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Karl Popper (1980) La lógica de la investigación científica. Madrid: Editorial Tecnos.

1.A. Criterio de demarcación científica.


1.B. Solución al problema de la base empírica.
2. Imposibilidad de demostrar verdad o falsedad de leyes científicas y el progreso de la ciencia.
nuevas

El epistemólogo Karl Popper parte de un problema filosófico planteado por Immanuel Kant en el
siglo XVIII: ¿qué es ciencia y qué no lo es? Al formularse esta pregunta, Popper busca definir los
límites la ciencia y se propone entonces encontrar un criterio de demarcación con el propósito de
reafirmar el carácter empírico de la ciencia –su base fundante- que legitime y garantice al sistema
científico y posibilite su progreso. La empiria constituye a la ciencia porque su método reside en la
experimentación. Popper sugiere diseccionar los pasos de este método para construir a la ciencia
mediante el procedimiento de lo que llama “falsación”, es decir, proponer una hipótesis, y
someterla a prueba, explicitando tanto sus compatibilidades teóricas, como sus
incompatibilidades. Una teoría entonces, de acuerdo con su visión, es “falsable” y “corroborable”
y no “verificable” –término que rechaza por tender a un fin: la verificación concluyente- solo
cuando se somete a los contrastes de la experiencia y resiste a las pruebas. Una teoría empírica o
falsable reconoce los enunciados con los cuales se enfrenta y aquellos con los que coincide, es
decir, reconoce su campo de acción, debiéndose a la coherencia y a la argumentación razonada,
pero no así a un dogma. Una teoría puede ser defendida de dudas y críticas en primer lugar
adosándolas al experimento, y mediante el contraste expresado a través de consecuencias
deductivas.
La experiencia perceptiva, sensorial, es decir, el conocimiento inmediato de la observación –el
enunciado básico y singular de la base empírica-, se expresa y se justifica a partir de un
conocimiento “mediato”, simbolizado en el lenguaje. La observación puede proporcionar una
aproximación al hecho que se busca dilucidar científicamente, pero no fundamenta la “verdad”,
criterio que Popper rechaza. Sostiene, en cambio que la base empírica no es absoluta, en sus
palabras: “no está cimentada en una roca, sino en un terreno pantanoso”. La ciencia entonces no
equivale a conocimiento verdadero, sino que debe ser consciente de su carácter conjetural y
provisional y entonces ofrecerse como un medio de producción.
Popper afirma que la ciencia se trata de un sistema inestable por definición, dado que debe su
avance a la posibilidad de refutación. Argumenta que la ciencia no puede ofrecer certidumbres
definitivas, y que históricamente las crisis en la ciencia se han demostrado como los períodos más
productivos, cuando un sistema clásico o paradigma está amenazado por resultados de nuevos
experimentos o falsaciones, y abre nuevas perspectivas: “no es posesión sino indagación”.

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