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Formación Continua

Abuso Sexual Infantil


ABUSO SEXUAL INFANTIL

INTRODUCCIÓN

Con frecuencia el abuso sexual es muy difícil de demostrar.1 En Pennsylvania v. Ritchie,2 la Corte Suprema escribió: “El abuso infantil es uno de los
crímenes más difíciles de detectar y procesar, en gran medida porque frecuentemente no hay testigos fuera de la víctima”.3 En el mismo sentido, la Corte de
Apelaciones de Nueva York subrayó: “El abuso sexual es difícil de detectar porque los actos son predominantemente no violentos y habitualmente ocurren
en secreto dejando al niño como único testigo”.4

A diferencia del abuso físico, en que las lesiones del niño usualmente constituyen evidencia poderosa, en la mayoría de los casos de abuso sexual no se
dispone de evidencia médica.5 Habitualmente el testimonio del niño es la evidencia más importante. Cuando se prepara a los niños cuidadosamente para
comparecer en la sala del tribunal y se les brinda apoyo emocional durante el proceso, la mayoría testifica en forma eficaz. Sin embargo, no es fácil para el
6
niño testificar. La Corte Suprema de Washington observó que, “sintiéndose intimidados y confundidos por los procesos de la sala del tribunal,
avergonzados de tener que describir asuntos sexuales e incómodos en su papel de acusador de un acusado que puede ser un padre, otro pariente o amigo,
los niños frecuentemente son incapaces o no están dispuestos a relatar los abusos cometidos en contra de ellos”.7 Algunos niños son demasiado chicos,
están traumatizados, o sienten temor a testificar en forma eficaz o a testificar del todo.8

Para reforzar el testimonio de los niños, los abogados se basan en varias fuentes de evidencia, incluidos rumores -el tema del Capítulo 7-, evidencia de
otros crímenes, agravios, o actos del acusado -analizados en el Capítulo 8-, y el testimonio de expertos, el tema central de este capítulo. La evidencia de
penetración se aborda en § 12.01[C].

PREVALENCIA DE ABUSO SEXUAL INFANTIL

1
Ver Pennsylvania v. Ritchie, 480 EE.UU. 39, 60 (1987); Eze v Senkowski, 321 F.3º 110, 112 (2º Cir.2003) (“El procesamiento del abuso
sexual infantil es un gran desafío. Como frecuentemente no existen testigos, estos casos habitualmente dependen de juicios sobre
credibilidad en que los miembros del jurado deben elegir entre historias contradictorias propuestas por el acusado y la demanda”.); Doe v.
EE.UU., 976 F.2º 1074, 1074 (7º Cir. 1992), cert. Denegado, 114 S. Ct. 58 (1993) (“Detectar el abuso sexual y condenar a sus autores es
problemático debido a la falta de testigos, la dificultad para obtener evidencia física corroborativa, y la habitual reticencia o incapacidad
de la víctima de testificar en contra del acusado”.) En re Cindy L., 17 Ca. 4º 15, 28, 947 P.2º 1340, 69 Cal. Rptr. 2º 803, 811 (1997) (“Hay
dificultades particulares para demostrar el abuso sexual infantil: la frecuente falta de evidencia física, la capacidad verbal y cognitiva
limitada de las víctimas infantiles, el hecho de que el niño sea incapaz o no esté dispuesto a actuar de testigo debido a lo intimidante del
entorno de la sala del tribunal, y la reticencia a testificar en contra de sus padres”.); estado v. Chauvin, 846 So. 2º 697, 702 (La. 2003)
(“Comenzamos destacando que los casos de abuso sexual infantil no son fáciles de procesar”.); Estado v. Miller, 718 So. 2º 960 (La.
1998) (Los casos de abuso sexual infantil crean inquietudes en el sistema judicial que no surgen en otros casos criminales. Con frecuencia,
en casos que involucran abuso sexual infantil, el delito se realiza en secreto, la víctima es joven, vulnerable, y reticente a testificar, y
frecuentemente no hay evidencia física o de otro tipo para demostrar el abuso”.) Estado v. Saunders, 992 P. 2º 951 (Utah 1999); Estado v.
C.J., 63 P.3º 765 (Wash. 2003).
2
480 EE.UU. 39 (1987).
3
480 EE.UU. en 60.
4
En re Nicole V., 71 N.Y. 2º 112, 117, 518 N.E.2º 914, 915, 524 N.Y.S.2º 19 (1987).
5
Ver Doe v. EE.UU., 976 F.2º 1071, 1074 (7º Cir. 1992), cert. denegado, 114 S. Ct. 58 (1993) (“Detectar el abuso sexual y condenar a sus
autores es problemático debido a la falta de testigos, la dificultad para obtener evidencia física corroborativa, y el habitual reticencia o
incapacidad de la víctima para testificar en contra del acusado”.) En re Cindy L., 17 Cal. 4º 15, 28, 947 P.2º 1340, 69 Cal. Rptr. 2º 803
811 (1997) (“Hay dificultades particulares para demostrar el abuso sexual infantil: la frecuente falta de evidencia física, las limitadas
capacidades verbales y cognitivas de las víctimas infantiles, el hecho de que el niño con frecuencia sea incapaz o no esté dispuesto a
actuar como testigo debido a la intimidación de la sala del tribunal y la reticencia a testificar en contra de sus padres”.); Estado v. Miller,
718 So. 2º 960 (La. 1998) (Los casos de abuso sexual infantil crean inquietudes en el sistema judicial que no surgen en otros casos
criminales. Con frecuencia, en casos que involucran abuso sexual infantil, el delito se realiza en secreto, la víctima es joven, vulnerable, y
reticente a testificar, y frecuentemente no hay evidencia física o de otro tipo para demostrar el abuso”.) Mancomunidad v. Federico, 425
Mass. 844, 683 N.3.2º 1035, 1041 n.12 (1997) (“No siempre hay evidencia de lesión física de abuso en los casos de abuso sexual infantil,
pero cuando la hay es admisible”.).
Ver también Mark D. Everson & Barbara W. Boat, Allegations of Sexual Abuse by Children and Adolescents, 28 Journal of American
Academy of Chile and Adolescent Psychiatry 230-35, en 230 (2989) (“sólo se encuentra evidencia física en el 15% de los casos
confirmados”).
6
Ver Mancomunidad v. Federico, 425 Mass. 844, 683 N.E. 2º 1035, 1038 n.7 (1997) (“Los niños abusados sexualmente pueden ser
testigos dubitativos, especialmente cuando se les enfrenta a sus abusadores”.)
7
Estado v. Jones, 112 Wash. 2º 477, 772 P.2º 496, 499 (1989).
8
Ver Folse v. Folse, 738 So. 2º 1040, 1049 (La. 1999) (“Los niños frecuentemente son malos testigos debido a su edad, inmadurez, y al
hecho de sentirse intimidados en la sala del tribunal”.), Care & Protection of Rebecca, 419 Mass. 67, 643 N.E.2º 26, 33 (1994)
(“Generalmente no hay testigos del acto de abuso fuera de la víctima y el autor. Generalmente hay falta de evidencia corroborativa. Una
víctima joven, aunque diga la verdad, puede constituir un mal testigo, puede rehusarse o puede ser incapaz de testificar”.); Estado v. Jones,
112 Wash. 2º 488, 772 P.2º 496, 499 (1989) (“Los actos de abuso generalmente ocurren en privado y en muchos casos no dejan evidencia
física. Por lo tanto, los abogados deben basarse en el testimonio de la víctima infantil para elaborar el caso. Sin embargo, los niños con
frecuencia son testigos ineficaces. Sintiéndose intimidados y confundidos con los procesos de la sala del tribunal, avergonzados de tener
que describir asuntos sexuales, e incómodos en su papel de acusadores de un acusado que puede ser un padre, otro pariente o amistad, los
niños frecuentemente son incapaces o no están dispuestos a relatar los abusos cometidos en contra de ellos”.).
El abuso sexual infantil es relativamente común.9 La verdadera prevalencia del abuso sexual se desconoce porque el crimen ocurre en secreto.10 David
Finkelhor observó que “debido a que el abuso sexual es un delito oculto, no hay estadísticas sobre cuantos casos suceden realmente cada año”.11 Se
estima que se producen 500.000 nuevos incidentes de abuso sexual infantil cada año.12

Aproximadamente el 20 por ciento de las niñas experimentan alguna forma de experiencia sexual inapropiada durante la infancia, desde tocaciones
menores a la brutal violación.13 La tasa de abuso en varones pareciera ser más baja que en las niñas. Se estima que entre cinco y quince por ciento de los
niños sufren abuso sexual.14 El abuso sexual ocurre en todas las edades, desde la infancia hasta la adolescencia.15

La mayoría de las víctimas conocen al autor.16 Para David Finkelhor “el abuso sexual es cometido principalmente por individuos que el niño conoce, a
diferencia del estereotipo del agresor sexual infantil que prevalecía hasta los años 70. En las encuestas retrospectivas a adultos, las víctimas de abuso
indican que no más del 10% a 30% de los abusadores eran extraños, siendo el resto miembros de la familia o amistades”.17
18
Los adolescentes abusan sexualmente de niños menores. Una parte de los abusadores sexuales adultos comenzaron su desviación durante la
adolescencia.19 Los adultos algunas veces desestiman el contacto sexual entre un adolescente y un niño menor como “un juego sexual inocente” o como
parte normal del desarrollo sexual. Algunas veces ese es el caso; sin embargo, una parte de la actividad sexual entre los adolescentes y niños menores es
abusiva. Esa conducta es una alerta de problemas futuros. Algunos abusadores adolescentes están desarrollando una desviación sexual que durará toda
una vida.20 Con frecuencia los adolescentes con problemas de conducta sexual son los mejores candidatos para terapia que los adultos en los cuales ya se
han establecido las conductas desviadas.

EFECTOS DE CORTO Y LARGO PLAZO DEL ABUSO SEXUAL

El abuso sexual tiene efectos de corto y largo plazo. 21 John Briere y Diana Elliott apuntan que “una amplia gama de problemas psicológicos e
interpersonales tienen mayor prevalencia entre aquellas personas que han sido víctimas de abuso sexual que entre individuos que no han sufrido tales
experiencias”.22 Esta sección describe brevemente los efectos de corto y largo plazo del abuso sexual.

9
Lucy Berliner & Diana M. Elliot, Sexual Abuse of Children, en John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix, Carole
Jenny, & Theresa A. Reid (Eds.). The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78 (2ª Edición, 2002) 1 Cal (Thousand Oaks, CA:
Sage).
10
Ver Lucy Berliner & Diana M. Elliot, Sexual Abuse of Children, en John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix,
Carole Jenny, & Theresa A. Reid (Eds.). The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78, en 56 (2ª Edición, 2002) (Thousand
Oaks, CA: Sage) (“La incidencia y prevalencia precisas del abuso sexual en la población general se desconocen. Es difícil establecer tasas
de incidencia porque la mayor parte del abuso sexual no se denuncia en el momento en que ocurre”.)
11
David Finkelhor, Current Information on the Scope and Nature of Child Sexual Abuse, 4 The Future of Children 31-53, en 32 (1994)
(disponible en Internet en www.futureofchildren.org).
12
Ver id. en 34.
13
Ver id.
14
Ver Lucy Berliner & Diana M. Elliot, Sexual Abuse of Children. En John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix,
Carole Jenny, & Theresa A. Reid (Eds.), The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78, en 56 (2ª Edición, 2002) (Thousand
Oaks, CA: Sage).
15
Ver Id. Ver también Sonja N. Brilleslijper-Kater, William N. Friedrich, & David L. Corwin, Sexual Knowledge and Emocional
Reaction as Indicators of Sexual Abuse in Young Children: Theory and Research Challenges, 28 Child Abuse & Neglect 1007-1017, en
1007 (2004) (“La investigación indica que entre 25% y 35% de todas las víctimas de abuso sexual involucran a niños menores de 7
años”.).
16
Ver Martin A. Finkel & Allan R. DeJong, Medical Findings in Child Sexual Abuse. En Robert M. Reece & Stephen Ludwig (Eds.)
Child Abuse: Medical Diagnosis and Management, pp. 207-286, en 219 (2001) (Philadephia: Lippincott, Williams & Wilkins) (“La
mayoría de los niños son abusados sexualmente por individuos que tienen fácil acceso a ellos y a quienes el niño conoce, quiere y
confía”.)
17
David Finkelhor, Current Information on the Scope and Nature of Chile Sexual Abuse, 4 The Future of Children 31-53, en 45 (1994)
(disponible en la Internet en www.futureofchildren.org).
18
Ver Judith Becker, Offenders: Characteristics of Treatment, 4 The Future of Children 176-197 (1004) (disponible en la Internet en
www.futureofchildren.org); Lucy Berliner & Diana M. Elliott, Sexual Abuse of Children. En John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere,
C. Terry Hendrix, Carole Henny & Theresa A. Reid (Eds.), The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78, en 56 (2º Ed. 2002)
(Thousand Oaks, Cal.: Sage).
19
Ver Ian A. Nisbit, Peter H, Wilson, & Stephen W. Smallbone, A Prospective Longitudinal Study of Sexual Recidivism Among
Adolescent Sex Offenders, 16 Sexual Abuse: A Journal of Research and Treatment 223-234, en 223-224 (2004) (“Los estudios tempranos
de adultos que cometen delitos sexuales sugieren que con frecuencia se inician en la adolescencia. Esta hipótesis de la aparición temprana
de la conducta fue confirmada en el estudio de auto-informe confidencial de Abel y sus colegas en que el 58% o más de 500 parafilíacos
no encarcelados informaron la aparición de su interés sexual desviado antes de los 18 años. Por extensión, sin embargo, casi la mitad
(42%) de la muestra informó la aparición de su interés sexual desviado después de los 18 años… Otros investigadores que utilizaron
métodos de auto-informes confidenciales similares han encontrado que la aparición tardía de la conducta desviada es tan frecuente como
la aparición temprana”.).
20
Ver En re Committment of Stevens, 345 Ill. Appl. 3º 1050, 803 N.E.2º 1036 (2004).
21
Ver Lucy Berliner & Diana M. Elliot, Sexual Abuse of Children. En John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix,
Carole Jenny, & Theresa A. Reid (Eds.), The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78, en 56 (2ª Edición, 2002) (Thousand
Oaks, CA: Sage).
Efectos de Corto Plazo del Abuso Sexual

Antes de describir los efectos de corto plazo del abuso sexual, es importante afirmar que no todos los niños que han sido víctimas de abuso sexual exhiben
manifestaciones de daño o estrés.23 En aquellos niños que sí presentan síntomas, éstos varían de un niño a otro.24 Con la excepción del Trastorno de
Estrés Post-traumático (TEPT), aspectos que se observan en aproximadamente la mitad de los niños abusados, no hay ningún síntoma o grupo de
síntomas que se observe en la mayoría de los niños víctimas de abuso sexual.25 Generalmente, mientras más severo es el abuso, más posibilidades hay de
que el niño presente síntomas. Kathleen Kendall-Tackett, Linda Meyer Williams y David Finkelhor indican que “los abusos que incluyen a un abusador
cercano; una alta frecuencia de contacto sexual; una larga duración; el uso de la fuerza; y actos sexuales que incluyen penetración oral, anal o vaginal,
conducen a un número más grande de síntomas en las víctimas”.26

1. Ansiedad

Muchos niños que han sufrido abuso sexual experimentan síntomas relacionados con la ansiedad. Para Briere y Elliott “el abuso sexual infantil es, por
naturaleza, amenazante y disruptivo, y puede interferir con el sentido de seguridad que se está desarrollando en el niño y la confianza en un mundo seguro
y justo. Por consiguiente, no debiera llamar la atención que las víctimas de tales malos tratos tengan tendencia a presentar sentimientos crónicos de temor
o ansiedad”.27

2. Temor

Los abusadores sexuales frecuentemente amenazan a sus víctimas para mantenerlos en silencio y muchas de las víctimas se sienten atemorizadas.28

3. Pesadillas y Problemas para Dormir

Algunos niños víctimas de abuso sexual tienen pesadillas. Algunos niños a través de la pesadilla reviven la aterradora experiencia del abuso. Más
frecuentemente, el niño tiene sueños generalizados con monstruos u otros hechos aterradores.29

Hay varias teorías que explican el daño causado por el abuso sexual. Entre éstas, el marco conceptual articulado por David Finkelhor y
Angela Browne es ampliamente aceptado. David Finkelhor & Angela Browne, The Traumatic Impact of Child Sexual Abuse: A
Conceptualization 55 American Journal of Orthopsychiatry 530-541 (1985). Finkelhor y Browne escribieron:
El modelo propuesto aquí postula que la experiencia de abuso sexual puede ser analizada en función de cuatro factores que causan
trauma, a los que denominaremos dinámica traumagénica —sexualización traumática, estimagtización, traición e impotencia. Esta
dinámica traumagénica es una dinámica generalizada, no necesariamente exclusiva del abuso sexual; también se presenta en otros
tipos de trauma. Pero el conjunto de estas cuatro dinámicas en un conjunto de circunstancias son lo que hacen del trauma del abuso
sexual una experiencia única.
Estas dinámicas, cuando están presentes, alteran la orientación cognitiva y emocional que tiene el niño del mundo, y crean trauma
distorsionando el concepto que el niño tiene de sí mismo, su visión del mundo, y sus habilidades afectivas. Por ejemplo, la
dinámica de estigmatización distorsiona el sentido que tiene el niño de su propio valor. La dinámica de impotencia distorsiona el
sentido que tiene el niño de su capacidad de controlar su vida…
La sexualización traumática se refiere al proceso en que la sexualidad del niño (incluidos los sentimientos y las actitudes sexuales)
está moldeada en una forma inapropiada para la etapa de desarrollo y en una forma interpersonalmente disfuncional como
consecuencia del abuso sexual.
La traición se refiere a la dinámica en que el niño descubre que alguien del cual depende vitalmente le ha causado daño…
La impotencia o lo que también se podría llamar “inhabilitación”, la dinámica de dejar a la víctima sin poder alguno —se refiere al
proceso en que la voluntad, los deseos y la sensación de eficacia son transgredidos continuamente.
La estigmatización, la dinámica final, se refiere a las connotaciones negativas —por ejemplo, maldad, vergüenza y culpa— que son
comunicadas al niño en relación con tales experiencias y que él incorpora a su auto-imagen. Estas connotaciones pueden ser
comunicadas por el abusador, quien puede culpar a la víctima por la actividad, denigrar a la víctima, o simplemente a través de su
furtivismo, comunicar un sentimiento de vergüenza sobre la conducta. Cuando el abusador ejerce presión para mantener el secreto,
esto también puede comunicar un mensaje poderoso de vergüenza y culpa. Sin embargo, la estigmatización también es reforzada
por las actitudes que la víctima infiere o escucha de otras personas en la familia o la comunidad. (pp. 530-533).
22
John N. Briere & Diana M. Elliot, Immediate and Long-Term Impacts of Child Sexual Abuse, 4 The Future of Children 54-69, en 54
(1994) (disponible en la Internet en www.futureofchildren.org).
23
Ver Esther Deblinger, Julie Lippmann, & Robert Steer, Sexually Abused Children Suffering Post Traumatic Stress Symptoms: Initial
Treatment Outcome Findings, 1 Child Maltreatment 310-321, en 310 (1996) (“Aproximadamente un tercio de los niños abusados
sexualmente no presentan sintomatología aparente y no hay un síntoma o síndrome único característico de la mayoría de los niños
abusados sexualmente”.).
24
Ver id.
25
Ver Kathleen A. Kendall-Tackett, Linda Meyer Williams, & David Finkelhor, Impact of Sexual Abuse on Children: A Review and
Synthesis of Recent Empirical Findings, 113 Psychological Bulletin 164-180 (1993).
26
Ver id en 171.
27
John N. Briere & Diana M. Elliott, Immediate and Long-Term Impacts of Child Sexual Abuse, 4 The Future of Children 54-69, en 57
(1994) (disponible en la Internet en www.futureofchildren.org).
28
Ver id.
29
Ver Kathleen A. Kendall-Tackett, Linda Meyer Williams, & David Finkelhor, Impact of Sexual Abuse on Children: A Review and
Synthesis of Recent Empirical Findings, 113 Psychological Bulletin 164-180, en 171 (1993).
4. Actuar Roles y Mala Conducta en General

Muchos niños que son víctimas de abuso sexual se sienten sumamente angustiados, y su infelicidad los puede llevar a portarse mal en la escuela o en su
hogar.30 El desempeño académico de las víctimas de abuso sexual puede verse afectado.31 Algunos niños más grandes y adolescentes se escapan de su
hogar, 32 comienzan a usar drogas o alcohol, 33 experimentan problemas de conducta sexual, 34 o se involucran en conductas ilegales, incluida la
prostitución.35

5. Aislamiento

A pesar de que algunos niños víctimas de abuso sexual tratan de llamar la atención, otros se aislan emocional y socialmente.36

6. Regresión

Un niño sufre regresión cuando vuelve a una etapa anterior de desarrollo. Por ejemplo, es posible que un niño que ya controlaba esfínteres vuelva a mojar
la cama. El trauma del abuso sexual a veces causa regresión y, entre los niños más pequeños, el descontrol de esfínteres es una manifestación de
regresión.37

7. Encopresis

La encopresis es “la incontinencia fecal no debida a algún defecto orgánico o una enfermedad”.38 Se observa encopresis entre 1 a 1,5 por ciento de los
varones no abusados de entre siete y doce años. La encopresis es más común en hombres que en mujeres. Algunos niños víctimas de abuso sexual
pueden presentar encopresis.39

8. Mala Auto-imagen

Muchos niños víctimas de abuso sexual tienen una mala autoimagen. Los niños abusados algunas veces creen que el abuso fue por culpa de ellos, que son
malos, sucios, no valen nada, o están dañados”.40

9. Depresión

Entre los niños y adolescentes víctimas de abuso sexual es común observar depresión,41 pueden presentar incluso pensamientos suicidas.

10. Conocimiento Sexual Inusual para la Etapa de Desarrollo

Ciertos tipos de conductas sexuales son normales durante la infancia (ej. masturbación). La conducta sexual normal se describe en § 6.14 [A]. Algunas
víctimas de abuso sexual jóvenes demuestran tener un conocimiento sexual inesperado para un niño de su edad. El conocimiento sexual inusual para la
etapa de desarrollo se aborda en § 6.14 [B].

11. Trastorno de Estrés Postraumático

Las características diagnósticas del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) se analizan en § 12.03. La mayoría de los niños que han sido abusados
sexualmente no tienen un cuadro completo de TEPT, aún cuando muchas de las víctimas presentan algunos síntomas postraumáticos.42 Lucy Berliner y

30
Ver id en 165.
31
Ver id.
32
Ver Arlene McCormack, Mark-David Janus, & Ann Wolbert Burgess, Runaway Youths and Sexual Victimization: Gender Differences
in an Adolescent Runaway Population, 10 Child Abuse & Neglect 387-395 (1986).
33
Ver John N. Briere & Diana M. Elliott, Immediate and Long-Term Impacts of Child Sexual Abuse, 4 The Future of Children 54-69, en
60 (1994) (disponible en la Internet en www.futureofchildren.org).
34
Ver Lucy Berliner & Diana M. Elliot, Sexual Abuse of Children. En John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix,
Carole Jenny, & Theresa A. Reid (Eds.), The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78, en 56 (2ª Edición, 2002) (Thousand
Oaks, CA: Sage); Cathy S. Widom & M. Ashley Ames, Criminal Consequences of Childhood Sexual Victimization, 18 Child Abuse &
Neglect 303-318 (1994).
35
Ver Cathy S. Widom & Joseph B. Kuhns, Childood Victimization and Subsequent Risk for Promiscuity, Prostitution, and Teenage
Pregnancy: A Prospective Study, 86 American Journal of Public Health 1607-1612 (1996)
36
Ver Kathleen A. Kendall-Tackett, Linda Meyer Williams, & David Finkelhor, Impact of Sexual Abuse on Children: A Review and
Synthesis of Recent Empirical Findings, 113 Psychological Bulletin 164-180, en 165 (1993).
37
Ver id.
38
Dorland’s Illustrated Medical Dictionary 94 (28ava edición 1994). (Philadelphia: W.B. Saunders).
39
Ver Jan Morrow, Catherine A. Yeager, & Dorothy Otnow Lewis, Encopresis and Sexual Abuse in a Sample of Boys in Residential
Treatment, 21 Child Abuse & Neglect 11-18 (1997).
40
Ver Lucy Berliner & Diana M. Elliot, Sexual Abuse of Children. En John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix,
Carole Jenny, & Theresa A. Reid (Eds.), The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78, en 59 (2ª Edición, 2002) (Thousand
Oaks, CA: Sage) (“Como grupo, los niños abusados sexualmente no siempre informan niveles clínicamente significativos de aflicción
emocional. Sin embargo, la mayoría de los estudios detectan que tienen más síntomas de depresión y más ansiedad o una autoestima más
baja que el grupo de comparación que no ha sufrido abuso”.); Kathleen A. Kendall-Tackett, Linda Meyer Williams, & David Finkelhor,
Impact of Sexual Abuse on Children: A Review and Synthesis of Recent Empirical Findings, 113 Psychological Bulletin 164-180, en 165
(1993).
41
Ver John N. Briere & Diana M. Elliott, Immediate and Long-Term Impacts of Child Sexual Abuse, 4 The Future of Children 54-69, en
57 (1994) (disponible en la Internet en www.futureofchildren.org).
Diana Elliott escribieron, “Más de un tercio de los niños víctimas de abuso sexual cumplen con los criterios diagnósticos de TEPT y la mayoría exhibe
algunos de los síntomas”.43

Algunos niños abusados sexualmente con TEPT actúan repetidamente el abuso en su juego. Algunos niños que sufren TEPT tienen dificultades para dormir
y sufren pesadillas. Los niños pueden presentar dolores de estómago y de cabeza. Algunos niños presentan una reacción emocional intensa cuando se les
recuerda la experiencia traumática. No debiera llamar la atención que los niños con TEPT eviten a las personas y a las cosas que les recuerdan el abuso.
Por consiguiente, algunos niños con TEPT tienen reticencia a hablar del abuso.

Algunos padres de niños abusados sexualmente presentan síntomas de TEPT.44 Las madres, quienes a su vez fueron víctimas de abuso sexual de niñas,
son particularmente susceptibles a presentar síntomas.

12. Quejas de Molestias Somáticas

Las quejas de molestias somáticas asociadas con el abuso sexual incluyen dolores de estómago y de cabeza.45

13. Resumen

El abuso sexual infantil produce una variedad de síntomas psicológicos en el corto plazo en los niños. Los síntomas varían de un niño a otro, dependiendo
del tipo de abuso, el estilo que tenga el niño para enfrentar situaciones, y la presencia o ausencia de apoyo emocional. Los síntomas pueden durar días,
meses o años. Los síntomas pueden disminuir temporalmente, sólo para reaparecer más adelante.

42
Ver id en 56.
43
Ver Lucy Berliner & Diana M. Elliot, Sexual Abuse of Children. En John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix,
Carole Jenny, & Theresa A. Reid (Eds.), The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78, en 60 (2ª Edición, 2002) (Thousand
Oaks, Cal.: Sage).
44
Ver Jane Timmons-Mitchell, Dawn Chandler-Holtz, & William E. Semple, Post-Traumatic Stress Symptoms in Mothers Following
Children’s Reports of Sexual Abuse: En Exploratory Study, 66 American Journal of Orthopsychiatry 463-467 (1996).
45
Ver Kathleen A. Kendall-Tackett, Linda Meyer Williams, & David Finkelhor, Impact of Sexual Abuse on Children: A Review and
Synthesis of Recent Empirical Findings, 113 Psychological Bulletin 164-180, en 165 (1993).
[B] Efectos de Largo Plazo del Abuso Sexual Infantil

Una literatura extensa documenta el daño de largo plazo causado por el abuso sexual infantil.46 Muchas víctimas sufren durante muchos años y algunas
nunca se recuperan.47 Un alto porcentaje de pacientes psiquiátricos adultos fueron abusados sexualmente de niños.48 Sin embargo, a pesar de lo que Anna
Salter denomina “huellas en el corazón” dejadas por el abuso sexual infantil, la mayoría de los sobrevivientes adultos llevan vidas productivas.49 Patricia
Coffey y sus colegas aseguran que “el abuso sexual infantil no conduce inevitablemente a trastornos en el adulto”.50 Joseph Chandy y sus colegas agregan:
“Uno de los aspectos extraordinariamente positivos de las poblaciones que son vulnerables debido a una diversidad de factores de riesgo es que a pesar de
su vulnerabilidad, una gran mayoría de ellos crece normalmente y le va bien en la vida”.51

Los sobrevivientes adultos tienen mayor riesgo de sufrir una amplia gama de problemas de salud mental.52 Mientras más severo el abuso, mayores son las
probabilidades que la víctima sufra problemas de adaptación en el largo plazo. Los sobrevivientes presentan niveles más altos de síntomas somáticos, baja
autoestima, depresión, trastornos de ansiedad, trastorno de estrés postraumático, abuso de drogas, disfunción sexual, incluida una conducta sexual de alto
riesgo, reacción de conversión, tendencias suicidas, automutilación, disociación, trastorno de personalidad múltiple, personalidad limítrofe y trastornos de
alimentación. Se ha detectado que un alto porcentaje de prostitutas adolescentes y adultas fueron víctimas de abuso sexual infantil.53 Muchos adolescentes
que se fugan de sus hogares han sido abusados en su hogar.54

[C] Psicoterapia para las Víctimas

El abuso sexual tiene consecuencias destructivas de corto y largo plazo para muchas víctimas. Afortunadamente el tratamiento psicológico es eficaz para
aliviar el sufrimiento de muchos niños y adultos que han sido abusados.55 David Finkelhor y Lucy Berliner revisaron la literatura sobre el tratamiento:
“Tomados como un todo, los estudios sobre niños abusados sexualmente en tratamiento muestran mejorías que tienen relación con la creencia de que la
intervención terapéutica facilita la recuperación del niño”.56

Los profesionales de salud mental difieren en su enfoque de tratamiento, y no hay una forma única de tratar a un niño que ha sido víctima de abuso sexual.
La investigación proporciona creciente respaldo al tratamiento “específico para el abuso”. Finkelhor y Berliner describen los elementos comunes del
tratamiento específico para el abuso: “(1) estimular la expresión de los sentimientos relacionados con el abuso (Ej. rabia, ambivalencia, temor), (2) aclarar
las creencias erróneas que pueden llevar al niño a atribuirse o atribuir a otros características negativas (Ej. autoculparse), enseñar habilidades de
prevención de abuso, y (4) disminuir la sensación de estigma y aislamiento restaurando su confianza o exponiéndolo a otras víctimas de abuso (Ej. terapia
grupal).57

46
Ver Anna C. Salter, Transforming Trauma: A Guide to Understanding and Treating Adult Survivors of Child Sexual Abuse (1995)
(Thousand Oaks, Cal.: Sage).
47
Ver Lucy Berliner & Diana M. Elliot, Sexual Abuse of Children. En John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix,
Carole Jenny, & Theresa A. Reid (Eds.), The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78, en 61 (2ª Edición, 2002) (Thousand
Oaks, Cal.: Sage). (“El abuso sexual parece constituir un factor de riesgo importante para una variedad de problemas en la vida adulta. Sin
embargo, los efectos del abuso en la vida de los adultos no son parejos. Algunos sobrevivientes informan no tener síntomas o muy pocos,
mientras que otros se sienten abrumados en muchos planos de la vida”.).
48
Ver John Briere & Lisa Zaidi, Sexual abuse Histories and Sequelae in Female Psychiatric Emergency Room Patients, 146 American
Journal of Psychiatry 1602-1606 (1989).
49
Anna C. Salter, Transforming Trauma: A Guide to Understanding and Treating Adult Survivors of Child Sexual Abuse(1995)
(Thousand Oaks, Cal.: Sage).
50
Patricia Coffey, Harold Leitenberg, Kris Henning, Tonia Turner, & Robert T. Bennett, Mediators of the Long-Term Impact of Child
Sexual Abuse: Perceived Stigma, Betrayal, Powerlessness, and Self-Blame, 20 Child Abuse & Neglect 447-455, en 447 (1996).
51
Joseph M. Chandy, Robert Wm. Blum, & Michael D. Resnick, Female Adolescents with a History of Sexual Abuse: Risk Outcomes
and Protective Factors, 11 Journal of Interpersonal Violence 503-518, en 503 (1996).
52
Ver Lucy Berliner & Diana M. Elliot, Sexual Abuse of Children. En John E.B. Myers, Lucy Berliner, John Briere, C. Terry Hendrix,
Carole Jenny, & Theresa A. Reid (Eds.), The APSAC Handbook on Child Maltreatment, pp. 55-78, en 61 (2ª Edición, 2002) (Thousand
Oaks, Cal.: Sage).
Ver también Bruce Rind, Phillip Tromovitch, & Robert Bauserman, A Meta-Analytic Examination of Assumed Properties of Child Abuse
Using College Samples, 124 Psychological Bulletin 22-53 (1998). Rind y sus colegas sostienen que hay factores fuera del abuso sexual —
Ej. disfunción familiar— que pueden explicar los problemas experimentados por los adultos universitarios. Este artículo generó gran
controversia. Ver Steven J. Ondersma, Mark Chaffin, Lucy Berliner, Ingrid Cordon, Gail S. Goodman, & Doughlas Barnett, Sex with
Children Is Abuse: Comment on Rind, Tromovitch, & Bauserman (1998), 127 Psychological Bulletin 707-714 (2001); Resolución de la
Cámara de Diputados No. 107, que rechaza el concepto de que el sexo entre adultos y niños pudiera ser positivo, Congressional Record, p.
H5341 (12 de julio, 1999).
53
Ver Cathy S. Widom & M. Ashley Ames, Criminal Consequences of Childhood Sexual Victimization, 18 Child Abuse & Neglect 303-
318 (1994).
54
Ver Arlene McCormack, Mark-David Janus, & Ann Wolbert Burgess, Runaway Youths and Sexual Victimization: Gender Differences
in an Adolescent Runaway Population, 10 Child Abuse & Neglect 387-395 (1986).
55
Ver Esther Deblinger, Lori B, Stauffer, & Robert A. Steer, Comparative Efficacies of Supportive and Cognitive Behavioral group
Therapies for Young Children Who Have Been Sexually Abused and Nonoffending Mothers, 6 Child Maltreatment 332-343 (2001) (la
terapia conductual cognitiva ayudó a los niños y a sus padres no abusadores); William B. Friedrich, Psychotherapy with Sexually Abused
Boys (1995) (Thousand Oaks, Cal.: Sage); Karen J. Saywitz, Anthony P. Mannarino, Lucy Berliner, & Judith A. Cohen, Treatment for
Sexually Abused Children and Adolescents, 55 American Psychologist 1040-1047, en 1047 (2000) (“La investigación disponible sugiere
que las terapias conductuales congnitivas específicas para el abuso son probablemente eficaces para aliviar muchos de los síntomas
principales presentados por niños abusados sexualmente”.
56
David Finkelhor & Lucy Berliner, Research on the Treatment of Sexually Abused Children: A Review and Recommendations, 34
Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry 1408-1423, en 1414 (1995).
57
Id. en 1418-1419.

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