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LA PERFECTA FALIBILIDAD DEL SER HUMANO.

Nosotros, seres humanos, vitales, necesitamos salud, mediante una


buena alimentación (obtenido, a su vez, a cambio de un trabajo bien
realizado, utilizando nuestro raciocinio) y un correcto descanso
(devenido en ocio, en la mayoría de las oportunidades, pero,
traducido como reposo).
Indirectamente, nuestra salud está vinculada con una buena
autoestima, respeto -contraído por las vías de las amistades y
relaciones humanas en general- y un sostenido desarrollo de la
pasión, humor, asombro.
Es entendible que nos refiramos al trabajo como autonomía. Será
nuestra obligación pero, al mismo tiempo, nuestro derecho. Una
responsabilidad, un audaz "método" para que a nosotros lleguen
normas, valores, roles, es decir, grupos de referencia, que serán
nuestros pares, como así también, nuestros jefes y,
circunstancialmente, subalternos.
Hará que nuestro esfuerzo sea vinculado con el de los demás,
mediante una interacción, para confluir en un objetivo afín. Nótese
"prima facie" la necesidad intrínseca de vivir en unión común
(Comunidad) y siempre tender a interconectarnos.
Debemos identificarnos como seres "pertenecientes a",
comprometidos en nuestros labores. Ser hijos, ser padres, ser
empleados, ser directores... ser humanos.
Lo que se pondera claramente es la esencia. En mayor medida, la
salud. Sin salud, nuestra destreza se vería limitada y mermadas
muchas de nuestras capacidades físicas - motoras y, seguidamente,
mentales, al tender al reduccionismo por inhabilidad.

LA TRANSDISCIPLINARIEDAD DEL MODELO HUMANO.

La genética multifacética del órgano cerebral vislumbra una falta


constante de desarrollo, de quien está subordinado y de él depende.
Como el cerebro está en constante y permanente actividad y, debido
a que el cuerpo forma parte de sistemas de muchos tipos -mecánicos,
químicos-, éste se ve impedido para seguirle el paso. Los estímulos
cerebrales son impulsos que generan diversas consecuencias.
Movimientos, en mayor porcentaje, y no siempre el cuerpo está
preparado para llevar a cabo una acción. La subyugancia del "envase"
humano se persigue con la racionalidad. Ergo, se sufre una continua
búsqueda de conocimientos, curiosidad fáctica, sometida a infinitos
ámbitos. El término "Evolución" sintetiza esto, aunque conlleva un
inevitable yerro en la concepción de "mejora". Se busca
codiciosamente mayor espectro y magnificencia, creadas por falsas
necesidades, eternamente insatisfechas.

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