Está en la página 1de 7

Descargado en:

patatabrava.com

HISTORIA ANTIGUA II: HISTORIA DE ROMA (UGR)

TEMA 6

GONZALEZ, CRISTOBAL 15-16


TEMA 6. LA EDAD DEL IMPERIALISMO.
El periodo comprendido entre los años 264 y 133 a.C constituye una época
trascendental en el Mediterráneo, Roma conquistara el Mediterráneo y la integración
de los territorios colindantes. Van a ser 130 años de guerras continuas que
superpondrán el poder de Roma sobre realidades culturales muy diferentes.

En la tradición antigua, para la integración de tan vasto territorio se utiliza el término de


hegemonía, pero cuando la ciudad-estado es superada aparecerá el término de
imperio. La hegemonía implica el control por parte de una ciudad de algunos
territorios; el imperio es un concepto distinto, ya que implica la anexión de territorios y
poblaciones con un control militar, fiscal, económico, administrativo, etc… que se
vincula a los imperios orientales y a la dinámica de Roma.

Según la tradición clásica, la conquista por parte de Roma se realiza por la guerra
justa o defensiva, pero en esta tradición, a partir de Salustio, se crea una visión distinta
de la guerra, definida por la ambición y la avaricia y la corrupción de los gobernantes
romanos. Aun perteneciendo a la aristocracia, esta visión de Salustio contrasta con la
tradicional.

Theodor Mommsen acoge ambos tipos de guerra, Roma ha usado la guerra justa,
pero también la guerra como ambición. Como elemento de cambio acoge los sucesos
de los años 168-167 a.C, la batalla de Pidna y el fin del reino Macedonio, que da lugar
a un Mediterráneo dominado por Roma.

En esa fecha sitúa Mommsen el fin de la guerra justa y el inicio de la guerra como
ambición. Hoy en día, la visión del imperialismo romano tiende a no separar la
conquista de Italia de la del Mediterráneo, aunque los factores de conquista sean
diferentes entre ambas. Por tanto no hay que separar las dos conquistas, pero si las
dos tipos de guerra.

El primer acto de la proyección mediterráneo de Roma está recogido por la Primera


Guerra Púnica entre el 264 y 241 a.C. Cartago es fundada en el 814 a.C por los
fenicios de Tiro, pero la presión del imperialismo asirio debilito los lazos de las
metrópolis fenicias con sus colonias de Occidente, situación aprovechada por Cartago
que se convirtió en el S.VII a.C en el establecimiento fenicio más importante del
Mediterráneo Occidental. La principal actividad económica púnica es el comercio de
los metales, que pronto se ve en competencia con los griegos. Pero en esta
competencia, a partir del S.VII a.C aparece un tercer factor, los etruscos. La situación
dio lugar a un pacto entre púnicos y etruscos, cuyos intereses en común eran
menores, para enfrentarse a los griegos, cuyos intereses colisionaban con los dos. La
batalla de Alalía en el 540 a.C, se enfrenta una flota etrusco-púnica contra una griega,
que definió los diferentes ámbitos de influencia de las tres potencias.

A partir del último tercio del siglo VI. a.C, los etruscos están debilitados, y las ciudades
griegas de Sicilia renacen bajo la hegemonía de Siracusa que comienza una lucha
contra los Cartaginenses, situados en la parte occidental de la isla. Cartago necesitaba
un nuevo aliado que sustituyese a los etruscos, y ese era Roma, cuyos intereses se
veían perjudicados por la amenaza de Siracusa. La consecuencia es la firma de varios
tratados en los que Cartago veía asegurada su zona marítima exclusiva a cambio de
reconocer las pretensiones romanas sobre el Lacio. Cuando Roma ocupa la Italia
Central, se enfrenta a Tarento en la Magna Grecia que recurre a Pirro. Este intento de
crear un imperio occidental griego, chocaba con los intereses de romanos y
cartaginenses, que dio forzosamente a una nueva alianza en el 279 a.C. Una vez
vencido Pirro y Roma dominando Italia, la convierte en vecina directa con Cartago, lo
cual produce choques de intereses como sucedió en el 264 a.C al inicio de la Primera
Guerra Púnica.

La información que poseemos sobre la I Guerra Púnica es totalmente romana, influida


por la culpabilidad, de culpar a los cartaginenses para justificar la guerra. Estos casos
los encontramos en el senador Fabio Dictor, en Tito Libio, incluso en el propio Polibio.
Nos vamos a encontrar en una situación, en donde Cartago va a tener intereses
comerciales en Sicilia y en todo el Mediterráneo; y Roma con sus intereses agrarios y
comerciales va a chocar con los de Cartago.

El “Casus Belli” del conflicto se encuentra cuando Pirro llega a Sicilia, Siracusa para
defenderse contrata a ejércitos de mercenarios itálicos, los mamertinos, que con el
abandono de Pirro de su guerra contra Roma, ocupan la ciudad de Mesina y su
estrecho, dedicando se a la piratería en esa zona. La ciudad más perjudicada por ello
es Siracusa, que consiguió derrotar a los mamertinos en el 270-269 a.C en la batalla
del río Longano, enfrentando directamente a Siracusa con Mesina.

Ante esta acción, los mamertinos recurren a Cartago, el enemigo natural de los
griegos de Sicilia. Cartago acepta y pone de inmediato una guarnición en Mesina. Pero
Roma, no veía bien tener tan cerca a los cartaginenses, encontrando en Mesina
agentes que les piden ayuda. Roma duda sobre su intervención, pero la decisión al
final se toma en las asambleas, que declara la guerra a Cartago y ayuda a los
mamertinos a expulsarlos de Mesina, convirtiéndose ahora en enemigos de Siracusa,
iniciándose la Primera Guerra Púnica en el 264 a.C.

Tras la llegada de los romanos a Sicilia, Siracusa y Cartago dejaron su enemistad y se


aliaron contra un enemigo común, sitiaron a Mesina, pero la llegada del cónsul Apio
Claudio consiguió salvar la ciudad. Al año siguiente, los dos cónsules son enviados a
Sicilia, que comienzan con Siracusa, el más débil para forzar su paz. Siracusa pide la
paz, contando ahora con un valioso aliado, de modo que la guerra ahora se limita a
Roma y Cartago.

Roma en el 262 a.C conquista Agrigento. Cartago aprovechando su armada, devasto


las costas de Italia, pero Roma consiguió una flota en la Magna Grecia, pero el peso
de la flota romana es la infantería, por lo que crearon puentes móviles con ganchos
para asaltar barcas. Gracia a ello, el cónsul Cayo Duilio consigue la primera victoria de
Roma en el 260 a.C en la batalla de Mylae.

La hostilidad continuo, hasta que en el 256 a.C, los cónsules Lucio Manlio Vulso y
Marco Atilio Régulo son mandados a atacar a Cartago, y consiguen la victoria en el
Cabo Ecnomo, avanzaron victoriosamente, hasta que el senado por dificultades de
aprovisionar a esa gran ejército, reclama a un cónsul, quedando Régulo con 15.000
soldados, siendo aniquiladas en el 255 a.C.

La situación volvió a una guerra de posiciones con consecuencias negativas para las
tropas, pero Roma decide atacar la flota púnica en las islas Égates, y con el cónsul
Cayo Lutacio Catulo consigue la victoria en el 241 a.C, Cartago es obligado a firmar la
paz, a abandonar Sicilia y a pagar una fuerte indemnización.

Tras la derrota, Cartago se vio sometida en una gran crisis socio-económica, además
de tener que indemnizar a los mercenarios usados en la guerra, que desemboco en
una rebelión, que Cartago sofoco duramente.

Para Roma la situación es muy diferente, ha expandido su territorio, pero Sicilia es


anexionada como territorio conquistado, sin derechos, salvo Siracusa que mantiene su
alianza. Con la situación de Cartago, Cerdeña pide ayuda a Roma, apoderándose
Roma de Córcega y Cerdeña entre el 238-237 a.C, que fue conquistada a los
indígenas. En ese periodo de entreguerras, Roma crea una nueva fórmula de anexión,
que es la provincia, esta fórmula se crea en el 227 a.C de forma novedosa, que debe
estar regulada por un magistrado con imperium, por lo que se aumenta de dos a
cuatro el número de tribunos, para que controlen los nuevos territorios (Sicilia y
Córcega-Cerdeña). De estos nuevos territorios, muy pocos de ellos van a ser libres de
impuestos, y la gran mayoría van a estar obligados al pago de un impuesto, el 10% de
su producción.

Pero Roma, aparte de esa proyección al Tirreno, también hace una proyección al
Adriático. El hecho fundamental en el Adriático es la aparición del reino de Iliria, un
reino que se dedica a la piratería, asaltando a los barcos itálicos. Roma se ve
perjudicada por ello y realiza la Primera Guerra Ilirica en el 229-228 a.C, pero poco
tiempo después, el reino de Ilirica dominado por Demetrio, volvió a la piratería, la
reacción romana fue inmediata y en el 221 a.C un ejército romana obliga a Demetrio a
pedir ayuda a Macedonia, que no puede ayudarle, de modo que durante el 221-219
a.C se produce la Segunda Guerra Ilirica, Roma conquista la isla de Faros
restaurando la calma anterior y su protección a las ciudades griegas.

En la frontera septentrional, en la Galia Cisalpina (Valle del Po), se encuentran los


celtas galos, que tras un periodo de tranquilidad vuelven a la agresividad en el 226
a.C, descendieron hasta Umbría y Etruria, pero en el 225 a.C Roma los derrota en
Telamón. Sin embargo, Roma no queda satisfecha y decide ocupar la Galia Cisalpina,
por lo que entre el 224 y el 222 a.C Roma con sus victorias en río Oglio y en
Clastidium aseguran el sometimiento entre los Apeninos y el Po. La conquista de la
Galia Cisalpina se ve completada con la fundación de las colonias de Cremona y
Placentía, además de la construcción de la vía Flaminia y la vía Emilia.

En consecuencia, tras la Primera Guerra Púnica, Roma se lanza al mar, ampliando


territorios en el Tirreno y el Adriático, aunque la principal consecuencia es la creación
del régimen provincial.

Cartago, tras su crisis por la derrota y por la rebelión de los mercenarios, y ante la
necesidad de su reconstrucción económica y la búsqueda de medios para pagar su
indemnización, las oligarquías se divide en dos facciones: los propietarios agrícolas
dirigidos por Annón proponían incrementar la explotación agrícola interna; Amílcar por
el contrario proponía nuevas aventuras ultramarinas. Triunfo la facción de Amílcar con
apoyo de Asdrúbal, y en el 273 a.C, se dirige a Hispania, conquistando Gades y el
valle del Guadalquivir y la región minera de Sierra Monera, abriendo camino hacia la
costa mediterránea luchando contra las tribus indígenas, pero muere en una lucha en
el 229 a.C, ascendiendo Asdrúbal, yerno de Amílcar. Asdrúbal opta por actividades
pacíficas, aliándose con los indígenas, consigue fundar la ciudad de Carthago Nova,
que se convierte en el principal pánico en la península, además de que con la
explotación de las minas de levante y Sierra Morena, consigue pagar antes de tiempo
su indemnización.

Los griegos de Marsella, temían por su ámbito comercial y en el 226 a.C, Roma firma
con Asdrúbal el tratado del Ebro, por él, Cartago no podía llevar la guerra al norte del
río. En el 221 a.C muere Asdrúbal y queda al mando Aníbal Barca. Aníbal llego al
interior de Hispania hasta Salamanca, y en el 219 a.C asedia Sagunto, con influencias
romanas, aunque por debajo del río Ebro, Roma tras enterarse del ataque a sus
aliados de Sagunto, pide a Cartago la entrega de Aníbal y la evacuación de la ciudad,
tras la negativa se inicia la II Guerra Púnica en el 218 a.C, siendo Sagunto la casus
belli de Roma para justificar la guerra, ya que sus intereses no eran tan directos en el
Mediterráneo.

Aníbal toma la iniciativa e invade Italia, no con la intención de destruir a Roma, sino
de hacer que sus aliados, con el miedo de un ejército cartagines en le Península se
desligaron de la confederación itálica y se uniese a él, convirtiendo a Roma en un
poder secundario.

En el verano del 218 Aníbal ya se encontraba en el valle del po sin que roma se diese
cuenta, pero al percatarse mando al cónsul Publio Cornelio Escipión, derrotado a la
orilla del río Tesino. Herido en combate Escipión espero al cónsul Sempronio Longo, y
los dos cónsules fueron aniquilados en el río Trebia. Como Aníbal pensaba, los celtas
del valle del po dominados por Roma se sublevaron y engrosaron su ejército.

Ante la situación, se manda a Cneo Cornelio Escipión (hermano de Publio) a la


Península Ibérica, base de los refuerzos de Aníbal. Pero el peligro era Aníbal, y en el
217, los cónsules Cneo Servilio y Cayo Flaminio defendieron la costa adriática, pero
Aníbal marcha por los Apeninos hasta el Arno. Flaminio lo persigue y en el Lago
Trasimeno Flaminio muere con su ejército.

Tales circunstancias, hace a Roma elegir a un dictador, Quinto Fabio Máximo que
acorraló a Aníbal pero sin abrir un combate. Pero cuando pasan 6 meses, acaba la
dictadura y en el 216 a.C, los nuevos cónsules Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo,
se enfrenta con Aníbal en Cannas, siendo aniquilados 70.000 romanos, entre ellos el
cónsul Emilio.

Las consecuencias de Cannas fueron inmediatas, Aníbal consiguió desligar a


numerosos aliados romanos incluso Capua se unió a él, pero un exilio limitado, porque
Italia central se unió a Roma, por lo que Aníbal rechaza la idea de atacar la ciudad y
se dirige a Campania.

En Roma, Cannas fue enormemente perjudicial, y tuvo que tomar medidas


desesperadas como reforzar el aparato bélico y volver a la táctica de Fabio, por lo que
duplicó el “tributum”, el único impuesto ciudadano.

La guerra se extendía a otros frentes, por lo que era aun más necesario la inversión.
Los hermanos Escipión tras ocupar Tarraco, consiguen para el Ebro y mantener a raya
a Asdrúbal (hermano de Aníbal), impidiéndole mandar refuerzos. Pero Aníbal en el 215
a.C había conseguido una alianza con el rey Filipo V de Macedonia, además de con el
reino de Siracusa.

Las clausulas del tratado púnico-macedonio, era la obligación de ayuda contra el


enemigo común. Filipo se contento con apoderarse de Iliria; Roma por su parte,
acuerda con la liga etólica, enemiga de Filipo, manda tropas a Grecia que mantienen
al rey macedonio en suelo griego. (Primer Guerra Macedonia).

En el 215, los cónsules Fabio Máximo y Marco Claudio Marcelo asedian Capua en el
212 a.C, haciendo retirar a Aníbal a Tarento. Marcelo asedio Siracusa y volvió a
someterla. A partir del 210 Aníbal se tuvo que contentar en una guerra de desgaste al
Sur de Italia a la espera de refuerzos.

En el 211 a.C los hermanos Escipión tras conquistar Sagunto mueren en una derrota.
Y en el 210 aparece en escena Publio Cornelio Escipión, hijo del vencido en Tesino, y
tras aliarse con indígenas hispanos que le proveía de suministros, ataca Carthago
Nova, cayendo en el 209. Escipión tras esta victoria avanza por el Guadalquivir, con
dos batallas victoriosas y decisivas, la de Baecula y la de Ilipa. Y en el 206 a.C con la
entrega de Gades se completa la expulsión Cartaginesa de Hispania. Pero Asdrúbal
burló a Escipión y acudió en ayuda de su hermano Aníbal, pero no lo consiguió ya que
fue destruido por los cónsules Claudio Nerón y Livio Salinator en el valle del Metauro,
y con ello Aníbal renuncio a su esperanza de reavivar la guerra en Italia.

Pero mientras tanto, Roma tras su conquista en Hispania tuvo que retirar las tropas de
Grecia, y en los etolios se vieron obligados a firmar la paz en el 206, y Roma a punto
de acabar con la Segunda Guerra Macedonia. Escipión es elegido cónsul en el 204 y
decide atacar Cartago, contando con la ayuda de Massinisa. Cartago ante tal peligro
se vio obligado a retirar a Aníbal de Italia.

El encuentro decisivo tuvo lugar en Zama en el 202. a.C que acaba con la derrota de
Aníbal, la primera en toda la guerra. Fue Aníbal el que aconsejo el senado cartagines
la firma de la paz y aceptar las condiciones romanas (entrega de todos los elefantes y
naves, prohibición de hacer la guerra sin la aceptación de Roma y el pago de 10.000
talentos). Tras la victoria Escipión recibe el sobrenombre del “Africano”.

Con la victoria, Roma se instala como primera potencia Mediterránea, pero la guerra
provocaría cambios sociales y políticos con posterioridad.

Tras la Segunda Guerra Púnica, nos encontramos con una situación en el


Mediterráneo oriental dominado por los reinos helenísticos: el macedonio, el seléucida
y el lágida. En los cuales interviene Roma. Los seléucidas y el Egipto de los lágidas,
se disputaban la costa de Levante y Asia Menor, Macedonia apoyo a los seléucidas,
ya que veía a Egipto como una amenaza en el Egeo. En Grecia, se formaron dos ligas
la Etolia en el centro; y la liga aquea en el Peloponeso. En la zona insular destacan
Creta y Rodas. En Asia Menor con algunos reinos, destaca sobre todo el del Pérgamo.

Macedonia y los seléucidas se reparten las posesiones egipcias del Egeo y Asia.

Estas acciones perjudicaron a Rodas y Pérgamo, que piden ayuda a Roma; mandara
una comisión para detener a Filipo mediante el cese de la hostilidad y el pago de una
indemnización, la negativa llevo a declarar la guerra en el 200 a.C.

Las razones del intervencionismo romano aun no están claras, si fue por, sentimiento
de compasión, o por la ampliación imperialista…, aunque sin duda es que Roma
descubre la política expansiva de Filipo, que había ayudado a Aníbal, y ante esta idea
de destruir el equilibrio helenístico, Roma actúa, dando lugar la Segunda Guerra
Macedonia.

En el 199 a.C, el cónsul Salpicio Galba a Iliria e inicia las operaciones contra Filipo.
Pero en el 198 el siguiente cónsul Tito Quincio Flaminio da un giro a la situación,
consiguió la alianza con las ligas aquea y etólica, aislando a Filipo; y en el 197 a.C se
produce la batalla de Cinoscéfalos con una victoria romana acabañado con Macedonia
como potencia griega, con la Paz de Tempe, Filitipo tuvo que evacuar sus territorios,
reducir la capacidad militar y pagar una indemnización. Flaminio tras su victoria
proclama la liberación de Grecia, retirando en el 194 a.C todas las tropas de Grecia.

Antíoco III, el rey seléucida, tras el vacío macedonio ocupa algunos territorios, la
respuesta romana fue inmediata; en respuesta, Antíoco se fortifica en Tracia. La liga
etolia, anima a Antíoco a intervenir en Grecia, pero en el 191 a.C. las tropas romanas
derrotan a Antíoco en las Termópilas obligando a abandonar Europa. Pero Roma tras
ser Antíoco aliado de Aníbal, coge ese pretexto para atacarlo, y Lucio, hermano de
Escipión el africano, es escogido cónsul contra Antíoco, poniendo fin tras la victoria en
el 189 de Magresio, la paz será firmada en el 188, la par de Apamea.

Tras la muerte de Filipo, sube al trono Perseo, del cual desconfía Roma y unas
simples y absurdas acusaciones de Pérgamo fueron suficientes para iniciar la tercera
guerra Macedonia. En una primera escaramuza, las tropas romanas son vencidas y
Perseo manda peticiones de paz apoyadas por aliados de Roma, que lo califico como
traición. Finalmente Emilio Paulo fuerza a Perseo en el 168 a.C a la batalla de Pidna
donde el ejército Macedonio es aplastado.
Tras la batalla de Pidna, Roma inicia su política imperialista y ocupa todo el Egeo;
Macedonia, Iliria y Epiro sometido y divididos; Grecia ocupada y escenario de
crímenes y racias; Rodas y Pérgamo, aliados naturales, también fueron debilitados;
Siria se encontraba bajo dominio romano; y Egipto bajo protección romana. En el 148
a.C Macedonia pasara a ser una provincia romana. En el 146 se destruye Corinto. Se
puso fin a la independencia griega.

Tras la batalla de Zama, Cártago siempre había estado fiel a Roma, vigilado por
Massinisa el aliado Numida, que dirigió varias agresiones contra las defensas de
Cártago. Un sector romano dirigido por Marco Porcio Catón, veía a Cártago como un
peligro tras su renacer inesperado un peligro tras su renacer inesperado tras su
derrota. Cártago, tras un nuevo ataque de Massinisa, declaro la guerra a Numidia y
Roma tras esta opción sin su consentimiento, lo uso como su pretexto para iniciar la
Tercera Guerra Púnica en el 149 a.C. Conscientes de la inferioridad, Cártago pide la
paz, pero Roma lo rechaza, así Cártago se encierra en sus murallas durante dos años,
hasta que en el 147 a.C asume el mando Escipión Emiliano, que lanza el ataque final
destruyendo Cártago.

Dos años después Cártago será reconstruida por Roma que creara la nueva provincia
de África, con capital en Útica.

Tras la Segunda Guerra Púnica, Roma no abandonó Hispania, sino que dividió el
espacio ocupado en 2 provincias: Hispania citerior Norte e Hispania Ulterior Sur, al
Norte y al Sur del río Júcar. Aunque el sistema no fue lejos en sus objetivos, dando
lugar a un malgaste de fuerzas y recursos por la dominación total. Solo con Tiberio
Sempronio Graco, se consigue un sistema de pactos que estabiliza las fronteras de la
Meseta.

Pero la tregua, no se hizo con pactos para enriquecerse Roma durante la paz, lo que
dio lugar a un empeoramiento de los problemas que obligo a Roma en el 154 a la
intervención armada. Ya no se buscaba la paz sino la ocupación total, aunque
celtíberos (en el Duero) y Lusitano (en el Tajo) resistieron durante 20 años. Tras
el asesinato del líder Lusitano Viriato en el 139 hizo que Roma se centrase en la zona
norte, con los celtíberas. En el 134 a.C, llega Hispania Publio Cornelio Escipión
Emiliano, hijo del vencedor de Pidna y nieto adoptivo del africano, que con un ejército
de clientes en el 133 a.C pone fin a la conquista, conquistando el núcleo principal
celtíbero, Numancia.

Roma hará del Mediterráneo un Mare Nomstrum, y expandirá la fórmula provincial


creada en el 227 por todos los territorios anexionados.

También podría gustarte