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a de la historia Eo meee a través de a Pelco Te [ola Zl rie Coser - Pile ee " ren é : Boleslao Lewin LOS ni RES on Le Beer Rect a Oman ue acorns Rec) ie uci u aCe eee AN es UN eur eee Rare eae eatsct ic eee ts eee Ween aries er aa cor ec aa aera Ma) See eeu ese gia Pierce ease ae Corie ee eee nae eRe esc) eat eee eee ems Peewee eee portavoces de la libertad y de su eee MCE aac Su representante maximo, en_un sentido general, es José Gabriel Drie foot eae a Ce Reeser Me Ren NaC Cee eeu OCR ur ck RECON IT Pees ee Reid rere wees oneerticy Prete eter] Riou) Panne ie here eat cece a Meee ee oa aunque tales reivindicaciones oti Oana CCC ae) Ce ee Rn cee Cee elcid Core ece ena Ren ee CCN Cae are) Creme nercnt acu ceas eo uC em ci} Coe ae aCe aero Oe TOC eee ee ana Cee ua CemE) eas ue ee OC re atc) Reco ces eect ce oa) asec Mey erence Cee CI en ie ie eine ale erste’ ee Teese eerie aes Cele meee ay eae es Ree ae enc (monarquia inca e igualitarismo) y Ue Calero CSUs marc Poca Securit Roce rues tee Peco MnO ee) eer ero’ ese ascucn ae etet ea Cie eng Ca RECT SMe ee eS ote uae! Peery cut Curent eee a cd Moisés, Contucio. Cera ea) Cor uce em Ae Me eCecen OEM Renee} Re oe ary SOR meray COL ae Neto mo aniny eet ea Nietzsche, Wagner. CeCe marcy industrial (*) Freud, Van Gogh, Leén Xill, Ford, Tolstoi, Bismark. Ra Cue Ln) Churchill, Einstein, Lenin, Gandhi Hitler, Garcia Lorca, Stalin, Picasso a eo oe ey peters ea eee ecres maemo ried Pa ae ee moe Peo ee Perey cay eee ee Peter een Aerie ac Peron era cee as ee tae (oar) Ce ae ee any orca ae reer ere Cee ee ea rary Dearie eae eer ec ae Manse?) Cie ieee at i740 Nace el 24 de marzo, en Surimana, pueblo situado a 4,000 metros de la provincia 0 conegimiento de Tinta. Son sus padres Mi guel Condoreangui y Rosa Noguera. Ape- Hides netamente espatioles son frecuentes entie sus antecesores. Pero Io notable es que ni Contloreangui ni otros apellidos son. los preferidos por la familia. Bsta se hace Tamar Tipac Amara, manifestando de tal ‘modo su aseendeneis ineaica, Son los primeros maestros de José Gabriel ‘Tapac Amaru los sacerdotes Antonio Lépez de Sosa y Carlos Rodriguez de Avila. 1753 Se matricula en el Colegio de San Francis- €0 de Borja, para caciques con derecho a ssucesién, en Cuzco, 1759 Egresa del Colegio con conocimiento de la doetrina cristiana y capacidad de leer y eseribir 1760 EL 25 de mayo contrac enlace con Micaela Bastidas, macida en Ia provineia o coreg miento de Abaneay el 28 de junio de 1744, Tienen tres hijos: Hipélita (nacido en 1761), Mariano (nacido en 1762) y Fer nando (nacido en 1768). Hipélito fue crue mente ajusticiado el 18 de mayo de 1781, uego de presenciar la muerte hotripilante de sus padres en Ia plaza principal de Guz 0, Mariano fallecié en 1784, en el navio EL Peruano en que era conducido a Espa- fa. Femando murié en Espasa a comien- 20s del siglo xxx, 1766 EL 25 de octubre José Gabriel Tipac Ama- 1u se presenta ante el eorregidor Pedro Mu- foz de Arjona, solieitando que se lo declare legitimo cacique de los pueblos de Surima- nie, Pampamarea y Tungasuca, 1767 Habiendo demostrado ser hijo legitimo de Miguel Condorcanqui, nieto de Sebastién Condorcanqui, bisnieto de Blas Condorean- qui “y tercer nieto de Diego Felipe Condor- eanqui y de la coya Juana Pilcohuaco, hija Tpac- Amar Bolesiao Lewin el ailtime inca don Felipe Tipac Amar (ajusticiado por el virrey Toledo en 1572), obtuvo el cacicazgo. 1770 Comienza los proparatives para Ja gran re belién formando micleos de adherentes su- yos a todo To largo del antiguo imperio 1776 EI 4 de octubre presenta ante el eseribano real de Cuzco, para que éste Io confirme, el_poder de los caciques de su provincia (Tints) que lo gutorizan a efectuar en Lima gestiones a favor de los indigenas. Fracasa en su empeno, qT EL 18 de octubre de nuevo hace gestiones ante las autoridades limefias a favor de los naturales, Es tratado con dureza y desdén. 1780 de noviembre da comienza a la te social y politiea més grande en Ia histocia colonial del continente americano, E110 de noviembre la ejecueién pabliea de Antonio de Arriaga, odiado comegidor (o- bemador) de la provinela (corregimiento) de Tinta, E118 de noviembre, victoria de Sangari que estremece a las autoridades espaiiolas Estas comienzan a reunir todo su poderio a fin de combatir Ja rebelién. El 28 de di- ciembre, al frente de su ejército se presenta en las alturas que dominan Cuzco, 1781 EL 10 de enero se retira do Cuzeo sin pre sentar batalla final EL 6 de abril es derrotado por las fuerzas espaiiolas y, debido a Ia traicién de un su- ordinado suyo, cae en manos de sus per- -guidores junto con su esposa @ hijo Hi polite. EL 14 de mayo es dictado el bérbato fallo contra Tipae Amara y su familia, El 18 de mayo, en la plaza principal de Cuzco, se procede a su descuartizamiento con eustro caballos. La ejecuciéim de la sen- tencia sufre entorpecimiento debido = un acto de sabotaje 0 a otra causa. El mismo 2 ia su esposa es estrangulada y su hile pilito ahorcado, entre otros familiares ‘A fines de abril Diego Cristobal Te Amara, medio hermano de José reemplaza a éste en In jefatura del miento y estableco su cuartel general ‘Azingro. Los hechos de armas som este perfodo més importantes que ea anterior, pero no dan victoria decisis: ninguna _de las dos partes cont El 12 de sotiembro indulto general todos, sin distinci6n, los partieipantes ea! movimiento rebelde y concesiones de ter administrative, econémico y social = Indios El 11 de diciembre firma del tratade az, 1782 EL 26 de enero solenmne confirmacin de paz, 1783 EI 15 de febrero Diogo Cristébal Te Amaru, todos sus familiares di son detenidos por las autoridades. EL 1 de agosto Diego Cristobal Tipae ru es ejecutado en forma més eruel que José Gabriel 1. Escudo de Nobleza de los Téipac Amari 2 Vecindades del Cusoo. Segin Rowe. 3. Plano del antigua Cuzco. Segiin Means. Fondo histirico EI buracin rebelde deseneadenado por Ta pac Amaru en 1780 ea los valles y altiph- nies del antiguo imperio incaico tavo Ii gar dieciocho afios después de Ix publica- ida de El contrato social, que proclamé Ia igualdad de los hombres 5 a soberania de Jos pueblos; trece aiios despuiés de la expul- sién de los dominios esparioles de Ia Com pafia de Jesis, que fue el més firme sostén del régimen absolutista colonial; cuatro ai después de la declaraetin dela Indepen- dencia de los Estados Unidos, que conmo- vid hasta las altimas fbras lt sensibilidad politica de los criollos; y un ano después del estallido de otro de Tos tantos conflictos Délicos entre Espaiia y Gran Bretafia, que parecia favorecer Ios proyectos separatistas No eabe duda —Ios documentos lo. pra: ie, a pesar de la Ientitud de Iss eo- snunicaciones en la época y de los obsticu- Jos inguisitoriaes, los acontecimientos de frascendencia universal menelonados tuvie- on honda repercusién en Hispanoamériea, singularmente entre las capas urbanas erio- lias y mestizas. Lo confirma la existencia de numerosas conspiraciones, en particular las de fines de 179 y de’ comienzos de 780, evidentemente influidas por el “per- nicioso” ejemplo de las Trece Colonias y las ‘ideas igualitarias de Rousseau. Espaiia no ignoraba del todo el estado en que se hallakan sus colonias, aunque —co- ‘mo siempre los mis interesados— no Io aquilstaba suficientemente. La rebelién de ‘Tipae Amaru fue el toque de atencién que le abrié los ojos sobre el peligro que amo- nazaba a sus posesiones de ultramar. A con secuencia de ello, el Gobernador Intendente de Venezuela, José de Abalos, en 1781 re- dact6 el Informe en el que acansejé el esta- Dlecimiento en América de cuatro. mona quias confederadas con la metzbpoli, Tdea expuesta, en otros términos, por el famoso estadista flustrado condo de Aranda en 1783 ¥ que involucraba cambios en Ja estmactura soil Descomposicién del régimen colonial ¥ surgimiento de una ‘autoconcieneia americana En Ia décimo octava centuria se opera un viraje en a formacién social y en la men- talidad hispanoamericana, La economfa, en los siglos xvr y xvi bisieamente minera_y de inmediata dependencia europea, en el Xvi comienza a ser también agricola y s1- fesanal, cuyos intereses y mereados san To- cales. Es entonces que el mestizo —espé- cimen hispanoamericano de clase media en formacién— se hace sensible a las reivind caciones politicas. Al’ propio tiempo las ideas dieciocheseas logran abrir brechas en Jas vallas restrictivas y aparecen portavoces de la libertad y de su eorolario: la Indo- pendencia, Su representante méximo, en tun sentido general, es José Cabriel Tipac Amaru 2 Los “infidentes", como es natural ex movimiento de independencia, se ‘dentificados con ls elementar femocionales autéctonos que les som Ta idea roussoniana del ser imams fen In sociedad primitva ex aplicads af ‘anato y confrontada con su eorelacio némico: 1a degradaciéa bajo un fexirinjero y de estructura complete fuente de ‘inspiraciia, en este onden ideas son los Comontarioe Reales del Garcilaso de la Vers, mestizo cxsqueso siglo x01, descendiente de una dazma de corte ineaica y de wa conquistador. A obra nostilgiea de Garedaso de la Ves que las autoridades probibirin despoés 1h gran rebelién indigena— recurren “infidentes”, entre ells José Gabriel Ta Amar 4 El vistago inca ‘A unas veinticinco Teguas al sur de Cuze, en un hermoso valle andino coronado por altos y escarpados picos con nieve eterna y en las estribaciones de las montafas, se en- cuentta Ia provincia 0 comegimiento de Tinta, Este corregimiento tiene de largo, de norte a sur, treinta leguas y de ancho quince. Su clima es muy frfo, debido a Ia altura y a Is veeindad de Tos eerz0s neva- dos de Vileanota, de cuyas minas en épocas anteriores se extraia plata, Por el valle de Tinta, que es una impor tantisiina via de comunicacién ¢ intercam- Dio, serpentea el rio Vileomayo, con pueblos indigenas en sus orillas. El valle, en la poca que nos intoresa aqui, tiene 20.000. habitantes, casi todos ellos indios y entre Jos cuales se mantiene latente Ja tradicién de su esplendoroso pasado antéctono. Les hhace recordar vivamente este pando el templo de Viracocha, la divinidad fundado- ma del Tshuantinsuys, que se encontraba en el distrito de San Pedro de Cacha, y Ia familia de los caciques de Susimana, Pam- Pamarca y Tungasuca, descendiente del in- ea Tiipac Amaru IL La grandiosidad del templo de Viracocha, con sus nieve puer tas y las paredes de piedra labrada en forma inigualads hasta hoy dia, contrastaba con la miseria de los edificios indigenas, del mismo modo que su situacién en la época con Ia pretérita, No todos los pueblos de Tinta, enya capital tiene el mismo nombre que la. provincia, estin en el valle. Algunos se ubicaron en altiplanicies euyo clima es ain més rigu- oso que cl del valle. Precisumente en una do Ins altiplanicies esti el eacieaago de los ‘Tépac Amari, obtenido como merced por dosa Juana Pileohuaco, esposa de Diego Felipe Condoreanqui e hija del inea Tipac Amaru I, sjusticiado por orden del virrey ‘Toledo en 1572. El eacicazgo, como hemos dicho, se componfa de tres pueblos: Surima- nna, Pampamarce y Tungasuea. En. Suri- ‘mana, que esté a una altura de 4,000 metros sobre el nivel del mar, el 24 de marzo de ‘Tépac Amant A740 nacié José Gabriel Tépac Amaru, des- ‘ceadiente por linea materna del desventu- “fado ines cayo nombre, y no el paterno (Gondoreanqui), usaron sempre él y su fa frie. Eso no nos parece simple apego al (ecizen inctico, sino mis bien proyecciin de fatimos anhelos, algo asi como ciertos seu- ‘Ginimos modernos: Stalin, hombre de ace- fo; Kemal Ataturk, padre de los turcos Jose Gabriel Tépac Amaru fue hijo de Mi feel Condorcanqui y de Rosa Noguera. ‘Qued6 Imérfano de madre y padre a muy ‘dema edad, cireunstancla que, conforme a flzunos psicélogos, predispone a actitudes ebeldes, sun cuando éstas quedan como Gustracin cuando no arraigan en Indivi- ‘duos excepcionales que persiguen un feoneordante con anhelos multitadinarios, ‘Con todo, coresponde decir que sus thos, Marcos Condoreangui y José Noguera, des- ‘emperiaron dignamonto su papel de tutores; fenize otras pruebas, porque, procuraron al feobring le mejor educacién posible en su medio. Flasta la edad de doce afios fueron maestros de Tipac Amara el Dr. Antonio Lépex de Sos, cura de Pampamarca y hombre bas: ‘tante instruido, a decir del meritorio ameri- ‘eanista ingl’s Markham, y el Dr. Carlos Fodriguer de Avila, cura de Yanaoca. Des: de ahora, pues, es ya notable Ia edueacién eligiosa en la formacién espiritual de Té- pac Amaru, eal El colesio para eaciques principales Por primera vez en 1758 las pupilas de pac Amaru se abren para admirar Ia ca ‘pital imperial de sus antepasados, Cuzco, fbicada en una hermosa hondonada de los ‘Andes Centrales, a In altura de 3.469 me- ‘tos, y acerca de la enal escuché tantos rela~ fos, cantos y leyendas nostilgicas. Pero To ‘embargn Ia tristeza al ver el trato que Tos Conquistadores dieron a las reliquins autéc- ‘tonas: donde antes se levantaba cl palacio denominado de Viracocha, el legendario fendador del incanato, se erguia ahora Ia ‘cxtedral catélica; cl templo del sol, el mis ‘eenerado santuario autéctono, estaba con- ‘fertido en convento de los dominicos; el pa- neio de Fiuayna Cépne, padre de Atshual- ‘pa ¥ Hulscar, en cuyo periodo so ews a Gabo Is Conquista, estaba transformado en ‘convento © iglesia de los jesuitas. Todo ‘clo hecho con méximo desprecio de los va- Jices autictonos y sobre los mismos cimien- tos, de sus ciclépeas construcciones a fin de ‘sesbolizar su aplastamiento. ‘Pezo el joven no tuvo mucho tiempo para ‘sememoranvas, puesto que Ie fue recordada ‘per sx tutor Ia urgencia en presentarse en ‘Sen Francisco de Borja, colegio regenteado 42 Te sazim por los jesuitas y fundado en 7650 para “los hijos mayores de caciques ‘principales y [a falia de éstos] segundas ‘Pessoa, sucesores en Jes cacicazgos", a fin Ge que & les eascfiase “he doctrina evan- (gets y |e politica cristina, quitindoles y ‘Tépac Amaru apartindolos de sus idolatrias, para que a ‘su imitacién no la siguiesen Jos demas in- dios’. En este colegio quedé matrioulado Tapac Amaru y de inmediato se hizo cargo de 4 al padte rector, quien Je enseié el Ingar que durante seis aflos seria su alo- jamiento. Le indieé también la indumenta- tia quo deberia vestir en adelante: capa corta, pantalén y eamiseta de color verde de jergueta o patio, sombreto negro, cal zado —obligatorio, para diferenciar los indios nobles de sus sibditos— y “una banda de tafetin earmest de Castilla, atravesada por el hombto derecho, que caiga debajo el brazo izquierdo, con un escudo de plata fcon las armas de su Majestad y debajo de lla, a un lado Tas del sefior Vierey y Prin tipe de Esquilache, por ser quien dio prin- Cipio a esta fundacién, y al otro, las de su Excelencia, por haberse acibado y sjustado ‘a su tiempo.” El cabello debfan Mevarlo Tos colegiales hasta Tos hombros, también para que no fueran confundidos con los hombres vulgares de su raza. Asi comenzé su vida en San Francisco de Borja. Este, segfin una deseripoién del siglo xvi, apli cable —con alggin insignfieante carl Ta época en que estudié Tupac Amaru (1758-1750) se desarrollaba de la manera siguiente: los alumnos se Tevantaban tem- prano ¢ “iban a dar gracias a Dios en su teapilla, que es tna cuadra muy eapay, g35- tan en esto poco més de un cuarto de horas toman de memoria la doctrina eristiana, a ayudar a misay otras cosas de devocién por espacio de una hora; diceles misa y después de misa van a almorzar [es decir, esayunar]. Lavego tocan a Ja escuela, en la eval gastan dos horas y media; pasan Ta octrina [cristianal y a las once se van comer, comen en el refectorio con toda po- Nicia, srviéndose unos a otros y uno de ellos lee a Ta mesa Ia vida del santo de aquel ‘ia; tienen su recreaciin hasta las dos que Jes tocan a. explicacién de la doctrina [eris- tiana] 0 plética que se Jes hace dos veces por semana en que. se les instraye en cosas de la fe especialmente; tienen su ejercicto ‘manual en que aprenden a bordar y pintar. Aderezan sus aposentos, acuclen al canto tclesiistico y enséiianse en un clavicordio para el érgano.” “Por a tarde tienen su escuela hasta. las cinco y media, que se les toca a rosario y Inego a ejereicio de lengua espaiioln y ora- ‘eiones breves, que se les da para que tomen de metnoria, Con que ensedian a hablar y policia, emo se han de tratar unos con otros: todos se Taman de Vuesa Merced y se tra- ttm con respeto para que se vayan ense- fando edo han de tratar con los demas ‘cuando salgan del Colegio. Un cuarto antes de tocar a cenar se les toca a letania, que ‘dicen de Nuestra Seftora y los domingos y fiestas cantadas, Después de cenar se Tes da reeresciGn hasta que tocan a examen. Des- puss de acostados media hora se les visita ‘Si estin acostades con modestia.” 4 sicntes dt El doctor Ignacio Castro, rector de otra ins~ tituto educacional ewzquetio en la época en ‘que Tapae Amaru estndiaba en San Fran- ciseo de Borja, informa que en este diltimo Ta instruceién que recibian los alumnos se Timitaba “a los rudimentos de la doctrina cristiana, leer y escribir”. Més 0 menos To ‘mismo que el autor de la detallada descrip- cién que hemos citado antes. De manera ‘que la cultura general de Tapac Amaru yeconocida por todos no procedia de Ins faulas del colegio jesuftico; pero si, sw for- macién religiosa. Porque digase lo que se diga: no hubo en Tipac Amaru deseo do reivindicar valores confesionales autéctonos. ‘Ahora bien, al aludir a la cultura do Ta ‘pac Amara no pensimos, sin embargo, Dre- fentarlo como un intelectual, sino como wna persona capaz. de expresar sus anhelos pro- feramaticos en forma coherente y capaz tam- bién —Ilegado el easo— de confiar su formu- lacion literaria a individues competentes. La forja del rebelde José Gabriel Tipac Amaru se formé en un ambiente impregnado de nostalgia por el fantiguo esplendor incaico y por el rechazo del dominio colonial hispano. Esta era In atmésfera familiar y ambiental que aspir6, pero de abi a tomar la gravisima decision de fublevarse contra el poder espafiol con el fin de establecer una monarquia propia, ay un abismo muy grande, Tapae Amara toms sobre sf el riesgo mortal de dar el salto sobre ese precipicto. gCémo lleg6 a tal idea y euiles fueron sus méviles? Na turalmente, tuvo motives personales y ge nerales: la tentativa de desposeerlo de su acicazgo y del titulo incaico al que éste estaba unido, la prepotencia de Tos funcio narios coloniales aun en relacién a él que ‘era descendiente directo de los antiguos mo- rnareas del pais, Ja degradante condieién de sus “paisinos", las ideas igualitarias de la Epoca_y el ejemplo de inmensas colonias del mismo continente que Iograron su inde- pendencia, Pero parecidas o aun més gra- Yes motivos tuvieron otros vistagos de Tos ineas.y, sin embargo, jamés Tlegaron a asumir después de la resistencia inicial & Ta Conquista— la diteccién de tan riesgosa empresa, De suerte que hay que buscar fsimismo sus causas en Ia personalidad de ‘TNipac Amaru. Este, por lo que es sabido, se earacterizaba por una honda sensibilidad Jhumana —acaso ineidia en ello su temprana orfandad— y por un alto —tal vez exage- rado— sentido de su importancia como des- teendiente de los incas. Lo iltimo es féeil- ‘mente comprobable en sus escritos y testi- ‘monios judiciales, mas lo primero silo es cconjetural, aunque también basado en prac bas documentales, Micaela Bastidas, su esposa y Ingarteniente Micaela Bastidas nacié el 28 de junto de 1744 en el pueblo de Timburco, capital ciieiiieniieaiaall del corregimiento de Abancey. Contrajo ex- lace con Tupac Amaru ol 25 de mayo de 1760, Contaba ella entonces dieciséis afios y Al veinte. ‘No podemos dar por confirmado Jo que de- ponen algunos testigos acerca de que la energia y “forocidad” do la esposa eran ‘mayores que las de Téipac Amaru. Lo que fluye de los documentos en forma indubi- table os que, en materia de direccién del ‘movimiento rebelde, Micacla Bastidas no se quedaba atris de su marido, Por el con- trario, toda la vida compleja de Ja retaguar- dia indigena estaba a su cargo. Y no s6lo esto: la esposa del jefe rebelde fue su lu gartenionto més inmediata y, a veces, su inspiradora. Para las relaciones entre In pareja principal rebelde es singularmento caracteristiea la carta de Micaela Bastidas a su esposo fe- chada el 6 de diciembre de 1780. Se trata de la époea-en que Tipac Amaru ya habia obtenido su resonanto triunfo militar de Sangnri (18 do noviembre de 1780) y se decide a tareas més bien de orden politico y administrative en voz de marchar, con sus hnestes enardecidas por la reciente vic- toria, sobre Cuzco, en aquel momento pric: ticamente desguarnecida, En vordad, ésto es uno de los enigmas de su tictica militar, cl que ofrece tanto pibulo para hablar de su falta de sentido préetico y de conocimien- tos imprescindibles para um jefo do ejér- citos, Nosotros no estamos en condiciones de dilucidar ese problema. Pero Micacla Bastidas que si Jo conocia, en Ja carta alu: ida hizo amargos reproches @ su esposo por no haber ~segtin ella crefa— atendido sus razones y no marchado sobre Cuzco. Parece que una noticia de Tdpac Amand tuvo el efecto de tranquilizarla un poco. Pero nada mis que eso, pues un die des- pués de su mencionada carta, el 7 de di ciembre, le escribe otra en un tono més roposado, aunque con iguales consuras © insistencias sobre la necesidad de dirigir todo el poderio indigena contra Ta vieja capital del Tahuantinsuyo; Como dora Mi- aela no era de las personas quo so satis: facian con dar consejos finicamente, en la misma carta del 7 de diciembre anuneié 12 su esposo el propésito do reclutar gente para estar rodeando poco a poco al Cuz co”. Su propésito Io evs a medias a la prictica, puesto que una carta de Tiipac Amaru con noticias sobre sus nuevas vieto- vias Te hizo tomar Ia decisién de retornar ‘a Tungasuea. Corresponde afiadir que ésta no fue la tinica accién notamento mater ‘emprendida por Micaela Bastidas. ‘Toda vez que peligraba la rebelién, 0 lo crefa nece- surio, acaudillaba huestes indias. En clerta ‘ocasion, al recibir una noticia acerca del po- ligro que corria su tnarido, exclamé subien- do a caballo: “jEstoy pronta a morir don- de muriese mi esposol” Tal fue ol espiritu de esta mujer extraordinaria 1, Alfareria mochica, Pert, 2. Dibujo mochica representando tn guerrero acompafiado de stmbolos ornitomorjos, 7) Goer oes Cea Actividad pibliea de Tiipae Amaru ‘entre los afios 1770-1780 Corresponde encarar como punto de par- ida de los esfuerz0s de Tiipac Amaru ten- dientes a cambiar radicalmente el estado de cosas en la colon, el afio 1770, en que ‘comienza las gestiones para obtener In con fiemacién de sus derechos de descondiente prinefpal de los “Sefiores que fueron de estos Reinos”. Quizis en otra época, y trax tndose de una’ persona de diferente com formacién mental que la de Tupac Amaru, tales gestiones no hubiesen tenido el ca- ricter que les atribuimos; pero en. nuestro ‘easo conereto, si, Lo expresado no es s6lo Ja opinién de quien esto escribe, sino tam- Dign Ia del Visitador general de los virrei- ratos del Peri y el Plata, José Antonio de Areche, quien en su trstemente célebre sentencia sostiene que Tépac Amaru, al reivindicar sus derechos al incazgo, se con- sideraba “duetio absoluto y natural de estos dominios”. También otro coetineo de Ti pac Amaru de gran significaeién por el pax pel desempefiado en los sucesos insurrec- cionales, el obispo de Cuzeo Juan Manne! Moscoso, en su carta del 17 de novienibee de 1780, afirma que “todos se hallaron pre- vyenidos con una especie de haberse decir ado por esa Real Andiencia a ese indio la Aescendiencia Tegitima del rey Tapac Ama- ru’, agregando que “Ia noticia es maligna para Ios indios féciles de seduccién; por cello se recelaba que todos los puebles cons- pirasen aun fanatismo...” Y en una Relacin de los primeros sucesos revolucio- narios se dioe que el reconocimiento por la Andiencia de Lima de In “descendencia legitima de que decia tener de don Felipe Tupac Amara [...] le hicieron formar una alta idea de su prosapia, que quizis Ia im- pprudencia de Ios que manejaron Tos docu- rmentos de su aleuria Te hizo llegar adonde no debia”, Agrega el documento citado que, al estallar Ja rebelién, Tiipac Amaru se pre- fentaba con “las insignias reales de los fincas”. Confirman lo expuesto la. orden rigurosisi- ma de Areche, contenida en Ia afamada sentencia, de reservar all propio monarea toda informactéim sobre nobleza india y las reales Srdenes, ropetidas veces dictadas, que prohibian el otorgamicnto de titulos a los indios, particularmente el “apelativo Inca”, Las gestiones de T\ipac Amaru para obte- ner Ja confirmacién pablica de su titulo de descendiente principal de los incas, eviden- temente, tuvieron éxito. Se desprende esto, ademés de numerosos testimonios imperso- nales, de las expresiones del obispo Mos- coso y de las del enemigo mortal de éste, deudo del ajusticiado corregidor Ariage, Eusebio Balza de Verganza, como también Ge los dictimenes favorables para Tiipac ‘Amaru del fiscal de lx Andiencia de Lima, don Serafin de Leytin y Mola, y del asesor del virey, doctor Francisco Lépez, aunque Tépac Amara no consta que el tribunal se haya expedide formalmente. Los trimites de Tipac Amara que hemos ‘mencionado, aunque impresionan como una actitud simplemente egolitrica, pierden bas- tante de sw careteristioa memimente per- sonal si se toma en consideracién que ha- ba varios pretendientes para el titulo que le correspondia a él, Pero, en la perspec: tiva histérica, no en Ja reivindieaclén de Jos justos derechos residia el problema sino en el hecho de que ser reconocido como ‘nea, en la atmésfera de le colonia impreg- nada de elementos autéetonos, significaba obtener un ascendiente enorme en la vida findigena y aun fuera de ella; era igual a transformarse legal y autométicamente, y sin necesidad de agrias Tuchas con otros pretendientes, que no faltaban y se unferon Tos espafioles para combatirlo, en jefe indiseatida de Jos indios. En la époce, es decir, en Ia segunda mitad del siglo xv, cuando sfloré un fuerte sentimiento telie rico entre los eriollos, un inea podia aspi- rar incluso, como Jo hacia ‘Tipe Amaru, hablar en nombre de todos los naturales de América. ‘A raiz de las gestiones aludidas, algunos cro- nistas de Ia época y clertos eseritores mo- dernos gustan explayarse acerca de Jos sen- timientos aristocritioos de Tipae Amaru, lo que —a juicio de ellos indicaria sa escaso interés por la situacién do los indios y por Ja de otras capas humildes. Hasta qué gr- do es injusta esa imputacién lo demuestra el hecho de que simultineamente con sus estiones de indudable tipo genealogista, bregaba por mejorar Ia suerte de los indi- sgonas. El 4 de octubre de 1778, José Gabriel Ti pac Amaru, que ya entonces hace prepara tivos para su magna empresa, presenta. al ‘escribano cuzquefio José Palacios un poder de los caciques de su provineia que lo nom- bran con el objeto de que prosiga en la ca pital del vireinato “la causa que tienen pendiente en el Real y Superior Gobiemo de estos Reinos, sobre que se liberten los naturales de sus ayllus de la pensién de la mits”. Con motivo de estas gestiones de ‘Tapac Amaru, el Visitador general Areche, en su dictamen del 28 de setiembre de 1776, dice: “La mita segin se practica en el Reino, es ‘a mi entender uno de Jos males que es fuer- za cortar brevemente, si queremos pobla- cién, civilidad y que se nos acerquen los Indios a lo que deben y pueden ser.” Agrega més adelante: “La mita y los malos tratamientos que re- ‘eiben los indios son eausas parciales y aca so algo mds para que. no tengamos tantos como tuvimos, y para que no prospere, su festirpe tanto como quieren Tas leyes y los flustrados gobiernos de nuestra nacién.” Pero cual es la respuesta de Areche 2 Té pac Amami? Tipfeamente de un buréerata que presiente algo grave y cree lo més 7 prudente postergar el asunto, He aqul ‘que le dice: “Al eacique que representa se le dick ¢ su escrito no trae Ia instrucelén que exe cesaria para hacer el recurso de la revs cidade la mita que pretende; y que se retize a sus pueblos por ahora, alli Ia providencia que, no obstante, 4 desde su destino el Seflor Superintend de le Mita, a quien se remite por & ‘como que seré la mds arreglada a la tancia de estos indios.” Aungue herido con esa resolucién

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