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www.utadeo.edu.co • Revista La Tadeo No. 66 - Segundo Semestre 2001 • Bogotá, D.C.

- Colombia

Paisaje e historia

La utilidad de las
islas “inútiles”
VLADIMIR DAZA VILLAR

Yo vine a la conquista de la selva,


y la selva me ha conquistado.
Lope de Aguirre*

* Del poema “Lope de Aguirre”, de William Ospina.

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Contemplo a flor de escotilla
cómo los barcos se van
bajo la tarde amarilla...
Flota un sabor de alquitrán.

LUIS CARLOS LÓPEZ, Desde un pontón

uando las naves de Colón vieron en el horizon- William Cronon, en su obra clásica de ecología
C te a las islas del Caribe, éstas estaban cubiertas
de espesos bosques pródigos en innumerables espe-
histórica sobre la Nueva Inglaterra, señaló que la com-
prensión del paisaje americano por parte de los euro-
cies de plantas y aves, y una compleja interrelación peos estuvo mediada por sus patrones culturales y las
de flora y fauna. Todavía hoy las huellas de una es- experiencias de las carestías energéticas en Europa.
plendorosa vegetación sirven como motivación a los Por ejemplo, el paisaje y la naturaleza de La Española
miles de turistas que tienen como destino las islas le produjo tanto entusiasmo a Oviedo que escribe en
del Caribe. el Sumario de la natural historia de las Indias:
Fue en las islas de la cuenca del Caribe donde se Sin ninguna duda yo creo, confor-
tejió la historia de los primeros tiempos de la conquis- mándome con el parecer de mu-
ta y de la colonización de Tierra Firme, procesos histó- chos, que si un príncipe no tuviese
ricos que se desplegaron en interacción íntima con la más señorío de aquesta isla sola, en
naturaleza. breve tiempo sería tal, que ni le
La conquista de América significó la “opción en- haría ventaja Sicilia ni Inglaterra.1 1 Gonzalo Fernández de
Oviedo, Sumario de la
tre dos modos humanos de vida, dos maneras de per- El optimismo de Oviedo se manifiesta también por- natural historia de las
Indias, Bogotá, Institu-
tenecer a un ecosistema”, es decir, la colonización que “allí hay tánto algodón producido de la natura, to Caro y Cuervo, Co-
lección Fabio Lozano y
española representó una visión y una relación distinta que si se diese a lo labrar y curar de ello, más y mejor Lozano, 1995.

con el ecosistema americano. que en parte del mundo se haría”. Este interés por la
La primera isla que visitó Colón fue Bahamas, don- naturaleza americana de los cronistas se manifiesta en
de los españoles emocionados admiraron que los abo- los usos de adjetivos e hipérboles como “abundantísi-
rígenes lucían sus cuerpos con “adornos” de oro. Lue- mo”, “muchísimo”, “grandísimo”. Y era que no había
go siguió a Cuba, y debieron asombrarle al navegante medida ni mesura para el paisaje inexplorado y reali-
genovés las 41 especies de plantas autóctonas de la zado por aquellos ojos cansados de ver los bosques
isla, las cuales debieron distraerlo por lo menos un europeos diezmados por la construcción de barcos y
poco en su afanosa búsqueda de oro. viviendas y la leña para las ciudades.
La violenta desestructuración de las sociedades La Española fue la isla arahuacos más poblada y
indígenas destruyó las bases alimentarias de éstas, las con yacimientos de oro. Para esta población se inició
cuales estaban fundadas en el conuco, que era una una pesadilla que pronto conocerían los indígenas de
especie de pequeña parcela cultivada. las islas de Puerto Rico, Jamaica y Cuba, como era la
A pesar de que los españoles traían cebollas, se- de satisfacer la voracidad insaciable de los españoles
millas de trigo, rábanos y otros productos vegetales por el oro.
para atender sus necesidades, debieron acudir a los En la medida en que el oro no era suficiente para
casi abandonados conucos de los arahuacos, puesto construir una economía en La Española, los coloniza-
que era imposible cultivar en pleno trópico los pro- dores se inclinaban por la captura y esclavización de
ductos familiares de su dieta europea, acelerando aun cada vez más indígenas. Había comenzado La esta-
más la crisis alimentaria de los indígenas. ción del miedo o la desolación dispersa2 para el collar
El cazabe, especie de pan de los indígenas hecho de pueblos del Caribe. De La Española había que en-
2 Hermes Tovar Pinzón,
de mandioca, entró entre los productos que podían viar anualmente, por ejemplo, cuatro mil indígenas es- La estación del miedo
o la desolación
entregarse como tributo, lo cual revela lo grave de la clavos para beneficiar las alforjas de ávidos empresa- dispersa. El Caribe
colombiano en el siglo
hambruna que se desató entre los españoles. rios europeos. XVI , Bogotá, Ariel
Historia, 1997.
Sería en el Caribe, fue en las costas de Santa Ma- Desde entonces se inició la exploración de las llama- Particularmente el
capítulo 3.
ría Antigua del Darién, como muestra Hermes Tovar das islas “inútiles” –no tenían oro como Puerto Rico, Ja-
en las Relaciones y visitas a los Andes, en donde se maica y Cuba–. Los pocos yacimientos de oro, la llegada
inició una economía del saqueo. de nuevos buscadores del mineral y la fundación de San
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No tienen estos indios casa ni rancho alguno, ni tampoco población determinada, y
sólo viven debajo de los árboles, mudando habitación a proporción de los tiempos y
logro de las frutas silvestres de toda aquella costa, porque es de lo que se mantienen.

América,
Grabado del siglo XVII

Juan de Puerto Rico generaron un nuevo ciclo de pre- der los ciclos naturales, el hábitat y la ecología que de-
sión contra los diezmados arahuacos y sus conucos. terminaban la supervivencia de los europeos.
El repartimiento y la demora, formas coloniales de Fue en este sentido la preocupación de don Lope
sujeción de la mano de obra indígena, fueron extermi- de Horozco capitán general y gobernador de la pro-
nando a la población autóctona. También en las Baha- vincia de Santa Marta, “rrío de el hacha e Macuira e
mas o islas Lucayas y en Jamaica la esclavización de cabo de la Vela, Chimila e jente blanca e provincia
sus habitantes fue el principal negocio hispano. del Valledupar”, quien en 1578 exigía a su lugarte-
Es bueno recordar esta historia, cuando se cele- niente de la ciudad de Los Reyes de Valle Dúpar, don
bró en estos días en Durban (Suráfrica) la Conferen- Diego López de Archuleta, le informase con la mayor
cia Internacional sobre Racismo, donde la comisiona- precisión posible acerca de las condiciones del Va-
da de la ONU, Mary Robinson, “reconoce que la escla- lle Dúpar:
vitud es un crimen contra la humanidad y debió ser […] el temperamento y calidad de la
siempre reconocido como tal”. dicha provincia, o comarca, si es
Muchas de las descripciones registradas en dia- muy frija, o caliente, o húmeda, o
rios de viaje e informes de los viajeros de la Nueva seca de muchas aguas o pocas, y
Inglaterra, afirma Cronon, fueron realizadas en vera- quando son más o menos, y los
no, es decir, en la época de la abundancia de anima- vientos que corren en ella que tan
les y vegetales. Esto significó que los primeros colo- violentos, y de qué parte son, y en
nos no se aprovisionaran para el invierno, llegando a qué tiempos del año. Si es tierra
padecer hambruna. llana, o áspera, rasa o mo[n]tosa, de
3 Idem, pág. 238.
Para Cronon, la hambruna fue resultado de “la limi- muchos o pocos ríos o fuentes, y
tada comprensión histórica del ecosistema de la Nueva abundosa o falta de aguas, fértil o
Inglaterra” por parte de los primeros colonos ingleses. falta de pastos, abundosa o estéril
En consecuencia, se impuso la necesidad de compren- de fructos, y de mantenimientos.3

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MONTE DEL RÍO AÑASCO, PUERTO RICO.
Ruta colombina realizada por Mauricio Obregón
y Samuel E. Morison en 1963.
Foto tomada del libro The Caribbean as Columbus saw it.

Pero fue en el siglo XVIII, bajo la atmósfera de las Una visión mercantilista del paisaje permitió justifi-
reformas borbónicas, que las crónicas e informes de car la apropiación de la tierra, de las acequias, de los
los funcionarios reales concentraron sus observacio- pastizales, de los bosques de madera, del mar con sus
nes en comprender aun más el ecosistema americano reservas perleras por parte de los Señores de Canoa,
y su carácter de recursos. y no precisamente en términos militares, como se hizo
Por ejemplo, las provincias de Cartagena y Santa en las reparticiones de tierra que efectuó don Pedro
Marta, al igual que otras regiones del Caribe, eran más de Heredia en el siglo XVI.
que un paisaje: ya existía una visión nueva, utilitaria del
paisaje, que se expresaba en la consolidación de una Cambios ecológicos
economía basada, en primer lugar, en las plantaciones y la formación de la propiedad rural
azucareras, y en segundo lugar, en la ganadería. Una de las premisas para los cambios ecológicos de
Precisamente, el alférez don José Nicolás de la Rosa América fue el sentido de propiedad que existía entre
dedicaba seis capítulos de su obra La Floresta de la los europeos. En cuanto a la Nueva Inglaterra, la enor-
Santa Iglesia Catedral de la Ciudad y Provincia de me abundancia que los europeos registraban en sus
Santa Marta a inventariar las “resinas, raíces, yerbas diarios comenzó a ser contrastada con las supuestas
medicinales de nuestra provincia de Santa Marta” y condiciones de pobreza de los naturales, las cuales
de “los árboles en general que pueblan los montes”, recordaban a un viajero inglés a los pordioseros de
además, dando cuenta del “mar, ríos y peces”, y de la Londres. Es decir, para los europeos sólo la ocupa-
“selva terrestre, frutos y flores”. ción efectiva del territorio generaba el derecho de pro-
Aclara De la Rosa que “es abundantísima la bahía piedad y no la movilización perma-
de todo género de peces”. Así mismo, don José Nico- nente de los indígenas por éste. El
lás de la Rosa dedicó un capítulo de su obra sobre los modo de vida y la relación de los na-
“Animales Cuadrúpedos” de la provincia del Caribe, turales con el medio ambiente y el sen-
llamando la atención sobre aquellos que pueden ser- tido de propiedad de éste era totalmen-
vir de alimento a los europeos: te distinto al europeo.
Los venados son en gran número los Lo antes dicho se puede inferir al observar los há-
que se hallan en nuestros montes, y bitos alimentarios de los naturales y la crítica que de
aún en la capital es con tanto éstos hacían los españoles. Por ejemplo, los arahua-
exceso, que está cerca de ella una cos, según don Nicolás de la Rosa, se alimentaban con
4 José Nicolás de La Rosa,
playa llamada los venados, por los “pescado y las conchas y caracoles que cogen del mar, Floresta de la Santa Iglesia
Catedral de la Ciudad y Pro-
muchos que bajan a ella.4 y rara vez carne de vaca; no usan de montería”. En vincia de Santa Marta,
Barranquilla, Biblioteca de
En su lista de lo provechoso y del conocimiento casi otro aparte, don Nicolás de la Rosa escribe vulgarizan- Escritores Costeños, 1945,
pág. 325.
detallado de los ciclos naturales y de la ecología de la pro- do la relación de los wayúu con el medio ambiente:
5 Según José Nicolás de la
vincia de Santa Marta, don Nicolás de la Rosa registró que: No tienen estos indios casa ni Rosa “es tan necesario para
conocer la fertilidad de una
[…] en algunos montes y no los rancho alguno, ni tampoco pobla- región dar entera noticia de
su producción, que hasta
menos de toda la provincia, hay ción determinada, y sólo viven ahora no se ha escrito his-
vainilla que naturalmente fructifica y debajo de los árboles, mudando toria en que no se guarde
este método; y será en mi
sin cultivo se sazona; mas aprové- habitación a proporción de los sentir la expresión por me-
nor porque la fertilidad no
chase poca, por no dedicarse a ello, tiempos y logro de las frutas silves- consiste en lo mayor, sino en
lo más provechoso, pues no
y se logra sólo la que en el monte tres de toda aquella costa, porque puede llamarse fecundidad,
la que siendo todo lozanía,
del Agua (camino que de la ciudad es de lo que se mantienen: de es nada provechoso”. Idem,
pág. 171.
del Valle pasa a Maracaibo) hay de suerte que en tiempo del trupío
comer, porque es mucha la fragan- viven a la sombra de ellos; en el
cia de aquella montaña.5 tiempo de guáymaros, en los guay-
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El cultivo de la caña de azúcar marcaría la historia económica, social y cultural del
Caribe insular. Desde el siglo XVII se inicia la explotación de las plantaciones
azucareras y la destrucción de las selvas lluviosas tropicales en las islas del Caribe.
marales; y lo mismo en los tiempos La expansión ganadera en las sabanas
de los caracolíes, de los cacahuitos, En el siglo XVI, el ganado vacuno y caballar formó par-
macarares y otros árboles, frutas y te de la Conquista. En el segundo viaje de Colón se
raíces. […] Lo que comúnmente llevaron al Caribe los primeros caballos, cerdos, ga-
comen es el peje, almejas, burgaos, nado vacuno, cabras y ovejas en pequeñas cantida-
erizos, cangrejos, con las tortugas des. Una variada dieta de raíces y frutas silvestres, así
de aquella costa. De animales como los tubérculos de los conucos, aseguraron la rá-
monteses, los venados, los armadi- pida reproducción de estos animales.
llos, morrocoyas y otros varios, El ganado vacuno pastaba libremente y los puercos
aunque sean de uso común, sirvién- se internaron por los montes de las islas del Caribe.
dole de pan la yuca, el guáymaro, el Debido a que en estas islas no tenían un depredador
palmito, los cacahuitos, el macarare natural, los animales crecieron hasta cifras alarmantes.
y otras frutas y raíces que ellos Los “puercos salvajes” invadían los cultivos de los
conocen y apetecen…6 conucos, y el ganado destruía muchas especies nati-
Los naturales del Caribe mantuvieron una relación vas a falta de sus naturales pastizales europeos. Fue
dinámica y de equilibrio con el ecosistema; relación tanta la cantidad de cerdos que deambulaban, que se
que los españoles van a considerar como una muestra inició la caza de los “puercos salvajes”. Se dice que en
más de su inferioridad, y propia de: Cuba crecieron hasta unas 30 mil cabezas.
holgazanes poco aplicados al Los primeros ejemplares de caballos y ganado va-
trabajo […] y así, son pobrísimos, cuno que se trajeron a Cartagena vinieron de las islas
aunque la tierra de su habitación se del Caribe. En la Memoria que don Pedro Fernández
6 Idem, pág. 282.
considera tan rica, como toda la de Lugo le envía a su Majestad “para la conquista de
7 Idem, pág. 274.
demás de la provincia y tan fértil y Santa Marta y descubrimiento del Río Grande”, le pide
pingüe, como fecunda, por tan al rey, entre otras cosas:
dulces y cristalinas aguas.7 Item que se le dé licencia para
En el siglo XVIII, el Caribe colombia- sacar de estos Reinos y de la Anda-
no era una frontera abierta que lucía hasta cien caballos y yeguas
había que terminar de arrebatar para la dicha conquista y puede
a los naturales. Los colonizado- asimismo llevar cualesquier ganados
res comenzaron a desarrollar sin pena a la dicha provincia.
una ideología de conquista, ya En 1522, en la ciudad de Santa María la Antigua
que “la tierra era un vacuum del Darién, el cabildo promulgó una Ordenanza “en
domicilium esperando ser ha- la cual prometimos cuatro o cinco pesos de oro al que
bitada por un pueblo más pro- matase cualquiera tigre, y por este premio se mataron
ductivo”: los españoles. muchos de ellos en breve tiempo”. Y en la medida en
Esta ideología de domi- que la frontera se expandía y se formaba una econo-
nación de los recursos, en el mía ganadera, debieron ser más los animales como
caso del imperio español en los tigres que se exterminaban.
la Nueva Granada, se expre- En efecto, el panorama de la economía regional
só en la redistribución de las que describen los informes de las provincias de Car-
tierras de los naturales entre los tagena y Santa Marta dos siglos después, es decir, en
conquistadores del Caribe colombia- el siglo XVIII, era el de una sólida economía ganadera
no, y en el siglo XVIII, en la consolidación de que ocupaba las sabanas de ambas provincias. Pero
la economía ganadera. en las haciendas del marqués de Santa Coa, de la villa

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Playas de Centro-América, doradas
de noche y día en gemas efulgentes;
sangre y miel en las frutas sazonadas;
razas extintas, tiempos irreales;
y allá por las alturas, en rompientes,
cielos va gos y vuelos de quetzales...

PORFIRIO BARBA JACOB, El peregrino

de Santa Cruz de Mompox, era habitual la


tarea de expandir las cercas acabando con
los tigres.
El 4 de abril de 1770 al concertado Anto-
nio Rico se le pagaron dos pesos y cinco rea-
les para su alimentación, “pólvora y bala” para
que matara “dos tigres que hacían daño en
Santa Coa”, y el 30 de junio se le pagaron a
Gregorio Altamar “por haver muerto un tigre”
en la misma hacienda Santa Coa. Y en la ha-
cienda Santa Bárbara de Las Cabezas se le
pagaron a Luis Rivera 190 pesos por haber ma-
tado 12 tigres y 14 “leones”.
En el Caribe insular, sumándose a la mo-
desta dieta compuesta de cazabe derivado de
la mandioca en el siglo XVI, se comenzó con
cierto éxito a cultivar lechugas, ajo, berenje-
nas, zanahorias, cebollas, naranjos, arroz, y se
En la Magdalena está todo el río Negros refinando
trajeron bananas desde las islas Canarias. caña de azúcar.
acordillado de pueblecitos de a 15 ó Grabado del siglo XVII
Todavía en 1756, cuando fray Juan de Santa Ger-
20 leguas en distancia unos de
trudis llegó a Cartagena, describió con cierto despre-
otros; y entre un pueblo y otro, de
cio los hábitos alimentarios de la población:
una y otra parte, hacienditas en que
Mas la comida de esta gente, por lo
viven indios, mestizos o mulatos. […]
común, se reduce a un guiso de
En Mahates sólo hay limpio una
tasajo y una olla de tasajo, yucas,
plaza, y de un canto la casa del
arracachas, camotes, cazabe o ñame
cura, y del otro canto la iglesia, todo
y sapallo. Otro guiso hacen de 8 Fray Juan de Santa Ger-
lo demás es monte, y para ir a cada trudis, Maravillas de la na-
huevos duros con salsa de maní turaleza, Bogotá, Kelly,
casa su caminito. El pueblo tendrá 1970, tomo I, pág. 60. Tam-
tostado, con mucho ají compuesto. Y bién se negaba a comer
unas 60 casas de indios y mestizos… sino era con pan. En un
suele también esta gente comer pueblo a las orillas del río
[Tamalameque] es ciudad que no Magdalena, cuenta fray
arroz con las mismas carnes y fuerza
Juan que de almuerzo “nos
llega a tener 200 vecinos.9
de ají. Y para postre ordinario miel trujeron la comida de po-
llos guisados y asados.
El cultivo de la caña de azúcar y la creación de
de caña. Pan y vino sólo los caballe- Trujeron arepas, plátanos,
enormes plantaciones azucareras marcarían la histo- asados, yucas, camotes,
ros lo usan.8 etc. Pero nosotros no sa-
ria económica, social y cultural del Caribe insular. bíamos comer sin pan”.
Así pues, una dieta tan elemental con productos Idem, pág. 107.
Desde el siglo XVII se inicia la explotación de las plan-
–como el mismo Arévalo señalaba– que se cultivaban 9 Idem, pág. 92.
taciones azucareras y la destrucción de las selvas llu-
hasta en las huertas de los vecinos de la ciudad, mues-
viosas tropicales en las islas del Caribe.
tra por un lado el mestizaje de nuestra mesa, y por otro
lado las imposibilidades del desarrollo de una agricul-
tura comercial en las provincias de Cartagena y Santa
Marta en comparación con la que se desarrolló en el
VLADIMIR DAZA VILLAR,
mismo período en Venezuela.
historiador. Profesor de la Facultad de Ciencias
La situación era similar o peor en toda la provincia Humanas y Sociales, Universidad del Cauca.
debido a la poca población que vivía desparramada:
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