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IDEALIZACIÓN Y DESCREIMIENTO EN EL AMOR.

No cometerás adulterio (Éxodo, 20, 14)

Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio". Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer
deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón (Mt, 5, 27-28)

Decálogo 6 puede abordarse desde distintos puntos de vista y, en este sentido, creo que la música
de Zbigniew Preisner es una referencia que los envuelve a todos ellos. De su música hablaremos
más tarde. Antes de empezar con el tema que nos ofrece su argumento, Decálogo 6 también nos
permite reflexionar un poco sobre el papel de la mujer en la serie en general. Tenemos ahora ya
varios referentes con Dorokta de Decálogo 2, Ewa de Decálogo 3 y Anka de Decálogo 4, a la que
ahora se unirá Magda de Decálogo 6. Es un referente contemplado desde la perspectiva masculina.
Algo que seguiremos observando en Decálogo 7 y Decálogo 9. En su análisis de la serie, y citando
el trabajo de Alicja Helman [1], dice Zizek al respecto:

El Decálogo se centra en lo masculino: casi todos sus relatos son contados desde la perspectiva de
un héroe masculino, y las mujeres se ven reducidas a su papel estándar de causantes de estallidos
histéricos que alteran la calma del héroe masculino. Las mujeres son excesivas, un peligro para ellas
mismas y para los demás: son infieles y se vuelven contra sus maridos cuando estos están
vulnerables (cuando tienen un cáncer como en Decálogo 2, o cuando son impotentes, como
en Decálogo 9); como femme fatales, humillan al chico inocente que se enamora de ellas (como
en Decálogo 6). En Decálogo 3 y 4, la heroína protagoniza un espectáculo histérico que dirige al
hombre una demanda excesiva e incondicional: el examante debe abandonar su familia el Día
Sagrado para ayudarla a encontrar a su marido; el padre tiene que hacer frente a la provocación
incestuosa de su hija. [2]

Todo lo contrario de lo que ocurrirá posteriormente en películas como La doble vida de Verónica o
la trilogía de Tres colores, donde el acercamiento a lo femenino es mucho más intuitivo, sutil y bello.
Probablemente tenga que ver con una evolución del propio Kieslowski hacia la mujer y el mundo
femenino. Sin embargo, creo que la lectura de género también puede centrarse en dos tendencias
que las definen: el exceso femenino y el miedo masculino.

Pero volviendo a Decálogo 6 y abundando en este tema...

Kieslowski comenta sobre la amplia utilización de planos subjetivos de la siguiente manera: Vemos
la acción desde el punto de vista de la persona que está amando y no de la persona que es amada.
La amada es meramente fragmentos, un objeto. Por ellos, las dos terceras partes de la película se
representan a través de los ojos de Tomek. [3]

I. SOBRE LOS PROTAGONISTAS DE DECÁLOGO 6.

Decálogo 6 nos plantea la historia de Tomek (Olaf Lubaszenko), un joven de diecinueve años que
está perdidamente enamorado de su vecina Magda (Grazyna Szapolowska), a la que
como voyeur observa desde un catalejo en su apartamento. Las caracterizaciones de ambos
personajes responden un tanto a esa diferencia de género a la que antes aludía. Tomek es un chico
huérfano que vive con la madre de un amigo que está con los cascos azules en Libia. Fue ese amigo
quien le habló de Magda: "Una mujer... Una tía buena que echa muchos polvos". Fue él también
quien le mostró la ventana donde mirar y quien le dio unos prismáticos que luego substituye Tomek
robando un catalejo.
Inmediatamente la escena cambia y vemos a Tomek corriendo con su carro de leche contento por
la cita que ha obtenido con Magda. Justamente en ese momento aparece, como ya viene siendo
habitual en la serie, el ángel del destino, quien mira sonriendo la felicidad del muchacho. Sin
embargo, su aparición no sólo es para mostrar la felicidad momentánea de Tomek, sino también
para indicar el giro que se va a producir cuando la mujer que ha sido idealizada se va a transformar
ahora en mujer de carne y hueso, cuando se produce el paso que va de la observación al contacto.
- ¿A qué responde la idealización?

¿Qué idealiza Tomek en Magda? Obviamente el amor de Tomek es un amor falso en tanto en
cuanto responde a una visión idealizada de Magda y, en ese sentido, es producto de su
narcisismo. No ha habido ni las circunstancias ni el tiempo para que se construya amor, puesto que
éste necesita precisamente del contacto, de la relación y la convivencia. Por lo tanto, nos
enfrentamos ante una proyección que Tomek realiza sobre Magda. En términos psicoanalíticos
se diría que Tomek proyecta en ese enaltecimiento de Magda su propio ideal del yo. Magda,
en ese sentido, es lo opuesto a Tomek: artista, asertiva, desinhibida... Observemos que en la
idealización, el sujeto que idealiza busca la mirada del objeto idealizado como mirada de
aceptación, también como mirada amorosa. De alguna manera busca hacerse digno de ese ideal
que, por decirlo de alguna manera, ha encarnado externamente invistiéndolo en un objeto. La
alegría de Tomek cuando Magda acepta su invitación es una primera manifestación de esto. Es
como si el ideal del yo de Tomek le diera un primer atisbo de aceptación:

La idealización lleva a la exaltación del objeto y procura su completud del otro.Sólo los
enamorados están seguros del Otro, creen que hay Otro del Otro: Un padre inmaculado que puede
resguardarnos bajo su tutela amorosa. [5]

En términos psíquicos, los procesos de idealización amorosa se ven confrontados con la realidad
del objeto idealizado. Veamos lo que le va a suponer a Tomek toparse con la realidad de Magda.

- La confrontación con la realidad.

Tras la confesión de Tomek a Magda de que la observa podemos destacar tres momentos de este
acercamiento de Tomek a la realidad:

En un primer momento Magda, en lugar de cerrar las ventanas lo provoca diciendo que se ponga
al teléfono sospechando que la observa... Tomek descuelga el teléfono y asistimos a la siguiente
conversación:

Magda: ¿Estas mirando ahora?


Tomek: Si.
Magda: ¿Te has dado cuenta de que he movido la cama?
Tomek: Si
Magda: Pásalo bien.

Instantes después llega el amante de Magda y hacen el amor ante la mirada de Tomek. Luego
observamos como ella le cuenta al amante que les están observando señalando hacia su ventana.
El amante sale a la calle y le grita y le insulta y le dice que baje... Tomek baja y recibe un puñetazo
que le deja un ojo morado.
El segundo momento, que ya vimos antes, es cuando Tomek sube a dejarle la botella de leche y
Magda, al abrir la puerta, le tumba. Hay que destacar aquí el momento en el que ella se burla del
"luchador" que es, en referencia a su encuentro con el amante de la noche anterior. De ese
momento, y cuando él le manifiesta que la ama, surge el encuentro para tomar un café, donde
Magda le avergüenza una vez más cuando al pedirle que le tome la mano le observa su falta de
experiencia mostrándole como lo hace otra pareja...

El tercer momento surge después de tomar el café (donde Magda ya le observa su falta de
experiencia al tomarle la mano y acariciarla), cuando juntos en el apartamento de Magda esta se
revela como una femme fatale que humilla a Tomek... Tras hablar sobre lo que sabe de ella y
sobre que veía cuando la espiaba (lo vimos más arriba, en el primer diálogo de este comentario), la
escena toma un giro cuando ella empieza a acariciarle el pelo diciéndole:

Magda: Ahora no digas nada... Sabes que no llevo ropa interior, ¿verdad...? - Tomek asiente con
la cabeza - Cuando una mujer desea estar con un hombre se humedece. Y así estoy ahora
mismo... Que manos tan delicadas - tomando las de Tomek -. No tengas miedo - llevándoles sus
manos a sus muslos -

Tomek se excita cuando sus manos llegan a su sexo... Tanto que sufre una eyaculación inmediata.
En ese momento baja la cabeza y llora. Surge entonces una Magda que actúa como una femme
fatale humillando a Tomek sin ningún reparo:

Magda: ¿Has terminado? ¿Te ha gustado? Ya ves, aquí tienes todo lo que representa el amor.
Puedes limpiarte, hay una toalla en el baño...

Tomek sale corriendo desesperado del apartamento de Magda... Esta lo observa desde su ventana
como se dirige hacia su apartamento y como, en ese momento, Tomek vuelve a cruzarse con el
ángel del destino... Magda empieza a sentir remordimientos y es entonces ella quien coge unos
prismáticos y observa a Tomek en su habitación... Éste apaga la luz y Magda, creyendo que tal vez
la observe, coge el teléfono para señalarle que la llame... Pero Tomek no llama. Tomek se dirige
en ese momento hacia el baño y llena de agua una palangana. Mientras, Magda escribe en una
hoja grande "LO SIENTO, VUELVE, POR FAVOR". En la escena siguiente vemos a Tomek
sacando la cuchilla de afeitar de una maquinilla. Magda coloca el papel en la ventana, pero
mientras, Tomek pone las manos en el agua de la palangana y se corta las venas. Más tarde,
cuando Magda se asoma a la ventana, ve una ambulancia salir de la puerta del edificio donde vive
Tomek.
Y aquí, con el intento de suicidio de Tomek es cuando empieza la historia de Magda. Pero antes
acabemos de reflexionar sobre la reacción de Tomek. Recordemos que al describir el proceso de
idealización dijimos que lo que se proyecta en el Otro es el Ideal del yo y la búsqueda de su
aceptación a través del amor. Es por ello que en Tomek se observa junto a su enamoramiento
mucho miedo. Junto al deseo de la aceptación convive el miedo del rechazo, un rechazo que,
obviamente, va más allá de Magda y que entronca ya no sólo con el ideal del yo, sino con la
conjunción de éste con el temible superyó, que con la escena vista une el rechazo con el desprecio
y la humillación, eso si, perfectamente encarnados en la acción de Magda. Esa reacción traumatiza
a Tomek y le lleva al intento de suicidio. Vemos aquí el reverso temible de la idealización que, en el
caso de nuestro protagonista, implica una crítica dimensión letal.

III. MAGDA Y EL DESCREIMIENTO DEL AMOR.

Decía que con el intento de suicidio es cuando empieza la historia de Magda. Su reacción hacia
Tomek hay que entenderla desde la necesidad de destruir aquello en lo que Magda ya ha dejado
de creer: el amor. Se observa eso en distintos momentos de la película. En el café que toman
juntos se da el siguiente momento:

Magda: ¿Recuerdas lo que me has dicho esta mañana? Dilo otra vez.
Tomek: Te quiero.
Magda: El amor no existe.
Tomek: Si que existe.
Magda: No.

Al final de la noche Magda parece querer demostrarle "físicamente" esto: Ya ves, aquí tienes todo
lo que representa el amor. Sin embargo, hay una escena, que Tomek contempla a través del
catalejo, en la que vemos a Magda salir del coche de su amante enfadada. Luego, al entrar en su
apartamento, y mientras Tomek sigue observando, ella tras derramar una botella de leche se echa
a llorar profundamente.

Creo que esta escena nos da una dimensión de la realidad de Magda y que Gabriel García
Márquez define en su libro Memorias de mis putas tristes: "El sexo es para consolarnos del
fracaso del amor". Magda experimenta en ese momento su profunda soledad. La soledad afectiva
que hay tras sus encuentros con amantes en los que el amor es sustituido por el deseo y el sexo.
Pero quizá ese dolor que Magda se niega a reconocer se desvela como la venganza sobre el
Tomek enamorado. De hecho la relación entre Tomek y Magda tiene mucho de las características
de las películas de la femme fatale, o como también dice Zizek de un slasher film [6]
Sin embargo, el remordimiento de Magda la acerca más a Tomek... Desde el instante en que ve la
ambulancia, es ella la que empieza a mirar su ventana (en un cambio de rol de observador y
observado) esperando verle en algún momento. Incluso llega a ir a la casa donde vive para llevarle
el abrigo. Allí la madre del amigo que le cuida (quien también había observado por el catalejo
cuando Tomek estaba en el apartamento de Magda) le cuenta que se lo llevó la ambulancia pero
sin decirle que se intentó suicidar... Y allí asistimos al siguiente diálogo:

Magda: ¿Ha salido?


Madre: No. Está en el hospital.
Magda: ¿Qué ha pasado?
Madre: Nada importante. Le darán el alta en una o dos semanas como mucho.
Magda: Me gustaría ir a verle. Sabe, se fue tan de repente de mi casa...
Madre: Ya lo sé.
Magda: Creo que... Yo... le hice daño-
Madre: Es mejor que no vaya a verle. Volverá pronto.
Magda: Dígame que le ha pasado.
Madre: Quizá ud. lo encuentre divertido. Pero el se enamoró de ud. Este es su catalejo, con el que
la espiaba. Supongo que lo ha robado. Antes tenía unos prismáticos. Y éste es el despertador. Se
lo pone a las 20.30. Ud, vuelve a esa hora, ¿verdad?
Magda: Más o menos
Madre: Se ha enamorado de la persona equivocada.
Magda: Si.
Madre: Yo cuido de él.
Magda: Ud. tiene un hijo ¿no?
Madre: Esta fuera. Cuando venga volverá a irse. Siempre ha estado huyendo algún sitio.
Nunca ha querido quedarse aquí conmigo. Soy mayor. No tengo grandes necesidades ni
deseos. No me gusta estar sola. Quiero que alguien viva conmigo.
Magda: Buenas noches.

Por un momento Magda encuentra en esas palabras de ese madre su propio espejo: el espejo de
su soledad. Por unos instantes se encuentra con su desesperada realidad, como cuando lloraba en
la cocina quedándose dormida luego sobre la leche que derramó. Justamente en ese punto es
cuando Magda se obsesiona con Tomek estando pendiente de su llegada, preguntando en la
estafeta de correos, hasta que un día, mientras observa su ventana ve la sombra de la mujer que
le cuida tras las cortinas, y luego la sombra de Tomek. Vemos entonces su contento, aunque a la
mañana siguiente, cuando la mujer que cuida a Tomek pasa a dejarle la leche a Magda y ésta le
pregunta si ha vuelto... la mujer le responde que no. Finalmente se dirige a la estafeta donde ve a
Tomek sentado en su ventanilla. Ambos se miran... Ella entra y le sonríe... Tomek unos instantes
después le dice: Ahora ya no la espío. Y acaba el episodio con la cara entristecida de Magda
"mirando" a través del agujero de cristal, tal y como empieza la película con Tomek en el mismo
plano.
IV. REFLEXIONES FINALES.

Obviamente la confrontación con la realidad ha acabado con la idealización de Tomek por Magda.
Ha acabado con la imagen que el se forzó a base de su fantasía, de sus sueños y anhelos, para
encontrarse con una mujer que en el contacto le muestra una cara menos amable y que con su
humillación acaba por traumatizarle. A Magda, le pone de relieve la soledad y la desesperación en
la que finalmente vive, le desmonta su defensa, una negación para evitar el dolor de no sentirse
amada y con ello, como ocurre con Tomek, el dolor de la humillación que su propio superyó le
podría infringir. Su acción sobre Tomek demuestra la falsedad de su postura y su agresividad
latente hacia el hombre que sólo la desea pero que no la ama y, probablemente, hacia sí misma
por el rol que acepta asumir bajo una máscara de cinismo y descreimiento.

Decálogo 6 se resume en las siguientes palabras de Zizek:

Así pues, la fórmula resumida de la lección de Decálogo 6 será: no existe el amor (pleno,
recíproco), sólo existe una INMENSA necesidad de amor... Cada encuentro amoroso concreto
fracasa y nos devuelve a nuestra soledad. Tal vez sea que sólo cuando estamos enamorados
somos capaces de enfrentarnos a nuestra soledad. [7]

Detrás de la música aparentemente romántica de Preisner para este episodio se encuentra ese
elemento melancólico que suscita es INMENSA NECESIDAD DE AMOR. Y también el dolor del
fracaso en el amor, del encuentro que finalmente desemboca en el desencuentro, y finalmente
también en el dolor más de fondo de como ese inmensa necesidad de amor y el dolor del fracaso
en el amor ponen de relieve el profundo rechazo que experimentamos hacia uno
mismo: buscamos el amor que no encontramos en nosotros mismos.

La música de Preisner para Decálogo 6

Encontramos en la melodía melancólica de Preisner esa soledad transformada en castigo como


ausencia de amor donde se demuestra finalmente el poco amor, el poco respeto y el profundo
rechazo y auto-humillación que se siente por uno mismo, y que en Decálogo 6 se nos muestra en
el intento de suicidio de Tomek (una acción claramente retroflectora o de vuelta contra sí), o en el
refugio en el cinismo de Magda (una acción claramente deflectora ).

Cómo siempre ocurre con Kielowski, la puerta que se deja abierta es la del aprendizaje y a que
nuevos horizontes éste nos lleva. ¿Qué habrán aprendido Tomek y Magda de su experiencia?
_______________________

[1] Helman, Alicja, Woman in Kieslowski late films en Lucid dreams: the films of Krzysztof Kieslowski by
Paul Coates, Tadeusz Lubelski, Alicja Helman and Charles Eidsvik (Aug. 1998)
[2] Zizek, Slavoj, Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine moderno y ciberespacio, Debate, pág, 60
[3] Haltof, Marek. The cinema of Krzysztof Kieslowski. Variations on destiny and
chance. Wallflower press, citando a Katarzina Jablonska, pág. 120.
[4] Ídem anterior, pág.
[5] Gerez Ambertín, Marta. Sublimación, idealización y subjetividad. Biblioteca digital Universidad
Autónoma Metropolitana. Xoximilco. Revista Tramas, pág. 167
[6] El cine slasher es un subgénero del cine de terror que se caracteriza por la acción de un
psicópata que asesina a adolescentes y jóvenes que se hallan fuera del control o supervisión de un
adulto. Generalmente la víctima se halla relacionada con temas de sexo prematuro o consumo de
drogas.
[7] Ver nota 2, pág. 14

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