos, el 33%.
Esta reducción ascenderá al 75% si se contrata a un trabajador que, en el momento de
la contratación, estuviera realizando prácticas no laborales.
La bonificación será del 100% si, además de cumplir una de las condiciones anteriores,
se suma que la persona contratada pertenece al Sistema Nacional de Garantía Juvenil.
Si el contrato en prácticas se convierte en indefinido la empresa podrá beneficiarse de
una bonificación de 500 euros anuales durante 3 años en el caso de los hombres y de
700 euros en el caso de mujeres, que se descontarán de la cuota a la Seguridad Social.
SUBDIVISIÓN DE LOS TIPOS DE CONTRATOS SUJETOS A MODALIDAD
Los trabajadores bajo esta modalidad le corresponden los mismos beneficios que
poseen los trabajadores con un contrato a plazo indeterminado, como también
derecho a la estabilidad laboral mientras dure el contrato una vez superado el tiempo
de prueba.