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INTRODUCCION

La ansiedad dental es un fenómeno que influye notablemente en el estado de salud oral,

entorpeciendo tanto el manejo del paciente durante la atención dental como la posterior

adherencia al tratamiento. Con tasas de prevalencia que van del 4% al 23%, la ansiedad dental

es un factor importante a considerar si se quiere mejorar la calidad de vida oral del paciente. El

presente artículo propone abordar la definición de ansiedad dental, para luego identificar las

causas que explican cómo se origina este fenómeno, además de revisar cuales son los

instrumentos más utilizados para medir ansiedad dental dentro del contexto odontológico.

Finalmente se revisan las intervenciones que han mostrado mayor efectividad en la reducción

de este problema.
ANTECEDENTES DE LA ANSIEDAD DENTAL

La preocupación de las Ciencias Odontológicas por mejorar la salud bucal de la población es un

hecho no cuestionable. La búsqueda de nuevos productos y de tecnología que aumenten la

calidad de vida en relación a la salud oral de las personas avanza a pasos sorprendentes. Muchos

de estos esfuerzos buscan mejorar la adherencia al tratamiento odontológico, por lo que un

abordaje integral de la enfermedad dental resulta prioritario. Identificar las variables

comportamentales que influyen en la salud dental de las personases imprescindible si se quiere

dar un abordaje completo. En este sentido, la ansiedad dental es uno de los factores más

relevantes ya que interviene enormemente, entorpeciendo tanto la adherencia al tratamiento,

como la consulta de atención dental. Rowe y Moore señalan que un paciente con fobia dental

llega a sufrir en promedio 17,3 días de dolor antes de consultar al odontólogo. Además, la

ansiedad dental es considerada un potente predictor de riesgo de caries. Existe una evidencia

clara de que la ansiedad dental genera una disminución del estado de salud oral del individuo,

aumentando la presencia de caries sin tratamiento y el número de dientes cariados. Además, se

ha demostrado que los pacientes ansiosos tienen más probabilidades de evitar o retrasar el

tratamiento y de cancelar la cita con el dentista. De la misma forma, distintos estudios dan

cuenta de la relación indirecta existente entre la ansiedad dental y la calidad de vida en relación

a salud oral. Además, este fenómeno ha mostrado ser un muy buen predictor de problemas de

manejo conducta en el sillón dental. La ansiedad dental presenta una importante prevalencia,

con tasas que van del 4% al 23% en países europeos, siendo un fenómeno “sumamente

extendido” en el Reino Unido. En Sudamérica, estudios dan cuenta de tasas del 34,7% en

preescolares, mostrando a su vez que los padres de dichos niños también presentan una alta

incidencia de ansiedad dental (41,1%). En Estados Unidos, de 10 a 12 millones de personas

sufren de una severa fobia dental (el estado más grave de ansiedad dental), mientras que 35

millones de personas sufren de ansiedad dental.


CONCEPTO DE ANSIEDAD DENTAL: CAUSAS

En la literatura especializada muchas veces ha existido confusión entre lo que es ansiedad,

miedo y fobia utilizando dichos conceptos de manera intercambiable, lo cual ha dificultado aún

más la medición de la ansiedad dental. A nivel conceptual, la ansiedad es entendida como un

estado psicológico que se presenta de manera desagradable, asociado a cambios

psicofisiológicos, que serían manifestación de un contenido intrapsíquico. La ansiedad sería un

sentimiento de miedo, donde en muchas ocasiones uno no identifica las razones de dicho

sentimiento, lo que aumenta ostensiblemente la angustia manifestada. Otra definición de

ansiedad dental, propuesta por AlNamankany, De Souza y Ashley establece que es una respuesta

multisistémica ante una creencia de peligro o amenaza, la cual es una experiencia individual,

subjetiva, que varía entre las personas, y genera un serio impacto en la vida cotidiana, siendo

una importante barrera para la búsqueda de atención dental. Bajo estos antecedentes, este

fenómeno debe entenderse como un concepto multidimensional, el que consta de tres

componentes de respuesta que, si bien son distintos, éstos interactúan entre sí, como son el

componente cognitivo, fisiológico y motor. Los aspectos cognitivos displacenteros implicarían

una interferencia con la concentración, hipervigilancia atencional e incapacidad para recordar

ciertos eventos. Por otro lado, los aspectos fisiológicos tienen que ver con un alto grado de

activación del sistema nervioso autónomo, lo que lleva en ocasiones a una falta de respiración,

transpiración y palpitaciones. Finalmente, el componente motor implica comportamientos poco

ajustados y escasamente adaptativos que pueden ir desde la evitación hasta el escape de la

consulta dental. La ansiedad dental también puede presentarse de manera anticipada, con sólo

pensar en el encuentro con un estímulo que provoca miedo. Es así como la persona al saber que

tiene cita con el dentista, tiene la expectativa de que una experiencia aversiva se aproxima,

generando altos montos de ansiedad. Otra definición de ansiedad dental es un estado de

aprensión de que algo terrible pasará en relación al tratamiento dental, lo que va acompañado

de un sentido de pérdida de control. Por otra parte, el miedo, a diferencia de la ansiedad, no es


un concepto multidimensional. Puede ser entendido como un sentimiento de inminente daño,

mal, problema o una respuesta emocional. Se manifiesta como un sentimiento vago de

aprehensión o inquietud, pero puede alcanzar niveles extremos como terror o pánico.

La fobia, en tanto, es un grado significativo de evitación del estímulo que produce miedo, a tal

punto que interfiere con la rutina normal de una persona, el funcionamiento ocupacional o

académico, y las actividades y relaciones sociales. La fobia dental representa un tipo severo de

ansiedad dental caracterizado por una marcada y persistente preocupación en relación a

situaciones/objetos claramente discernibles (ej: inyecciones) o a situaciones dentales en

general. Las causas de porqué determinado sujeto pudiera experimentar ansiedad dental son

diversas, siendo múltiples los estudios que han abordado esta temática. Locker, Shapiro y Liddell

demostraron que existe una importante relación entre la ansiedad dental y experiencias

odontológicas negativas, estableciendo que es la naturaleza de la experiencia más que la edad

en que se vivenció, el factor predictor de ansiedad dental. Dicha asociación es confirmada por

el estudio de Olivera y Colares, quienes establecieron la asociación entre ansiedad dental y la

historia de dolor dental cuando es experimentada a la edad de 5 años o menos. Otra fuente que

explica por qué se genera la ansiedad resulta ser el condicionamiento clásico, donde la sola

presencia de algún estimulo que le recuerde a la persona una experiencia dental dolorosa o

molesta, lo llevará a experimentar ansiedad dental. La transmisión familiar es otra causa

importante de ansiedad dental, evidenciándose una relación entre la ansiedad dental de padres

y niños. Lara, Crego y Romero-Maroto comprobaron la importante correlación entre ansiedad

dental familiar y la de los niños, identificando el rol mediador de la ansiedad dental del padre

sobre la relación entre la ansiedad de la madre y del niño, concluyendo la influencia de todos

los miembros de la familia en este fenómeno. Han surgido otras explicaciones que fundamentan

porqué determinados sujetos presentan ansiedad dental, como la de Pohjola, Mattila, Joukamaa

y Lahti, quienes concluyeron luego de evaluar a 5.241 finlandeses mayores de 30 años, que los

sujetos con alexitimia (dificultad para poder identificar y expresar emociones) presentan una
tendencia a sufrir ansiedad dental, lo que sugiere que algunas de estas personas podrían tener

una personalidad vulnerable a tener desordenes ansiosos.

Los miedos personales suelen tener que ver con experiencias o pensamientos de la infancia. En

este caso, la actitud de los padres hacia el dentista o las visitas a la clínica dental puede afectar

a la experiencia de sus hijos. La actitud de los parientes tiene un papel importante especialmente

en los pacientes infantiles, pero existen otros aspectos relacionados con la ansiedad dental.

Una persona con unos niveles de ansiedad altos, tiene más posibilidades de sufrir ansiedad

también cuando acude al dentista. Los otros motivos son:

 Experiencias previas negativas o dolorosas

 Sensación de impotencia o de no controlar la situación

 Avergonzarse del cuidado que le damos a nuestros dientes

 Miedo de sentirse ridiculizado por la manera como descuidamos los dientes

Cómo la ansiedad dental afecta la salud general

Del mismo modo que los problemas de ansiedad pueden afectar las relaciones sociales de

cualquier persona, la ansiedad dental en particular también tiene algunos efectos perjudiciales.

El hecho de no acudir al dentista hace que tus dientes sean más vulnerables a la caries dental,

la enfermedad periodontal y el mal aliento. Como consecuencia de estos problemas, tu

autoestima puede verse comprometida, limitando también tus relaciones interpersonales.

Más allá de la vida social, todos estos problemas de salud oral pueden comportar dolor, reducir

la capacidad masticatoria, comprometer el habla o provocar la pérdida de dientes,

disminuyendo el atractivo personal.


EVALUACIÓN DE LA ANSIEDAD DENTAL

Existen distintos instrumentos, ampliamente utilizados en el mundo, que buscan identificar la

ansiedad dental en población adulta. Uno de éstos es el Corah Dental Anxiety Scale (DAS),

cuestionario de autorreporte creado por Norman Corah. Se compone de 4 ítems de tipo likert,

que busca identificar el nivel de ansiedad del paciente cuando visitará al dentista próximamente,

cuando está en la sala de espera, cuando toma los instrumentos para trabajar en sus dientes y

cuando el dentista prende el micromotor para trabajar en sus dientes. Dichas preguntas tienen

cinco alternativas de respuesta, obteniéndose rangos de puntaje totales que van de 4 a 20

puntos, que permiten categorizar al paciente desde las dimensiones “relajado” hasta “fobia

dental”. Una de las cualidades de este instrumento es que sus puntajes son altamente

fidedignos, ya que como la ansiedad dental es socialmente aceptada, el tener miedo al dentista

hace que poca gente tenga la necesidad de ser condescendiente cuando se le consulta al

respecto. Otro instrumento utilizado en adultos es el MDAS (Modified Dental Anxiety Scale), la

cual es muy similar al Corah, agregando además una pregunta referente a la inyección de la

anestesia. También es un instrumento de autorreporte con cinco alternativas de respuesta que

van desde la “no ansiedad” hasta “extremadamente ansioso”. Los ítems son sumados para

obtener el puntaje total, y mientras más puntaje, mayor es la ansiedad dental del paciente.

Dicho instrumento ha mostrado una adecuada confiabilidad y validez tanto en el Reino Unido

como en otros países europeos. En niños, los tres instrumentos más ampliamente utilizados son:

el Children´s Fear Survey ScheduleDental Subscale (CFSS-DS), el Venham Picture Test (VPT) y el

Facial Image Scale (FIS). El CFSS-DS, creado por Cuthbert es un cuestionario que busca identificar

el nivel de ansiedad dental, relacionado con diversos aspectos del tratamiento, tanto

procedimientos invasivos como situaciones médicas generales. La escala está construida para

niños de entre 4 a 12 años, quienes deben responder quince ítems, las que son de tipo likert y
varían de 1 a 5 (1 no presentan miedo y 5 manifiestan mucho miedo). Las puntuaciones

obtenidas se encuentran en rangos de 15 y 75 puntos, y al obtener puntajes iguales o mayores

a 45 puntos, se presentan altos montos de ansiedad. Estudios europeos, estadounidenses y

chinos confirman las adecuadas propiedades psicométricas de este instrumento. Si bien el CFSS-

DS es uno de los instrumentos más utilizados, el limitado nivel de comprensión de instrucciones,

y el desarrollo de la habilidad lectoescritora en niños menores de 6 años, podría dificultar la

entrega de resultados veraces. Por esta razón, surgen instrumentos de respuestas más simples

como el Venham Picture Test, donde se le presentan al niño ocho pares de figuras, las que

reflejan distintas emociones y él debe escoger la que representa más fielmente su estado de

ansiedad. Esta escala se puntúa de 0 (sin ansiedad) a 8 puntos (muy ansioso), teniendo como

propiedades su facilidad de aplicación. Otro instrumento utilizado para medir la ansiedad dental

en niños es el Facial Image Scale (FIS), creado por Buchanan y Niven, el cual puede ser aplicado

a niños de entre 3 a 18 años. Se compone de una hilera de cinco caras que van desde mucha

felicidad a mucha infelicidad, y se le pide al niño que puntúe cuál de las caras representa más

cómo se siente en ese momento. Este instrumento muestra una adecuada facilidad de

aplicación, siendo utilizado tanto en contextos europeos como latinoamericanos.

TRATAMIENTO DE LA ANSIEDAD DENTAL

Sin duda, la ansiedad dental resulta ser un tema preocupante, que dificulta enormemente el

quehacer del odontólogo, y al mismo tiempo, afecta multidimensionalmente al paciente, sobre

todo en lo que respecta a la salud oral de este último. Para solucionar este fenómeno de la

ansiedad dental, es que durante este último tiempo se han implementado estrategias básicas

para poder disminuir estos síntomas. Sharif recomienda seguir un orden lógico de manejo para

el paciente con ansiedad dental. Inicialmente, la idea es promover la comunicación entre el

dentista y el paciente, por medio de la entrega de información respecto a cuales serán los

procedimientos dentales (lo que llevaría a disminuir su sensación de pérdida de control). Existen
algunos especialistas que consideran a la hipnosis como una opción válida y, si bien ésta pudiera

ser una alternativa a la hora de manejar a un paciente con ansiedad dental, no existen estudios

concluyentes que den cuenta de una adecuada efectividad de este tipo de técnicas, básicamente

debido a la poca rigurosidad y al limitado número de estudios. Bare y Dundes buscaron

identificar cuáles eran las estrategias recomendadas por los pacientes que presentaban

ansiedad dental. Un 89% de los pacientes consideró que la música de fondo los ayudaba a

relajarse, mientras que un 75% consideró que la presencia de libros y revistas disminuía su

ansiedad dental. Además de las técnicas anteriormente mencionadas, existen otras

herramientas tales como el uso de técnicas de relajación y la distracción. La relajación busca una

distensión tanto psíquica como muscular, facilitando la recuperación y equilibrio, hacia un

estado de tranquilidad en pacientes odontológicos que presenten ansiedad, existiendo distintos

estudios que dan cuenta de la efectividad de esta técnica. La distracción tiene como objetivo

manejar la ansiedad, el estrés y el dolor que provocan los procedimientos clínicos, mediante la

focalización de la atención fuera de los procedimientos dolorosos, siendo la música una forma

de distracción. Ésta puede aliviar el dolor y la ansiedad trasladando conscientemente la atención

lejos de los síntomas. Según la teoría del control del dolor, los receptores de dolor actúan en

conjunto para enviar señales de sufrimiento al cerebro, por lo tanto, los distractores como la

música, pueden bloquear ciertas vías de dolor y disminuir la cantidad de dolor percibido.

También está la percepción de control, donde se le entrega al paciente la posibilidad de detener

el procedimiento dental cuando lo estime conveniente, lo que llevaría a manejar

adecuadamente la ansiedad.

A partir de estas técnicas, es que Rojas et al. buscaron evaluar la eficacia entre dos técnicas: la

percepción de control y la relajación. Con respecto a los resultados, se pudo observar una

disminución significativa de la ansiedad dental en los pacientes apoyados por las técnicas de

percepción de control, donde un 40% de éstos se ubicaron en el rango de baja ansiedad,

demostrando una eficacia mayor que la relajación. Por otra parte, en niños sin alteraciones de
salud, el manejo no farmacológico es la terapia de elección de la ansiedad dental. Las técnicas

que han demostrado ser eficaces son el control de la voz, el manejo de la respiración, el mostrar-

decir-hacer y la distracción. La distracción es particularmente efectiva en niños pequeños o

cuando hay poco tiempo disponible para la preparación. Entre los tipos de técnicas de

distracción se encuentran el cantar, ver un video, jugar un juego o cualquier otra cosa que

mantenga la atención del niño fuera del procedimiento clínico. Un estudio australiano demostró

que las técnicas más utilizadas por los dentistas, en el manejo de la ansiedad en niños, son

permitirle al menor detener el procedimiento, tener juegos en la sala de espera y la técnica

mostrar-decir-hacer.

CONCLUSIONES
La ansiedad dental es un fenómeno que influye de sobremanera en los distintos niveles de la

atención clínica, tanto en su procedimiento como en la adherencia a tratamiento, influyendo

además en los indicadores de salud oral. Es por eso que resulta importante abordar este

elemento desde todas sus dimensiones, identificando tanto las razones del por qué ocurre,

conocer la mejor forma de evaluarlo, y establecer el mejor método de afrontamiento de este.

Un amplio rango de instrumentos ha sido desarrollado para medir ansiedad dental. Es crucial

que las escalas que miden ansiedad dental sean válidas y confiables ya que muchas son usadas

como screening. En este sentido, si un profesional utiliza una escala mal confeccionada o sin

validez, tomará decisiones en cuanto al tratamiento del paciente con información errada, lo cual

puede perjudicar no sólo al paciente si no que a la relación dentista-paciente y, finalmente, a la

adherencia al tratamiento. Por otra parte, es fundamental el conocimiento de qué es la ansiedad

dental para su buen manejo posterior. Todo profesional debe abordar de manera integral al

paciente, lo que necesariamente implica conocer las variables psicosociales en juego al

momento de trabajar con personas, las cuales no deben ser excluidas cuando se trata de

tratamientos odontológicos.

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