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Antropología Social
Antropología Social
Por otra parte, mientras que un ser humano puede ser comprendido de un modo
individual, la antropología social pone el marco de observación en el grupo como
entidad. Es decir, en la sociedad como una estructura con vida propia que se nutre
de ritos, costumbres, normas y hechos. Es imposible entender al ser humano,
como una manifestación de su propia naturaleza.
Enfoque y práctica
La antropología social se distingue de otras materias como la economía o las
ciencias políticas por su enfoque holístico y la atención que presta a la diversidad
comparativa de sociedades y culturas alrededor del mundo. Este enfoque brinda a
la antropología la posibilidad de reexaminar presupuestos occidentales. Se
diferencia de la sociología tanto en sus métodos principales (basados en la
observación participante y la competencia lingüística)8 como en la importancia que
atribuye a los microestudios. Va más allá de aquello que se considera
estrictamente como fenómeno social y profundiza en sus elementos culturales,
artísticos, individuales y cognitivos.9 Muchos antropólogos sociales utilizan
métodos cuantitativos de análisis también, especialmente aquellos que investigan
temas como las economías locales, la demografía, la ecología humana, los
procesos cognitivos o la salud y las enfermedades.
Especializaciones
Las especializaciones de la antropología social varían a la vez que los objetos de
estudio evolucionan se transforman, así como aparecen nuevos paradigmas
intelectuales: la musicología y la antropología médica son ejemplos actuales de
nuevas especialidades firmemente establecidas.
Otras áreas recientes de desarrollo cognitivo son: el análisis social y ético de las
nuevas tecnologías, patrones emergentes de organizaciones familiares y de
parentesco, el debate sobre el deceso del socialismo de estado, las implicaciones
políticas del aumento de la religiosidad y las auditorías culturales.
La antropología ha influenciado a otras disciplinas como la filosofía (ética,
fenomenología, lógica), la historia de la ciencia, el psicoanálisis y la lingüística.
Aspectos éticos
Esta materia cuenta con aspectos tanto éticos como reflexivos. Los expertos
analizan como los estudiantes construyen los objetos de estudio y las maneras en
que ellos, como antropólogos, pueden contribuir en los procesos de cambio de las
sociedades que estudian. Un ejemplo es el Efecto Hawthorne, por el cual los
sujetos de un estudio alteran su comportamiento debido a saber que están siendo
observados y estudiados.
Historia
La antropología social tiene sus raíces en varias disciplinas del siglo XIX, entre las
que se incluyen la etnología, estudios de folclore y estudios clásicos. (Véase
Historia de la Antropología) Su precursores fueron Edward Burnett Tylor y James
George Frazer con sus trabajos a finales del s. XIX, los cuales sufrieron grandes
cambios tanto en su metodología como en la teoría durante el periodo 1890 - 1920
e hicieron evidente un nuevo interés por el trabajo de campo y los estudios
holísticos a largo plazo del comportamiento social en entornos naturales. También
vemos en esta época como se introdujeron las teorías sociales francesa y
alemana. Bronislaw Malinowski, una de las mayores influencias en la antropología
social británica, destacó la importancia de los trabajos de campo a largo plazo en
los que el antropólogo aprende la lengua vernácula y se implica en las actividades
diarias de los habitantes locales.10 Este idea fue reforzada por Franz Boas al
introducir el relativismo cultural, el cual apunta que cada cultura se construye
sobre la base de una serie de ideas preconcebidas sobre el mundo, por lo que
solo es posible entender dicha cultura desde la perspectiva de sus propios
valores11
Museos como el Británico no eran el único que daba cabida a los estudios de
antropología. Con la llegada del periodo del Nuevo Imperialismo alrededor de
1870, los zoológicos se convirtieron en "laboratorios libres", especialmente las
supuestas "exhibiciones etnológicas" o "ciudades de negros". Los llamados
"salvajes" de las colonias eran mostrados en estos zoológicos humanos, en jaulas
y casi siempre desnudos. Por ejemplo, en 1906, el pigmeo congolés Ota Benga
fue enjaulado en el Zoológico del Bronx por el antropólogo Madison Grant, y fue
denominado "el eslabón perdido" entre el orangután y la raza blanca. Grant,
famoso eugenista, es también el autor de The Passing of the Great Race (1916).
Este tipo de exhibiciones eran intentos de ilustrar y probar la validez del racismo
científico, la primera formulación del cual se puede atribuir a Arthur de Gobineau y
su "Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas" (1853–55). Aun en 1931,
la Exposición colonial de París exhibía en la "ciudad indígena" Kanaks de Nueva
Caledonia, y recibió 24 millones de visitas en seis meses, demostrando así la
popularidad de dichos zoológicos humanos.
La antropología se fue distanciando cada vez más de la historia natural, y para
finales del siglo XIX empezó a coger forma tal y como la entendemos hoy en día.
En 1935, por ejemplo, T.K. Penniman escribió la historia de dicha disciplina en su
libro "Cien años de antropología". En aquellos tiempos, el método comparativo
dominaba la praxis. Se asumía que todas las sociedades pasaban por un proceso
evolutivo único y común, de la fase más primitiva a la más avanzada. Así pues, las
sociedades de fuera de Europa se consideraban "fósiles vivientes" que podían ser
estudiados para entender el pasado occidental. Los investigadores escribieron
relatos sobre migraciones prehistóricas que en ocasiones tenían valor, pero a
menudo pecaban de fantasiosos. Fue en esta época que los europeos fueron
capaces de rastrear de manera precisa migraciones polinesias a través del océano
Pacífico, aunque muchos creían que éstas habían originado en Egipto.
Finalmente, el concepto de raza fue considerado como una herramienta para
clasificar y jerarquizar seres humanos sobre la base de sus características.