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1) ¿Cuál ha sido el aporte de Briceño Guerrero a la compresión de

nuestra cultura?
Briceño Guerrero es el pensador más importante que ha tenido Venezuela. Y lo
es porque no ha repetido, como es frecuente entre pensadores venezolanos, a
nadie. Su obra es un monumento original, sobre todo porque su originalidad
consiste en volver a los orígenes y colocarnos en el abismo ontológico. Hay
que comenzar por insistir en que su obra aclara que la cultura es aquello que no
se puede explicar sin la presencia del hombre, y por eso mismo su análisis
aborda una temática novedosa que puede permitirnos acercarnos al problema
real que subsiste en el asunto de la identidad. El gran mérito suyo consiste en
haber descifrado lo que sucedía, y que ahora lo vemos traducido en los
cambios que se evidencian en Venezuela.

2) Considera al Profesor Briceño Un artista o un filósofo? ¿Cómo se


conjugan en él las dos vertientes?
Creo que él se encuentra en la misma tradición de Goethe, porque en Briceño
Guerrero se concilian el poeta y el pensador, el artista y el hombre de ideas.
Esto puede fácilmente ser establecido en la dualidad creativa que él mismo ha
fijado al diferenciar sus escritos con su nombre y apellido completo y con el
pseudónimo de Jonuel Brigue. En ese sentido, el propio autor ha querido
darnos una pista profunda sobre su propia arte poética porque se conjugan en
sus escritos el amor por la lengua y el amor por el pensamiento. En uno de sus
libros, recuerdo que escribía que decir es ser y ser es decir.

3) ¿Cuáles cree usted son las principales preguntas que ha querido contestar
Briceño Guerrero?
Son pocas, pero son las más importantes o las únicas en las que se nos va la
vida. La pregunta ontológica fundamental por el ser y la pregunta por el
lenguaje. Hay que entender que su obra escrita y didáctica ha sido la
construcción de un puente hacia esas preguntas por el origen. Lo bueno de sus
preguntas es que son límites, fronteras, orillas que dan vértigo.

4) ¿Qué preguntas ha despertado personalmente en Usted?


No hubiera pensado nunca en escribir mi Historia Universal de la destrucción
de libros sin haber pasado por sus manos. Gracias a él entendí que debía
asumir radicalmente el problema de la condición humana, desde su perspectiva
fenomenológica. Y eso me basta.
5) Briceño Guerrero se concibe a sí mismo como un maestro de escuela, un
despertador de inquietudes ¿Cuál ha sido el impacto que ha tenido en su vida
profesional y personal?
Le debo a Briceño Guerrero demasiadas cosas como para citarlas aquí. Al
principio no lo supe, pero hoy en día, después de haber visitado 34 países y
haber escrito 12 libros, publicados en 12 lenguas, con apenas 35 años, me doy
cuenta de que no hubiera sido nada sin su orientación en el momento de crisis
en que lo conocí. A donde quiera que voy, repito lo mismo: Briceño ha sido el
único hombre al que reconozco como maestro porque me enseñó a amar la
búsqueda, la autenticidad, a ir directamente a los clásicos y explorar mi propia
vida sin una visión satelital como la que tienen los intelectuales venezolanos en
general. En lo personal, el impacto sigue vigente. La lección es ante todo ética,
porque su rigor es contagioso y su lucidez es paradigmática.

6) Escoja tres obras le agraden especialmente y haga un comentario sobre


cuál es su importancia. Si lo desea puede comentar una particularidad que lo
haya impactado o que sea reflejo del aporte de Briceño Guerrero.
Es arbitrario ahora, pero pienso que los tres libros suyos que más me han
marcado han sido: Amor y terror de las palabras, un texto ya traducido a otras
lenguas que está tan bien escrito que sólo por haberlo nombrado voy a releerlo;
también mencionaría El pequeño arquitecto del universo, un escrito delicioso y
único; y en tercer lugar nombraría El laberinto de los tres minotauros, la mejor
obra que existe sobre el problema de la identidad latinoamericana. Lo que me
sorprende en estas obras es la autonomía de vuelo de pensamiento de Briceño,
su estilo certero y vivo, su diversidad, su amplitud de miras, su originalidad. Es
un escritor excepcional.

7) Describa a Briceño Guerrero en el diálogo Profesor- Alumno.

Yo le tenía tanta reverencia como miedo y por eso será que aprendí, porque mi
miedo no era a otra cosa que a quedarle mal, porque su entrega era y es
absoluta. Con hombres como Briceño uno sabe que el problema no es la nota
que se va obtener, sino que su invitación es a que uno se convierta en
compañero de ruta y eso es exigente. Un seminario suyo es como un viaje al
Himalaya, del cual uno regresa cambiado para siempre.

8) Puede comentarme alguna anécdota especial que le tocó vivir con Briceño
Guerrero.
Claro. Fue en Mérida, cuando le conté que me sentía deprimido porque mi
mujer me había dejado, mi pobreza era enorme, no podía publicar entre 1994 y
2001 y no vislumbraba ningún futuro, y recuerdo que me habló del Baghavad
Ghita y me repitió las palabras que se dicen en este libro sagrado al personaje
que se niega a pelear porque va a tener que matar a su familia y amigos en el
campo de batalla. Me dijo Briceño: “Pelea, hijo de Pandu”, y eso fue como un
detonador. Me dio mucho. Hoy en día he asumido esa pelea a la que me
conminó.
9) Después de conocerlo por largos años, cómo ha evolucionado el
concepto que tiene sobre el prof. Briceño Guerrero.
Fui su alumno, su discípulo, y hoy es mi amigo, lo respeto y admiro. Tengo
su retrato junto al de Ramos Sucre, Borges, Noam Chomsky y George
Orwell, porque en esa misma dimensión lo veo.

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