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Geologia Hidrogeologia Sabana Bogota
Geologia Hidrogeologia Sabana Bogota
Geología e Hidrogeología de
Santafé de Bogotá y su Sabana
Alberto Lobo-Guerrero Uscátegui, Geólogo, M.Sc.
Gerente, LOBO-GUERRERO GEOLOGÍA LTDA.
Contenido
Abstract
Resumen
1. Introducción
2. Geología Regional
3. Estratigrafía
3.1. Grupo Villeta
3.2. Formación Guadalupe
3.3. Formación Guaduas
3.4. Formación Cacho
3.5. Fomación Bogotá
3.6. Formación Regadera
3.7. Fomación Usme
3.8. Formación Tilatá
3.9. Formación Sabana
3.10. Formación Tunjuelo
3.11. Coluviones
4. Estructuras
5. Hidrogeología
6. Referencias
ABSTRACT
The Sabana de Bogotá is a tight, faulted synclinorium, that strikes SSW-NNE, in the
center and summit of the Colombian Eastern Cordillera. It is composed by Middle
Cretaceous to Quaternary sedimentary rocks: the Villeta Group and Guadalupe,
Guaduas, Cacho, Bogotá, Regadera, Usme, Tilatá, Sabana and Tunjuelo Forma-
tions. Formations Tilatá (Pliocene), Sabana (Pliocene, Pleistocene and Holocene),
and Tunjuelo (Pleistocene and Holocene) are lacustrine, fluvial and fluvial-glacial
units, deposited in the center and borders of the basin during the past 3.5 million
years.
Long synclines occur along the major valleys; and long, thin anticlines in the ridges
between them, with thrust faults bordering many of the anticlines, and normal and
strike-slip faults cutting the previous. The Falla de Bogotá is a poorly characterized
fault, that cuts the western flank of the Bogotá Anticline. A specific and detailed
study of this fault is necessary, to establish if the fault is truly active and define its
degree of activity.
Severe problems of over-exploitation take place today in many parts of the Sabana.
Groundwater potentiometric levels descend at rates between 3 and 5 m/year due to
global aggregate extraction that is larger than natural recharge. Water pressure
decrease is among the main causes for compactation and deformation of surface
layers.
RESUMEN
Hay largos sinclinales en los valles mayores y largos y estrechos anticlinales en las
serranías entre estos, con fallas inversas bordeando muchos de los anticlinales, y
fallas normales y de rumbo cortando las anteriores. La Falla de Bogotá es una falla
deficientemente caracterizada que corta el flanco occidental del Anticlinal de Bogo-
tá. Es necesario llevar a cabo un estudio específico y detallado de esta falla para
determinar si en efecto es activa y su grado de actividad.
estrictamente la apertura de nuevos pozos, los caudales extraídos por los pozos
existentes, y recurrir a la recarga artificial de los acuíferos mediante pozos de inyec-
ción y dársenas de esparcimiento.
1. Introducción
Algunas de las calles y avenidas de la ciudad capital, sobre todo aquellas situadas en la
parte norte y occidental, muestran actualmente grandes deficiencias, como hundimientos y
deterioro permanente de los pavimentos. Algo semejante, y con mayor desarrollo, se obser-
va de tiempo atrás en las carreteras del centro y occidente de la Sabana de Bogotá. Como
explicación para estos fenómenos se aducen entre otras razones, la existencia de arcillas
expansivas, la extracción de aguas subterráneas, la compactación o subsidencia del terre-
no, el crecimiento y la evapotranspiración de ciertos árboles, y la deficiencia en los materia-
les de construcción. Lo cierto es que las notorias fallas en estas vías de comunicación están
causando severos perjuicios económicos a la población en la Capital de la República y en el
corazón del Departamento de Cundinamarca. Para ayudar a comprender esta problemática
y contribuir a su solución, se presenta a continuación en forma muy resmida, la geología y
la hidrogeología básicas de esta región.
2. Geología Regional
3. Estratigrafía
El Grupo Villeta aflora en todo el borde exterior de la cuenca de la Sabana, en los núcleos
de varios anticlinales dentro de la misma y subyace toda la región. Del lado occidental de la
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Sabana el miembro superior del Grupo Villeta se denomina Formación La Frontera (Barre-
miano-Santoniano). En la base consta de unos 40 m de calizas y limolitas silíceo-calcáreas,
negras, en capas delgadas, muy fosilíferas, con frecuentes nódulos calcáreos. El resto de la
sucesión total, de 1300 m de espesor, son lutitas negras finamente laminadas con ocasio-
nales intercalaciones de areniscas y calizas en estratos de 3 a 5 m de espesor (Ulloa, C.,
1981).
Del lado oriental de la Sabana el miembro superior del Grupo se denomina Formación Chi-
paque (Turoniano-Santoniano). Esta unidad esta constituida por arcillolitas, areniscas, limo-
litas y calizas. Las arcillolitas (lutitas de compactación) son las rocas predominantes; de
color gris oscuro y negro, finamente laminadas, de baja resistencia y fácil meteorización en
esquirlas. Las areniscas son cuarzosas o cuarzo-micáceas; de color blanco, amarillo o gris
oscuro; grano muy fino hasta grueso; cemento silíceo, calcáreo o ferruginoso; dureza entre
desmenuzable y moderada; resistencia entre friable y resistente; en capas delgadas hasta
gruesas. Las limolitas son de colores gris oscuro o tabaco; son laminadas, frecuentemente
micáceas, de dureza baja y resistencia débil. Las calizas son de color gris oscuro, lumaqué-
licas, duras, resistentes, en bancos gruesos. El espesor total alcanza 1700 m (Renzoni ,G.,
1962).
El Miembro Arenisca Dura está compuesto por bancos medianos hasta gruesos de arenis-
cas ortocuarcíticas de color blanco-amarillento hasta gris-negro, de grano muy fino hasta
medio, subredondeado, con esfericidad media a alta, bien sorteada, con estratificación de
muy delgada hasta muy gruesa, duras, compactas, en general bien cementadas por sílice o
carbonatos, y con esporádicas intercalaciones de limolitas silíceas grises claras en capas
de 3 a 10 cm y arcillolitas negras hasta grises claras finamente laminadas en bancos hasta
de 5 m de espesor. Aunque el contacto geomorfológico entre el Grupo Villeta y la Forma-
ción Guadalupe en el borde de la Sabana es neto, el contacto litológico en el campo y en el
subsuelo es difícil de identificar, ya que hay arcillolitas negras en ambas unidades. Normal-
mente se coloca la base del miembro en el primer banco muy grueso de arenisca. El espe-
sor de la Arenisca Dura varía entre 300 m en la parte occidental de la Sabana y 460 m en la
parte oriental de la misma (Pérez, G. & Salazar, A., 1978; Lobo-Guerrero, A., 1985; Caro,
P., García, J.R., y otros, 1988).
El Miembro Plaeners está compuesto por arcillolitas laminadas, de dureza baja y resistencia
débil, en capas delgadas; limolitas silíceas laminadas, en capas de 2 a 10 cm, compactas,
con fractura concóidea, en estratos entre 5 y 20 m ; y por areniscas ortocuarcíticas de grano
fino a muy fino, subredondeado, con esfericidad media a alta, bien sorteadas, compactas,
con estratificación gruesa a muy gruesa. Las rocas son de colores blanco, gris claro, gris
verdoso, gris oscuro y negro. El espesor total oscila entre 85 y 200 m (Pérez, G. & Salazar,
A., 1978; Caro, P., García, J.R., y otros, 1988).
El Miembro Arenisca de Labor está compuesto por areniscas cuarzosas, blancas o grises
claras y ocasionalsente amarillentas, de grano muy fino hasta medio, con dureza y resis-
tencia moderadas, en bancos delgados basta muy gruesos, con intercalaciones delgadas
hasta gruesas de arcillolitas grises verdosas, laminadas, débiles, y limolitas silíceas grises.
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El espesor total oscila entre 150 m y unos 250 B (Pérez, G. & Salazar, A., 1978; Caro, P.,
García, J.R., y otros, 1988).
El Miembro Arenisca Tierna está compuesto por areniscas cuarzosas y feldespáticas, blan-
co amarillentas, de grano medio hasta conglomerático, con estratificación cruzada, en estra-
tos delgados hasta muy gruesos, débilmente cementados, friables, con algunas muy delga-
das intercalaciones de lutitas grises. Su espesor oscila entre 100 y 125 m. Esta unidad no
aparece en todas partes de la Sabana; se conoce en el sector de La Cita - Codito (Santafé
de Bogotá), en Sibaté, en La Herrera, y en las Piedras de Tunja (Facatativá).
La Formación Tilatá reposa discordamente sobre todas las anteriores unidades. Fue descri-
ta originalmente por Sheibe. R. (1933) en la región de la Hacienda Tilatá, en el cañón del
Río Bogotá, 4 km al SW de Chocontá. También se encuentra en el valle de Sisga-Chocon-
tá-Villapinzón, en el valle de Guasca, el valle alto del Neusa, en el Páramo de Guandoque,
en el valle de Subachoque, en Mancilla-Tudela-Corito (Facatativá), en la altiplanicie Bojacá-
La Herrera, y por debajo de la Formación Sabana en buena parte de la parte plana de la
Sabana de Bogotá (Fig. 8). Está compuesta por gravas, gravillas, arenas, limos, arcillas,
turbas, y numerosos niveles de piroclastos finos, en capas lenticulares, poco consolidadas.
Alcanza un espesor variable entre 10 cm y unos 300 m.
La Formación Sabana representa la parte superior del relleno lacustre del gran lago de la
Sabana de Bogotá (Hubach, E., 1957). Está compuesta en su mayor parte por capas hori-
zontales, poco consolidadas, de arcillas plásticas grises y verdes, y en menor proporción
por lentes y capas de arcillas turbosas, turbas, limos, arenas finas hasta gruesas, restos de
madera y capas de diatomita. También hay numerosas capas de cenizas volcánicas. El
máximo espesor registrado es de 317 m en el pozo Funza-1 del acueducto de esa pobla-
ción (Valencia, H., 1988). El estudio palinológico del pozo estratigrafico Funza-1 de INGEO-
MINAS comprueba que hay una sedimentación lagunar contínua desde el Plioceno hasta la
actualidad (Hooghiemstra, H. , 1984). Los cerros de Suba y Madrid, asi como otros cerros
menores entre Soacha y Sibaté, fueron islas dentro del mencionado lago. Los barrios nue-
vos de la ciudad capital aproximadamente al norte de la Avenida Chile y al oriente de la
Carrera 30, están edificados directamente sobre la Formación Sabana (Fig.3).
El cono fluvio-glaciar de Tunjuelito es un extenso depósito del curso bajo del Río Tunjuelito,
en el sur de la ciudad, entre el ápice en la Quebrada del Aleñadero, 3 km al sur de Usme, y
su parte distal en los barrios de Bosa, Class, Kennedy, Bavaria y San Rafael (Julivert, M.,
1963; Caro, P., García, J.R., y otros, 1988). Los sedimentos que constituyen el depósito son
bloques hasta de 2 m de diámetro, grava, gravilla, arena, limo y arcilla. El cono se divide en
tres sectores: una parte alta entre la Quebrada del Aleñadero y la Quebrada de Yomasa;
una parte media entre la Quebrada de Yomasa y los barrios Meissen y Tunjuelito; y una
parte baja entre los citados barrios y Ciudad Kennedy. La parte alta está compuesta princi-
palmente por arenas gruesas con grandes bloques, arcillas y limos, con un espesor hasta
de 50 m. La parte media está compuesta principalmente por gruesas capas de gravas, are-
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nas y limos, debajo de una capa superficial de arcillas entre 7 m y 12.50 m, con un espesor
total variable hasta de 150 m. En este sector se hallan las grandes explotaciones de agre-
gados. La parte baja está compuesta principalmente por arenas finas y arcillas, las cuales
se interdigitan con los depósitos lagunares de la Formación Sabana.
Bajo la parte oriental de la ciudad se encuentran otros conos fluvio-glaciares de los ríos y
quebradas San Cristóbal, San Francisco, Arzobispo, Las Delicias La Vieja, Rosales y Chicó.
Todos ellos llegaban al gran lago de la Sabana. Los cortes geológicos de las Figuras 4, 5, y
6 presentan la variada litología de la Formación Tunjuelo a lo largo de la Avenida Caracas
entre el sector del Centro Internacional y la Avenida Chile. El corte geológico de la Figura 7
presentauna sección occidente-oriente aproximadamnte a lo largo de la Calle 45
(Hernández, P. y Uscátegui, J., 1976).
Las laderas de los cerros orientales de Bogotá tienen en muchos lugares gruesos cantos de
coluviones, producto de la meteorización y lento reptamiento gravitacional de bloques, tro-
zos y partículas de los materiales constituyentcs de las formaciones cretáceas y terciarias
(Fig. No. 3). Típicamente constan de bloques y trozos angulares de arenisca, meteorizados,
sueltos, englobados en una matriz de arena, limo o arcilla, con una alta permeabilidad y
poca compactación. Su espesor, muy variable, puede alcanzar valores de más de 30 m. En
parte, lo que aquí se agrupa dentro de los coluviones puede ser de origen glaciar.
4. Estructuras
La Cordillera Oriental de los Andes Colombianos contiene a la latitud de Bogotá los sedi-
mentos litificados, plegados y fallados de un miogeosinclinal mesozóico. Hacia el oriente
existen los restos de un orógeno del Paleozóico Inferior y hacia el occidente los restos de
un orógeno del Paleozóico Superior (Irving, E.M., 1971).
La Sabana de Bogotá se puede describir como un apretado sinclinorio fallado con rumbo
SSW-NNE en el centro y la cresta de la Cordillera Oriental. Enrique Hubach en uno de sus
primeros informes (1927) afirma: " ... en ninguna parte se puede observar mejor la constitu-
ción geológica de la Cordillera Oriental por plegamientos que se cruzan a manera de olas
encontradas en un mar agitado." En efecto, tal es la impresión que uno tiene cuando exami-
na detenidamente un mapa que representa las ondas petrificadas de la orogenia andina. A
pesar de trabajos fundamentales como los de Julivert, M. (1963) y del INGEOMINAS
(1969), en mi opinión, todavía hay mucho detalle por dilucidar sobre la tectónica de esta
región. En los Mapas Geológicos de las Figuras 1 y 3 se presentan las principales estruc-
turas. El Corte Hidrogeológico Esquemático de la Cuenca del Río Bogotá (Fig. 2) es una
sección W-E generalizada del subsuelo aproximadamente por El Tablazo, el Sinclinal de
Subachoque, el Anticlinal de Madrid-Juaica, el Anticlinal de Cota, los Anticlinales de Suba,
el Sinclinal de Bogotá, la Falla de Bogotá y el Cerro de El Cable.
los orientales; muy frecuentemente todo el flanco W de los anticlinales es inverso; estos
flancos inversos son recorridos longitudinalmente por fallas que se sitúan en el contacto
Guadalupe-Guaduas. Otra característica es la forma, a veces en abanico de los pliegues, y
en casi todos los casos las formas muy exageradas de los anticlinales cuyas bóvedas han
sido erosionadas, si se hace la reconstrucción ideal de estas bóvedas. Finalmente, hay que
citar la existencia de domos de sal."
Transversalmente está cortado por varias fallas normales, inversas o de rumbo, con orienta-
ción NW-SE, tales como las Fallas de Usaquén, El Chicó, La Vieja, Las Delicias, El Arzobis-
po, etc. (Fig. 3). Entre Monserrate y la Quebrada de Rosales el flanco occidental del Anticli-
nal está invertido. En la región de la Quebrada El Chicó y la carretera a La Calera se puede
apreciar claramente una inversión: mientras que la parte alta del flanco en el Miembro Are-
nisca Dura muestra un buzamiento de 60° a 70° al occidente, la parte baja está buzando
otro tanto hacia el oriente. Más al occidente hay repliegues y deslizamientos gravitacionales
en el conjunto inferior del Miembro Plaeners, con resbalamiento entre capas, intenso fractu-
ramiento y fallas curvas. Los demás miembros del Guadalupe están invertidos.
5. Hidrogeología
El Grupo Villeta, confinante, subyace toda la región. En el núcleo de varios de los nume-
rosos sinclinales de este sector de la Cordillera Oriental, se encuentran las Formaciones
Guaduas, Bogotá y Usme, igualmente confinantes. Encima de, o entre estas formaciones,
se encuentran rocas consolidadas con porosidad secundaria, por fracturación, los miembros
de la Formación Guadalupe, la Formación Cacho y hasta cierto punto, la Formación
Regadera.
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La referencia más antígua sobre pozos profundos en la Sabana está en la "Carta Geográfi-
ca de los Estados Unidos de Colombia", publicada por Manuel Ponce de León y Manuel
María Paz en 1864, donde aparece dibujado "El corte jeolóxico de la formación lacustre de
la Sabana de Bogotá, según la perforación hecha para abrir un pozo artesiano al norte de la
ciudad por el Doctor Manuel Zaldúa". Se trataba de un pozo de 93 m de profundidad.
Hoy hay miles de pozos perforados dentro de la Sabana de Bogotá y numerosos en la pro-
pia ciudad y hay severos problemas de sobre explotación de acuíferos en muchas partes. El
nivel potenciométrico del agua subterránea de esta cuenca artesiana está descendiendo a
tasas entre 3 y 5 m/año debido a una extracción agregada mayor a la recarga natural. El
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Cuando a raiz de las exploraciónes de TAHAL (1973) se probó que la Formación Guadalu-
pe podría ser un acuífero de alto rendimiento, se abrió la expectativa de pozos profundos de
gran caudal y se han perforado muchos de estos. Sin embargo también se ha visto que los
niveles de agua en el Guadalupe estan descendiendo con gran rapidez, por una recarga
limitada (Ver por ejemplo, Domínguez, J. & Molano, C., 1988).
No comparto las apreciaciones del Hidrogeólogo César Rodríguez en varias de sus publica-
ciones, donde afirma que no hay flujo natural de recarga al agua subterránea en la cuenca
de la Sabana y que los acuíferos, en particular el Guadalupe, siguen saturados de agua,
porque estas afirmaciónes teóricas no concuerdan con la realidad (Rodríguez, C. & Jimé-
nez, G.A.,1978, y el artículo de estas VII Jornadas Geotécnicas). El nivel regional del agua
ha bajado y sigue bajando a tasas entre 3 y 5 m/año en muchos lugares. En 1983, como
parte del Estudio Naciónal de Aguas preparado para el Departamento Nacional de Planea-
ción, se mencionaron casos de descensos del nivel en la zona industrial de Bogotá, Guai-
maral, Cota, Facatativá, Bojacá y Funza (Mejía, Millán y Perry Ltda., 1983). Ahora se pue-
den documentar muchos ejemplos más, tanto en las Formaciones Sabana y Tilatá, en
Subachoque, Madrid y Tenjo, como en la Formación Guadalupe, en Facatativá y Madrid. No
es cierto que el Guadalupe siga saturado de agua. Se está agotando el agua en esta uni-
dad, como lo comprueban los descensos de nivel en los pozos de Madrid y Facatativá, tan-
to de los acueductos municipales como de varias industrias privadas. Muchas empresas de
floricultura han tenido que reponer pozos construidos hace pocos años en los acuíferos
Sabana y Tilatá por descenso en los niveles y construir otros a mucha mayor profundidad.
Las reservas de agua subterránea de una cuenca hidrogeológica no son inagotables. Las
aguas subterráneas se hallan bajo tierra en los acuíferos pero bacen parte del ciclo hidroló-
gico de la cuenca y los acuíferos permiten el almacenamiento transitorio del agua. Son
sujetos de recarga y descarga en una sucesión natural renovable por infiltración y exfiltra-
ción desde y hacia las aguas superficiales. Pero si se descargan artificialmente por bombeo
en cantidades superiores a la recarga, los acuíferos se van agotando y los niveles de agua
subterránea en ellos iran descendiendo. Se denomina extracción segura de una cuenca
hidrogeológica la cantidad de agua que se puede extraer de ella anualmente sin resultados
desfavorables en cuanto a suministro a la cuenca, costos de bombeo, deterioro en calidad o
derechos de uso del agua (Todd, D.K., 1959). Cuando se extrae más agua de la que se
recarga naturalmente por infiltración se está utilizando parte de la reserva almacenada y se
está haciendo "minería del agua subterránea", por analogia con la extracción de minerales.
Al hacerlo se está convirtiendo un recurso natural renovable en un recurso no renovable. Al
descender los niveles hay mayores costos por el incremento de la cabeza hidráulica que
hay que vencer, por los pozos que hay que reponer, y por la mayor profundidad a la que
hay que perforar. Además, en terrenos como los de la Sabana, la desecación de los acuífe-
ros trae consigo la compactación de los suelos superficiales, subsidencia y agrietamientos,
afectando peligrosamente tanto las carreteras, como las edificaciones y cualquier otra
construcción rígida. El informe de TNO (1975) ya le advertía a la CAR sobre las limitantes
en la extracción del agua subterránea y los más recientes informes del INGEOMINAS las
confirman (Robles, E. & Sáenz, J.S., 1990, y otros).
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Para corregir la sobre explotación del recurso y detener el progresivo descenso del nivel po-
tenciométrico en la cuenca es indispensable controlar estrictamente la apertura de nuevos
pozos, medir los caudales extraídos por los pozos actualmente en servicio y recurrir a la
recarga artificial de los acuíferos mediante pozos de inyección y dársenas de esparcimiento.
En esta forma se contribuirá al reciclaje de un recurso vital para el sostenimiento de la
quinta parte de la población colombiana.
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