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Neopentecostalismo y política.

El caso colombiano

Autor: Álvaro Cepeda Van Houten


Editorial Bonaventuriana, Universidad de San
Buenaventura, seccional Cali.
Año: 2010
Número de páginas: 171
Por: María Teresa Cifuentes Traslaviña

En Colombia, al igual que en América Latina,


el mapa religioso fue modificado cuando a partir
de la segunda década del siglo XX irrumpieron
con fuerza grupos misioneros de diversas orga-
nizaciones denominadas pentecostales, que en a grupos sociales que antes estaban relegados
la medida que se consolidaron le disputaron o tenían que hacer ingentes esfuerzos para ser
los creyentes a la Iglesia Católica y a las iglesias reconocidos como legítimos actores sociales y
protestantes históricas de las cuales habían deri- políticos. El estudio que nos presenta Cepeda
vado. El avance en el número los fieles de dichas evidencia que en materia religiosa la sociedad
denominaciones, no sólo altera la hegemonía de colombiana ha ido aceptando no sólo formal-
la Iglesia Católica, sino que les permite hacer mente, sino culturalmente la pluralidad reli-
presencia en distintos espacios sociales, hasta giosa. Nos muestra el proceso de participación
terminar incursionando en la política. Es preci- política de agrupaciones cristianas no católicas,
samente con ocasión de la Asamblea Nacional los cambios que su concepción de lo social y lo
Constituyente, que da origen a la Constitución político hicieron sus dirigentes, para legitimar su
de 1991, cuando para sorpresa de muchos sa- presencia en espacios que antes veían con suspi-
lieron elegidos como constituyentes varios de cacia. “Cristianizar la política”, fue su consigna.
sus representantes. A partir de este momento
No es fácil, para quien no está iniciado en el
es usual encontrar en los cuerpos colegiados y
tema, entender el complejo mundo de los co-
con diferentes niveles de éxito, representantes
nocidos popularmente como cristianos y lograr
de denominaciones religiosas que han asumido
establecer diferencias entre las variadas corrientes
la participación política como otro ejercicio de
y las múltiples y a veces sutiles diferencias entre
su “misión evangelizadora”.
un grupo y otro, a pesar de que Cepeda dedica un
A veinte años de la Constitución de 1991, el capítulo para hacerlos entendibles. En efecto, en
oportuno libro, Neopentecostalismo y política. El el primer capítulo, “Génesis del protestantismo
caso colombiano, de Álvaro Cepeda van Houten, latinoamericano”, Cepeda con la caracterización
muestra cómo la nueva Carta abrió espacios del protestantismo en general, del protestantismo

María Teresa Cifuentes Traslaviña. Licenciada en Estudios Sociales de la Universidad Externado y Magíster en Ciencia Política
de la Universidad de los Andes. Miembro de la junta directiva del Instituto Colombiano para el Estudio de las Religiones, ICER.

Revista Científica Guillermo de Ockham. Vol. 9, No. 1. Enero - junio de 2011 - ISSN: 1794-192X - pp. 165-167 Ø 165
María Teresa Cifuentes Traslaviña

histórico y evangelical y del movimiento pente- alguna manera se ofrece como ofrenda al pastor-
costal y carismático neopentecostal en particular, político-candidato.
ubica al lector para comprender esta variedad de
expresiones religiosas. En este sentido concluye Esta nueva forma de hacer política en vez
que las diferencias entre estas organizaciones de oxigenar y limpiar de vicios el ejercicio de la
están mediadas por el grado de individuación política colombiana, sólo constituye una nueva
o subjetivación que el creyente tiene frente a lo manera de enlodar las prácticas políticas en tanto
trascendente, en palabras del autor: que la presión de orden religioso limita sustan-
cialmente la poca libertad que los ciudadanos
“(…) en el protestantismo histórico la gracia me- tienen para ejercer de manera consciente su
dia de forma objetiva y se institucionaliza por una derecho al voto. Pero también es la demostra-
jerarquía que se legitima por tradición y sacramen- ción que la intencionalidad de algunos líderes-
tos. Dentro del evangelicalismo la mediación de la políticos-religiosos de purificar la política quedó
gracia avanza hacia la subjetivización e individuali- solamente en enunciados y que rápidamente
zación, determinada por la decisión consciente del
entraron, eso sí innovando, para volver atrás,
individuo de convertirse a la fe cristiana y aceptar
reafirmando “(…) versiones premodernas del
una vida en el Espíritu Santo. Por su parte, en el
movimiento pentecostal, la gracia media de forma ejercicio del poder basada en la sumisión a las
claramente subjetiva en el creyente y esta vivencia jerarquía religiosas y en la negación de la autono-
se identificada de forma objetiva con la glosolalia. mía” (177) como nos lo señala de manera precisa
Aunque la gracia se presenta en el individuo a el autor. Por otra parte, no es ajeno al interés de
través de la vivencia personal, la institución tiene dicho líderes religiosos las pretensiones de orden
el criterio objetivo de legitimarla. Por último, en personal y grupal en tanto buscan prerrogativas
el movimiento carismático la gracia se presenta en para sus organizaciones y un acomodamiento
el individuo a través de una vivencia extática, sin estructural al statu quo; es decir, se evidencia
que tenga que haber un criterio objetivo verificable una aparente nueva organización política que se
por la institución” (29-30). torna funcional a los dirigentes y se acomoda al
Una de las riquezas del libro consiste en el modelo resquebrajado del ejercicio de la política
análisis que el autor hace del clientelismo y el en Colombia. En conclusión, para el autor las
sistema de partidos en Colombia. Muestra la prácticas clientelistas, a pesar de nuevos actores
evolución y cómo, de acuerdo con cambios políticos, se reproducen e impiden un verdadero
de orden político y económico, las formas de ejercicio de la democracia:
clientelismo se ajustan y adoptan a las nuevas “(…) las prácticas clientelistas, a pesar de los dife-
estrategias de acceder a los bienes estatales; como rentes intentos que se han realizado para acabarlas,
se evidencia actualmente cuando los dineros del han logrado reproducirse de múltiples maneras, lo
Estado fluyen generosamente a la bolsa de los cual impide el desarrollo de una cultura política
grandes contratistas. racional y va en contravía de los intereses de las
mayorías y de la propia idea de crear una nación
El ejercicio de la política por parte de los con un Estado fuerte. Por el contrario, en la actua-
grupos cristianos no católicos no escapa a la vieja lidad, las políticas neoliberales, de disminución del
práctica de clientelismo, sólo que presenta con Estado, y la forma de hacer política amenaza con
un nuevo rostro. Es un clientelismo emocional impedir la creación de escenarios verdaderamente
de carácter urbano, cuyos bienes a dispensar no democráticos. Además, el clientelismo político
provienen del Estado sino del prestigio personal contribuye a hacer de la política un espacio más
de exclusión social y de concentración de capi-
del líder religioso venido a político. Entonces
tales, puesto que el poder de negociación de los
qué ofrece este nuevo líder político? Cepeda
gremios económicos está atravesado por dichas
demuestra que estos nuevos comerciantes del prácticas” (54).
creer, con su carisma ofrecen: “(…) bienes sa-
grados de salvación y que cautivan a su clientela Lo anterior se refleja en el estudio que hace
gracias al discurso religioso…” (47). El voto pasa Cepeda de tres organizaciones político-religiosas,
de ser un derecho y un deber de participación la Misión Carismática Internacional y el Partido
ciudadana a ser una adhesión religiosa y de Nacional Cristiano (PNC); la Cruzada Estudian-
166 × Universidad de San Buenaventura, Cali - Colombia
Neopentecostalismo y política. El caso colombiano - pp. 165-167

til y Profesional de Colombia y el Compromiso vimientos neopentecostales, que se refleja en la


Cívico Cristiano con la Comunidad (C4); y la prosperidad económica y en el poder terrenal. En
Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Inter- esta parte, el autor señala de manera acertada que
nacional y el Movimiento Independiente de “(…) los neopentecostales persiguen las mismas
Renovación Absoluta (Mira); que constituyen metas de la sociedad de consumo haciéndose
los tres últimos capítulos del libro. funcional para el sistema y oponiéndose a una
transformación reformista o revolucionaria de
En la historia de cada uno de estos grupos
las estructuras políticas” (178).
y en la caracterizaciones no sólo de sus líderes
sino de sus concepciones y prácticas religiosas, Por último, el libro de Álvaro Cepeda Van
el autor muestra cómo los pastores-políticos Houten, Neopentecostalismo y Política. El caso
legitiman la opción política acudiendo a un Colombiano, se constituye en un excelente aporte
supuesto mandato divino que obviamente no para el análisis y comprensión del intento de una
puede ser cuestionado por los seguidores y que aparente nueva forma de hacer política nacida
los presenta frente a los adherentes como reves-
entre los grupos de cristianos no católicos, en
tidos de un mandato superior al que hay que
este caso los neopentecostales. El libro además de
obedecer y seguir.
bien documentado, está agradablemente escrito
Otro elemento para destacar en esta parte y de tal manera que atrapa al lector para dejar en
que el autor analiza profundamente es cómo los él, entre otras ideas, que estas organizaciones
dirigentes políticos-religiosos justifican el ascenso políticas no son más que empresas familiares de
social, el crecimiento económico y político en carácter religioso-político donde el nepotismo
la doctrina postmilenarista, propia de los mo- está a la orden del día.

Revista Científica Guillermo de Ockham. Vol. 9, No. 1 Enero - junio de 2011 - ISSN: 1794-192X Ø 167

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