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Ciudad Ideal, Ideal de Ciudad PDF
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RESUMEN
El texto que sigue aborda la idea de ciudad, y sus múltiples expresiones concretas, idea que representa al
mismo tiempo el genio creador del individuo y las limitaciones insoslayables de la vida en comunidad.
La hipótesis que se pretende probar es que el ideal-ciudad (imagen de la idea de ciudad, inspiradora de la
utopía urbana) y la ciudad-ideal (estado deseado para toda ciudad real, como respuesta soñada en base al
ideal-ciudad), configuran una idea de ciudad anhelada por todos, transformándose en germen de diversas utopías
urbanas, las que clasificaremos en cinco etapas históricas principales. Desde allí se concluye que la ciudad,
entendida como aquel ideal colectivo existente en la comunidad que la habita, no es precisamente la que se
nos revela cotidianamente.
ABSTRACT
The following text describes the idea of city and its multiple concrete expressions, this idea that represents
at the same time, on the one hand the creative genius of the human being and on the other the unavoidable
limitations of community life. The hypothesis to be tested is that the ideal-city (image of the city ,inspired on
the idea of urban utopia ) and city-ideal (State desired for every real city as an answer dreamed by everybody
on the basis of the ideal-city), becoming the idea of city wanted by everybody and becoming the seeds of
various urban utopias, which we will classify in five major historical phases. From there it can be concluded
that the city concept, understood as the collective ideal existing in the community that inhabits it, is not
precisely the one that is revealed to us on a daily basis.
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calizado en otra parte y en otro tiempo. Para dades latinoamericanas y europeas, particu-
lograr el propósito del texto, éste ha sido di- larmente del Perú, Argentina, Chile, Brasil,
vidido en dos partes principales. En la pri- México, Cuba, Bolivia, España, Francia,
mera, se abordará Las nociones de ideal-ciu- Suiza, Polonia, Italia, Holanda, Bélgica y
dad, ciudad-ideal y utopía, para trascender la Alemania, entre 1990 y 2010.
ciudad, en la cual se formulará la idea de
heterogeneidad de contenidos conceptuales
en la noción de ciudad, lo que mostrará la LAS NOCIONES DE IDEAL-CIUDAD,
necesidad de sacar a la luz las nociones de CIUDAD-IDEAL Y UTOPÍA PARA
ideal-ciudad, ciudad-ideal y explicar que TRASCENDER LA CIUDAD
la utopía urbana ha sido por excelencia el
mecanismo revelador del ideal-ciudad. En La heterogeneidad de contenidos concep-
la segunda parte, El ideal-ciudad a través de tuales en torno a la noción de ciudad
cinco etapas de la utopía urbana, se expon-
drán brevemente las cinco principales eta- Resulta difícil aprehender la idea de que la
pas de la utopía urbana. ciudad pueda identificar como una misma
Para probar que la ciudad real es un entidad a la antigua Jerusalén, a la Roma
esfuerzo permanente por materializar una imperial, a Machu Picchu, a New York o a
ciudad-ideal a partir del ideal-ciudad colec- Louvain-la-Neuve, es decir, organizaciones
tivo, se ha adoptado, metodológicamente, extremadamente diferentes en su forma,
un enfoque deductivo: se ha construido contenido, envergadura, aspecto, funciones
primeramente un tejido conceptual con y significaciones. Derycke, Huriot, Pumain
las nociones de ideal-ciudad, ciudad-ideal y (1996: 2) nos ofrecen un buen ejemplo de
utopía con el propósito de ir más allá de la la diversidad posible de significados o de
noción de ciudad. Sobre esta conceptuali- representaciones conceptuales de la ciudad:
zación se han observado un sinnúmero de
ciudades-hechas y ciudades-dichas, lo que Forma de hábitat permanente... medio
permitió revelar los principales momentos de vida artificializado... concentración
del ideal-ciudad a través de la utopía urba- importante de personas sobre un espa-
na, como también la diversidad de formas cio restringido... lugar donde se inventa
que de esta utopía surge. Por ello, este tra- la división social y técnica del trabajo...
(lugar) donde los grupos sociales se inte-
bajo más que una recopilación analítica y
gran y se afrontan en una sociedad com-
descriptiva de la vasta producción biblio- pleja... centro donde se ejerce el poder
gráfica en la materia, pretende contribuir político y el control territorial... adición
con algunas ideas básicas que permitan pro- de hogares y de empresas que se dispu-
bar que el ideal-ciudad, como inspirador de tan los recursos locales... instrumento de
la utopía urbana, y la ciudad-ideal, como producción que los economistas consi-
respuesta soñadora a las crisis permanentes deran como un generador de ventajas de
de la ciudad real, constituyen una idea de aglomeración... entidad espacial organi-
ciudad aún lejana de la ciudad cotidiana zada sobre un sitio, tirando partido de su
que habitamos. La construcción de estas situación dentro de un territorio... lugar
ideas básicas surge del estudio de una am- empapado de imaginario, espectáculo,
plia bibliografía primaria y secundaria acer- símbolo...
ca de la ciudad y el espacio urbano, como
también sobre la base de diversas investiga- La ciudad es todo eso, más que eso y
ciones, estudios y viajes del autor, en ciu- probablemente, nada de eso.
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La investigación realizada reveló que las tos principios comunes. Por otro lado, la
definiciones más usadas acerca del fenóme- ciudad ha sido concebida como proyección
no urbano, bien que relacionadas por la de las relaciones sociales sobre el suelo. Es
idea de ciudad en tanto que lugar de rela- la idea de la ciudad como imagen de una
ciones, de comunicaciones, de concentra- sociedad (Vidal Rojas, 1996; 1997), de una
ción, de intercambio, de transformación, ciudad que cambia en función de la diver-
constituyen un conjunto tan heterogéneo sidad de formas políticas y culturales de or-
y complejo, que provoca una permanente ganización social existentes a lo largo de la
redefinición del sentido y contenido de la historia y a lo largo del espacio. Es la ciudad
ciudad (Remy & Voyé, 1992). Sea esto por múltiple, siempre imagen y representación
la diversidad de formas urbanas observadas de lo social. Pero no se trata de la represen-
(Roncayolo, 1982), por la multiplicidad de tación del conjunto de las relaciones socia-
puntos de vista respecto de la ciudad (Voyé, les sino que de las relaciones que resultan
1996) o por la preeminencia de alguna di- de los valores impuestos por las clases do-
mensión urbana en particular (Remy & minantes, siendo entonces la ciudad más
Voyé, 1981; Vidal Rojas, 2002; Weber, el testimonio o el signo de una época y de
1982). un tipo de dominación, que la imagen o
Surge la pregunta acerca de si estamos los valores de una sociedad en su conjunto.
en presencia de una multiplicación de de- Esto se refiere a la paradoja entre la ciudad
finiciones y de precisiones sobre una única transformadora de las relaciones sociales y
y unívoca ciudad o, al contrario, frente a la ciudad transformada por estas relaciones,
una multiplicación de formas urbanas, de que es la paradoja entre la ciudad-idea y la
entidades urbanas de distinta vocación, ciudad-imagen. Pero la ciudad-imagen no
convergentes y diferentes (Bairoch, 1985), es aquella que el especialista intenta enten-
que obedecen todas de manera parcial a der desde sus elementos, formas o escalas
una cierta idea común que hemos llamado (Lynch, 1998), sino como el modo en que
ciudad, idea con la cual buscamos su origen la ciudad se revela ante el imaginario colec-
más remoto (Guliáev, 1989) con el cual se tivo de sus habitantes (Calvino, 1974; Lévy,
pretende afirmar la existencia real y material Raffestin, 1999; Zola, 1991).
de la ciudad. Entonces, la ciudad, ¿es una
idea motora previa a la concepción de for-
mas urbanas a lo largo de la historia (la ciu- La ciudad-real, espejismo mediador entre
dad hecha), o constituye una síntesis expli- la ciudad-ideal y el ideal-ciudad
cativa y recurrente posterior a esas concep-
ciones (la ciudad dicha)? Dialécticamente, De esta relación entre ciudad-idea y ciudad-
la ciudad se nos presenta, por una parte, imagen surge la noción de ideal-ciudad. El
como una idea general e integradora de ideal-ciudad es la imagen de la idea que un
una diversidad de formas urbanas y de un individuo o una comunidad tiene de la ciu-
complejo conjunto de relaciones sociales dad, de la cual poseemos experiencias bien
independientemente del contexto tempo- distintas. Pero ideal-ciudad no es sinónimo
ral y espacial específico, sueños de ciudades de ciudad-ideal. La ciudad-ideal es una no-
que nacen en el corazón de ciudades inha- ción que supone la existencia de la ciudad
bitables (Calvino, 1974). La ciudad única y que imagina las condiciones y caracterís-
de mil caras que, más allá de las particula- ticas que califican un estado de perfección
ridades específicas o de la realidad de cada (Malverti & Pinon, 1997). Es el estado de-
territorio y de cada sociedad, impone cier- seado para toda ciudad. Es la ciudad que
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buscan hacer existir los especialistas (Lévy posición de lo nuevo. Para la ciudad ideal
& Raffesttin, 1999), ya sea desde el sueño la ciudad real es el territorio desde el cual
y la imaginación, ya sea desde la interpre- surgirá la ciudad soñada, mientras que para
tación de ciudades materiales o dibujadas el ideal-ciudad, la ciudad existente debe
(Bailly, Baumont, Huriot, Sallez, 1995), ya desaparecer para permitir la aparición de la
sea a través de la puesta en relieve de las ciudad que subyace a lo existente, a la espe-
reglas de organización y de las relaciones de ra de su manifestación, y que se reproduce
los componentes de la ciudad (Sitte, 1996), y subsiste en el imaginario colectivo.
especialmente, espacios públicos y edificios. El ideal-ciudad es una noción que expresa
El ideal-ciudad, en cambio, es la fuente la aspiración de la creación de la ciudad. El
principal de la utopía urbana, una cons- supone la inexistencia de ella. Y cada ideal-
trucción mental colectiva que recorre toda ciudad expresa siempre las frustraciones y
la historia urbana. El ideal-ciudad se dife- los deseos de una época. En la lógica del
rencia de la ciudad ideal por el lugar que ideal-ciudad, todas las formaciones urbanas
ocupa y el rol que satisface en el proceso que han existido en el curso de la historia
urbano: mientras la ciudad ideal es una fi- constituyen un esfuerzo permanente por
nalidad, un estado último al que se aspira, crear las condiciones ideales al desarrollo
revelando con ello un carácter teleológico, de la vida en comunidad. Estas condiciones
el ideal-ciudad es una fuente genérica, una ideales de vida colectiva, este medio am-
matriz inspiradora, un concepto colectivo biente construido redentor tipifica el ideal
supuestamente universal y cuyos valores que se ha dado en llamar ciudad. La Torre
identifican a la totalidad de los individuos. de Babel, la República de Platón, los Planos
Esta última revela entonces un carácter mi- de alineamiento y la lógica de Renovación
tológico y fundador. La ciudad ideal se al- urbana del siglo XVIII, el pueblo Industrial
canza por la construcción y reconstrucción de Owen, el Falansterio de Fourier (Fig. 1),
permanente de la ciudad real a través de sus la Carta de Atenas, el Plan Regulador hoy
innumerables adaptaciones al cambio social en día (Fig. 2) son algunos de los tantos es-
y tecnológico. El ideal-ciudad es más bien fuerzos desplegados para crear, a partir de
una postura crítica frente al medio urbano una situación histórica dada, una ciudad
cuya redención se alcanza sólo por la super- sobre la base de este ideal-ciudad.
Figura 1. El Falansterio de Charles Fourier y Victor Considérant, y la utopía del edificio-ciudad para la
familia obrera.
Fuente: Ilustración de MagdelinePinel, Colección Le Mécène, en Patrice de Moncon (1998).
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Figura 2. El Plan Regulador urbano en Chile, un intento por construir la ciudad a través de la normativa
urbana.
Fuente: Estudio para el Plan Seccional Regulador del Borde del Río Cachapoal, en Rancagua, Chile. Rodrigo Vidal Rojas y Rodrigo
Martin, Escuela de Arquitectura, USACH.
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Pero utopía no es sinónimo de ideal-ciu- según la cual las utopías no pueden ser
dad. Ella es una forma de representación llevadas a la práctica sin provocar inevita-
que revela, a través de imágenes literarias blemente su destrucción como utopía nos
o iconográficas (proyectos, sueños, símbo- aporta su tercer significado: el de la reali-
los), el ideal-ciudad. La utopía mediatiza zación imposible. Así, todo lo que nace de
el ideal-ciudad. Este último preexiste a la la imaginación y que no tiene un arraigo
utopía en el imaginario individual y, sobre concreto en este mundo, que se presen-
todo, colectivo. La utopía es una construc- ta como la realización de la felicidad de la
ción imaginaria que intenta develar este colectividad, como la construcción de un
ideal-ciudad. Etimológicamente, utopía es mundo mejor, todo lo que es considerado
outopia y eutopia. Outopia u ou-topos es lu- como imposible de lograr es asociado a la
gar en ninguna parte o no-lugar. Es segura- idea de la utopía. Pero Reszler propone que
mente la definición más conocida. Ella ex- “la utopía es antes que nada un instrumen-
plica principalmente el carácter a-histórico to de crítica social; expresión de una volun-
y a-geográfico de un gran número de uto- tad de reforma global, ella revela, más allá
pías. En este sentido, sería más propio ha- del discurso, un programa político, teóri-
blar de a-topia. Eutopia o eu-topos es lugar co y abstracto” (1980: 77). De cualquier
de felicidad. Aunque menos conocida, en modo, la utilización de la ciudad por parte
esta acepción la utopía recupera su carácter del hombre (Laborit, 1971) ha hecho que
teleológico. Sobre este significado, Franco éste configure, amolde, acomode la ciudad
Borsi recuerda que “antiguamente se ha a los intereses de los grupos jerárquicos y
planteado la pregunta sobre si este lugar fe- dominantes, configuración que es germen
liz podía o no existir en un lugar cualquie- de la decadencia o la agresividad creciente
ra, si la localización física de la felicidad no del espacio urbano, agresividad provocada
comprometería gravemente su propia exis- por el hombre y de la cual éste deviene tam-
tencia” (1997: 14). La pertinencia de esta bién en víctima u objeto (Dickens, 1999).
pregunta está dada en la incapacidad de las Desde esa perspectiva, la utopía no es
realizaciones concretas de materializar los el fruto de una imaginación delirante sino
valores acordados a los lugares imaginados que, al contrario, es el fruto de una mente
para el desarrollo de la vida colectiva feliz. creativa que busca en la irrealidad los fer-
La esencia de la utopía es entonces ambiva- mentos de transformación de una realidad
lente: por un lado, su carácter irrealizable y, concebida como decadente. El autor utó-
por otro, su vocación orientadora en el sen- pico es siempre, o en la mayoría de los ca-
tido de estimular la creatividad idealista ha- sos, un fino conocedor de su mundo y de
cia un algo mejor. La utopía no consistiría su historia. La utopía se proyecta hacia un
en llegar sino en un permanente acercarse. mundo ideal, irreal, abstracto pero lo hace
Lugar en ningún lugar y lugar de feli- desde una posición crítica del mundo real
cidad, la utopía es, dentro del arte litera- y concreto. Según Reszler, “la utopía es la
rio renacentista y moderno, la imagen de descripción literaria de una sociedad ima-
una sociedad libre en la cual las deficiencias ginaria habiendo recientemente alcanzado
humanas han sido superadas. Entonces, pa- la perfección social y cuya perfección cons-
ralelamente a esos dos significados etimoló- tituye en adelante su naturaleza profunda”
gicos primeros –ou-topos y eu-topos– la idea, (1980: 75). “En los relatos utópicos –con-
aparentemente confirmada por la historia, tinua Reszler– la fundación de la ciudad
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En Utopía de Sir Tomás Moro, la clase El socialismo utópico del siglo XIX
dirigente que se encuentra en la cima de la
jerarquía institucional está encarnada por La crítica social dirigida por los reformado-
los intelectuales. En la obra de Campanella, res sociales de principios del siglo XIX, bajo
es el Papa mismo que se encuentra en la la forma de escritos y proyectos de ciudad,
cima. En La República de Platón el buen puede ser considerada como la tercera gran
funcionamiento del Estado es asegurado etapa de la utopía urbana, la del socialismo
por la sabiduría de los filósofos. A diferen- utópico, nombre dado por Marx y Engels
cia de los proyectos de los reformadores so- a este movimiento en oposición a su so-
ciales de comienzos del siglo XIX, los países cialismo científico. Sin embargo, ella no
de Moro y de Campanella se situaban en contiene el conjunto de las características
su época, distanciados solo geográficamen- propias de la utopía. Bien que estas ciudades
te de sus respectivos lugares de residencia. son presentadas como lugares de felicidad y
En el ideal-ciudad subyace el anhelo de la que su aparición sea también una respuesta
ciudad donde todo pertenece a todos, don- a una situación de crisis (la de los aspectos
de la razón y la ética gobiernan el sentido anárquicos de la Revolución Industrial y
común, donde los privilegios son democrá- de la explotación de los obreros), su reali-
ticamente ejercidos. zación no es considerada, por sus autores,
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como imposible a pesar de que no se locali- una arquitectura inspirada en las formas
zan en ninguna parte (outopia). básicas de la industria, pero con tendencia
Sus autores se inspiran de una situa- neoclásica, que acogiera a un Estado y a
ción concreta (Paquot, 1992), histórica y una comunidad, social y económicamente
geográficamente, y extraen de las formas autosuficientes.
urbanas y arquitecturales de la industria el
material de sus propias realizaciones. Ellos
están más cerca de la construcción de la La utopía tecnológica de la primera
ciudad ideal que de la búsqueda del ideal- mitad del siglo XX
ciudad. Estos reformadores sociales, situa-
dos en una época que Françoise Choay lla- La ola de proyectos más o menos imagi-
ma de pre-urbanismo, son conocidos como narios aparecidos hasta la década del ’60,
pre-urbanistas progresistas (1965: 89-152) constituye una suerte de utopía tecnológica
en distinción de los llamados pre-urbanis- (Ragon, 1975: 249). Es uno de los eslabo-
tas culturalistas (1965: 155-178). Entre los nes fundamentales de la cuarta gran etapa
primeros, la obra de Robert Owen, Charles de la utopía urbana, etapa que recorre, a
Fourier, Victor Considérant, Etienne Cabet, diferentes intensidades desde los años ’10
Pierre Joseph Proudhon, Benjamin Ward hasta los ’60, incluyendo gran parte en
Richardson y Jean Baptiste Godin, se ins- la rica producción de proyectos y de tex-
cribe en la lógica de la ciudad-ideal. Un tos de ciudades de la primera mitad del
caso interesante es La Forge de Claude- siglo XX (Gaudin, 1991) y, en particular,
Nicolas Ledoux (De Moncon, 1998: 37), una forma específica y nueva de utopía
donde la autarquía social, la jerarquía urbana, a saber, el urbanismo subterrá-
espacio-formal, la radio-concentricidad, el neo (Barles & Guillerme, 1995). Algunas
neoclacisismo arquitectural y el diálogo urba- de las tantas utopías urbanas de esta épo-
no rural tipifican el ideal urbano. No es el ca son: Construcciones para una Metrópolis
caso de Herbert-Georges Wells o de Jules Moderna (1914), donde Mario Chiattone
Verne, por ejemplo en su visión futurista (Borsi, 1997: 125) revela la ciudad utópica
del París del Siglo XX (1994), también pro- en la verticalidad, el desafío tecnológico, la
gresistas, pero considerados más bien pre- pureza de los elementos y el anonimato del
cursores de las novelas de ciencia ficción. espacio resultante. Mientras para Richard
Entre los culturalistas, destacan Augustus Rummell, en Future New York (1911), la
Pugin, John Ruskin, William Morris y, en utopía urbana consiste en la superposición
una etapa de transición hacia el urbanismo de un sistema de movimientos y comuni-
culturalista, Ebenezer Howard y su ciudad- caciones sobre la ciudad existente. Un sis-
jardín. Mientras los progresistas fundan tema que responde a una necesidad real y
su crítica a la gran ciudad industrial en la se plasma sobre lo existente, para Auguste
situación escandalosa del individuo aliena- Perret, la Avenue des Maisons-Tours (1922)
do, los culturalistas parten del análisis del (Borsi, 1997: 146) es la expresión de una
grupo humano. Los negativos impactos de fe en la monumentalidad arquitectónica
la Revolución Industrial, en términos de como configuradora del espacio urbano a
explotación de los obreros, de deterioro de la escala de la ciudad y no a la del indivi-
la calidad de vida y de invasión demográfi- duo. Analizando la Ciudad contemporánea
ca de las ciudades, alimentó el ideal-ciudad de tres millones de habitantes (1922) de Le
de un espacio geométricamente ordenado, Corbusier (Fig. 5) y Broadacre City (1934-
limpio, de gran vínculo rural-urbano, con 1958) de Frank Lloyd Wright (Fig.6),
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