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SOCIOLOGIAGENERAL Lectura2 PDF
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Integración y
cultura
2 Integración y
cultura
¿Por qué problematizar la cultura desde la
sociología?
¿Podría pensarse una sociedad sin cultura? Claramente, la respuesta
es: no. La cultura posibilita la integración de una sociedad.
Generalmente, los integrantes de una sociedad se identifican con una
cultura determinada. Aunque hay muchas sociedades que son
multiculturales, la cultura define a una sociedad. No se podría
explicar el mantenimiento del orden social si no fuera a partir del
concepto de cultura. Los padres de la sociología se han referido a
alguno de sus componentes para explicar cuestiones centrales tales
como la solidaridad social, la cohesión, la anomia, la acción social o la
reproducción de la desigualdad. Ya sea en un sentido crítico o
funcional, la cultura ha sido objeto de reflexión y estudio para los
autores que hemos denominado “clásicos” y a los que ya nos
referimos en el módulo 1.
En el caso de Marx, planteamos la relación propuesta por él mismo
entre la estructura y la superestructura, en donde esta última –
compuesta por los elementos ideológicos de una sociedad– está
condicionada por las relaciones presentes en un modo de producción
dado, de tal forma que la posición social de los individuos define su
conciencia. De esta manera, las instituciones ideológicas de una
determinada sociedad (religiosas, políticas, legales, educativas)
posibilitarían la reproducción de las relaciones de explotación de una
clase sobre otra.
En el caso de Durkheim, nos hemos referido a elementos culturales
cuando hablamos del nivel de integración y regulación social que
mantiene la cohesión social, según lo plantea en la obra El suicidio.
Coherentemente con esta mirada, el paradigma funcionalista observa
la cultura en su función de consolidar las pautas de conductas que
son necesarias para el mantenimiento de esa sociedad.
En el caso de Weber, desarrollamos la explicación ofrecida por el
mismo acerca del espíritu del capitalismo y su relación con la esfera
cultural religiosa: la ética protestante. Debe resaltarse el papel
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atribuido por Weber a las ideas, los valores y las creencias, como
motor de cambio. A raíz de esto es que sus explicaciones de la
modernidad se refieren a una nueva forma de ver el mundo, ya no
basada en los valores tradicionales, sino en la racionalidad. Incluso al
explicar el poder y la dominación, Weber insiste en la cultura como
constructo explicativo, ya que de acuerdo a su propuesta son las
creencias las que legitiman el ejercicio del poder.
Como se puede observar, la cultura –aún bajo el rótulo de ideología,
conciencia, valores, etcétera— ha sido problematizada desde los
orígenes de la sociología y se ha recurrido a la misma para analizar y
explicar el comportamiento de los individuos en sociedad.
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Intentaremos en este primer punto hacer un abordaje inicial del
concepto, partiendo del origen de la palabra y puntualizando las
distintas acepciones que, de acuerdo a cada época, se han otorgado
al concepto de cultura.
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Piensa en nuestra sociedad: ¿estas actividades
forman parte de nuestra cotidianeidad?, ¿o acaso
hay espacios destinados a la experiencia cultural
tales como museos, teatros o centros culturales?
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Fuente: Imagen extraída de Bourdieu, 2010, http://goo.gl/27BqCS Último acceso:
21/01/2015
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Dice Bourdieu:
Bourdieu evidencia que en las clases menos instruidas hay una cierta
resistencia, quizás inspirada en un sentimiento de ineptitud o de
incomodidad, a visitar estos lugares lejanos a su cotidianeidad. De
esta manera, relaciona el gusto más con la disposición del sujeto (que
depende especialmente de la posición que ocupa) que con
experiencias de naturaleza individual.
La autonomización de la cultura
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La codificación de la cultura
La Institucionalización de la cultura
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Mercantilización de la cultura
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Los aportes de Lenin a la comprensión de la
cultura
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Como es de suponerse, en los escritos de Lenin se plantea la
determinación de la cultura por factores extraculturales (las
condiciones materiales de existencia) y en sus escritos se introduce la
relación dominación-subordinación en la esfera de la cultura. En
referencia a la cultura nacional, distingue entre cultura dominante,
propia de la burguesía; la cultura dominada, característica del
campesinado tradicional; y elementos de la cultura democrática
socialista, característica del proletariado.
Lenin erige su tesis en contra del populismo de fines del siglo XIX.
Pensaba que en la etapa prerrevolucionaria la tarea cultural debía
subordinarse a la instancia política, pero que en la fase
posrevolucionaria la revolución cultural debía pasar a primer plano.
“La concepción leninista de la cultura contrasta con el positivismo y el
relativismo cultural de los antropólogos, en la medida en que se
inscribe en el contexto abiertamente valorativo de un proyecto
político y social” (Giménez Montiel, 2005, p. 58).
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Ideología, Estructura y Material ideológico en
Antonio Gramsci
El fiscal fascista que pidió la condena de Antonio Gramsci alegó que había
que evitar que su mente pensara durante veinte años. Gravemente
enfermo… escribirá en la cárcel una obra que trasciende el marxismo [Los
cuadernos de la cárcel], y cuya influencia, en la actualidad, abarca las ciencias
sociales de todo el mundo…
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Antonio Gramsci fue un pensador clave en la historia de la teoría
marxista porque fue uno de los primeros que, en el marco de dicha
corriente teórica, puso un fuerte acento en los fenómenos ideales,
sin dejar de lado el materialismo. Particularmente, se enfocó en la
superestructura, observando los mecanismos mediante los cuales el
capitalismo era legitimado.
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entre los intelectuales de las distintas clases, generando así un bloque
ideológico. Así, los intelectuales de las clases fundamentales captan
mediante un proceso de transformismo a los intelectuales que
representan a las clases subalternas. El bloque ideológico estaría,
entonces, controlado por la clase fundamental, quien dispone de
materiales y medios que le permiten el manejo de la estructura
ideológica (instituciones de difusión de esta ideología), y del material
ideológico (instrumentos utilizados para dicha fusión, tales como las
bibliotecas, o los medios de comunicación) (Portelli, 1998).
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(Gramsci, 195, p. 105)
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Superestructura Sociedad Civil Función de consenso: -IDEOLOGÍA
-ESTRUCTURA
dirección ideológica IDEOLÓGICA
de la sociedad -MATERIAL
HEGEMONÍA IDEOLÓGICO
Vínculo
orgánico a
partir de los
intelectuales
Estructura
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Raymond Williams y los estudios culturales
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dominación y subordinación de clases particulares” (Williams, 1980,
p. 110).
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¿Será pertinente esta línea teórica en América
Latina? ¿Problematizará los mismos temas? ¿Cuáles
serán sus singularidades?
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Quienes se dedican a los estudios culturales latinoamericanos, como
revitalización del pensamiento crítico, consideran relevante
comprender las relaciones íntimas entre cultura, política y economía,
así como considerar otras formas de conocimiento o epistemologías
fronterizas (Mignolo, 2002), como las promovidas por los
movimientos indígenas y afro.
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2.3 La concepción simbólica de la
cultura.
Catherine Walsh
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Hemos comenzado el módulo hablando de la dificultad que implica el
hecho de definir el concepto de cultura. Una de las causas de dicha
dificultad radica en la idea de que la cultura es coextensiva a toda la
sociedad, pero que al mismo tiempo se distingue en un campo
específico. En otras palabras, la cultura se extiende a toda la
sociedad: podemos observar y analizar cultura cada vez que
hablamos de sociedad. Pero al mismo tiempo entendemos que
cuando hablamos de cultura hablamos de algo diferente a sociedad,
de algo que posee una especificidad. ¿Qué la hace diferente?
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todo puede servir como soporte simbólico de significados
culturales: no sólo la cadena fónica o la escritura, sino
también los modos de comportamiento, las prácticas
sociales, los usos y costumbres, el vestido, la alimentación,
la vivienda, los objetos y artefactos, la organización del
espacio y del tiempo en ciclos festivos, etc. (Giménez, 2005
p. 68).
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nudos institucionales poderosos tales como la iglesia, el estado, los
medio de comunicación, que en buena medida administran y
organizan los sentidos compartidos por los individuos. Así, Giménez
Montiel (2005) pone en relieve la importancia de estos grupos de
poder, que no tendrían en sus objetivos la uniformidad cultural, sino
más bien la administración y organización de las diferencias mediante
operaciones tales como la hegemonización, la jerarquización y la
marginalización. Se genera así la exclusión de determinadas
manifestaciones culturales al mismo tiempo que se introduce cierto
orden y, por consiguiente, cierta coherencia dentro de la pluralidad
cultural que caracteriza a las sociedades modernas; se configura un
mapa cultural en el que subculturas minoritarias, étnicas y
marginales quedan afuera.
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¿Cuáles son las particularidades de la cultura en su
esencia sígnica?
̶ Es artificial, no innata.
̶ Es convencional, no natural ni absoluta.
̶ Tiene la capacidad de condensar la experiencia humana pero
no es un estado originario de la naturaleza humana (Lotman,
como se cita en Giménez Montiel, 2005).
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Formas interiorizadas y formas objetivadas de la
cultura
Si pensamos en los elementos culturales propios de una determinada
sociedad, generalmente lo primero que viene a nuestra mente es una
serie de rasgos observables: su vestimenta, sus comidas típicas, sus
fiestas tradicionales, la música con la que se identifican. Sin embargo,
estamos dejando de lado lo sustancial de la cultura: las
representaciones compartidas por ese grupo, las ideologías, las
actitudes, las creencias, etcétera. La concepción semiótica (simbólica)
de la cultura nos obliga a vincularla más con los actores que la
internalizan y con lo que internalizan, que con los objetos en sí
mismos. Mientras que la cultura objetivada (en la imagen es lo que
podemos observar: la vestimenta, los ritos, etc.) es más accesible,
más simple de abordar. Por el contrario, el acceso a las formas
simbólicas interiorizadas (las representaciones, las creencias, etc.)
resulta de mayor complejidad.
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Se proponen dos marcos fundamentales para poder abordar la
cultura interiorizada: la teoría del habitus, de Pierre Bourdieu y la
teoría de las representaciones sociales, de Serge Moscovici.
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Algunas precisiones acerca del habitus:
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La teoría de las representaciones sociales: Serge
Moscovici
Las representaciones sociales pueden entenderse como un
conocimiento instalado en el sentido común, que es un conocimiento
práctico ya que está presente en las decisiones y actitudes de las
personas hacia la realidad circundante. Moscovici sostiene que las
cosas materiales llegan a ser importantes realmente para las
personas –incluso al punto de condicionar su acción– cuando se han
convertido en ideas o creencias. De allí su interés en estudiar estas
ideas y creencias. Así, las representaciones sociales son entendidas
como “tipos de creencias paradigmáticas, organizaciones de
creencias, organizaciones de conocimiento y lenguaje” (Moscovici y
Marková, 1998, p. 140)
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Dicho lo anterior, podemos afirmar que la posición socioestructural y
material que ocupan los sujetos define su lectura de la realidad social
y condiciona su visión de la misma. Al respecto, Jodelet (1984)
advierte que lo social está presente tanto en el contexto en que se
sitúan los grupos o individuos, como en la comunicación que se
genera entre ellos y en los códigos, valores, ideologías propios de las
posiciones sociales a las que pertenecen. El conocimiento que
configura las representaciones sociales se constituiría, entonces, a
partir de las experiencias así como de las informaciones y modelos de
pensamiento que recibimos y transmitimos a través de la tradición, la
educación y la comunicación social. “De este modo, ese
conocimiento es en muchos aspectos un conocimiento socialmente
elaborado y compartido” (Jodelet, 1984, p. 473).
2.4 Socialización
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socialización comienza a partir de los primeros días de vida y dura
toda la vida, pero los primeros años de vida del sujeto son
fundamentales. A este proceso inicial de socialización se le denomina
socialización primaria, y es trascendental para la constitución de la
personalidad del individuo.
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familias para que reasuman su función de autoridad y de
socialización primaria de sus hijos de modo de restituir la capacidad
familiar de regular los comportamientos de sus hijos” (Tiramonti,
2005, p. 9). Sin embargo, la actualidad nos muestra una forma
diferente (en realidad, múltiples formas) de configuración familiar.
Como indica Klein (2013):
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quien ostenta un comportamiento social que implica la aprobación e
incorporación de un conjunto de normas socialmente establecidas,
clasificadas y definidas como modelo a seguir.
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Mediante el control social se procura la obediencia a ciertas normas y
regulaciones, explícitas o implícitas, aceptadas en una sociedad y que
posibilitan el mantenimiento del orden de los individuos y su vida
organizada. A la transgresión de dichas normas se le llama desviación,
siendo la más extrema el delito, debido a que implica que la norma
transgredida posee el carácter de ley.
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La escuela como agente de control social
Nuevamente nos detenemos en el rol de la escuela como institución
educativa fundamental de la sociedad. No es casual que la educación
y la escuela sean objetos de análisis de diferentes autores que hemos
aquí trabajado: Durkheim, Borudieu, Bauman, entre otros.
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De esta forma “el carácter socializador de la educación escolar se fijó
en el imaginario social, pasando a exigir que la escuela asumiera
efectivamente ese papel de formación del ‘ciudadano’,
principalmente en relación al comportamiento social” (Pooli, 2009, p.
161). Así, se le asignaba a esta institución un carácter que excedía el
ámbito de lo pedagógico y se trasladaba al ámbito de lo político.
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La idea de orden social en Norbert Elías
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sobre sí mismo, cuidando, por ejemplo, el modo de expresar las
emociones y restringiendo la violencia (Tenti Fanfani, 2009).
Pensemos, para ejemplificar este punto, en soldados que de repente
se incorporan al mundo cortesano.
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En suma, el arte de castigar, en el régimen del poder
disciplinario, no tiende ni a la expiación ni aun exactamente
a la represión. Utiliza cinco operaciones bien distintas:
referir los actos, los hechos extraordinarios, las conductas
similares a un conjunto que es a la vez campo de
comparación, espacio de diferenciación y principio de una
regla que seguir. Diferenciar a los individuos unos respecto
de otros y en función de esta regla de conjunto —ya se la
haga funcionar como umbral mínimo, como término medio
que respetar o como grado óptimo al que hay que
acercarse. Medir en términos cuantitativos y jerarquizar en
términos de valor las capacidades, el nivel, la "naturaleza"
de los individuos. Hacer que juegue, a través de esta
medida "valorizante", la coacción de una conformidad que
realizar. En fin, trazar el límite que habrá de definir la
diferencia respecto de todas las diferencias, la frontera
exterior de lo anormal (la "clase vergonzosa" de la Escuela
militar). La penalidad perfecta que atraviesa todos los
puntos, y controla todos los instantes de las instituciones
disciplinarias, compara, diferencia, jerarquiza, homogeiniza,
excluye. En una palabra, normaliza. (Foucault, 2002, p. 169-
170).
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Referencias
Bourdieu, P. (2010). El sentido social del gusto. Buenos Aires: Siglo XXI
Editores. Versión electrónica Recuperado de
http://www.sigloxxieditores.com.ar/pdfs/bourdieu_sentido_social_del_gus
to.pdf Último acceso: 02/02/2015.
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Moscovici, S. y Marková, I. (1998). La Presentación de las Representaciones
Sociales: Diálogo con Serge Moscovici. En J. Castorina (Comp.),
Representaciones Sociales: Problemas Teóricos y Conocimientos Infantiles
(pp. 111-152). Barcelona: Gedisa.
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Referencias web:
Aki frases. En: http://akifrases.com/frase/196830 Último acceso:
22/01/2014.
Centro Cultural Proletario. En:
http://proletario.cl/chavez-gramsci-y-la-hegemonia/ Último acceso:
21/01/2015.
www.21.edu.ar
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