Tengo delante de mí la portada del nuevo libro de Olga. Una niña 68
sonrí e a la cámara caminando por una playa entre la arena y el 133 agua, en un alegre equilibrio de brazos, decisión y sonrisa. Es 199 una foto que se desvanece, como la memoria, en un color salm ón 262 que brinca en forma de pez a los pies de la niña. 312 Quienes sean lectores habituales de "Espiritualidad" ya 371 saben de su autora bien porque aquí se reseñó a su "primogé nito" 440 "Voz de papel", o bien por haber le ído alguna de sus colaboracio - 509 nes en esta revista. Saben por lo tanto que el color salmón es el 576 de las almas que, como los salmones, tienen que nadar contra 636 corriente río arriba, superando obst áculos insalvables, peleando 702 siempre hasta el límite de sus fuerzas, y como los salmones, 763 morir dando la vida y dando vida. Al igual que la carne de los 826 salmones, el alma de estas personas es de una calidad especial. 889 Estos lectores saben ya que estas cosas para Olga no son meras 953 palabras, ya que las palabras para Olga son un bien escaso y 1014 doloroso, que brotando a borbotones debe seleccionar con cuidado 1078 antes de garabatearlas con dolor y darlas a descifrar con ciencia 1143 y paciencia. Desde 1987 Olga no puede hablar, y desde 1995 no 1206 puede escribir ni moverse. Una extraña y desconocida enfermedad 1270 degenerativa ha paralizado sus músculos y la ha reducido a la 1332 condición de "lechuguita", aunque eso sí, un vegetal muy activo, 1400 capaz no s ólo de escribir dos libros, sino tambié n de mantener 1464 comunicaci ón con multitud de personas. No es ninguna libertad que 1531 me tome, son calificativos y bromas que ella misma utiliza para 1594 referirse a si misma. Cuando hice para estas misma páginas digita - 1662 les la reseña de "Voz de papel" comparé su caso con el contado en 1731 "Johnny cogió su fusil", una pel ícula que a muchos espíritus 1797 sensibles que he conocido se les hizo insoportable e imposible de 1862 ver s ólo con imaginar una vida así. Me consta que Olga a ra íz de 1931 esto se interes ó por la pel ícula y consigui ó verla e identificar - 1999 se con la historia y el protagonista. Le dejaré a los castizos 2063 las exclamaciones castizas, yo las mías las exclamo para mis 2124 adentros, tan s ólo quiero hacer constar que Olga no es precisamen - 2192 te ninguna mojigata, ni ningún esp í ritu "delicado", y que cada 2258 palabra que escribe con los leves movimientos que le restan la 2320 respalda con cada segundo de su vida. 2357 Vuelvo a mirar la foto evanescente y a la ni ña que viene y 2416 parece marcharse. No nos engañ emos, todos nos vamos, es una 2476 cuestión de tiempo; ocurre que Olga sabe que será antes que 2539 luego, y que hoy, reducida, atada al respirador, a las sondas, e 2603 inmóvil, tiene presencia de eso, de desvanecimiento, de irse o 2666 estar ya en el tránsito de hacerlo. Y sin embargo esa ausencia, 2731 ese desaparecer son sólo aparentes, y no s ólo porque esa presen - 2797 cia de ausente sea engañosa en una persona que vive con intensi - 2861 dad desde su limitación, desde su dolor e incomunicaci ón, sino 2925 porque a Olga le consta que ese "irse" pospuesto en su caso desde 2993 el coma profundo de 1987, no es desaparecer. 3037 Examen de mecanograf ía Tema: LEC Nº: 2
En cuanto a su contenido general, esta Ley se configura con 61
exclusión de la materia relativa a la denominada jurisdicción 124 voluntaria, que, como en otros países, parece preferible regular 189 en ley distinta, donde han de llevarse las disposiciones sobre 251 una conciliació n que ha dejado de ser obligatoria y sobre la 312 declaració n de herederos sin contienda judicial. Tambi én se obra 379 en congruencia con el ya adoptado criterio de que una ley especí - 445 fica se ocupe del Derecho concursal. Las correspondientes disposi- 513 ciones de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 permanecer án en 581 vigor sólo hasta la aprobaci ón y vigencia de estas leyes. 640 En coincidencia con anteriores iniciativas, la nueva Ley de 701 Enjuiciamiento Civil aspira también a ser Ley procesal com ú n, 767 para lo que, a la vez, se pretende que la vigente Ley Orgánica 832 del Poder Judicial, de 1985, circunscriba su contenido a lo que 897 indica su denominaci ón y se ajuste, por otra parte, a lo que 958 señala el apartado primero del artí culo 122 de la Constituci ón. 1024 La referencia en este precepto al funcionamiento de los Juzgados 1090 y Tribunales no puede entenderse, y nunca se ha entendido, ni por 1156 el legislador postconstitucional ni por la jurisprudencia y la 1218 doctrina, como referencia a las normas procesales, que, en cam- 1281 bio, se mencionan expresamente en otros preceptos - 1331 constitucionales. 1348 Así, pues, no existe impedimento alguno y abundan las razones 1411 para que la Ley Orgá nica del Poder Judicial se desprenda de 1475 normas procesales, no pocas de ellas atinadas, pero impropiamente 1540 situadas y productoras de numerosas dudas al coexistir con las 1602 que contienen las Leyes de Enjuiciamiento. Como es lógico, la 1667 presente Ley se beneficia de cuanto de positivo podía hallarse en 1734 la regulación procesal de 1985. 1766 Menci ón especial merece la decisión de que en esta Ley se regule, 1835 en su vertiente estrictamente procedimental, el instituto de la 1898 abstención y de la recusaci ón. Es é sta una materia, con innega- 1965 bles facetas distintas, de la que se ocupaban las leyes procesa- 2029 les, pero que fue regulada, con nueva relaci ón de causas de 2089 abstención y recusaci ón, en la Ley Orgá nica del Poder Judicial, 2159 de 1985. Empero, la subsistencia formal de las disposiciones 2220 sobre esta citada materia en las diversas leyes procesales origi - 2285 nó algunos problemas y, por otro lado, la regulaci ón de 1985 2347 podía mejorarse y, de hecho, se mejor ó en parte por obra de la 2411 Ley Orgánica 5/1997, de 4 de diciembre. 2454 La presente Ley es ocasió n que permite culminar ese perfecciona- 2521 miento, afrontando el problema de las recusaciones temerarias o 2584 con simple ánimo de dilaci ón o de inmediata sustitució n del Juez 2652 o Magistrado recusado. En este sentido, la extemporaneidad de la 2718 recusación se regula m ás precisamente, como motivo de inadmisi ón 2785 a trá mite, y se agilizan y simplifican los tr ámites iniciales a 2850 fin de que se produzca la menor alteraci ón procedimental posible. 2916 Finalmente, se prevé multa de importante cuant ía para las recusa - 2984 ciones que, al ser resueltas, aparezcan propuestas de mala fe. 3046 Examen de mecanograf ía Tema: Nº: 3
Retomamos la labor de estudio de este OBSERVATORIO LEC con la 77
resolució n que encabeza estas líneas, adoptada por un Juzgado de 144 Primera Instancia dentro de un procedimiento ejecutivo que se 207 inici ó ya al amparo de la Ley 1/2000, de Enjuiciamiento Civil (en 278 adelante "LEC" o "LEC 2000") 317 Llegada la fase de apremio, la parte ejecutante estudi ó las 378 diferentes medidas ejecutivas a su alcance para hacer efectiva la 443 cantidad l íquida por la que obtuvo el despacho de ejecución. En 509 el caso que nos ocupa, la peculiar naturaleza del bien -una 568 concesión municipal para el ejercicio de una actividad económica 634 en r égimen de cuasi -monopolio - desaconsejaba su venta en pú blica 700 subasta por, entre otros factores, su precio tasado. 752 En efecto, a pesar de que la subasta judicial de bienes es la 814 "reina" de las medidas ejecutivas concretas -como lo demuestra el 881 hecho de que los arts. 643 a 675 LEC se dediquen por entero a la 948 subasta judicial, ya de muebles, ya de inmuebles- , es evidente 1010 que el propio legislador intuy ó que la venta judicial pod ía ser 1075 una medida ejecutiva inadecuada para ciertos bienes, como aquel- 1139 los que irremediablemente se deprecian con su venta o cuya p úbli - 1205 ca subasta se encuentra limitada por disposición legal o - 1263 reglamentaria. 1277 De este modo, el legislador, como ha indicado alg ún comentarista 1343 (CORD ÓN MORENO) ha resucitado la antigua "administraci ón forzosa" 1426 de la LEC 1881, otorgándole carta de naturaleza en los artí culos 1495 676 a 680 de la LEC y dá ndole un nuevo enfoque. 1546 Así, a diferencia de lo que ocurrí a con la LEC 1881, la LEC 2000 1619 no prevé la "administración para pago" como alternativa a la 1683 adjudicaci ón para pago cuando la segunda subasta fracasa, sino 1746 que la convierte en una "medida ejecutiva concreta", que bien 1809 puede sustituir a la venta en pública subasta -aunque sin renun- 1874 ciar a ella, como dice el art. 680.3 LEC. 1918 Por tanto, con la LEC 2000 es posible administrar forzosamente un 1987 bien embargado sin someterlo a pública subasta, algo que con la 2051 anterior legislació n no era posible. 2088 Continuando con nuestra explicació n, no está de m ás indicar que, 2156 en contra de lo que pudiera pensarse, la "administraci ón p a r a 2219 pago" del art. 676 LEC no es una "administración judicial", ni 2288 siquiera un subtipo o modalidad de ésta. 2329 Como bien explica SALINAS MOLINA, la administraci ón para pago es 2408 una "medida de ejecución" concreta, que permite al ejecutante 2472 "hacerse con la cantidad" por la que despach ó ejecució n, lo que 2539 la diferencia abiertamente de la administraci ón judicial (630 a 2604 633 LEC) que, ademá s de estar prevista para empresas, acciones o 2673 participaciones sociales -y, por tanto, no para bienes concretos - 2738 , es únicamente una "medida de garantía". 2783 En este sentido, mientras con la administraci ón judicial se 2844 "garantiza" el pago, con la administraci ón del art. 676 LEC se 2912 "obtiene" dicho pago de forma efectiva y directamente por el 2974 ejecutante, sin que medie ning ún administrador judicial, pues 3036 bien puede ser el propio ejecutante quien administre los frutos y 3101 rentas del bien administrado -aunque con exquisito respeto a las 3165 exigencias legales. 3184 Examen de mecanograf ía Tema: Biografías Nº: 4
Se dice que la noche del 16 de diciembre de 1770 una tremenda 62
tempestad se desencadenaba de las Siete Monta ñas y descargaba su 128 furia sobre la ciudad de Bonn, (Alemania), a las orillas del 192 Rhin; el viento helado azotaba las puertas y ventanas de las 254 casas, en tanto que la lluvia caía pertinaz y torrencialmente. 317 En esta habitación n a c ió Beethoven el 16 de diciembre de 1770. La 387 foto la tomé "clandestinamente" por lo que no pude alinear la 451 cámara correctamente. 473 En una pequeña bohardilla nací a un niño al que su padre, llamado 539 Johann Beethoven, llevarí a a bautizar al día siguiente a la 602 iglesia de San Remigio, imponi éndole el nombre de Ludwig, mismo 669 que tenía su abuelo. 690 Su madre era Magdalena Keverich. Este ni ño desde peque ño mostró 758 notables disposiciones para la música, por lo cual su padre, 819 tenor de la corte y muy dado a la bebida, obsesionado por el 879 ejemplo de Mozart, quiso hacer de é l un prodigio, oblig ándolo a 945 estudiar desconsideradamente, encerrándolo durante muchas horas y 1011 maltratándolo severamente cuando no cumpl ía con las tareas agobia - 1079 doras que le se ñalaba. 1101 Mi hermano y mi padre en el jardín de la casa donde naci ó Beetho- 1170 ven. 1174 En 1778 lo presentó en Colonia en un concierto de piano, y en 1238 1781 lo llevó a una gira a Holanda, que fue un fracaso. Beethoven 1306 recibió lecciones, ademas de su padre, de Pfeiffer, van der 1367 Eeden, Rovantino, los PP. Koch y Zeese; Neefe le hizo estudiar el 1440 "Clavecín bien temperado" de J. S. Bach, que en esa época (1781) 1514 sólo exist ía en copias manuscritas, las sonatas de Carlos Felipe 1582 Emmanuel Bach, y las de Muzio Clementi. 1625 En el invierno de 1786 visitó Viena, conoció a Wolfgang Amadeus 1694 Mozart de quien recibió algunas lecciones, y el cual dijo así a 1760 alguno de sus amigos: "Escuchen a este joven; no lo pierdan de 1826 vista que alguna vez hará ruido en el mundo". La enfermedad de su 1894 madre lo obligó a volver a Bonn, donde ella murió en 1787. 1955 Así escribía al Dr. Schade el 15 de septiembre de ese a ño: "Era 2026 tan buena conmigo, tan digna de ser amada, mi mejor amiga". 2086 Obligado a hacerse cargo de sus hermanos se vio en la necesidad 2150 de pedir el retiro de su padre y a que se le entregara la pensió n 2216 correspondiente para que no fuese disipada. Las penas y sufrimien- 2283 tos que pasó fueron considerables, sin embargo, encontr ó un 2344 generoso consuelo en la familia Breuning, sintiendo un afecto 2406 especial por "Lorchen", (la gentil Eleonora, a quien dio clases 2474 de mú sica, recibiendo en cambio conocimientos de literatura), que 2541 se casaría m ás tarde con el Dr. Wegeler, y con los cuales mantuvo 2610 durante toda su vida una estrecha amistad. Asimismo halló un 2672 decidido protector en el conde Waldstein, hombre de gran cultura 2737 y pianista distinguido, que había ido a residir a Bonn por razo- 2803 nes políticas; este personaje despu és de haber oí do a Beethoven, 2872 lo proclam ó como el heredero leg ítimo de Mozart y Haydn, y lo 2937 ayudó eficazmente para que pudiera radicarse en Viena, recomendá n- 3006 dolo ampliamente para que pudiese abrirse camino. 3055 Examen de mecanograf ía Tema: Examen 2002 Nº: 5
Hoy, en el contexto de un estado de Derecho garantista (es decir, 68
inspirado en el principio garantista por lo que se refiere al re - 133 curso a la norma penal), los supuestos de conflicto de este tipo 198 no nacen, en mi opinión, del primer modelo, es decir, de la per- 263 sistencia de deberes jurí dicos de tipo perfeccionista o paterna- 328 lista (aunque un Estado social, intervensionista, supone siempre 394 la existencia de deberes cuya justificación es paternalista y hoy 460 todav ía quedan muestras nada desdeñ ables como la imposición de un 527 modelo de relaciones familiares o, sobre todo, los residuos del 590 Estado terapéutico, como la muestra, a mi entender, las propuestas 658 de retornar a una penalización del consumo de drogas, o la perma - 724 nencia de una reacci ón penal desproporcionada en algunos supuestos 791 de eutanasia), si no más bien de lo que podríamos calificar el re - 860 torno desde lo privado al segundo modelo, es decir, los conflictos 926 derivados en buena medida del incremento de la multiculturalidad y 992 muy especí ficamente, como la presencia cada vez m ás importante del 1060 fundamentalismo, esto es, de grupos identificados por una concien- 1126 cia religiosa cuyas exigencias se presentan como incompatibles con 1192 el pluralismo ideoló gico y con el contenido del consenso que sirve 1259 de base a los bienes jurí dicos constitucionalmente protegidos. 1322 Por eso parece interesante recordar un debate relativamente cono - 1388 cido a propósito de la concepci ón del moralismo legal. Me refiero 1456 al debate que ocupa buena parte de las p áginas má s brillantes so - 1523 bre el fundamento de la ley penal en la literatura anglosajona, la 1589 polémica que enfrentó en su dí a a J.S. MILL a trav és de los argu - 1664 mentos expuestos en On Liberty (1859) y a J.F. STEPHEN en su obra 1742 Liberty, Equality and Fraternity (1873)y que se reproduce a raíz 1812 del informe Wolfenden (comisió n dirigida por JUL. en 1954 para in - 1884 vestigar el estado de las leyes penales sobre homosexualidad y la 1949 prostituci ón y que present ó en 1957 al Gobierno lo que se conoce 2016 como Wolfenden Report, denominado oficialmente Report of the De- 2084 partamental Comittee on Homosexual Offenses and Prostitution (43) 2155 frente al que reacciona el juez Lord DEVLIN en 1959 con su confe - 2227 rencia en la British Academy "The Enforcement of Morals"(44), a la 2302 que, como es sabido, responde HART (45). Es un debate cuyo objeto, 2375 como se ha escrito, es el alcance del principio del moralismo le - 2440 gal en el ámbito penal, es decir qu é tipo de moralidad hay que es - 2508 coger como criterio para el legislador penal, si la moral social 2572 positiva o bien otra. 2593 Es interesante que el informe Wolfenden se plantea expresamente la 2661 cuestión de la funci ón/justificació n del Derecho Penal, en t érmi - 2733 nos de la siguiente alternativa: si la ley penal es justificable 2798 únicamente como garantía de los derechos, o m ás bien como un fac - 2866 tor de protecci ón de la moral social; dicho de otra manera, si la 2933 funci ón de la ley penal consiste en preservar el orden p úblico y 2999 proteger a los ciudadanos de lo que es ofensivo e injurioso (espe- 3066 cialmente a los más vulnerables), o va m ás all á y debe asumir la 3134 tarea de preservar un determinado orden moral. 3180 Examen de mecanograf ía Tema: LOPJ Nº: 6
Las grandes l íneas de la Ley est án expresadas en su T ítulo Prelimi - 74
nar. Se recogen en é l los principios que se consagran en la Consti- 144 tuci ó n. El primero de ellos es la independencia, que constituye la 212 caracter ística esencial del poder judicial en cuanto tal. Sus 275 exigencias se desenvuelven a trav és de mandatos concretos que 337 delimitan con el rigor preciso su exacto contenido. 388 As í, se precisa que la independencia en el ejercicio de la funció n 457 jurisdiccional se extiende frente a todos, incluso frente a los 520 propios órganos jurisdiccionales, lo que implica la imposibilidad 586 de que ni los propios Jueces o Tribunales corrijan, a no ser con 652 ocasi ón del recurso que legalmente proceda, la actuació n de sus 717 inferiores, quedando igualmente excluida la posibilidad de circula - 784 res o instrucciones con car ácter general y relativas a la aplica- 850 ci ón o interpretació n de la Ley. 885 De la forma en que la Ley org á nica regula la independencia del 950 poder judicial se puede afirmar que posee una caracter í stica: su 1016 plenitud. 1025 Plenitud que se deriva de la obligaci ón que se impone a los pode- 1092 res p úblicos y a los particulares de respetar la independencia del 1159 poder judicial y de la absoluta sustracción del estatuto jur ídico 1226 de Jueces y Magistrados a toda posible interferencia que parta de 1293 los otros poderes del Estado, de tal suerte que a la cl ásica 1355 garantía - constitucionalmente reconocida - de inamovilidad se a ñade 1422 una regulaci ón, en virtud de la cual se excluye toda competencia 1487 del poder ejecutivo sobre la aplicaci ón del estatuto org ánico de 1553 aquellos. En lo sucesivo, pues, la carrera profesional de Jueces y 1621 Magistrados estar á plena y regladamente gobernada por la norma o 1687 depender á, con exclusividad absoluta, de las relaciones que en el 1753 á mbito discrecional estatutariamente delimitado adopte el Consejo 1820 General del Poder Judicial. 1850 La importancia que la plenitud de la independencia judicial tendrá 1918 en nuestro ordenamiento debe ser valorada complet á ndola con el 1981 car ácter de totalidad con que la Ley dota a la potestad jurisdic - 2048 cional. Los Tribunales, en efecto, controlan sin excepciones la 2113 potestad reglamentaria y la actividad administrativa, con lo que 2177 ninguna actuaci ón del poder ejecutivo quedará sustraída a la 2240 fiscalización de un poder independiente y sometido exclusivamente 2306 al imperio de la Ley. Habrá que convenir que el Estado de Derecho 2376 proclamado en la Constituci ón alcanza, como organizació n regida 2442 por la Ley que expresa la voluntad popular y como sistema en el 2506 que el gobierno de los hombres es sustituido por el imperio de la 2571 Ley, la m á xima potencialidad posible. 2610 Corolarios de la independencia judicial son otros preceptos del 2674 T ítulo Preliminar que concretan sus distintas perspectivas. As í, 2743 la unidad de la jurisdicción, que, en consecuencia con el mandato 2809 constitucional, es absoluta, con la única salvedad de la competen - 2876 cia de la jurisdicci ón militar, que queda limitada al á mbito 2938 estrictamente castrense regulado por la Ley y a los supuestos de 3003 estado de sitio;... 3023 Examen de mecanograf ía Tema: Nº: 7
Abordar semejante tema me resulta algo comprometido por la t ípica 67
controversia en torno a é l, pero al mismo tiempo me resulta estimu- 135 lante y excitante. Con respecto al tema, aquellos defensores a 198 ultranza del virtuosismo, t écnica pura, aquella que nos impresiona 265 por su forma de moverse por el teclado, de recorrerlo de arriba 328 abajo unas cuantas veces en un tiempo casi milagroso, me impresio- 394 nan en cuanto a eso: t écnicos del piano. En un primer momento nos 462 pueden dejar boquiabiertos, pero despu és personalmente no me dicen 529 nada, para m í estos no tienen demasiada importancia, tal vez 590 porque si un pianista (o cualquier otro int érprete) no me transmi- 659 te, no hace que las cuerdas de mi coraz ó n vibren al son del suyo, 725 de lo que siente, para m í no son má s que técnicos. T écnica pura, 794 claridad absoluta son cualidades admirables pero que en s í mismas 860 no poseen demasiado valor. 886 De lo que sí soy partidaria, es que durante los primeros a ño s ( a l 954 igual que durante el resto de los mismos), hacer un especial 1015 desarrollo de la t écnica en cuanto a desarrollar en el alumno 1077 agilidad de dedos, ligereza, firmeza, relajación ... partiendo de 1143 esa base ir trabajando la interpretaci ón, el llegar al oyente. A 1209 mi juicio esto es importante para que luego sea fruct ífera la 1271 transmisi ó n y expresión de la m úsica. 1311 En cambio un intérprete que só lo se preocupe por transmitir (aun- 1380 que de modo alguno no es que est é totalmente de acuerdo), s í me 1446 convence m ás, ya que para transmitir y llegar al oyente ha tenido 1512 que salvar y superar los diferentes problemas t écnicos, haci éndo- 1579 los algo asequible, casi cotidianos (dir ía yo), ya que al ser su 1646 principal objetivo el fluir de la m úsica, la poesí a se torna más 1713 f ácil y asequible. 1732 Para mí, a la vista est á, tiene más valor que el pianista transmi- 1802 ta, que llegue al oyente, que el ser m ás t écnico. Considero que 1868 llegar al oyente no es algo que est é al alcance de cualquier 1929 m úsico, sino que es algo particular y exclusivo, mientras que los 1995 determinados problemas t é cnicos de una obra s í que terminamos por 2062 resolverlos todos (a unos en una brevedad de tiempo asombroso, 2125 mientras que otros tardan un poco m ás), pero el resultado es el 2190 mismo: problema solucionado. Mientras que a un nivel expresivo no 2257 todos est á n al alcance de una gran calidad, ya que eso, a mi 2318 parecer, es algo innato, aunque si bien, se puede potenciar cuando 2384 haya un m í nimo de aptitudes. La diferencia estriba, a mi parecer, 2451 al nivel que llegan unos y otros. 2484 Si tuviera que definir en un tanto por ciento cu ánto de cada parte 2552 tendr ía que haber en un pianista, daría un 40% a la parte té cnica 2621 y un 60% a la parte expresiva. 2652 Para mí el pianista no tiene si no la funci ón de cantar y hablar 2719 con los dedos, aquello que las palabras no pueden expresar porque 2784 se pueden pensar, aquello que est á en el fondo de nuestra alma, en 2851 lo m á s profundo de nuestro ser y que encuentra en la mú sica el 2915 lenguaje ideal e id ó neo con el que expresarse. 2962 Examen de mecanograf ía Tema: Alimención Nº: 8
Los cambios en los h ábitos de vida para mejorar la salud, incluyen 68
a los cambios en hábitos alimenticios. Es conveniente alimentarnos 136 adecuadamente pero sin adoptar medidas extremas que pongan en 197 riesgo nuestra salud. Es importante consultar a un experto en 259 Nutrición que ayude a elaborar un esquema de alimentaci ón adaptado 328 a usted, según tus caracter ísticas f ísicas y estilo de vida. 391 Es importante perder peso en forma progresiva aprox. 1 kilo por 455 semana, no tan rápido, porque puedes caer en debilidad, desnutri - 521 ción, cansancio y en casos extremos depresi ó n, es mejor ir lento 587 pero seguro. Es bueno perder peso pero no morir en el intento, 650 seamos concientes al querer bajar nuestro peso. 697 Tambi én es importante mantener la actividad f ísica, caminar, 760 moverse, si hay tiempo inclusive el ingreso a un gimnasio, seria 824 buena idea. 835 Es importante saber que :la fibra que se compone fundamentalmente 902 de una combinación compleja de material hidrocarbonato no digeri - 968 ble, es un componente natural y hasta ahora muy olvidado en la 1030 dieta normal. La dieta Occidental t ípica contiene baja cantidad de 1099 fibra , ya que predomina el consumo de harina de trigo altamente 1163 refinada y a la escasa ingesta de frutas y verduras. Por lo antes 1229 expuesto seria bueno considerar la posibilidad de cambiar nuestra 1294 mentalidad en cuanto a la alimentación, escoger mejor lo que vamos 1361 a consumir para ser cada vez m ás saludables. 1406 Antiguamente se sostenía que el estar gordo es sin ónimo de salud, 1474 actualmente se sabe que es todo lo contrario, pero el cambio de 1537 mentalidad no es fácil y m ás cuando lo has estado escuchando desde 1605 niño, o si la persona ya tiene cierta edad, por eso es bueno tener 1671 paciencia y realizar cambios progresivamente, nunca es tarde para 1736 empezar y es bien importante ser un agente multiplicador de infor- 1802 mació n, si cuentas con información que consideres vital busca la 1868 manera de multiplicarla así pondr ás tu granito de arena para un 1933 mundo mejor. 1945 Los malos hábitos pueden ser sustituidos por buenos há bitos, todo 2013 en exceso se acumula, por ello no es conveniente comer en exceso, 2078 antes de comer, es importante saber si lo que vamos a consumir es 2143 adecuado y en cantidades suficientes. 2180 Disfruta comiendo, masticar lentamente, saborea la comida, para 2244 que los jugos g ástricos puedan secretarse y se realice una buena 2309 digestión. Es conveniente no disfrazar la comida con sabores ni 2374 olores artificiales, no es bueno usar enlatados, todo deber ía ser 2440 lo mas fresco y sano posible. 2469 Actualmente existe mucha informació n acerca de la alimentaci ón, la 2538 mayor ía debe ser ajustada a nuestra realidad y a nuestro medio, 2602 por ejemplo comer las frutas que se dan en nuestro tró pico, en fin 2669 a menos que contemos con buenos recursos econ ómicos y de paso 2731 acceso a alimentos frescos importados, lo mejor es adaptarse a los 2797 alimentos que se consiguen en buena proporci ón en nuestro medio. 2862 Otra cosa que hay que tomar en cuenta es el balance de los alimen- 2929 tos, la dieta debe ser equilibrada, no excedernos en el consumo de 2995 prote ínas ó de carbohidratos por eso es conveniente una accesoria 3062 con un Nutricionista, y de esta manera adaptarla luego a nuestros 3128 gustos. 3135 Examen de mecanograf ía Tema: G.G.Márquez Nº: 9
Vivir para contarla discurre sobre la tierna corriente del amor 64
filial, desde el p árrafo de entrada hasta las frases finales de la 131 narraci ón, que va circulando alrededor de la madre y la familia y 197 con el polo a tierra de "la vieja casa de los abuelos en Aracata - 264 ca, donde tuve la buena suerte de nacer". Es una historia personal 332 y familiar que supera la preceptiva tradicional de las memorias 395 literarias y la autobiograf ía. 426 El personaje de su propia novela, en este volumen de 579 p áginas, 493 es Gabriel Garc ía Má rquez. 524 Hablar de las memorias de un narrador es una redundancia. Esta 588 obra confirma que los cuentos, las novelas y las crónicas y los 652 art ículos period ísticos de Garc ía M árquez han sido primero que 720 todo creaciones testimoniales de patente autenticidad, de donde 783 nunca han estado excluidos ni él, ni su familia ni sus contemporá - 851 neos cercanos. 865 Se insin úan acentos de testamento literario en Vivir para contar - 933 la, cuando se identifican algunos signos de sopor, como de siesta 998 en el calor del tr ópico, pero prevalece la energ ía vital distinti- 1066 va de todos los textos antecedentes. Cuando termin é la primera 1130 exploraci ó n a grandes saltos por los laberintos de esa prosa 1191 magn é tica, me convencí de que ten ía abundantes motivos para resis- 1260 tirme a concluir que esta ser í a la culminació n de la parábola 1324 imaginativa de Garc í a Márquez. Esta no puede ser la última de sus 1395 novelas. M ás bien sugiere que podrí a marcar un promisorio punto de 1464 partida. 1472 No es razonable esperar grandes revelaciones, ni episodios trascen - 1540 dentales. Lo esencial est á en que es el mismo Garc ía Má rquez el 1609 narrador y protagonista de su propia historia trascendente. La 1672 autenticidad es uno de los rasgos distintivos de la obra. El 1733 estilo es el hombre. En la tradici ó n literaria los lectores de 1797 memorias est án acostumbrados a detectar gestos de vindicta subrep - 1864 ticios o manifiestos. Muchas veces el g é nero ha sido contaminado 1930 por el c álculo utilitario para el ajuste indecoroso de cuentas. En 1998 cambio, esta biograf ía novelada representa un ejemplo de sapiente 2064 ecuanimidad, de sinceridad generosa, casi de ausencia de vanidad, 2129 como si se hubiera propuesto expiar sus presuntas culpas con una 2193 depurativa confesi ón en público y por escrito. 2241 Garc í a Márquez sigue siendo el maestro de la creaci ón de atm ósfe- 2312 ras y escenarios, de la combinaci ón de historias paralelas y del 2377 arte del detalle. Renueva en este libro su gratitud a Faulkner, 2442 "el m ás fiel de mis demonios tutelares". Y no desde ña las ocasio- 2511 nes propicias para aguzar el sentido del humor, como al recordar 2575 su ilusi ón period ística y literaria y la an écdota de Shaw: "Desde 2647 muy ni ño tuve que interrumpir mi educaci ón para ir a la escuela". 2714 Humor, tambi én, cuando parece que disfruta induciendo al lector a 2781 buscar en el Diccionario palabras tan ex óticas en nuestros d ías 2847 como fr émito: "No pude eludir el fr émito de que iba a perderla 2914 para siempre un jueves de julio". 2948 Ya no es Macondo, sino el territorio real de los sue ños y las 3011 andanzas intelectuales. Del realismo m ágico al puro realismo. En 3078 sentido estricto, esta obra no equivale a 50 años de historia 3139 nacional. 3148