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Introducción

Las controversias en torno a la idea del contrato social, presentes en las mejores páginas de los
pensadores de la segunda mitad del siglo XVII y de la primera del XVIII, representan una parte
esencial del bagaje intelectual que nutre las reflexiones actuales sobre la sociedad y el Estado,
la libertad y la autoridad, la política y el derecho. Cuando Renán, en el siglo pasado, define la
nación como "un plebiscito cotidiano", o Niebuhr, en el nuestro, afirma que "la aptitud del
hombre para hacer justicia hace posible la democracia; pero la inclinación del hombre hacia la
injusticia hace a la democracia necesaria", subyace en tales afirmaciones el legado de los
teóricos del contrato social, asimilado en su médula siempre viva, puesto aparte lo perecedero
y caduco.

Si bien los planteamientos de un Hobbes, o incluso de un Rousseau, tomados en su peculiar


articulación, pueden ser puestos al servicio de totalitarismos de uno u otro signo, el debate por
ellos suscitado, el cúmulo de reflexiones entretejidas alrededor de sus planteamientos básicos,
constituye el más válido fundamento de las convicciones democráticas del hombre de hoy.

El Contrato social se basa en la libertad de toda persona, desde el momento de su nacimiento y


como contradictoriamente en el instante de comenzar a existir lleva ya varias ataduras,
responsabilidades. un ejemplo vivo que se toma en este libro es la familia.

Como organización social forma parte fundamental ya que es la primera para todo individuo,
pero como anteriormente ya mencionado comienza a implicar responsabilidades desde ese
momento, comienzan a regir, con una normatividad, imponiéndote formas de pensar como la
religión y en ocasiones hasta el equipo de fútbol, otra cosa que se hereda por la familia, es la
clase social, existe movilidad social, pero esto implica estar directamente ligado con la clase
social con la que naciste. Sin embargo, cada ser tiene la capacidad para destituirse de este grupo
social primitivo, acabadas las bases para la conservación
CONTRATO SOCIAL
Un contrato es un pacto que puede establecerse por escrito u oralmente. Social, por su parte,
es aquello vinculado a la sociedad: una comunidad de individuos con intereses en común.

Contrato social

La idea de contrato social se utiliza en el ámbito del derecho, la sociología y las ciencias políticas
para referirse al acuerdo que tiene lugar en el seno de un grupo de individuos. El concepto
supone que la totalidad de los miembros está a favor de lo convenido, aceptando someterse a
las normas comunes y reconociendo la existencia de una autoridad que regula el orden.

Esta teoría del contrato social es utilizada para explicar el origen del Estado. Los seres humanos,
con la intención de convivir en sociedad, establecen de manera implícita un contrato social que
les brinda determinados derechos, pero que a cambio les exige dejar de lado la libertad que
tendrían si vivieran en un estado natural ya que deben someterse a las leyes.

Las cláusulas del contrato social, de este modo, establecen los derechos y las obligaciones de los
ciudadanos, siendo el Estado la institución que las personas acuerdan crear para garantizar el
cumplimiento del pacto en cuestión.

Las características del contrato social pueden cambiar por varias razones, y la más común de
todas es la propia evolución de la vida en sociedad, de las ideas acerca de la justicia y la libertad,
que generan un impacto imposible de resistir en la historia del ser humano. Los hitos de nuestra
existencia como especie marcan un antes y un después que modifica para siempre este contrato
tácito e implícito, agregando, quitando o enmendando cláusulas para que reflejen la imagen más
reciente que tenemos de nosotros mismos.
DIVERSAS FORMAS DE GOBIERNO.
1. La democracia.

"Quien hace la ley es el que mejor sabe cómo se debe ejecutar e interpretar".

Si el poder legislativo y ejecutivo se ejerce por la misma persona es un gobierno sin gobierno, se
requiere entonces una separación. No hay nada más peligroso que la influencia de los intereses
particulares en los asuntos públicos, pues que el gobierno abuse de las leyes es un mal, menor
al lado de la corrupción del legislador.

En nuestro caso, este tema es más amplio porque la corrupción no es sólo el abuso de la ley
desde el Estado y los intereses de grupos económicos o de individuos, manifestado a través de
los legisladores, sino, la corrupción administrativa a todos los niveles en el Estado. Rousseau dijo
lo siguiente: "nunca ha existido una verdadera democracia y jamás existirá, es contrario al orden
natural que gobierne el mayor número y que sea gobernado el menor". Según sus
planteamientos el orden natural es que un grupo minoritario dirija a un grupo mayoritario,
razones de tiempo, movimiento, consenso de ideas y accionar oportuno obligan a que sea así.
"Si hubiera un pueblo de dioses, se gobernaría democráticamente, pero no conviene a los
hombres un gobierno tan perfecto".

2. La aristocracia.

El gobierno y el soberano dos personas morales. El gobierno: voluntad con respecto a los
miembros de la administración.

Existen tres clases de aristocracia: natural, electiva y hereditaria.

Califico la aristocracia electiva como el peor gobierno. La administración de los asuntos públicos
se confía a los que mejor pueden dedicarle su tiempo.

Este tipo de gobierno exige la moderación de los ricos y la conformidad en los pobres.

3. La monarquía.

Todo el poder del Estado reunido es una persona natural, un hombre real, el único que tiene
derecho a disponer del según las leyes (rey o monarca).

"Pero si es difícil que un Estado esté bien gobernado, mucho más difícil lo es que esté gobernado
por un sólo hombre, y todos sabemos lo que pasa cuando el rey nombra sustitutos".

4. Los gobiernos mixtos.

No existe un gobierno simple, siempre hay rasgos en uno u otro accionar de gobiernos mixtos,
incluso en las democracias se aplican para el equilibrio.

No conviene a todos los países cualquier forma de gobierno.

"Al no ser la libertad un fruto de todos los climas, no se halla al alcance de todos los pueblos".
Principio de Montesquieu.

La fertilidad del clima, la clase de trabajo que exige la tierra, la naturaleza de la producción, la
fuerza de los habitantes, el consumo mayor o menor determinan los excedentes de un país y de
esos excedentes debería depender el gobierno.
Hay diferentes puntos de vistas sobre los signos de un buen gobierno como son:

 Tranquilidad pública (los súbditos).


 Libertad de los particulares (los ciudadanos).
 Seguridad de las posesiones.
 Seguridad de las personas.
 Castigo a los crímenes.
 Prevención.
 Temido por los vecinos.
 Ignorado por los vecinos.
 Circulación del dinero.
 Pan para el pueblo.

"En igualdad de condiciones es infalible mejor, el gobierno bajo el cual, sin medios extranjeros,
sin naturalizaciones, sin colonias, los ciudadanos pueblan y se multiplican más, aquel bajo el
cual un pueblo disminuye y decae es el peor".

El concepto de contrato social de Thomas Hobbes

El primer filósofo moderno que articuló una teoría


contractualista detallada fue Thomas Hobbes (1588-
1679). Hobbes escribió su obra cumbre, Leviatán (1651),
en un período de guerra civil en Inglaterra donde se
discutió quién debía ocupar la soberanía, el Rey o el
Parlamento. En ella define la necesidad de crear un
contrato social para establecer la paz entre los hombres.

Hobbes se plantea la cuestión del poder en términos


muy generales, se pregunta por qué debe existir y cómo
ha de ser. Para responder a estos interrogantes la figura
del contrato social es clave, aunque Hobbes no use el término “contrato” (que usará por primera
vez Rousseau) para referirse a ese pacto originario. Si para Aristóteles y, en general, para el
pensamiento clásico desde la Antigüedad, el orden político es una continuación del orden
natural, para Hobbes el orden político es, por el contrario, el resultado de un contrato, y, por lo
tanto, de una convención, de una decisión tomada libremente por quienes lo adoptan, y es eso
lo único que puede fundamentar las bases del poder civil.

En efecto, para Hobbes, desde el punto de vista de su naturaleza, todos los seres humanos son
iguales, pero lo más básico y más fundamental de la naturaleza humana, aquello a lo que esta
queda reducida, en último término, si se eliminan todas las convenciones, es decir, si se reduce
al hombre a su mero estado de naturaleza es el instinto de conservación. La naturaleza humana
es un instinto de conservación que cada uno tiene derecho a conservar; pero la consecuencia
de ese derecho es un enfrentamiento entre los hombres, es decir, la guerra.
Objetivos:

 Entender y comprender el problema social que plantea la obra.


 Analizar el contexto de libertad humana según Rousseau
 Estudiar más sobre su obra

Aspectos estructurales:

La esencia de la teoría del Contrato Social, es la siguiente: para vivir en sociedad, los seres
humanos acuerdan un contrato social sobrentendido, el cual les otorga ciertos derechos a
cambio de abandonar la libertad de la que dispondrían en estado de naturaleza; siendo de esta
manera, los derechos y deberes de los individuos los que constituyen las cláusulas del contrato
social, y es así que se crea el Estado para hacer cumplir el contrato. Rousseau, al comenzar el
libro señala: " El hombre ha nacido libre, y, sin embargo, vive en todas partes entre cadenas".

El contrato social en la obra de John Locke

John Locke (1632-1704) recoge su visión del


contrato social en su principal obra, Dos ensayos
sobre el gobierno civil (1690). La idea de
naturaleza humana en Locke es cristiana: el
hombre es una criatura de Dios, por lo que el
hombre no puede destruir su vida ni la de los
demás hombres pues no le pertenece, sino que le
pertenece a Dios. El hombre tiene el derecho y el
deber de conservar su vida. Así mismo, el hombre
no es súbdito de ningún otro hombre, sino que es
libre.

Según Locke para vivir en paz y libre en una sociedad, los individuos deben renunciar a
algunos de sus derechos naturales y en cambio de este, tendrían derecho a la vida, la
libertad y la protección de sus propiedades. Sin embargo, cuando las autoridades no
respectan el contracto, los individuos pueden rebelarse para cambiarlo.
Si la naturaleza humana lleva inserta el derecho y el deber de preservar su vida, ¿para qué hace
falta una comunidad? Para Locke puede darse que nadie cumpliera ese derecho y ese deber, y
en caso de conflicto en su cumplimiento la naturaleza humana no cuenta con la existencia de
una autoridad que lo dirimiera, por lo que la comunidad trata de suplir esas carencias del estado
de naturaleza: la existencia de una autoridad que juzgue en caso de conflicto.

Se trata pues de hacer un contrato que funde un orden social o civil que atienda exclusivamente
a suplir esas carencias del estado de naturaleza, es decir, aplicar una justicia o una autoridad
que diga, en caso de choque entre dos individuos, qué se debe hacer.
Por consiguiente, siempre que cierta cantidad de hombres se unen en una sociedad,
renunciando cada uno de ellos al poder ejecutivo que les otorga la ley natural en favor de la
comunidad, allí y sólo allí habrá una sociedad política o civil.

Locke, Segundo ensayo sobre el gobierno civil, en J.L., Dos ensayos sobre el gobierno civil.
Traducción castellana de Espasa-Calpe. Madrid, 1991. Página 266color

El pacto social es en sí bastante limitado, tratándose de lograr el establecimiento de un juez que


dirima las controversias que vienen de la propia ley natural. Se dictan unas normas que sean la
continuidad de las leyes naturales y que consistirán en el reconocimiento de los fines de la
naturaleza de hombres libres e iguales, a asegurar los derechos de la libertad, la igualdad, la vida
y la propiedad.

El contrato social en la obra de Jean-Jacques Rousseau

Esta obra de Jean-Jacques Rousseau es el


resultado final de un proyecto iniciado en 1743,
cuando era secretario del embajador en Venecia;
lo que había de ser un amplio volumen sobre las
instituciones políticas acabó convirtiéndose en un
extracto que el autor tituló El contrato social o
principios de derecho político (1762). De ahí la
advertencia inicial: “Este pequeño tratado se ha
extraído de una obra más extensa, iniciada sin
haber consultado mis fuerzas y abandonada
después de algún tiempo. De los diversos
fragmentos que podían extraerse de ella, éste es
el más considerable, y lo que me ha parecido
menos indigno de ser ofrecido al público. El resto
ha desaparecido”.

En El contrato social, Rousseau establece la posibilidad de una reconciliación entre la naturaleza


y la cultura: el hombre puede vivir en libertad en una sociedad verdaderamente igualitaria. El
problema fundamental es “Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja con toda
la fuerza común proporcionada por la persona y los bienes de cada asociado, y por la cual cada
uno, uniéndose a todos los demás, no se obedezca más que a sí mismo, y permanezca, por tanto,
tan libre como antes”.

La solución reside, según Rousseau, en un contrato social basado en la enajenación de todas las
voluntades, de forma que cada uno recupere finalmente todo lo que ha cedido a la comunidad.
De este modo, dándose cada individuo a todos, no se da a nadie, y no hay ningún miembro de
la sociedad sobre el que no se adquiera el mismo derecho que se cede. Se gana en equivalencia
lo mismo que se pierde, adquiriendo mayor fuerza para conservar aquello que cada cual posee.

El contrato será, pues, expresión de la voluntad general. La voluntad general es distinta de la


simple voluntad de todos porque no es una mera totalización numéricamente mayoritaria de las
voluntades particulares y egoístas, cuya resultante es siempre el puro interés privado. La
voluntad general, en cambio, es siempre justa y mira por el interés común, por el interés social
de la comunidad, por la utilidad pública. De esa voluntad general emana la única y legítima
autoridad del Estado.

Rousseau parece preferir la democracia como forma de gobierno, considerando conveniente su


aplicación, especialmente para los pequeños estados. De hecho, la constitución de un estado
como el postulado por Rousseau se parece a la democracia ginebrina de su época, en la que las
leyes eran propuestas al pueblo soberano por un número limitado de magistrados. Pero
Rousseau sostiene también un cierto relativismo que le hace considerar que no existe una forma
de gobierno apta para todos los países, si bien, en todo caso, cualquier forma de gobierno debe
ser expresión de la voluntad general de la ciudadanía para ser legítima.

¿Que plantea el Contrato Social en el aspecto político?


Es una expresión de contenido político y legal aplicable en todos los tiempos tan actual como si
fuera hoy.

La doctrina de Rousseau era igualitaria y anti-jerárquica y además republicana, aunque la


monarquía aparecía entre las formas posibles de gobierno, en su concepción los reyes eran
vistos como simples magistrados o funcionarios responsables del cumplimiento de las leyes.

El pensamiento se traslada en esta forma de pensar al sistema judicial actual.

El Contrato Social pulverizaba los falsos argumentos sobre los que se había fundado la
monarquía de derecho divino y la religión civil que contenía el régimen constitucional civil del
clero. La Revolución Francesa se esforzó en laicizar el Estado y limitar la influencia política de la
iglesia.

El contrato social es un panfleto divulgador de fácil impacto popular, a la manera del manifiesto
comunista de Marx y Engels. El contrato social va dirigido más a la inteligencia que al corazón.
Se trata de un estilo duro, seco, ambiguo y abierto a múltiples interpretaciones. En este cuerpo
social reside la soberanía, entendida como el ejercicio de la voluntad general, que no puede
dividirse ni enajenarse. Una de sus prerrogativas es la capacidad de legislar: si el contrato social
da existencia y vida al cuerpo político, la ley le da movimiento y voluntad, determinando lo que
debe hacer para conservarse y fijando todos los derechos.

El objeto propio de la filosofía política no es la perfección o el fin del hombre, o como dice,
Rousseau, los hombres como debieran ser, sino los hombres como son; la filosofía política no
debe perder las energías en lo que Maquiavelo llamaba utopías imaginarias, sino que ha de
tratar de establecer sociedades reales capaces de atender a las necesidades y deseos del hombre
tal como sabemos que es.

Capítulo IV:

¿Que plantea el Contrato Social en el aspecto en el aspecto social?

El Consejo de Ginebra condenó tanto el Emilio como el Contrato Social, alegando que estas obras
eran destructivas de la religión cristiana y de todos los gobiernos. El contrato Social es una de
las obras que más influencia han ejercido en el terreno de la teoría y la práctica política del
mundo moderno. Es inspiradora de la Revolución Francesa. La Constitución Francesa de 1793
siguió fielmente la teoría del Estado del Contrato Social al establecer el sufragio universal
directo. Carlos Marx copio páginas enteras de Rousseau buscando inspiración para El Capital y
la Crítica del programa de Goatha. Engels, consideraba que el discurso sobre el origen de la
desigualdad entre los hombres, de Rousseau constituye una obra maestra de la dialéctica.

Fidel Castro señala a un periodista Frances que Jean-jaques Rousseau había sido su maestro y
que combatió a Batista con el Contrato Social en su bolsillo.

Sociólogo y etnólogos reconocen a Rousseau como un precursor de las ciencias sociales e incluso
hasta como fundador. Rousseau dice que el hombre habiendo nacido libre se encuentra por
doquier encadenado.

No existe ninguna ley natural o divina que imponga al hombre circunstancias u obligaciones
legales mutuas y respecto a la sociedad de las cuales se derivan sus derechos. Cada hombre nace
con el derecho a su propia conservación y escoger libremente los medios para ellos.

El hombre pre social está impulsado por el amor a sí mismo, pero el amor a sí mismo no se
contrapone a los sentimientos de simpatía y compasión. No es sociable por naturaleza, pero si
libre, inocente y feliz, en la medida en que sus deseos no superan sus necesidades físicas.

¿Que plantea el Contrato Social en el aspecto en el aspecto social?


El Consejo de Ginebra condenó tanto el Emilio como el Contrato Social, alegando que estas obras
eran destructivas de la religión cristiana y de todos los gobiernos. El contrato Social es una de
las obras que más influencia han ejercido en el terreno de la teoría y la práctica política del
mundo moderno. Es inspiradora de la Revolución Francesa. La Constitución Francesa de 1793
siguió fielmente la teoría del Estado del Contrato Social al establecer el sufragio universal
directo. Carlos Marx copio páginas enteras de Rousseau buscando inspiración para El Capital y
la Crítica del programa de Goatha. Engels, consideraba que el discurso sobre el origen de la
desigualdad entre los hombres, de Rousseau constituye una obra maestra de la dialéctica.

Fidel Castro señala a un periodista francés que Jean-jaques Rousseau había sido su maestro y
que combatió a Batista con el Contrato Social en su bolsillo.

Sociólogo y etnólogos reconocen a Rousseau como un precursor de las ciencias sociales e incluso
hasta como fundador. Rousseau dice que el hombre habiendo nacido libre se encuentra por
doquier encadenado.

No existe ninguna ley natural o divina que imponga al hombre circunstancias u obligaciones
legales mutuas y respecto a la sociedad de las cuales se derivan sus derechos. Cada hombre nace
con el derecho a su propia conservación y escoger libremente los medios para ellos.

El hombre pre social está impulsado por el amor a sí mismo, pero el amor a sí mismo no se
contrapone a los sentimientos de simpatía y compasión. No es sociable por naturaleza, pero si
libre, inocente y feliz, en la medida en que sus deseos no superan sus necesidades físicas.
Conclusión
A pesar de que estas obras son de siglos ocurrido hace años describe de manera tan acertada
los temas políticos, sociales y de estados que muchos de ellos son aplicables a los tiempos
actuales.

Nadie puede ser sometido a una autoridad cualquiera que sea, la ley obtiene su carácter
obligatorio del pacto social. Admitir que una voluntad particular puede obligar a los ciudadanos,
es someterlos a la voluntad, al dominio del otro hombre.

El sujeto de la soberanía es siempre el pueblo soberano a quienes esta encarga la ejecución de


las leyes y el mantenimiento de la libertad, tanto civil como política. Los individuos, al pasar al
estado civil, no hacen cesión de sus derechos, ni abandonan su libertad. El único orden social
legítimo es un estado parlamentario y liberal.

En el Contrato Social, las ideas de Rousseau tenían un claro carácter subversivo, atentaba contra
las monarquías absolutas imperantes en Europa.

la propuesta de Locke desde el punto de vista del gobernado es mucho más benévola que la de
Hobbes, en cuanto permite una mayor seguridad y libertad de los ciudadanos, no solo frente a
abusos y atentados de otros hombres, sino frente a la intervención arbitraria del mismo Estado.

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