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ESCUELA POLITÉCNICA NACIONAL

FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL Y


AMBIENTAL

Materiales de Construcción

Elaborado por:
Andrea Toasa
Richard Albán
Tommy Proaño
Hendry Pozo

Fecha de entrega: Agosto, 02 de 2017


Túnel de la Ciencia, un museo itinerante que enfoca las megas tendencias del
siglo XXI, en el que el visitante puede ver sus propias entrañas, descubrir qué
parte del cerebro se activa cuando usa sus sentidos y con el que se busca que
mentes jóvenes se enamoren de la ciencia.

Ver, oler, tocar, escuchar o saborear, algo tan natural en el ser humano toma
otra dimensión en el túnel cuando al apretar botones con el nombre de cada
sentido se encienden luces en siluetas de cabezas que indican qué parte del
cerebro se activa al utilizarlos.

Y si hay quien quiere “verse por dentro”, basta con pararse frente a un “espejo
mágico”, levantar los brazos y ver cómo se proyectan en una pantalla, en tres
dimensiones, sus intestinos, corazón o pulmones en uno de los aparatos
interactivos más atractivos de una exposición que estará abierta hasta el 21 de
agosto.

Pasillos a media luz, paneles iluminados con estridentes colores, videos y


fotografías decoran los caminos del Túnel de la Ciencia, una muestra interactiva
creada por el Instituto alemán Max Planck que pasea a los visitantes por el
universo, la nanotecnología, la sostenibilidad y la inteligencia artificial.

Además, por el complejo mundo de la salud, la energía, los valores en la


sociedad, el funcionamiento del cerebro y aunque gran parte del túnel desarrolla
los conceptos a través de textos y fotografías más afines a público adulto,
también hay equipos interactivos que cautivarán a los más pequeños.

Estos podrán, por ejemplo, hacerle muecas a una cámara, sonreírle o ponerle
su cara más triste o su más temible expresión de malhumor, y la máquina les
dirá su estado de ánimo con base en porcentajes que aparecen en barras rojas
en una pantalla.
También está la pantalla que proyecta la imagen infrarroja de quien se ponga
enfrente o los relatos de expertos sobre los avances de la ciencia en los distintos
andares del túnel, con lo que buscan que los temas que reinan en mentes
elevadas aterricen en lo que se conoce como el “común de los mortales”.

El paseo por el túnel comienza con explicaciones sobre el cosmos, los planetas,
la materia oscura y otros secretos del universo que no están del todo
actualizados en el currículum escolar, y termina con asuntos relacionados con la
globalización.

La exposición, que ha viajado por cuatro continentes y que ha aterrizado sobre


1.200 metros cuadrados en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, recuerda a
Aristóteles con la frase: “El todo es más que la suma de las partes”, y anota que
“cuánto más conocemos el mundo que nos rodea, más preguntas sin resolver
nos planteamos”

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