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origen de la moneda

Es difícil precisar la fecha exacta de las primeras monedas pero los historiadores la
sitúan entre mediados del siglo VII a.C. y mediados del VI a.C. en el reino de Lidia,
en la costa occidental de Turquía, en el seno de un Estado influido por la Dodecápolis
Jonia, es decir, las doce polis jonias de la costa turca.
La moneda es precedida por los elementos metálicos premonetales (lingotes). Su
composición es el metal por su durabilidad, maleabilidad y su prestigio social ya que
los metales preciosos no se oxidan o lo hacen lentamente.

Las primeras monedas solo eran acuñadas usando metales preciosos. De hecho el
conjunto de monedas más antiguas encontradas, en el Templo de Artemisa en
Éfeso (1904), son de électro”, una aleación natural de oro y plata que aparece en los
ríos de esa zona. Forman parte de un exvoto a la diosa por parte de los reyes lidios

Ejemplo de moneda lidia del Artemisión. El anverso representa uno de los símbolos de
la dinastía de reyes lidios, un prótomo de león enfrentado a uno de toro. El reverso
muestra un cuadrado incuso.

La moneda surge con tres funciones universales:

-Medida de valor: Es usada para asignar valores a las cosas que se pueden
comprar.
-Medio de pago y de cambio: En un principio surge para ser usada como medio
de cambio (transacción comercial) aunque poco a poco se le añade e impone el
medio de pago (impuestos y multas).
-Acumulación de riqueza: La moneda es usada como medidor de riqueza.
Cuantas más monedas se poseen, más rico es el que las acumula. Esta
función solo es posible si es de curso legal, es decir, si es admitida por el
Estado.
El cumplimiento de estas funciones a la vez hace que la moneda sea dinero con
carácter universal. Otras sociedades utilizaron elementos diferentes a modo de
dinero.
Los griegos extendieron el uso de la moneda por el Mediterráneo tras la caída
de Lidia ante los persas (VI a.C.) llegando a Roma a finales del siglo IV a.C. y
principios del III a.C. Es en esta ciudad donde la moneda adquiere el nombre
por el que hoy la conocemos, pues la ceca donde se acuñaban las monedas
en Roma era el edificio anexo al templo de la diosa Juno Moneta, protectora de
la propia ceca.

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