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El Legado de Westminster

Episodio 3 - La Inspiración de la Escritura

por

Marcelo Sánchez

Marcelo Sánchez
marcelosanchez81@live.com
Martes 24 de abril de 2018
INTRODUCCIÓN
Bienvenidos a El Legado de Westminster. Únanse al pastor
Marcelo Sánchez en un breve estudio diario de los
documentos teológicos producidos por la Asamblea de
Westminster.

BIENVENIDA
Hola hermanos, soy el pastor Marcelo Sánchez y le doy la
bienvenida al Episodio número 3 del podcast “El legado de
Westminster”. Hoy es martes 24 de abril y en este
episodio vamos a hablar del segundo párrafo de Capítulo 1
de la Confesión de Fe de Westminster.

TEXTO CONFESIÓN

Este párrafo dice así:

Bajo el nombre de Santas Escrituras o Palabra de Dios escrita están contenidos todos
los libros del Antiguo y Nuevo Testamentos. Estos libros son:

Del Antiguo Testamento:



Génesis Eclesiastés
Éxodo Cantares
Levítico Isaías
Números Jeremías
Deuteronomio Lamentaciones
Josué Ezequiel
Jueces Daniel
Rut Oseas
1 Samuel Joel
2 Samuel Amós
1 Reyes Abdías
2 Reyes Jonás
1 Crónicas Miqueas
2 Crónicas Nahúm
Esdras Habacuc
Nehemías Sofonías
Ester Hageo
Job Zacarías
Salmos Malaquías

Proverbios

Del Nuevo Testamento:



Mateo Gálatas
Marcos Efesios
Lucas Filipenses
Juan Colosenses
Hechos 1 Tesalonicenses
Romanos 2 Tesalonicenses
1 Corintios 1 Timoteo
2 Corintios 2 Timoteo
Tito 1 Juan
Filemón 2 Juan
Hebreos 3 Juan
Santiago Judas
1 Pedro Apocalipsis

2 Pedro

Todos los cuales fueron dados por inspiración de Dios para que sean la regla de fe y
vida.
Lucas 16:29, 31; Efesios 2:20; Apocalipsis 22:18-19; 2 Timoteo 3:16.

LA INSPIRACIÓN DE LA ESCRITURA

Este párrafo define que entendemos por “Sagradas


Escrituras”. Los Catecismos (pregunta tres en el
Catecismo Mayor y dos en el Catecismo Menor) de forma
resumida afirman que el Antiguo y el Nuevo Testamento son
la Palabra de Dios. La Confesión, de forma más precisa,
hace una lista con los sesenta y seis libros que componen
la Palabra de Dios y nos dice que ellos fueron dados por
inspiración de Dios.

Al hacer la lectura y ver la lista de los libros que


componen la Escritura podríamos preguntarnos si vale la
pena, en un texto que se supone es un resumen de la fe,
incluir esta lista tan larga. Pero lo que los autores de
la Confesión estaban haciendo era dejar establecido de la
forma más clara posible cuales eran los libros que
consideraban ser parte de la Biblia.

Debemos recordar que la iglesia romana añade otros libros


a la Biblia y que incluso dentro de los mismos
evangélicos no siempre hubo acuerdo sobre esto. Lutero,
por ejemplo, pensaba que Santiago no formaba parte de la
Escritura. Esta lista nos dice: Son todos estos y ningún
otro.

¿Y por qué estos si y otros no? La respuesta, y la gran


diferencia de estos con los otros libros, es que estos
fueron dados por la inspiración divina.

Inspiración es la palabra con que nuestras biblias


traducen la palabra griega theopneutos que se encuentra
en 2 Timoteo 3.16, que literalmente quiere decir “soplada
por Dios”, queriendo decir que la Palabra viene de Él
mismo. Los autores bíblicos fueron movidos (o empujados),
como dice 2 Pedro 1.21, por Dios. La Palabra, entonces,
es una obra primeramente de Dios, no de hombres.

Debido a la inspiración creemos que la Biblia es


inerrante, es decir, que no contiene errores. ¿Cómo
podría la Palabra que sale de un Dios que no se equivoca
contener errores? Por eso creemos que todo lo que la
Biblia dice es verdad.

Ya que los 66 libros son inspirados por Dios todos ellos


tienen la misma autoridad. El Nuevo Testamento no tiene
más autoridad que el Antiguo. Los Evangelios no tienen
más autoridad que las Epístolas. Las palabras que citan
las palabras de Jesús, que muchas Biblias marcan con
letras rojas, no tienen más autoridad que las palabras de
la pequeña Epístola de Judas. Todas y cada una de las
palabras que encontramos en la Biblia vienen directamente
de Dios y por ello toda la Escritura tiene la misma
autoridad. Jesús habló claramente de la autoridad de
“Moisés y los profetas” que es una forma de referirse a
todo el Antiguo Testamento en Lucas 16: 29 y 31. Al
Antiguo Testamento se sumó posteriormente el Nuevo
Testamento, y este tiene la misma autoridad. Pedro,
cuando habla de las cartas de Pablo

La última afirmación dice que esa Palabra fue dada para


ser la “regla de fe y práctica”. Ella, y solamente ella,
nos enseña todo lo que debemos creer y como debemos
vivir.

Esta última parte está fundamentada en el texto de 2


Timoteo 3.16-17: “Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir,
para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios
sea perfecto, enteramente preparado para toda buena
obra.”

Todo aquello que nosotros debemos creer está en la


Biblia, no necesitamos nada más. Ninguna enseñanza que no
esté basada en la Biblia es necesaria para los creyentes.
Todo aquello que debemos hacer está enseñado en la
Biblia. Todo lo demás son mandamientos de hombres, sin
ningún valor en nuestra lucha por la santidad,
parafraseando lo que Pablo dice en Coloreases 2:23.

A modo de resumen, entonces, debemos decir primero, que


los 66 libros de la Biblia son la Palabra de Dios, en
segundo lugar, que cada de ellos con la misma autoridad
y, en tercer lugar, que ellos la Biblia es suficiente
para enseñarnos lo que debemos creer y hacer como
cristianos.
Muchas gracias por escuchar este episodio y desde ya
quedan invitados a seguir escuchando nuestro podcast.
Mañana vamos a hablar del tercer párrafo, que habla de
los libros apócrifos.

“El legado de Westminster” llega a ustedes gracias a la


Iglesia Presbiteriana en Chile. Búsquenos
www.presbiterianareformada.cl y en nuestros perfiles en
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Hasta mañana.

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