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El Ministerio Público a la largo de la Historia Constitucional

Peruana: Pasado, presente y propuestas para su futuro


institucional1

Yann VERHEYE ASALDE


Abogado
Maestría en Derecho Constitucional y Derechos Humanos- UNMSM
Doctorando en Derecho y Ciencias Políticas -UNMSM
Docente Universitario

1.- INTRODUCCIÓN:

El Ministerio Público, como institución, tiene una data muy antigua originada
en la cultura romana en la que se le otorgaba al Fiscal (Fiscus) la atribución
de recoger el tesoro del príncipe para que, más tarde, en el medioevo, se le
cambie la nomenclatura por la de Fisco o Cámara del Rey (España), al
tesoro de la Casa Real y el erario estatal. Respecto de la actual
denominación, “Ministerio Público”, Angulo, citando a Camaño Rosa, El
Diccionario Casares y el Diccionario Corominas, refiere que en el concepto
amplio, la palabra “Ministerio” alude a todo aquello que es necesario para la
ejecución de la ley; mientras que, lo” Público”, implica una relación de
pertenencia con todo el pueblo refiriéndose a la aplicación jurisdiccional2.
En la actualidad, priman tres denominaciones, la de Ministerio Fiscal (de
origen español), la de Ministerio Público (francés) y la de Público
Ministerio (italiano) de las cuales, nuestro país, ha adoptado la segunda:
Ministerio Público. Sin embargo, a diferencia del nuestro, Argentina ha
preferido la denominación de Ministerio Fiscal o Ministerio Público
Fiscal.

2.- EL MINISTERIO PÚBLICO EN LA HISTORIA CONSTITUCIONAL


PERUANA:

El Ministerio Público peruano posee una rica experiencia, originada a partir


de nuestras propias necesidades, que no se remite solamente a su
institucionalización y desenvolvimiento autónomo e independiente, a partir
de la obra de los constituyentes de 1978, si no que se remonta a su
recepción durante el dominio español, proyectándose a los albores de la
República Peruana, en que se le adoptó como una institución útil al país.
Precisamente por haberse entendido la importancia de su labor en los
albores de la independencia política de nuestro país, los fiscales fueron

1
Este artículo fue publicado en el Número 368 de JURIDICA, Suplemento de Análisis Legal del Diario
“El Peruano”, de fecha martes 16 de agosto de 2011. El autor ha cedido su contenido para la presente
publicación. El administrador del blog agradece tal gentileza.
2
ANGULO ARANA, Pedro. “La Función Fiscal. Estudio comparado y aplicación al caso peruano. El
Fiscal en el nuevo proceso penal”. Jurista Editores. Lima (2007). Pág. 40
reconocidos en el Estatuto Provisional dictado por el General José de San
Martín3.

Más tarde, por decreto del 5 de febrero de 1855, después del triunfo de
Ramón Castilla en La Palma, el gobierno convocó una Convención Nacional
de diputados elegidos por primera vez a través del sufragio directo para que
dictara la Constitución (la que sería la de 1856) y las leyes orgánicas que
necesitaba la República entre las que se encontraban las del Consejo de
Ministros, del Fiscal de la Nación, de la Organización Interior de la
República y de la Corte Suprema4. Así, el artículo 132º de la Constitución
Política de 1856, estableció la figura del Fiscal de la Nación en la capital de
la República; así como, Fiscales y Agentes Fiscales en los demás lugares
asignándoles las atribuciones de ley tendientes a vigilar el cumplimiento de
las leyes5; homologando su nombramiento a los Vocales Supremos,
Superiores y Jueces de Primera Instancia respectivamente conforme con lo
establecido por el artículo 133º.

En la Constitución de 1860, tanto los Vocales y Fiscales pertenecían al


Poder Judicial (Título XVII) variando únicamente la forma de su
nombramiento si se trataban de: adscritos a la Corte Suprema (por el
Congreso a propuesta en terna doble del Poder Ejecutivo); a las Cortes
Superiores (por el Ejecutivo a propuesta en terna doble de la Corte
Suprema) y, a propuesta de terna doble de las respectivas Cortes
Superiores, si se trataban de Jueces de Primera Instancia y Agentes
Fiscales (Artículo 126º). La Constitución de 1867, cuyo contenido, espíritu y
texto fueron copiados en gran parte de la Carta de 1856, estableció el cargo
de Fiscal de la Nación por el de Fiscal General Administrativo
atribuyéndole características de consultor del gobierno y defensor de los
intereses fiscales; así como de enlace funcional de los Poderes Ejecutivo y
Judicial6. Sin embargo, el texto del artículo 124º de dicha Carta
Constitucional, expresamente prescribe:”Habrá en la Corte Suprema un
Fiscal; en las Superiores el número de Fiscales que designe la ley; y
Agentes Fiscales en las capitales de Departamento y en los lugares que
determine la ley”7.

Por su parte, la Constitución de 1920, en su Título XVIII.- Poder Judicial.-,


estableció la elección congresal de los Vocales y Fiscales de la Corte
Suprema a propuesta del Poder Ejecutivo (artículo 147º)8 manteniendo el
mismo sistema empleado por la Carta Política de 1860 para el
nombramiento de los de las Cortes Superiores y de los Jueces de Primera
Instancia y Agentes Fiscales (artículo 148º). En agosto de 1931, la Junta
Nacional de Gobierno designó una comisión de eminentes jurídicos y
distinguidas personalidades para que preparase un Anteproyecto de
Constitución de Estado (la que sería la Constitución de 1933) presidida por

3
Idem. Pág. 32.
4
PAREJA PAZ-SOLDAN, José. “Historia de las Constituciones Nacionales (1812-1979)”. Fondo
Editorial de la PUCP. Lima (2005), Segunda edición revisada, corregida y aumentada. Pág. 103.
5
UGARTE DEL PINO, Juan Vicente. “Historia de las Constituciones del Perú”. Editorial Andina S.A.
Lima (1978). Pág. 404.
6
PAREJA PAZ-SOLDAN, J. Op.cit. Pág. 135
7
UGARTE DEL PINO, J. Op.cit. Pág.471.
8
Idem. Pág. 518.
el Doctor Manuel Vicente Villarán y otras connotadas figuras nacionales del
ámbito jurídico constitucional y legal de ese tiempo, entre los que podemos
mencionar a Toribio Alayza Paz Soldán, Diómedes Arias Schereiber,
Ricardo Palma, César Antonio Ugarte, Víctor Andrés Belaunde, José León
Barandiarán. El Anteproyecto de la Comisión Villarán se preocupó, de modo
cuidadoso y esforzado, en la organización del Poder Judicial autónomo,
libre de influencia política en los nombramientos. Creó la Comisión
Permanente del Congreso, el Fiscal de la República, entre otros9.

Lamentablemente, la Constitución Política de 1933, en sus artículos 222º y


223º, mantuvo a los Vocales y Fiscales dentro de la misma estructura del
Poder Judicial (Título XIII) sometiéndolos a los mismos requisitos y
procedimientos para su designación y nombramiento establecidos por su
predecesora. Sin embargo, fue hasta la dación de la Constitución de 1979
que el Ministerio Público adquiere autonomía orgánica a nivel constitucional
con la finalidad de equilibrar en alguna medida al Poder Judicial10; pues,
como ya se dijo líneas atrás, este órgano formaba parte del Poder Judicial
siendo, incluso, regulado en sus leyes orgánicas de 1912 y 1963 (Ley Nº
14605). Así, durante la vigencia de la Carta del 79, se dictó la Ley Orgánica
del Ministerio Público (Decreto Legislativo Nº 052), que lo rige en la
actualidad y que no sólo reafirma la autonomía constitucionalmente
otorgada sino que, además, lo instituye como una institución
jerárquicamente organizada con rango y categoría semejantes a la del
Poder Judicial.

3.- EL MINISTERIO PÚBLICO EN LA ACTUALIDAD:

En el actualidad, el documento constitucional vigente, siguiendo la misma


técnica de su predecesora, reconoce a favor del Ministerio Público
autonomía (artículo 158º), “cuya principal misión es promover el ejercicio de
la función jurisdiccional con arreglo al principio de legalidad, en defensa de
los intereses públicos tutelados por el Derecho”, conforme lo ha afirmado el
Tribunal Constitucional en el fundamento jurídico 101 de la sentencia
recaída en el Exp. Nº 00004-2006-AI, 29/03/06. Cabe precisar que la
autonomía debe ser entendida como la capacidad de autogobierno que
tiene un organismo constitucionalmente autónomo para desenvolverse con
libertad y discrecionalidad, pero sin dejar de pertenecer a una estructura
general de la cual en todo momento se forma parte, y que está
representada no sólo por el Estado sino por el ordenamiento jurídico que
rige a éste (Exp. Nº 002-2005-AI/TC, F.J.32)11.

Dentro de las competencias tradicionales que se le han asignado conviene


destacar aquellas contenidas en el nuevo sistema penal acusatorio-
garantista y en el proceso contencioso- administrativo en los que, la figura
del fiscal, como titular de la acción penal, tiene la responsabilidad exclusiva

9
Ibidem. Pág. 178-179.
10
CHIRINOS SOTO, Francisco. “Constitución de 1993: Lectura y comentario”. Editorial RODHAS.
Lima (1997). Cuarta Edición. Pág. 346- 347.
11
GARCÍA BELAUNDE, Domingo. “Diccionario de Jurisprudencia Constitucional”. Editorial
GRIJLEY. Lima (2009). Primera Edición. Pág. 51.
de conducir la investigación preparatoria12 del delito; así como, la de
dictaminador, como órgano de instancia, en los procesos contenciosos
administrativos, conforme con su Ley Orgánica, el Nuevo Código Procesal
Penal y la Ley que regula el Proceso Contencioso-Administrativo,
respectivamente.

4.- EL MINISTERIO PÚBLICO Y LAS PROPUESTAS PARA SU FUTURO


INSTITUCIONAL:

Sin embargo, para que el Ministerio Público cumpla con promover el


ejercicio de la función jurisdiccional con arreglo al principio de
constitucionalidad y en defensa de los intereses públicos tutelados por el
derecho, debe gozar de la reserva de una ley orgánica que, no sólo
desarrolle la estructura, funciones y atribuciones conferidas, tal y como lo ha
venido haciendo hasta hoy en día, sino que, a su vez, desconcentre sus
funciones jurisdiccionales y administrativas en sus respectivos órganos
intermedios (Junta de Fiscales Superiores y Junta de Fiscales Provinciales)
dentro de un diseño de jerarquía institucional coordinada y tuitiva, antes que
dentro de un diseño jerárquico-subordinado en la que las instancias
superiores combinen su experiencia en la gestión del despacho fiscal con la
aplicación de los criterios de eficiencia y eficacia que rigen a toda la
administración pública.

Sólo de esta manera, se podrá hacer que la institucionalidad y el


posicionamiento social logrados durante todos estos años adquieran
vigencia y actualidad permitiendo que la figura del fiscal alcance su
verdadera dimensión en la conducción de la investigación preparatoria del
delito y en su rol de contralor de la legalidad; por ello, proponemos la
reforma democrática de su ley orgánica a fin que, como producto de
los debates que se gesten entre todos sus miembros, se reconozcan
facultades expresas de antiguos y nuevos órganos, se actualicen
procedimientos y, porque no, se introduzcan nuevas figuras
procesales acordes con la evolución de la ciencia del proceso y en
estricta coherencia con los postulados constitucionales.

5.- CONCLUSIONES:

La evolución del pensamiento jurídico se encuentra estrechamente ligada a


la evolución general de la historia de la humanidad, entendida como un
elemento constante de la naturaleza del hombre hacia el progreso de su
racionalidad y libertad (Voltaire); lo que hace que, en su rama más
específica, esto es la historia del derecho, se encuentren las bases reales
de las instituciones jurídicas y órganos de poder (Poderes públicos y
órganos constitucionales) de un determinado sistema constitucional en el
que sus fundamentos históricos e ideológicos se enmarquen en enunciados
explicativos de cara al pasado que lo legitimen, así como de enunciados
declarativos de cara al futuro que pretende alcanzar 13.

12
RODRIGUEZ HURTADO, Mario y otros. “Preguntas y respuestas sobre instituciones del Código
Procesal Penal”. Ediciones BGL E.I.R.L. Trujillo (2009). Primera Edición. Pág. 85.
13
GARCIA TOMA, Víctor. “Estudio Introductorio a la Constitución de 1993”. En “La Constitución
Política del Perú”. Editorial Gaceta Jurídica. Lima (2011). Primera Edición. Pág.18-19.
El Ministerio Público debe alimentarse de su entorno social a fin de cumplir
con sus fines y objetivos institucionales adaptándose a los cambios que se
van produciendo en el presente a través de la búsqueda de oportunidades
en futuros escenarios que le permitan resolver los problemas de manera
estratégica y no reactiva, como lo hacía en el pasado; por lo que,
proponemos la reforma de la Ley Orgánica del Ministerio Público, en el
ámbito de su misión, funciones y requerimientos en la que se inscribe la
actuación fiscal dentro del proceso penal y del proceso contencioso-
administrativo.

Es cierto que, en la realidad se constata la existencia de un mundo político


real que no guarda correlato con el diseño escrito de la Constitución, es
decir, en toda sociedad existen dos constituciones: una escrita y otra real 14.
Así, si bien para que nuestro sistema constitucional adquiera coherencia
histórico-jurídica, sería necesario –entre otras cosas- darle a las
instituciones jurídicas el nombre que históricamente le corresponde, pero
ello no resultaría trascendente, salvo para fines académicos; pues, su
institucionalización y posicionamiento jurídico, ha y es el resultado de su rol
protagónico en las diversas formas de administración de justicia que la
sociedad le ha reconocido durante todos estos años y lo que ha permitido
identificarlo y diferenciarlo de los demás entes y poderes públicos.

Sin embargo, en el supuesto caso en que se discuta el cambio de


denominación del Ministerio Público y sea cual sea la que ha recibido o
pudo haberlo recibido durante su aparición cronológica, nos permitimos
proponer el nombre de “Fiscalía General de la República”, con la
que estamos convencidos se traducirá su verdadero espíritu constitucional,
salvo mejor parecer.

6.- BIBLIOGRAFÍA:

 ANGULO ARANA, Pedro. “La Función Fiscal. Estudio comparado y


aplicación al caso peruano. El Fiscal en el nuevo proceso penal”. Jurista
Editores. Lima (2007).
 CHIRINOS SOTO, Francisco. “Constitución de 1993: Lectura y
comentario”. Editorial RODHAS. Lima (1997). Cuarta Edición.
 GARCÍA BELAUNDE, Domingo. “Diccionario de Jurisprudencia
Constitucional”. Editorial GRIJLEY. Lima (2009). Primera Edición. Pág.
51
 GARCIA TOMA, Víctor. “Estudio Introductorio a la Constitución de
1993”. En “La Constitución Política del Perú”. Editorial Gaceta Jurídica.
Lima (2011). Primera Edición.
 PAREJA PAZ-SOLDAN, José. “Historia de las Constituciones
Nacionales (1812-1979)”. Fondo Editorial de la PUCP. Lima (2005),
Segunda edición revisada, corregida y aumentada.

14
VALLADOLID ZETA, Víctor. “Introducción al Derecho Constitucional”. Editorial Grijley E.I.R.L.
Lima (2007). Primera Edición. Pág.74-75.
 RODRIGUEZ HURTADO, Mario y otros. “Preguntas y respuestas sobre
instituciones del Código Procesal Penal”. Ediciones BGL E.I.R.L. Trujillo
(2009). Primera Edición.
 UGARTE DEL PINO, Juan Vicente. “Historia de las Constituciones del
Perú”. Editorial Andina S.A. Lima (1978).
 VALLADOLID ZETA, Víctor. “Introducción al Derecho Constitucional”.
Editorial Grijley E.I.R.L. Lima (2007). Primera Edición.

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