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Introducción e Historia de la Criminalística

- CRIMINALISTICA
- TECNICA POLICIAL
- POLICIA CIENTIFICA

Definiciones

Criminalística en sentido amplio significa “Investigación Criminal”.

“Es la parte de la Criminología que se ocupa de los métodos y modos prácticos de dilucidar las
circunstancias de la perpetración de los delitos e individualizar a los culpables” (THOT)

“Es el conjunto de procedimientos aplicables a la investigación y al estudio del crimen para llegar a
la prueba” (CECCALDI. - Director del laboratorio de la Policía Judicial francesa)

“La Criminalística es el arte y la técnica de la Investigación Criminal” (JEAN NEPOTE)

Es un arte porque la parte del ser humano sigue siendo esencial. En la Investigación Criminal el
hombre investigador se enfrenta al hombre criminal. Intervienen todos los elementos del
acercamiento, del contacto, de descubrimiento, de la personalidad que responde a un sentido
particular: el del Arte de Investigar.

Es técnica por ser una serie de elementos teóricos y prácticos que pueden aprenderse y repetirse
tratando asuntos concretos no siendo iguales ninguno, a lo largo de la vida profesional. Necesita por
tanto de la sistematización de las experiencias.

La evolución de la Criminalística, surge como consecuencia de la búsqueda de la verdad a través de


los medios de prueba, éstos en un comienzo, fueron revelados por el "Juicio Divino" o el "Dedo de
Dios", según el hombre primitivo a través de las ordalías y el duelo, para pasar más adelante por la
"Confesión", considerada la reina de la prueba con toda la secuela de abusos y torturas en su
aplicación. Luego aparece la prueba "Testimonial", que se mantuvo durante siglos y que también
dio origen a muchos errores judiciales, por la declaración de testigos de buena o mala fe, pero en
contraposición a los artificios engañosos de la confesión o de los testigos, se acude al "Indicio",
conocido por el hombre primitivo, que era capaz de seguir por las huellas de pisadas a las bestias
para encontrarlas. En los tiempos modernos, nadie discute la primacía de la Prueba Indiciaria, que
se desprende de los signos materiales de la actividad criminal, "Mudo testigo que no miente"; el
indicio es un hecho objetivo que debe ser atentamente observado y rectamente interpretado, para lo
cual se requiere de una técnica adecuada.

Ahondando en las referencias históricas de la Criminalística, se puede citar al Checoslovaco Juan


Evangelista Purkinge, quien revela los nueve tipos de dibujos dactilares, concluyendo así los
estudios iniciados por Arquímedes en la Grecia antigua.
Los antecedentes más remotos sobre exámenes criminalísticos los encontramos en Francia en 1570,
cuando el Rey Carlos IX dispuso judicialmente que varios hombres de reconocida competencia
integraran la "Comunidad de Peritos Calígrafos Verificadores", para examinar un documento
apócrifo y descubrir al falsificador que había tenido la osadía de imitar la firma real.

Es necesario considerar las obras de insignes investigadores que se ubican como precursores de esta
disciplina, tales como: el francés Ambrosio Paré a quien se le atribuye la paternidad de la Medicina
Legal, publicando en 1560 sus estudios sobre heridas con armas de fuego; el italiano Gospi con su
obra el "Juez Criminalista"; Paolo Nacchías que en 1643 editó su obra titulada "Cuestiones Médico
Legales"; Boucher quien en 1753 se ocupó de la Balística Forense; César Lombroso que en 1864
propugna el método antropológico como medio para descubrir al delincuente; Orfilia realiza y
publica sus trabajos sobre toxicología en 1882; Alfonso Bertillón que en 1882 crea el servicio de
identificación policial, Ives Burjot, francés que sostiene en su obra "La Police" que la policía debe
servirse de los descubrimientos de la ciencia, empleando en las investigaciones procedimientos y
métodos científicos, demostrando sus éxitos por superioridad intelectual y no por su brutalidad;
Marcelo Malpighi que a fines del sigo XVIII realizó estudios de las crestas papilares.

El fundador de la Criminalística fue Hans Gross que la define como “el conjunto de teorías referidas
al esclarecimiento de los casos criminales”. Hans Gross escribió el “Manual del Juez de
Instrucción” donde describe la Ciencia de la Investigación del Crimen, ampliamente desarrollada
por el francés Edmund Locard en su “Tratado de Criminalística”.

Todo trabajo técnico llevado a cabo para la averiguación del delito, descubrimiento de su autor,
aclaración de los hechos, con aporte de pruebas es denominado “Técnica Policial”.

Técnica Policial debe entenderse como “los procedimientos y recursos que aporta la Ciencia
Policial aplicados para llevar a buen término una Investigación”.

Se ocupa primordialmente de los indicios probatorios, aplicando los métodos científicos existentes
para descubrir y demostrar fehacientemente una determinada realidad.

La Ciencia Policial es una Ciencia concreta, incluso separada de la medicina, la toxicología y la


psiquiatría legal, cuyo sujeto es totalmente distinto y cuyo objeto es la Criminalística.

“Es un dominio que no recae en el médico, ni en el químico, ni en el psiquiatra, dado que su técnica
es diferente y particular” (Ceccaldi - “Criminología”)

Stockis creador junto a Laveleye en Bélgica en 1896 del “servicio de reconocimiento e


identificación” conforme a los principios del “bertillonaje”, además de introductor en dicho país de
la dactiloscopia en 1.904, afirma que “La Ciencia policial es una ciencia independiente, hija de la
Antropología y de la Medicina Legal. Es una ciencia auxiliada por otras ciencias”.

De lo dicho puede desprenderse que la Criminalística requiere del conocimiento y aplicación de


métodos científicos en la investigación del delito y en esa línea opera la Policía Científica.
Historia

En un principio la Investigación se conoce como “la pesquisa”, que no pasó de ser una reflexión
especulativa. En virtud de los contactos con los medios criminales, los investigadores lograron
“afinar su olfato” en la persecución de los delincuentes. Se cita por algunos autores como entre los
más antiguos textos legislativos el Código de Hammurabi, en donde ya aparecen vestigios de un
procedimiento de investigación del crimen.

Los “positivistas” llamaron la atención sobre el uso de métodos experimentales en la explicación


del desarrollo del hecho criminal. Desde entonces la pesquisa del crimen se convierte en una
técnica, hasta que en la actualidad ha llegado a adquirir tal importancia que esta parte del
descubrimiento del crimen y del criminal, se denomina Policía Científica. (Juan del Rosal).

Contrario a la Policía empírica que tiene como norma la habilidad (arte) y la investigación
individual, la Policía Científica aplica con método racional, conocimientos proporcionados por la
Antropología, Química, Física, Psicología, Medicina Legal y Sociología (Dr. Gambara).

Entendiéndose en resumen como la necesidad de amplios conocimientos para llevar a feliz término
una investigación el Profesor Serrano la denomina “Profesión enciclopédica”.

Como Ciencia en sí, en general se basa en la aportación de datos “evidencias”, tratando de alguna
manera de ajustarlos metódicamente a sistemas, de manera que tengan sentido y sean coherentes
con la verdad histórica del delito investigado, mediante un proceso de acumulación de antecedentes
y ordenamiento simultáneos, no separados. La acumulación de estos datos de forma ordenada debe
entenderse como un recurso para elucidar las incógnitas o para apoyar o rechazar una idea
vinculada a un hecho delictivo. La Criminalística aplicada por la Policía Científica, reúne los
procedimientos científicos aplicados al examen de los indicios materiales del delito, con el fin de
aportar pruebas para el esclarecimiento de la verdad histórica y poder imputarlo a una persona
determinada.

Definimos a la Criminalística/Policía Científica como una ciencia teleológica (basada en la


teleología - Doctrina de las causas finales) cuyos principios y fundamentos son aplicados para:

 Investigar el delito
 Identificar a los autores de ese delito
 Conocer las circunstancias que rodean y determinan el hecho punible
 Aportar elementos probatorios

No obstante no puede entenderse la Criminalística como una mera asociación de conocimientos


sino que dispone de una metodología y de criterios propios, de procedimientos y doctrinas
específicas.

Cabe reflexionar que la Criminalística nace ante el aumento de la delincuencia, su progreso, su


evolución, adaptaciones y transformaciones, a la vez que la Administración de la Justicia reclama
elementos probatorios mas convincentes, que solo se pueden lograr con una acertada y rigurosa
investigación policial, tras la imposición de una tecnificación y especialización en constante
superación, aplicándose todos los conocimientos científicos necesarios y la totalidad de los
adelantos técnicos que contribuyan a ello.
Algunos como el Dr. Saldaña, han intentado reducir esta ciencia al mero trabajo de laboratorio, para
plasmar sus resultados en el “peritaje forense”, estando esto muy lejos de la realidad.

La historia de la Criminalística, está diferenciada básicamente en dos etapas histórico-cronológicas


en la investigación del crimen. La inicial o “etapa primitiva” que abarca hasta el siglo XIX con la
llegada de la profunda revolución de los positivistas italianos - Lombroso / Ferri / Garófalo - Esta
revolución dará paso a la segunda etapa y actual proceso de investigación que se conoce como
“etapa científica”. En esta actual etapa científica, aparecen y se desarrollan organizaciones de
amplio espectro, integradas por multitud de personas, aparatos y medios especializados en diversas
tecnologías y conexionados con otros estamentos científicos, formando equipos facultados para la
lucha contra el delito a través de la aportación de pruebas con rigor científico.

Etapa primitiva

Se carece aun del sentido científico para coleccionar sistemáticamente las experiencias. No existía
una agrupación de profesionales estructurada para la investigación del crimen. Las organizaciones
de ámbito policial, se dedicaban a mantener el orden y a la protección del gobernante al que estaban
subordinados. Actuaban de forma general utilizando “la fuerza bruta”. La técnica policial era
inexistente. Los medios empleados eran la tortura, la delación, la superstición etc... basados en el
desprecio de la dignidad humana.

Procedimientos vejatorios y degradantes que atentan contra la integridad física e incluso la vida.

No obstante algunos científicos aplicaron sus conocimientos en el esclarecimiento del delito.

Cabe destacar el dictamen de Antistius sobre las 23 heridas del César en las que se destaca la
posición y dirección del apuñalamiento de los autores.

El descubrimiento de Arquímedes en el 287 A.C. en relación con el engaño cometido por el orfebre
al Rey Hieron, que dio lugar a la Ley irrefutable en física conocida por el principio de Arquímedes
o del desplazamiento.

Este método, se empleó para comprobar si el orfebre había sustraído oro de la corona real
colocando en su lugar otro metal menos valioso. Para Arquímedes bastaba para averiguar el
volumen de cualquier sólido, con medir el volumen de agua que desplaza.
Llenó de agua un recipiente metió la corona y midió el volumen de agua desplazada. Luego hizo lo
propio con un peso igual de oro puro y observó que el volumen de agua era menor.

El oro de la corona había sido mezclado con un metal más ligero aumentando por tanto el tamaño
de la corona y por ende su volumen.
EL PRINCIPIO DE ARQUÍMEDES

"Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso del
fluido desalojado".

DATOS QUE PODEMOS CONOCER DEL CUERPO (EN EL VACÍO) ANTES DE


SUMERGIRLO

Por medidas directas podemos conocer:

la masa y el volumen

y a partir de estos datos su densidad: d=m/V .

Conocida la masa se puede hallar el peso en el vacío: p=m·g .

La densidad nos da una idea de como están agrupados los átomos en el cuerpo.

Cuanto más pesados sean los átomos y más juntos estén más denso será el cuerpo.

Si la densidad del cuerpo es igual o mayor que la del líquido el cuerpo quedará totalmente
sumergido.

Podemos conocer otras muchas cosas: color, conductividad, tipo de compuesto..., pero no vienen al
caso ahora.
¿QUÉ PODEMOS CONOCER DEL LÍQUIDO?

(El Principio de Arquímedes se aplica a cualquier fluido aunque aquí vamos a referirnos únicamente
a los líquidos).

Por medidas directas:

la masa y el volumen.

Conocida la masa y el volumen podemos conocer la densidad del líquido: dL=mL / V

Podemos conocer otras muchas magitudes: viscosidad, tensión superficial, conductividad,


composición química...

CUERPO SUMERGIDO (Magnitudes que podemos conocer)

Al ir introduciendo el cuerpo en el líquido se va desalojando paulatinamente un volumen de líquido


igual al volumen que se va introduciendo del cuerpo (un volumen sustituye al otro).

El líquido reacciona contra esa intromisión empujando al cuerpo con la misma fuerza que utilizaba
para mantener al líquido que estaba allí (en el lugar que ocupa ahora el cuerpo) .

La fuerza empuje es igual al peso del líquido desalojado (el que estaba allí).

El cuerpo se sumerge hasta que el empuje del líquido iguala el peso que tiene el cuerpo en el vacío.

El peso del cuerpo en el vacío (fuerza con que lo atrae la tierra) = masa del cuerpo . Gravedad =
Vc·dcuerpo·g

El empuje no depende ni del tamaño del recipiente donde está sumergido el objeto ni de la
profundidad a la que se encuentre el cuerpo.

Es igual en un lago que en el oceáno, siempre que tengan agua de la misma densidad, y es igual a
20m que a 40m de profundidad. A grandes profundidades la densidad aumenta y el empuje sería
mayor.

Peso del líquido desalojado = masa de líquido desalojado por la gravedad = PL= mL·g

Masa de líquido desalojado = volumen de líquido desalojado por la densidad del líquido = mL =
VL·dL

El volumen de líquido desalojado es igual al volumen del cuerpo sumergido.


En la Edad Media, fueron los médicos y los jueces los que inician los primeros pasos en busca de
recursos técnicos en la investigación.

Varignana en el S. XIII practicó la primera autopsia para la comprobación de un envenenamiento.

En 1575, Ambrosius Pare escribió una monografía sobre heridas y clases de muertes violentas.

Aparece el que pudiera haber sido el primer manual de Medicina Legal por Fortunato Fidelis en
1598 y en 1621 aparece “Cuestiones médico-legales” de Paulus Zacchias. El juez Antonio Mª
Gospi publicó en 1643 el libro “Juez Criminalista” en el que se recogen interesantes
recomendaciones sobre como presenciar el lugar del crimen, el observar y analizar las huellas de
pisadas, bastones y picas, así como el practicar el interrogatorio observando las reacciones del
sospechoso. No obstante también cae en las supersticiones de aquellos tiempos aconsejando que a
las brujas se las haga entrar en la Sala de espaldas para evitar el “mal de ojo”. Que a un presunto
asesino se le ponga delante de un cadáver y si del mismo brotaba sangre era prueba evidente de
culpabilidad.

A finales del S. XVIII el italiano Morgangni había realizado autopsias observando fenómenos
patológicos.

En los Siglos XV y XVI se expusieron doctrinas de sumo interés en lo referido a los distintos
estados de ánimo de los delincuentes. En la actualidad aún se tienen en cuenta como la relativa a los
“animus” de los delitos contra la propiedad, a las pruebas y a la comisión de delitos contra la vida y
al estudio de la “intención de matar”, todas ellas deducidas de las circunstancias subjetivas y
objetivas concurrentes en los hechos (Juan del Rosal). Debe citarse igualmente a Macardus
(práctico italiano del S. XVI) y al francés Servan (S. XVIII) a los que muchos autores consideran
como los precursores de la Ciencia de la Investigación del crimen.

No obstante, los prácticos no pasaron del área procesal, del período de pruebas sin que ninguna de
ellas tuviera como finalidad la persecución e investigación del crimen.

Etapa científica

En el S. XIX comienza la Investigación Criminal, siendo este el verdadero período formativo de la


Policía Científica y consecuentemente de la organización de la actividad policial como profesión.

Peña Torrea, apunta que en este siglo se enmarca el periodo “constructivo” y caben distinguir dos
fases. La fase intuitiva, por el predominio del instinto sobre el raciocinio en la investigación,
comienza a ser un arte la investigación policial pero “un arte espontáneo” sin método y sin sujetarse
a normas y reglas determinadas. Posteriormente evoluciona el sistema investigativo a un nuevo
tratamiento definido como “psicológico o reflexivo”, donde comienzan a valorarse las aportaciones
de los testigos, se examinan los móviles, se estudian con lógica los hechos, se observa y se deduce,
aunque todavía no son ni técnicas ni científicas, como lo serán en el S. XX.
Destaca el libro de Hans Gross “Manual del Juez de Instrucción” de 1893. La Identificación
Antropométrica de A. Bertillon. El Tratado de Criminalística de 6 volúmenes de E. Loccard, hasta
hoy considerado de los mejores. Sobresalen igualmente “Modern Criminal Investigation” de
Soderman y O’conell N. Cork 1936. El “Tratado di Policía Scientifica” de Ottolenghi. “La police
Scientifique” de M Bischoff publicado en Suiza 1938. En Bélgica la obra de Lechat en 1949 y en
España la colección de varios volúmenes denominados por su autor Pedro Serrano García
“Policiología”.

Los positivistas introducen la aplicación de métodos experimentales en la explicación del hecho


criminal. Ya no es posible la lucha contra la criminalidad por métodos antiguos, siendo necesaria la
creación y desarrollo un cuerpo policial que siempre supere en procedimientos y elementos a los
utilizados por la “gran delincuencia”. Se confirma esta situación en la obra de Reginal Morís “La
Policía al día” donde se describen perfectamente los innumerables procedimientos técnicos de
investigación empleados para el descubrimiento de los delitos.

En este período la actividad policial desde el punto de vista de la profesionalidad, alcanza la


situación de profesión en la que se siguen y emplean métodos científicos, reglas y normas
sistematizadas acompañadas de estudios analíticos de hechos y elementos relacionados con el
delito.

Es en el siglo XX cuando el ejercicio policial queda incurso en una profesión definida. En esta
época se desarrolla e implementa la identificación lofoscópica, la identidad de una huella a través de
sistemas informáticos, la técnica y perfeccionamiento de las fotografías policiales, la utilización de
la toxicología, la culminación de los estudios balísticos con el perfeccionamiento de la técnica de
los aparatos como el microscopio comparativo, la investigación de las falsificaciones y alteraciones
fraudulentas. En resumen se utilizan los avances tecnológicos en la lucha contra el delito y los
resultados obtenidos hacen posible esclarecimientos de delitos que hubieran quedado archivados.
Se practica el trabajo en equipos coordinados, con la inclusión en la investigación de los
laboratorios con personal científico altamente cualificado en la obtención de elementos probatorios.

El siglo XX es el período de la formación de las Brigadas Criminales y en la actualidad la Policía


Judicial, estructurada en grupos especializados apoyados en los trabajos de campo y de laboratorios
forenses y técnico-policiales que configuran la Policía Científica actual.

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