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LOS SUBCONTRATOS

La realización de subcontratos es realizada a partir de la necesidad de efectuar actividades las


cuales no son practicadas por la empresa, por tanto no están dentro de la misión de la misma.
Al nacer esta necesidad, el departamento de adquisiciones se pone en contacto con la
empresa subcontratista, la cual prestará el servicio a conveniencia del contratista.

CONCEPTO DE SUBCONTRATACIÓN

La subcontratación, externalización de la mercadotecnia o tercerización es el proceso


económico empresarial en el que una sociedad mercantil transfiere los recursos y las
responsabilidades referentes al cumplimiento de ciertas tareas a una sociedad externa,
empresa de gestión o subcontratista, que precisamente se dedica a la prestación de diferentes
servicios especializados. Para ello, estas últimas, pueden contratar sólo al personal, caso en el
cual los recursos los aportará el cliente (instalaciones, hardware y software), o contratar tanto
el personal como los recursos. Por ejemplo, una compañía dedicada a las demoliciones puede
subcontratar a una empresa dedicada a la evacuación de residuos para la tarea de deshacerse
de los escombros de las unidades demolidas, o una empresa de transporte de bienes puede
subcontratar a una empresa especializada en la identificación o empaquetamiento.

Los términos asociados deslocalización y fronteriza implican la transferencia de empleos a


otros países, si es que se subcontratan servicios con empresas extranjeras, o bien
estableciendo una base en sitios fuera del país. La diferencia se encuentra en la relativa
proximidad del país en cuestión (fronteriza) o su lejanía (deslocalización).

DEFINICIÓN DE SUBCONTRATACIÓN

Se define la gestión o ejecución permanente de una función empresarial por un proveedor


externo de servicios. La empresa subcontratante deberá transferir parte del control
administrativo y operacional a la empresa subcontratada, de tal modo que ésta pueda realizar
su trabajo apartada de la relación normal de la empresa subcontratante y sus clientes. La
subcontratación también implica un considerable grado de intercambio bidireccional de
información, coordinación y confianza.

Contratar los servicios de una empresa externa no es necesariamente subcontratación.

Las organizaciones que ofrecen estos servicios creen que la subcontratación requiere la cesión
de la responsabilidad corporativa para gestionar una porción del negocio. En teoría, esta
porción no debería ser crítica para el funcionamiento de la empresa, pero la práctica indica lo
contrario a menudo. Muchas compañías contratan a empresas especializadas en la
subcontratación para encargar la administración de las áreas más propicias a ello. Entre éstas
se pueden encontrar las de informática, recursos humanos, administración de activos e
inmuebles y contabilidad. Muchas empresas también subcontratan el soporte técnico al
usuario y la gestión de llamadas telefónicas, manufactura e ingeniería. En resumen, la
subcontratación está caracterizada por la especialización no intrínseca al núcleo de la
organización contratante.
La palabra subcontratación empezó a ser conocida ampliamente debido al crecimiento del
número de empresas de tecnología en los primeros años 1990 que no eran lo suficientemente
grandes para mantener departamentos propios de atención al cliente. En algunos casos estas
compañías han contratado escritores técnicos para simplificar las instrucciones de uso de sus
productos, ordenar los puntos clave de la información; además, han contactado con empresas
de trabajo temporal para buscar, formar y contratar a trabajadores poco cualificados que
respondan las llamadas. Estos empleados trabajaban en centralitas telefónicas donde la
información necesaria para asistir a los clientes estaba disponible en un sistema informático.
En muchas ocasiones, los trabajadores no estaban autorizados para decirle al cliente que no
trabajaban directamente para la compañía original. En algunos casos, ni siquiera podían
identificarse con su nombre real.

LA SUBCONTRATACIÓN EN LA LEY N° 30225

El artículo 35 de la Ley de Contrataciones del Estado (Ley N° 30225) establece las reglas básicas
de toda subcontratación sujeta a la referida norma, estableciendo lo siguiente:

El contratista puede subcontratar, previa autorización de la Entidad, la ejecución de


determinadas prestaciones del contrato, salvo prohibición expresa contenida en los
documentos del procedimiento de selección.
Ningún contratista puede subcontratar la totalidad de las prestaciones contenidas en
el contrato. No se puede subcontratar las prestaciones esenciales del contrato
vinculadas a los aspectos que determinaron la selección del contratista.
Para ser subcontratista se requiere contar con inscripción vigente en el Registro
Nacional de Proveedores (RNP), no estar impedido ni inhabilitado para contratar con el
Estado.
El contratista mantiene la responsabilidad por la ejecución total de su contrato frente
a la Entidad.

LAS FIANZAS Y LOS SEGUROS

FIANZAS

En los contratos de construcción es corriente estipular que el constructor tenga que depositar
una fianza. Se llama fianza a una determinada cantidad de dinero que el constructor deposita
por adelantado o permite que se le deduzca de los pagos periódicos para responder ante el
Contratista de posibles reparaciones, defectos o incumplimientos de contrato que pueda
padecer la obra realizada.

Esta cantidad normalmente es devuelta al constructor, una vez transcurrido el período de


garantía de la obra. Durante este período el Constructor asume la responsabilidad de reparar y
dejar la obra en las mismas condiciones que el día en que se terminó. En muchos casos, para
no tener que depositar en metálico la fianza, se recurre a un aval bancario, es decir a un
documento mediante el cual una entidad bancaria responde ante el Contratista hasta una
cantidad determinada, la fianza, de las obligaciones del Constructor.

Naturalmente este aval o fianza supone un coste adicional para el Constructor, coste que ha de
repercutir en sus precios. Realmente se trata de un seguro sobre la posible informalidad del
constructor, es decir cubre para el Contratista, el riesgo de que el Constructor no responda de
sus obligaciones contractuales.

La experiencia enseña, a veces, que quizás seria preciso establecer una fianza o aval que
garantice al Constructor, el riesgo de una falta de seriedad del Contratista a la hora de cumplir
asimismo sus obligaciones contractuales. No es, por desgracia, infrecuente el caso de que sea
el Contratista el causante del conflicto e incluso de la interrupción de las obras, bien de
manera directa, bien indirecta por falta o demora en los pagos pactados.

De cualquier forma, tanto la Ley de Contratos del Estado, como los contratos que
normalmente se redactan, parecen casi siempre inspirados por una de las partes: El
Contratista. En el mundo de la Construcción es frecuente el dicho " pena de muerte para el
Contratista (Constructor), por el mero hecho de serlo".

Hay que reconocer sin embargo que la nueva Ley de Contratos de las administraciones
Públicas ha avanzado bastante en el capítulo de protección de los derechos del Contratista o
constructor.

Sin embargo el contrato de obras de dicha Ley sigue sin ser un contrato en igualdad de
derechos y obligaciones para ambas partes contratantes.

En los contratos se suelen contemplar los posibles incumplimientos por parte del Constructor
con gran detenimiento, mientras se dedican pocas líneas a las posibles violaciones del contrato
por la otra parte.

TIPOS DE FIANZAS

La doctrina y la ley ha clasificado a la fianza en tres tipos: los cuales son la fianza convencional,
legal y judicial.

La fianza convencional es la que surge con la voluntad entre el acreedor y el deudor.


La fianza legal es aquella impuesta por la ley con el fin de asegurar el cumplimiento de
una obligación.
La fianza judicial es otorgada mediante una resolución judicial.

También el código civil manifiesta que la fianza puede ser civil y mercantil.

La fianza civil es aquella que está regulada en los diferentes códigos civiles y
normalmente se otorga a título gratuito.
La fianza mercantil es aquella que otorga una Institución autorizada y se regula por la
autoridad hacendaria de manera onerosa.

Sin embargo también encontramos que la fianza puede hacerse gratuitamente, en la cual el
fiador no recibe ninguna retribución por otorgarla. Al contrario de esta se encuentra la fianza
onerosa, en la cual el fiador obtiene una retribución por otorgarla.
LOS SEGUROS

El seguro es un contrato por el cual una de las partes (el asegurador) se obliga, mediante una
prima que le abona la otra parte (el asegurado), a resarcir un daño o cumplir la prestación
convenida si ocurre el evento previsto, como puede ser un accidente o un incendio, entre
otras.

El contrato de seguro puede tener por objeto toda clase de riesgos si existe interés asegurable,
salvo prohibición expresa de la ley. Por ejemplo:

Los riesgos de los incendios.


Los riesgos de las cosechas.
La duración de la vida de uno o más individuos.
Los riesgos del mar.
Los riesgos de los transportes por aire o tierra.

El asegurador por lo general es una compañía de seguros organizada bajo la forma de sociedad
anónima; pero también existen cooperativas y mutualidades de seguros e incluso un
organismo oficial – La caja de Ahorro y Seguro – realiza operaciones de este tipo. Asimismo, en
algunas provincias funcionan entidades aseguradoras oficiales.

El contrato de seguro es consensual, bilateral y aleatorio. Es consensual porque se perfecciona


por el mero consentimiento de las partes y produce sus efectos desde que se ha realizado la
convención; es bilateral puesto que origina derechos y obligaciones recíprocas entre
asegurador y asegurado, y es aleatorio porque se refiere a la indemnización de una pérdida o
de un daño producido por un acontecimiento o un hecho incierto, pues no se sabe si se va a
producir y en el caso contrario – como ocurre con la muerte – no se sabe cuándo ello ha de
acontecer.

CLASIFICACIÓN DE LOS SEGUROS

De diversos modos pueden clasificarse los seguros. En primer lugar, según se hallen a cargo del
Estado, en su función de tutela o de la actividad aseguradora privada, se dividen en seguros
sociales y seguros privados.

Seguros sociales: Los seguros sociales tiene por objeto amparar a la clase trabajadora contra
ciertos riesgos, como la muerte, los accidentes, la invalidez, las enfermedades, la desocupación
o la maternidad. Son obligatorios sus primas están a cargo de los asegurados y empleadores, y
en algunos casos el Estado contribuye también con su aporte para la financiación de las
indemnizaciones. Otra de sus características es la falta de una póliza, con los derechos y
obligaciones de las partes, dado que estos seguros son establecidos por leyes y reglamentados
por decretos, en donde se precisan esos derechos y obligaciones.

El asegurado instituye al beneficiario del seguro, y si faltase esa designación serán beneficiarios
sus herederos legales, como si fuera un bien ganancial, en el orden y en la proporción que
establece el Código Civil. Por consiguiente, producido el fallecimiento del asegurado la Caja
Nacional de Ahorro y Seguro abona el importe del seguro a los beneficiarios instituidos por
aquél o a sus herederos.
El sistema de previsión de las cajas de jubilaciones no es técnicamente un seguro, aunque por
sus finalidades resulta análogo. Permite gozar de una renta a los jubilados y cubre los riesgos
del desamparo en que puede quedar el cónyuge y los hijos menores de una persona con
derecho a jubilación, ordinaria o extraordinaria, a la fecha de su fallecimiento.

Seguros privados: Estos seguros son los que el asegurado contrata voluntariamente para
cubrirse de ciertos riesgos, mediante el pago de una prima que se halla a su cargo exclusivo.
Además de estas características podemos señalar:

Los seguros privados se concretan con la emisión de una póliza – el instrumento del
contrato de seguro – en la que constan los derechos y obligaciones del asegurado y
asegurador.
En nuestro país los seguros privados son explotados, en su mayoría por compañías
privadas, mutualidades y cooperativas. Pero también el Estado, por intermedio de la
Caja Nacional de Ahorro y seguro, hace seguros de distintos tipos. Y en algunas
provincias existen aseguradoras oficiales.

De acuerdo con su objeto los seguros privados pueden clasificarse en seguros sobre las
personas y seguros sobre las cosas.

Seguros sobre las personas: El seguro sobre las personas comprende los seguros sobre la vida,
los seguros contra accidentes y los seguros contra enfermedades. En realidad, constituyen un
solo grupo denominado seguro de vida, pues los seguros contra accidentes y enfermedades no
son sino una variante de los seguros de vida.

DIFERENCIA ENTRE FIANZAS Y SEGUROS

A. Una póliza de seguro es un acuerdo entre dos partes: El asegurado y la compañía de


seguros. Por otro lado, la fianza, es un acuerdo entre tres partes: Principal, Fiador y
Beneficiario.
B. El seguro se puede poner en efecto mediante un acuerdo verbal (binder) y donde la
póliza se emitirá luego. En la fianza esto tiene que ser por escrito y firmado por el
Principal y el fiador, aquí los acuerdos verbales no tienen fuerza alguna.
C. Es importante señalar que si el principal no cumple con el contrato y el fiador incurre
en perdida, dicho principal le tendrá que reembolsar la cantidad incurrida al fiador.
D. Bajo una póliza de seguros se esperan perdidas. La suscripción está basada en la ley de
los números grandes donde los asegurados incurren en una pequeña perdida (prima)
para protegerse de una perdida grande. Al igual que los bancos, los fiadores no
esperan sufrir pérdidas. Por eso es que la pre cualificación es tan importante.
E. Muchas de las pólizas de seguro en vigor la pueden cancelar tanto el asegurado como
la compañía de seguros. Mientras por otro lado, muchas de las fianzas de garantía no
pueden ser canceladas unilateralmente. Por ejemplo, las fianzas de contrato estan
vigentes hasta la terminación del proyecto y las fianzas judiciales se mantienen en
vigor hasta que el caso sea resuelto.
F. Bajo una póliza de seguros, si el asegurado no paga la prima la póliza puede ser
cancelada. Sin embargo, si el Principal bajo la fianza no paga la prima el fiador continua
obligado bajo la misma.
MODELOS, TIPOS Y CARACTERISTICAS DE LOS CONTRATOS

En Perú existen varios tipos de contratos, los más habituales son:

Contrato a plazo indeterminado o indefinido: este tipo de contrato tiene fecha de inicio pero
no una fecha de terminación, en el entendido de que puede perdurar en el tiempo hasta que
se produzca una causa justificada que amerite el despido del trabajador. Puede celebrarse en
forma verbal o escrita. Por lo tanto, no es necesario que el trabajador exija un contrato escrito,
pero sí asegurarse de estar registrado en las planillas de la empresa para recibir todos los
beneficios que por ley ofrece el sistema laboral peruano.

Una manera de comprobar es a través de los boletos de pago o remuneración, ahí consta la
fecha de inicio.

El trabajador bajo este tipo de contrato va a gozar de todos los beneficios laborales que brinda
la ley: asignación familiar, compensación por tiempo de servicios, gratificaciones, vacaciones,
entre otros.
Contrato a plazo fijo o determinado: también llamados Sujeto a Modalidad. Es aquel donde la
prestación de servicios se da por un tiempo determinado y se celebra por una necesidad
específica.

El plazo de duración máximo no podrá superar los 5 años. Si sobrepasa este plazo, el
trabajador pasa a la condición de indeterminado.

Este tipo de contrato debe celebrarse por escrito y, obligatoriamente, registrase ante el
Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo dentro de los 15 días naturales de su
celebración. El contrato debe especificar la causa concreta de contratación y fijar una fecha de
inicio y de terminación.
Contrato de trabajo para la formación y el aprendizaje: El objetivo del contrato de trabajo
para la formación es favorecer la cualificación profesional de personas jóvenes para el
desempeño de una profesión.

Podremos utilizar esta modalidad de contrato cuando el contratado:

Sea menor de 25 años o menores de 30 años hasta que la tasa de paro se sitúe por
debajo del 15%.
No disponga de la cualificación necesaria para celebrar un contrato en prácticas.

La duración mínima del contrato será de 6 meses y la máxima, 3 años. Y no podrán celebrarse
a tiempo parcial. Además, estos trabajadores no podrán hacer horas extraordinarias, ni
trabajos nocturnos y tampoco trabajar a turnos.

Este tipo de contrato requiere dedicar a formación el 25% de la jornada el primer año y el 15%
el segundo. Puede ser en centro de formación acreditado o en la propia empresa en caso de
que tenga los medios y el personal necesarios.

Bonificaciones:

Si la contratación se realice con un trabajador desempleado inscrito como


demandante de empleo, las empresas de menos de 250 trabajadores tendrán derecho
a una reducción, durante toda la vigencia del contrato, incluida la prórroga, del 100%
de las cuotas empresariales a la Seguridad Social.
Esta bonificación será del 75%, en el supuesto de que la empresa tenga una plantilla
igual o superior a 250 personas.
Los contratos para la formación y el aprendizaje, si se transforman en indefinidos a la
finalización de su duración inicial o prorrogada tendrán derecho a una reducción en la
cuota empresarial a la Seguridad Social de 1.500 euros/año, durante tres años.
En el caso de mujeres, dicha reducción será de 1.800 euros/año.
Contrato de trabajo en prácticas: El contrato de trabajo en prácticas busca que el trabajador
obtenga la práctica profesional adecuada a su nivel de estudios. Por ello, será necesario que la
persona contratada tenga un título universitario, de formación profesional o una certificación
profesional acreditada.

Analizamos detalladamente este tipo de contrato en nuestro artículo Contrato en prácticas,


requisitos y bonificaciones para las empresas. Y es que se trata de un contrato que ofrece
muchas ventajas para el empresario, además de bonificaciones a la Seguridad Social muy
interesantes.
Bonificaciones:

Reducción del 50% de la cuota a la Seguridad Social por contingencias comunes del
trabajador, en caso de contratarse a un menor de 30 años o menor de 35 si tiene un
grado de discapacidad de, al menos, el 33%.
Esta reducción ascenderá al 75% si se contrata a un trabajador que, en el momento de
la contratación, estuviera realizando prácticas no laborales.
La bonificación será del 100% si, además de cumplir una de las condiciones anteriores,
se suma que la persona contratada pertenece al Sistema Nacional de Garantía Juvenil.
Si el contrato en prácticas se convierte en indefinido la empresa podrá beneficiarse de
una bonificación de 500 euros anuales durante 3 años en el caso de los hombres y de
700 euros en el caso de mujeres, que se descontarán de la cuota a la Seguridad Social.
SUBDIVISIÓN DE LOS TIPOS DE CONTRATOS SUJETOS A MODALIDAD

Dentro de la legislación laboral peruana encontramos tres tipos de contratos sujetos a


modalidad, quienes a su vez se dividen en tres subgrupos:

Temporal: inicio de actividad, necesidad mercado, reconvención empresarial.


Ocasional: ocasionalidad, suplencia y emergencia.
Accidental: específico, temporada e intermitente.

Los trabajadores bajo esta modalidad le corresponden los mismos beneficios que
poseen los trabajadores con un contrato a plazo indeterminado, como también
derecho a la estabilidad laboral mientras dure el contrato una vez superado el tiempo
de prueba.

Contrato a tiempo parcial: se celebran cuando el horario de trabajo no supera las


cuatro horas diarias. Este tipo de contrato, a diferencia de los contratos por plazo
indeterminado o fijo, no cuentan con el beneficio de vacaciones, pago de CTS y del
derecho a la indemnización por despido arbitrario. El contrato se debe presentar por
escrito y registrar ante el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo dentro de los
15 días posteriores a su celebración.

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