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El maestro como facilitador del aprendizaje reflexivo

Los procesos necesarios para el proceso de aprendizaje reflexivo:

Conceptualización: Clarificar, evaluar y comprender los objetivos asignados.

Resolución de problemas (convergente o divergente): Capacidad de generar inferencias e ideas


para dar soluciones al problema planteado. Sobre todo, ser capaz de entender a cabalidad cómo
funciona el problema.

Toma de decisiones: Capacidad de interiorizar y discernir correctamente los resultados más


convenientes de las propuestas para la resolución del problema.

Los mapas de pensamiento están relacionados con todas las etapas del proceso de aprendizaje
reflexivo. Gracias a estos, los estudiantes son capaces de tener conciencia de lo aprendido, se
convierten en entes buscadores de preguntas por resolver, no solo receptores de información
sin capacidad de razonar y analizar la información impartida.

Como maestros debemos ser capaces de preparar a nuestros alumnos a hacer algo que podrá
sonar simple, pero toma más trabajo del que parece, pensar. Pensar, discernir, analizar, todas
esas son cualidades que se moldean con persistencia y constancia.

Gracias a los mapas de pensamiento, tenemos una herramienta útil para guiar a los estudiantes
a ser más que copas esperando ser llenadas de información, les enseñamos a tener sed de
conocimiento.

Kenneth M. Zeichner. (1993). El maestro como profesional reflexivo. Universidad de


WisconsinMadison

Philippe Perrenoud. (2001). La práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Paris: ESF Editeur

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